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El Código Napoleón dice que “el contrato es la convención por la cual una o más
personas se obligan, con otra u otras, a dar, hacer o no hacer alguna cosa”, se
refiere a cualquier derecho sea o no patrimonial. El Código Italiano lo define así “el
contrato es el acuerdo de dos o más personas para constituir, regular o extinguir
entre sí una relación jurídica patrimonial”, limita el concepto de contrato al campo
patrimonial, los acuerdo sobre derechos no patrimoniales son simples
convenciones. Otros códigos evitan definir el contrato, limitándose a reglar sus
efectos. Los dictados en el S. XX, en su mayoría, se inspiran en el método de
Savigny, separando la parte general de la especial.
Requisitos de existencia:
-Los elementos esenciales son aquellos que necesariamente deben existir para
que haya contrato, no pueden faltar. Si falta alguno de ellos el contrato es
inexistente o no tiene valor. Si se hace referencia a los contratos en general, los
elementos esenciales son:
El Consentimiento: acuerdo de voluntades, ya sea expreso o tácito, que se
configura por una propuesta y la aceptación de esta.
El Objeto: la prestación de cualquier especie, ya sea la obligación de dar,
hacer o de no hacer, susceptible de apreciación pecuniaria.
La Causa: algunos niegan el carácter esencial de la causa, y entre los que
la aceptan discrepan sobre su significado-causa objetiva; o subjetiva;
intención o fin.
Si se piensa en figuras contractuales en particular, estos elementos varían en
cada tipo diferente de ellas por ejemplo en materia de contrato de compraventa
serán esenciales el precio y la cosa, en locación de obras sería el opus (obra) y el
precio.
Requisitos de Validez:
El contrato es el principal instrumento del que se valen los hombres para urdir
entre ellos el tejido infinito de sus relaciones jurídicas, es decir, es la principal
fuente de obligaciones. El hombre vive contratando o cumpliendo contratos.
Todas las personas están comprendidas en la red económica del contrato aunque
carezca de bienes, aun quien mendiga irrumpe en ella, bajo la forma de donación
manual. Es indudable que el contrato desenvuelve al máximo su poder vinculante
dentro de una economía capitalista liberal, otorgando un cierto solidarismo en lo
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Régimen Jurídico:
Unidad 2
1. Clasificación de los contratos. Criterios utilizados. Consecuencias jurídicas
propias de cada categoría: a) Unilaterales y bilaterales; b) Gratuitos y onerosos; c)
Conmutativos y aleatorios; d) Formales y no formales; e) Nominados e
innominados.
2. Otras clasificaciones. Contratos de consumo: noción; formación del
consentimiento; modalidades especiales. Cláusulas abusivas.
Según el artículo, existe una situación jurídica abusiva cuando nos hallamos frente
a un supuesto de desequilibrio en perjuicio del consumidor que se alcanza a
través de la predisposición de una pluralidad de actos jurídicos conexos; situación
que se da cuando se elabora un entramado contractual, un sistema de vínculos
jurídicos y económicos conexos que determina una situación de cautividad o de
limitación de derechos y facultades del consumidor o usuario.
ARTÍCULO 1121.- Límites. No pueden ser declaradas abusivas: a. las cláusulas
relativas a la relación entre el precio y el bien o el servicio procurado; b. las que
reflejan disposiciones vigentes en tratados internacionales o en normas legales
imperativas.
Este artículo impone un límite objetivo a la posibilidad de declaración de una
cláusula como abusiva, excluyendo de ella a: Las relativas a la relación entre el
precio y el bien o el servicio procurado, la calificación de una cláusula como
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Unidad 3
3. Consentimiento. Concepto. a) El elemento subjetivo. Correspondencia entre
manifestación y voluntad. El disenso. b) El elemento objetivo. Modos de expresión
de la voluntad. Valor del silencio.
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Consentimiento. Concepto:
El Capítulo 3 regula la formación del consentimiento. La Sección 1°:
Consentimiento, oferta y aceptación.
ARTÍCULO 971.- Formación del consentimiento. Los contratos se concluyen con
la recepción de la aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que
sea suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo.
El consentimiento es, junto con el objeto y la causa, un elemento esencial del
contrato, imprescindible para su existencia. La determinación del momento en el
que queda perfeccionado reviste gran importancia, porque es a partir de su
concreción que cobran virtualidad las obligaciones asumidas por los contratantes.
Como se verá, el proceso de formación del consentimiento requiere de la
formulación y del envío de una oferta, la que debe reunir los requisitos
establecidos en el art. 972 CCyC, y cuya aceptación puede ser exteriorizada por el
destinatario en forma expresa o por un comportamiento conclusivo que dé cuenta
de la conformidad del aceptante; si se trata de un contrato celebrado entre
presentes, quedará perfeccionado por la manifestación de la aceptación, y si es
celebrado entre ausentes, tal perfeccionamiento ocurrirá cuando ella sea recibida
por el proponente durante el plazo de vigencia de la oferta.
El nuevo diseño normativo mejora y simplifica el régimen anterior, pues, como se
verá, establece la recepción de la aceptación como punto de referencia para la
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Las voluntades que concurren a configurar el consentimiento tienen que existir con
una dirección determinada (intención), y haber sido exteriorizadas por las partes.
Lo normal en un acto jurídico es que la intención coincida con la declaración de la
voluntad.
Suelen presentarse algunas hipótesis de desencuentro entre la intención y la
declaración de voluntad: a) cuando por error se manifiesta una cosa distinta de la
que en realidad se desea; b) en el caso de reserva mental, o sea cuando
deliberadamente se hace una manifestación que no coincide con la intención,
haciendo reserva interior de que no se desea lo que se manifiesta desear; c)
cuando se hace una declaración con espíritu de broma o sin entender obligarse,
como, por ejemplo, las palabras pronunciadas en una representación teatral;
d)cuando se simula un acto jurídico; e) cuando la declaración ha sido causada por
violencia o ha resultado de un engaño. Ante este desacuerdo lo importante es
determinar si prevalece la intención sobre la declaración en base a las siguientes
teorías:
Requisitos de Eficacia:
a) Debe ser lisa, llana, y congruente con la oferta, es decir, se deben aceptar
todos los puntos que integran la oferta, sin hacer modificaciones, si hay
modificaciones, habrá una nueva oferta (contraoferta)” y se invierten los
roles: el aceptante pasará a ser ofertante, y el ofertante será el destinatario.
b) Debe recaer sobre una oferta vigente (que no esté retractada ni caducada).
El art. 985 menciona los requisitos: “Las cláusulas generales predispuestas deben
ser comprensibles y autosuficientes. La redacción debe ser clara, completa y
fácilmente legible. Se tienen por no convenidas aquellas que efectúan un reenvío
a textos o documentos que no se facilitan a la contraparte del predisponente,
previa o simultáneamente a la conclusión del contrato. La presente disposición es
aplicable a la contratación telefónica, electrónica o similares”.
Y en el art. 986 hace mención a las cláusulas particulares: “Las cláusulas
particulares son aquellas que, negociadas individualmente, amplían, limitan,
suprimen o interpretan una cláusula general. En caso de incompatibilidad entre
cláusulas generales y particulares, prevalecen estas últimas”.
redactado con palabras cuyo sentido objetivo puede ser establecido sin lugar a
dudas según el uso idiomático común o del comercio. Por lo demás, se ha
enfatizado en la necesidad de un conocimiento pleno y cabal del texto contractual,
al punto que se declara como no convenidas las cláusulas que contengan
reenvíos a textos que no se faciliten previamente al adherente.
Cláusulas particulares: En el art. 986 CCyC se incorpora una frase con la que,
modernamente, se denomina al clásico contrato discrecional: el negociado
individualmente.
en la discrepancia entre una cláusula general y otra particular, habrá de estarse a
esta última, en razón no solo de que apunta a alterar, suprimir o aclarar el
contenido de la primera, suministrándole un contenido más concluyente y
concretamente adaptado al caso de que se trata, sino de que es tarea relevante
del intérprete no perder de vista que la cláusula manuscrita o mecanografiada se
estipula al tiempo de la conclusión del contrato, mientras que la cláusula
predispuesta general viene formulada (redactada) previamente por el
predisponente, sin consideración al negocio concreto, por lo cual cabe concluir
que la regla de autonomía particularmente concertada revela la auténtica y real
intención de las partes de derogar, en el caso singular, la cláusula general
redactada por el profesional uniformemente para sus futuros contratos.
Y luego tenemos a la interpretación en el art. 987.- Las cláusulas ambiguas
predispuestas por una de las partes se interpretan en sentido contrario a la parte
predisponente, “cuando existan dudas sobre el alcance de su obligación, se estará
a la que sea menos gravosa”.
Directivas de interpretación de los contratos por adhesión. Las cláusulas ambiguas
Es el predisponente quien debe asumir los riesgos de una defectuosa declaración.
Las declaraciones deben ser comprendidas y llenan este requisito las expresadas
con palabras cuyo sentido objetivo puede ser establecido, sin lugar a dudas,
según el uso idiomático común o del comercio. Todo ello justifica trasladar al
predisponente las consecuencias que derivan de la imprecisión o vaguedad en la
redacción de las cláusulas. Y las consecuencias no son otras que la eliminación
de la cláusula dudosa u oscura o —lo que es lo mismo— su interpretación
contraria a los intereses del predisponente.
El art. 988 hace mención a las cláusulas abusivas. “En los contratos previstos en
esta sección, se deben tener por no escritas: a. las cláusulas que desnaturalizan
las obligaciones del predisponente; b. las que importan renuncia o restricción a los
derechos del adherente, o amplían derechos del predisponente que resultan de
normas supletorias; c. las que por su contenido, redacción o presentación, no son
razonablemente previsibles”.
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La definición de cláusulas abusivas, fue incorporada por el Código al Título III, que
regula los contratos de consumo, concretamente al art. 1119 CCyC, que establece
lo que sigue: “Sin perjuicio de lo dispuesto en las leyes especiales, es abusiva la
cláusula que, habiendo sido o no negociada individualmente, tiene por objeto o por
efecto provocar un desequilibrio significativo entre los derechos y las obligaciones
de las partes, en perjuicio del consumidor”. En segundo lugar, el análisis de la
definición lo haremos más adelante, cuando analicemos el contrato de consumo.
En tercer lugar, cabe señalar que el art. 988 CCyC, al establecer dos supuestos en
los que las cláusulas se tendrán por no escritas, alude a dos cláusulas abiertas en
las que el Código opta por reproducir el texto del art. 37, incs. a y b, de la Ley de
Defensa del Consumidor.
El art. 988, inc. b, CCyC establece que constituyen cláusulas abusivas: “las que
importen renuncia o restricción a los derechos del adherente, o amplíen derechos
del predisponerte que resulten de normas supletorias”.
Cláusulas sorpresivas. El texto en el CCyC. Noción En cuarto lugar, el art. 988,
último párrafo, CCyC —el identificado con la letra c— constituye una novedad en
nuestra legislación, pues hace referencia a las cláusulas sorpresivas al aludir en la
disposición al carácter más saliente y definitorio de las mismas: la imprevisibilidad.
Dice así: “… c) las que por su contenido, redacción o presentación, no fuesen
razonablemente previsibles”.
Cabe señalar que las cláusulas sorpresivas constituyen una subcategoría o, si se
prefiere, un desprendimiento de las cláusulas abusivas.
Los contratos por adhesión pueden llegar a contener cláusulas excepcionales,
imprevisibles según las circunstancias y la materia objeto del contrato. La cláusula
se habrá de calificar de sorpresiva cuando su uso no sea habitual al contratar
sobre la base de cláusulas predispuestas. En ese caso, no vincula al adherente,
por no integrar el contenido usual o previsible del contrato. Se trata de cláusulas
tan insólitas que el adherente no imagina que integrarían el contenido del contrato.
. No es suficiente que la cláusula sorpresiva sea inesperada. Es preciso que se
trate de una situación de acentuada inequidad (desequilibrio) y de subrayada
anormalidad.
. Se trata de cláusulas que ingresan clandestinamente. Su inclusión en el contrato,
justamente, presupone que el predisponente cuenta con que el adherente no las
espera, por lo que su expectativa consiste en tomarlo desprevenido. Es una
cláusula que exhibe una desmesurada deslealtad. Si ello es así, la cláusula
sorpresiva contiene una alta dosis de inmoralidad, más allá de que, por abusiva,
alcance categoría de regla, formal o materialmente ilícita. De allí que el
ordenamiento jurídico reaccione en su contra, de la misma manera que lo hace
con las cláusulas abusivas, teniéndolas por no escritas, como no formando parte
del contrato. Para contrarrestar este efecto se afirma que se hace necesario llamar
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aceptación, la que debe ser ejercida dentro del plazo de un año o del menor que
convengan.
En el contrato de opción la identidad de las partes contratantes es un elemento
determinante, pues en la base de tal compromiso se encuentra, o bien una
determinada confianza en el otro, o bien un determinado interés, que no
necesariamente habrá de perdurar en caso de sustitución de quien actúa por una
de las partes. Es por ello que el Código, en la parte final del art. 996 CCyC,
establece la regla de la intransmisibilidad a terceros de la posición contractual;
quedando abierta para las partes la posibilidad de estipulación en contrario, ya
incluida como cláusula originaria, ya como disposición posterior a la celebración
del contrato de opción.
Capacidad y Legitimación:
La legitimación importa la aptitud de los sujetos para dar vida a particulares
contratos con un determinado objeto, por la posición en que, con respecto a este,
se encuentran las partes promitentes, que les da la posibilidad concreta, a cada
una de ellas, de disponer de los intereses que el contrato reglamenta.
La situación jurídica que supone la legitimación tiene un carácter especial, en
cuanto concierne al poder de disponer de los intereses reglamentados en un
contrato concreto, habidas cuentas de su objeto.
Frente al concepto de legitimación -poder para actuar legalmente sobre cada
relación concreta- la capacidad jurídica se diferencia netamente, basta observar
que una persona, titular de una relación, puede no estar legitimada para actuar
relativamente a ella (por ejemplo: el quebrado con relación a los bienes
integrantes de la masa de la quiebra) mientras que personas no titulares pueden
actuar legítimamente sobre ella (administradores de la masa).
Clases de Legitimación:
a) legitimación ordinaria o de primer grado: Cada sujeto solo puede pretender con
un negocio contractual que es expresión de su autonomía, gobernar los intereses
que le son propios y no los de otros. Cada persona tiene una esfera de intereses
que le pertenece y a la que se ciñen su competencia dispositiva. Es árbitro de
esos intereses y no puede ingerirse en los que le son ajenos. Por vía de regla,
debe haber una coincidencia entre los sujetos que celebran el contrato y los
sujetos titulares de los respectivos intereses que se reglamentan.
Excepcionalmente, puede ocurrir que el titular de ciertos intereses no esté
legitimado para realizar negocios en los que se disponga de ellos. Por ejemplo
como ocurre con la situación del fallido, que no puede realizar actos de
administración o disposición de sus bienes ni, por tanto, contratar, por la situación
de desapoderamiento que ope legis produce la quiebra.
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Las personas por nacer son incapaces de ejercicio. Ejercen sus derechos a través
de sus representantes legales: sus padres.
En lo que concierne a las personas menores de edad, son consideradas
incapaces de ejercicio y, por ende, sujetas a la representación legal de sus padres
o el tutor que se les nombren. Ahora bien, el ordenamiento jurídico prevé, según
pautas de edad y grado de madurez, que podrá haber actos que realicen a través
de sus representantes legales, otros que ejerzan por sí mismas bajo un régimen
de asistencia y otros que podrán ejercer libremente en virtud de la capacidad
de ejercicio que el propio Código les reconoce, Por su parte, las personas
declaradas incapaces judicialmente ejercerán sus derechos a través de sus
representantes legales bajo el régimen de la curatela.
En cambio, las personas con capacidad restringida e inhabilitadas ejercen su
capacidad jurídica con un sistema de apoyos, según los alcances establecidos en
la sentencia. De este modo, a diferencia de lo que ocurre con las personas por
nacer, menores de edad y declaradas incapaces -a quienes se les asigna un
representante legal-, en los supuestos de capacidad restringida o inhabilitación las
personas serán "capaces" y, consecuentemente, no tendrán un representante
legal; y si bien el art. 101 inc. c) habilitaría a que en ciertas ocasiones los apoyos
que se les designen cumplan funciones de representación, tal representación se
ejercerá únicamente con relación a determinados actos.
Por ende, cabe aclarar que las personas con capacidad restringida y las
inhabilitadas no son "incapaces", sino que son por regla capaces, aunque con
incapacidad para celebrar los actos especificados en la sentencia, de donde
también surgirá el régimen para su ejercicio.
En resumen: según el caso, las personas a las que alude el artículo ejercen sus
derechos a través de sus representantes legales, bajo un régimen de asistencia, o
con la implementación de sistemas de apoyos para la toma de decisiones.
b) Los penados a más de tres años de prisión o reclusión quedan privados del
derecho de administrar sus bienes y de disponer de ellos por actos entre
vivos (art.12 CP). Esto significa incapacidad para celebrar contratos de
contenido patrimonial. No es una pena civil agregada a la criminal, sino, una
medida de protección del penado cuya prisión lo pone en inferioridad de
condiciones para contratar libremente.
c) Los ihabilitados:
Posibilidad:
Nadie puede ser obligado a pagar o hacer algo imposible. Pero la imposibilidad
que anula el contrato debe ser absoluta. No basta que lo sea solo para un deudor
determinado, por falta de aptitudes o capacidad personales o por otras razones
circunstanciales. Debe ser posible física y jurídicamente, nadie puede contratar y
obligarse a dar o hacer algo que sea imposible físicamente (tocar el cielo con las
manos) o imposible jurídicamente (hipotecar un auto). También hay imposibilidad
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jurídica si se enajena una cosa que está fuera del comercio, pero estas si pueden
ser dadas en locación o concesión.
Determinación:
El objeto debe estar determinado al momento de celebrarse el contrato o ser
susceptible de determinarse posteriormente. Cuando se trata de cosas fungibles la
determinación se logra expresando el género, la calidad y la cantidad.
Licitud:
Las leyes no pueden aceptar contratos u obligaciones cuyo objeto sea ilícito, por
ej: obligarse a matar a otro.
Patrimonialidad:
La prestación, objeto de un contrato, puede consistir en la entrega de una cosa, o
en el cumplimiento positivo o negativo susceptible de una apreciación pecuniaria.
ARTÍCULO 1004.- Objetos prohibidos. No pueden ser objeto de los contratos los
hechos que son imposibles o están prohibidos por las leyes, son contrarios a la
moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o lesivos de los
derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se prohíbe que lo sean.
Cuando tengan por objeto derechos sobre el cuerpo humano se aplican los
artículos 17 y 56.
ARTÍCULO 1006.- Determinación por un tercero. Las partes pueden pactar que la
determinación del objeto sea efectuada por un tercero. En caso de que el tercero
no realice la elección, sea imposible o no haya observado los criterios
expresamente establecidos por las partes o por los usos y costumbres, puede
recurrirse a la determinación judicial, petición que debe tramitar por el
procedimiento más breve que prevea la legislación procesal.
