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Tema 2

Ética profesional

INTRODUCCION

ÉTICA PROFESIONAL El profesional en su diario vivir no solo confronta problemas


con relación a su trabajo, sino también en su profesión de día a día con las personas que
le rodean, esto hace que muchas veces cometamos errores sin darnos cuenta que estamos
pisando la línea de la moralidad y el diario vivir. Desde la revolución francesa, donde se
proclamó la igualdad de derechos, existen personas, hombres y mujeres que llevan en su
carga la economía y la estabilidad de cualquier país. Desde tiempos muy antiguos nos
hemos topado con diferentes profesiones y unto a estas siempre existen reglas que marcan
y rigen el desempeño de dichas profesiones. Los hombres y mujeres enfrentan problemas
que de una manera u otra podrían poner en tela de juicio su debida conducta, muchas
veces ellos mismos dudando de su propia profesionalidad, pero teniendo siempre en
cuenta que existen desde tiempos remotos deberes y derechos que cada cual sabe donde
clasificarse. ÉTICA No es fácil definir este concepto, ya que tiene varios significados. La
palabra ética derivó del griego “ethos” y se le relacionaba con “morada o lugar de
residencia”, pero su significado más aceptado es el de “modo de ser o carácter”. Según el
libro de Emilio Filippi el vocablo ethos se traduce también como costumbre y es por eso
que a la ética se le conoce o se le da la acepción de “ciencia o doctrina de las costumbres”.
Debido a la evolución que ha sufrido la palabra ética se le ha llegado a confundir con la
moral, concepto que deriva del latín y que también significa costumbre. La gran diferencia
radica en que la moral es “la ciencia que enseña las reglas que deben seguirse para hacer
el bien y evitar el mal” o también “el conjunto de normas y hechos que conducen al
hombre hacia la práctica de las buenas costumbres, la honestidad y el cumplimiento del
deber”, en cambio la ética es “aquella parte de la filosofía que trata de la moral y de las
obligaciones del hombre”. Es decir; la moral plantea lo que ha de hacerse y la ética
conduce a que se practiquen y se apliquen las normas morales. Por lo tanto la ética como
ciencia estudia los actos humanos; dice si son buenos o malos, justos o injustos. Pero la
ética no debe quedarse detenida sólo en esto, además debe ser una ciencia práctica y con
respecto a esto Aristóteles señala “no estudiamos ética para saber que es la virtud, sino
para aprender a hacernos virtuosos y buenos, de 2 otra manera sería un estudio totalmente
inútil”. Según nuestra opinión esto es bastante cierto ya que uno no se hace honesto por
saber que es la honestidad sino porque practica esta virtud. Virtud se entiende por “una
disposición constante del alma humana que nos incita a obrar bien y a evitar el mal y es
el principio fundamental para una buena conducta ética”. La ética también señala qué
valores el hombre debe asumir para buscar el bien y alejarse del mal. Con respecto al bien
y al mal el estudio de la ética debe ser muy cuidadoso, y esto se debe a que el hombre es
un ser social y cada sociedad tiene sus propias concepciones de lo bueno y lo malo,
aunque muchas veces se asemejan. Con respecto a que valores debe asumir el hombre
para conseguir el bien, el estudio ético se preocupa de las circunstancias o del medio
ambiente en que se den, como lo es el de un profesional. LOS PROFESIONALES Como
ya habíamos señalado el hombre es un ser social, y dentro de la sociedad realiza ciertas
actividades como lo es ser integrante de una familia; pero una de las más importantes es
la actividad profesional. Se entiende por profesional a “una persona que de acuerdo con
ciertos parámetros establecidos jurídicamente por la sociedad, y después de recibir la
debida instrucción y capacitación superior, tiene encomendada, de manera habitual, una
tarea específica que debe cumplir en beneficio de los demás, recibiendo por este trabajo
la debida compensación pecuniaria. Y con otra perspectiva, la persona puesta al servicio
de los demás, que vive para su profesión y debe vivir de su profesión”. De esto se deduce
que en profesional tiene derechos como la remuneración y tiene deberes hacia su
empleador como cumplir con el trabajo encomendado; también tiene deberes hacia la
sociedad, ya que, analizando la definición dada, es ésta la que establece los parámetros
que permiten que un individuo se capacite y sea privilegiado ejerciendo una profesión.
Por lo tanto un profesional no sólo debe ejercer su trabajo, sino que debe ejercerlo bien,
ya que éste tiene un fin social, que consiste en atender adecuadamente cada una de las
necesidades que la sociedad debe satisfacer, para contribuir así al bien común. Estos
trabajos pueden estar relacionados con salud, justicia, comunicaciones, seguridad y otras
necesidades. REQUISITOS PROFESIONALES Estos son los requisitos esenciales para
cumplir adecuadamente con el ejercicio de una profesión: • Inclinación personal a la
profesión que se trata. • Aptitud natural para ejercerla debidamente • Una adecuada
preparación teórica. • Una suficiente capacitación práctica. • Sentido del deber y vocación
de servicio. • Estos cinco puntos podemos resumirlos como vocación que según Emilio
Filippi sería “una voz que mueve a hacer tal o cual cosa para realizarse como persona”.
Pero para una realización más eficiente de una profesión, la vocación debe estar 3
acompañada además por algunas condiciones o aptitudes especiales, ya sean intelectuales,
físicas, volitivas y psicológicas. ACTITUD PROFESIONAL Como hemos mencionado
antes el profesional debe cumplir con sus deberes lo mejor posible y esto debe hacerse
desde su etapa de formación, planteándose el estudio como una actividad seria y
“profesional”, porque ya en esta primera etapa un trabajo debe realizarse lo más
perfectamente posible y será la base para todo el posterior desempeño del profesional.
Debemos señalar que la capacitación del profesional no debiera terminar nunca debido a
que el mercado laboral es altamente competitivo, por lo tanto quien no haya innovado sus
conocimientos quedará fuera de este sistema. Otra actividad importante es el
aprovechamiento del tiempo, y esto cabe señalarlo ya que Chile es uno de los países con
más horas de trabajo y una productividad de las más bajas del mundo, es posible que esto
se deba a la falta de profesionalismo, por ejemplo: una reunión programada a las 10am
comienza media hora después, termina media hora después y así va atrasando todo lo
programado; además el retraso se produce por otros factores como el no asistir preparado,
de esta forma se improvisa y se arrastran los temas a tratar. Entre otras causas de la baja
productividad podemos señalar los malos hábitos de la oficina como: • Comentar el tema
