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Los burgueses tanto en Asia como en Europa, fueron los impulsores de la actividad económica de
este periodo, ya sea como productores o comerciantes a lo largo de la Ruta de la Seda y la de las
especias, que atravesaban el continente asiático, o en los puertos del Mediterráneo y las ciudades
donde se celebraban las ferias en Europa. Los comerciantes habían establecido estas rutas desde
siglos atrás, como la familia Polo, de Venecia, y para el siglo XV eran las redes más importantes
del comercio intercontinental. La red de caminos que integraban la Ruta de la Seda tenía como
punto de llegada China, principal productora de este material. No obstante, las caravanas de
comerciantes que hacían estos recorridos terrestres en caballos y dromedarios adquirían productos
diversos en su recorrido, como piedras y metales preciosos, telas de lana o lino, ámbar, marfil, laca,
especias, vidrio y coral, entre otros.
En la ruta de las Especias, los comerciantes compraban canela, pimienta, nuez moscada y clavo -
procedentes de Ceilán, Sumatra y las islas de los alrededores-, especias que viajaban por tierra y
por mar, pues llegaban a Europa tras ser embarcadas en las costas de India para atravesar el Golfo
Pérsico y de ahí ser trasladadas a Alejandría o Constantinopla, ciudades desde las que se
distribuían las mercancías asiáticas por el continente europeo. Éstos fueron los recorridos que
realizaron el papel, la pólvora, la brújula y los conocimientos científicos generados por las
sociedades asiáticas.
A lo largo de estas rutas surgieron importantes ciudades dedicadas al comercio, ya sea como
productoras o como distribuidoras de mercancías. La mayor parte de ellas estaban pobladas o
dominadas por pueblos seguidores del islam, cuyos comerciantes establecieron relaciones
comerciales con los cristianos europeos del Mediterráneo, principalmente con los venecianos,
quienes compraban con oro y plata sus mercancías. Debido al gran número de comerciantes que
participaban en estos largos recorridos, los precios de los productos se iban encareciendo en cada
transacción, por lo que los europeos debían pagar importantes sumas de dinero por tenerlos. Con
el tiempo, las diferencias culturales y económicas, así como el control de los imperios musulmanes
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de estas antiguas rutas, acabaron por generar tensiones en las relaciones comerciales entre estos
continentes.
Como has de saber, el imperio Otomano llegó a Constantinopla en 1453 y tomo la capital del Imperio
Bizantino, el cual tuvo consecuencias: una parte de sus habitantes emigraron a Europa y llevaron
con ellos tanto sus conocimientos como obras de griegos, romanos e incluso de árabes que habían
estudiado, dando paso a una corriente llamada humanismo. El avance de los otomanos dio lugar a
una frontera de carácter religioso entre Asia y Europa, pues se marcó una división entre cristianos
y musulmanes. Por otro lado, la actividad comercial se modificó con el control de los musulmanes
sobre una ciudad ubicada estratégicamente como paso entre ambos continentes (mapa I.I). Esto
obligó a los comerciantes de las ciudades europeas, principalmente las italianas, a establecer
nuevas negociaciones con los otomanos para continuar teniendo acceso a los productos asiáticos,
pero una consecuencia fue el encarecimiento de los productos.
Responde en tu libreta:
1.- ¿Cuáles eran las dos rutas de comercio?
2.- ¿Qué tipo de artículos eran necesarios para los europeos durante esta época?
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RENOVACIÓN CULTURAL EN EUROPA
El humanismo y sus expresiones filosóficas, literarias y políticas
Durante el periodo histórico conocido como Renacimiento (S. XV a XVII), se dio una progresiva
ruptura con la Edad Media europea en todos los ámbitos. Como recordaras, en el periodo medieval,
la religión ocupó un lugar preponderante en la cultura europea. Los artistas e intelectuales de este
periodo tuvieron como interés central con Dios y la preocupación de las personas por lo que le
sucedería después de morir. En el renacimiento esto quedo atrás, pues la atención se volcó en el
ser humano, y en lo que era capaz de ser y hacer durante su vida. Así surgió el antropocentrismo,
es decir, una corriente de pensamiento que exaltó, admiró e hizo el foco de atención al ser humano.
Con esta nueva mirada, la cultura grecorromana ejerció una influencia significativa, pues una de
sus características fue el interés por reflexionar y conocer las posibilidades de desarrollo del hombre
como ser político, como ser con capacidad de razonar, de generar conocimiento y de sentir placer.