Unidad 5
1. Causa. Antecedentes. La concepción tradicional de la causa. La concepción
neocausalista. Derecho alemán: presuposición y la base del negocio. La
“consideration” del derecho inglés. Derecho nacional. EDUBP | ABOGACIA |
derecho civil III - pag. 6
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Antecedentes:
La palabra causa tiene en el derecho dos acepciones diferentes: a) Designa, a
veces, la fuente, de las obligaciones, o sea, los presupuestos de hecho de los
cuales derivan las obligaciones legales: contratos, hechos ilícitos, etc. y b) otras
veces, en cambio, es empleada en el sentido de causa final; significa el fin que las
partes se propusieron al contratar. Es este segundo significado el que ahora nos
interesa. Se ha discutido si la causa debe o no ser considerada como un elemento
esencial del acto jurídico. Es necesario confesar que los esfuerzos de los juristas
por precisar con claridad el concepto no han sido muy fructíferos subsisten aún
hoy después de una abundantísima literatura sobre el tema, profundas
divergencias.
Posturas Doctrinarias:
La Doctrina Clásica: Su concepción de la causa es definitivamente objetiva: la
causa es el fin del acto jurídico; cuando se habla del fin, no debe creerse que se
trata de los móviles personales y psicológicos de cada contratante, sino de los
elementos materiales que existen en todo contrato; por consiguiente, en los
contratos sinalagmáticos, la causa de la obligación de cada una de las partes es la
obligación de la otra. Por ejemplo: en la compraventa, la causa de la obligación
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La causa queda identificada para esta regulación como uno de los elementos
esenciales del acto jurídico y, con ello, del contrato.
. La causa contemplada comprende tanto la causa fin típica de todo vínculo
contractual nominado (por ejemplo, el intercambio cosa por precio en la
compraventa), como la causa fin motivacional perseguida en común por las partes.
Falsa causa Surge del mismo art. 282 CCyC, en cuanto establece que, en los
casos en los que media expresión de la causa, de ser la expuesta falsa, el acto
será de todos modos válido si se funda en otra causa verdadera. Lo previsto en la
norma es un supuesto de simulación relativa lícita (art. 334 CCyC). Ante la
verificación de una causa falsa, quien quiere sostener el vínculo contractual
deberá probar la existencia de una causa verdadera; ella deberá ser lícita pues, de
lo contrario, nuevamente la cuestión se resolverá según lo pautado en el art. 1014
CCyC.
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Principios Generales:
Los pueblos primitivos se singularizaban por un formalismo estrecho y rígido,
como también ocurrió en el derecho romano. Los actos estaban inseparablemente
ligados a su forma, el incumplimiento de estas traía aparejada la nulidad del acto.
Este formalismo, se proponía impresionar fuertemente el recuerdo de los testigos,
que después habrían de servir de prueba de la realización del acto. La iglesia
católica luchó tenazmente contra aquel sistema, la buena fe impone el
cumplimiento de la palabra empeñada y no eludir las consecuencias de los propios
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actos sin tener en cuenta la omisión de tal o cuál detalle formal. Luego, el tráfico
comercial se hizo más activo y resulto indispensable aligerar las transacciones de
los obstáculos formales. Finalmente, el aumento de la cultura trajo la difusión de la
escritura como medio de prueba, lo que hizo innecesarias las formalidades que
tendían a impresionar el ánimo de los testigos. Actualmente impera el principio de
la libertad de formas; basta el consentimiento para que el contrato tenga plena fe
obligatoria. Solo por excepción la ley exige en algunos casos el cumplimiento de
requisitos formales.
Para el derecho moderno se ha advertido un renacimiento del formalismo, las
nuevas leyes exigen la observancia de determinadas formas. Este neoformalismo
se funda en diversas razones: a) Las relaciones jurídicas se han hecho múltiples y
complejas; las exigencias formales tienden hoy a cuidar la seguridad jurídica; b)
Las formas que tienden a la publicidad se han mostrado eficaces para proteger a
los terceros de los actos simulados que los perjudican y c) el intervencionismo
estatal exige que las convenciones particulares tengan una exteriorización sin la
cual el control oficial sería imposible.
Este neoformalismo es distinto del antiguo; las formas se imponen sobre todo en
miras a la prueba del acto y a su publicidad; pero la omisión, no afecta en
principio, al acto en sí.
Omisión y Efectos:
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El artículo 1017 menciona en 4 incisos los actos jurídicos que deben celebrarse
por escritura pública:
Deben ser otorgados por escritura pública: a. los contratos que tienen por objeto la
adquisición, modificación o extinción de derechos reales sobre inmuebles. Quedan
exceptuados los casos en que el acto es realizado mediante subasta proveniente
de ejecución judicial o administrativa; b. los contratos que tienen por objeto
derechos dudosos o litigiosos sobre inmuebles; c. todos los actos que sean
accesorios de otros contratos otorgados en escritura pública; d. los demás
contratos que, por acuerdo de partes o disposición de la ley, deben ser otorgados
en escritura pública.
Concepto:
Probar un contrato es demostrar la existencia de una relación jurídica entre partes,
su contenido, y el alcance de los derechos y obligaciones emergentes del acuerdo.
Hay dos sistemas probatorios: el de la prueba legal y el de la libre convicción.
Según el primero, solo puede admitirse como prueba suficiente la que indica la ley;
de acuerdo al segundo, el juez puede admitir todo género de pruebas y tendrá
como suficientes aquellas que según su ciencia y conciencia sean suficientes para
tener por acreditados los hechos.
Interpretación:
Medios de prueba para la acreditación de la existencia de un contrato. Los
contratos pueden ser probados por todos los medios aptos para alcanzar una
razonable convicción según las reglas de la sana crítica y con sujeción a lo que
disponen las leyes procesales.
Criterio de valoración de las pruebas sobre la existencia de un contrato. las
pruebas que se produzcan con relación a la existencia y alcance de un contrato
sean evaluadas según las reglas de la sana crítica, que son de naturaleza lógica y
se nutren de las máximas de la experiencia, requieren de fundamentación y
constituyen un límite a la libre valoración.
Eficacia de la prueba testimonial La eficacia de la prueba testimonial se encuentra
restringida, pero no suprimida, en los casos en los que existe costumbre social de
celebrar contrato por escrito.
Unidad 6
1. Efectos e interpretación
2. Efectos con relación a las personas. Partes y terceros. Representantes,
sucesores, acreedores y terceros propiamente dichos. La relatividad de los
contratos. Alcances y límites del principio. Subcontrato y contratos conexos.
3. Incorporación de terceros al contrato. Supuestos a examinar.
4. Suspensión del cumplimiento.
5. Revisión contractual. Supuestos legales: imprevisión y lesión. Requisitos y
efectos.
6. Interpretación del contrato. El principio de la buena fe. La integración y la
calificación del contrato. Cláusulas abusivas.
1. Efectos e interpretación.
La interpretación de los contratos está regulado en el Capítulo 10 del Libro
Tercero.
Interpretar un contrato es observar las manifestaciones negociales, las cláusulas o
estipulaciones, para determinar su sentido y alcance. Ocurre con frecuencia que
las partes que han celebrado un contrato están en desacuerdo con el significado
de sus términos.
El juez debe ocuparse de investigar, no lo que el declarante a querido en su
interior (eso sería imposible), sino lo que su declaración, tomada en su conjunto,
autoriza a creer que ha querido. Por declaración de voluntad no debe entenderse
tan solo la expresión verbal o escrita sino también el proceder, actos o signos y
aun el silencio, en ciertos casos; en una palabra, la conducta externa que permite
inferir a la otra parte la existencia de una voluntad de obligarse.
El Código limita los efectos que puede proyectar cada vínculo a las obligaciones
asumidas por esas partes, dejando a salvo la situación de terceros, a excepción
de los supuestos estrictamente previstos por la ley, en las que estos pueden verse
beneficiados. Pero el contrato no es solo una relación jurídica y económica, sino
que a menudo tiene proyección en el ámbito social, y puede verse afectado en su
ejecución, cuestión que suele estar prevista en normas locales de carácter
administrativo, como las que regulan los horarios en los que pueden producirse
ruidos que puedan afectar a terceros, como los que se derivan de una obra en
construcción. Hay un grado de afectación que se asocia con lo que podemos
considerar la normal tolerancia de actividades ajenas en una sociedad y otro, el
que proyecta efectos perjudiciales hacia terceros, en forma más o menos
repetitiva, habitual o permanente, generando el derecho de estos de hacer cesar
esas conductas y de obtener resarcimiento, porque la regla general es que la cosa
concluida entre unos no puede afectar a otros.
No obstante lo expuesto, es claro que el contrato celebrado entre dos partes debe
ser también respetado por terceros, quienes deben abstenerse de interferir u
obstaculizar su ejecución.
Si terceros se ven afectados en forma ilegítima, injusta o supererogatoria por los
efectos de una relación jurídica contractual establecida entre partes, podrán —por
las vías legales pertinentes— solicitar las medidas que puedan ser necesarias y
conducentes para hacer cesar esa incidencia indebida, por las vías legales
pertinentes, en caso de verse perjudicados por ella.
El principio de relatividad de efectos El art. 1021 CCyC enuncia lo que en doctrina
se conoce como “principio de relatividad de efectos de los contratos”, según el
cual estos pueden proyectar efectos, derechos y obligaciones solo con relación a
los sujetos que conforman las partes contratantes, pero no con relación a terceros
ajenos al vínculo entre ellos establecido.
Deben considerarse terceros quienes no tienen vínculo jurídico directo con el
objeto del contrato, situación en la que también se encuentran, en principio, los
herederos hasta que son llamados a suceder.
ARTÍCULO 1023.- Parte del contrato. Se considera parte del contrato a quien: a. lo
otorga a nombre propio, aunque lo haga en interés ajeno; b. es representado por
un otorgante que actúa en su nombre e interés; c. manifiesta la voluntad
contractual, aunque ésta sea transmitida por un corredor o por un agente sin
representación.
Art. 1073. Definición. Hay conexidad cuando dos o más contratos autónomos se
hallan vinculados entre sí por una finalidad económica común previamente
establecida, de modo que uno de ellos ha sido determinante del otro para el logro
del resultado perseguido. Esta finalidad puede ser establecida por la ley,
expresamente pactada, o derivada de la interpretación, conforme con lo que se
dispone en el artículo 1074.
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Art. 1074.- Interpretación. Los contratos conexos deben ser interpretados los unos
por medio de los otros, atribuyéndoles el sentido apropiado que surge del grupo de
contratos, su función económica y el resultado perseguido.
contra todos los sujetos que integran la otra; b. la extinción del contrato puede
declararse extrajudicialmente o demandarse ante un juez. La demanda puede
iniciarse aunque no se haya cursado el requerimiento previo que pudo
corresponder; en tal situación se aplica el inciso f); c. la otra parte puede oponerse
a la extinción si, al tiempo de la declaración, el declarante no ha cumplido, o no
está en situación de cumplir, la prestación que debía realizar para poder ejercer la
facultad de extinguir el contrato; d. la extinción del contrato no queda afectada por
la imposibilidad de restituir que tenga la parte que no la declaró; e. la parte que
tiene derecho a extinguir el contrato puede optar por requerir su cumplimiento y la
reparación de daños. Esta demanda no impide deducir ulteriormente una
pretensión extintiva; f. la comunicación de la declaración extintiva del contrato
produce su extinción de pleno derecho, y posteriormente no puede exigirse el
cumplimiento ni subsiste el derecho de cumplir. Pero, en los casos en que es
menester un requerimiento previo, si se promueve la demanda por extinción sin
haber intimado, el demandado tiene derecho de cumplir hasta el vencimiento del
plazo de emplazamiento; g. la demanda ante un tribunal por extinción del contrato
impide deducir ulteriormente una pretensión de cumplimiento; h. la extinción del
contrato deja subsistentes las estipulaciones referidas a las restituciones, a la
reparación de daños, a la solución de las controversias y a cualquiera otra que
regule los derechos y obligaciones de las partes tras la extinción.
El derecho por el que una parte plantea la extinción del vínculo contractual por
alguna de las vías mencionadas —rescisión unilateral, revocación o resolución por
los supuestos regulados en este Capítulo— se ejerce mediante una comunicación
que debe efectuarse a la otra parte. Dicha comunicación debe involucrar, activa o
pasivamente, a todos los sujetos que integren cada parte. Dado que la norma no
lo establece, cabe considerar que la comunicación puede ser judicial o
extrajudicial, y que esta no es requisito para el posterior seguimiento de aquella
vía.
que no hizo la reserva. Esta comunicación debe revestir la misma forma que el
contrato, y ser efectuada dentro del plazo estipulado o, en su defecto, dentro de
los quince días desde su celebración. Mientras no haya una aceptación del
tercero, el contrato produce efectos entre las partes.
El contrato para persona a designar tiene lugar cuando uno de los contratantes, el
estipulante, se reserva el derecho o la facultad de designar, dentro de un plazo
establecido, a quien ocupará luego su posición contractual en el negocio. Este
contrato carecía de regulación en el orden normativo previo a la sanción de este
Código. Suele ser un recurso empleado por intermediarios, quienes actúan en
nombre e interés propios, de especial uso en operaciones de compraventa de
inmuebles y de automotores —las denominadas compras “en comisión”—,
quienes adquieren un bien sin satisfacer los recaudos formales específicos, que
completarán una vez que encuentren un comprador al que adjudicar la cosa.
Revisión Contractual:
La revisión consiste en el análisis de las estipulaciones convenidas, previa
interpretación e integración, y su consideración a la luz de determinados criterios o
pautas, para concluir manteniéndolas o modificándolas, o bien resolviendo el
negocio. La revisión puede basarse en principios de carácter general.
Los contratos a los que se aplica son los contratos a título onerosos:
a. los conmutativos de ejecución diferida o permanente; y
b. los aleatorios, de ejecución diferida o permanente, cuando la excesiva
onerosidad resulte de causas ajenas a su alea propia.
Efectos: Los efectos dependerán del planteo que efectúe el afectado. Si opta por
la adecuación de los términos del contrato y ella es alcanzada en la negociación
con la otra parte, se produce una reformulación que podrá llegar a tener efectos
70
Lesión:
Libro I Parte general Título IV Capítulo 6: vicios de los actos jurídicos. Art. 332:
“Lesión. Puede demandarse la nulidad o la modificación de los actos jurídicos
cuando una de las partes explotando la necesidad, debilidad síquica o
inexperiencia de la otra, obtuviera por medio de ellos una ventaja patrimonial
evidentemente desproporcionada y sin justificación.
Se presume, excepto prueba en contrario, que existe tal explotación en caso
denotable desproporción de las prestaciones.
Los cálculos deben hacerse según valores al tiempo del acto y la desproporción
debe subsistir en el momento de la demanda.
El afectado tiene opción para demandar la nulidad o un reajuste equitativo del
convenio, pero la primera de estas acciones se debe transformar en acción de
reajuste si éste es ofrecido por el demandado al contestar la demanda.
Sólo el lesionado o sus herederos pueden ejercer la acción”.
Actos a los que se aplica: el vicio aplica a los "actos jurídicos". Si bien por regla
general es un vicio que aparece en los contratos onerosos, pueden existir
hipótesis de lesión en actos jurídicos unilaterales con efectos onerosos (promesa
pública de recompensa) y también en ciertas renuncias.
Efectos: La víctima del vicio de lesión puede demandar la nulidad o el reajuste del
negocio; la acción de nulidad se convierte en acción de reajuste si así lo ofrece el
demandado al contestar la demanda.
Prescripción: hay que remitirse al art. 2563 inc. e), del cual resulta que el plazo de
prescripción de la acción es de dos años contados "desde la fecha en que la
obligación a cargo del lesionado debía ser cumplida".
Las palabras constituyen la materia del discurso jurídico; ellas expresan conceptos
cuyos límites y alcances no siempre son ponderados de igual modo por los
distintos intereses involucrados en la celebración de un contrato. Pero el derecho
debe solucionar conflictos y para ello establece reglas que a menudo responden a
necesidades prácticas, como la enunciada en este artículo que, con las
salvedades que apunta, privilegia el sentido general que cabe asignar a las
palabras, antes que el particular con el que alguna de las partes pudo haberla
utilizado.
ARTÍCULO 1064.- Interpretación contextual. Las cláusulas del contrato se
interpretan las unas por medio de las otras, y atribuyéndoles el sentido apropiado
al conjunto del acto.
En caso de duda, el juez no debe privar de validez a lo estipulado por las partes;
pero solo en caso de duda, pues de ser clara la invalidez, debe declararla, aun de
oficio, en caso de afectar ella el orden público. En caso de existir diversos sentidos
posibles, alguno de los cuales conduce a la determinación de la ineficacia de todo
o parte del contrato, el intérprete debe optar por la valoración que resulte más
adecuada al objeto del contrato.
Unidad 7
1. Extinción, modificación y adecuación del contrato. Incumplimiento.
2. Rescisión. Revocación. Resolución. Nulidad. Ineficacia.
3. La frustración del fin del contrato.
4. La señal y la cláusula penal. Concepto. Finalidad. Efectos. Régimen legal.
5. Resolución por incumplimiento. Régimen legal. Modalidad y formas de ejercicio.
Efectos.
La cláusula resolutoria es una estipulación de las partes en un contrato por las que
ellas establecen el procedimiento que deberá observarse para concretar la
extinción del vínculo jurídico, por incumplimiento de obligaciones a cargo de una
de ellas. Se aplica a todo tipo de contratos.
La cláusula resolutoria expresa debe ser clara. Puede ser de carácter general, o
bien puede identificar las prestaciones que pueden dar lugar al ejercicio de la
facultad resolutoria, a las que corresponde, en principio, considerar esenciales en
los términos del art. 1084 CCyC.
74
La revocación del contrato es la extinción del mismo por la voluntad de una sola
de las partes, pero fundada en una causa legal. En su significado estricto, la idea
de revocación está unida a la de liberalidad: se revoca una donación, un
testamento. Importa un acto de voluntad por el cual se deja sin efecto la
75
La nulidad es una sanción prescripta en la ley que priva a los contratos de sus
efectos normales en razón de un vicio originario, es decir, anterior o concomitante
con la celebración del acto. El principio es que la nulidad de una cláusula entraña
la nulidad de todo el contrato. La explicación es simple, las cláusulas de un
contrato forman un conjunto; lo que se ha querido no es tal o cuál parte aislada,
sino el todo; cada cláusula es una de las condiciones del consentimiento prestado.
Por ello es que, como principio, no puede admitirse la nulidad parcial de un
contrato. Empero, hay casos en las cláusulas son separables y en que la nulidad
de una no invalida todo el acto: el caso más frecuente es el de las cláusulas nulas
sustituidas de iure por normas imperativas; ejemplo la convención que fija al
contrato de locación de un término menor que el que determinan las leyes es de
ningún valor, pero la relación jurídica mantiene toda su vigencia.
Contratos a los que se aplica: La norma no distingue los tipos de contratos a los
que se aplica, por lo que cabe considerar que puede ser invocada en todo tipo de
vínculo en el que se vea frustrada la finalidad considerada. Si dos o más contratos
son conexos, pues están causalmente vinculados, la frustración de la causa en
uno de ellos afecta a los demás.
Art. 1060.- Modalidad. Como señal o arras pueden entregarse dinero o cosas
muebles. Si es de la misma especie que lo que debe darse por el contrato, la
señal se tiene como parte de la prestación si el contrato se cumple; pero no si ella
es de diferente especie o si la obligación es de hacer o no hacer.