del día en el pasillo • El cafecito de rigor • Los largos almuerzos “ejecutivos”, entre otros.
• Todas estas son prácticas inadecuadas en el modo de enfrentar y hacer el trabajo. Para
evitar todo esto un profesional tiene que “hacer lo que se debe y estar en lo que se hace”.
Para ello se deben cuidar una serie de pequeños detalles como: • Esforzarse para cumplir
el horario citado para la cita. • Comenzar y terminar el trabajo a la hora indicada. •
Cumplir con todos los encargos aunque resulten difíciles o aburridos. • Ser ordenado con
los documentos. • Formar equipos de trabajo. • Ser discursivo, es decir, terminar una cosa
y comenzar con otra. • Planificar el día, la semana y el mes de una actividad. • En resumen,
mientras nos esforcemos por realizar nuestro trabajo diario de la mejor forma posible, no
sólo nos hacemos mejores personas, sino que servimos mejor a quienes nos rodean
ayudando así, a que los demás se hagan también mejores personas. FORMACIÓN
PROFESIONAL Sabiendo que a uno se le concede la personalidad jurídica desde el
momento del nacimiento "derechos y deberes" y a sabiendas también que se van
desarrollando con el paso del tiempo. Nuestra vida se rige por diferentes pasos que hacen
de cada individuo lo que sería en un futuro, entiéndase, pasar por las distintas etapas de
conocimientos: escuela primaria, secundaria y en última grado, la universitaria. 4 Solo
eso no basta, ya que esos conocimientos lo forman una generalidad de la vida y el
profesional debe de saber combinar esa generalidad con su formación profesional.
Entiéndase, por formación profesional un alto grado de conocimiento que se le inculca a
un individuo de la sociedad, dotándolo de un interés particular en su profesión que se va
a reflejar en su desempeño diario de la vida. CARÁCTER PROFESIONAL El individuo
al tener una presencia o personalidad variable, puede modificarse, es decir, puede
engrandecer su ego, puede tener una sed inmensa de llegar a la perfección de su profesión,
haciéndolo para el un modelo sin errores e inequívocos. El carácter para el individuo en
su profesión se refleja desde tiempos antiguos, ellos han experimentado un progreso en
todos los tipos de ciencias, han conquistado y desarrollado experimentos que tiempos
atrás hubieran sido inimaginables de realizar. El profesional sin carácter puede tender a
caer en un modelo usado por cientos de profesionales, puede llegar a caer en lo que sería
la mediocridad, siendo éste el título menos deseable para personas con aspiraciones en la
vida. El carácter no se forja solamente con un título, se hace día a día experimentando
cambios, ideas, experiencias, se hace enfrentándose a la vida. En definitiva, el título es
como el "adorno" de la profesión. No importa si lo tienes, lo importante es saberlo utilizar.
VOCACIÓN La vocación es un deseo entrañable hacia lo que uno quiere convertirse en
un futuro, a lo que uno quiere hacer por el resto de su vida, es algo que va enlazado y
determinado por tus conocimientos generales. Un profesional que carezca de vocación,
el proceso puede ser mas tardío y difícil para poder desarrollar sus conocimientos, a
diferencia de un profesional que sienta una verdadera vocación. ORIENTACIÓN
PROFESIONAL Cuando una persona o un individuo carezca del conocimiento o esté
inseguro de la actividad que quiera realizar a nivel profesional puede asistirse de ayuda
en o que es la orientación profesional, siendo este un proceso utilizado por personas
capacitadas para ayudar a las personas a conocerse a sí mismos, a conocer el medio social
en que viven y poder indicarle de cierta forma la actividad profesional que más le
conviene a cada uno de ellos. A mi parecer toda persona que vaya a ingresar a los estudios
superiores debe de ir orientado hacia lo que esa persona realmente quiera y pueda
aprender y ejecutar. Aunque una persona pueda tener una vocación determinada hacia "x"
actividad profesional es necesario y recomendable que se oriente para darle más confianza
y 5 seguridad y para ponerle la contraparte y de esa manera poder reafirmar la convicción
de esa persona hacia esa actividad. COSTUMBRE La costumbre son normas que crea
una sociedad por su continuidad y que le dan un hecho jurídico palpable y tienen como
las leyes, consecuencias cuando son violadas, el profesional no solamente debe regirse
por su código de ética propio, sino que debe irse hacia un marco de costumbre,
entendiendo que no todo lo que se viola esta escrito, ni todo lo que la sociedad repudia lo
contiene las leyes. El código de ética de cada profesional enmarca una serie de reglas,
derechos y deberes que lo limitan y mantienen al margen de caer en errores profesionales
y morales, al mismo tiempo guiándolos por el buen desempeño profesional. Un
profesional conlleva consigo una serie de hábitos y costumbres que lo ha adquirido
durante toda su vida, no obstante a eso, no todo lo que uno realiza cotidianamente es
correcto ante la sociedad, por lo que un profesional tiene que tener la capacidad moral e
intelectual para poder diferenciar lo correcto e incorrecto de su profesión, ya que ejemplos
tales como: decir buenos días, tener una sonrisa en la cara, ser solidario, ser buen
compañero, son puntos que no están especificados en un código y no por eso limitan al
profesional a realizarlo. RESPONSABILIDAD Se dice de una persona que es responsable
cuando está obligada a responder de sus propios actos. Aunque algunos autores mantienen
que la libertad es definida por la responsabilidad, la gran mayoría de estos están de
acuerdo en que el fundamento de la responsabilidad es la libertad de la voluntad. Una vez
admitida la libertad que fundamenta la responsabilidad, se plantea todavía varias
cuestiones importantes: ante todo, se trata de saber si la responsabilidad afecta solamente
a algunos actos de la persona o bien si afecta a todos. En segundo lugar se plantea el
problema de los grados de responsabilidad y finalmente se plantea el problema de la
entidad o entidades ante la cual es responsable (debe de ser de carácter personal). El
sentimiento de responsabilidad es un sentimiento personal que compromete a cada
persona y le hace comprender que no puede simplemente abandonarse a sus
conveniencias individuales. Para mí, según las investigaciones que he recopilado de
diversas fuentes he llegado a la conclusión del concepto de responsabilidad, el
sentimiento de responsabilidad nace y se desarrolla a través de los años. Este sentido nos
enseña la importancia de las cosas, a valorarlas y cuidarlas. Todo individuo o persona
lleva una responsabilidad sea personal o para otra, pero esta la lleva a cabo dependiendo
de sus criterios. 6 LIBERTAD Es un privilegio de que gozan las personas, por vivir en
un país libre y les permiten actuar como deseen. En este sentido, suele ser denominada