Por esta razón los humanistas estaban convencidos de que el estudio era el medio ideal para
liberarse de la ignorancia sobre lo humano que había prevalecido durante la Edad Media.
El humanismo se originó en ciudades italianas como Venecia, Génova y Florencia, es decir, en las
ciudades donde la actividad comercial y la vida urbana eran mucho más dinámicas que en el resto
de Europa. Comenzaron a surgir hombres que compartieron sus inquietudes inspirados en los
griegos y romanos olvidados durante siglos en las bibliotecas de monasterios y universidades. De
hecho, fueron los árabes, quienes habían guardado ejemplares de estas culturas antiguas y fueron
ellos quienes los acercaron a los europeos y en otras fueron los cristianos quienes los pusieron a
su disposición tras el avance del Imperio Otomano.
La lectura de los clásicos griegos y romanos hicieron que los europeos buscaran respuestas en los
textos de Aristóteles, Platón, Galeno y Cicerón, sobre fenómenos físicos, astronómicos, políticos,
médicos e incluso tan humanos como la felicidad. La curiosidad por entender lo humano, convirtió
la capacidad de razonar y de analizar en protagonista en este periodo. Mediante esta capacidad se
intentó dar respuesta a la diversidad de problemas y situaciones que se vivían en el periodo en los
ámbitos cultural, político, económico y social. Nicolás Maquiavelo, por ejemplo, escribió “El
Príncipe”, donde plasma la vida política y la manera en que debía ejercer el poder un gobernante,
con lo que pretendía solucionar los problemas políticos de la ciudad de Florencia. Otro fue el inglés
Tomás Moro, quien escribió “Utopía”, describiendo en ella una sociedad ideal, justa e igualitaria,
cuyo funcionamiento tenía como base principios racionales que eliminaban los problemas que él
veía cotidianamente. Ambos escribieron con la seguridad de que los seres humanos podían
controlar su destino y esperaban que sus obras se convirtieran en realidad. Aunque muchos
europeos siguieron con sus creencias, el humanismo logro tener centros por toda Europa.
El afán de saber, se vio beneficiado con la impulsión de la imprenta. En china se creo la imprenta y
el papel, pero fue en este siglo XV que tuvo un desarrollo importante en Europa. Gracias a los
árabes que intercambiaron conocimiento, los europeos aprendieron a fabricar el papel y adaptaron
la imprenta china a sus necesidades. Las primeras imprentas eran costosas y se hacían planchas
especiales para cada libro a publicar que estas planchas ya no podían utilizarse para otro libro; por
lo que fue el alemán Johannes Gutenberg quien logró crear la imprenta de tipos móviles de acero
en 1456, esta contaba con moldes de letras que se acomodaban en una caja de madera para formar
las palabras de todo un texto y podría utilizarse cuantas veces fuera necesario. El primer libro que
imprimió fue la Biblia. Se imprimieron copias de textos diversos, hojas informativas sobre noticias
de interés hasta libros completos. Muy pronto en toda Europa se organizaban lecturas en voz alta,
lo que permitió que más personas conocieran los pensamientos de otros, supieran lo que sucedía
en otros lugares o estuvieran al tanto de los avances en el conocimiento del mundo y del ser
humano. Como vemos las obras de los griegos y romanos alimentaban al humanismo, pero la
imprenta imprimía obras diversas, por lo que los que creían en su fe y vivir de acuerdo a la iglesia
aún lo podían hacer.
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Responde en tu libreta:
¿Qué obras fueron de estos dos grandes pensadores: Nicolás Maquiavelo y Tomás Moro?
¿Quién reinvento la imprenta y que libro fue el primero en publicarse?
