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http://www.cop.es/papelesPapelesdelPsicólogo,2010. Vol. 31(3), pp.

269-280 Sección Monográfica

APLICACIONES DE LOS CONOCIMIENTOS PSICOLÓGICOS


EN LA INICIACIÓN DEPORTIVA
APPLICATIONS OF PSYCHOLOGICAL KNOWLEDGE IN SPORT INITIATION
Eugenio A. Pérez Córdoba* y Rosana Llames Lavandera** *Universidad de Sevilla. **Coordinadora de la Comisión de
Psicología del Deporte del Colegio Oficial de Psicólogos del Principado de Asturias

En este trabajo se analiza la aplicación de la psicología en la iniciación deportiva. Así, lo primero que se desarrolla es un apartado
dedicado a analizar los diferentes factores que afectan a la práctica deportiva en estas edades de iniciación, destacando, a conti-nuación,
las diferentes intervenciones que, sobre éstos, se han ido realizando. Intervenciones que abarcan tanto a las personas que rodean a los
niños como a los objetos deportivos, como a las propias normas. También se dedica un apartado especial a la inicia-ción deportiva de cara
a la tecnificación de los deportistas, finalizando con un análisis de las competencias que debe tener el psicólo-go que pretenda aplicar los
conocimientos psicológicos en la iniciación deportiva. Palabras clave: Iniciación, Psicología del deporte, Competencias del psicólogo.

The application of psychology in the initiation to sport is analyzed in this paper. Thus, the first section is devoted to analyzing the va-rious
factors affecting the practice of sports at the initiation stage. It then highlights the different interventions that have been carried out in
reference to them. These interventions encompass diverse factors ranging from the people in the children’s environment to spor-ting goods,
as well as the rules themselves. A special section is also dedicated to sport initiation with regard to the technification of the athletes and
finishes with an analysis of the competencies required of the psychologist who intends to apply psychological knowledge to sports initiation.

Key Words: Initiation, Sport psychology, Psychologist’s competencies.

ntes de entrar en mayor detalle en el contenido de este artículo


deseamos esclarecer el concepto de iniciación deportiva al que aquí
A realizar una “visión general” de la iniciación deportiva
haremos refe-
centrándonos en los pequeños, sin una orientación espe-
rencia. cífica en la tecnificación deportiva.
Así, la palabra iniciación hace referencia a “el comien-zo Por último, no debemos olvidar que la actividad física
de algo”, pero no es lo mismo empezar a hacer de-porte a puede comenzarse por muy diversos motivos, siendo
nuestro interés diferenciar ahora:
temprana edad que comenzar a hacerlo a una edad
avanzada, si bien es cierto que, con ambas eda-des es 4 la actividad física sistemática realizada en el colegio,
posible comenzar a realizar algún tipo de activi-dad física conocida como “educación física”, que suele incluir, a
y/o deporte. veces, la competición entre centros educativos ; y
En nuestro caso, haremos mención mas general a los 4 el deporte extraescolar, generalmente organizado
comienzos de la práctica deportiva de los pequeños, que “se por ayuntamientos y/o entidades deportivas públicas y/o
inician” en la actividad físico-deportiva, entendiendo que privadas, cuyo fin prioritario suele ser la compe-tición
también puede haber “gente mayor” que “se inicie o (menos a menudo la salud, desgraciadamente)
comience a” participar en alguna actividad física siste- No entraremos ahora en detalle sobre la conveniencia o no
matizada. de la competitividad a estas edades, ni sobre el ex-cesivo
También es cierto que, dependiendo, entre otras cosas, del énfasis en el resultado o en la tarea, cuestiones sobre las
tipo de deporte, la edad de inicio de la práctica de-portiva que ampliaremos más adelante, pero sí que queremos
puede variar, comenzándose a menor o mayor edad en resaltar, ahora, el hecho de que los diferentes objetivos
función del deporte específico a practicar, aun-que, como marcados en uno u otro tipo de actividad física pueden
acabamos de señalar, nosotros intentaremos hacer diferentes los argumentos y las actividades que en
Correspondencia: Eugenio A. Pérez Córdoba. Departamento de
uno y en otro se realicen, pudiendo remarcar mas el hecho
de la obligatoriedad en las primeras -a modo de educación
Psicología experimental. Universidad de Sevilla. C/ Camilo José primaria y secundaria obligatoria- y de la ¿voluntariedad?
Cela, s/n. 41018 Sevilla. España. E-mail : ecordoba@us.es de las segundas, entendiendo tam-bién que la “libre
elección” no existe en tanto que está

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INICIACIÓN DEPORTIVA

“condicionada” o “afectada” por diferentes cuestiones, 2. FACTORES QUE INFLUYEN EN LA


