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El presente capítulo trata de la financiación que la ejecución del Programa 21, que
representa un consenso mundial que integra las consideraciones ambientales en un
proceso de desarrollo acelerado.
Para hacer frente a las cuestiones ambientales harán falta esfuerzos especiales. Las
cuestiones ambientales mundiales y locales están interrelacionadas.
Los países desarrollados reafirman sus compromisos de alcanzar la meta aceptada de las
Naciones Unidas del 0,7% del PBI para la asistencia oficial para el desarrollo, y, en la
medida en que aún no hayan alcanzado esa meta, están de acuerdo en continuar sus
esfuerzos por alcanzar ese nivel [para el año 2000], [lo antes posible], [para el año 2000 o
lo antes posible después de esa fecha].
iii) El Fondo para el Medio Ambiente Mundial, este debería reestructurarse para, entre
otras cosas:
- Tener la flexibilidad suficiente para hacer extensivo su alcance y cobertura a las áreas de
programas pertinentes de la Agenda 21, con beneficios para el medio ambiente mundial,
en la forma convenida;
e) Alivio de la carga de la deuda. Todos los acreedores del Club de París deberían aplicar
con prontitud el acuerdo de diciembre de 1991 para aliviar la carga de la deuda de los
países fuertemente endeudados más pobres.
f) Fondos privados.
Se ha estimado que el costo medio por año (1993-2000) para la realización en los países
en desarrollo de las actividades de la Agenda 21 ascenderá a más de 600.000 millones de
dólares, incluidos unos l25.000 millones que la comunidad internacional suministrará a
título de donación o en condiciones de favor. Los costos reales dependerán, entre otras
cosas, de las estrategias y los programas específicos que los Gobiernos decidan ejecutar.
Para desarrollarse de manera sostenible, todos los países necesitan acceso y capacidad
de utilización de la tecnología que conserva los recursos y protege el medio ambiente.
Es necesario realizar más investigaciones sobre los cambios climáticos, las tasas de
consumo de los recursos, las tendencias demográficas y la degradación ambiental, y se
deberán mejorar los métodos para la evaluación a largo plazo de los recursos naturales.
Deberá fortalecerse la capacidad de investigación, particularmente en los países en
desarrollo.
Fortalecimiento de la base científica para una gestión sostenible: Habrá que realizar una
evaluación sistemática de los efectos regionales y locales a largo plazo del cambio en el
planeta y la integración de los resultados en el proceso de desarrollo.
La secretaria de la Conferencia ha estimado que el costo total medio por año (1993-2000)
de la realización de actividades de este programa ascenderá a unos 150 millones de
dólares incluidos unos 30 millones de dólares que la comunidad internacional sumistrará a
título de donación o en condiciones de favor.
Deberá haber una mejor y más amplia vigilancia de los ciclos químicos y biológicos del
agua; las investigaciones en la química de la atmósfera y las fuentes y los sumideros de
los gases de invernadero; coordinación de las investigaciones realizadas por medio de
satélites del aire, el agua y la tierra y sus interacciones; y la elaboración de técnicas para
predecir y contrarrestar los efectos de las tensiones ambientales.
Se ha calculado el costo de estos programas en 2.000 millones de dólares por año entre
1993 y el año 2000; 1.500 millones de dólares se necesitarán con cargo a la financiación
internacional, sobre la base de los programas existentes.
Estas actividades costarán unos 35 millones de dólares por año entre 1993 y el año 2000;
18 millones deberán provenir de fuentes internacionales.
Los países en desarrollo requieren asistencia para estudiar y gestionar sus bases de
recursos y mejorar su capacidad de investigación y desarrollo. Los investigadores de los
países en desarrollo deberán participar plenamente en programas internacionales de
investigación para que sus Gobiernos puedan participar también en pie de igualdad en las
negociaciones sobre el medio ambiente y el desarrollo. Para detener el éxodo de
investigadores de los países en desarrollo se deberá poner a disposición en sus países de
origen sueldos apropiados, equipos, bibliotecas y otros servicios.
El costo estimado de este programa ascenderá a 750 millones de dólares por año entre
1993 y el año 2000, de los cuales 470 millones de dólares deberán provenir de fuentes
internacionales.
Existe aún una considerable falta de conciencia acerca de la interrelación entre las
actividades humanas y el medio ambiente. Se propone una actividad de enseñanza a
nivel mundial para fortalecer las actitudes, los valores y las medidas ambientalmente
idóneas y el apoyo al desarrollo sostenible. Esta actividad también deberá fomentar el
turismo ecológico, utilizando parques nacionales y zonas protegidas.
La asistencia técnica a los países en desarrollo costará unos l5.000 millones de dólares
por año, una cuarta parte del total de la asistencia para el desarrollo. La ejecución de la
Agenda 21 requerirá una utilización más eficaz de esos fondos y una financiación
adicional en esferas concretas. Un nuevo mecanismo de financiación propuesto para la
coordinación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que actuará como
catalizador para el resto de la financiación, requerirá entre 300 y 500 millones de dólares
anuales, y en cinco años ascenderá a 1.000 millones por año.
- Una comisión de alto nivel sobre desarrollo sostenible encargada de actuar como
principal órgano subsidiario de la Asamblea General y el Consejo Económico y Social
para integrar cuestiones del medio ambiente y el desarrollo. La Comisión comunicará
directamente a la Asamblea General las cuestiones substantivas, y por medio del Consejo
Económico y Social a la Asamblea General, las cuestiones vinculadas a la coordinación.
Estaría integrada por los Estados elegidos como miembros de la Comisión; o de lo
contrario
Se deberá brindar a los países en desarrollo asistencia financiera y técnica para fomentar
su capacidad de participar en las negociaciones nacionales e internacionales y llevar a la
práctica y vigilar los acuerdos nacionales e internacionales relativos al desarrollo
sostenible.
Las normas internacionales para la protección del medio ambiente deberán fomentarse en
forma gradual, tomando en consideración las diferentes situaciones y capacidades de los
países [para que las normas fijadas en forma unilateral no se puedan utilizar como
barreras comerciales].
Los Estados deberán ampliar y mejorar la gama de técnicas disponibles para prevenir y
arreglar las controversias. [Aquí deberá cumplir un papel importante la Corte Internacional
de Justicia.]
La destrucción del medio ambiente intencional y en gran escala -en tiempos de guerra- no
podrá justificarse bajo el derecho internacional y deberá prevenirse. La Asamblea General
y el Comité Internacional de la Cruz Roja son los foros pertinentes para encargarse de
este tema.
- La mejora de la recopilación y
análisis de los datos. Los países y las
organizaciones deberán tener
inventarios de datos sobre el medio
ambiente, recursos y desarrollo.
Deberán utilizar nuevas técnicas de obtención de datos, tales como la teleobservación por
satélite.
- Se harán los cambios institucionales necesarios a nivel nacional para que los Gobiernos
puedan integrar el medio ambiente y la información sobre el desarrollo.