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EXPEDICIONES MARÍTIMAS Y CONQUISTAS
AFRICA, INDIA, INDONESIA Y AMÉRICA
Los habitantes de la península ibérica fueron los primeros en idear nuevas rutas para llegar a Asia
aprovechando su ubicación geográfica, los conocimientos sobre la navegación, la creación de
embarcaciones, la mejora de instrumentos para navegar, así como los avances en la cartografía que
se habían acumulado para finales del siglo XV. Los portugueses fueron los primeros en aventurarse
en la exploración del océano Atlántico, poco conocido en esos años y del que se contaban leyendas
sobre monstruos y mares intransitables. Pese a esto, Enrique el Navegante, hijo del rey portugués,
creó la Escuela de Navegación de Sagres. Su decisión fue crear una nueva ruta a Asia rodeando
África. Como desconocían las dimensiones del continente africano, realizaron viajes en los cuales
iban estableciendo bases en las costas de África para descansar, reparar las naves y reabastecer
mediante el intercambio comercial con los pueblos costeros africanos. A estas bases se les llamó
factorías. Tardaron años en rodear el continente. Los españoles se incorporaron tiempo después a
las exploraciones, y como los portugueses ya estaban explorando África, decidieron arriesgarse y
crear una ruta más directa: cruzar el Océano Atlántico para llegar a Asia. La expedición de Cristóbal
Colón de 1492 fue la primera y la de mayor importancia por sus consecuencias. El viaje de Colón
agrego un nuevo continente y culturas diferentes a las europeas. La monarquía española conquistó
y colonizó la mayor parte del continente, y fundó dos virreinatos: el de Nueva España y el de Perú.
Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano lograron circunnavegar por primera vez la Tierra
mientras Hernán Cortés conquistaba México-Tenochtitlan. Magallanes y Elcano lograron atravesar
el continente americano y llegar a las Filipinas, donde establecieron una colonia en 1571, desde
donde llegaron a Asia. Después del descubrimiento de América, los portugueses financiaron una
expedición que los llevo a Brasil, donde establecieron factorías para el comercio del palo, árbol del
cual se obtenía un tinte rojo para las telas. En cambio, la colonización española continuo por el caribe,
donde fundaron colonias extensas, con diversidad de riquezas, por lo que se hizo la monarquía más
poderosa de este periodo.
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Debido a que, durante la conquista y los primeros años de colonización, las enfermedades causaron
la muerte de millones de indígenas, pronto fue necesaria la compra y traslado de esclavos africanos
como fuerza de trabajo. En las colonias inglesas, el proceso fue distinto. En América del norte
llegaron colonos, no conquistadores, es decir, hombres y mujeres que buscaban un lugar para vivir,
en el cual establecer sus leyes y profesar libremente su religión. Aunque la mayoría provenía de
Inglaterra, también hubo colonos de otras naciones, principalmente de aquellas donde los procesos
de Reforma y Contrarreforma habían causado enfrentamientos y dividido a su población. Estos
colonos no buscaron en los pobladores originarios que eran nómadas y seminómadas fuerza de
trabajo, su lucha con estos pueblos nativos fue por la posesión de las tierras. El resultado fue que
los pueblos indígenas del norte se fueran hacia el oeste, fueran exterminados o confinados a
territorios denominados reservas indias. Con el tiempo, el desarrollo de las colonias inglesas requirió
de mano de obra, lo que dio lugar a la compra de esclavos africanos, sobre todo en el siglo XVIII.
Aunque franceses y holandeses también fundaron colonias en varias partes del mundo, sus
migraciones fueron menores. Los franceses se establecieron en parte del territorio actual de Canadá,
en islas del Caribe y en la Costa de Sudamérica. Los holandeses también fundaron una colonia en
el norte sudamericano, pero ellos se interesaron más por establecer centros comerciales en Asia,
particularmente en Indonesia, y desde allí crearon un verdadero imperio comercial a partir del siglo
XVII.
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Con el establecimiento de las colonias europeas alrededor del mundo, el comercio se diversifico. Los
productos asiáticos mantuvieron su demanda, pero se sumó los productos de las colonias, entre ellos
el oro y la plata americanas. En Brasil los portugueses descubrieron yacimientos de estos metales,
y en la Nueva España y Perú, los españoles explotaron, las minas de plata. Este metal significo para
la monarquía española un aumento de su riqueza durante el siglo XVI. Sin embargo, para la siguiente
centuria gran parte de la plata americana fue utilizada para pagar préstamos, financiar guerras en
Europa y comprar artículos de lujo, por lo que los más beneficiados fueron los comerciantes y
banqueros europeos. La explotación de las minas americanas fue trabajo de esclavos africanos, a
cuya comercialización se sumaron los holandeses. Gran parte de estos hombres fueron trasladados
a Brasil, Nueva España y Perú. Algunos colonos tuvieron esclavos como personal de servicio en sus
casas. Esto provocó que se intensificará el tráfico de esclavos durante los siglos XVII y XVIII, cuando
las colonias inglesas requerían mano de obra para sus plantíos de algodón y de tabaco. El trafico de
esclavos generaba grandes ganancias, por lo que los comerciantes crearon embarcaciones
especiales para trasladarlos, a fin de que entraran la mayor cantidad posible de personas, pero las
malas condiciones del viaje, algunos morían en el trayecto, esta actividad perduro hasta la mitad del
siglo XIX. Con estos esclavos viajaron creencias, costumbres, conocimientos y diversas especies de
animales y plantas (cuadro 1.1). Del mismo modo, desde América fueron llevados al resto del mundo
jitomate, maíz, papa, aguacate, tabaco y cacao. Por supuesto, los ansiados productos asiáticos le
dieron la vuelta al mundo, ya que también encontraron un mercado en el nuevo mundo.