en su mayoría, de índole social, obedeciendo, a INICIACIÓN DEPORTIVA
menu-do, mas a los intereses de los adultos que a los Como acabamos de mencionar, nos centraremos en
de los propios niños. la iniciación deportiva en edades escolares, siendo
Posteriormente abundaremos en estos aspectos, cons-cientes que los factores que vamos a mencionar
pero recalcaremos, una vez más, que nuestra visión como in-fluyentes pueden afectar en diferente medida
aquí será “general” atendiendo más al inicio de una en otras edades. Un análisis, más amplio, de la
práctica de-portiva con el objetivo de “crear hábitos motivación en la iniciación deportiva puede
saludables” que con el objetivo de “crear deportistas encontrase, v. g., en Cruz, (1997).
de élite”, sin que dejemos, por ello, de dedicar De cara a la clasificación de estas variables, que afec-
algunas breves líneas a es-te otro objetivo. tan al comportamiento -en este caso, deportivo- agrupa-
Un segundo aspecto que nos gustaría aclarar en remos dichos factores, basándonos en el modelo
esta introducción es ¿qué conocimientos psicológicos interconductual (Kantor, 1967; Ribes y López, 1985), de
pueden aplicarse a la iniciación deportiva? manera que, de una parte agruparemos los factores que
Evidentemente que la respuesta ¡podría ser tan afectan aquí y ahora –situacionales- y de otra los que
amplia que nos limitaremos a decir que lo que conforman nuestra experiencia histórica -históricos.
queremos des-tacar en este artículo es la aplicación
de los conoci-mientos psicológicos a la iniciación 2.1. Factores situacionales
deportiva, sin hacer distinción especial a ninguna de En este apartado cabría distinguir los factores que
las áreas en que se suele dividir la psicología, pues afec-tan al contexto de los que afectan al organismo,
serían aplicables los conocimientos de: situán-dose, entre los primeros, los otros organismos
✔ La psicología evolutiva y de la educación, por o personas –a los que denominamos agentes
razo-nes obvias; sociales- y los objetos deportivos; y, entre los
✔ La psicología social y de las organizaciones, pues segundos, las condi-ciones biológicas del organismo.
son comportamientos en sociedad y en El papel de estos agentes sociales ha sido
organizacio-nes; ampliamente estudiado, y, más en concreto, en el
✔ La personalidad, la evaluación y los tratamientos, ámbito deportivo por, v.g., Boixadós, Valiente,
en-tendidos no como terapéuticos sino como Mimbrero, Torregrosa y Cruz (1998) y Pallares (1998).
fortalece-dores de las habilidades psicológicas, a Posteriormente abunda-remos en el posible
modo de entrenamiento o coaching; asesoramiento a estos agentes, aun-que resulta obvia
✔ La psicología básica, las emociones, la la influencia de padres, entrenadores, directivos,
motivación, el aprendizaje, etc.; compañeros, árbitros, etc., en la iniciación deportiva.
✔ La psicobiología, pues no olvidemos que son No debemos olvidar que, además de otros organismos
organis-mos biológicos los que hacen deporte; y, o personas, el niño o la niña que se inicia en la activi-dad
✔ La metodología de las ciencias del
física y deportiva utiliza objetos propios del deporte,
comportamiento, pues debe ser un trabajo siguiendo unas normas específicas, y que, tanto los
aplicado de forma metódi-ca. obje-tos como las normas pueden y deben adaptarse.
Una vez realizadas estas aclaraciones pasaremos a Esto es lo que ocurre con el denominado fútbol siete o el
analizar los factores que influyen en dicho comporta- mini-basket, por citar dos ejemplos muy conocidos.
miento, los motivos para la práctica y el abandono de la En cuanto a las condiciones biológicas, podría decirse
actividad física y el deporte, y las funciones que debe que su estudio corresponde más a los preparadores físi-
desempeñar el psicólogo al aplicar sus conocimientos en cos y a los médicos y/o fisioterapeutas, pues componen
estas situaciones, no sin antes recomendar a los lo que conocemos como “estado físico”, aunque, no de-
lectores interesados algunos manuales donde se bemos olvidar que estos aspectos fisiológicos están en
abordan, más ampliamente, estos aspectos, por función -“o dependen”-, a su vez, de las interacciones de
ejemplo: Williams (1991), Buceta (1996), Weinberg y estos niños, por lo que el psicólogo debe aportar sus co-
Gould, (1996), Do-sil, (2001), Olmedilla, Garcés, y Nieto nocimientos al equipo multidisciplinar encargado de la
(2002) y Gonzá-lez y Dosil (2003), entre otros. actividad deportiva a realizar.

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EUGENIO A. PÉREZ CÓRDOBA Y ROSANA LLAMES LAVANDERA

No entraremos a delimitar si la condición biológica es Es obvio también señalar, que no solo son los reforza-
causa o consecuencia de la práctica deportiva, pero sí dores extrínsecos los que mantienen dicho comporta-
que podemos afirmar que nuestro cuerpo es “producto” miento, sino que, además, un comportamiento puede
de nuestra actividad física, y que, en la iniciación, la mantenerse por ser una actividad divertida en sí misma
edad biológica de la que estamos hablando, tiene unas – v. g., gracias a las normas- o que “cueste” poco al
características biológicas –y experienciales- específicas, sujeto emitirla –por la adaptación de los objetos y las
que debemos tener en cuenta en nuestro análisis de normas a la experiencia de la persona- y que, en
cara a una posible intervención. definitiva, toda la intervención debe programarse lo más
individualiza-da posible. Abundaremos en el siguiente
2.2. Factores históricos apartado sobre la intervención psicológica.
Nos referimos en este aparatado a la historia de
relacio-nes de estos sujetos con el deporte – 3. LA INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA
experiencia- que, como acabamos de decir, conforma EN LA INICIACIÓN DEPORTIVA
nuestra forma bioló-gica –o estado físico- y, de alguna En este apartado analizaremos los diferentes elementos
forma, favorece o di-ficulta -probabiliza- nuestras sobre los que se puede intervenir, desde la psicología, en la
diferentes formas de comportamiento aquí y ahora. iniciación deportiva, señalando que, en nuestro trabajo, nos
No debemos olvidar, no obstante, que en este trabajo centraremos en lo que se denomina “inter-vención indirecta”
nos referimos a la “iniciación”, es decir, con escasa o puesto que los casos en los que se ne-cesita una
nula historia de relaciones con la actividad física, y, en intervención directa con los deportistas suelen ser más
este trabajo, de manera particular, a cortas edades, lo escasos (al menos en estas edades de inicia-ción), o suelen
que implica escasa experiencia, en general. ser los dirigidos a optimizar resultados mediante la
Del mismo modo, debemos decir que, la forma en tecnificación, no obstante, dedicaremos un pequeño
que se produzca este “primer” acercamiento a la apartado a hablar sobre la intervención en es-tas edades
actividad física puede resultar relevante a la hora de orientadas a la mejora del rendimiento.
“mantenerse” realizando una actividad, de manera Intentaremos revisar los tipos de intervención
que el psicólogo debe intentar conseguir que los indirecta realizados con los diferentes factores:
factores que lo afectan sean lo más “favorecedores
posibles” de dicho compor-tamiento. 3.1. Intervención indirecta a través de
Tratando de transferir los conocimiento adquiridos los entrenadores
en el laboratorio a la iniciación deportiva, y en un Como hemos comentado más arriba, los entrenadores se
símil, podríamos decir que el hecho de que una convierten, al menos para los deportistas en estas edades,
paloma eje-cute un determinado comportamiento – en una de las figuras principales, puesto que son los que les
picar el operan-do o golpear una pelota, por ejemplo-, enseñan a ser “buenos deportistas”, y, siguiendo con el
está en función, entre otras cosas, de la historia símil anterior del laboratorio, son importantes porque se
previa y de las circuns-tancias en que se desarrolla, convierten en los “dispensadores de reforzadores positivos”
entre las que se encuen-tran las consecuencias de tras las acciones de los niños, además de ser los “instructo-
dicha actividad física. En este sentido, podríamos res” con “discriminativos” -previamente a las acciones-, y un
decir que, los agentes sociales, ac-túan a modo de modelo a imitar “durante” el entrenamiento.
“dispensadores de reforzadores positi-vos” de manera Es por ello por lo que resulta “imprescindible” contar
consecuente con la actividad física o deportiva. con una adecuada participación de éstos. No obstante, y
Resultaría elemental recordar que los reforzadores de- al contrario que los “comederos” automáticos, los en-
ben dispensarse según un “programa” previamente esta- trenadores resultan más difíciles de “programar”.
blecido, y en el momento oportuno, necesitando, el Es, precisamente, esta dificultad la que nos hace tener
psicólogo que aplica sus conocimiento en la iniciación, que trabajar “directamente” con ellos para modificar –si
que los “agentes sociales” dispensen esos reforzadores fuese necesario- su propio comportamiento para con
– sociales en mayor medida- en el momento y de la el/los niños, teniendo en cuenta que, para todo modifi-
forma oportunas, pues, de otra forma, la “paloma puede cación, se hace imprescindible partir de la línea base, o,
dejar de hacer su actividad física”. en otras palabras, partir del comportamiento habitual