Se denomina seña, señal o arras a la entrega de una cosa mueble o de una suma
de dinero que una de las partes contratantes realiza a favor de la otra u otras, con
alguna de las siguientes finalidades: reforzar el cumplimiento o permitir el
arrepentimiento de cualquiera de los contratantes. Se trata de un elemento
accidental de los contratos bilaterales y plurilaterales. Su estipulación no requiere
de fórmulas sacramentales, sino de la entrega de una cosa, que puede realizarse
en cualquier momento antes del cumplimiento; esto es, antes de la celebración, en
forma contemporánea con ello o luego, para reforzar el compromiso asumido.
Hasta ahora se distinguía entre nosotros la señal prevista en el art. 1202 CC, que
daba lugar al arrepentimiento y era considerada penitencial, de la del art. 475 del
Código de Comercio, de carácter confirmatorio; aunque nada impedía pactar una
seña confirmatoria en materia civil o una penitencial en materia comercial. Este
Código prevé ambas modalidades, con un régimen flexible.
1060 CCyC, si lo dado es de la misma especie de lo que luego deba darse por el
contrato, la señal se tendrá como parte de la prestación; pero no si ella es de
diferente especie o la obligación es de hacer o no hacer, en cuyo caso da cuenta
de la celebración del contrato, pero deberá luego restituirse a quien la entregó.
Seña que faculta el arrepentimiento Si las partes determinan que las arras son
entregadas con la facultad de arrepentirse, dicho arrepentimiento podrá tener lugar
hasta que se dé principio de ejecución a las obligaciones establecidas en el
contrato, por vía de la realización de actos que no tendrían lugar de no ser la
intención de las partes avanzar en el cumplimiento.
En cuanto a la forma de operarse, variará según cuál sea la parte que se
arrepiente. Si es quien entregó las arras, el arrepentimiento generará la pérdida en
beneficio de la contraria de lo entregado. Si es quien las recibió, deberá entregar
al constituyente el doble de lo recibido. Nada obsta a que las partes convengan
otro régimen para regular la posibilidad de arrepentimiento. La seña opera, en este
caso, como una condición resolutoria.
La cláusula resolutoria es una estipulación de las partes en un contrato por las que
ellas establecen el procedimiento que deberá observarse para concretar la
extinción del vínculo jurídico, por incumplimiento de obligaciones a cargo de una
de ellas. Se aplica a todo tipo de contratos.
La cláusula resolutoria expresa debe ser clara. Puede ser de carácter general, o
bien puede identificar las prestaciones que pueden dar lugar al ejercicio de la
facultad resolutoria, a las que corresponde, en principio, considerar esenciales en
los términos del art. 1084 CCyC.
Unidad 8
1. Obligación de saneamiento.
2. Responsabilidad por evicción. Concepto. Garantía legal y convencional.
Requisitos. Efectos.
3. Responsabilidad por vicios ocultos. Concepto. Requisitos. Efectos. Acciones.
4. Sistema de garantía en la ley de Defensa del consumidor. Cosas muebles no
consumibles. Prestación de servicios.
1. Obligación de saneamiento.
2. Responsabilidad por evicción. Concepto. Garantía legal y convencional.
Requisitos. Efectos.
3. Responsabilidad por vicios ocultos. Concepto. Requisitos. Efectos.
Acciones.
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ARTÍCULO 1038.- Casos en los que se las tiene por no convenidas. La supresión
y la disminución de la responsabilidad por saneamiento se tienen por no
convenidas en los siguientes casos: si el enajenante conoció, o debió conocer el
peligro de evicción, o la existencia de vicios; si el enajenante actúa
profesionalmente en la actividad a la que corresponde la enajenación, a menos
que el adquirente también se desempeñe profesionalmente en esa actividad.
La responsabilidad por saneamiento resulta un elemento natural de los contratos a
los que se aplica, en los que rige supletoriamente, aun cuando no hubiera sido
establecida. Es, en principio, disponible por lo que también puede ser alterada en
sus alcances básicos y aun suprimida, según los casos y con las limitaciones que
el ordenamiento jurídico dispone.
Por lo establecido, la garantía regirá aun cuando medie ignorancia o error del
enajenante respecto de la existencia y alcances de aquella. Quedan a salvo los
supuestos regulados en el art. 1040 CCyC.
El paso del tiempo puede sanear un título defectuoso, tornando en titular del
dominio de un bien a quien lo tiene en su poder en razón de una transmisión de
parte de quien no era titular dominial de la cosa al tiempo de la celebración del
contrato. Esa adquisición posterior consolida el derecho y sanea jurídicamente el
acto de transferencia que podía ser objeto de reclamos por terceros que invocaran
mejores derechos sobre el bien objeto de la operación. La norma tiene lógica
sistémica, porque la adquisición del dominio por prescripción extingue el derecho
de cualquier tercero a reclamar un mejor derecho sobre el bien.
Vicios ocultos
- Defectos en la materialidad de la cosa
- Ocultos
- Exigentes al tiempo de adquisición
- Cognoscibles con reserva expresa
- Contemplados en una cláusula
- Vicios redhibitorios
- Garantía de calidad específica o de no existencia
- Garantías especiales
Art. 1051 1052 1053
1) RESOLUCION
A- CUANDO ES UN VICIO REDHIBITORIO
B- AMPLIACION CONVENCIONAL
2) SANEAMIENTO
3) DAÑOS
buena fe—; iii. si la transmisión fue hecha a riesgo del adquirente; y iv. si la
adquisición resulta de una subasta judicial o administrativa de carácter forzoso.
ARTÍCULO 1058.- Pérdida o deterioro de la cosa. Si la cosa perece total o
parcialmente a causa de sus defectos, el garante soporta su pérdida.
El artículo regula la asignación de riesgos por pérdida total o parcial de la cosa
como consecuencias de sus defectos y lo hace estableciendo una excepción al
régimen general en materia de obligaciones de dar.
El adquirente de una cosa perdida por sus defectos ocultos podrá, en razón de lo
establecido en el art. 1058 CCyC, optar por: i. reclamar un equivalente, si el bien
perdido es fungible; ii. resolver el contrato; y iii. agregar a la vía que elija el
reclamo por daños y perjuicios, salvo que el adquirente hubiera conocido el riesgo
de evicción o la existencia de vicios; que el enajenante no hubiera podido conocer
tales circunstancias; que la transmisión hubiera sido hecha a riesgo del adquirente
o que ella se hubiera operado por subasta judicial.
contraríe lo expuesto es nula y se tendrá por no escrita (art. 14 ley 24240 ref. por
ley 24999).
Prestación de Servicios:
Quienes presten servicios de cualquier naturaleza están obligados a respetar los
términos, los plazos, condiciones, modalidades, reservas y demás circunstancias
conforme a las cuales hayan sido ofrecidos, publicitados o convenidos. Si el
contrato tiene por objeto la reparación, mantenimiento, acondicionamiento,
limpieza o cualquier otro similar, se entiende implícita la obligación a cargo del
prestador de servicios de emplear materiales o productos nuevos o adecuados de
la cosa que se trate, salvo pacto escrito en contrario (art. 19 y 20 de la ley 24240).
resulta una locación de obra si una parte substancial de los materiales con que
debe ejecutarse la obra es provista por el que la encarga (comitente). La solución
resulta razonable, pues si los materiales son provistos por el comitente, el contrato
se aleja de la compraventa en la que lo esencial es la transmisión de la propiedad
de la cosa vendida.
Con el depósito:
La duda se puede presentar cuando una persona remite a otra ciertas cosas para
ser vendidas. La jurisprudencia francesa se inclinó por la compraventa, ya que el
depósito exige la restitución de la cosa, y la alternativa entre restituirla o venderla
convertiría la operación en una compraventa condicional.
El precio:
Sección 3° Precio ARTÍCULO 1133.- Determinación del precio. El precio es
determinado cuando las partes lo fijan en una suma que el comprador debe pagar,
cuando se deja su indicación al arbitrio de un tercero designado o cuando lo sea
con referencia a otra cosa cierta. En cualquier otro caso, se entiende que hay
precio válido si las partes previeron el procedimiento para determinarlo.
ARTÍCULO 1134.- Precio determinado por un tercero. El precio puede ser
determinado por un tercero designado en el contrato o después de su celebración.
Si las partes no llegan a un acuerdo sobre su designación o sustitución, o si el
tercero no quiere o no puede realizar la determinación, el precio lo fija el juez por
el procedimiento más breve que prevea la ley local.
El segundo de los elementos esenciales de la compraventa es el precio. El precio
debe ser en dinero. En materia de obligaciones de dar dinero prevé: “La
98
mayor del cinco por ciento de la acordada, el que se perjudica con la diferencia
puede pedir el ajuste de la misma. Si como resultado del ajuste, el comprador
debe pagar un precio mayor, puede resolver la compra. La solución es lógica pues
el comprador asumió la obligación de un precio determinado y no necesariamente
quiere o puede pagar un precio mayor.
Precio convenido por unidad de medida de superficie: En el caso del precio
convenido por unidad de medida de superficie y de que se hubiera expresado en
el contrato una extensión determinada, si la superficie real supera en más de un
cinco por ciento a la expresada, el comprador tiene derecho a resolver el contrato.
Obligaciones de las partes:
La SECCIÓN 4ª regula las Obligaciones del vendedor Art. 1137-1139.
ARTÍCULO 1137.- Obligación de transferir. El vendedor debe transferir al
comprador la propiedad de la cosa vendida. También está obligado a poner a
disposición del comprador los instrumentos requeridos por los usos o las
particularidades de la venta, y a prestar toda cooperación que le sea exigible para
que la transferencia dominial se concrete.
ARTÍCULO 1138.- Gastos de entrega. Excepto pacto en contrario, están a cargo
del vendedor los gastos de la entrega de la cosa vendida y los que se originen en
la obtención de los instrumentos referidos en el artículo 1137. En la compraventa
de inmuebles también están a su cargo los del estudio del título y sus
antecedentes y, en su caso, los de mensura y los tributos que graven la venta.
ARTÍCULO 1139.- Tiempo de entrega del inmueble. El vendedor debe entregar el
inmueble inmediatamente de la escrituración, excepto convención en contrario.
ARTÍCULO 1140.- Entrega de la cosa. La cosa debe entregarse con sus
accesorios, libre de toda relación de poder y de oposición de tercero.
Obligación nuclear El art. 1137 CCyC enuncia la obligación nuclear del vendedor
que es transferir al comprador la propiedad de la cosa vendida.
son deberes del vendedor: a. poner a disposición del comprador los instrumentos
requeridos por los usos o las particularidades de la venta y asumir los costos que
demande su obtención: así, por ejemplo, si se tratara de la venta de un inmueble,
deberá entregar el título de propiedad del bien; b. asumir los gastos que demande
el estudio de título, mensura e impuestos que eventualmente graven la venta; c.
prestar toda la cooperación que le sea exigible para que la transferencia dominial
se concrete; d. asumir los gastos de entrega, salvo pacto en contrario; e. entregar
en el plazo convenido. En cuanto al plazo de entrega, rige el principio de
autonomía de la voluntad. Si nada previeran las partes, en materia inmobiliaria
supletoriamente se prevé que la entrega debe hacerse inmediatamente de la
escrituración. En el caso de las cosas muebles, rige lo dispuesto por; f. entregar
en las condiciones convenidas. La entrega debe efectuarse con sus accesorios; y
100
El CCyC imputa los siguientes efectos a la factura que el vendedor emite: a. sin
plazo: si la factura no indica plazo para el pago del precio se presume que la venta
es de contado; b. no observada: la factura no observada dentro de los diez días de
recibida se presume aceptada en todo su contenido.
ARTÍCULO 1146.- Obligación de entregar documentos. Si el vendedor está
obligado a entregar documentos relacionados con las cosas vendidas, debe
hacerlo en el momento, lugar y forma fijados por el contrato. En caso de entrega
anticipada de documentos, el vendedor puede, hasta el momento fijado para la
entrega, subsanar cualquier falta de conformidad de ellos, si el ejercicio de ese
derecho no ocasiona inconvenientes ni gastos excesivos al comprador.
a. Tiempo, lugar y forma: el vendedor debe entregar los documentos relacionados
con las cosas vendidas en el momento, lugar y forma previstos en el contrato.
b. Entrega anticipada: en caso de que el vendedor hiciera entrega anticipada de
los documentos, puede subsanar cualquier falta de conformidad de ellos hasta la
fecha fijada para la entrega, no debiendo ello ocasionar inconvenientes ni gastos
excesivos al comprador
Parágrafo 3º Entrega de la cosa ARTÍCULO 1147.- Plazo para la entrega de la
cosa. La entrega debe hacerse dentro de las veinticuatro horas de celebrado el
contrato, excepto que de la convención o los usos resulte otro plazo.
ARTÍCULO 1148.- Lugar de entrega de la cosa. El lugar de la entrega es el que se
convino, o el que determinen los usos o las particularidades de la venta. En su
defecto, la entrega debe hacerse en el lugar en que la cosa cierta se encontraba al
celebrarse el contrato.
Principio general: autonomía de la voluntad En cuanto al tiempo y lugar en que el
vendedor debe dar cumplimiento con la obligación de entregar la cosa vendida,
rige el principio de la autonomía de la voluntad; por consiguiente, el tiempo y lugar
de entrega será el pactado.
Falta de previsión de las partes Si las partes no hubieran previsto el lugar y tiempo
en que el vendedor debe entregar al comprador la cosa mueble vendida, se
aplican supletoriamente los siguientes criterios:
a. el tiempo y lugar que determinen los usos;
b. si no existieran usos respecto al tiempo, la entrega debe hacerse dentro de las
24 horas de celebrado el contrato;
c. si no existieran usos o particularidades de la venta que determinen el lugar en
que debe entregarse la cosa mueble vendida, esta deberá entregarse en el lugar
en que la cosa cierta se encontraba al momento de celebrarse el contrato.
103
ARTÍCULO 1152.- Tiempo del pago. El pago se hace contra la entrega de la cosa,
excepto pacto en contrario. El comprador no está obligado a pagar el precio
mientras no tiene la posibilidad de examinar las cosas, a menos que las
modalidades de entrega o de pago pactadas por las partes sean incompatibles
con esta posibilidad.
ARTÍCULO 1153.- Compraventa sobre muestras. Si la compraventa se hace sobre
muestras, el comprador no puede rehusar la recepción si la cosa es de igual
calidad que la muestra.
ARTÍCULO 1154.- Compraventa de cosas que no están a la vista. En los casos de
cosas que no están a la vista y deben ser remitidas por el vendedor al comprador,
la cosa debe adecuarse al contrato al momento de su entrega al comprador, al
transportista o al tercero designado para recibirla.
ARTÍCULO 1155.- Cosas que se entregan en fardos o bajo cubierta. Si las cosas
muebles se entregan en fardo o bajo cubierta que impiden su examen y
reconocimiento, el comprador puede reclamar en los diez días inmediatos a la
entrega, cualquier falta en la cantidad o la inadecuación de las cosas al contrato.
El vendedor puede exigir que en el acto de la entrega se haga el reconocimiento
íntegro de la cantidad y de la adecuación de las cosas entregadas al contrato, y en
ese caso no hay lugar a reclamos después de recibidas.
ARTÍCULO 1156.- Adecuación de las cosas muebles a lo convenido. Se considera
que las cosas muebles son adecuadas al contrato si: a. son aptas para los fines a
que ordinariamente se destinan cosas del mismo tipo; b. son aptas para cualquier
fin especial que expresa o tácitamente se haya hecho saber al vendedor en el
momento de la celebración del contrato, excepto que de las circunstancias resulte
que el comprador no confió o no era razonable que confiara, en la idoneidad y
criterio del vendedor; c. están envasadas o embaladas de la manera habitual para
tales mercaderías o, si no la hay, de una adecuada para conservarlas y
protegerlas; d. responden a lo previsto en el artículo 1153. El vendedor no es
responsable, a tenor de lo dispuesto en los incisos a) y c) de este artículo, de la
inadecuación de la cosa que el comprador conocía o debía conocer en el
momento de la celebración del contrato.
ARTÍCULO 1157.- Determinación de la adecuación de las cosas al contrato. En
los casos de los artículos 1153 y 1154 el comprador debe informar al vendedor sin
demora de la falta de adecuación de las cosas a lo convenido. La determinación
de si la cosa remitida por el vendedor es adecuada al contrato se hace por peritos
arbitradores, excepto estipulación contraria. Si las partes no acuerdan sobre la
designación del perito arbitrador, cualquiera de ellas puede demandar
judicialmente su designación dentro del plazo de caducidad de treinta días de
entrega de la cosa. El juez designa el arbitrador.
105
ARTÍCULO 1158.- Plazo para reclamar por los defectos de las cosas. Si la venta
fue convenida mediante entrega a un transportista o a un tercero distinto del
comprador y no ha habido inspección de la cosa, los plazos para reclamar por las
diferencias de cantidad o por su no adecuación al contrato se cuentan desde su
recepción por el comprador.
ARTÍCULO 1159.- Compraventa por junto. Si la venta es por una cantidad de
cosas “por junto” el comprador no está obligado a recibir sólo una parte de ellas,
excepto pacto en contrario. Si la recibe, la venta y transmisión del dominio quedan
firmes a su respecto.
ARTÍCULO 1160.- Compraventas sujetas a condición suspensiva. La compraventa
está sujeta a la condición suspensiva de la aceptación de la cosa por el comprador
si: a. el comprador se reserva la facultad de probar la cosa; b. la compraventa se
conviene o es, de acuerdo con los usos, “a satisfacción del comprador”. El plazo
para aceptar es de diez días, excepto que otro se haya pactado o emane de los
usos. La cosa se considera aceptada y el contrato se juzga concluido cuando el
comprador paga el precio sin reserva o deja transcurrir el plazo sin pronunciarse.
ARTÍCULO 1161.- Cláusulas de difusión general en los usos internacionales. Las
cláusulas que tengan difusión en los usos internacionales se presumen utilizadas
con el significado que les adjudiquen tales usos, aunque la venta no sea
internacional, siempre que de las circunstancias no resulte lo contrario.
ARTÍCULO 1162.- Compraventa con cláusula pago contra documentos. En la
compraventa de cosas muebles con cláusula “pago contra documentos”,
“aceptación contra documentos” u otras similares, el pago, aceptación o acto de
que se trate sólo puede ser rehusado por falta de adecuación de los documentos
con el contrato, con independencia de la inspección o aceptación de la cosa
vendida, excepto que lo contrario resulte de la convención o de los usos, o que su
falta de identidad con la cosa vendida esté ya demostrada. Si el pago, aceptación
o acto de que se trate debe hacerse por medio de un banco, el vendedor no tiene
acción contra el comprador hasta que el banco rehúse hacerlo.
El Parágrafo 4º regula las obligaciones del comprador de cosa mueble. Estas son
la recepción de la cosa y pago del precio.
Pago del precio: Salvo pacto en contrario, el precio debe pagarse contra la entrega
de la cosa mueble vendida. El comprador no tiene obligación de pagar el precio
mientras no tiene la posibilidad de examinar las cosas, excepto que las
modalidades de entrega o pago pactadas sean incompatibles con esta posibilidad.
Recepción de la cosa: Compraventa por muestras Si la compraventa es por
muestras y la cosa entregada es de igual calidad que la muestra, el comprador no
puede rehusar la recepción.
106
Cosas que no están a la vista Si la cosa vendida no está a la vista, aquella debe
adecuarse a lo convenido al momento de su entrega, sea que esta se verifique en
la persona del comprador, del transportista o del tercero designado para recibirla.
