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Para entender un poco mejor el proceso histórico de la época del siglo XIX es necesario
mostrar y demostrar la verdadera intencionalidad de los españoles hacia América Latina y
en particular para nuestra patria.
Ellos nunca quisieron habitar definitivamente estas tierras buscaban sus conveniencias,
llegaban despreciaban a la gente, se aprovechaban de ellos y explotaban los recursos
naturales para luego marcharse con el botín que amasaban en poco tiempo.
Nunca dieron el valor a los indígenas, por cierto termino mal usado pues nosotros
deberíamos tener otro denominativo y no de indígenas, pero ese término se quedó de
forma despectiva y discriminatoria.
Fueron algunas de las razones para que los españoles dieran con América accidentalmente,
pues la intención era otra y no la de descubrir un nuevo continente.
Una vez instalados en América los europeos hicieron una injusta clasificación de las castas
como si las personas tuviéramos diferente valor por el solo hecho de tener la piel de
diferente color, donde el blanco ocupaba la cúspide de la pirámide en la sociedad colonial,
lo cual siglos más tarde será el inicio de un detonante y una razón para que criollos y
mestizos en principio sean quienes se revelen en contra de los primeros, los indígenas
también reclamaron sus derechos de cacicazgo, empezaron a tomar forma las diferencias
raciales, como un inicio a toda la independencia de Latino América, las reformas Borbónicas
que no estaban alejadas de estas causas también fueron el inicio para las revueltas de
diferentes partes de la sociedad colonial.
Ya en el caso de nuestro territorio que hoy ocupamos llamado Bolivia, todo empezó en el
año de 1809 con las revueltas de Chuquisaca y La Paz.
Cabe aclarar que nuestro territorio tuvo una serie de denominativos y nombres al
transcurso de su historia, en principio se llamó el Kollasuyu por ser parte del
Tahuantinsuyu, ya cuando los españoles llegan y se apoderan de las tierras lo llaman
Charcas estableciendo en esta región la Real Audiencia de Charcas, en el periodo de la
guerra de la independencia paso a llamarse el Alto Perú, en 1825 en el momento de la
declaración de la independencia se llamó Bolívar en homenaje al libertador Simón Bolívar,
finalmente Bolivia.
Movimientos Independentistas
REVUELTAS URBANAS
Es el primer componente que se hace durante la segunda guerra de Independencia
latinoamericana y se trata de revueltas urbanas a la cabeza de intelectuales criollos que
forman varias provincias sus propias juntas de gobierno, ignorando la autoridad del rey.
En este componente aparecen:
Los hermanos Zudáñez, Monteagudo, Michel
Varios caciques indigenas en La Paz; Esteban Arce, Guzman Quiton, Rivero y Manuela
Gandarillas.
En Trinidad y Santa Cruz, Suarez, Seoane, Warnes y Cañoto
Hecho por:
Fernando Diaz Pedraza
Daniel Moya Bravo
En sucre: Medina, Lanza, Murillo,
Loayza
En Cochabamba caciues indigenas
como Muiba, Bopi y Ojeari
Cañoto y Barron y Titichoca en Oruro
Millares, Subieta, Costa en Potosi
El gran espíritu de la Junta se refleja en la famosa proclama que redactó Medina, un primer
y valioso documento que podría servir de manifiesto de toda la independencia americana
Se denomina Junta Tuitiva de los Derechos del Rey y del Pueblo al gobierno local formado
en La Paz, como resultado de la revolución iniciada el 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca
que desencadenó varios levantamientos y juntas en el territorio de la Real Audiencia de
Charcas (hoy Bolivia).
Se trata de un texto, titulado “Proclama de la ciudad de La Plata a los valerosos habitantes
de la ciudad de La Paz”, enviado desde la ciudad de Chuquisaca, con la retórica y el estilo
propio de los juristas de la Academia Carolina. En esta Academia de la ciudad de Chuquisaca
(La Plata) estudiaron numerosos abogados paceños que participaron en el levantamiento
del 16 de julio de 1809.
Proclama de la Junta Tuitiva:
Compatriotas: Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de
nuestra patria; hemos visto con indiferencia por más de tres siglos sometida nuestra
primitiva libertad al despotismo y tiranía de un usurpador injusto que, degradándonos de la
especie humana, nos ha mirado como a esclavos; hemos guardando un silencio bastante
parecido a la estupidez que se nos atribuye por el inculto español, sufriendo con
tranquilidad que el mérito de los americanos haya sido siempre un presagio de humillación
y ruina.
El manuscrito original se encuentra en el Archivo General de la Nación Argentina, en
Buenos Aires, entre los papeles incautados y enviados a las autoridades del Virreinato del
Río de La Plata, del que dependía la Real Audiencia de Charcas.