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INICIACIÓN DEPORTIVA

del entrenador, adecuándonos a sus costumbres y cono- 8. Debemos reducir los miedos a cometer errores y
ciendo sus objetivos, sus preocupaciones, sus estilos, etc. las aprensiones con las lesiones, mostrándole
Esta importancia del entrenador como “comunicador” seguridad al/a la niño/a sobre su buena ejecución
“dispensador de reforzadores”, “fuente de estimulación e y la seguri-dad de la misma.
instrucción”, etc., es la que llevó a Smith, Smoll y Curtis 9. Si es necesario debemos modificar las reglas y
(1979) a elaborar el CBAS, como medida para estable- adap-tarlas al sujeto y al grupo, para aumentar la
cer la línea base de su comportamiento en relación a las acción y la participación.
conductas de los deportistas, siendo seguido, en el estu- 10. Por último, siempre debemos ser entusiastas,
dio original y en muchos estudios posteriores (Martin y pues es contagioso.
Hrycaiko, 1983; Cruz, 1994; Alonso, Boixadós y Cruz,
1995; Smoll y Smith, 2002 y Smoll y Smith, 2006) de 3.2. Intervención indirecta a través de los padres
una fase de intervención mediante el asesoramiento y la En el caso de los padres ocurre algo parecido a lo que
formación de éstos. ocurre con los entrenadores, pues si bien ellos no inte-
En este sentido, a los entrenadores se les puede ractúan tan directamente con los niños durante los entre-
aseso-rar sobre aspectos motivacionales, de namientos, sí que suelen interactuar con ellos durante
comunicación, de aprendizaje, de establecimiento de buena parte del resto del día, siendo, entre otras cosas,
objetivos, liderazgo, y un largo etcétera. los que llevan a los niños a dichos entrenamientos.
Siguiendo a Cantón (1999), se les deben hacer las En este sentido, los padres son los que deciden o
si-guientes recomendaciones: ayu-dan a decidir sobre si hacer o no actividad física,
1. Deben centrarse en la enseñanza, con enfoque qué ti-po de actividad practicar (competitiva,
positi-vo y divertido. recreativa, etc.), en qué lugar (dada su cercanía,
2. Tienen que ser variados y adaptar la actividad al precio, etc.) qué valorar en dicha actividad, etc.
su-jeto, no al contrario, y secuenciar la dificultad Es, por ello, por lo que hay que establecer una
par-tiendo de las propias capacidades de los buena comunicación con éstos para que ellos, a su
sujetos, no recomendándose que empiecen muy vez, sepan transmitir la información de manera
pronto la com-petición (al menos que se haga adecuada a sus hi-jos y sirvan, también, de nuevos
excesivo hincapié en ella). “dispensadores de re-forzadores, instrucciones, etc.”.
3. Deben establecer expectativas realistas para cada Pero, no todos los padres son iguales, y, si bien es
menor en función de su edad y su repertorio previo. cier-to que podríamos decir que cada uno es un
4. Hay que dar instrucciones cortas y precisas y mundo por explorar, también es cierto que podemos
demos-traciones, según las edades de los sujetos clasificarlos en función de su comportamiento,
en este periodo de iniciación. En este sentido siguiendo a Smoll (1986) en cinco tipos de padres:
conviene utili-zar la imitación –y no solo la 1. Padres entrenadores auxiliares: que son aquellos que
instrucción- como me-dio de aprendizaje. actúan a modo de entrenador, a menudo cuestio-nando
5. Hay que premiar las ejecuciones correctas, no las propias decisiones técnicas de éstos.
solo la efectividad de los resultados, animado 2. Padres hipercríticos (con sus hijos): pues centran
frecuente-mente, pese a que, como dicen más su atención en los errores de sus hijos que
algunos, “sea su obligación hacerlo bien”. en los aciertos de éstos.
6. Conviene recompensar el esfuerzo más que el resul- 3. Padres vociferantes: que están continuamente
tado, dado que, si se lleva a cabo un bueno proceso dando instrucciones desde la banda;
(de iniciación y tecnificación) se obtendrán buenos 4. Padres sobreprotectores: que intentan evitar
resultados en su debido momento. cualquier daño, ya sea físico o moral, a sus hijos; y
7. Se debe utilizar un enfoque positivo para corregir 5. Padres desinteresados: que, simplemente, dejan a
los errores, dando información para corregir sus hijos en estas actividades durante un
errores y hacerlo bien y no tanto haciendo determinado tiempo, sin interesarse por su
especial mención a los errores cometidos, es lo evolución, aprendiza-je, etc.
que se denomina en el CBAS la “Instrucción Independientemente del tipo de padres -pues a veces,
técnica contingente con el error”. el interés del psicólogo no debe estar tanto en catalogar

