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“Queremos una ciudad construida desde la base, bajo la perspectiva de los vecinos y
vecinas que vive en el espacio. Una ciudad multifuncional, sostenible, multicultural,
sostenible, creativa, innovadora, de calidad ambiental y paisajística, y sobre todo una
ciudad común y participativa, donde las personas tengamos capacidad de decisión y
acción para su transformación. La ciudad de cada uno y de todos.”
Misión:
https://www.cumapp.org/vision-mision-principios-para-la-ciudad/
Desde la época griega, la ciudad comenzó a adquirir una visión mítica a partir de la elección del encuentro público
(Ágora), inspirado en los recordatorios de filiación de los dioses Hermes y Hestia. El primero, dios de la
comunicación; y la segunda, del hogar. De esa manera, la espacialidad de contacto ciudadano ha trascendido
durante siglos a través de las plazas, para dotarles, desde ese entonces, de una visión de pertenencia e identidad.
Ya en la época medieval las ciudades tuvieron características particulares, influidas por aspectos comerciales. Un
ejemplo fue Venecia, que adquirió en su interior un movimiento económico, pero también decidió ampliar el
comercio a larga distancia con Asia. Por tanto, la visión comercial fue la que la convirtió en acaudalada y en una
especie de imán para atraer a extranjeros como los judíos, entre otros. Asimismo, ese poder económico se fue
invirtiendo en bellas obras de arte y arquitectura, para convertirse hoy en una ciudad-mito que atrae a miles de
visitantes.Pero no se debe omitir al otro tipo de ciudades medievales fortificadas cuyo islote (gran espacio central)
tuvo la vivencia comercial más importante de esas urbes. Así, “la plaza del mercado de abasto” logro identificar a esa
urbe dentro de una visión comercial y no dentro de la mítica-religiosa tradicional.
Posteriormente, uno de los negadores de la ciudad moderna fue el poeta García Lorca, quien después de su estadía
en Nueva York adoptó una visión apocalíptica sobre las grandes ciudades, porque afirmaba que su habitante, a partir
de los nuevos ideales de vida y extrema conciencia y razón de la época moderna, dejó de tener apego a toda
espacialidad mítica, rompiendo así todo vínculo con el suelo que lo vio crecer. Sin embargo, esa ciudad, que para
algunos es el paradigma de un gran presente acumulativo y caótico, para otros ha sabido sobrepasar la historia,
porque su mito radica en su manifestación de 100 urbes distintas dentro de sí misma.
En cuanto a la ciudad contemporánea, se recuerda que cada cultura ha comprendido de modo particular el
fenómeno de la modernidad. Y ello trajo consigo consecuencias, como el hecho de que muchas de esas metrópolis no
han encontrado aún una visión clara de sus cualidades. Empero, existe la intención de que todo principio tradicional
de planificación sea cedido a nuevas ideas, de tal manera que algunas metrópolis se organicen desde la visión de su
paisaje.
Pero no se debe olvidar que la visión de la ciudad del futuro está claramente destinada a estar liberada del cautiverio
del centro, y como consecuencia, de la fuerza de la identidad, y así romper con el ciclo de toda dependencia. Y
posiblemente su característica particular será el poder para producir varias identidades, porque esas metrópolis
serán seguramente multirraciales dentro de una visión imaginativa que destaque a la ciudad inexpresiva. Cabe
preguntarse, ¿cuál es la visión por la que transitará la ciudad de La Paz en los nuevos pasos al futuro: turística o
comercial?
http://www.la-razon.com/opinion/columnistas/Vision-ciudades_0_2741125862.html