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2 Ibidem, p.131
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Podemos decir que la nave central, a pesar de tener arcos fajones, no estuvo pensada en un
primer momento para recibir bóveda de cañón porque estos arcos fajones no están a la misma
altura y las ventanas originales están demasiado cerca del trazado del arco de descarga del muro
quedando por encima del hipotético cañón. Así se puede pensar en cubierta a dos aguas. En las
naves laterales se descarta la posible existencia de bóveda de cañón por hallarse en ruina antes de
150 años (caso extraordinario para este tipo de cubierta) y por la irregularidad de los arcos
fajones que descansan en columnas adosadas en el mejor de los casos siendo necesaria para la
pilastra con columnas para recibir estos arcos, que además, en la mayoría de los casos descansan
sobre capiteles sin función constructiva. Lampérez dudaba sobre si las bóvedas de las naves
laterales serían de arista (según el sistema borgoñón) o de cañón (sistema del Poitou) inclinándose
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por este último porque los arcos que comunican las naves son poco elevados así como por la
excesiva altura (hasta el arranque) de las bóvedas. por su parte Gaya Nuño opina que la manera
borgoñona de cubrir es más compatible con el sistema de crucero cupulado. Ortiz y Escajedo
están de acuerdo en que en un primer momento la iglesia se pensó con cubierta de piedra en los
ábsides y el crucero siendo el resto de artesonado de madera. Escajedo apunta que la cubierta de
madera en las naves laterales es muy probable porque aún se conserva parte de los canecillos por
encima de las bóvedas de crucería.
La cúpula del crucero es única en España: la planta de media naranja aparece achatada por el
lado norte-oeste, resultando una forma ligeramente oval. Los importante es la manera de ganar
altura, las pechinas no apoyan en los ángulos de los arcos torales sino que descansan sobre unos
muretes que a su ves soportan otros muros con arcos de descarga que corresponden al primer
cuerpo de luces de la linterna en el que se abren las ventanas que dan luz a la cúpula y es en los
ángulos de estos muros en donde arrancan las pechinas que sostienen la cúpula, que está cruzada
por sendos nervios. Al decir de Abundio Rodríguez la filiación de esta cúpula debería buscarse
más en los modelos de antioquía que en los bizantinos en tanto que la parte de la linterna que
forma cuerpo de luces, con sus ventanas geminadas estaría más emparentado con el románico
burgalés.
Las torres: la torrecilla cilíndrica parece ser original de la iglesia abacial del siglo XI,
destruida y reconstruida por la bula de Clemente IV, mantuvo las ventanas geminadas propias del
XI, de medio punto y fuste monolítico, aunque desaparecen las marcas de cantero que existen en
el cuerpo inferior de la torre, lo que nos habla de la reconstrucción. Podemos filiarla como de
influencia bizantina llegada de Rávena a través de Frómista.
La torre de campanas de los pies trató de armonizar con la