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La función del sector público es la de acercar las políticas públicas vigentes en las sociedades a las
aspiraciones colectivas expresadas a través de las demandas ciudadanas, lo que implica la
modificación tanto de los marcos legislativos como del quehacer de los Gobiernos.
Dichas intervenciones públicas, vistas operativamente, están dirigidas por los directivos
públicos, quienes son los responsables de las organizaciones, programas y proyectos públicos,
así como de sus gerencias o unidades de dirección de mando medio y operativo. Así, al
referirnos a la gestión pública, nos ocupamos, en otras palabras, del conjunto de acciones
desplegadas por los directivos públicos para cumplir con hacer efectivas las políticas públicas a
través de intervenciones realizadas desde las organizaciones, programas o proyectos que
dirigen.
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La dirección estratégica tiene su origen en las experiencias desarrolladas en el ámbito empresarial,
desde donde se ha ido produciendo un proceso de “adaptación” al sector público, y no de
“adopción”, en el que gradualmente se han ido realizando las oportunas modificaciones a los
modelos, técnicas y herramientas originados en el sector privado en un intento de introducir los
principios de competitividad y de estrategia en la gestión y dirección de las organizaciones y
entidades del sector público. Dicho proceso adaptativo ha estado fundamentado, en la mayor
parte de las ocasiones, en las diferencias existentes entre una organización pública y una privada
(e.g., la primera cuenta con recursos sin necesidad de competir en el mercado).
Bryson (1995), en esta misma línea, sostiene que la planificación estratégica es una innovación en
el sector público, tanto en términos de liderazgo como de dirección, que cuenta con grandes
posibilidades de seguir siendo utilizada porque acepta y se fundamenta en la naturaleza política de
la toma de decisiones.
Aunque existen diferentes modelos de planificación estratégica, el de Harvard es uno de los más
utilizados en el sector público. Según este enfoque, la formulación de estrategias descansa en el
conocido modelo FODA o alineamiento que debe existir entre las fuerzas y debilidades derivadas
de la evaluación interna y las oportunidades y amenazas del entorno obtenidas de la evaluación
externa, de modo que las etapas básicas de todo proceso de dirección estratégica en el sector
público se podrían concretar, para un nivel corporativo o institucional, en la preplanificación u
organización del proceso, análisis del entorno, evaluación interna, declaración de misión y visión,
identificación de ejes estratégicos, formulación de objetivos y estrategias y, finalmente, la puesta
en práctica y control estratégico.
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2. Relación entre Objetivos y Estrategias
Los objetivos de una organización, en el campo de los negocios, la política y el deporte, suelen
frecuentemente ingresar en un curso de colisión con los objetivos de otras organizaciones, las
cuales en razón de tal circunstancia se constituyen precisamente en competidores.
Las instituciones públicas, vistas individualmente no compiten entre sí (no lo debieran hacer,
aunque la realidad actual muestra superposiciones de jurisdicción que en la práctica las llevan a
una suerte de competencia informal), ni tampoco compiten con las entidades del sector privado
productivo nacional, dado el carácter subsidiario del rol del Estado. Sin embargo, el Estado visto
en su conjunto, lidera un proceso de planeación estratégica cuyos objetivos nacionales de
desarrollo sin duda entran en colisión en muchos aspectos con los objetivos correspondientes a
otros países. Por lo tanto, si bien los planes estratégicos sectoriales e institucionales no son
competitivos, el plan estratégico nacional sí debe serlo.
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Medianero Burga, David. Metodología de Planeamiento Estratégico en el Sector Público: Conceptos Escenciales. Cempro. Lima –
Perú. Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad del Pacifico.
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Por ello, debemos expresar que: La estrategia nacional resultante del proceso de planeamiento
del Estado es incuestionablemente el núcleo de la política de competitividad internacional del
país2
En el campo público la Estrategia es “El conjunto de acciones para lograr la adaptación al medio
(en el segmento del medio en donde actúa la organización) de modo tal que permita lograr los
objetivos propios y los de la comunidad integrando acciones de máxima que nacen de las
oportunidades del entorno, con las de mínima que fundamentalmente dependen de la propia
organización”.
