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TIPOS DE DESINTEGRACIÓN FAMILIAR

El ambiente en que vive una persona no es solo un mundo físico, incluye la estrecha
relación entre sus miembros. El impulso material, la situación afectiva entre los padres
y el tiempo que se les brinda a los hijos influirán en la calidad y buenas relaciones que
se puede tener dentro de la familia. Se considera que los mejores padres son los que
mantienen su espontaneidad intuitiva, se dan cuenta de las necesidades de sus hijos y
buscan la solución adecuada.

Existen diversos tipos de desintegración, los cuales se muestran en los puntos siguientes:

Abandono: Se da cuando alguno de los padres decide dejar el hogar, debido a que no se
siente feliz y tiene otras expectativas en la vida, o porque el ambiente está muy tenso,
predomina la discordia y no hay armonía, por lo cual no pueden seguir juntos y tampoco
por el supuesto bien de los hijos, ya que los daña mucho más.

Divorcio: Se ha definido como el vínculo familiar que se rompe entre la pareja, ya sea
por decisión de alguno de ellos o por común acuerdo; para divorciarse se deben presentar
ante las autoridades de Registro Civil, encargadas de dictaminar en que término se
disolverá la unión y los derechos u obligaciones que cada uno de los padres tendrá con
los hijos, si hubiese.

Abandono involuntario: Se da cuando alguno de los padres, por enfermedad o muerte


deja el hogar, es decir no es deseado y es inevitable. Los efectos causados en los niños
por este tipo de desintegración son diferentes a los delas otras formas; en los hijos
varones de seis a nueve años de edad la muerte de su padre se le crea un aspecto negativo
mayor, pero de menor intensidad comparados a los del divorcio o el abandono.

Desintegración familiar estando la familia junta: Estos casos se caracterizan por las
relaciones conflictivas que establecen sus miembros, dando origen a celos, temores y
fricciones permanentes. Frecuentemente ese tipo de familias son incapaces de planear y
realizar tareas, y resolver los problemas juntos; expresan conflictos extremos que no
tienen la habilidad de comunicarse con el resto de la familia, lo cual priva al niño de un
ambienta armonioso y estable, brindándole una atmósfera hostil que obstaculizará su
crecimiento psicológico.
ABANDONO MATERIAL Y MORAL

DEFINICIÓN
El abandono moral que se vive en tiempos actuales es verdaderamente alarmante y sin
embargo son pocos los que tratan de dar solución al problema, muchos los que lo siguen
agravando, muchísimos los que no le dan interés y millares los niños y adolescentes que
son víctimas por los motivos anteriormente dichos.

Para empezar a afrontar el tema, hacemos las siguientes preguntas: ¿Por qué tantos niños
llevan un rumbo torcido?, ¿quién les torció ese rumbo?

La primera pregunta nos lleva a considerar la causa formal, y respondemos que el rumbo
está torcido porque la parte más noble de ellos, es decir, el alma ha quedado olvidada y
despreciada.

La segunda pregunta nos invita a ver la causa eficiente, y respondemos que el rumbo se
lo ha torcido al niño primera y principalmente sus padres, cuando no les dan la verdadera
educación y afecto amoroso que se merecen.

La causa final ya sea querida perversamente o no querida expresamente, pero tácita


virtualmente es el egoísmo que conduce al desprecio del otro en miras puntualmente a
intereses propios.

Por tanto, considero que es imposible que el hombre de intención recta haga la vista gorda
frente al problema y al contrario de la consideración del mismo tal vez la vista se le torne
nubosa y quede muy dolido.
Lo expuesto nos hace reflexionar respecto de las causas del abandono moral y tratar de
dar alguna solución a un problema tan acuciante como este.

QUÉ ES EL ABANDONO
En primer lugar, cabe preguntarse qué es el abandono, y podemos decir que es dejar,
desamparar una persona o cosa que se tiene obligación de cuidar o atender.

Esta definición sacada del diccionario Enciclopédico Larousse es clara y precisa. No se


trata de dejar o desamparar cualquier cosa, sino puntualmente algo o alguien que se tiene
obligación de cuidar o atender. Vemos que recae una responsabilidad en quien detenta un
poder sobre una cosa o persona y responsabilidad que se traduce en un cuidado,
protección o atención de la cosa o persona.