libertad individual. El término se vincula a la soberanía de un país en su vertiente de
‘libertad nacional’. Sin embargo una libertad desbordada haría imposible la convivencia
humana, por lo que son necesarias e inevitables crear normas y leyes para hacer posible
dicha convivencia. La libertad se define como el derecho de la persona a actuar sin
restricciones siempre que sus actos no interfieran con los derechos equivalentes de otras
personas. La naturaleza y extensión de las limitaciones a la libertad, así como los medios
para procurarlas, han creado importantes problemas a los autores y juristas de todos los
tiempos. Casi todas las soluciones han pasado por el reconocimiento tradicional de la
necesidad de que exista un gobierno, en cuanto grupo de personas investidas de autoridad
para imponer las restricciones que se consideren necesarias. Más reciente es la tendencia
que ha subrayado la conveniencia de definir legalmente la naturaleza de las limitaciones
y su extensión. La libertad conlleva la responsabilidad de elección, acto voluntario,
espontaneidad, como margen de determinación, como ausencia de interferencia, como
liberación frente a algo, como realización de una necesidad. El concepto de libertad es
pues sumamente complejo. El vocablo latino "libert" del que deriva libre. En este sentido,
el hombre libre es el que es de condición no sometida o esclava. Se es libre cuando esta
"vacante" o "disponible" para hacer algo por sí mismo. La libertad es entonces la
posibilidad de decidirse y, al decidirse de auto determinarse. Pero como el sentido de libre
comporta el sentido de no ser esclavo la liberación ha que se refiere el ser libre puede
referirse a muchas cosas por ejemplo, las pasiones. Entonces una persona tiene total
libertad de elegir una profesión que esté en un marco legal establecido, ya que la
ilegalidad no es profesional. LA ÉTICA PROFESIONAL Ya hemos descrito a la ética y
a los profesionales, ahora mencionaremos lo que es la ética profesional. A la ética
profesional se le conoce también como deontología y ésta es “la ciencia de los deberes de
una determinada profesión o la ética de los deberes pragmáticos, o sea de aquellos que se
fundan en sus efectos prácticos, adaptados a las condiciones reales que se dan en el
desarrollo de esa actividad”. La primera profesión a la que se aplicó la deontología fue la
medicina en 1845. Después se introdujo en otras, pero sólo como un pequeño reglamento.
Ahora estas normas mínimas existen prácticamente en la mayoría de las profesiones
universitarias 7 (abogados, ingenieros, periodistas, médicos); también en carreras tanto
técnicas como profesionales (contadores); labores públicas, empresariales y políticas; e
incluso en pequeños oficios como el de los bibliotecarios. Este pequeño reglamento está
expresado en lo que se conoce como códigos de ética, ya sean nacionales e
internacionales. Un código de ética es “el conjunto de reglas en que una profesión declara
su intención de cumplir con la sociedad, es lealtad hacia ella, ya que son todos estos
sectores los que están confiando en su trabajo”, cabe hacer mención que las faltas a éste
no están regidas por una sanción del Estado (excepto que se infrinjan las leyes), los que
encargan de estos asuntos son los órganos de autocontrol de las respectivas profesiones,
es decir, los colegios profesionales. Este código de ética dirá qué es lícito e ilícito,
correcto e incorrecto, aceptable e inaceptable; por lo tanto no debe estar ajeno a la
actuación profesional. Hay personas que dejan a un lado estos márgenes, la mayoría de
las veces por un afán de lucro inmoderado. Ejemplo: Iván Morales analista de Serrano
Corredores, después de estar sin trabajo y afectado económicamente, falsificó una carta
del grupo Luksic anunciando una supuesta OPA (Oferta Pública de Acciones) por el
Banco de Chile, creyendo que de esta forma saldría de su crisis, cosa que no aconteció ya
que luego sería recluido en Capuchinos. Con respecto a esto algunos especialistas señalan
que: “A pesar de mentarlos constantemente, los valores éticos están en crisis, si los
comparamos con otros principios e ideales que de hecho están dirigiendo nuestras vidas:
el éxito, el dinero y el placer”. Por lo tanto estos tres últimos factores si no son
aprovechados de buena manera pueden conducir a una falta de ética. La ética profesional
como concepto tiene una íntima relación con la responsabilidad social. Tanto que es la
Ética profesional la que posibilita llevar a la práctica los valores que pregona la
Responsabilidad Social y es la Ética la que nos ayuda a ejercer la responsabilidad en un
marco de coherencia y correspondencia social. Para que la responsabilidad social (RS),
responsabilidad social corporativa (RSC), responsabilidad social empresaria (RSE)
puedan acometerse y no sólo sean respetadas a la distancia, se necesita de profesionales
que sean éticos. La Responsabilidad Social tiene subsumida en sí un conjunto de
premisas, principios, valores, y normas de conducta que se han establecido por el
colectivo social como elementos representativos de la denominada Responsabilidad
Social. La Etica sin embargo, no prescribe ninguna norma o conducta, tampoco la ética
nos obliga o nos recomienda que deba ser realizado. Su propósito se relaciona entre otros
factores con la praxis, con el cómo se ha de aplicar en los distintos contexto profesionales
y personales de nuestra vida los valores sociales. Sabiendo que el procedimentalismo
ético no recomienda ningún valor social concreto, sino que centra su campo de acción en
resolver los procedimientos que den legitimidad a estos principios. La Ética entonces es
una praxis racional de los principios y conceptos relacionados a la Responsabilidad
Social, desde una perspectiva de igualdad, universalidad e interactividad con los actores
del contexto de aplicación e implicaciones. El contexto actual requiere con urgencia que
los profesionales de las empresas y organizaciones practiquen la responsabilidad social y
sean éticos, necesitamos que los actores de la innovación institucional sean competentes,
creativos, contextuales, 8 conceptuales y que comprendan que la solidaridad es la clave
para lograr la sostenibilidad y para afrontar esta crisis de legitimidad que vivimos. Hoy
se necesita que las personas en las organizaciones entiendan que la Responsabilidad
Social, Corporativa o Empresaria (Según el contexto de aplicación); debe de la mano de
la ética profesional dejar de ser sólo discurso y reflejarse en la acción cotidiana, en los
actos, en las actividades, en las tareas y en nuestro trabajo diario. Este proceso de entender
cómo bajar a la realidad cotidiana de nuestros actos estos principios es un trabajo de
