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MELON LUIS ANGEL
SILVA
Los Diablos del Trópico
recibí un correo elec-
H ACE UNOS DIAS
trónico del señor Bernardo Rivera, en
el que me solicta información de Los Dia-
blos del Trópico, ya que no ha encontrado
historia del conjunto en revistas. Por
supuesto que le contestaré con mucho gusto
y le contaré lo que escuché del grupo y lo
que pasé al lado de esos tremendos soneros.
DICEN LOS QUE dicen que saben que ese
conjunto lo formaron Amalia Aguilar y su
papá para una revista que se llevó al esce-
nario del teatro Lírico. Al terminar la tem-
porada en el coliseo de la calle Cuba pasa-
ron al teatro Follies y de ahí, ya sin Amalia,
al cabaret Macao, que se ubicaba en Bolívar
y Mesones.
DE ESTO HAY varias versiones en cuanto a
los elementos ..Aquí los nombres de ellos
en diferentes épocas: como director y bon-
gosero, Galo Alrnazán; en las maracas,
Alfonzo Espinoza, apodado El Ronco
Rovirosa; cantantes, Ton:t Camargo, Gui-
llermo El Chimuelo (cubano), Julio del
Razo, Homero Jiménez (cubano) y un ser-
vidor; pianistas, Everardo Ordaz (cubano),
Luis Lozano Cachimba, a quien suplió por
tres semanas Raúl Stockwell; en la conga,
José Bonilla Carioca; Felipe Chía en el
bajo; trompetistas, Antonio Gutiérrez
Mezcalilla, Ricardo El Cerillo, Agapito
Silva, El Chino Agustín, Francisco de la
Cruz Revilla Carabela (cubano), Samuel
Escartín y, sólo en grabaciones, Alejandro
Cardona y Manuel Ríos Conde. Si me faltó
alguno le ofrezco mil disculpas.
ESTE SENSACIONAL CON.IUNTO llenó toda
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una época, la llamada de oro del son cuba-
no en este México de mis pecados, y fue
considerado el mejor entre los magníficos
grupos que alegraban el ambiente noctur-
no de nuestra capital. Déjeme decirle, mi
enkobio, que me impactó desde la primera
vez que lo escuché. Cuando pertenecí al
conjunto me marcó de por vida y aprendí a
ser profesional al lado de esos soneros que
lo eran en toda la extensión de la palabra.
JESUS VAZQUEZ EL FUFU, a quien debo el
apodo de Melón, me llevó al Macao. Allí
SANTACLOS REBELDE
Motociclislas disfrazados de Santaclós pasean frente al salón Brandeburgo, en Berlín
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escuché por primera vez al grupo y a Julio
del Razo, tremendo sonero, que en mi opi-
nión eran la mancuerna perfecta, como
beber una cuba libre con los ingredientes
necesarios. En otras palabras, estaban
hechos el uno para el otro. Lo mismo puedo
decir del Son Clave de Oro con Chepilla, de
Tony Camargo con Chucho Rodríguez.
Había comunión y, sobre todo, el público
estaba acostumbrado a verlos actuar juntos.
LAS GRABACIONES QUE realizaron Los
. Diablos del Trópico, salvo alguna omisión
que mucho lamentaría, se llevaron a cabo
en los sellos Columbia y Peerless. Sólo que
en Columbia el crédito fue para Homero
Jiménez y su conjunto, lo que originó la
MEMORIAM
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salida del grupo del genial compositor des-
pués de una agria discusión. Los números
fueron: Casco de mulo, Arrímate cariñito,
Llaverito de moda y Ya son las doce, esta
última de Juan Bruno Tarraza.
EN PEERLESS ESTE SU enkobio participó en
el coro y, aunque más verde que una lechu-
ga, ya pertenecía al conjunto después de
pasar una prueba de una semana. Tony
Camargo fue el solista. Entre los números
llevados al acetato están A Venezuela, Mi
mayoral, La guaracha de salón, Franque- _,
za, A los . que pican, Amoroso, Cuando
siento el son, Arrímate cariñito. Para ser
sincero no recuerdo los demás, pero faltan
muchos, muchos más.
SEGURO ESTOY QUE Los Diablos del Tró-
pico es uno de los mejores conjuntos en la
historia de la música sonera en nuestro país.
Sostuvo algunos mano a mano con el Son
Veractuz, de Víctor Olivares Valeque, en el
puerto jarocho, y dejó constancia de su cali-
dad. Era un grupo totalmente sonero, con
un repertorio difícil de interpretar y dueño
de un sabor muy propio. Fue reconocido
aun por soneros, artistas, peloteros y exilia-
dos cubanos que noche a noche se daban
cita en la esquina del sabor, es decir, Bolí-
var y Mesones. Con frecuencia Beny Moré
se aparecía para echar la paloma, ya que era
admirador de Los Diablos del Trópico.
CABE CITAR QUE las primeras grabacio-
nes de Dámaso Pérez Prado para la RCA
Víctor mexicana las realizó con el apoyo _,
de Felipe Chía, José Bonilla Carioca,
Alfonzo Espinoza y Galo Almazán, que
eran parte de ese excepcional conjunto.
ESPERO QUE ESTA nota le sirva al señor
Bernardo Rivera. Aquí le paro, pues la
nostalgia me cayó encima.
Canal Once
la otra mirada
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