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El sistema deficiente de las AFP

Las AFP son empresas destinadas a captar aportaciones de las personas que trabajan con la
finalidad de asegurarle después de la jubilación un modo de vida igual al que mantenía cuando
estaban laborando. En otros términos se renuncia a una parte del consumo presente para
destinarlo al ahorro futuro.

En el Perú existen cuatro administradoras de fondos de pensiones como son: Hábitat. Integra,
Prima y Pro futuro. Representando el 16%, 29%, 29% y 26% de participación en el mercado
respectivamente. Estás administran carteras cuya representación en porcentajes del PBI son de
un 21.9%. Estas carteras están conformadas por fondos mutuos del exterior con una
participación del 43.4 %, en instrumentos de bajo nivel de riesgo un 21.5% y en otros títulos con
mayor riesgo y mayor rentabilidad solo inversiones que representan un intervalo porcentual del
0.1 y 2.9% de la totalidad de la cartera administrada.

Todo ello con el fin de obtener una rentabilidad que le permita incrementar el valor de las
prestaciones que brindan a sus afiliados.

Afiliados que representan entre 2.6 a 3.0 millones de personas. De las cuales el 49% de
pensionistas representan a los de jubilación. Quienes tienen que ceder el 10% de sus
remuneraciones durante su vida laboral a dichas empresas con la esperanza de que estas
administradoras obtengan una rentabilidad generosa que les permitirá vivir en conformidad en el
futuro.

Por el contrario todo es una gran mentira, basándonos en que los ingresos que entran a estas
empresas son exorbitantes en comparación a los montos que pagan a sus aportantes. La
rentabilidad que se obtiene es inferior a la que se podría haber obtenido en otra inversión con los
mismos niveles de riesgos y características. Cabe mencionar que generan muy poca cobertura,
una seguridad dudosa en la jubilación y valores mínimos de pensiones. Esto último sustentado
en la hipótesis que en el momento de que las AFP calculan el monto de las pensiones lo hacen
considerando un horizonte de vida muy por encima a la de la media habitual del índice de
mortalidad. Considerar también que en sus inversiones no se fija un plazo definido de las mismas

Si las tasas de inflación, las caídas del mercado de valores o inversiones presentan signos
especulativos o negativos, los ahorros de los pensionados y de los trabajadores declinan. A todo
esto hay que añadirle la realidad de los sueldos en el mercado laboral cada día no son lo
suficiente para cubrir necesidades básicas del presente y mucho menos lo será para destinar
ahorro futuro.

Por ello aquí los únicos beneficiados de este sistema a considerar deficiente y monopolista que
son las aseguradoras son: el sistema financiero, los grupos económicos, los ejecutivos y
directores de las AFP quienes ganan obscenos sueldos.

Se ha demostrado que el ofrecimiento de una gran jubilación es solo un mito, que el libre mercado
aplicado en este rubro en lo social es pernicioso, que los ahorristas no tienen representación
directa en donde se invierten sus ahorros. Y lo único que le queda a la población con este
deficiente sistema es seguir trabajando después de jubilarse, mientras privados obtienen
enormes ganancias con los ahorros de la seguridad social.

Es por todo estos motivos que se debe realizar una rápida replantación del sistema de pensiones
a la par con una regulación perenne por parte del estado, con el fin de que la población
participante obtenga lo que se le propuso inicialmente y que es la finalidad de estos sistemas.
Hacer que la población mantenga un estilo de vida acorde al que llevaba cuando pertenecía a la
población económicamente activa y no tenga que renunciar a nada después de su jubilación.

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