conceptualización colectivo, aquí presentamos un documento que busca contar
claramente como se puede llevar a la práctica la Responsabilidad Social. La moral es una,
aunque comporte puntos de vista diversos. Tanto la moral natural como la moral más
intransigentemente teológica, o desemboca en la vida, o no sirve para nada. La decepción
de los estudiantes que se inician en un curso de filosofía moral proviene de que buscan
sinceramente una regla que abarque toda su vida, y terminan sólo vislumbrando algunas
nociones fragmentarias. Les inquieta, y a veces les desespera que en algunos casos se
convierte en desértica y mastodóntica digestión de principios, cuando su preocupación
más honda y lacerante en la vigilia de su graduación es el problema de su vida profesional.
Pero la vida profesional es problema capaz de preocupar solamente en tres sentidos: a)
¿Cómo se triunfa social y económicamente? b) ¿Cómo se triunfa científicamente? c)
¿Cómo es posible conjugar estos triunfos sin comprometer la conciencia y la dignidad
humana? Aparte de una exigencia metodológica intrínseca de las ciencias morales, la ética
profesional ha nacido en parte del buen deseo de colmar esa laguna. Los cursos de ética
profesional, cada vez más extendidos y reclamados en las universidades de más saneado
prestigio, son evidentemente la manera más noble de cumplir con su responsabilidad
educativa y de responder a la confianza y a las esperanzas que familias y naciones
depositan angustiosamente en lo que el pueblo nombra con respeto y simpatía: la
Universidad. La Etica profesional se suele definir como la “Ciencia normativa que estudia
los deberes y los derechos de los profesionistas en cuanto tales”. La palabra ética,
confirmada por diccionarios y académicas con el sentido de “parte de la filosofía que trata
de la moral y de las obligaciones del hombre”, no es tan preciso en el significado como
la palabra moral. Moral polariza y concreta de tal manera las obligaciones internas de la
conciencia que, incluye al menos parcialmente, las obligaciones derivadas del orden
jurídico. En otras palabras: el concepto medular de la ética profesional es el concepto de
moralidad. Todos los principios normativos y las aplicaciones prácticas de su casuística
deben estar impregnados e impulsados por la moral. Pero erraría quien hiciera objeto de
la ética y responsabilidad profesional solamente a las obligaciones impuestas por la moral
o el derecho natural, con exclusión de cualquier otra exigencia de índole jurídica o social.
9 Por la jerarquía y trascendencia social y humana de la profesión, tiene un relieve
particular: 1) El derecho; la legislación o prescripciones jurídicas de cualquier
comunidad. 2) La sociedad; entendida como solidaridad humana dentro de cualquier
orden. 3) La tradición, que siendo el legado razonable, y a veces heroico de las
generaciones precedentes, no merece un tratamiento grosero ni ofensivo; ni siquiera la
común postergación de la indiferencia y el olvido. 4) La cortesía y urbanidad, que sin
afectar directamente a ninguna virtud tantas veces del buen nombre del profesionista, con
perjuicio o beneficio de la misma profesión. De aquí la importancia que daremos a la
“dignidad personal”, al tratar de la competencia moral del profesionista. • Su importancia
en el orden especulativo La importancia de la ética profesional puede considerarse en el
Orden Especulativo: Analiza los principios fundamentales de la moral individual y social,
y los pone de relieve en el estudio de los deberes profesionales. Siguiendo el
procedimiento Socrático-Aristotélico, trata de definir con claridad y concisión la
naturaleza de la Profesión y las distintas relaciones con todos los elementos humanos que
sufren su influencia o la ejercen. Así comprendemos la diferencia entre los deberes o la
ejercen. Así comprendes la diferencia entre los deberes derivados de la justicia o la
caridad, cuando hay virtudes que es menester practicar en conciencia, y los otros deberes
sociales impuestos por la convivencia. El joven egresado de la universidad, sobre todo si
el ambiente fermentaba en inquietudes espirituales, al desembocar en lo que comúnmente
se llama la vida sufre una decepción tremenda: “tiene la impresión de que la moral es
solamente respetada en los libros”, porque todas las leyes son conculcadas más o menos
descaradamente por personas (a veces personajes) de su respeto, sin que nadie, se
escandalice ni proteste, ni en los negocios, ni en la política, ni en la familia. Es la primera
crisis por la que atraviesa toda profesión. Es la hora de la decisión vital; porque si su
moral está bien pertrechada espiritualmente, se resuelve a luchar y a ser fermento de
renovación humana en todos los órdenes. En cambio, si no ha precedido una sólida
formación moral proporcionada a las necesidades contemporáneas, el flamante
profesionista claudica sin resistencia ni batallas, guardando una secreta rebeldía para sus
maestros “porque no le prepararon para eso; porque le disfrazaron la vida, y porque, en
lugar de moral, le enseñaron un mito”. • Su importancia en el orden práctico En el Orden
práctico, la importancia está determinada por las conveniencias y consecuencias que
mutuamente rigen las relaciones entre profesionistas y clientela. Es notorio que la mejor
garantía del éxito profesional la constituye el leal y escrupuloso cumplimiento de los
deberes. La clientela, por un instinto defensivo, tiene horror de los autómatas que no
tienen responsabilidad ni amor al ejercicio consciente de la profesión. Por otra parte, la
función específica de la actividad profesional consiste en establecer o restablecer el orden
necesario al bien común. Pero frecuentemente el profesionista se 10 juzga dispensado de
cualquier orden o disciplina; como si semejante anarquía fuera un privilegio debido a su
capacitación universitaria. La profesión se puede definir como la actividad personal,
puesta de una manera estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio, a
impulsos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la persona humana.
En un sentido estricto esta palabra designa solamente las carreras universitarias. En
sentido amplio, abarca también los oficios y trabajos permanentes y remunerados, aunque
no requieran un título universitario. En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una
situación que le confiere deberes y derechos especiales, como se verá: • La Vocación. La
elección de la profesión debe ser completamente libre. La vocación debe entenderse como
la disposición que hace al sujeto especialmente apto para una determinada actividad
profesional. Quien elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la mitad de
su éxito en su trabajo. • Finalidad de la Profesión. La finalidad del trabajo profesional es