En los casos de compraventa por muestras y de cosas que no están a la vista, el
comprador debe informar al vendedor sin demora de la falta de adecuación de la
cosa a lo convenido. Excepto estipulación en contrario, la determinación de la
adecuación de la cosa entregada por el vendedor a lo convenido se hace por
peritos arbitradores. Si las partes no se ponen de acuerdo sobre la designación del
perito arbitrador, cualquiera puede demandar judicialmente su designación dentro
del plazo de caducidad de 30 días de entregada la cosa. Si el comprador no
hubiera podido inspeccionar la cosa vendida y la entrega de esta se hubiera
convenido al transportista o un tercero designado para recibirla, los plazos para
reclamar por las diferencias de cantidad o falta de adecuación a lo convenido, se
cuentan desde la recepción de las cosas por el comprador, pues es a partir de ese
momento que se encuentra en condiciones de verificarla.
Cosas que se entregan en fardo o bajo cubierta Si al momento de la recepción de
la cosa el comprador no puede examinarla por encontrarse en fardo o bajo
cubierta, el comprador puede reclamar en los diez días inmediatos la falta de
adecuación a lo convenido. El comprador puede exigir que el reconocimiento de la
cantidad y adecuación al contrato se haga en el momento de la entrega, en cuyo
caso no puede el comprador reclamar con posterioridad a la recepción.
Adecuación de la cosa a lo convenido Se entiende que las cosas muebles son
adecuadas al contrato si: a. son aptas para los fines que ordinariamente se
destinan cosas de ese tipo. En este supuesto, si la inadecuación de la cosa era
conocida o debía ser conocida por el comprador, el vendedor no resulta
responsable por dicha inadecuación; b. son aptas para el fin especial que expresa
o tácitamente se haya hecho saber al vendedor al tiempo de la celebración del
contrato, salvo que de las circunstancias del caso no pueda entenderse que el
comprador confió en el criterio del vendedor; c. están envasadas o embaladas de
una manera habitual o de una forma adecuada para conservarlas. En este
supuesto, si el comprador conocía o debía conocer al momento de la celebración
del contrato acerca de la inadecuación de la cosa, el vendedor no es responsable
por dicha inadecuación; d. responden a la muestra en caso de que la venta se
hiciera sobre ellas.
Venta por junto Si la venta es por una cantidad de cosas o “por junto”, el
comprador no está obligado a recibir solo parte de ella salvo pacto en contrario. Si
las recibe la transmisión del dominio queda firme en cuanto a ellas.
Compraventa sujetas a condición suspensiva La compraventa está sujeta a la
condición suspensiva de la aceptación del comprador si este se reserva la facultad
de probar la cosa, o los usos o convención expresa determinan que la venta es a
“satisfacción del comprador”.
107
Boleto de compraventa:
La sección 8° regula al boleto de compraventa. Art. 1170 y 1171.
ARTÍCULO 1170.- Boleto de compraventa de inmuebles. El derecho del
comprador de buena fe tiene prioridad sobre el de terceros que hayan trabado
cautelares sobre el inmueble vendido si: a. el comprador contrató con el titular
registral, o puede subrogarse en la posición jurídica de quien lo hizo mediante un
perfecto eslabonamiento con los adquirentes sucesivos; b. el comprador pagó
como mínimo el veinticinco por ciento del precio con anterioridad a la traba de la
cautelar; c. el boleto tiene fecha cierta; d. la adquisición tiene publicidad suficiente,
sea registral, sea posesoria.
ARTÍCULO 1171.- Oponibilidad del boleto en el concurso o quiebra. Los boletos
de compraventa de inmuebles de fecha cierta otorgados a favor de adquirentes de
110
Al ser ésta cláusula iun elemento accidental del ocntrato de suministro, debe estar
expresamente estipulada por las partes. Si nada dicen acerca de ella, no tendrá
lugar. La cláusula de exclusividad puede significar tanto que el proveedor solo
venda sus productos al suministrado, como que el suministrado solo se provea del
proveedor, o en favor de ambas partes. Para que dicha cláusula tenga vigencia,
deberá referírsela a una zona geográfica determinada y a un mismo objeto.
Cuando la exclusividad se establece a favor del suministrante implica que el
suministrado está obligado a proveerse de lo que constituye el objeto del
suministro, exclusivamente acudiendo al suministrante, y no puede (salvo pacto en
contrario) proveerse, aun por medios propios, de las cosas que constituyen el
objeto del contrato. Cuando se establece a favor del suministrado, importa que, en
el ámbito territorial (o zona) donde este opera, el suministrante no puede
proporcionar a otro (que no sea el suministrado), ni directa ni indirectamente (o
sea, por interpuesta persona), lo que constituye objeto del suministro.
ARTÍCULO 1183.- Contrato por tiempo indeterminado. Si la duración del
suministro no ha sido establecida expresamente, cualquiera de las partes puede
resolverlo, dando aviso previo en las condiciones pactadas. De no existir pacto se
aplican los usos. En su defecto, el aviso debe cursarse en un término razonable
según las circunstancias y la naturaleza del suministro, que en ningún caso puede
ser inferior a sesenta días.
El contrato puede ser de tiempo indeterminado, y en tal supuesto, cualquiera de
las partes puede resolverlo unilateralmente, dado previo aviso en un tiempo
razonable, según las circunstancias y la naturaleza del suministro, que nunca
puede ser inferior a sesenta días.
Causales de extinción del contrato de suministro:
- con plazo determinado: por vencimiento del plazo contractual;
- con plazo indeterminado: por rescisión unilateral (con preaviso oportuno);
- por cumplimiento del objeto: se satisficieron todas las prestaciones o
necesidades del suministrado o se entregaron en forma íntegra las cosas a
suministrar;
- incumplimiento de una obligación esencial.
Conclusión del contrato con plazo indeterminado En los contratos con plazo
indeterminado cualquiera puede ponerle fin, porque nadie se obliga para
siempre, con un preaviso de sesenta días (art. 1077 CCyC) que tiene como
finalidad permitirle al contrario reacomodar su negocio o cerrarlo en forma
ordenada.
ARTÍCULO 1184.- Resolución. En caso de incumplimiento de las obligaciones
de una de las partes en cada prestación singular, la otra sólo puede resolver el
contrato de suministro, en los términos de los artículos 1077 y siguientes si el
119
Unidad 10
1. Locación de cosas. Concepto. Elementos esenciales. Relación con figuras
afines. Objeto y destino. Tiempo de la locación. Obligaciones de las partes.
Régimen de mejoras. Cesión y sublocación. Extinción. Efectos.
2. Leasing. Concepto. Función económica. Modalidades. Régimen legal.
CAPITULO IV LOCACIÓN
La locación de cosas el CC y C lo regula en el Capítulo 4 del Libro Tercero Título
IV.
120
Concepto:
ARTÍCULO 1187.- Definición. Hay contrato de locación si una parte se obliga a
otorgar a otra el uso y goce temporario de una cosa, a cambio del pago de un
precio en dinero. Al contrato de locación se aplica en subsidio lo dispuesto con
respecto al consentimiento, precio y objeto del contrato de compraventa.
Del concepto mismo pueden verse sus elementos esenciales:
a. el uso y goce de la cosa: constituye el objeto de la prestación a cargo del
locador. El uso supone la utilización de la cosa mientras que el goce importa la
percepción y apropiación de los frutos o productos ordinarios que ésta produce;
b. el precio: está determinado por una suma de dinero que debe dar el locatario al
locador como contraprestación. Es de tal trascendencia que, de no haber precio, el
contrato carecería de la entidad que lo define como tal. De allí que su falta de
determinación o su ilicitud aparejará la nulidad del contrato todo. Por otra parte, la
entidad del dinero como definitorio del precio aludido será, además de lo
antedicho, imprescindible para la tipificación del acuerdo como “locación”, ya que
otra prestación que no fuera en dinero ubicaría a ese contrato celebrado fuera del
ámbito de regulación de la locación, por lo que debe considerárselo, en cuanto a
sus efectos y contenido, como un contrato innominado (art. 970 CCyC).
c. el tiempo: la definición del contrato describe al uso y goce como temporario.
Las partes:
a. Locador: es la parte que asume la obligación de otorgar el uso y goce de la
cosa objeto del contrato. Si bien el CCyC no lo menciona, puede ser también
identificado como el arrendador;
b. Locatario: es quien se obliga al pago de un precio en dinero como
contraprestación al uso y goce otorgados. Resultan sinónimos aceptados para
esta parte contractual los términos “arrendatario” o “inquilino”.
Caracteres:
a. Bilateral: el contrato de locación es bilateral, según se desprende de la
definición, ya que implica una relación de contraprestación en la que la
obligación esencial que asume cada parte se corresponde recíprocamente
con la otra.
b. Oneroso: el locador alcanza la ventaja patrimonial materializada en el
precio que le abonará el locatario, en función de la prestación a la que
aquel se obliga, y viceversa, el locatario a través de su prestación
encuentra la ventaja patrimonial en el uso y goce concedidos.
121
acto dejan de ser partes, tal circunstancia no se interpreta como un efecto extintivo
del acuerdo.
Transmisión activa y pasiva por causa de muerte: En consecuencia, producido el
fallecimiento de alguna de las partes del contrato, continuarán ese carácter, en
principio, los sucesores universales del causante, y se garantizará así la eficacia
del contrato hasta el término del plazo acordado. Los sucesores, en su nueva
calidad de parte y respecto del contrato de locación celebrado, pasarán a tener las
mismas obligaciones y serán titulares de los mismos derechos que la fallecida.
Esta norma se aplica a todas las locaciones.
Subsistencia del contrato por el tiempo convenido ante la enajenación de la cosa
locada: el locador, al celebrar el contrato de arrendamiento y otorgar el uso y goce
al locatario, no renuncia ni merma en sus derechos como propietario de la cosa. El
contrato de locación no constituye un gravamen de carácter real ni configura un
desmembramiento del dominio. Solamente importa el ejercicio de un derecho
personal, nacido de la voluntad de partes en el contrato, por el cual el locatario es
simple tenedor de la cosa, reconociendo la posesión en el locador. Por lo tanto,
este último, como señor de la cosa arrendada, está habilitado para enajenarla, sea
a título gratuito u oneroso. Ahora bien, esa enajenación no implica desconocer el
derecho personal otorgado anteriormente al locatario. El locador enajenante, al
transmitir la cosa, debe cumplir con los requisitos de título y modo para que se
configure la transmisión dominial en cabeza del nuevo adquirente. El nuevo
adquirente no recibirá materialmente la cosa ya que, al estar arrendada,
permanece en poder del locatario. Sin embargo, es su carácter de poseedor el que
habilita a tener por cumplido el requisito transmisivo del modo, mediante el
reconocimiento de la posesión que el arrendatario hace en el dueño de la cosa.
ARTÍCULO 1190.- Continuador de la locación. Si la cosa locada es inmueble, o
parte material de un inmueble, destinado a habitación, en caso de abandono o
fallecimiento del locatario, la locación puede ser continuada en las mismas
condiciones pactadas, y hasta el vencimiento del plazo contractual, por quien lo
habite y acredite haber recibido del locatario ostensible trato familiar durante el
año previo al abandono o fallecimiento. El derecho del continuador en la locación
prevalece sobre el del heredero del locatario.
Se reconoce la idea de continuación del contrato ante el fallecimiento del locatario
o su abandono de la cosa, pero superponiendo los derechos de lo que se define
como continuador de la locación frente al locador y a los herederos del locatario
fallecido, o en caso de ausencia de este, evitando su resolución por abandono.
El ámbito de aplicación de la norma se limita a locaciones de inmuebles, o parte
material de estos, siempre que tuvieren destino habitacional.
El artículo reconoce la prevalencia del continuador por sobre el derecho del
heredero del locatario. La norma no es contradictoria con lo dispuesto en el art.
123
La norma exige que aquella persona que actúe en calidad de representante del
locador debe acreditar esa calidad por medio de facultad expresa, cuando en el
acto el representante invoque esa situación, fuera la celebración de contrato de
locación con una vigencia mayor a tres años, o cuando tuviera que acreditar la
facultad para percibir alquileres anticipados por el mismo período.
Objeto y destino:
La sección 2° regula el objeto y el destino. Del art. 1192 al 1199. ARTÍCULO
1192.- Cosas. Toda cosa presente o futura, cuya tenencia esté en el comercio,
puede ser objeto del contrato de locación, si es determinable, aunque sea sólo en
su especie. Se comprenden en el contrato, a falta de previsión en contrario, los
productos y los frutos ordinarios.
La cosa. Delimitación material y temporal La cosa objeto de la locación puede ser
presente o futura. Se entiende “futura” cuando no existe como tal al momento de
celebrarse el contrato, por lo que el locador no tiene acceso material ni jurídico
inmediato a ella.
El contrato se considerará celebrado con la condición, suspensiva en sus efectos,
de que la cosa llegue a existir.
Productos y frutos ordinarios El iter contractual se integra con la noción de uso y
goce de la cosa dada en locación, de allí que el concepto jurídico de goce, incluya
el derecho del locatario de percibir los productos de la cosa y los frutos ordinarios
que ésta genere.
La tenencia El derecho que adquiere el locatario sobre la cosa es personal. El
locador no transmite derecho real alguno.
Que esté en el comercio La tenencia de la cosa debe estar en el comercio,
entendido esto como la aptitud para tener entidad patrimonial suficiente y
disponibilidad para ser objeto de negocios jurídicos.
ARTÍCULO 1193.- Contrato reglado por normas administrativas. Si el locador es
una persona jurídica de derecho público, el contrato se rige en lo pertinente por las
normas administrativas y, en subsidio, por las de este Capítulo.
124
La aplicación de las normas administrativas por sobre las de derecho privado, que
quedan relegadas al ámbito supletorio, reconoce dos situaciones que deben darse
conjuntamente: a. que una de las partes del contrato sea una persona jurídica de
derecho público. Son las definidas en el art. 146 CCyC, a saber: los Estados
nacional y provincial, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los municipios, las
entidades autárquicas, y toda aquella entidad jurídica a la que el ordenamiento
jurídico le atribuye ese carácter; los Estados extranjeros, las organizaciones que
fueran reconocidas con el carácter público de acuerdo al derecho internacional,
así como las personas jurídicas extranjeras consideradas como públicas por su
derecho aplicable y la Iglesia católica; b. que la persona jurídica pública sea
locador. No regirá lo dispuesto en este artículo cuando la entidad sea locataria, en
cuya situación se aplicarán las reglas de este Código.
ARTÍCULO 1194.- Destino de la cosa locada. El locatario debe dar a la cosa
locada el destino acordado en el contrato. A falta de convención, puede darle el
destino que tenía al momento de locarse, el que se da a cosas análogas en el
lugar donde la cosa se encuentra o el que corresponde a su naturaleza. A los
efectos de este Capítulo, si el destino es mixto se aplican las normas
correspondientes al habitacional.
El destino como presunción: La regla general La norma presume que las partes
han acordado un destino dado para la cosa y para el ejercicio de su uso y goce, y
le da prevalencia por sobre cualquier otra interpretación.
Podría ocurrir que las partes no hubieran pactado un destino específico.
A falta de acuerdo de partes o ausencia sobre su manifestación, estas reglas
interpretativas son:
a. el destino que tenía al momento de locarse. Esto es, el destino para el que era
utilizada la cosa en el instante inmediato anterior al momento de celebrarse el
contrato. Se toma como punto de partida interpretativo la situación antecedente de
la propia cosa;
b. el destino que se le da a cosas análogas en el lugar en el que se encuentra la
cosa. Como en el caso anterior, la regla se sitúa interpretativamente en un
supuesto antecedente.
c. el destino que corresponde a su naturaleza.
Se entienden como destinos mixtos aquellos en los cuales al dar en locación un
inmueble se habilita su uso conjunto como comercial y/u otro destino diverso, y a
la vez como habitacional.
El CCyC se inclina definitivamente por regular que, en esos supuestos, se
aplicarán las normas correspondientes a la locación habitacional.
125
contrato se resuelve sin culpa del locatario, excepto que sea por destrucción de la
cosa.
El locador debe abonar las mejoras necesarias efectuadas por el locatario. La
mejora necesaria a la que alude el artículo está definida, en el CCyC, como “la
reparación cuya realización es indispensable para la conservación de la cosa” (art.
1934, inc. d, CCyC). La obligación queda sujeta en su exigibilidad a que el
contrato se resuelva sin culpa del locatario.
ARTÍCULO 1203.- Frustración del uso o goce de la cosa. Si por caso fortuito o
fuerza mayor, el locatario se ve impedido de usar o gozar de la cosa, o ésta no
puede servir para el objeto de la convención, puede pedir la rescisión del contrato,
o la cesación del pago del precio por el tiempo que no pueda usar o gozar de la
cosa. Si el caso fortuito no afecta a la cosa misma, sus obligaciones continúan
como antes.
Cesión y sublocación
La Sección 5° regula la cesión y la sublocación. Art. 1213 al 1216.
ARTÍCULO 1213.- Cesión. El locatario sólo puede ceder su posición contractual
en los términos previstos en los artículos 1636 y siguientes. La cesión que no
reúna tales requisitos viola la prohibición de variar el destino de la cosa locada. La
prohibición contractual de ceder importa la de sublocar y viceversa. Se considera
cesión a la sublocación de toda la cosa.
132
Extinción
La Sección 6° regula la Extinción. Art. 1217 al 1221.
134
Efectos
La Sección 7° regula los Efectos de la extinción. Art. 1222 al 1226.
ARTÍCULO 1222.- Intimación de pago. Si el destino es habitacional, previamente a
la demanda de desalojo por falta de pago de alquileres, el locador debe intimar
fehacientemente al locatario el pago de la cantidad debida, otorgando para ello un
plazo que nunca debe ser inferior a diez días corridos contados a partir de la
recepción de la intimación, consignando el lugar de pago.
La falta de pago constituye el incumplimiento de la prestación esencial del
locatario. El Código Civil y Comercial le reconoce la entidad suficiente para que el
locador dé por resuelto el contrato por esa causa.
ARTÍCULO 1223.- Desalojo. Al extinguirse la locación debe restituirse la tenencia
de la cosa locada. El procedimiento previsto en este Código para la cláusula
resolutoria implícita no se aplica a la demanda de desalojo por las causas de los
artículos 1217 y 1219, inciso c). El plazo de ejecución de la sentencia de desalojo
no puede ser menor a diez días.
La extinción del contrato, por cualquier evento, hace exigible la obligación del
locatario de restituir la tenencia de la cosa arrendada. Si esto no ocurre, el locador
tendrá derecho a iniciar la acción de desalojo, que tiene por finalidad que el juez,
por imperio legal, ordene la desocupación total del inmueble y su entrega al
locador. El artículo consagra en términos genéricos esa obligación, y dispone el
marco normativo aplicable para efectivizarlo, sus excepciones y plazo.
ARTÍCULO 1224.- Facultades sobre las mejoras útiles o suntuarias. El locatario
puede retirar la mejora útil o suntuaria al concluir la locación; pero no puede
hacerlo si acordó que quede en beneficio de la cosa, si de la separación se sigue
daño para ella, o separarla no le ocasiona provecho alguno. El locador puede
136
hace, al momento de la percepción debe compensar ese valor con la suma que le
es debida.
Objeto y naturaleza del derecho de retención: La retención recae sobre la cosa
arrendada en un escenario en el que el contrato ya se ha extinguido, y así sobre
los frutos que produzca la cosa arrendada a partir del ejercicio del derecho del
locatario retenedor. Como se anticipó, el derecho nace ante la existencia de una
suma debida por el locador al locatario, con motivo de la cosa arrendada. El
ejercicio del derecho que así nace es una facultad que se le reconoce al locatario,
quien consecuentemente puede o no hacer uso de ella.
