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Universidad Tecnológica de Honduras

Asignatura:

Historia de Honduras.

Trabajo:

Tarea Nº8

Catedrático:

J. Donadín Álvarez.

Alumna:

Sharon Vanessa Espinoza


201820010377
Consecuencias de las prácticas antidemocráticas y
concentración indebida de poder en la Historia de
Honduras.
1933-1949. La Administración del Doctor y General Tiburcio Carias Andino, fue
conocida como una de las dictaduras militares más temidas que hubo en
Honduras. Siendo Presidente Constitucional de la República desde el 1 de
febrero de 1933 hasta 1 de febrero de 1936, reelecto por la Asamblea Nacional
Constituyente desde el 1 de febrero de 1936 al 1 de enero de 1949.

La administración del Doctor y General Carías se veía destinada a terminar en


un golpe de estado inminente, ya que el Partido Liberal aún en contra de los
deseos del presidente saliente, Doctor Vicente Mejía Colindres, se alzó en una
revuelta, ocasionando que Carías junto con las Fuerzas Armadas a sus órdenes
y nuevos armamentos, que se habían adquirido del gobierno de El Salvador,
aplastó rápidamente.

Todo el primer período de Carías se lo llevó en evitar golpes de estado, así como
el colapso económico del país. Para defenderse de los opositores mejoró el
Ejército, construyó muchas carreteras y, sobre todo, estas revueltas lo
convencieron que el país "no estaba todavía listo para gobernarse libremente" y
en este discurso legitimó su dictadura.

las ideas de Carías iba a la cárcel o lo desaparecían o se iba fuera del país, así
de esa manera muchos hondureños vivieron en el exilio durante los 16 años;
pero vino el gobierno de Juan Manuel Gálvez y cambió totalmente la situación
que imperaba en aquel entonces en cuanto a lo económico, político y social, se
vivieron momentos de sosiego, de paz y trabajo, es decir se vio un cambio radical
entre los gobiernos de Tiburcio Carías y Juan Manuel Gálvez, lamentablemente
Gálvez se escurrió de la situación política y se hizo el enfermo, depositando el
poder en don Julio Lozano Díaz.

La situación económica estuvo de mal en peor durante los años treinta, en


adición al modelo de dependencia económica de la producción de banano. A
esto habrá que sumarle la dramática caída de las exportaciones del banano,
causada por la recesión mundial, brotes epidémicos del banano como el mal

de Panamá y la Sigatoca que hicieron estragos en todas las fincas y que en un


solo año afectó casi todas la producción, las áreas que más sufrieron estos
ataques fueron las fincas ubicadas alrededor de Trujillo, que fueron
abandonadas quedando miles de trabajadores desocupados, para 1937 por lo
menos se había conseguido como controlar estas enfermedades, pero muchas
de las fincas que habían sido abandonadas quedaron sin uso porque el
porcentaje de exportación que Honduras, debió de competir con otros países
bananeros más estables, según los intereses de las bananeras.

Democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del


poder al conjunto de la sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma
de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas
por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que
confieren legitimidad a sus representantes.
Antidemocrático es un término utilizado para referirse a una posición que rechaza
la democracia como la forma más adecuada para tomar decisiones dentro de un
determinado tipo de organización social. Sin embargo, contra lo que muchas
veces se sostiene1 la aceptación de la democracia no ha sido unánime, y en
muchas organizaciones, campos y países, existen grupos y personas que se
oponen a la democracia, sosteniendo que existen mejores formas de tomar
decisiones.
Uno de los claros ejemplos que se ha visto en Honduras a través del tiempo fue
el golpe de estado a Manuel Zelaya en el cual se quería violar la constitución
de la república con prácticas antidemocráticas ya abuso de poder por parte de
un grupo de personas, las cuales no llevaron el orden y estructura correctas
para hacer dichas propuestas.
Por lo general, los presidentes producto de la reforma se caracterizan por poner
primero sus intereses personales por encima de todo y a costa del bien común,
presentándolos como la solución a los problemas del país, en esta medida
justificaron el tiempo que debieran permanecer en el poder, por el carácter
mesiánico con que se presentaban ante sus gobernados, aunque en realidad
eran incapaces de dominar los acontecimientos que se producían en su entorno,
por lo que se volvían un mero observador en espera de que se solucionaran por
sí mismos. El carácter terrateniente de estos gobernantes se nota en el hecho
de que se comportaban como mandamases en la gran hacienda de Honduras.
Por si fuera poco, la reforma se presentó ante Honduras como un régimen de
orden y todo lo que hubiera existido antes era la anarquía y, en consecuencia,
enemiga de la reforma. Los esquemas educativos interiorizaron esta condición
provocando que el ciudadano en formación viera las cosas desde el punto de
vista antagónico para resolver problemas; de allí la facilidad de que el hondureño
posteriormente sólo identificará a quienes están a favor y si no está a favor está
en contra, creando, aparte de un antagonista intelectual, un enemigo en aquellos
que no ven las cosas de la misma manera.
El sistema educativo era básico para tener derecho al voto (lo que se llama voto
selectivo), nadie que no hubiera cursado la educación primaria podía votar, pero
lamentablemente fue el vehículo por el cual el ciudadano, producto de la Reforma
Liberal, también quedó inconcluso: ese ciudadano que Honduras necesitaba
quedó limitado a un universo de amigos y enemigos por conveniencia, podían
pelear juntos en una montonera, pero a la siguiente podían pelear uno contra el
otro y así sucesivamente.