el bien común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo, está siempre
orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades especializadas para el
beneficio de la sociedad. Sin este horizonte y finalidad, una profesión se convierte en un
medio de lucro o de honor, o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del
propio sujeto. • El Propio beneficio. Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y utilidad de
la profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es porque todo el mundo se inclina
por naturaleza a la consideración de su provecho personal, gracias a su profesión. No está
de más mencionar el sacrificio que entrañan casi todas las profesiones: el médico,
levantándose a media noche para asistir a un paciente grave; el ingeniero, con fuertes
responsabilidades frente a la obra, etc. La profesión también gracias a esos mismos
trabajos, deja, al final de cuentas, una de las satisfacciones más hondas. • Capacidad
profesional. Un profesional debe ofrecer una preparación especial en dos sentidos:
capacidad intelectual y capacidad moral. La capacidad intelectual consiste en el conjunto
de conocimientos que dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar sus labores.
Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios universitarios, pero
se deben actualizar mediante las revistas, conferencias y las consultas a bibliotecas. • Es
responsabilidad del profesional mantenerse actualizado en conocimientos. La capacidad
moral es el valor del profesional como persona, lo cual da una dignidad, seriedad y
nobleza a su trabajo, digna del aprecio de todo el que encuentra. Abarca no sólo la
honestidad en el trato, no sólo en el sentido de responsabilidad en el cumplimiento de lo
pactado, sino además la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera profesional
en un horizonte mucho más amplio, hacia la búsqueda y construcción de una sociedad
más justa y equilibrada. El profesional debe ejercer su función desde la más estricta
honradez y fidelidad a los principios. Junto a los conocimientos y habilidades 11 para el
buen desempeño, los profesionales deben caracterizarse por sus principios éticos y
morales, por su honestidad a toda prueba, por su incorruptibilidad, por su disciplina, su
espíritu colectivo, por su austeridad, modestia y estilo de vida sencillo. El ejercicio
profesional demanda un amplio campo de autonomía, tanto personal como del colectivo
en su conjunto, cuyo correlato es la asunción de las responsabilidades inherentes al
desarrollo de la actividad. • La responsabilidad profesional, es un caso paradigmático de
responsabilidad moral que proviene del conocimiento especial que cada uno posee. El
profesional debe dominar una parte especial del conocimiento avanzado, particularmente
conocimiento que tiene que ver con el bienestar de los otros, que demarcan una profesión.
Como guardianes del conocimiento especial que influye en el bienestar humano, los
profesionales están obligados por responsabilidades morales especiales, que son
requerimientos morales, a aplicar a su conocimiento, de forma que beneficie al resto de
la sociedad. Dicho lo anterior, podemos hablar de la existencia tanto de una ética como
de una deontología profesional. La primera se centraría sobre todo en perfilar y definir el
bien de una determinada profesión (no sólo el personal del propio profesional, sino
especialmente su aportación al bien social o común), mientras que la segunda se ocuparía
de las obligaciones propias de dicha actividad. En otras palabras: la ética profesional sería
la expresión de las diversas y plurales éticas de máximos existentes en todos y cada uno
de los profesionales de especialidad, mientras que la deontología expresaría la ética de
mínimos que todas las anteriores comparten y están obligadas a cumplir a pesar de sus
diferencias. • La ética profesional deontología. Orientada al bien, a lo bueno, orientada al
deber (el deber debe estar en contacto con lo bueno). No normativa. Normas y códigos.
No exigible. Exigible a los profesionales. Propone motivaciones. Exige actuaciones. •
Conciencia individual predominantemente. Aprobada por un colectivo de profesionales.
Amplitud: se preocupa por los máximos. Mínimos obligatorios establecidos. Parte de la
ética aplicada. Se ubica entre la moral y el Derecho América Latina necesita profesionales
universitarios que tengan valor: Para ser lo que son y no pretendan lo que no son. • Para
vivir honradamente dentro de sus propios recursos y no deshonestamente a expensas de
otros. Profesionales que no quieran adquirir riqueza sin trabajar. • Profesionales que
desarrollen negocios con moral. • Profesionales que tengan ciencia pero con amor a la
humanidad • Profesionales que aprendan a relacionarse con los demás, en un entorno en
que sean unos artífices de un trato de excelencia. • Profesionales que se metan en política
pero con principios. La experiencia ética en el campo de la profesión se relaciona,
fundamentalmente, con tres ideas: la idea del deber, la idea del bien y la idea del sentido.
Desarrollar una profesión es, de entrada, adquirir unos deberes y llevarlos a cabo mediante
la intervención en un determinado ámbito de la sociedad. En segundo lugar, es intentar
hacer un bien a un destinatario y, asimismo, a un conjunto social y, en tercer lugar, es
construir prácticamente un sentido con la propia actividad, con la propia vida. 12
Trabajamos por algún motivo, para conseguir un determinado objetivo, aunque no todos
coincidamos en la razón o el motivo de nuestro trabajo. A veces, la profesión tiene un
sentido intrínseco, es decir, por sí misma tiene valor. En otras ocasiones, la profesión
tiene un sentido extrínseco, es decir, se le atribuye valor porque gracias a ella uno alcanza
determinados objetivos ajenos a la profesión, pero que no podría alcanzar sin ella. La
experiencia de la profesión, al igual que la experiencia ética, se relaciona en todo caso
con estos tres conceptos: el deber, el bien y el sentido. Ser profesional, sea del sector que
sea, significa asumir unos determinados deberes. La experiencia ética se refiere
directamente a la experiencia del deber. PROFESIÓN Y PROFESIONISTAS La
profesión es una capacidad cualificada, requerida por el bien por el bien común con
peculiares posibilidades económico-sociales. Vale la pena hacer un análisis para medir la
dimensión y densidad de la profesión, porque esas son, exactamente, las medidas de la
responsabilidad profesional. A) Capacidad. No decimos actividad porque un profesionista
puede estar durmiendo o jubilado sin perder nada de su carácter. Además es evidente que,
ni excluimos uno de los términos, ni los contraponemos; por la sencilla y clásica razón de
que la actividad es la manifestación y la ley de la capacidad, ya que “la capacidad se