Efectos del ejercicio del derecho de retención: Así, si el locatario decidiera ejercer
el derecho de retención, podrá apropiarse de los frutos naturales que genere la
cosa locada, con la imputación de su valor a la cancelación de la suma adeudada
por el locador.
2. Leasing. Concepto. Función económica. Modalidades. Régimen legal.
El Leasing está regulado en nuestro Código Civil y Comercial en el Capítulo 5 de
Contratos en particular. Art. 1227 el Concepto. Las modalidades art. 1231 1235.
Art. 1227 al 1250.
ARTÍCULO 1227.- Concepto. En el contrato de leasing el dador conviene transferir
al tomador la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce, contra
el pago de un canon y le confiere una opción de compra por un precio.
Función económica
El leasing es un verdadero método de financiación sumamente ventajoso para las
empresas, —en especial para las pequeñas y medianas organizaciones—.
Permite adquirir activos fijos (bienes que la empresa necesita) sin compromiso de
capital inicial (por falta de liquidez o uso alternativo del capital con mayor
beneficio). De esta manera, el empresario puede aplicar los recursos que hubiera
destinado a la adquisición de equipos y maquinarias, para el desarrollo de otras
actividades; lo que permite, no solo la diversificación, sino el uso racional de los
fondos líquidos de la empresa. Este contrato permite la sustitución y renovación de
equipos, maquinarias, instalaciones y programas. Es el medio más apto y
económico para adaptar la estructura de la empresa a las innovaciones derivadas
del avance tecnológico; constituye una interesante herramienta de fomento de la
inversión productiva, por lo que contribuye al desarrollo general de la economía.
Caracteres: El leasing es un contrato nominado, consensual, bilateral, oneroso,
conmutativo, formal, de duración, de empresa o de consumo, que puede ser,
incluso, celebrado por adhesión. Es un contrato de naturaleza propia y autónoma
que no puede asimilarse a ningún contrato tradicional.
138
(CLASE SATELITAL)
Caracteres: El leasing es un contrato nominado, consensual, bilateral, oneroso,
conmutativo, formal, de duración, de empresa o de consumo, que puede ser,
incluso, celebrado por adhesión. Es un contrato de naturaleza propia y autónoma
que no puede asimilarse a ningún contrato tradicional.
ARTÍCULO 1228.- Objeto. Pueden ser objeto del contrato cosas muebles e
inmuebles, marcas, patentes o modelos industriales y software, de propiedad del
dador o sobre los que el dador tenga la facultad de dar en leasing.
ARTÍCULO 1229.- Canon. El monto y la periodicidad de cada canon se determina
convencionalmente.
Las partes tienen completa libertad para convenir el monto del canon. Se admiten
diversos métodos. En general, el canon se integra con diversos rubros como: a.
valor locativo; b. valor de amortización; c. costo financiero; d. los riesgos
inherentes a la conservación del bien; y e. gastos administrativos y servicios. Debe
ser cierto y determinado en dinero y se distingue —por la pluralidad de rubros—
de un mero alquiler, propio del contrato de locación. Respecto de la periodicidad,
también el criterio legal es flexible, está librado a la autonomía de la voluntad de
las partes y se pueden pactar cuotas iguales o escalonadas en forma creciente,
decreciente o alternada, mensual, bimestral o trimestral y todas aquellas opciones
que no desnaturalicen el contrato.
ARTÍCULO 1230.- Precio de ejercicio de la opción. El precio de ejercicio de la
opción de compra debe estar fijado en el contrato o ser determinable según
procedimientos o pautas pactadas.
Se obliga al dador, no solo a cumplir el contrato de compraventa, sino de
abstenerse de celebrar con terceros otros negocios que puedan afectar ese
derecho durante el plazo del ejercicio de dicha prerrogativa. Se otorga a las partes
una gran libertad y autonomía para fijar esta opción de compra. Sin embargo,
además de ser cierto y determinado, el precio debe ser razonable, existiendo una
relación entre el precio por el uso del bien y el precio por la compra. La falta de
determinación de la opción de compra hace nulo el contrato, al igual que si se lo
deja al arbitrio exclusivo de una de las partes.
Modalidades
Modalidades en la elección del bien:
ARTÍCULO 1231.- Modalidades en la elección del bien. El bien objeto del contrato
puede: a. comprarse por el dador a persona indicada por el tomador; b. comprarse
por el dador según especificaciones del tomador o según catálogos, folletos o
descripciones identificadas por éste; c. comprarse por el dador, quien sustituye al
139
En los casos del inciso e) del mismo artículo, el dador no responde por la
obligación de entrega ni por garantía de saneamiento, excepto pacto en contrario.
En los casos del inciso f) se deben aplicar las reglas de los párrafos anteriores de
este artículo, según corresponda a la situación concreta.
El artículo en análisis establece el sistema de responsabilidades, acciones y
garantías para cada modalidad de leasing.
El leasing financiero: es una modalidad en la cual una sociedad financiera, o cuyo
objeto societario sea el leasing, adquiere bienes de un fabricante o proveedor —
previamente elegidos por el tomador—, con la finalidad de celebrar un contrato de
leasing. De este modo, siguiendo a Lorenzetti, hay un contrato de compraventa o
suministro, celebrado por el fabricante o comerciante con el dador (que es quien
financia el negocio), sobre el bien indicado por el tomador, y luego un leasing entre
la entidad financiera y el tomador.
Leasing operativo: sin intermediación financiera, y generalmente para la
adquisición de bienes con un alto valor económico destinados al equipamiento de
la empresa. En este caso, el dador es fabricante, importador, vendedor o
constructor del bien dado en leasing, por lo cual resulta razonable que se le impida
liberarse de las obligaciones de entrega y saneamiento, resultando nula toda
cláusula de exoneración en contrario.
Retroleaing o leaseback: Es un contrato por el cual el empresario vende un bien
mueble o inmueble de su propiedad al dador del leasing, que paga el precio
correspondiente y, a su vez, en forma simultánea, cede el uso y goce del bien
adquirido al vendedor, quien se obliga a pagar los cánones durante un período de
tiempo, con la posibilidad de readquirir el bien (su propiedad) al vencimiento del
contrato, mediante el pago de un precio establecido. En esta modalidad el dador
no responde por las obligaciones de entrega y saneamiento, salvo pacto expreso
en contrario.
El subleasing es un contrato en el cual el tomador originario se convierte, a su vez,
en dador. Se debe tener en cuenta su carácter restrictivo y su debida
armonización con los arts. 1238 y 1242 CCyC.
ARTÍCULO 1233.- Servicios y accesorios. Pueden incluirse en el contrato los
servicios y accesorios necesarios para el diseño, la instalación, puesta en marcha
y puesta a disposición de los bienes dados en leasing, y su precio integrar el
cálculo del canon
Este caso surge, básicamente, cuando el dador es el fabricante o vendedor de los
bienes objeto del contrato, contando en su estructura empresaria con estos
servicios y suministro de accesorios.
ARTÍCULO 1234.- Forma e inscripción. El leasing debe instrumentarse en
escritura pública si tiene como objeto inmuebles, buques o aeronaves. En los
141
demás casos puede celebrarse por instrumento público o privado. A los efectos de
su oponibilidad frente a terceros, el contrato debe inscribirse en el registro que
corresponda según la naturaleza de la cosa que constituye su objeto. La
inscripción en el registro puede efectuarse a partir de la celebración del contrato
de leasing, y con prescindencia de la fecha en que corresponda hacer entrega de
la cosa objeto de la prestación comprometida. Para que produzca efectos contra
terceros desde la entrega del bien objeto del leasing, la inscripción debe solicitarse
dentro de los cinco días hábiles posteriores. Pasado ese término, produce ese
efecto desde que el contrato se presente para su registración. Si se trata de cosas
muebles no registrables o de un software, deben inscribirse en el Registro de
Créditos Prendarios del lugar donde la cosa se encuentre o, en su caso, donde
ésta o el software se deba poner a disposición del tomador. En el caso de
inmuebles, la inscripción se mantiene por el plazo de veinte años; en los demás
bienes se mantiene por diez años. En ambos casos puede renovarse antes de su
vencimiento, por rogación del dador u orden judicial.
Para que el contrato de leasing pueda ser oponible a terceros debe inscribirse en
el Registro que corresponda, según la naturaleza de la cosa que constituya su
objeto. Respecto de su forma, en materia de inmuebles, buques y aeronaves se
requiere escritura pública, mientras que —en los otros casos— basta que el
contrato se celebre por instrumento privado (se aclara que el contrato de leasing
siempre es escrito).
Modalidades de los bienes:
ARTÍCULO 1235.- Modalidades de los bienes. A los efectos de la registración del
contrato de leasing son aplicables las normas legales y reglamentarias que
correspondan según la naturaleza de los bienes. En el caso de cosas muebles no
registrables o software, se aplican las normas registrales de la Ley de Prenda con
Registro y las demás que rigen el funcionamiento del Registro de Créditos
Prendarios. Cuando el leasing comprenda a cosas muebles situadas en distintas
jurisdicciones, se aplica lo dispuesto en la Ley de Prenda con Registro para
iguales circunstancias. El registro debe expedir certificados e informes. El
certificado que indique que sobre determinados bienes no aparece inscrito ningún
contrato de leasing tiene eficacia legal hasta veinticuatro horas de expedido.
Este artículo reenvía, en primer lugar, la registración del contrato de leasing, a las
normas legales y reglamentarias que corresponden a la naturaleza de los bienes.
Esta norma constituye un avance respecto de su antecedente (art. 9° de la ley
25.248) ya que no contiene remisiones legales específicas sino generales, lo que
resulta adecuado teniendo en cuenta los potenciales cambios en materia
legislativa o la derogación de las leyes.
En el caso de leasing de inmuebles se aplicará, por analogía y si fuera pertinente,
la Ley de Registro de la Propiedad Inmueble (ley 17.801); para el leasing de
aeronaves, el Código Aeronáutico; para el leasing de buques la Ley de
142
Navegación (ley 20.094), para el leasing automotor, los arts. 7° a 19 del decreto-
ley 6582/1958, etc. En el caso del leasing de bienes no registrables o software se
aplicará la Ley de Prenda con Registro, resultando el Registro de Crédito
Prendario (ley 12.962) el encargado de registrar este tipo de contratos. Para el
caso que el contrato de leasing comprenda a cosas muebles situadas en distintas
jurisdicciones, la norma establece como solución la aplicación de la Ley de Prenda
con Registro para casos de iguales circunstancias. Ello resulta acertado porque se
evita la necesidad de presentar un mismo contrato para su inscripción en distintos
registros. Finalmente, la norma establece que el registro correspondiente, teniendo
en cuenta la naturaleza de los bienes, es el encargado de expedir certificados e
informaciones, ya sea a las partes del contrato o a los terceros que así lo
solicitaren.
ARTÍCULO 1236.- Traslado de los bienes. El tomador no puede sustraer los
bienes muebles del lugar en que deben encontrarse de acuerdo a lo estipulado en
el contrato inscrito. Sólo puede trasladarlos con la conformidad expresa del dador,
otorgada en el contrato o por acto escrito posterior, y después de haberse inscrito
el traslado y la conformidad del dador en los registros correspondientes. Se
aplican las normas pertinentes de la Ley de Prenda con Registro al respecto.
Esta prohibición de traslado de los bienes muebles tiene como excepción la
conformidad expresa del dador, otorgada en el contrato o en escrito posterior.
Deberá ser inscripta previamente en el Registro correspondiente, que deberá
tomar razón del traslado. Frente al incumplimiento del tomador de lo establecido
en este artículo, se faculta al dador a inspeccionar el bien y a solicitar incluso su
secuestro. La norma realiza un reenvío genérico adecuado a la Ley de Prenda con
Registro respectivo.
ARTÍCULO 1237.- Oponibilidad. Subrogación. El contrato debidamente inscrito es
oponible a los acreedores de las partes. Los acreedores del tomador pueden
subrogarse en los derechos de éste para ejercer la opción de compra.
Por la finalidad y funcionamiento del leasing, en especial, la protección de los
derechos que el contrato confiere al dador y al tomador, resulta indispensable que
los terceros, especialmente los acreedores de las partes, conozcan la existencia
del contrato. La norma otorga a los acreedores del tomador la posibilidad de
subrogarse en los derechos de este para ejercer la opción de compra, pagando el
valor residual que se haya estipulado en el contrato, en el supuesto en que el
tomador no lo haga, sin perjuicio del carácter facultativo que tiene esta opción de
compra.
ARTÍCULO 1238.- Uso y goce del bien. El tomador puede usar y gozar del bien
objeto del leasing conforme a su destino, pero no puede venderlo, gravarlo ni
disponer de él. Los gastos ordinarios y extraordinarios de conservación y uso,
incluyendo seguros, impuestos y tasas, que recaigan sobre los bienes y las
sanciones ocasionadas por su uso, son a cargo del tomador, excepto convención
143
en contrario. El tomador puede arrendar el bien objeto del leasing, excepto pacto
en contrario. En ningún caso el locatario o arrendatario puede pretender derechos
sobre el bien que impidan o limiten en modo alguno los derechos del dador.
El tomador tiene ciertas prohibiciones en materia de disposición del bien. Así, se le
impide vender, gravar o disponer del bien. Si lo hiciera, debe responder por los
daños y perjuicios.
El tomador debe mantener el bien en buen estado de uso y conservación. Por ello
debe abonar los gastos ordinarios y extraordinarios de conservación, incluyendo
seguros, impuestos y tasas que pesen sobre el bien, así como las sanciones
ocasionadas por su uso, excepto convención en contrario de las partes. Como
consecuencia de este deber, el tomador tiene la obligación de facilitar al dador la
inspección del bien, ya que él mantiene la propiedad y, en función de ella, tiene
derecho a controlar si el tomador está usando el bien conforme su destino. El
tomador tiene legitimación para arrendar el bien objeto del contrato, excepto pacto
en contrario.
ARTÍCULO 1239.- Acción reivindicatoria. La venta o gravamen consentido por el
tomador es inoponible al dador. El dador tiene acción reivindicatoria sobre la cosa
mueble que se encuentre en poder de cualquier tercero, pudiendo hacer aplicación
directa de lo dispuesto en el artículo 1249 inciso a), sin perjuicio de la
responsabilidad del tomador.
Como en el art. 1238 CCyC se estableció la prohibición al tenedor de efectuar
actos de disposición sobre el bien objeto del contrato (no lo puede vender ni
gravar), en este artículo, frente a la perspectiva de que el tomador incumpla su
obligación básica de reconocer la titularidad del bien al dador, se le otorga la
acción reivindicatoria sobre la cosa mueble que se encuentre en poder de
cualquier tercero. Esta acción es una facultad que tiene el dador para recuperar la
cosa objeto del leasing, incluso frente a terceros de buena fe y a título oneroso, lo
que sugiere que estamos frente a una acción reivindicatoria especial, distinta a la
acción genérica de muebles, que se detiene frente a terceros de esa calidad que
tiene como fundamento la registración del contrato de leasing y su consiguiente
inoponibilidad. Finalmente, esta norma, con el reenvió al art. 1249, inc. a, CCyC,
otorga al dador la vía especial (sumarísima) del secuestro del bien, con la sola
presentación del contrato inscripto y la constancia de haber interpelado al tercero
por un plazo no menor de cinco días a la devolución del bien, sin perjuicio de la
responsabilidad del tomador por los daños y perjuicios que pudiera haber
ocasionado al dador.
ARTÍCULO 1240.- Opción de compra. Ejercicio. La opción de compra puede
ejercerse por el tomador una vez que haya pagado tres cuartas partes del canon
total estipulado, o antes si así lo convinieron las partes.
144
vista por cinco días al tomador, quien puede probar documentalmente el pago de
los períodos que se le reclaman o paralizar el trámite, por única vez, mediante el
pago de lo adeudado, con más sus intereses y costas. Caso contrario, el juez
debe disponer el lanzamiento sin más trámite; b. si el tomador ha pagado un
cuarto o más pero menos de tres cuartas partes del canon convenido, la mora es
automática; el dador debe intimarlo al pago del o de los períodos adeudados con
más sus intereses y el tomador dispone por única vez de un plazo no menor de
sesenta días, contados a partir de la recepción de la notificación, para el pago del
o de los períodos adeudados con más sus intereses. Pasado ese plazo sin que el
pago se verifique, el dador puede demandar el desalojo, de lo que se debe dar
vista por cinco días al tomador. Dentro de ese plazo, el tomador puede demostrar
el pago de lo reclamado, o paralizar el procedimiento mediante el pago de lo
adeudado con más sus intereses y costas, si antes no hubiese recurrido a este
procedimiento. Si, según el contrato, el tomador puede hacer ejercicio de la opción
de compra, en el mismo plazo puede pagar, además, el precio de ejercicio de esa
opción, con sus accesorios contractuales y legales. En caso contrario, el juez debe
disponer el lanzamiento sin más trámite; c. Si el incumplimiento se produce
después de haber pagado las tres cuartas partes del canon, la mora es
automática; el dador debe intimarlo al pago y el tomador tiene la opción de pagar
lo adeudado más sus intereses dentro de los noventa días, contados a partir de la
recepción de la notificación si antes no hubiera recurrido a ese procedimiento, o el
precio de ejercicio de la opción de compra que resulte de la aplicación del
contrato, a la fecha de la mora, con sus intereses. Pasado ese plazo sin que el
pago se verifique, el dador puede demandar el desalojo, de lo que debe darse
vista al tomador por cinco días, quien sólo puede paralizarlo ejerciendo alguna de
las opciones previstas en este inciso, agregándole las costas del proceso; d.
producido el desalojo, el dador puede reclamar el pago de los períodos de canon
adeudados hasta el momento del lanzamiento, con más sus intereses y costas,
por la vía ejecutiva. El dador puede también reclamar los daños y perjuicios que
resulten del deterioro anormal de la cosa imputable al tomador por dolo, culpa o
negligencia por la vía procesal pertinente.
Este artículo establece el procedimiento legal ante el incumplimiento de afrontar el
pago del canon por parte del tomador en el contrato de leasing inmobiliario. Se
prevén una serie de efectos progresivos a favor del dador, producto de este
incumplimiento, teniendo en cuenta lo que efectivamente haya pagado el tomador.
ARTÍCULO 1249.- Secuestro y ejecución en caso de muebles. Cuando el objeto
de leasing es una cosa mueble, ante la mora del tomador en el pago del canon, el
dador puede: a. obtener el inmediato secuestro del bien, con la sola presentación
del contrato inscrito, y la prueba de haber interpelado al tomador por un plazo no
menor de cinco días para la regularización. Producido el secuestro, queda resuelto
el contrato. El dador puede promover ejecución por el cobro del canon que se
haya devengado ordinariamente hasta el período íntegro en que se produjo el
148
secuestro, la cláusula penal pactada en el contrato y sus intereses; todo ello sin
perjuicio de la acción del dador por los daños y perjuicios, y la acción del tomador
si correspondieran; o b. accionar por vía ejecutiva por el cobro del canon no
pagado, incluyendo la totalidad del canon pendiente; si así se hubiera convenido,
con la sola presentación del contrato inscripto y sus accesorios. En este caso, sólo
procede el secuestro cuando ha vencido el plazo ordinario del leasing sin haberse
pagado el canon íntegro y el precio de la opción de compra, o cuando se
demuestre sumariamente el peligro en la conservación del bien, debiendo el dador
otorgar caución suficiente. En el juicio ejecutivo previsto en ambos incisos, puede
incluirse la ejecución contra los fiadores o garantes del tomador. El domicilio
constituido es el fijado en el contrato.