Frente a esta definición de abandono, podemos definir el abandono moral como el dejar
o desamparar a una persona que se tiene obligación de cuidar, atender, principalmente
educar y esencialmente amar, pues es en este amor verdadero que se fusiona todo lo
demás, porque el amor veraz es dadivoso, comunicativo, en fin, quiere el bien para el
otro.
O simplemente podemos definirlo como el dejar, desamparar y despreciar la parte más
noble de las personas que es su alma enseñándoles cosas perversas cuando en realidad se
tiene la obligación de educar.

Vemos que ya no se trata de cualquier abandono, sino del abandono moral de una persona,
pues en vez de educarlo se lo deja en la necedad y en muchos casos se les enseña cosas
perniciosas y en vez de amarlo se lo desprecia, con lo cual la gravedad del hecho se
acrecienta pues no sólo se deja de lado a la persona, sino principalmente a lo más grande,
alto y elevado como es su espíritu compuesto de inteligencia y voluntad.

En términos similares el art. 21 de la ley 10903 del Código Penal define el abandono
moral diciendo que: “...se entenderá por abandono material o moral o peligro moral, la
incitación por los padres, tutores o guardadores a la ejecución por el menor de actos
perjudiciales a su salud física o moral...”.

En esta definición tenemos no sólo lo que es el abandono moral sino también nos indica
quienes son los causantes de dicho abandono al hablar de padres, tutores o guardadores.
Son ellos los que tienen la obligación de cuidar al menor y no la cumplen. No puedo decir
que mi vecino ha hecho un abandono moral de mí, porque él mismo no está obligado a
educarme, sino que pesa dicha obligación sobre mis padres que ejercen la patria potestad
sobre mí.

El abandono moral está demostrado por sus frutos: delincuencia juvenil, adicción a las
drogas, desinterés por la vida (llegando al suicidio), inmoralidad en gestos y expresiones,
en pensamientos y conversaciones, y el artículo 21 agrega la vagancia, su frecuentación
a sitios inmorales o de juego, o con ladrones o con gente viciosa o de mal vivir, etc.

Ahora bien, con lo que venimos diciendo me gustaría hacer una pequeña consideración
de los padres educadores.

ABADONO MORAL Y MATERIAL


Los menores de edad que carecen de residencia estable y en la mayoría de los casos de
un núcleo familiar y hace de la calle su hogar convirtiéndose en marginados sociales.

Este fenómeno es exclusivamente urbano, es decir, se presenta principalmente en las


grandes ciudades, dado que las áreas rurales tienden a tener familias más conservadoras
o como pasa en muchos países de culturas ancestrales, a poner más énfasis en el clan y
tribu que en la familia, lo que no sucede en una ciudad de tipo industrializado.

A diferencia de los niños que huyen del hogar, el abandono de niños es llamado expósito.
Las sociedades liberales con fuertes estructuras sociales y leyes de adopción tienen
menores índices de abandono de niños.
Históricamente, muchas culturas han practicado el abandono de infantes.
Aunque algunos niños pueden sobrevivir si son adoptados, el abandono es generalmente
aceptado como una forma de infanticidio.
Como Tertuliano lo describe en su Apología: “es ciertamente más cruel que matar... el
abandonarlos al frío y al hambre de los perros”.

En la actualidad esta forma de abandono de niños aún existe en las castas más pobres de
la India, aunque en occidente también se usó para que los ricos se deshicieran de niños
indeseados, especialmente de niñas. Muchos de estos niños terminaron y aún terminan
como eslavos o prostitutas.

Las primeras leyes sobre el abandono de niños prescribían que aquellos que recogieran al
niño tenían que adoptarlo o criarlo como esclavo. Actualmente, el abandono de niños es
considerado un crimen en muchas jurisdicciones sólo porque el resultado es que el niño
y el padre adoptivo terminen acudiendo al sistema de beneficencia pública.

CARACTERÍSTICAS
El artículo 317 inciso a) del Código Civil, dispone que, para otorgar la guarda, se deberá:
" …inc.): Citar a los progenitores del menor a fin de que presten su consentimiento para
el otorgamiento de la guarda con fines de adopción. El juez determinará, dentro de los
sesenta días posteriores al nacimiento, la oportunidad de dicha citación. No será necesario
el consentimiento cuando el menor estuviese en un establecimiento asistencial y los
padres se hubieran desentendido totalmente del mismo duran un año o cuando el
desamparo moral o material resulte evidente, manifiesto y continuo y esta situación
hubiese sido comprobada por la autoridad judicial…”.