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EUGENIO A. PÉREZ CÓRDOBA Y ROSANA LLAMES LAVANDERA

como en intervenir- la intervención del psicólogo debe ✔ antes puede ayudarles a comportarse de una
ir encaminada a conseguir, según Gordillo (1992), que forma adecuada durante la competición, por
los padres: ejemplo, in-formándoles que si ellos no animan a
a. Acepten el papel del entrenador como persona que sus hijos difícil-mente lo animarán los contrarios,
toma las decisiones y sabe o tiene sus propios crite- siendo su labor, como espectadores y padres, la
rios sobre cómo hacer la alineación, qué actividades de animar a sus hi-jos durante la competición;
enseñar en cada momento, qué le conviene o no al ✔ durante la competición se les puede proporcionar
grupo deportivo en esas circunstancias, etc. fe-edback sobre su propio comportamiento
b. Acepten los éxitos y fracasos de sus hijo, pues no to- durante el partido; y,
dos llegarán a ser deportistas de élite (por eso son de ✔ después, se puede revisar lo acontecido y diseñar
élite, porque son pocos…) y que, incluso siendo bue- es-trategias y establecer objetivos de
nos, también cometerán errores y fracasarán en sus comportamiento para la propia competición.
actividades, siendo lo importante aprender a afrontar En este sentido, -y esperando sea entendido nuestro
esos fracasos más que tratar de evitarlos o eliminar- sí-mil- podríamos decir que los padres también
los si se producen. pueden y deben “entrenarse” como “comederos o
c. Muestren una dedicación e intereses adecuados, dispensadores de estimulación”.
pues los excesos, tanto por un lado como por otro,
son malos. 3.3. Intervención indirecta a través de
d. Ayuden a que sus hijos tomen sus propias otras variables
decisiones, pues, en definitiva, tarde o temprano No quisiéramos acabar este apartado sobre
tendrán que ha-cerlo, y es el momento ahora –en intervención sin recordar que puede trabajarse, tanto
la fase inicial del proceso- de ayudarles a tomar de manera in-directa como directa con:
sus propias decisio-nes, sin que ello suponga ✔ los árbitros: pues son ellos los que deben enseñar
quedarse en el extremo del desinterés. a los niños a cumplir el reglamento, siendo los
e. Sean un modelo de autocontrol para el hijo/a, pues si encar-gados de aplicarlo, con sus sanciones
empiezan a cuestionar, por ejemplo, las decisiones correspondien-tes, pero siempre teniendo en
arbitrales contrarias a los intereses de su hijo durante cuenta su labor educativa en estas edades;
el partido, lo más normal es que los niños imiten ese ✔ los directivos: quienes, en definitiva, son los que
comportamiento, dejando de centrar su atención en dan las instrucciones, premian y castigan a los
el propio juego y estando más centrados en las deci- entrena-dores y, tienen ciertos “poderes” para
siones arbitrales que en las interacciones con los “poder” cam-biar ciertas cosas, si bien es cierto
compañeros, los contrarios y los objetos deportivos. que, muy a menudo, resulta difícil su colaboración,
Es, pues, en este sentido, en el que habría que asesorar – sin que por ello hayamos de desdeñar su
y formar- a los padres, sin que ello se convierta en la de- colaboración y, por tanto, tratar de conseguirla;
nominada “escuela de padres” a las que muchos ✔ los iguales: pues a estas edades es muy importante la
progenitores son reticentes a asistir, si bien es cierto que, a pertenencia al grupo, ellos también refuerzan y cre-an
muchos de los padres, les gustaría ser orientados en qué y “normas” o tienen “creencias” sobre la realidad, hacen
cómo hacer con respecto a sus hijos, al menos en el de- de líderes, etc. (Escarti y Garcia Ferriol, 1994)
porte, que es la actividad que nos atañe en este trabajo, ✔ las normas: que si bien vienen a menudo “impuestas”
teniendo en cuenta que, si modificamos el comportamiento pueden ser adaptadas en y para algunas circunstan-
de éstos habremos conseguido favorecer el cambio en el cias por los directivos e, incluso, por los propios en-
comportamiento de los que se inician en el deporte. Algu- trenadores durante sus entrenamientos;
nos manuales que tratan esta temática son, por ejemplo,
✔ los objetos deportivos, que, si bien pueden venir
Gimeno (2003), Peris (2003) y Ortín (2008).
ya adaptados por “norma”, puede y deben,
Resulta obvio señalar que este asesoramiento- también, ser adaptados por “circunstancias”;
forma-ción debe producirse durante todo el proceso, ✔ cualquier otra variable que pudiera intervenir en el
tanto an-tes, como durante, como después de la comportamiento y sobre la cual podamos ejercer al-
competición, de manera que, por ejemplo: gún tipo de control, dentro de nuestras posibilidades.