Actividad: elabora una lista de los países colonizadores y las colonias, así como de las actividades y
productos que se intercambiaron en el mundo de esta época.
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LAS NUEVAS IDEAS: LA ILUSTRACIÓN Y LA ENCICLOPEDIA
A principios del siglo XVIII surgió en Francia un movimiento filosófico y cultural conocido como la
Ilustración. Este movimiento tenía como objetivo declarado elevar la razón y la libertad por encima
de las tinieblas y el fanatismo. Los pensadores ilustrados consideraban que la humanidad debía
explicarse a sí misma y al mundo que la rodeaba a través del uso sistemático de la razón, y no
mediante los dogmas de la religión. No negaban la existencia de Dios, pero aseguraban que no
intervenía en la vida de los seres humanos. Para ellos la iglesia católica fomentaba el fanatismo,
pues sus enseñanzas llevaban a que las personas no utilizaran la razón. De ahí que elevaran al
conocimiento y a la educación como los únicos vehículos para lograr la redención de la humanidad.
Con este afán se inició en 1751 la edición de la Enciclopedia, constituida por 17 volúmenes, cuya
publicación concluyó 21 años después, en 1772. En ella se reunía el conocimiento creado por la
humanidad hasta ese momento en todos los ámbitos. Se incluían diversos temas como el arte, la
física, la historia y los oficios, pero también criticaba a la sociedad de su tiempo. Los ilustrados creían
en el derecho a la libertad de pensamiento y de opinión, así como en la necesidad de moderar el
poder del monarca, pues éste debía velar, antes que nada, por el bienestar del pueblo, como un
padre vela por sus hijos. En este extremo se encontraba Jean-Jacques Rousseau, quien en su libro
“El Contrato Social”, aseguraba que la soberanía del rey no provenía de Dios, sino del pueblo.
Apelando así a la creación de una república y al reconocimiento de la igualdad civil.
EL DESPOTISMO ILUSTRADO
Durante la primera mitad del siglo XVIII, los pensadores ilustrados fueron perseguidos por el Estado
y la Iglesia, pues sus obras expresaban una crítica al orden social existente. Sin embargo, muchos
monarcas europeos vieron en las ideas de la Ilustración la forma de consolidad su poder absoluto.
Varios pensadores estuvieron al servicio de algún monarca. Así fue en los casos de Voltaire y
Montesquieu, quienes tenían un lugar de honor en la corte de Catalina II de Rusia y de Federico II
de Prusia. En el ámbito político, la razón y el conocimiento se tradujo en la búsqueda de una mejor
administración de los reinos, el impulso de la educación de los súbditos, así como a la difusión de
los avances científicos y tecnológicos. A la transformación del absolutismo a partir de las ideas de la
Ilustración se le conoce como despotismo ilustrado, el cual se caracteriza por:
• El trazado de una nueva división territorial que facilitara la recaudación de impuestos.
• La formación de funcionarios especializados en diversos ramos del gobierno que respondían
únicamente ante el monarca, con el objetivo de centralizar aún más el poder.
• La creación de numerosos centros educativos, academias y universidades, que impulsaron la
creación y la difusión del conocimiento.
• La modernización del campo y la ciudad a partir de la construcción de canales, caminos y
avenidas, así como el establecimiento del alumbrado público.
Sin embargo, los déspotas ilustrados como Federico II de Prusia, Luis XV de Francia y Carlos II de
España, sostuvieron un régimen de privilegios, restringieron las libertades políticas y mantuvieron un
numeroso ejército para hacer la guerra a sus vecinos y para controlar a sus súbditos.
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CONSECUENCIAS DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA EN
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La Revolución francesa fue el cambio político más importante
que se produjo en Europa, a finales del siglo XVIII, que sirvió
de ejemplo para otros países, en donde se desataron
conflictos sociales similares en contra de un régimen
anacrónico y opresor, como era la monarquía. Esta revolución
significó el triunfo de un pueblo pobre, oprimido y cansado de
las injusticias, sobre los privilegios de la nobleza feudal y del
estado absolutista, trajo la democracia a Francia y un nuevo
orden social, pero a un precio muy alto. Fue la revolución más
grande y sangrienta de toda Europa.
La revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio
luz a un nuevo régimen donde la burguesía y las masas
populares, se convirtieron en la fuerza política dominante del
país. La revolución francesa influyo entonces, en países de
América Latina por las ideas liberales que surgieron y guiaron
a varios líderes de México y otros países por lograr su
independencia. Algunas repercusiones son las siguientes:
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LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y CONDICIONES LABORALES Y DE VIDA DE LA CLASE
TRABAJADORA
La Revolución Industrial fue la culminación de un lento proceso que venía generándose desde varios
siglos antes y que, a raíz de los cambios científicos, técnicos, económicos y sociales de finales del
siglo XVIII, tuvo una fuerte aceleración que alcanzó dimensiones revolucionarias. Estos cambios no
se produjeron al mismo tiempo en todos los países, por ello, el proceso de industrialización se puede
dividir en dos etapas: la primera iniciada en Inglaterra y extendida desde ahí a los países europeos
y Estados Unidos entre 1760 y 1860, se caracterizó por las innovaciones técnicas que llevaron al uso
del carbón y del vapor como fuerza motriz, esto fue determinante pues se aplicó a todo tipo de
máquinas fabriles, ejemplo: telares, molinos y minas, posteriormente al transporte, como el ferrocarril
y el barco de vapor. La actividad industrial experimentó cambios importantes. El método tradicional
de fabricar productos empezó a romperse, ya que la burguesía intervino con la finalidad de obtener
una mayor cantidad de productos para vender en mercados muy alejados de su lugar de fabricación.
Así los pequeños talleres fueron sustituidos por fábricas.
Con la Revolución Industrial, al igual que se modificaron los procesos de la actividad económica,
también propició un cambio importante en la estructura de la sociedad ya que la igualdad se quedo
en teoría; grandes diferencias de fortuna, poder y cultura siguieron separando a los hombres. Los
protagonistas ahora son las clases medias, que abarca tres grupos: el primero eran los que poseían
riquezas como banqueros, comerciantes, industriales, esta riqueza les proporcionaba poder y
derechos políticos. El segundo ligado a la posesión de la cultura: intelectuales, profesionales,
hombres de ciencia y cultura quienes recibían trato especial; y por último el grupo formado por
militares y altos funcionarios. Mientras que en una situación inferior quedan los obreros y
campesinos, que sólo tienen la posibilidad de elevar su condición social, valiéndose de su capacidad
personal. El principio de igualdad originó tensiones y problemas de la nueva sociedad. El sistema
estaba basado en la competencia y en la forma de vender más barato, por lo que se requirió mano
de obra más barata. De esta manera surge el trabajo de mujeres y de niños; aunado a esto la
concentración de personas en las ciudades generó condiciones pésimas de viviendas y trabajo. Los
obreros vivían en barrios miserables, sucios, carentes de higiene, en suburbios cerca a las fábricas,
en donde muchos trabajaban en condiciones infrahumanas de 12 a 14 horas, sin ningún tipo de
seguridad y con salarios míseros, todo esto debido al desplazamiento de la población rural a los
centros urbanos.
EL NACIONALISMO
En forma lenta y gradual, el proceso del nacionalismo en los países europeos se fue consolidando
hasta convertirse en un importante elemento de cohesión social y en principio de la legitimidad del
orden político hacia la segunda mitad del siglo XIX. Este nacionalismo como en los casos de Grecia,
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Polonia, Hungría e Italia, estuvo asociado a las exigencias de libertades constitucionales y civiles, e
independencia política. Después de las revoluciones de 1848, el nacionalismo se fue impregnando
de valores históricos, culturales y tradiciones; se fundamentó en las diferencias culturales, como la
lengua, la etnia, la religión, la identidad nacional. El resultado fue la generalización del nacionalismo
entre grupos que por razones culturales o étnicas se consideraban así mismo como una nación, con
el derecho a la autonomía y a formar un Estado independiente en el territorio que ocupaban. Lo
anterior reforzó a los Estados ya constituidos e inspiró a otros a llevar a cabo procesos de unificación
nacional como fueron los casos de Alemania e Italia. Esto inspiro movimientos nacionalistas de
minorías como croatas, serbios, húngaros, rumanos, búlgaros, checos, polacos, eslovacos,
ucranianos, armenios, estonios y lituanos, que vivían dentro de los imperios Austro-Húngaro, Rusia
y Otomano, en la conocida zona de los Balcanes, en el centro y este de Europa. Al paso del tiempo
este nacionalismo intolerante intensificó las ideas de superioridad racial y expansión militar. Esto
provocó políticas autoritarias por parte de los gobiernos, así como movimientos separatistas por parte
de las minorías hasta el final de la Primera Guerra Mundial.