Ahora bien, podemos afirmar, primeramente, que la comprobación del abandono no


necesita una declaración previa de pérdida de la patria potestad de los menores, pero tal
comprobación debe ser realizada por el Poder Judicial. Es decir que previo a la entrega
en guarda con miras a la adopción, resulta imprescindible que el juez constate la situación
de desamparo y probada ésta es innecesaria el consentimiento de los progenitores para la
entrega de la guarda con fines adoptivos.

Advertimos aquí una de las características y novedades de la ley, en cuanto al carácter


judicial del proceso de adopción, que apunta a que el proceso de adopción sea realizado
enteramente en el ámbito judicial, distinguiéndose la guarda con miras a la adopción;
poniendo de resalto al interés superior del niño, presente en toda decisión que lo atañe.

Claramente el Código de fondo define las características que debe reunir la situación
fáctica del desamparo moral y material: debe ser evidente, manifiesto y continuo. Estos
son aspectos que serán objeto de prueba y acreditación.

Teniendo en cuenta la finalidad y función de la patria potestad, no cualquier disfunción o


incumplimiento del ejercicio importa una declaración de abandono, de desamparo moral
o material. El desamparo debe reunir los caracteres que cita la norma (debe ser evidente,
manifiesto y continuo). Y debe también ser analizado en cada caso en particular.

La jurisprudencia es conteste en ese sentido, disponiendo que "…Corresponde decretar


el estado de abandono y de preadoptabilidad de seis menores, pues de las constancias de
la causa surge el desamparo evidente, manifiesto y continuo de sus progenitores, el que
no queda revertido por las escasas oportunidades en que los han visitado en los hogares
donde se encuentran alojados…".

Será cuestión de valoración de elementos probatorios, aplicando el principio del favor


probaciones, que al decir de Kielmanovich, es de inocultable aplicación en nuestro medio,
debiendo estar por un criterio amplio, a favor de la producción, admisión y eficacia de las
pruebas. Es que se advierte en los procesos de familia un criterio amplio y flexible en
torno a la admisibilidad, conducencia y valoración de las pruebas.
Juega en la determinación del abandono y desamparo moral o material, una valoración de
distintos elementos, coronados con la mirada orientada hacia la protección del interés
superior del niño (criterio rector que debe presidir toda cuestión que los atañe) y desde un
enfoque de derechos humanos.

Así entonces, se tendrán en cuenta las pruebas producidas, como las audiencias
mantenidas con las partes, en virtud del principio de inmediación, la realización plena del
derecho a ser oído y a emitir la opinión de los NNA, sujetos de derecho, junto con el
aporte de la interdisciplinar.

En los últimos años, la complejidad de las relaciones familiares y de problemáticas


vinculadas con la infancia, adolescencia y familias, impone que, desde el ámbito de la
Justicia, se tomen en consideración distintas disciplinas para su tratamiento. Pensar que
solamente desde el Derecho, las Ciencias Jurídicas se puede enfocar el tratamiento de
estas cuestiones, es tener una visión parcial del mismo.

"… El Derecho ha admitido, aunque la mayor parte del camino reste por andar, que es
menester una complementación con otros saberes para aprehender en su totalidad al ser
humano…" .En ese contexto, se diseña el juez de los nuevos tiempos, no como espectador
puro, neutro, sin ninguna relación con lo extrajurídico, confinado al expediente y al
servicio de principios abstractos y en contacto sutil con el mundo de las esencias por su
calidad de juzgador independiente e imparcial, "… sino el juez protagonista que dialoga
con las partes y que tiene frente a él a los autores del drama y los acompaña, que
reconoce… que la construcción de su sistema de comprensión debe ser interdisciplinario
para poder atender al contexto de la persona y a sus especialísimas circunstancias –a las
que ha de acceder a partir del trabajo en equipo-, que le permitirá organizar una estrategia
útil , entendida como una solución actual y previsora…".

Todo este conjunto de actividades y herramientas citadas, son fundamentales a la hora de


identificar la existencia de los recaudos que constituyen la plataforma fáctica y jurídica
del abandono y desamparo moral o material. Ello, reiteramos, bajo el criterio rector del
interés superior del niño.
No es éste un principio vacío de contenido, que se puede citar ligeramente para fundar las
decisiones.