especifica por la actividad y, sin ella, decrece y se anula”. B) Cualificada. No de cualquier
manera; sino a través de la preparación científica y humanista de los estudios
universitarios. Esta cualificación la veremos adecuadamente más adelante, cuando
estudiemos la triple competencia profesional. C) Requerida por el bien común. Estamos
afirmando dos cosas fundamentales Primero, que el bien común es la medida de la
correlación “dignidadactividad”. Así, no existe la profesión de “gangster”, usurero,
coyote, etc. Entendemos sumariamente por bien común las mínimas condiciones de
bienestar o perfección, individual y colectivo. Segundo, que el bien común requiere la
existencia de esa capacidad y actividad como un órgano esencial de la anatomía social a
tal punto, que en el momento en que desaparecieran las profesiones, el mundo quedaría
fulminado por una parálisis que anularía todas las conquistas de la civilización y de la
técnica. D) Con peculiares posibilidades. En el desarrollo y evolución del mundo
contemporáneo, la principal fuerza propulsora es la actividad y organización profesional.
El impulso de perfección característico del género humano, exacerbado angustiosamente
por nuestras generaciones, cuenta como la única seria probabilidad de realizarse y
tonificarse naturalmente con la intervención decidida y definitiva de los profesionistas en
todos los órdenes de la vida institucional. E) Económico-Sociales. Usamos dos palabras
porque, de hecho, el profesionista se beneficia e influye en los dos órdenes mencionados;
no solamente cuando actúa con una finalidad deliberada y concreta, sino también cuando
no se propone nada en especial. Dignidad y sentido social de la profesión. 13 Hay una
dignidad profesional variable por estar condicionada a la jerarquía espiritual y eficiencia
de cada persona, que da realce y excelencia a la profesión, por trivialidades y burocráticas
que sean o parezcan sus actividades. Pero hay otra dignidad profesional invariable,
inherente a la misma naturaleza de la profesión, y que no depende ni de los méritos ni de
las limitaciones personales. La dignidad es extrínseca cuando no proviene directamente
de los elementos constitutivos de esa naturaleza de la profesión, sino que se le adjudica
externamente por la opinión o la legislación. A) Así la opinión pública, aun contra sus
propias y explícitas manifestaciones, honra a la profesión con la confianza “del ignorante
hacia el que sabe, del ser humano hacia su consejero íntimo, de un profano hacia un
iniciado”. Podríamos agregar aún: la confianza obligada e impuesta por la dura ley de la
necesidad B) La Legislación Común es la que nos sugiere la que llamamos dignidad
jurídica de la profesión. a) En primer lugar, cada contrato de un profesionista o
estipulación de honorarios es considerado por la Legislación como un contrato de trabajo
autónomo, sujeto al justo criterio de la profesión, para cuyo ejercicio del Estado exige un
título legítimamente adquirido, reconocido y registrado por la autoridad competente. b)
El profesionista adquiere un “derecho-deber” para el ejercicio de su profesión. El derecho
se traduce legalmente en libertad para le elección y ejercicio de la profesión, en cuanto
significa libertad de trabajo y libertad económica. El deber se interpreta, no solamente
con el sentido genérico previsto por la Constitución, sino con el sentido específico de la
Legislación Profesional, que tiene particularmente prevista la actuación del profesionista;
especialmente en el caso de los notarios, magistrados y de Salud Pública, a quienes el
Estado considera funcionarios de categoría. c) El profesionista adquiere también el
“derecho-deber” del secreto profesional; que, por un lado le exime de declaraciones, y
por otro, le persigue como reo de revelaciones indebidas, con la agravante del “ejercicio
de la profesión”. d) Los profesionistas universitarios gozan del derecho constitucional de
la “libertad sindical”; pero, independientemente de ésta, son tutelados legalmente por los
respectivos “Colegios o Asociaciones Profesionales”. e) Cuando la responsabilidad
profesional coloca al legislador en el duro trance de tener que juzgar la mala actuación de
un profesionista, la mayoría de los Códigos le eximen de responsabilidad por una falta
leve; y en los casos graves, prefieren ratificar el veredicto de los respectivos colegios
profesionales. Sin embargo, la verdadera dignidad profesional es la que llamamos 14
intrínseca que proviene de la misma naturaleza constitutiva de la profesión. Toda
profesión tiene por fin una prestación de servicios o una producción de bienes. En forma
directa o indirecta ambos fines se conjugan simultáneamente en la actividad profesional.
Bienes y servicios concretos y específicos, que ninguna otra persona puede prestar y que
constituyen el patrimonio más valioso de la vida moderna. Pero urge subrayar que no se
resuelve la función profesional en la simple prestación de bienes y servicios que
benefician a la sociedad a través de los clientes singulares. Es la sociedad misma y el bien
común como tal quienes requieren angustiosa y urgentemente ese otro aspecto relevante
de la función profesional, que es el sentido social de la profesión. No se trata de una
simple “sensibilización social” o de un “sentimentalismo altruista” traído y llevado en las
frecuentes arengas retóricas de todos los tipos. Se trata, por el contrario, de una precisa y
objetiva responsabilidad que casi universalmente escapa a la conciencia profesional de
nuestros días. Si examinamos la función profesional le encontramos un doble significado:
primero, el constituido por su finalidad específica u objeto propio. Segundo, y tal vez más
propiamente función: su valor y eficacia en la familia humana, que es en realidad lo que
aquí pretendemos destacar vigorosamente y subrayar a nuestros profesionistas. La
profesión es una función natural e indispensable para el normal desarrollo del organismo
social, con la peculiaridad de que es una función de “alto nivel” imposible de reemplazar
y, por consiguiente, decisiva para la subsistencia y estabilidad de ese organismo.
VOCACIÓN, ORIENTACIÓN Y SELECCIÓN PROFESIONAL Profesión y vacación
están íntimamente relacionadas aunque de hecho ni se confundan ni se supongan
mutuamente. Vocación, desde luego, no tiene ningún sentido de predeterminación, mucho
menos, de predestinación. Las vocaciones humanas son el producto normal de dos
factores principales que juegan paralelamente en la conducta: a) el factor personal, y b)
el factor social. El factor personal: Está constituido fundamentalmente por las aptitudes y
las aficiones; esto es: por lo que podemos hacer y por lo que nos gusta hacer. Estos dos
elementos son los que integran normalmente el llamado “complejo vocacional”. La
