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Misterio pascual designa la Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión a los cielos de Jesucristo.

Para la teología cristiana, el


Misterio Pascual es el principal artículo de fe y el contenido esencial de la predicación y misión de la Iglesia. En verdad, para los
cristianos, fue por el Misterio Pascual de Cristo que se consumó la salvación de todos los hombres y se inauguró el tiempo nuevo
de la Redención.

La pasión de Cristo es la conmemoración más importante de la religión católica, ya que relata el camino de dolor, sufrimiento y
pérdida de Jesús de Nazaret. La pasión de Cristo, conmemorada en Viernes Santo, es uno de los días más importantes de la
religión católica ya que durante este día se recuerda la oración en el monte Getsemaní, el juicio, suplicio y muerte de Jesús en la
cruz. En las iglesias se celebra la Liturgia de la Pasión del Señor, que tiene lugar en una iglesia con las luces apagadas (o en
penumbra). El Papa y los oficiantes visten de rojo y se postran con la cara al suelo para orar.

Directamente, la muerte del Dios-Hombre fue promovida por los judíos bajo la autoridad del prefecto romano, Poncio Pilato.
Indirectamente, son responsables de esta muerte los pecadores, es decir, toda la humanidad porque todos hemos pecado, cada
uno según la gravedad de sus propias culpas. La muerte de Jesús tiene otra causa, más profunda y decisiva que las anteriores: es
el amor misericordioso de Dios Padre, amor que no tiene un por qué y es el por qué de todo.
Dios ha salvado a la humanidad pecadora por puro amor, porque es rico en misericordia. Esta es la verdad capital de la revelación.
REVISAR (1Pe 2,21-35)

La resurrección de Jesús de los muertos es tan esencial para la fe cristiana como Su muerte en la cruz. Es proclamado en todos los
cuatro evangelios así como en antiguas correspondencias. Los apóstoles sabían que la resurrección de Jesús era diferente de las
anteriores. Hasta entonces, quienes habían resucitado lo habían hecho con un cuerpo de carne y hueso y, finalmente, murieron
de nuevo. Pero a Jesús se le dio un cuerpo espiritual incorruptible, que no puede deteriorarse ni morir.

El Día de la Ascensión es una solemnidad cristiana que se celebra cuarenta días después del domingo de resurrección (durante el
Tiempo pascual) y que conmemora la ascensión de Jesucristo al cielo en presencia de sus discípulos tras anunciarles que les
enviaría el Espíritu Santo. La doctrina cristiana sostiene comúnmente que Cristo ascendió en forma física al Cielo tras su
Resurrección en presencia de sus Apóstoles. Se entiende por "ascender al cielo" una unión física con Dios Padre y no una
transformación espiritual del individuo como es habitual en las experiencias místicas de otras religiones. Este aspecto del misterio
pascual se relaciona con la importancia dada por la teología cristiana a la corporeidad, que la Palabra de Dios asumió en la
Encarnación, que es glorificada en la Ascensión de Cristo a la derecha de Dios Padre y que los muertos recobrarán, de alguna
manera, en la Resurrección del fin de los tiempos.

En efecto, los fieles renacidos en el Bautismo se fortalecen con el sacramento de la Confirmación y, finalmente, son alimentados
en la Eucaristía con el manjar de la vida eterna, y, así por medio de estos sacramentos de la iniciación cristiana, reciben cada vez
con más abundancia los tesoros de la vida divina y avanzan hacia la perfección de la caridad

El Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, es el pórtico de la Vida en el Espíritu, y además es la puerta que nos abre el
acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo, somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser
miembros de Cristo, y somos incorporados a la Iglesia, haciéndonos partícipes de su misión. Sus signos son: Señal de la cruz en la
frente, Oleo de los catecúmenos, Agua, Vestidura blanca, Luz y Effeta. Se bautiza derramando agua sobre la cabeza y diciendo: "Yo
te Bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Ordinariamente puede bautizar el obispo, el sacerdote y el
Diácono, pero en caso de necesidad puede hacerlo cualquier persona que tenga intención de hacer lo que hace la Iglesia.

La eucaristía es el sacramento en el cual bajo las especies de pan y vino, Jesucristo se halla verdadera, real y substancialmente
presente, con su cuerpo, su sangre, su alma y su divinidad. Se le llama el “sacramento por excelencia”, porque en él se encuentra
Cristo presente, quien es fuente de todas las gracias. Además, todos los demás sacramentos tienden o tienen como fin la
Eucaristía, ayudando al alma para recibirlo mejor y en la mayoría de las veces, tienen lugar dentro de la Eucaristía. Sus signos son:
Pan y Vino. sobre los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras de la consagración
dichas por Jesús en la última Cena: "Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre..."

El sacramento de la Confirmación perfecciona la gracia bautismal, y nos da la fortaleza de Dios para ser firmes en la fe y en el
amor a Dios y al prójimo. Nos da también audacia para cumplir el derecho y el deber, que tenemos por el bautismo, de ser
apóstoles de Jesús, para difundir la fe y el Evangelio, personalmente o asociados, mediante la palabra y el buen ejemplo. Puede
confirmar el obispo, y en algunos casos especiales los sacerdotes delegado por el obispo. Sus signos son: Imposición de las manos
y Crismación.

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