Lo más grave es que no se produjo un ciudadano con sentimiento nacional y


dignidad propia, sino un ciudadano con doble moral y personalidad pragmática,
que desestima los valores religiosos en política, ya que, lo que es moralmente
incorrecto en religión no necesariamente debe serlo en política; la moral a nivel
familiar poco o nada tiene que ver con las relaciones sociales, ambas se plantean
con sus propias normas morales, por lo que no le interesa ser honesto, solidario
o justo.
Para intentar reparar esta deficiencia, los liberales reformadores (que estaban
más preocupados en el liberalismo teórico y no práctico) intentaron eliminar los
localismos a través de una agresiva campaña que promoviera un discurso
nacional que rondó entre el unionismo y la necesidad de la nación. A juicio del
antropólogo Óscar Rápalo, “se inicia así una agresiva reconstrucción del pasado,
una historia oficial por medio de varios personajes destacados y su conversión
en héroes y próceres”.

De esta manera, una serie de personajes emparentados se maquillan en una


idea confusa de creadores de una nación, erigiendo con ello un contexto erróneo
de la realidad histórica. Los seleccionados: José Cecilio Díaz del Valle, Dionisio
de la Trinidad de Herrera Díaz del Valle, Francisco Morazán, José Trinidad
Cabañas y José Sahagún de la Trinidad Reyes.
Estatuas de ellos se develaron en los principales parques de Tegucigalpa en
1882. Se institucionalizó un culto secular a estos próceres, lo que los convierte
en referentes simbólicos de la nacionalidad y el ciudadano hondureño; esto por
medio de los libros de texto escolares y los llamados rituales educativos como
desfiles, actos cívicos y otros. Hay que recordar que, según Aguado y Portal,
“estos rituales escolares son elementos importantes en el proceso de
socialización del niño, ya que recrean valores sociales y norman la conducta
individual y colectiva y, sobre todo, son un medio creador de identidades
sociales”.
De esta manera, los reformadores excluyeron de la elaboración de la identidad
nacional de manera casi completa las raíces indígenas y negras de nacionalidad,
consolidándola por medio de una historia que jerarquizó y valorizó lo mestizo
sobre los dos anteriores. Parte de una enmienda al error puede verse más
adelante en la historia en tres hechos tangibles: uno, la mayanización
de Honduras, muy comentada por Darío Euraque, quien afirma que “esta visión
se reforzó a partir de los años 50, ya que los intelectuales hondureños se afiliaron
a la teoría formulada por el nuncio apostólico Federico Lunardi, según la cual
toda Honduras era de origen maya, borrando de esta manera de la historia oficial
a los demás grupos indígenas y negando la presencia negra-garífuna existente
en el país…”.
La historia de Honduras desde 1883-1932 está marcada por las constantes
revueltas de diferentes sectores que querían hacerse del poder, en cuanto lo
político y social, en septiembre de 1891 era necesario ir a elecciones para buscar
el sustituto de Bográn, ganó las elecciones Ponciano Leiva sin embrago
Policarpo consideró que hubo fraude y decidió no aceptar los resultados por lo
que inició una serie de acciones bélicas para impedir que Leiva asumiera el
poder.
Las prácticas antidemocráticas y de concentración indebida de poder en los
últimos años, por encima de todo miramiento y respeto a la Constitución de la
República de Honduras, plantean a la ciudadanía crítica y al pueblo en general,
el desafío de encarar una dictadura encubierta que se expresa a través del abuso
legislativo en la intervención ilegal en la Corte Suprema de Justicia, así como el
nombramiento irregular de los fiscales generales del Ministerio Publico, etc., etc.
Y viene más. Una idea genial complementaria hacía falta: “los guardianes de la
patria” o “escorpiones de la trincheras”, lanzado como programa por el propio
jefe de jefes desde el Ejecutivo con el apoyo material de las FF AA, dirigida a
niños y para “inculcar valores morales y amor a la patria”, pero que nos recuerda,
en otros tonos y garabatos fascistoides, el mismo adoctrinamiento sutil y la
retórica utilizada por Tiburcio Carías y que es congruente con la consigna de un
“haré lo que tenga que hacer”, para controlar el poder por largo rato, en perjuicio
de la democracia que decimos tener.

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