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INICIACIÓN DEPORTIVA

Ni que decir tiene que, nuestras intervenciones, a me- Nuevos retos y nuevas habilidades profesionales
nudo no son suficientes para producir un cambio “inme- en Psicología del Deporte
diato”, sino que, como cualquier medicamento, son Del mismo modo, determinados deportes en los que
necesarias varias “ingestas” para conseguir el cambio en las ejecuciones requieren de condiciones físicas
el comportamiento, siendo, además, un cambio gra-dual específicas, las edades de Alto Rendimiento se dan
y paulatino, lo que nos debe hacer pensar, por tan-to, en en plena infancia del deportista. Por ejemplo en
el tiempo que disponemos para la intervención y la deportes como la gimna-sia, o el patinaje artístico.
necesidad de alcanzar esos objetivos en un plazo de- Con todo ello, el psicólogo, como hemos dicho, no pue-
terminado de tiempo, dado, que, presumiblemente, no de permanecer ajeno a esta realidad, y por tanto su la-
suele ser suficiente con la “prescripción”, sino que se ha- bor y sus objetivos de trabajo deben de ir encaminados a
ce necesario el “tomar las dosis adecuadas” o, en nues- conseguir el máximo rendimiento deportivo posible de
tro caso, “practicar” esas nuevas formas de dichos deportistas. Ello no quiere decir que se vulnere la
comportamiento de los padres. ética en metodología de formación, ni que se olvide los
En este sentido, no debemos olvidar que, lo que hasta principios de velar por la salud mental del deportista.
aquí hemos mencionado, se centra, de manera funda- En todos los deportistas, sean de la edad que sean, las
mental, en la iniciación de pequeños, de cara a conse- habilidades psicológicas intervinientes en el rendimiento
guir un adecuado clima motivacional (Boixadós y Cruz, son las mismas. La variabilidad de unas u otras depende
2000) que favorezca la modificación de sus hábitos y a más de la modalidad deportiva que de la edad del de-
conseguir que éstos se ajusten a una forma determinada portista. Por tanto, necesitaremos trabajar, igualmente
de comportamiento, sin pretender alcanzar ningún obje- que con adultos: control de activación, habilidades aten-
tivo de rendimiento a corto o medio plazo, lo que nos cionales, motivación, capacidad de afrontamiento, etc.
llevaría a una intervención algo diferente. Por tanto, en este tipo de intervenciones los programas
de trabajo seguirán los mismos parámetros que para los
3.4. Intervención directa de cara a deportistas adultos, con algunas salvedades que nos
conseguir optimizar el rendimiento en niños gus-tarían comentar, fruto de nuestra experiencia en los
Sin embargo existe otra realidad en el deporte con ni- últi-mos veinte años Llames y García (2003).
ños, que en múltiples ocasiones lleva a confusión Quizá un punto de inicio adecuado, sino el más impor-
cuando se habla de “deporte de base o iniciación”. tante, sea cuidar, atender y reconducir de manera ajus-
Nos referi-mos al deporte de rendimiento en edades tada los aspectos motivacionales. Como veremos más
tempranas, y de manera especial en determinadas adelante, los motivos de inicio en la práctica deportiva
modalidades de-portivas, y es que, como comentan mayoritariamente se orientan a la tarea y a factores in-
Torregrosa y Cruz (2006), el deporte de iniciación trínsecos y, habitualmente, en deporte de alto rendimien-
puede servir como base de la carrera deportiva de to, van evolucionando hacía orientaciones más
adultos activos y deportistas de elite. extrínsecas -reconocimiento social y/o recompensa ma-
La exigencia deportiva del club donde se realiza la terial-, lo cual no quiere decir que sea lo deseablemente
práctica marcará, en muchas ocasiones, la propia exi- más idóneo para mejorar el rendimiento.
gencia deportiva que se le hace al deportista –en este En la iniciación deportiva, aún cuando esté orientada
caso, niño- y el psicólogo no puede abstraerse de esa a alto rendimiento, es especialmente importante
realidad. No es lo mismo jugar, por ejemplo en fútbol, en enseñar al deportista a evaluar su evolución en
las categorías inferiores de clubes de primera, e inclu-so función de su pro-pio rendimiento, de la ejecución de
2ª división, es decir, clubes profesionales, que jugar en su tarea, y no del re-sultado de la misma (a excepción
la cantera de un club de regional preferente. Los pri- de aquellos casos en que nos encontramos con
meros deben ser considerados como Centros de Alto problemas manifiestos de eje-cución competitiva).
Rendimiento, y por tanto, su proyecto y su objetivo es Debemos prestar especial atención, por tanto, a sus
formar jugadores profesionales. Ejemplos de estos pro- ejecuciones en entrenamiento y a su propia evolución,
yectos deportivos, podemos encantarlos, por ejemplo, en más que a los resultados de competición. Si bien nos
Llames (1994), Morilla, Pérez, Gamito, Gómez, Sánchez gustaría aclarar que esto no quiere decir, en absoluto,
y Valiente (2003) o Vives y Garcés (2003). que pierda importancia la competición, puesto que el re-