Algunos políticos e intelectuales paceños presentan esta proclama como un texto “escrito
en La Paz”, pero los historiadores ya zanjaron el tema hace tiempo y los manuscritos de
época son claros al respecto. La proclama fue escrita en la ciudad de Chuquisaca. Esto no
disminuye la importancia que tuvo la Junta Tuitiva formada en la ciudad de La Paz y el
alcance radical de su acción.
GUERRILLAS
quizás las más importantes, pues no dejaban avanzar a tropas españolas y debilitaban al
ejercito del rey, Álvarez de Arenales en Mizque y Valle Grande, La Laguna con los esposos
Padilla Juana y Manuel Ascencio apoyados por el poeta indígena Juan Wallparrimachi, el
cura de San Ildefonso de las Muñecas en Cinti Camargo, Warnes y Juan Manuel Mercado en
Santa Cruz, Betanzos en Chayanta Potosí, en Tarija Moto Méndez y Francisco de Uriondo y
en Sica Sica de La Paz y Ayopaya en Cochabamba quizás las más importantes estaban José
Manuel Lanza acompañado de los indígenas Eusebio Lira, Fajardo y José Manuel Chinchilla.
Los ejércitos auxiliares argentinos, más que apoyar a la justa independentista fueron
quienes querían anexionar las tierras del Alto Perú hacia las tierras de Buenos Aires o
Argentina. Por lo tanto vinieron con otra intencionalidad, pues fracasaron en los cuatro
intentos que realizaron en diferentes años.
Luego, con la llegada de los Incas, todos estos pueblos fueron sometidos bajos sus leyes.
Durante la conquista esta vasto territorio llegó a depender del virreinato del Perú.
Posteriormente, creado el virreinato del Río de La Plata, en 1776, el Alto Perú o Bolivia pasó
a ser parte de este último, comprendiendo las intendencias de Potosí, Cochabamba,
Chuquisaca y La Paz, y las provincias de Moxos y Chuiquitos, que formaban parte de la
intendencia de Cochabamba. Todos estos territorios, al separarse del Río de La Plata y del
Bajo Perú, se constituyeron en la República de Bolivia.
Es así, como el colonialismo español toma asiento en esta parte de América, atraído por los
grandes yacimientos de oro y plata que lo convirtieron posteriormente en un país
netamente minero. A las ciudades fundadas se las dotó de cabildos, funcionarios de justicia,
como el alguacil mayor, alcaldes de primero y segundo voto y autoridades militares.
Como es natural, una autoridad impuesta por la fuerza donde el abuso y la prepotencia, la
imposición de una cultura y religión ajena al de los indígenas, más los servicios obligatorios
de la mita y de la encomienda, despertaron con el tiempo un sentimiento de profundo
resentimiento y rencor hacia el poder español.
A raíz de todas estas medidas represivas que impusieron los españoles, surgieron desde
1780 una serie de rebeliones que inquietaron el virreinato del Perú y la Audiencia de
Charcas.
Mientras tanto, desde el Perú, el general español José Manuel Goyeneche con un gran
ejército logró derrotar a las tropas argentinas en la batalla de Guaqui, el 20 de junio de
1811.
El Segundo Ejército Auxiliar al mando del general Manuel Belgrano, ingresó a territorio de
Charcas, el 7 de mayo de 1813, después de derrotar al general español Pío de Tristán, quien
había perseguido a Castelli hasta territorio argentino. Belgrano tampoco tuvo éxito en esta
campaña porque fue derrotado en Vilcapujio el 1º de noviembre de 1813, y por segunda
vez en Ayohuma el 14 de noviembre del mismo año.
El Tercer Ejército Auxiliar al mando del general José Rondeau, ingresó al Alto Perú después
de vencer a los realistas en la Quiaca, el 17 de abril de 1815. En su avance hacia
Cochabamba fue derrotado en Sipe Sipe, el 29 de noviembre de 1815 por Joaquín de la
Pezuela, quien había reemplazado a Tristán por su mala campaña militar emprendida en
contra lo ejércitos argentinos.
Pero al margen de las incursiones del ejército argentino a territorio alto peruano, las
guerrillas desempeñaron un papel sumamente importante en la consecusión de la
independencia de nuestro territorio. El cura Ildefonso de las Muñecas cubrió el norte del
Lago Titicaca, Sorata y Yavi; en el sudeste, entre Camargo y Cotagaita estaba Vicente
Camargo, entre los río Grande y Pilcomayo, y en la Laguna Combatían los esposos Padilla;
en el este entre Valle Grande y Santa Cruz de la Sierra, ponía en jaque a las autoridades
españolas, el valiente guerrillero Ignacio Warnes, y por último en el sur o sea en Tarija
estaban Eustaquio Méndez, Manuel Rojas y Francisco Uriondo.