Esta norma establece las acciones que tiene el dador frente a la mora del tomador
en el pago del canon en el caso de los bienes muebles.
ARTÍCULO 1250.- Normas supletorias. En todo lo no previsto por el presente
Capítulo, al contrato de leasing se le aplican subsidiariamente las reglas del
contrato de locación, en cuanto sean compatibles, mientras el tomador no ha
pagado la totalidad del canon y ejercido la opción, con pago de su precio. No son
aplicables al leasing las disposiciones relativas a plazos mínimos y máximos de la
locación de cosas ni las excluidas convencionalmente. Se le aplican
subsidiariamente las normas del contrato de compraventa para la determinación
del precio de ejercicio de la opción de compra y para los actos posteriores a su
ejercicio y pago. Fuentes: leyes 24.441 y ley 25.284.
Este artículo final del contrato de leasing, siguiendo los antecedentes de las leyes
24.441 y 25.248, dispone una norma supletoria de integración que tiende a evitar
vacíos legales con aquellos contratos que tienen conexión con el leasing:
a. el contrato de locación mientras no se haya pagado la totalidad del canon (por
su periodicidad y canon), con límites claros (no plazos mínimos ni máximos), a fin
de no afectar la libertad de contratación prevista en el art. 958 CCyC;
b. el contrato de compraventa para la etapa de determinación del precio de
ejercicio de la opción de compra y para los actos posteriores a su ejercicio y pago.
Si bien la norma no prevé otra integración, resulta necesario tener en cuenta las
normas de los contratos de consumo cuando corresponda, ya que ello surge de
los propios fundamentos de este Código.
Unidad 11
1. Obra y servicios. Disposiciones comunes. Disposiciones especiales para las
obras y los servicios.
El Capítulo 6 regula lo que es obra y servicios. El art. 1251 nos da la definición.
Disposiciones comunes Sección 1° Art. 1251-1261.
149
Disposiciones comunes:
ARTÍCULO 1251.- Definición. Hay contrato de obra o de servicios cuando una
persona, según el caso el contratista o el prestador de servicios, actuando
independientemente, se obliga a favor de otra, llamada comitente, a realizar una
obra material o intelectual o a proveer un servicio mediante una retribución. El
contrato es gratuito si las partes así lo pactan o cuando por las circunstancias del
caso puede presumirse la intención de beneficiar.
En el nuevo Código Civil y Comercial se abandona el término “locación de obras y
de servicios”, eliminándose así la alusión al género “locación”.
Se dejan de lado los de “locador” y “locatario” para emplear los de “contratista” y
“comitente”. Conforme la metodología empleada en reformas anteriores, el
Capítulo Sexto cuenta con tres Secciones: en la primera, se contemplan las
disposiciones comunes a las obras y los servicios; en la segunda, las
disposiciones especiales para las obras; y en la tercera, aquellas disposiciones
especiales correspondientes a los servicios. A esta figura le serán aplicables las
normas relativas a los contratos de consumo, en tanto el contrato encuadre en la
definición establecida por el art. 1093 CCyC.
Definición: Partes. Características del contrato: lo define como aquel en que una
persona —el contratista, o el prestador de servicios—, actuando
independientemente, se obliga a favor de otra —comitente— a realizar una obra
material o intelectual o a proveer un servicio mediante una retribución. Dicho
contrato es gratuito si las partes así lo pactan, o cuando por las circunstancias del
caso puede presumirse la intención de beneficiar. En cuanto a quiénes resultan
ser las partes del contrato, con una terminología renovada, se indica que estas
son el contratista o prestador de servicios y el comitente y se hace mención
expresa a que aquel actúa en forma independiente al obligarse a favor de este. El
obrar independiente del contratista o prestador de servicios constituye un
elemento distintivo fundamental que permite la división entre el servicio autónomo
y el dependiente.
Un punto novedoso es que el CCyC establece que el contrato puede ser gratuito,
es decir, que la realización de la obra material o intelectual o la provisión de un
servicio puede ser retribuida o no al contratista o prestador de servicios.
150
(CLASE SATELITAL)
EXTINCIÓN DEL CONTRATO:
- DESISTIMIENTO UNILATERIAL ART. 1261
- IMPOSIBILIDAD INCULPABLE DE EJECUCION ART. 1267
- DESTRUCCION FORTUITA DE PARTE ESENCIAL ART. 1268
- VARIANTES NECESARIAS NO PREVISTAS MAYORES AL 205 DEL
TOTAL PACTADO ART. 1264
- MUERTE DEL CONTRATISTA ART. 1260 El comitente deberá pagar
proporcionalmente los materiales y ejecución hecha hasta tal evento.
- Salvo pacto de continuación con sus herederos
La muerte del comitente NO EXTINGUE al contrato, salvo que la ejecución se
torne inútil o imposible por su ausencia. ART. 1259.
(CLASE SATELITAL)
Sistemas de contratación:
1) Ajuste alzado
A) absoluto: obra cuyo precio se fija a un tanto global y requiere, por tanto,
una invariabilidad de la obra que corresponda a esa invariabilidad del
precio.
B) Relativo: se prevé la posibilidad de variación de la obra, sea del precio o
de ambos.
2) Unidad de medida: pago de precios asignados a cada unidad técnica de
estructura o bien cantidad técnica unitaria de obra en mano. Tienen un
precio invariable las unidades, fijados con antelación.
155
El art. 1264 CCyC regula el caso de las variaciones que puedan surgir en la obra
con respecto al proyecto acordado y, como regla general, determina que el
contratista no podrá variar o introducir modificaciones a la obra, cualquiera sea el
sistema bajo el cual se haya contratado, sin que exista autorización escrita del
comitente. Dicho precepto establece como excepción el supuesto de que las
modificaciones sean necesarias para ejecutar la obra conforme a las reglas del
arte y que no hubiesen podido ser previstas al momento de la contratación. En tal
caso, el contratista deberá inmediatamente comunicar al comitente la necesidad
de la realización de tales modificaciones con estimación de su costo. También se
157
Este artículo se refiere al sistema por unidad de medida previsto para la ejecución
de la obra en el art. 1262 CCyC.
ARTÍCULO 1267.- Imposibilidad de ejecución de la prestación sin culpa. Si la
ejecución de una obra o su continuación se hace imposible por causa no
imputable a ninguna de las partes, el contrato se extingue. El contratista tiene
derecho a obtener una compensación equitativa por la tarea efectuada.
La solución contenida en esta norma es similar a la que preveía el Código de
Vélez, que establecía la resolución del contrato por imposibilidad de ejecución o
conclusión de la obra.
ARTÍCULO 1268.- Destrucción o deterioro de la obra por caso fortuito antes de la
entrega. La destrucción o el deterioro de una parte importante de la obra por caso
fortuito antes de haber sido recibida autoriza a cualquiera de las partes a dar por
extinguido el contrato, con los siguientes efectos: a. si el contratista provee los
materiales y la obra se realiza en inmueble del comitente, el contratista tiene
derecho a su valor y a una compensación equitativa por la tarea efectuada; b. si la
causa de la destrucción o del deterioro importante es la mala calidad o
inadecuación de los materiales, no se debe la remuneración pactada aunque el
contratista haya advertido oportunamente esa circunstancia al comitente. c. si el
comitente está en mora en la recepción al momento de la destrucción o del
deterioro de parte importante de la obra, debe la remuneración pactada.
El artículo contempla el supuesto de destrucción o deterioro de la obra o de una
parte importante de ella antes de su entrega al comitente por caso fortuito y
autoriza a que cualquiera de las partes de por extinguido el contrato. En cuanto a
este aspecto fundamental y a la posibilidad de dar por extinguido el contrato, se
158
Unidad 12
2. Contratos de colaboración gestoría. Gestión de negocios ajenos.
3. Mandato. Concepto. Representación voluntaria. Normas aplicables.
Obligaciones del mandatario. Sustitución. Obligaciones del mandante. Extinción.
Mandato irrevocable. Rendición de cuentas. Normas aplicables.
163
Contrato de colaboración:
Son aquellos en los que media una función de cooperación de una parte hacia la
otra (o recíprocamente) para alcanzar el fin del contrato. Los autores que definen
estos contratos (Spota y Messineo) ubican dentro de los contratos de
colaboración, algunos "contratos de cambio" como el mandato, la comisión, el
contrato estimatorio, la mediación, etc.; a los que Farina agrega por su parte, la
concesión privada, el joint venture, y las uniones transitorias de empresas.
Gestión de Negocios Ajenos:
Definición:
La hay cuando alguien no obligado por contrato ni por representación legal realiza
espontáneamente una gestión útil para otro. Coloca al gestor en un plano inferior
al mandatario, pero le confiere más derechos que los que surgieren del
enriquecimiento sin causa.
Elementos:
Son requisitos de la Gestión de Negocios:
a) que no haya mandato (ni se trate del ejercicio de una Relación Laboral) ni del
cumplimiento de una obligación contractual;
b) que el gestor se proponga hacer un negocio de otro y obligarlo eventualmente;
c) que se trate de un acto o serie de actos;
d) que no haya oposición del dueño del negocio;
e) que la gestión haya sido útil;
f) que se trate de un asunto lícito;
g) que no se trate de un acto personalísimo;
h) que no se haya hecho con un ánimo liberal
Gestión y Mandato:
En ambos hay gestión de un negocio ajeno. En el segundo hay orden del dueño,
no en el primero. La ratificación de la gestión por el dueño del negocio, la
transforma en mandato. La extralimitación al mandato produce los efectos de la
gestión.
Empleo Útil:
Cuando alguien sin ser mandatario ni Gestor de Negocios, hiciese gastos en
utilidad de otra persona. Su aplicación más frecuente aparece en materia de
gastos funerarios. Quien los hubiera realizado deberá dirigir su acción de reintegro
en este orden: 1) a la sucesión; 2) si no hubiera bienes, al esposo supérstite; 3) si
tampoco tuviera bienes, a las personas que hubieran tenido la obligación de
alimentarlo mientras vivía.
ejercer la acción subrogatoria (arts 739 a 742 CCyC) respecto de las acciones que
tenga el mandatario contra el tercero y a éste en las acciones que el mandatario
posea contra el mandante.
ARTÍCULO 1322.- Onerosidad. El mandato se presume oneroso. A falta de
acuerdo sobre la retribución, la remuneración es la que establecen las
disposiciones legales o reglamentarias aplicables, o el uso. A falta de ambos, debe
ser determinada por el juez.
El nuevo ordenamiento establece la presunción de onerosidad como carácter del
contrato de mandato. Como toda presunción puede desvirtuarse por pacto
contrario o acreditando que se trata de un contrato gratuito. La norma comentada
dispone que, en caso de falta de acuerdo sobre la retribución a pagar al
mandatario, se abonará la que establezcan las disposiciones legales o
reglamentarias aplicables; o las que surjan de los usos o; en su defecto, se
determinará judicialmente en caso de ausencia de tales parámetros. Asimismo,
puede interpretarse que el mandatario conserva el derecho a una retribución
proporcional al servicio prestado en caso de resolución del mandato sin culpa a él
atribuible.
ARTÍCULO 1323.- Capacidad. El mandato puede ser conferido a una persona
incapaz, pero ésta puede oponer la nulidad del contrato si es demandado por
inejecución de las obligaciones o por rendición de cuentas, excepto la acción de
restitución de lo que se ha convertido en provecho suyo.
El 1323 CCyC, sin distinguir el tipo de mandato del cual se trate —con o sin
representación— mantiene la solución de Vélez, en tanto indica que la eficacia de
una declaración de voluntad emitida por un mandatario incapaz no resulta
perjudicada por estar éste limitado en su capacidad personal negocial, pues esa
limitación lo es sólo en su propia persona y en atención a sus propios intereses.
Obligaciones del mandatario:
El art. 1324 define a las obligaciones del mandatario, cuando dice: ARTÍCULO
1324.- Obligaciones del mandatario. El mandatario está obligado a: a. cumplir los
actos comprendidos en el mandato, conforme a las instrucciones dadas por el
mandante y a la naturaleza del negocio que constituye su objeto, con el cuidado
que pondría en los asuntos propios o, en su caso, el exigido por las reglas de su
profesión, o por los usos del lugar de ejecución; b. dar aviso inmediato al
mandante de cualquier circunstancia sobreviniente que razonablemente aconseje
apartarse de las instrucciones recibidas, requiriendo nuevas instrucciones o
ratificación de las anteriores, y adoptar las medidas indispensables y urgentes; c.
informar sin demora al mandante de todo conflicto de intereses y de toda otra
circunstancia que pueda motivar la modificación o la revocación del mandato; d.
mantener en reserva toda información que adquiera con motivo del mandato que,
por su naturaleza o circunstancias, no está destinada a ser divulgada; e. dar aviso
168
al mandante de todo valor que haya recibido en razón del mandato, y ponerlo a
disposición de aquél; f. rendir cuenta de su gestión en las oportunidades
convenidas o a la extinción del mandato; g. entregar al mandante las ganancias
derivadas del negocio, con los intereses moratorios, de las sumas de dinero que
haya utilizado en provecho propio; h. informar en cualquier momento, a
requerimiento del mandante, sobre la ejecución del mandato; i. exhibir al
mandante toda la documentación relacionada con la gestión encomendada, y
entregarle la que corresponde según las circunstancias. Si el negocio encargado
al mandatario fuese de los que, por su oficio o su modo de vivir, acepta él
regularmente, aun cuando se excuse del encargo, debe tomar las providencias
conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le encomienda.
Inc g) entregar al mandante las ganancias derivadas del negocio, con los intereses
moratorios, de las sumas de dinero que haya utilizado en provecho propio.
Inc. h) Deber de información. Impone el deber de informar en cualquier momento,
a requerimiento del mandante, sobre la ejecución del mandato.
Inc. i) Exhibición de documentación. Se refiere a todo tipo de documentación
relacionada con el mandato y cuya exhibición podrá ser requerida en cualquier
momento por parte del mandante.
Finalmente, impone al mandatario la obligación de tomar las providencias
conservatorias urgentes que requiera el negocio que se le encomienda, aun
cuando se excuse del encargo, si el negocio que le han encargado fuese de los
que, por su oficio o su modo de vivir son aceptados por aquél de modo habitual.
Sustitución:
El art. 1327 hace referencia a la sustitución del mandato, cuando dice: ARTÍCULO
1327.- Sustitución del mandato. El mandatario puede sustituir en otra persona la
ejecución del mandato y es responsable de la elección del sustituto, excepto
cuando lo haga por indicación del mandante. En caso de sustitución, el mandante
tiene la acción directa contra el sustituto prevista en los artículos 736 CC y
concordantes, pero no está obligado a pagarle retribución si la sustitución no era
necesaria. El mandatario responde directamente por la actuación del sustituto
170
Extinción:
El art. 1329 menciona a la extinción del mandato, cuando dice: ARTÍCULO 1329.-
Extinción del mandato. El mandato se extingue: a. por el transcurso del plazo por
el que fue otorgado, o por el cumplimiento de la condición resolutoria pactada; b.
por la ejecución del negocio para el cual fue dado; c. por la revocación del
mandante; d. por la renuncia del mandatario; e. por la muerte o incapacidad del
mandante o del mandatario.
Mandato irrevocable:
El art. 1330 define al mandato irrevocable, cuando dice: ARTÍCULO 1330.-
Mandato irrevocable. El mandato puede convenirse expresamente como
irrevocable en los casos de los incisos b) y c) del artículo 380. El mandato
172
Rendición de cuentas:
El art. 1334 regula la rendición de cuentas, cuando dice:
ARTÍCULO 1334.- Rendición de cuentas. La rendición de cuentas por el
mandatario debe ser en las condiciones previstas en los artículos 858 y siguientes
acompañadas de toda la documentación relativa a su gestión. Excepto
estipulación en contrario, las cuentas deben rendirse en el domicilio del
mandatario y los gastos que generan son a cargo del mandante.
El mandatario está obligado a rendir cuentas por su gestión.
Lo previsto en el presente artículo debe ser interpretado y complementarse con lo
normado no sólo en los artículos a los cuales la misma norma remite, cuales son
el art. 858 CCy y ssgtes, sino también con el relativo a las obligaciones del
mandatario contenidas en el 1324 CCyC, en particular en los incisos relativos al
deber de informar, de rendir cuentas, de exhibir documentación. Aporta por fuera
de las normas mencionadas la indicación del lugar donde debe efectuarse la
rendición y la indicación que los gastos que este tipo de gestión demanden son a
cargo del mandante. Esto último es consecuente con el deber de indemnidad a
cargo el mandante, que comprende la obligación de retribuir la gestión al
mandatario, como además no generarle ningún gasto por las gestiones que en su
favor éste realice.
que los actos llevados a cabo por el mandatario se consideraban celebrados por
aquel.
Se define al contrato de consignación como mandato sin representación para la
venta de cosas muebles, pues no se verifica la distinción clásica entre mandato y
consignación referida anteriormente. Tal como se entendía antes de la reforma, el
consignatario desarrolla la actividad en nombre propio y declara la voluntad frente
al tercero por sí mismo. El consignante no queda obligado frente a los terceros, ni
estos contraen obligaciones ni derechos directos a su favor o en su contra.
Requisitos: Para que se verifique el contrato de consignación, se establece ciertos
requisitos:
a. La existencia de un mandato, es decir, que una parte se obligue a realizar uno
o más actos jurídicos en interés de la otra.
b. Que ese mandato sea otorgado sin representación, es decir, que el
consignante no haya otorgado poder para ser representado y que el
consignatario actúe en nombre propio, pero en interés del mandante.
c. Que el encargo del contrato sea una venta de cosas muebles.
consignatario contra el mandante (arts. 739 a 742 CCyC). Esto se debe a que la
relación entre consignante y consignatario está dada por un contrato de
consignación que legitima la actuación de este y determina que no actúa frente a
terceros en su propio interés sino en el del consignante. Por lo tanto, el acto
celebrado con los terceros no resulta indiferente ni ajeno a sus intereses, pues el
consignatario actúa a nombre propio por cuenta ajena.
ARTÍCULO 1338.- Obligaciones del consignatario. El consignatario debe ajustarse
a las instrucciones recibidas, y es responsable del daño que se siga al
consignante por los negocios en los que se haya apartado de esas instrucciones.
pago que sean de uso en la plaza. En caso de que el consignante haya impartido
instrucciones o que los plazos otorgados por el consignatario sean mayores que
los de los usos del lugar, este queda obligado en forma directa al pago del precio o
de su saldo, en el momento en que corresponda.
ARTÍCULO 1340.- Crédito otorgado por el consignatario. El consignatario es
responsable ante el consignante por el crédito otorgado a terceros sin la diligencia
exigida por las circunstancias.
El artículo refiere a los casos en los que el consignatario vende las cosas muebles
a terceros y les permite diferir el pago del precio. El consignatario está habilitado a
otorgar crédito, siempre y cuando esta modalidad no haya sido prohibida por el
consignante. El otorgamiento del crédito requiere de la diligencia del consignatario,
quien va a tener que considerar las circunstancias de tiempo, modo y lugar. En
caso de que el consignatario no cumpla con una prohibición impuesta por el
consignante o no actúe diligentemente, será responsable frente a aquel.
profesión. No puede usar las cosas y debe restituirlas, con sus frutos, cuando le
sea requerido.