Cuando debo planificar ese conjunto de acciones de una organización para implementar un
programa o plan, lo que debemos preguntamos es: ¿Cuáles son nuestros objetivos? Sin tener en
claro esta pregunta y su correspondiente respuesta, difícilmente podremos tener éxito en el
programa o plan que diseñemos.
Tales objetivos es necesario expresarlos en términos cuantitativos, para poder saber con exactitud
cuándo los hemos alcanzado.
Pero si decimos: Nuestro objetivo es “Disminuir la pobreza en un 40% de sus valores actuales y
en un plazo de cinco años”, podremos controlar dentro de cinco años si lo hemos logrado y de allí
concluir si nuestra gestión fue exitosa o necesitamos mejorarla.
Cuando los objetivos se refieren a situaciones complejas, es decir en las que intervienen múltiples
variables y, consecuentemente los tiempos para cumplirlos son de mediano o largo plazo, le
damos el nombre de “objetivos estratégicos”.
Pero el entorno en el que debemos actuar es un entorno dinámico; cambia varias veces dentro del
plazo que nos hemos asignado para cumplir con nuestros objetivos estratégicos.
Cualquier acción que diseñemos para alcanzar los objetivos se verá afectada por la modificación
del entorno que es externa a nosotros. No tenemos decisión sobre esa modificación y por lo
tanto es incierta para quienes planificamos. Por ello rescatamos de la definición el hecho que
exprese: “...de acciones para lograr la adaptación al medio...”, esto es: todas las acciones deben
contemplar el entorno como variable permanente, y la capacidad del plan de acoplarse al mismo
adecuadamente en todo momento, por lo que no puede ser un plan rígido.
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El término “competitividad internacional” indica la capacidad de un país para mejorar su participación en los mercados mundiales
elevando, al mismo tiempo, el nivel de vida de la población. Tomado de : Horacio Olivera, Eladio. Estrategia, Planeamiento estratégico,
Dirección estratégica y Pensamiento estratégico .
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Un conjunto de objetivos que no tengan en cuenta la variabilidad del entorno no constituye un
conjunto de objetivos estratégicos, pues si a los mismos se los considera estratégicos por ser
susceptibles de ser alcanzados en el largo plazo, en las actuales condiciones de dinámica de los
entornos, en plazos largos existen muchas posibilidades que los entornos se modifiquen. Y,
consecuentemente, si los objetivos fuesen rígidos, se desacoplarían del medio y, entonces las
acciones para alcanzarlos no podemos llamarlas: Una Estrategia. No puedo decir qué quiero hacer
si simultáneamente no considero la variabilidad del entorno en el que se desarrollarán las
actividades para lograr esos objetivos estratégicos.
La Estrategia como ciencia o como arte tuvo su origen en la antigüedad y en el campo más bien
militar. El Arte de la Guerra de Sun Tzu por el lado oriental y las ideas de Pericles de Atenas por la
vertiente greco-latina, pueden ser considerados como los antecedentes más notables de esta
disciplina. Luego vinieron los escritos sobre estrategia política, de los cuales El Príncipe de
Maquiavelo es, de lejos el más famoso de todos.
Es desde estos campos, el militar, luego el político y más recientemente el empresarial, desde los
cuales se han extraído algunas herramientas para la elaboración de planes estratégicos en el
sector no lucrativo de la sociedad, específicamente en el ámbito de las instituciones públicas. Y la
evolución de la disciplina a lo largo de varios siglos de experiencia y conceptualización, han llevado
a obtener una definición más o menos consensual de planeamiento estratégico:
“La Planificación Estratégica consiste en determinar la dirección que debe tener una
organización para conseguir sus objetivos de mediano y largo plazo”.
De lo anterior podemos deducir que en las instituciones del Sector Público las estrategias a aplicar
forman parte del proceso de planificación estratégica.
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En el gráfico siguiente se presenta un modelo simple, pero que contempla los elementos
esenciales y estructura básica de la planificación estratégica y su relación con las estrategias3:
Gráfico N° 01
Estructura básica de la Planificación Estratégica y su relación con las Estrategias
Fortalezas y
Evaluación de la misión actual
Debilidades
Misión
y Visión Objetivos Estrategias Implementación Control y
nuevas estratégicos de la Estrategia Evaluación
Oportunidades y
Amenazas
Retro alimentación
Formulación Ejecución
Del gráfico anterior se observa que las estrategias constituyen un elemento importante del
proceso de planificación estratégica, por lo que sus adecuada identificación e implementación
permitirá el cumplimiento de los objetivos estratégicos.