Se ha afirmado que "…la jurisprudencia viene sosteniendo que el norte que debe guiar al
juzgador es el interés superior del niño, entendido tal como el conjunto de bienes
necesarios para el desarrollo integral y la protección de la persona y los bienes de un
menor dado, y entre ellos el que más conviene en una circunstancia histórica determinada,
analizada en concreto, ya que no se concibe un interés del menor puramente abstracto,
excluyendo toda consideración dogmática para atender exclusivamente a las
circunstancias particulares que presenta cada caso…".

En ese sentido, se ha resuelto que "…Corresponde rechazar el recurso de apelación


interpuesto contra la sentencia que privó del ejercicio de la patria potestad a los
progenitores del menor desde que contaba pocos días de vida, a la vez que declara su
estado de adaptabilidad, en tanto se evidencia una conducta abandonar de ambos padres
y que las gestiones realizadas durante el proceso para facilitar el vínculo de la madre con
su hijo tuvieron resultado negativo, todo en el marco de la protección de lo que entiende
más conveniente a favor del interés del menor…".

En numerosos fallos, se dan cuenta de las valoraciones y consideraciones en torno al


interés superior del niño. Es un "marco" dentro del cual deberán realizarse todas las
aplicaciones y decisiones en torno a sus beneficiarios ( NNA). No es pues un concepto
estático, una simple fórmula gramatical. Debe necesariamente adaptarse a la realidad
concreta. No significa esto que existen tantos intereses superiores como culturas, o
realidades existan, sino que deben considerarse como común denominador, principios
que hacen a la dignidad de la persona, a su pleno desarrollo, de su potencialidad, como
sujetos de derecho, promoviendo la identidad de individuos libres, capaces de construir
un mundo donde el respeto hacia el otro, en cuanto tales, haga que todas sus decisiones
no lo contraríen.
Podemos citar varios ejemplos en nuestra jurisprudencia de tales valoraciones, frente a la
comprobación de circunstancias fácticas que hacen a la determinación del abandono y
desamparo moral o material, como también qué se entiende por ISN.

Se ha dicho que "… El interés superior del niño debe ser entendido como el conjunto de
bienes necesarios para el desarrollo integral y la protección de la persona y los bienes de
un menor dado, y entre ellos el que más conviene en una circunstancia histórica
determinada, analizada en concreto, ya que no se concibe un interés del menor puramente
abstracto, excluyendo toda consideración dogmática para atender exclusivamente a las
circunstancias particulares que presenta cada caso…".

Claramente la Corte Suprema, ha señalado el norte a seguir, frente a la tensión que se


presentan entre los intereses de los niños y los intereses de los adultos, afirmado que: "…
A los fines de otorgar la guarda de un niño, cualquiera sea la interpretación que los
tribunales competentes otorguen al artículo 317 del Código Civil, ella no puede incluir
una regla tal que impida a los jueces llevar a cabo el balance entre el interés superior de
aquél y otros intereses individuales o colectivos que puedan entrar en juego y que, de
acuerdo con la jurisprudencia de la Corte Suprema, debe otorgar neta precedencia al
primero.
BASE LEGAL
 Artículo 4°. La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al
adolescente, a la madre y al anciano en situación de abandono. También protegen
a la familia y promueven el matrimonio.

 Reconocen a estos últimos como institutos naturales y fundamentales de la


sociedad. La forma del matrimonio y las causas de separación y de disolución son
reguladas por la ley.

 Artículo 6°. La política nacional de población tiene como objetivo difundir y


promover la paternidad y maternidad responsables. Reconoce el derecho de las
familias y de las personas a decidir.
 En tal sentido, el Estado asegura los programas de educación y la información
adecuados y el acceso a los medios, que no afecten la vida o la salud.

 Es deber y derecho de los padres alimentar, educar y dar seguridad a sus hijos.
Los hijos tienen el deber de respetar y asistir a sus padres.
 Todos los hijos tienen iguales derechos y deberes.

 Está prohibida toda mención sobre el estado civil de los padres y sobre la
naturaleza de la filiación en los registros civiles y en cualquier otro documento de
identidad.

 La Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño de 1924, redactada por
Eglantine Jebb, que fue aprobada por la Sociedad de Naciones el 26 de diciembre
de 1924.
 Los Derechos Humanos, Artículo 25.- La maternidad y la infancia tienen derecho
a cuidados y asistencia especiales.
 Todos los niños-nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a
igual protección social.
 La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

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