La obligación principal del depositario es custodiar la cosa depositada. Siendo el
contrato de depósito un contrato de confianza, la obligación de custodia no puede
ser transmitida y debe cumplirla el depositario personalmente.
Cuando la cosa depositada sufra algún desmedro, se pierda o perezca por culpa
del depositario, este responderá ante el depositante por los daños y perjuicios
sufridos por el incumplimiento de su obligación de custodia.
ARTÍCULO 1359.- Plazo. Si se conviene un plazo, se presume que lo es en favor
del depositante. Pero si el depósito es gratuito, el depositario puede exigir del
depositante, en todo tiempo, que reciba la cosa depositada.
Si se convino un plazo, este lo es a favor del depositante; esto significa que el
depositante puede pedir la restitución de la cosa en cualquier tiempo, aún si no ha
vencido el plazo del contrato. Es el depositario quien debe respetar el plazo
convenido.
ARTÍCULO 1360.- Depósito oneroso. Si el depósito es oneroso, el depositante
debe pagar la remuneración establecida para todo el plazo del contrato, excepto
pacto en contrario. Si para la conservación de la cosa es necesario hacer gastos
extraordinarios, el depositario debe dar aviso inmediato al depositante, y realizar
los gastos razonables causados por actos que no puedan demorarse. Estos
gastos y los de restitución son por cuenta del depositante.
El primer párrafo del art. 1360 CCyC complementa el artículo anterior en el sentido
de que si bien el plazo convenido se presume a favor del depositante, el
depositario tiene derecho a percibir la remuneración acordada por todo el plazo,
independientemente de si el depositante decidiera retirar antes del vencimiento la
cosa depositada. Primando la autonomía de la voluntad, la norma faculta a las
partes a pactar en contrario. En el segundo párrafo, la norma se refiere a los
gastos extraordinarios para la conservación de la cosa tales como refrigeración,
ventilación del ambiente, entre otros. Es de suponer que los gastos necesarios,
tales como estanterías, están incluidos en la remuneración pactada. El obligado al
pago de los gastos extraordinarios es el depositante, sin embargo el depositario
tiene la obligación de dar aviso inmediato al depositante si hay peligro de que la
cosa pueda sufrir algún daño para que este autorice el gasto o lo sufrague
directamente. Independientemente de la decisión del depositante, el depositario
cumple con su obligación dando aviso de la novedad, pero si omite avisar,
responderá por los daños causados por su omisión. Si el peligro de daño a la cosa
depositada es inminente, el depositario debe tomar las medidas y realizar los
gastos necesarios para evitar ese daño. Si no lo hiciere, responderá por su
incumplimiento. Estos gastos son por cuenta del depositante.
180
fungible, siempre puede ser reemplazada por otra de la misma especie. Tengamos
en cuenta que en esta clase de depósito, el depositante transfiere la propiedad de
la cosa al depositario, motivo por el cual la pérdida también es soportada por el
dueño de la cosa que, en este caso es el depositario.
ARTÍCULO 1365.- Prueba del dominio. El depositario no puede exigir que el
depositante pruebe ser dueño de la cosa depositada.
El depositante puede no ser el propietario de la cosa depositada, ya que es
posible que fuese el tenedor o el poseedor de la cosa, por lo que el art. 1365
CCyC prohíbe al depositario exigir al depositante la prueba de que es el dueño de
la cosa depositada. El depositario tiene la obligación de restituir la cosa depositada
al legitimado para recibirla.
El derecho a recibir la cosa depositada nace del contrato de depósito, no de la
calidad de dueño.
ARTÍCULO 1366.- Herederos. Los herederos del depositario que de buena fe
hayan enajenado la cosa depositada sólo están obligados a restituir al depositante
el precio percibido. Si éste no ha sido pagado, deben cederle el correspondiente
crédito.
En el caso de fallecimiento del depositario, aplicando las normas que regulan la
transmisión mortis causa, los herederos deben cumplir la obligación de restituir la
cosa depositada al depositante. El artículo 1366 consagra una excepción a esas
normas, pues prevé el supuesto de que los herederos del depositario, ignorando
que la cosa que se hallaba en poder del depositario no le pertenecía —sino que
este la tenía en calidad de depositario para su guarda y custodia—, la hubieran
enajenado. En tal caso, en tanto haya actuado de buena fe —la que, en este
supuesto, consiste en la ignorancia acerca de la real titularidad de la cosa—, el
heredero puede liberarse restituyendo al depositante el precio recibido por la cosa,
que puede diferir del de mercado, sin tener que responder por daños y perjuicios.
En sentido contrario, el heredero que vendió bienes ajenos que sabía que habían
sido entregados en depósito a su causante, debe responder por los daños y
perjuicios que con ello hubiera generado al depositante.
Clases de depósito:
La Sección 2° regula al Depósito irregular.
ARTÍCULO 1367.- Efectos. Si se entrega una cantidad de cosas fungibles, que no
se encuentra en saco cerrado, se transmite el dominio de las cosas aunque el
depositante no haya autorizado su uso o lo haya prohibido. El depositario debe
restituir la misma calidad y cantidad. Si se entrega una cantidad de cosas
fungibles, y el depositario tiene la facultad de servirse de ellas, se aplican las
reglas del mutuo.
182
si las cosas fueron entregadas al empleado del hotel para que las introdujera. La
responsabilidad del hotelero es objetiva, nace con el daño causado a las cosas
que integran las pertenencias del viajero introducidas en el establecimiento.
ARTÍCULO 1371.- Eximentes de responsabilidad. El hotelero no responde si los
daños o pérdidas son causados por caso fortuito o fuerza mayor ajena a la
actividad hotelera. Tampoco responde por las cosas dejadas en los vehículos de
los viajeros.
El hotelero responde, ante todo, por sus propios hechos y los de sus
dependientes, responde también por los hechos de terceros, sea otro viajero, un
proveedor o cualquier persona extraña, pues el hecho no se hubiera producido si
el hotelero hubiese cumplido cabalmente con su deber de seguridad y vigilancia.
ARTÍCULO 1372.- Cosas de valor. El viajero que lleve consigo efectos de valor
superior al que ordinariamente llevan los pasajeros debe hacerlo saber al hotelero
y guardarlos en las cajas de seguridad que se encuentren a su disposición en el
establecimiento. En este caso, la responsabilidad del hotelero se limita al valor
declarado de los efectos depositados.
Cuando se trata de objetos de gran valor —tales como joyas, títulos de créditos,
sumas de dinero importantes, etc.— el viajero debe hacer saber al posadero que
los tiene en su poder y debe también guardarlos en cajas de seguridad que se
encuentren a su disposición en el hotel y declarar el valor de los efectos
depositados; de no proceder así, el hotelero no responde por su pérdida.
.ARTÍCULO 1373.- Negativa a recibir. Si los efectos de los pasajeros son
excesivamente valiosos en relación con la importancia del establecimiento, o su
guarda causa molestias extraordinarias, los hoteleros pueden negarse a recibirlos.
Con base en la autonomía de la voluntad, la norma otorga al posadero la opción
de negarse a recibir en depósito los efectos que sean excesivamente valiosos con
relación a la importancia del establecimiento o, aquellos que su guarda le cause
molestias extraordinarias.
ARTÍCULO 1374.- Cláusulas que reducen la responsabilidad. Excepto lo dispuesto
en los artículos 1372 y 1373, toda cláusula que excluya o limite la responsabilidad
del hotelero se tiene por no escrita.
ARTÍCULO 1375.- Establecimientos y locales asimilables. Las normas de esta
Sección se aplican a los hospitales, sanatorios, casas de salud y deporte,
restaurantes, garajes, lugares y playas de estacionamiento y otros
establecimientos similares que prestan sus servicios a título oneroso. La eximente
prevista en la última frase del artículo 1371 no rige para los garajes, lugares y
playas de estacionamiento que prestan sus servicios a título oneroso.
184
Las obligaciones del comodatario la dispone el art. 1536. Son obligaciones del
comodatario:
- usar la cosa conforme al destino convenido. A falta de convención puede
darle el destino que tenía al tiempo del contrato, el que se da a cosas
análogas en el lugar donde la cosa se encuentra, o el que corresponde a su
naturaleza;
- Pagar los gastos ordinarios de la cosa y los realizados para servirse de ella;
- Conservar la cosa con prudencia y diligencia;
- Responder por la pérdida o deterioro de la cosa, incluso causados por caso
fortuito, excepto que pruebe que habrían ocurrido igualmente si la cosa
hubiera estado en poder del comodante;
- Restituir la misma cosa con sus frutos y accesorios en el tiempo y lugar
convenidos. A falta de convención, debe hacerlo cuando se satisface la
finalidad para la cual se presta la cosa. Si la duración del contrato no está
pactada ni surge de su finalidad, el comodante puede reclamar la restitución
en cualquier momento. Si hay varios comodatarios, responden
solidariamente.
Unidad 14
1. Donación. Concepto. Elementos esenciales del contrato. Capacidad. Efectos.
Algunas donaciones en particular. Reversión y revocación.
La Donación se encuentra regulada en el Capítulo 22. El concepto está inserto en
el art. 1542. Los efectos dispuestos en la Sección 2°. Algunas donaciones en
particular están dispuestas en la Sección 3°. Reversión y revocación dispuestos en
la Sección 4°.
Capacidad:
ARTÍCULO 1548.- Capacidad para donar. Pueden donar solamente las personas
que tienen plena capacidad de disponer de sus bienes. Las personas menores
emancipadas pueden hacerlo con la limitación del inciso b) del artículo 28.
Cuando el donatario sea incapaz, la aceptación deberá ser efectuada por medio
de su representante.
La situación requiere que la donación que se pretende celebrar lo sea antes que el
donante hubiera aprobado las cuentas del potencial donatario, por el ejercicio de
su función de representación.
.
Forma:
ARTÍCULO 1552.- Forma. Deben ser hechas en escritura pública, bajo pena de
nulidad, las donaciones de cosas inmuebles, las de cosas muebles registrables y
las de prestaciones periódicas o vitalicias.
La donación en general, como contrato, no está en principio sujeta a ninguna
formalidad legal para su celebración. Sin embargo, la regla general cede ante el
caso de que verse sobre cosas inmuebles, muebles registrables, o sobre
prestaciones periódicas o vitalicias. En estos supuestos, el rigor formal se
extrema, por lo que el contrato debe celebrarse por escritura pública.
Donaciones al Estado
ARTÍCULO 1553.- Donaciones al Estado. Las donaciones al Estado pueden ser
acreditadas con las actuaciones administrativas.
192
Donación manual
ARTÍCULO 1554.- Donación manual. Las donaciones de cosas muebles no
registrables y de títulos al portador deben hacerse por la tradición del objeto
donado.
La donaciones manuales son aquellas que se perfeccionan por la entrega de la
cosa donada pero que, no por ello, impide entender que se celebre sin necesidad
de esa entrega si el donatario puede acreditar —por escrito— la existencia del
contrato.
Efectos:
Los efectos se encuentran regulados en la Sección 2°.
ARTÍCULO 1555.- Entrega. El donante debe entregar la cosa desde que ha sido
constituido en mora. En caso de incumplimiento o mora, sólo responde por dolo.
El efecto propio de la donación es la obligación del donante de entregar la cosa.
Es posible que ese cumplimiento no se verifique por diversos motivos. En ese
supuesto, la norma regula los requisitos y efectos de ese incumplimiento, a saber:
1. Constitución en mora. para exigir el cumplimiento de la obligación de
entrega, el donante debe ser constituido en mora.
2. Reclamo indemnizatorio por incumplimiento o mora. la norma limita, en este
caso, la responsabilidad del donante a que se haya verificado su conducta
dolosa como determinante del incumplimiento o la mora en la entrega.
El art. 1556 dispone la garantía por evicción: El donante sólo responde por
evicción en los siguientes casos:
a. si expresamente ha asumido esa obligación;
b. si la donación se ha hecho de mala fe, sabiendo el donante que la cosa donada
no era suya e ignorándolo el donatario;
c. si la evicción se produce por causa del donante;
d. si las donaciones son mutuas, remuneratorias o con cargo.
193
Donaciones inoficiosas:
196
Reversión y revocación
El CC y C regula en una única sección ambos, no pasaba ést en el CC. La
Sección 4° regula la reversión y revocación. Art. 1566 al 1573.
La revocación es operativa a instancia de la parte interesada, la reversión opera
ipso iure.
Reversión:
Art. 1566. La reversión consiste en que el fallecimiento del donatario, o de este y
sus herederos, o del que no tuviera hijos, ocurra antes de la muerte del donante.
Si el donatario fallece antes que el donante la reversión opera por cumplimiento de
la condición, y la propiedad de la cosa donada se resuelve, retroactivamente, a
favor del donante.
La condición resolutoria puede operar por la muerte del “donatario, su cónyuge y
sus descendientes” antes que la del donante.
Si el donatario —con posterioridad a la donación— llegase a tener descendencia,
el pacto de reversión queda automáticamente sin efecto. Ya que cuando el
donatario aceptó la donación, éste no tenía hijos.
El art. 1568 establece dos reglas interpretativas ante dos situaciones diferentes.
Establece que la conformidad que el donante dé para la enajenación de la cosa
donada debe ser interpretada, inexorablemente, como su renuncia al derecho de
reversión del cual es beneficiario. No obstante, no otorga la misma extensión de
presunción para el caso en el que aquel conformara que la cosa donada se grave
con derechos reales, en cuyo caso, esa aceptación quedará limitada a la
inoponibilidad de la reversión para con los beneficiarios de esos derechos.
197
Revocación:
ARTÍCULO 1569.- Revocación. La donación aceptada sólo puede ser revocada
por inejecución de los cargos, por ingratitud del donatario, y, en caso de habérselo
estipulado expresamente, por supernacencia de hijos del donante. Si la donación
es onerosa, el donante debe reembolsar el valor de los cargos satisfechos o de los
servicios prestados por el donatario.
La norma habilita la revocación de donaciones y enumera, en términos taxativos,
las causas que habilitan la extinción de la donación. En ese marco de regulación,
dispone tres causales: inejecución de cargos, ingratitud del donatario y
supernacencia de hijos.
ARTÍCULO 1570.- Incumplimiento de los cargos. La donación puede ser revocada
por incumplimiento de los cargos. La revocación no perjudica a los terceros en
cuyo beneficio se establecen los cargos. Los terceros a quienes el donatario
transmite bienes gravados con cargos sólo deben restituirlos al donante, al
revocarse la donación, si son de mala fe; pero pueden impedir los efectos de la
revocación ofreciendo ejecutar las obligaciones impuestas al donatario si las
prestaciones que constituyen los cargos no deben ser ejecutadas precisa y
personalmente por aquél. El donatario que enajena los bienes donados, o
imposibilita su devolución por su culpa, debe resarcir al donante el valor de las
cosas donadas al tiempo de promoverse la acción de revocación, con sus
intereses.
ARTÍCULO 1571.- Ingratitud. Las donaciones pueden ser revocadas por ingratitud
del donatario en los siguientes casos:
a. si el donatario atenta contra la vida o la persona del donante, su cónyuge o
conviviente, sus ascendientes o descendientes
b. si injuria gravemente a las mismas personas o las afecta en su honor;
c. si las priva injustamente de bienes que integran su patrimonio;
d. si rehúsa alimentos al donante. En todos los supuestos enunciados, basta la
prueba de que al donatario le es imputable el hecho lesivo, sin necesidad de
condena penal.
ARTÍCULO 1572.- Negación de alimentos. La revocación de la donación por
negación de la prestación de alimentos sólo puede tener lugar cuando el donante
no puede obtenerlos de las personas obligadas por las relaciones de familia.
ARTÍCULO 1573.- Legitimación activa. La revocación de la donación por ingratitud
sólo puede ser demandada por el donante contra el donatario, y no por los
herederos de aquél ni contra los herederos de éste. Fallecido el donante que
promueve la demanda, la acción puede ser continuada por sus herederos; y
fallecido el demandado, puede también ser continuada contra sus herederos.
198
Unidad 15
2. Fianza. Concepto. Objeto. Obligaciones de las partes Extinción.
3. Contrato oneroso de renta vitalicia. Concepto. Extinción.
4. Contratos de juego y apuesta. Regulación legal.
Objeto:
Del art. 1577 podemos afirmar que todas las obligaciones pueden ser afianzadas.
Toda obligación actual o futura, incluso lo de otro fiador.
Pueden entonces ser afianzadas todas las obligaciones válidas y también las
olbigaciones que tienen causa en un hecho ilícito que ya sucedido, por el cual se
responde con una suma debida, en concepto de indemnización por el daño
causado.
Con respecto a las obligaciones futuras, el art. 1578 dispone que el objeto de la
obligación contraída por el deudor afianzado está perfectamente determinado por
la obligación de precisar el monto máximo al cual se obliga el fiador, este monto
comprende no solamente el capital, sino que además comprende los intereses y
todos los gastos que puedan irrogarse por el cobro del crédito. Asimismo, el
artículo prevé el plazo máximo para este contrato de fianza general, que es de
cinco años, es decir que el fiador no está obligado a responder por las
obligaciones futuras que hubieran nacido con posterioridad.
El art. 1580 dispone la extensión de la fianza, cuando dice que el fiador puede, si
así lo pacta, garantizar solamente la obligación principal excluyendo de la garantía
los accesorios y los gastos que demande su cobro.
200
Extinción:
La Sección 5° regula la extinción de la fianza. El artículo 1596 menciona las
causales de extinción. La fianza se extingue por las siguientes causales
especiales:
a) si por hecho del acreedor no puede hacerse efectiva la subrogación del
fiador en las garantías reales o privilegios que accedían al crédito al
tiempo de la constitución de la fianza;
b) si se prorroga el plazo para el cumplimiento de la obligación
garantizada, sin consentimiento del fiador;
c) si transcurren cinco años desde el otorgamiento de la fianza general en
garantía de obligaciones futuras y éstas no han nacido;
d) si el acreedor no inicia acción judicial contra el deudor dentro de los
sesenta días de requerido por el fiador o deja perimir la instancia.
Extinción:
La extinción de la renta la vemos regulada en el artículo 1606 del CC y C: “El
derecho a la renta se extingue por el fallecimiento de la persona cuya vida se toma
en consideración para la duración del contrato, por cualquier causa que sea. Si
son varias las personas, por el fallecimiento de la última; hasta que ello ocurre, la
renta se devenga en su totalidad. Es nula la cláusula que autoriza a substituir
dicha persona, o a incorporar otra al mismo efecto. La prueba del fallecimiento
corresponde al deudor de la renta”.
El contrato oneroso de renta vitalicia se extingue naturalmente cuando fallece el
cabeza de renta, este es la persona cuya vida se toma en consideración para la
duración del contrato.
Si hay más de una persona o cabeza de renta, el contrato va a durar hasta que
fallezca el último de los designados como cabeza de renta.
- El artículo 1607 menciona el caso de resolución por falta de garantía.
205
Partes:
Se requiere como mínimo dos partes o más que participen en el juego, ya que no
es excluyente la posibilidad de que sean más los que participen en una actividad
de destreza, tanto física como intelectual. Sin embargo existe una divergencia
doctrinaria en la que para un sector pueden intervenir más partes —sosteniendo
su carácter de plurilateral— y para otro sector de la doctrina no.
El artículo 1610 menciona las facultades del juez. El juez puede reducir la deuda
directamente originada en el juego si resulta extraordinaria respecto a la fortuna
del deudor.