aptitud no se entiende como una simple capacidad de hacer algo; sino una capacidad
sobresaliente sobre l término medio o común que de ellas se da, y constituye el aspecto
efectivo de la vocación. La afición constituye el aspecto afectivo de la vocación: es la
inclinación o tendencia que nos presenta algo como apetecible. Ambos aspectos se
completan entre sí, pero no se supone o implican; porque cabe estar dotado de una valiosa
aptitud con escasa afición a su ejercicio, y viceversa, tener una gran afición con poca
aptitud. El factor social: Está constituido por los elementos circunstanciales externos al
individuo: elementos ambientales, jurídicos y propiamente sociales. Estos elementos del
factor social influyen más de lo que se supone en la resolución de abrazar una profesión
y son los que rigen ordinariamente cualquier orientación que no proceda de un 15 criterio
rigurosamente científico; pero no son los “ingredientes” que integran lo que llamamos el
“Complejo vocacional Psicológico”. Juzgamos también que es la influencia del “factor
social” lo que determina ordinariamente, en la funcionalidad interna de las profesiones,
las tres tendencias propias de nuestros tiempos: a) La especialización; fenómeno que
afectó desmesuradamente a la profesión médica, pero que rápidamente se extiende a las
demás profesiones. b) La aglutinación: o sea, la tendencia a trabajar “en equipo”. Lo que
según nuestra modesta opinión, si tiene ventajas sociales, no tiene grandes ventajas
científicas; porque el trabajo “de equipo” multiplica pero no suma los resultados
cualitativos. c) La incorporación. Esto es: renunciando al señorío y libertad que
proporciona la autonomía profesional, se busca una “conexión-compromiso” que elimine
la incertidumbre económica. d) En la profesión y en la vocación lo que cuenta en última
instancia es la personalidad. La personalidad integra el “complejo vocacional” del factor
personal como elemento preponderante, ejecutivo y directivo. Le podemos dar el nombre
clásico de voluntad, siempre que no la despojemos de los grandes atributos dinámicos de
la personalidad; esto es: resolución, virilidad, dictamen categórico de la inteligencia,
amplitud en el ideal, perseverante firmeza, todo eso que incluimos oscuramente en la
noble expresión de “impulso vital” o “vitalidad” a secas. Cuando está resuelta vitalidad
administra a la persona, arrolla de tal manera a los otros elementos del “complejo
vocacional”, que los funde y multiplica en la prosecución de un fin, dándole a la profesión
las dimensiones definitivas con el halo de la personalidad. Este es el objetivo básico de
toda formación. Este es el básico cometido de la educación en general, y de la educación
familiar en particular: crear verdaderos hombres y verdaderas mujeres de recia y definida
personalidad. Si consideramos la finalidad de ambas funciones, hemos de decir
sumariamente que la orientación profesional es una función escolástica con una finalidad
estrictamente social; que se contrapone netamente la selección profesional, que es una
función típicamente industrial, con fines de productividad. Al estudiante lo que le interesa
saber con claridad son dos cosas: el significado preciso de estos vocablos, y quién es el
que sabe, debe y quiere hacer ambas cosas. A) La Orientación profesional indaga la
capacidad resultante de las aptitudes de un individuo, para indicarle en qué profesión tiene
mayores probabilidades de éxito. B) La Selección profesional verifica si el candidato para
un puesto solicitado (o solicitado para un puesto) posee las aptitudes requeridas para
desempeñarlo. Selección y Orientación, por tanto, son dos objetivos de una idéntica
finalidad, designar a cada uno la actividad que mejor se armoniza con la propia capacidad;
solamente que, mientras la orientación parte del individuo y le indica la profesión que
más le conviene (y por lo tanto el lugar más propio) en la vida social, la selección parte
de la profesión para descubrir los individuos que poseen las aptitudes requeridas. Esta
responde a un problema económico: el mejor rendimiento para la empresa. La
Orientación, en cambio, resuelve un 16 problema social: mejorar el porvenir profesional
de la nación, garantizándole miembros más idóneos para sus distintas funciones.
Elementos reguladores de la vida profesional Los auténticos y efectivos reguladores
elementos reguladores, tanto psíquicos como orales de la vida profesional son:
Individuales: las virtudes, el trabajo y el descanso. Sociales: el bien común, la
universidad, la sociedad. Aunque de alguna manera ya queden comprendidos bajo alguno
de los títulos enunciados, queremos mencionar tres elementos que la experiencia nos hace
consignar como básicos y definitivos en la vida profesional: • La familia.- Aunque
oportunamente subrayemos su importancia, brevemente diremos que no hay en el orden
natural ningún estímulo normal que pueda equiparársele, ni como estímulo, ni como
regulador de la actividad profesional. • La amistad.- En la psicología del hombre normal
no hay regulador más necesario y más precioso: como complemento de la familia, como
estímulo vigoroso, sincero y desinteresado como correctivo de los defectos, y como
consuelo y esperanza a la justa medida de nuestras depresiones y fracasos. • El estudio.-
No decimos simplemente “la lectura” o cualquier clase de estudio. Nos referimos al
estudio profesional que es la prosecusión amorosa, sistemática y perseverante de la verdad
y la belleza que se nos va revelando paulatinamente a medida que profundizamos en las
ciencias vertebrales de nuestra profesión. LA CULTURA PROFESIONAL La cultura no
es una decoración ornamental de la persona, ni es adherencia externa y adjetiva de la
personalidad, ni es aderezo o aparejo con que se ensilla un hombre para hacerlo más útil
o decoroso. La cultura no es tampoco erudición, por la cual un hombre acumula
conocimientos. Esta es la diferencia fundamental entre un profesor y un maestro; entre
un reportero y un periodista. CONSECUENCIAS DE LA FALTA DE ÉTICA Una falta
de ética no sólo afecta a la(s) víctima(s) que las sufren, aunque ellas sean las primeras
perjudicadas. Consecuencias hay muchas, las más importantes son: la baja de autoestima
de quienes las cometen y del prestigio de la profesión. Esto último se produce de dos
maneras: se destruye la confianza pública y se frustra la esperanza de los sectores sociales,
que justamente esperan la realización correcta del trabajo de los individuos que fueron
privilegiados con una formación profesional. El abogado Lautaro Ríos Alvarez con
respecto a esto dice “las actuaciones contrarias a la ética no sólo 17 dañan a quienes las
sufren, sino principalmente a la comunidad humana en que acontecen”, esta última es la
más afectada.