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EUGENIO A. PÉREZ CÓRDOBA Y ROSANA LLAMES LAVANDERA

sultado competitivo es lo que nos da el parámetro de nicas. Por tanto deberemos realizarlas sabiendo que
si el deportista está listo para seguir avanzando hacia no conseguiremos el efecto objetivo esperado, y
el alto rendimiento, o por el contrario debe abandonar deberemos modificar y adaptar el lenguaje, por
esa línea y seguir el itinerario de “deporte-diversión”, ejemplo introdu-ciendo ejemplos –a modo de
“de-porte-actividad física” (Llames, 1999). imágenes mentales- que le faciliten la comprensión
Esto nos lleva, por tanto, a que lo importante y del ejercicio, y el “entrenamien-to” en dichas técnicas.
donde se debe hacer mayor hincapié es en ajustar las A modo de conclusión, en este apartado, podemos
expecta-tivas competitivas con el nivel de rendimiento des-tacar las dos ideas que constituyen el pilar del
real que tiene el deportista. En este sentido, será deporte de rendimiento en categorías inferiores:
básico centrarse en el establecimiento de objetivos ✔ Cuando trabajamos en deporte de élite, y especial-
(con todos los requisi-tos necesarios: a corto, medio y mente en determinados deportes, debemos
largo plazo, realistas, etc.) tanto con el deportista, entender que el deportista, aunque tenga corta
como con los principales agentes implicados en su edad, debe al-canzar rendimientos altos, y por
rendimiento (técnicos y pa-dres). ende, resultados ob-jetivos, y no sólo diversión o
En cuanto al entrenamiento de habilidades psicológi- práctica de actividad física. Y que por tanto,
cas, como se mencionará más adelante, debemos partir ✔ El trabajo del psicólogo es muy similar al
de una buena evaluación. Nuestra experiencia nos lleva desarrolla-do con adultos, con la salvedad de
a valorar como determinante en la evaluación una bue- tener que adap-tar los ejercicios y las técnicas a
na observación y la recogida de información de los utilizar. Esta tarea requiere mucha imaginación por
agentes implicados en el rendimiento, así como las ver- parte del profesio-nal y para ello es fundamental
balizaciones del propio deportista, más que las pruebas una buena formación de base en psicología, así
estandarizadas de lápiz y papel. como en las peculiarida-des de cada deporte.
Y finalmente, cuando iniciamos los programas de
entre-namiento psicológico en lo que más nos 4. MOTIVOS DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA EN
gustaría hacer hincapié es en la necesidad de adaptar EDADES DE INICIACIÓN DEPORTIVA
las técnicas y ejercicios a la edad de cada deportista. Además de los factores que inciden en la iniciación
No podemos aplicar el mismo ejercicio a un deportista de-portiva, no queremos dejar de lado algunos de los
de 16 o 17 años (que podrá ser igual que el de un as-pectos más citados como “motivos” para la
adulto) que a un niño de 5 o 6 años. práctica deportiva en edades de iniciación y motivos
En este sentido, los objetivos de nuestras técnicas y para el abandono de dicha práctica.
nuestros ejercicios deben estar muy claramente diferen- En este sentido, cabría citar, en primer lugar, que
ciados también. En las edades más bajas de la iniciación casi todas las encuestas (v. g. Cantón, Mayor y
(hasta 12 o 14 años -dependiendo de los deportes, y Pallares, 1995 y Guillén, Álvarez, García y Dieppa,
mayormente de la propia madurez del deportista,…-) la 2007) seña-lan la diversión como factor o motivo
aplicación de técnicas de entrenamiento mental estará principal para la práctica. Es decir, que, a menudo, lo
más orientada a que el deportista aprenda la ejecución más importante, es la propia tarea en sí misma, que
de la técnica y se familiarice con la metodología de en- suele ser divertida, has-ta que deja de serlo y se
trenamiento, que a conseguir realmente el efecto que di- produce el abandono de dicha práctica.
cho entrenamiento produciría en un deportista adulto. Tan solo mencionar que, para que esta práctica sea
Por ejemplo, si tomamos un trabajo de entrenamiento en di-vertida es necesario que se adecue a las
control de activación, es casi imposible que un niño de 6 capacidades del sujeto, que sea “fácil” de realizar,
años se relaje haciendo una relajación muscular progresiva aunque suponga un “reto” para los niños, que se
de Jacobson, y en muchas ocasiones incluso que llegue a ponga más énfasis en la actividad que en el propio
distinguir la tensión-distensión de unos mús-culos que aún resultado, en definitiva, que sea una actividad, en sí
no tiene controlados. Y mucho más difícil, aún, que consiga mismo, motivadora, a modo de motivación intrínseca.
ese estado con el entrenamiento autó-geno de Schultz, en En este sentido cabría decir que puede suponer una
su versión original. Sin embargo es importante que se inicie ac-tividad donde se pueden demostrar unas habilidades
en la metodología de dichas téc- que no se pueden demostrar en otros ámbitos académi-