Tiene una finalidad protectora. Se emplea el principio de equidad, cuando permite
a la facultad de los jueces, ante un reclamo judicial, la posibilidad de reducir las
deudas originadas en el juego, cuando sean extraordinarias respecto a la fortuna
del deudor.
El artículo 1611 menciona al Juego y apuesta de puro azar. No hay acción para
exigir el cumplimiento de la prestación prometida en un juego de puro azar, esté o
no prohibido por la autoridad local. Si no está prohibido, lo pagado es irrepetible.
Sin embargo, es repetible el pago hecho por persona incapaz, o con capacidad
restringida, o inhabilitada.
El artículo 1612 regula la oferta pública. Las apuestas y sorteos ofrecidos al
público confieren acción para su cumplimiento. El oferente es responsable frente
al apostador o participante. La publicidad debe individualizar al oferente. Si no lo
hace, quien la efectúa es responsable.
Se distinguen dos sujetos: oferente y apostador. En virtud de la naturaleza del
juego y de la oferta se aplica la Ley de Defensa del Consumidor (art. 7° y 8°) sobre
condiciones de la oferta y la venta y respecto del apostador es quien interviene
aceptando el contrato de apuesta. Entre las condiciones previstas por este artículo
se prevé la responsabilidad del oferente frente al apostador y la obligación de
individualizarlo en la publicidad. Ante un incumplimiento se responsabiliza al que
efectúa la publicidad en forma solidaria en función de las normativas de consumo.
En las deudas nacidas de los juegos de azar organizados por el Estado o
concesionarios de una autorización estatal, las partes tienen acción recíproca para
el cobro de sus créditos, ya que sería escandaloso que el Estado se negara a
pagar el premio beneficiándose de mala fe.
El artículo 1613 menciona los juegos y apuestas regulados por el Estado. Los
juegos, apuestas y sorteos reglamentados por el Estado Nacional, provincial, o
207
municipios, están excluidos de este Capítulo y regidos por las normas que los
autorizan.
Unidad 16
1. Cesión de derechos. Concepto. Objeto. Forma. Garantías.
2. Cesión de deudas. Especies. Efectos.
3. Cesión de la posición contractual. Concepto. Efectos. Liberación del cedente.
4. Transacción. Concepto. Forma. Efectos.
En el artículo 1615 se regula el régimen regular que se aplica a los casos en que
el contrato de cesión es empleado como un negocio jurídico indirecto, de garantía
para el respaldo de otras operaciones. “ARTÍCULO 1615.- Cesión en garantía. Si
la cesión es en garantía, las normas de la prenda de créditos se aplican a las
relaciones entre cedente y cesionario”.
Es un contrato que conserva su estructura y régimen legal, pero pasa a ser
causalmente conexo con otro negocio jurídico.
Relaciones entre las partes:
En este negocio jurídico el acreedor tiene dos deudores: el deudor cedente y el
tercero, deudor del crédito cedido, y puede cobrar a cualquiera de ellos. Si el
deudor cedente cumple, se debe devolver el crédito; pero si no lo hace, puede
cobrarse al tercero. Si el acreedor acciona, tiene derecho a cobrar del tercero
hasta el monto de su acreencia, debiendo restituir el saldo al cedente.
Finalidad: entendemos que este contrato sea utilizado para concretar una finalidad
diversa a la propia del tipo contractual, como negocio jurídico indirecto, en tanto la
finalidad perseguida no resulte ilícita o se genere un supuesto de fraude a la ley. A
menudo este negocio jurídico es empleado con finalidad financiera, cuando se
realiza con el objetivo inmediato de revender el crédito, o en operaciones de toma
de control societario, realizadas por medio de la compra de créditos contra la
empresa para condicionarla patrimonialmente, operación cuya licitud debe ser
209
Forma:
El artículo 1618 impone la forma del contrato de cesión de derechos, la cual será
en forma escrita, sin perjuicio de los casos en que se admite la transmisión del
título por endoso o por entrega manual. Deben otorgarse por escritura pública:
a. la cesión de derechos hereditarios;
b. la cesión de derechos litigiosos. Si no involucran derechos reales sobre
inmuebles, también puede hacerse por acta judicial, siempre que el sistema
informático asegure la inalterabilidad del instrumento;
c. la cesión de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura pública.
El artículo 1619 regula las obligaciones del cedente y le exige que entregue al
cesionario los instrumentos que tenga en su poder y que prueben la existencia del
crédito o derecho cedido a su favor.
Si la cesión fuera parcial, el cedente debe entregarle al cesionario “copia
certificada” de los documentos, esto es así ya que el cedente habrá de necesitar
conservar el original para poder acreditar su derecho o, con base en él, otorgar
nuevas cesiones que no se superpongan con la ya realizada a favor de quien
recibe las copias certificadas.
Respecto a los terceros que tengan algún interés legítimo, el derecho recién se
transmite al cesionario una vez notificado el cedido. El acto de notificación al
cedido produce el comienzo de los efectos frente a los terceros y, así el cesionario
se transforma en el titular del crédito con efecto erga omnes. Son terceros
interesados el deudor cedido —quien tiene el derecho a conocer a su acreedor
para poder cancelar la obligación con efectos liberatorios—, los acreedores del
cedente y los cesonarios sucesivos, para evitar ser víctimas de un acto
fraudulento. La norma solo establece la forma de la notificación, que debe ser por
instrumento público o privado de fecha cierta. El artículo 1620 establece que “la
eficacia probatoria de los instrumentos privados reconocidos se extiende a los
terceros desde su fecha cierta”, agrega que “adquieren fecha cierta el día en que
acontece un hecho del que resulta como consecuencia ineludible que el
documento ya estaba firmado o no pudo ser firmado después”, y determina que
esta prueba debe ser apreciada rigurosamente por el juez.
210
Los pagos que fueron hechos por el cedido al cedente antes de haberle sido
notificada la cesión, y también las demás causas de extinción de la obligación,
tienen efecto liberatorio para el. Así lo dispone el artículo 1621.
Artículo 1627: Cesión parcial. Es el caso de que la transferencia del derecho sea
parcial, es decir, que se transmita solo una cuota parte del crédito conservando el
cedente la calidad de acreedor del cedido pero ello no le da preferencia respecto
del nuevo coacreedor salvo que se haya pactado expresamente.
Garantías:
211
Garantía por evicción. Artículo 1628. Se aplica dicha garantía en las cesiones de
naturaleza onerosa, esto es, en las habitualmente denominadas como cesión-
venta o cesión-permuta; pero ello no excluye la posibilidad de aplicarlo para la
transmisión a título gratuito. No obstante, de acuerdo a lo previsto en la regulación
general, esta garantía rige en los casos en los que, sin mediar tal onerosidad, el
donante asumió la garantía o actuó con mala fe o dolo, consistente en el
ocultamiento de los vicios que conocía y sobre los que debía informar al
adquirente.
El artículo 1629 se refiere al supuesto en el que se hayan cedido derechos como
existentes al tiempo de la cesión. Cuando el cedente transmitió un derecho
inexistente al tiempo de la celebración del negocio jurídico, pueden darse dos
hipótesis:
a. que haya realizado esa cesión ignorando la inexistencia del derecho, en dicho
caso el acto va a ser inválido, entonces el cedente deberá restituir al cesionario el
precio recibido con más los intereses devengados desde la fecha de la percepción
de la suma siempre que la cesión haya sido onerosa;
b. que supiera que el crédito no existía y ocultara tal circunstancia al cesionario, en
dicho caso será una conducta dolosa, habrá defraudación penal. Entonces el
cedente deberá pagar al cesionario la diferencia entre el precio de la cesión y el
valor asignado al derecho cedido, teniendo en cuenta que este tipo de
operaciones suele realizarse por un valor menor al del bien en el mercado ello
teniendo en consideración el riesgo de cobro o satisfacción del derecho que toda
cesión entraña.
El artículo 1635 nos dice que solo hay promesa de liberación si el tercero se obliga
frente al deudor a cumplir la deuda en su lugar.
los derechos de los cedidos contra el cedente en caso de no cumplir con dicha
notificación.
Defensa de los cocontratantes: los cocontratantes cedidos pueden oponer al
cesionario todas las excepciones derivadas del contrato; pero no las fundadas en
otras relaciones con el cedente, las que solo podrán ser invocadas eficazmente en
caso de haber hecho los cedidos expresa reserva de ello al tiempo de consentir la
cesión. Se advierte que la norma requiere la mera reserva y no exige un pacto al
respecto.
Toda cesión irroga un riesgo para el cesionario; pues puede que sus expectativas
negociales, las que lo llevaron a contratar como lo hizo, no se vean satisfechas.
Entre cedente y cesionario, es el primero el que habitualmente tiene mejor acceso
a la información relevante para la realización del negocio. Debe obrar de buena fe
y proporcionar al cesionario la necesaria para que pueda evaluar la conveniencia
de la operación que consideran concretar. Cuando deliberadamente oculta
información relevante, o actúa de modo tal de desbaratar los derechos que ha
acordado, debe responder por ello, aun cuando se haya establecido una cláusula
de irresponsabilidad.
Es por ello que los artículos 1639 y 1640 regulan las garantías.
ARTÍCULO 1639.- Garantía. El cedente garantiza al cesionario la existencia y
validez del contrato. El pacto por el cual el cedente no garantiza la existencia y
validez se tiene por no escrito si la nulidad o la inexistencia se debe a un hecho
imputable al cedente. Si el cedente garantiza el cumplimiento de las obligaciones
de los otros contratantes, responde como fiador. Se aplican las normas sobre
evicción en la cesión de derechos en general.
ARTÍCULO 1640.- Garantías de terceros. Las garantías constituidas por terceras
personas no pasan al cesionario sin autorización expresa de aquéllas.
Forma:
La forma está dispuesta en el artículo 1643. Que dice que la transacción debe
hacerse por escrito. Si recae sobre derechos litigiosos sólo es eficaz a partir de la
presentación del instrumento firmado por los interesados ante el juez en que
tramita la causa. Mientras el instrumento no sea presentado, las partes pueden
desistir de ella.
En el art. 1644 CCyC se dispone que no se puede transigir sobre los derechos en
los que esté comprometido el orden público, sobre los derechos que sean
irrenunciables y sobre los derechos derivados de las relaciones de familia. No
obstante, hace una excepción al disponer que sí se podrá en los casos en los que
217
El articulo 1646 menciona los sujetos que no pueden hacer transacciones, éstos
son:
- Las personas que no puedan enajenar el derecho respectivo;
- los padres, tutores, o curadores respecto de las cuentas de su gestión, ni
siquiera con autorización judicial
- los albaceas, en cuanto a los derechos y obligaciones que confiere el
testamento, sin la autorización del juez de la sucesión.
El artículo 1647 menciona que la transacción es nula:
- si alguna de las partes invoca títulos total o parcialmente inexistentes, o
ineficaces;
- si, al celebrarla, una de las partes ignora que el derecho que transa tiene
otro título mejor;
- si versa sobre un pleito ya resuelto por sentencia firme, siempre que la
parte que la impugna lo haya ignorado.
Unidad 17
1. Fideicomiso privado. Concepto. Contenido. Plazo. Forma. Objeto. Sujetos.
Dominio fiduciario. Efectos. Extinción.
El contrato de fideicomiso se encuentra regulado en el Capítulo 30. El ocncepto
está dado en el art. 1666. El contenido ddetallado en el art. 1667. El plazo dado
en el art. 1668. La forma explícita en el art. 1669. El objeto está detallado en el art.
1670. Los sujetos se encuentran regulados en la Sección 2°. El dominio fiduciario
en el art. 1673. En la Sección 3| encontramos detallado a los efectos. La Sección
7° detalla la extinción del fideicomiso.
Concepto:
218
Artículo 1666. Hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada fiduciante,
transmite o se compromete a transmitir la propiedad de bienes a otra persona
denominada fiduciario, quien se obliga a ejercerla en beneficio de otra llamada
beneficiario, que se designa en el contrato, y a transmitirla al cumplimiento de un
plazo o condición al fideicomisario. Remisiones: ver comentario al art. 1669 CCyC.
Contenido:
El artículo 1667 dispone el contenido del contrato de fideicomiso.
El contrato debe contener:
- La individualización de los bienes objeto del contrato. En caso de no
resultar posible tal individualización a la fecha de la celebración del
fideicomiso, debe constar la descripción de los requisitos y características
que deben reunir los bienes;
- La determinación del modo en que otros bienes pueden ser incorporados al
fideicomiso, en su caso;
- El plazo o condición a que se sujeta la propiedad fiduciaria; d. la
identificación del beneficiario, o la manera de determinarlo conforme con el
artículo 1671;
- El destino de los bienes a la finalización del fideicomiso, con indicación del
fideicomisario a quien deben transmitirse o la manera de determinarlo
conforme con el artículo 1672;
- Los derechos y obligaciones del fiduciario y el modo de sustituirlo, si cesa.
Plazo:
El artículo 1668 estipula el plazo del contrato de fideicomiso.
ARTÍCULO 1668.- Plazo. Condición. El fideicomiso no puede durar más de treinta
años desde la celebración del contrato, excepto que el beneficiario sea una
persona incapaz o con capacidad restringida, caso en el que puede durar hasta el
cese de la incapacidad o de la restricción a su capacidad, o su muerte. Si se pacta
un plazo superior, se reduce al tiempo máximo previsto. Cumplida la condición o
pasados treinta años desde el contrato sin haberse cumplido, cesa el fideicomiso y
los bienes deben transmitirse por el fiduciario a quien se designa en el contrato. A
falta de estipulación deben transmitirse al fiduciante o a sus herederos.
Forma:
EL artículo 1669 dispone la forma del contrato de fideicomiso.
“El contrato, que debe inscribirse en el Registro Público que corresponda, puede
celebrarse por instrumento público o privado, excepto cuando se refiere a bienes
cuya transmisión debe ser celebrada por instrumento público. En este caso,
cuando no se cumple dicha formalidad, el contrato vale como promesa de
otorgarlo. Si la incorporación de esta clase de bienes es posterior a la celebración
del contrato, es suficiente con el cumplimiento, en esa oportunidad, de las
formalidades necesarias para su transferencia, debiéndose transcribir en el acto
respectivo el contrato de fideicomiso”.
Objeto:
El artículo 1670 menciona al objeto. Pueden ser objeto del fideicomiso todos los
bienes que se encuentran en el comercio, incluso universalidades, pero no pueden
serlo las herencias futuras.
El fideicomiso, además de tener una amplia gama de finalidades posibles, posee
una gran amplitud en cuanto a los bienes que pueden ser objeto de la
transferencia fiduciaria, por lo que podrán incorporarse no solo bienes muebles o
inmuebles, sino también créditos e incluso universalidades. Sin embargo, no todos
los bienes incorporados al contrato estarán sujetos a un dominio fiduciario, ya que
este derecho real —que se origina con la operación— solo puede recaer sobre
cosas. Para los restantes bienes será de aplicación la figura de la cesión de
créditos.
Sujetos:
La Sección 2° nos habla de los sujetos.
El artículo 1671 Beneficiario; el artículo 1672 Fideicomisario; El artículo 1673
fiduciario
220
El fideicomisario será quien reciba del fiduciario los bienes del patrimonio de
afectación una vez cumplida la condición o vencido el plazo pautado.
221
El fiduciario es la figura central del contrato y sobre quien recae toda la atención,
ya que de su actuación y obrar eficiente surgirá el provecho del negocio. Las
obligaciones a su cargo resultarán del contrato, y si bien actúa en nombre propio y
por cuenta propia, lo hace en beneficio de otra persona, el beneficiario. El
fiduciario será quien administrará el patrimonio fideicomitido en el marco de las
pautas previstas por el fiduciante, y se obligará a transmitirlo al fideicomisario al
vencimiento del plazo o el cumplimiento de la condición que determine la
conclusión del fideicomiso. Esta persona o personas, físicas o jurídicas, serán los
depositarios de la confianza a la que remite el término “fideicomiso” y deberán
regir su actuación como un “buen hombre de negocios”. Estas pautas de
actuación las prevé el art. 1674 cuando menciona que el fiduciario debe cumplir
las obligaciones impuestas por la ley y por el contrato con la prudencia y diligencia
del buen hombre de negocios que actúa sobre la base de la confianza depositada
en él. En caso de designarse a más de un fiduciario para que actúen
simultáneamente, sea en forma conjunta o indistinta, su responsabilidad es
solidaria por el cumplimiento de las obligaciones resultantes del fideicomiso.
El artículo 1675 nos dice que la rendición de cuentas puede ser solicitada por el
beneficiario, por el fiduciante o por el fideicomisario, en su caso, conforme a la ley
y a las previsiones contractuales; deben ser rendidas con una periodicidad no
mayor a un año.
La obligación de rendir cuentas se encuentra en la mayoría de los contratos que,
como el fideicomiso, conllevan la gestión de bienes de o a favor de terceros. Esta
obligación, periódica e indispensable implica la información a las partes de las
tareas realizadas en la administración del patrimonio fideicomitido.
En el artículo 1677 nos dice que el fiduciario tiene derecho al reembolso de los
gastos y a una retribución, ambos a cargo de quien o quienes se estipula en el
contrato. Si la retribución no se fija en el contrato, la debe fijar el juez teniendo en
consideración la índole de la encomienda, la importancia de los deberes a cumplir,
222
Efectos:
Los efectos están previstos en la Sección 3°.
ARTÍCULO 1682.- Propiedad fiduciaria. Sobre los bienes fideicomitidos se
constituye una propiedad fiduciaria, regida por las disposiciones de este Capítulo y
por las que correspondan a la naturaleza de los bienes.
ARTÍCULO 1683.- Efectos frente a terceros. El carácter fiduciario de la propiedad
tiene efectos frente a terceros desde el momento en que se cumplen los requisitos
exigidos de acuerdo con la naturaleza de los bienes respectivos.
La propiedad fiduciaria es el derecho patrimonial con los límites temporales que
prevé el contrato, que adquiere el fiduciario en relación a determinados bienes,
recibidos con una finalidad determinada. Se extiende a las cosas recibidas y
también a otros bienes, como créditos o derechos sobre los que no podría
constituirse un derecho real por no ser cosas.
El fiduciario como representante del fideicomiso, deberá contraer obligaciones con
terceros interesados. Para que la transmisión fiduciaria tenga efectos respecto a
estos, deberá cumplir con los requisitos previstos por la ley de acuerdo a la
naturaleza de los bienes trasferidos. La propiedad fiduciaria va a ser oponible
frente a terceros a partir de haberse registrado el acto de hacerlos públicos. Los
actos que no se hayan publicitado van a ser igualmente existentes y válidos entre
las partes pero inoponible frente a terceros. Esto se extiende también a terceros
contratantes con el fiduciante respecto de bienes que integran el fideicomiso, ya
que hasta no haberse publicitado la transferencia fiduciaria, esta les resulta
inoponible, por lo que hasta dicho momento podrían atacar esos bienes. El registro
de la propiedad fiduciaria no es siempre el requisito de publicidad requerido. En
otros casos puede incluir notificaciones, como el caso de la cesión de créditos.
Artículo 1684. Registración de bienes incorporados. Los registros
correspondientes deberán tomar razón de la propiedad fiduciaria transmitida. La
registración es el punto de partida para que la propiedad fiduciaria produzca
efectos con relación a terceros, en los casos de bienes registrables.
determinada, aislándola del resto del patrimonio del fiduciante, del fiduciario, del
beneficiario y del fideicomisario.