Por eso para diseñar cualquier programa y desarrollar cualquier plan es estrictamente
indispensable diseñar una estrategia y que ella sea flexible, es decir, tener la capacidad de
modificarse rápidamente, con una baja inversión, cuando se producen las diferentes
configuraciones del entorno. arece ser entonces que necesitamos marcar una idea más en la
conceptualización de estrategia, que corresponde al concepto de flexibilidad: Toda estrategia
necesita ser flexible para poder acomodar sus acciones, o plan de acción (diseñado a fin de
alcanzar los objetivos), al entorno variable, al que debe acoplarse, y a las acciones o reacciones de
la competencia en el proceso de conflicto en el que actúan las organizaciones, variabilidad que se
produce por la turbulencia de los acontecimientos actuales, por lo que los futuros no pueden ser
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Dichos elementos encuentran su sustento en los diversos modelos de planeación y administración estratégica (Andrews, 1986;
Ansoff, 1986 y 1988; Ackoff, 2004; Hardy, 1994; Hax y Majluf, 1997; Hermida, Serra y Kastika, 1992; Hill y Jones, 1996; Porter, 2000; Mc-
Kiernan, 1996; Mintzberg, Ahlstrand y Lampel; 1999; Steiner, 1988; Thompson y Strickland, 2001).
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prospectados sino solo conjeturados y porque los horizontes temporales que establecemos son de
corto y largo plazo. De ese conflicto pueden surgir situaciones de competencia o situaciones de
cooperación.
En realidad, las estrategias son las acciones temporales y permanentes que se emprenderán para
alcanzar los objetivos de mediano y largo plazo. En la práctica lo que ocurre es que las
organizaciones establecen los objetivos y las estrategias al mismo tiempo: existe una relación
indudablemente simbiótica entre el establecimiento de los objetivos y el diseño de las estrategias.
Los objetivos se van cristalizando conforme se implementan estrategias viables.
Las estrategias son las directrices que ayudan a elegir las acciones adecuadas para alcanzar las
metas de la organización. Permiten la definición de los planes de acción y constituyen la base para
el establecimiento de las prioridades en la asignación de recursos. Las estrategias proporcionan
una plataforma para la toma de decisiones respecto de los cursos de acción propuestos. A partir
de un objetivo estratégico es necesario establecer el “cómo” estos serán materializados. Si bien en
el ejemplo siguiente se define una estrategia por objetivo, se debieran desarrollar más de una,
considerando aspectos relacionados con recursos humanos, tecnologías, recursos financieros, etc.
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Cuadro N° 01
Ejemplos de Estrategias a partir de Objetivos Estratégicos
Los aspectos que deben ser considerados en la definición de las estrategias son:
En el ámbito privado las “estrategias de negocios” identifican de ocho a doce estrategias que una
organización debe tener en cuenta al decidir como “competir” en su entorno particular:
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En la literatura de planificación estratégica en el ámbito privado hay diversos ejemplos sobre
estrategias que son aplicables a la acción gubernamental4. Entre otras se mencionan:
Liderar
Mantener el objetivo
Concentrar la mayor fortaleza en el punto decisivo
Adoptar una posición ofensiva y mantener la movilidad
Lograr seguridad
Asegurarse de que todo el personal cumpla con su parte.
Una vez que se han establecido las estrategias preliminares es importante definir en base a las
metas de los indicadores estratégicos, cuán lejos o cerca está la organización de alcanzarlas ya sea
con los recursos previstos, con las capacidades de recursos humanos, con la tecnología que puedo
disponer, etc.
Cuadro N° 02
Salud: Ejemplos de Estrategias a partir de Objetivos Estratégicos
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Tomado de: Planeación Estratégica Aplicada. Cómo desarrollar un plan que realmente funcione. Goodstein, L, Timothy
M. Nolan, Pfeiffer William,J. Mc Graw Hill. 1998. Pág. 256.
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Bibliografía
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