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INICIACIÓN DEPORTIVA

cos obligatorios de esa edad, si bien es cierto que, en un mo sociales, pues afectan al comportamiento aquí y aho-
principio, los niños practican actividad física como modo ra, debiendo trabajar, también, con la descripción de
de diversión, y no como manera de “destacar”, siendo el nuestra propia historia, pues, de alguna forma, nuestra
deporte una actividad de gran importancia social. historia –al menos la descripción que de ésta hacemos-
Este énfasis social en el éxito, hace que los sujetos vayan influye en la elaboración de nuestros objetivos.
diferenciando entre la mera actividad y los resultados de
dicha actividad, produciéndose el abandono, sobre todo, en 5. FUNCIONES DEL PSICÓLOGO EN LA
aquellos que no se perciben con la suficiente capaci-dad o INICIACIÓN DEPORTIVA
eficacia para ganar, empezando a encontrarse mal por Aquí nos basaremos en las competencias que para el
perder, sobre todo si esto empieza a ocurrir más a menudo psicólogo (en general) se proponen desde Europsy
(Cecchini, Méndez y Contreras, 2005) (http://www.europsy.cop.es/index.php?page=compe-
Dado que no todos podemos ganar –de hecho solo tencias) y en las funciones que se formulan desde el Co-
uno puede hacerlo- es por lo que resulta conveniente legio de Psicólogos (COP, 1998) y las explicaremos
empe-zar a valorar la propia actividad en sí misma centrándonos en su aplicación a la iniciación.
pues se puede empezar a ganar en otras cosas, En este sentido, se plantean, como competencias profe-
como, por ejem-plo, en salud. sionales del psicólogo para su posterior aplicación –en
Todo ello nos debe hacer reflexionar que, tal vez, el nuestro caso a la iniciación al deporte-, las siguientes: a.
objetivo de la actividad física deba ir centrándose más Definición de las metas del servicio a realizar.
en la salud que en el rendimiento, al menos para una b. Evaluación psicológica, psicodiagnóstico y peritaje.
amplia mayoría de personas, debiéndose cambiar los c. Desarrollo de productos y servicios a partir de la
objetivos durante el proceso de iniciación de cara a teo-ría y los métodos psicológicos.
con-seguir que haya más sujetos que se mantengan d. Intervención psicológica, prevención, tratamiento y
realizán-dola que sujetos que la abandonen. re-habilitación.
Este objetivo parece claro en sujetos con características e. Evaluación de programas e intervenciones. f.
“especiales”, para los que cada vez se adapta mas la Comunicación y compromiso ético.
actividad física y deportiva (no olvidemos las paralim-piadas
o los special olimpycs), siendo un tema de actual interés la 5.1. Definición de las metas del servicio a realizar
actividad física en personas mayores, personas a las que En primer lugar, el psicólogo debe realizar un buen
hay que “volver a enganchar” o incluso “em-pezar a iniciar” estu-dio de las necesidades, antes de establecer los
en la actividad física. objetivos de su intervención.
Esto ocurre, como vemos pues se pasa de unos Ya hemos mencionado que su trabajo puede realizarse de
motivos puramente intrínsecos (aunque con manera indirecta, a través de otras personas que ro-dean
consecuencias socia-les: ganar amigos, adquirir su actividad, o de manera directa sobre el niño, sin olvidar
habilidades sociales, etc.) a unos motivos más sociales que también podemos trabajar con los objetos y las normas
(exigencias del entrenador/directiva/sociedad), olvidando deportivas, por lo tanto, antes de plantear ningún objetivo,
establecer objetivos más personales de salud y de debemos analizar cómo están las rela-ciones entre estos
establecimiento de hábitos saludables. elementos, y eso solo es posible si nos acercamos a la
Estos objetivos, además de personales, no dejan de situación en sí misma, la observamos y preguntamos,
ser sociales, pues, obviamente, una sociedad sana –en preferiblemente sobre el terreno, a los di-ferentes sujetos
todos los sentidos- debe ser el objetivo de una sociedad que componen la iniciación deportiva.
que aspira a estar en “lo más alto del ranking” (al menos Solo con una adecuada información, a modo de
en cuanto a salud, valga la redundancia). línea base, podremos establece los objetivos de
No queremos extendernos en este apartado, baste con nuestra inter-vención, teniendo en cuenta que no solo
señalar algunos lugares donde pueden revisarse estos debemos plani-ficar los objetivos, sino, también las
motivos más ampliamente (por ejemplo, González, Ta- posibles alternativas de actuación.
bernero y Márquez, 2000), pero si señalar que, además No podemos olvidar que, a menudo, en el campo –más
de las variables que afectan aquí y ahora, hemos de tra- complejo que el laboratorio- no se consigue fácilmente
bajar con los objetivos a establecer, tanto personales co- todos los objetivos previstos, por lo que debemos tener

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una buena dosis de flexibilidad, sin que ello nos un producto elaborado en función del contexto de la
supon-ga renunciar totalmente a nuestros objetivos. in-tervención (valga como ejemplo, el presentado por
Ello nos lleva a plantear la necesidad de saber Sou-sa, Cruz, Torregrosa, Vilches y Viladrich (2006).
programar objetivos por parte del profesional, pues un Dicho producto o servicio debe ser implantado y eva-
adecuado esta-blecimiento de objetivos, adecuados a la luado, de manera continua, de cara a la
situación donde se va a aplicar- puede ser esencial de comprobación de la efectividad del mismo,
cara al éxito de nuestro trabajo profesional (Pérez, 1997) entendiendo que dicha efec-tividad se ha definido
De esta forma, para poder alcanzar esta competencia como un paso de nuestra interven-ción.
se hace necesario un doble conocimiento: de una parte En este sentido, es lícita la utilización de las técnicas
de la propia aplicación de la psicología a la iniciación aprendidas durante la licenciatura –ahora grado-
deportiva, de otra, de la situación en la que vamos a siem-pre que sean adaptadas a la persona y al
aplicar nuestros conocimientos. contexto, en-tendiendo que, en la iniciación deportiva,
el objetivo principal debe ser la formación y el
5.2. Evaluación psicológica, psicodiagnóstico desarrollo de los participantes.
y peritaje Así, nuestra intervención debe ir orientada,
Esta evaluación debe ser tanto del sujeto como del fundamen-talmente, a:
gru-po, y, si fuese necesario, de la propia ✔ Las personas que rodean al sujeto que se inicia en
organización, te-niendo en cuenta que no solo hay el deporte, bien asesorándolos bien formándolos,
que valorar al sujeto, sino, sobre todo, a la persona ✔ los objetos y reglas deportivas, para que se adapten
en esa situación o contex-to de iniciación deportiva. a las características específicas de estas edades, y
En este sentido, cabe citar que ya hace tiempo que ✔ los propios deportistas, de cara a fomentar su
se habla de una psicología del deporte, no una propio desarrollo y aprendizaje, si bien es cierto
psicología del deportista, siendo necesario analizar que éste vendrá favorecido y/o dificultado por el
todas las inte-racciones que se producen en el resto de fac-tores antes descritos.
complejo mundo de la iniciación deportiva, y, todo ello
con una rigurosidad metodológica, entendiendo que la 5.4. Intervención psicológica, prevención,
medición ha de reali-zarse en el propio contexto, lo tratamiento y rehabilitación
que dificulta, a menudo, la rigurosidad. Ya hemos comentado más arriba que la intervención en
No obstante, cabe señalar que ya existen instrumentos la iniciación deportiva suele producirse, de manera fun-
específicos para el deporte, además de los cuestionarios damental mediante la intervención indirecta con los de-
o test generales, existiendo, además de estos aparatos, portistas, o, lo que es lo mismo, mediante la intervención
los recursos de la observación y la entrevista como me- directa sobre la situación (incluyendo personas, objetos
dios para obtener información, sin olvidar, claro está, los y normas), a modo de formación y asesoramiento, si
registros psicofisiológicos, entendiendo que, tal vez, a bien es cierto que, a veces, se debe realizar una
estas edades, no sean tan útiles (si lo serían si la inicia- intervención directa en algunos casos muy específicos.
ción fuese a otras edades o con otros objetivos). Es por ello que casi podríamos decir que más que una
Esta recogida de información es esencial de cara, no intervención –en su sentido curativo y terapéutico- es
solo a la definición de las metas del servicio, sino una intervención con un cariz de prevención, pues debe
tam-bién de cara al desarrollo de los productos y a la bus-carse un enfoque orientado al buen desarrollo de los
propia intervención, entendiendo que debe ser lo más ni-ños en cuanto a su formación como personas –
continua posible, y no debe limitarse al inicio, sino salvando el aspecto al que ya hemos hecho mención de
que debe abarcarse la valoración de todo el proceso la tecnifi-cación- y, por ello, más que un “tratamiento” de
de interven-ción y del resultado final. proble-mas, nuestra intervención debe ir orientada a una
educación como prevención.
5.3. Desarrollo de productos y servicios a partir Ni que decir tiene que, demasiado a menudo, se solici-
de la teoría y los métodos psicológicos ta la presencia del psicólogo para solucionar los proble-
Una vez realizado el adecuado análisis y evaluación, de mas que ya están aconteciendo, muy probablemente por
debe diseñar el servicio a prestar, entendiéndolo como una inadecuada forma de interacción entre los elemen-