Paralizadas las actividades de los guerrilleros, desde la Argentina, José de San Martín
organizar un poderoso ejército y cruza la cordillera de los Andes, logrando la independencia
de Chile el 12 de febrero de 1818. De allí victorioso en 1820 emprende una vasta campaña
militar con el propósito de liberar al Perú. El ejército de San Martín luego de numerosos
batallas hizó su entrada triunfal en la capital del virreinato el 12 de julio de 1821.
Mientras las tropas colombianas desembarcaban en el puerto peruano del Callao bajo el
mando del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz que hasta hace
poco había luchado en filas realistas, llegó a compartir las ideas libertarias de San Martín y
fue enviado a engrosar las tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto Perú, y en
agosto de 1823 ingresó en la ciudad de La Paz. Forzado a librar combate, Santa Cruz sale
victorioso en la batalla de Zepita contra una división del general Valdés, el 25 de agosto de
1823.
Entre los años 1822 y 1823, la situación en el Perú se había tornado caótica, los ejércitos
derrotados por los realistas y los políticos sumidos en la anarquía. En estas condiciones muy
lamentables encontró el Libertador Bolívar al Perú, cuando al fin el 1º de septiembre de
1823 se presento en Lima. El Congreso le otorgó la jefatura militar.
El panorama no podía ser más sombrío para los patriotas, la independencia del Perú no
estaba consolidada, ya que el 29 de febrero de 1824 los realistas lograron ocupar
nuevamente Lima. Pero esta vez, las conmociones políticas que vivía España influyeron
decididamente para el fraccionamiento de las tropas españolas en América.
Bolívar, encontró a los españoles divididos y organizó prontamente un ejército formado por
colombianos y peruanos y el 6 de Agosto de 1824, derrotó al ejército español del general
Canterác en los campos de Junín. Esta victoria constituye sobre todo, el paso previo para el
triunfo final de Ayacucho. Los jefes españoles, Canterác, Valdés y La Serna, reunidos en el
Cuzco deciden reorganizar sus fuerzas y salir al encuentro de los vencedores de Junín.
Sucre, por encargo del Libertador Bolívar, decide continuar la campaña militar en el Perú, y
el 9 de diciembre de 1824, los patriotas logran una espectacular victoria en la llanura de
Ayacucho, con la capitulación del virrey La Serna se reconocía "La Independencia del Perú y
América".
INDEPENDENCIA DE BOLIVIA
Cochabamba, Santa Cruz de la Sierra, Valle Grande, Tarija y Cinti, ya se hallaban en poder
de los revolucionarios.
El 9 de febrero de 1825, el Mariscal Sucre convoca a todas las provincias alto peruanas para
reunirse en un congreso que debía decidir el destino de la Nación. Pero, el destino de
Bolivia está sujeto a tres posibilidades que se abrían en el seno de la asamblea, proseguir la
unidad con el Río de la Plata, incorporándose al conjunto de las Provincias Unidas,
mantener la adhesión al Perú reconociendo las medidas de incorporación dictadas por el
virrey Abascal como resultado de la revolución del 16 de julio de 1809 en La Paz; o sostener
con decisión la independencia absoluta del Alto Perú, no sólo con relación a España, sino
también con referencia al Río de La Plata y al Perú. Tanto como la Argentina y el Perú
admitían esta tercera alternativa; en cambio, Bolívar, si bien no desautorizó públicamente a
Sucre le reprochó en carta privada esta iniciativa, pues entendía que alentar en ese
momento un acto de soberanía de esa naturaleza, conspiraba contra los intereses de los
demás países sudamericanos.
Sucre, un tanto molesto por el reproche que le hacía Bolívar, después de demostrar con
muy buenas razones la justeza de sus actos, anunció que obedecería lo mandado, no
obstante los daños que ello había de causar, pero que también abandonaría el país, porque
lo que se le ordenaba no compartía con su criterio, mas al contrario chocaba con su
conciencia y compremetía la fe de su palabra.
El acta en su parte expositiva dice en tono vibrante: "El mundo sabe, que el Alto Perú ha
sido en el continente de América, el ara donde se vertió la primera sangre de los libres y la
tierra donde existe la tumba del último de los tiranos". "Los departamentos del Alto Perú,
añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra entera, que su resolución
irrevocable es gobernarse por sí mismos".
Bolívar hasta este momento no aceptaba de buen grado la independencia de nuestro país,
pero, lo que le conmovió profundamente fue la actitud de las masas populares.
Esta expresión tan ferviente de la población, conmovió a Bolívar, quien de buen grado
aceptó la Presidencia de la República y llamó su "Hija Predilecta" a la nueva Nación.
Bolivia nacía a la vida independiente con los territorios que correspondían a la Real
Audiencia de Charcas de la época Colonial. Comprendía cuatro provincias convertidas en
departamentos: La Paz; Chuquisaca con Capital Sucre; Santa Cruz con capital, Cochabamba
y Potosí. Posteriormente, se creó el departamento de Oruro.