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INTRODUCCIÓN

Las células de la sangre tienen funciones específicas y de mucha importancia en el ser


humano. Dichas funciones son variadas: mientras los eritrocitos transportan el oxígeno, los
glóbulos blancos conforman el sistema inmunológico, el cual nos protege ante diversos
antígenos, así los eosinófilos se elevan ante infecciones parasitarias y ante una alergia, y
los basófilos ante alguna infección bacteriana. Sin mencionar a los linfocitos que se
encargan de la formación de anticuerpos. Por último se encuentran las plaquetas, las cuales
impiden una hemorragia. Sin embargo para que puedan llegar a ser células especializadas
tienen que pasar por un proceso de maduración.
En este ensayo se estudiará el proceso de formación, desarrollo y maduración de las células
de la sangre. Dicho proceso es de vital importancia para adentrarnos al mundo de la
hematología.
Se definirán conceptos elementales, tal como el de “célula madre” el cuál hoy en día en
ampliamente empleado en la industria, y por los mercadologos, ya que son células que no
están diferenciadas, por ello se pueden emplear para realizar diversas terapias
reconstructoras de tejidos.

HEMATOPOYESIS
Se denomina hematopoyesis al proceso de formación y desarrollo de las células de la
sangre. Los lugares donde ocurre la hematopoyesis cambian varias veces, desde el neonato
hasta la edad adulta. Por ejemplo en el embrión la hematopoyesis se produce en el saco
vitelino durante los primeros tres meses de gestación después cambia al hígado fetal y a los
nueves meses la médula ósea se convierte en el principal sitio de hematopoyesis. Esta, la
médula ósea, se mantiene como la principal fuente de producción sanguínea después del
nacimiento y durante toda la vida. Aunque también existen otros tejidos y órganos con
funciones hematopoyéticas como: el bazo, los ganglios linfáticos, el timo y el hígado.
La médula ósea está compuesta por la médula roja hematopoyéticamnete activa y la
medula amarilla grasa hematopoyéticamente inactiva. La médula ósea amarilla contiene
tanto precursores mieloides como elitroides. Durante los primero 4 años de vida, casi todas
las cavidades medulares están compuestas por médula roja hematopoyética. Después de
esa edad, la médula roja en la cavidad de los huesos se reemplaza por de manera gradual
por tejido amarillos, A la edad de 25 años, la hematopoyesis se limita al cráneo, costillas,
esternón, escápula, clavículas, vértebras, pelvis y los extremos proximales de los huesos
largos. La celularidad en estas áreas podría disminuir después de los 70 años.
En la médula ósea existe una célula madre pluripotencial o multipotencial que da lugar a
dos progenitores mayores: la célula madre linfoide y la célula madre mieloide. Esta última
es una célula precursora, antecesora, que da lugar a la formación para granulocitos,
eritrocitos, monocitos, y megacariocitos (UFC-GEMM), mientras que la célula madre
linfoide sólo da lugar a los linfocitos. Prueba de que existe, la célula multipotencial son los
diversos trastornos mieloproliferativos, tales como la leucemia. Por otro lado, las células
precursoras hematopoyéticas pueden deterctarse inmunológicamente a partir de la
detección de los anticuerpos contra el antígeno CD34 presntes en su cromosoma.
Las células hematopoyéticas pluripotenciales dan lugar a células comprometidas
denominadas: células formadoras de colonias, estás proliferan, y van madurando lo que
conlleva a que se diferencien y se especialicen. Así se subdividen de las unidades
formadoras de colonias de granulocitos y macrófagos (UFC-GM), la unidad formadora de
eosinófilos (UFC-Eo), la unidad formadora de megacariocitos (UFC-Meg), la unidad
formadora de basófilos (UFC-Baso) la unidad formadora de brotes eritroides (UFB-E). EN
cambio la célula progenitora linfoide (UFC-L) puede diferenciarse ya sea en linfocitos B o T.
Cada una de las subdivisiones de las células formadoras de colonias tiene un proceso de
maduración individual.

Ejemplo de maduración de una célula de la sangre


En el caso del eritrocito el proceso de maduración implica una disminución gradual del
tamaño celular junto con la condensación y la expulsión con el tiempo del núcleo, por lo
tanto el eritrocito pierde la capacidad de dividirse, así como un incremento gradual de la
producción de hemoglobina.
Los precursores eritrociticos anucleados en la médula ósea se conocen como normoblastos
o eritroblastos. Los estadios en orden desde la célula más inmadura hasta la célula más
madura son: pronormoblasto o eritroblasto, eritroblasto basófilo, eritroblasto
policormatófilo, eritroblasto ortocromático, reticulocito y eritrocito. El proeritroblasto mide
entre 12 y 20 um y cada pronormoblato produce de 8 a 32 eritrocitos. El citoplasma es azul
oscuro y presneta un núclo grande, un a cromatina fina y núleolo. El eritroblasto basófilo
mide de 18 a 10 um, presenta mayor citoplasma, un engrosamiento de la cromatina,
núcleolo ausente. El eritroblasto policromátofilo mide entre 12 y 10 um, presenta
abundante citoplasma azul-grisaceo, este es el último estadio en que el eritrocito puede
realizar mitosis. Presenta cormatina irregular. El eritroblasto ortocromático mide entre 10-
8 um, presenta color naranja-rosa, aunque puede tener un tinte azuloso, también presenta
cromatina fuertemente condensada. En este estadio se expulsa el núcleo d ela célula. El
reticulocito mide de 10 a 8 um, presenta ARN residual y mitocondrias en el citoplasma. EL
reticulocitos es expulsado al torrente sanguíneo, lugar en donde madura a Eritrocito
El eritrocito por su parte mide de 7 a 7.5 um, no contiene ARN residual ni mitocondrias.

La maduración del eritrocito es un claro ejemplo del proceso que pasan las células de la
sangre para lograr la maduración. Pasan por diversos estadios para lograr la especialización
y función.

CONCLUSIÓN

La hematopoyesis es un proceso que ocurre frecuentemente en nuestro cuerpo, ya que tan sólo
los eritrocitos logran vivir aproximadamente 120 días. Es un proceso continuo.

No es normal encontrar células inmaduras en el torrente sanguíneo, ya que estás son propias de la
sangre, sin embargo cuando se logran encontrar en la sangre periférica se habla de una probable
leucemia.

Comprender el proceso de formación y maduración de las células de la sangre es indispensable en


hematología. Así como también llegar a conocer la morfología de las células inmaduras de los
elementos de la sangre.

BIBLIOGRAFÍA

MCKENZIE, Shirlyn., Hematología clínica. 25-40 pp., Editorial el manual moderno, 2000, México.
D.F.

BERNARD, HOHN, El laboratorio en el análisis clínico, Marvan.

RODAK, Bernadette, Hematología: Fundamentos y aplicaciones Clínicas, Medicina Panamericana,


2004, Buenos Aires.

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