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INICIACIÓN DEPORTIVA

tos, pero no debemos olvidar que nuestra labora 5.7. Competencias facilitadoras
mayo-ritaria debe ser la de la educación y la Un último aspecto se propone a la hora de exponer
formación, sin que por ello abandonemos el las competencias que debe tener un psicólogo al apli-
tratamiento y la rehabilita-ción. car sus conocimientos en la iniciación deportiva, y es
De hecho no es la primera vez que se utiliza el deporte el hecho de que existen, además, unas competencias
como medio de educación de personas en contextos so- que pueden facilitarnos nuestra labor como profesio-
ciales. (Cruz, Boixadós, Torregrosa y Mimbrero, 1996) nales.
Por ello, en este ámbito, se hace necesaria una Entre ellas se encuentran:
buena dosis de investigación sobre las variables y ✔ el tener una adecuada estrategia profesional, no
cómo estas afectan al desarrollo y formación de los solo disponer de adecuadas técnicas –que hemos
niños y niñas que empiezan o se inician en la de apli-car con un mínimo de “tacto”;
actividad física y depor-tiva. ✔ el desarrollo profesional continuo, no dejando de
aprender;
5.5. Evaluación de programas e intervenciones ✔ las relaciones profesionales, y sobre todo con el
Ya hemos hecho mención a la importancia de la eva- equi-po multiprofesional;
luación previa y continua, por lo que solo mencionare- ✔ la investigación y el desarrollo, que deben ir
mos que se hace necesaria una evaluación final del unidos a la aplicación;
programa de intervención, entendiendo que hay que ✔ un mínimo de competencias en marketing y ventas,
planificar las medidas que se utilizarán para dicha eva- no solo hay que ser bueno, sino, también, conocido, y
luación y que se deberá analizar ese resultado de cara a es, en este sentido, en el que se conveniente -y ne-
los posibles ajustes y modificaciones que deberán cesario- dar a conocer la calidad de nuestro trabajo; ✔
hacer-se para posteriores intervenciones. algo o mucho de gestión de la responsabilidad profe-
También hay que comprobar hasta qué medida se han sional, ni que decir tiene que es nuestra profesión, y
conseguido los objetivos propuestos y si ha sido útil (o no) de la que pretendemos vivir;
nuestra intervención, no debemos olvidar que, en la medi-da en ✔ con gestión de la práctica, pues no solo hay que
que seamos útiles –y seamos capaces de demostrarlo con sa-ber qué y cómo hacer, sino saber hacerlo, en el
datos- seremos o no nuevamente contratados. mo-mento y lugar oportunos;
Un ejemplo de la evaluación del impacto de los ✔ y con garantía de calidad, pues debemos ser respon-
progra-mas de actividad física nos lo proporciona, por sables de nuestro trabajo, y, si fuese necesario, con-
ejemplo, Valiente, Boixados, Torregrosa, Figueroa, tar con un seguro de responsabilidad;
Rodríguez y Cruz (2001). ✔ no sin olvidar, por último aunque no por ello menos
importante, una buena competencia en autorrefle-
5.6. Comunicación y compromiso ético xión.
El objetivo de la evaluación, como acabamos de mencio-
nar, no es solo la de obtener información para nosotros REFERENCIAS
mismos, sino para comunicarla al cliente, lo que puede Alonso, C., Boixadós, M. y Cruz, J. (1995). Asesora-
servir, además, como retroalimentación, produciendo, a miento a entrenadores de baloncesto: efectos en la
su vez, nuevos cambios en su comportamiento. motivación deportiva de los jugadores. Revista de
En este sentido, se hace necesaria la elaboración Psi-cología del Deporte, 7-8, pp. 135-146.
de in-formes finales que cumplan ese doble objetivo: Boixadós, M. y Cruz, J. (2000): Evaluación del clima
informar al cliente de la consecución de los objetivos motivacional, satisfacción, percepción de habilidad
(o no) e in-formarnos a nosotros mismos de nuestra y actitudes de fair play en futbolistas alevines e
efectividad, sir-viéndonos a nosotros mismo, sobre infanti-les y en sus entrenadores. Apunts,
todo, para posteriores intervenciones. Educación Física y Deportes, 62, pp. 6-13.
Ni que decir tiene que todo este proceso debe estar Boixadós, M., Valiente, L., Mimbrero, J., Torregrosa, M. y
guiado, en todo momento, por un compromiso ético, tal Cruz, J. (1998). Papel de los agentes de socializa-ción
como recomiendan las asociaciones y colegios profesio- en deportistas en edad escolar. Revista de Psico-logía
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EUGENIO A. PÉREZ CÓRDOBA Y ROSANA LLAMES LAVANDERA

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