MORAL

Hecho moral que encontramos en todas las sociedades, conjunto de normas que
transmiten de generación en generación, utilizadas para orientar la conducta de los
integrantes de la sociedad.

ETICA

Rama de la filosofía, hecho real que se da en la mentalidad de algunas personas o


conjunto de normas que un sujeto ha esclarecido y adoptado en su propia mentalidad.

DECALOGO DEL CODIGO DE ETICA

Al personal de enfermería nos compromete:

1.-Respetar y cuidar la vida y los derechos humanos, manteniendo una conducta honesta
y leal en el cuidado de las personas.

2.-Proteger la integridad de las personas ante cualquier afectación, otorgando cuidados de


enfermería libres de riesgos.
3.- Mantener una relación estrictamente profesional con las personas que atiende sin
distinción de raza, clase social, creencia religiosa y preferencia política.

4.-Asumir la responsabilidad como miembro del equipo de salud, enfocado en los


cuidados hacia la conservación de la salud y prevención de daño.

5.-Guardar el secreto profesional observando los límites del mismo ante riesgo de daño a
la propia persona o a terceros.

6.-Procurar que el entorno laboral sea seguro tanto para las personas , sujeto de la atención
de enfermería, como para quienes conforman el equipo de salud.

7.-Evitar la competencia desleal y compartir con estudiantes y colegas experiencias y


conocimientos en beneficio de las personas y del equipo de salud.

8.- Asumir el compromiso responsable de actualizar y aplicar los conocimientos


científicos, técnicos y humanísticos de acuerdo a su competencia profesional.

9.- Pugnar por el desarrollo de la profesión y dignificar su ejercicio.

10.- Fomentar la participación por el espíritu de grupo para lograr los fines profesionales.

COMPETENCIA

Conjunto de conocimientos, habilidades por actitudes, para la realización del ejercicio


profesional.

CUIDADOS DE ENFERMERIA

Intervenciones que se proporcionan a la persona con la finalidad de prevenir


enfermedades, fomentar preservar y restaurar el estado de salud.

DIGNIDAD

Cualidad intrínseca del ser humano que le confiere la condición de fin en sí mismo, no
mediatizable porque implica respeto, de coro en el comportamiento excelencia de la
condición humana.

EQUIPO DE SALUD

Grupo humano de diferentes disciplinas que trabajan entre si en beneficio de la salud de


las personas.

INTEGRIDAD
Cualidad de rectitud y honestidad en el comportamiento del individuo probidad
incorruptible.

SECRETO PROFESIONAL

Deber que tiene el profesional de comportarse con reserva y discreción respecto a la


información que obtiene de las personas a su cuidado.

XENOFOBIA

Actitud de hostilidad que asume un individuo o un grupo social por los extranjeros.

BIBLIOGRAFIA

-Código de ética de enfermería

Cocofaen 2004

-Aristóteles, Ética Nicomaquea

Editorial Porrúa. México 2001

-Nightingale Florence, notas de enfermería que es y que no es. México 1999

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