LA PAZ ARMADA
La paz armada se refiere al periodo de finales del siglo XIX hasta 1914, en especial desde la muerte
de Bismark y hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial. Trata sobre el incremento de las fricciones
entre las distintas potencias imperialistas. Dicha situación orilló a los países a establecer alianzas
políticas y militares y acumular armamento. Así, a finales del siglo XIX, las potencias establecieron
una serie de alianzas para protegerse en el aspecto militar y económico. La primera de ellas se dio
entre Rusia, Austria-Hungría y Alemania, y se conoció como la Liga de los Tres Emperadores. Sin
embargo, llegó prontamente a su fin, debido a las rivalidades entre las dos primeras por sus intereses
en la zona de los Balcanes. Francia e Inglaterra habían entablado una relación algo cercana, como
consecuencia a sus posesiones en África. Los intereses italianos en dichos territorios chocaban con
los de estas potencias, por lo que buscaron el apoyo alemán. De ahí, surgió lo que se conoció como
la Triple Alianza entre Austria, Alemania e Italia (1882). Durante el primer lustro del siglo XX, el
choque entre estas y las otras naciones se hizo evidente en el territorio de Marruecos, tanto en 1905
como en 1911, denominadas primera y segunda crisis marroquíes. Ante los problemas y las
ambiciones de la Triple Alianza, Francia, Rusia e Inglaterra decidieron firmar un acuerdo, dando
origen a la Triple Entente. A partir de ese momento, los bandos quedarían establecidos y
desarrollarían más vínculos y compromisos, por lo que cualquier conflicto podría extenderse a todo
el territorio europeo.
La siguiente tabla resume los sucesos más importantes en la Primera Guerra Mundial. No
olvides que en ella también participaron; Serbia, Bélgica, Japón, Turquía, Portugal, Bulgaria,
Grecia y Rumania.
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Consecuencias de la guerra:
• El descenso de la población mundial por las numerosas muertes.
• La existencia de mutilados de guerra que sorprendió al mundo.
• El declive de Europa y el ascenso de Estados Unidos de América y Japón en los mercados
internacionales.
• El reforzamiento de los nacionalismos en las colonias.
• La incorporación de las mujeres en el trabajo industrial.
• La aparición del primer país socialista, la Unión Soviética y el temor de su expansión por el
resto de mundo.
• La desaparición de los imperios austro-húngaro, ruso y turco.
• La creación de estados multinacionales para llenar los vacíos dejados por los imperios de
Yugoslavia y Checoslovaquia.
• El mundo vio por primera vez el alcance de una guerra industrial, lo que hizo desaparecer el
romanticismo decimonónico.
• El intento de crear un organismo, la Liga de Naciones, que arbitrara las relaciones
internacionales, entre otros.
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EL MUNDO ENTRE 1920 Y 1960: ENTRE LAS GRANDES GUERRAS: SOCIALISMO,
NACIONAL SOCIALISMO Y FASCISMO.
Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial, surgió la desconfianza hacia los valores e
instituciones democráticas y liberales. Muchos países europeos concibieron que la
democracia, el capitalismo y el liberalismo hubieran fallado y por tal motivo consideraron que
era necesario buscar alternativas de gobierno, así como de organización social que ofrecieran
vivir bien y sobre todo en paz. Para gran parte de algunos países, el modo a seguir fue el
comunismo, para otros el nacionalismo, y para otros más, el fascismo.
Los orígenes del socialismo se remontaban al siglo XIX, cuando Karl Marx y Friedrich Engels
dieron a conocer la teoría de la lucha de clases para criticar la desigualdad que existía en las
dictaduras de la burguesía. De acuerdo en el socialismo de Marx, las sociedades
evolucionarían de tal manera que la dictadura de la burguesía sería sustituida por la dictadura
del proletariado. En este nuevo régimen político y económico, las diferencias entre pobres y
ricos desaparecerían, ya que la riqueza estaría distribuida de manera más justa y equitativa
que en las sociedades capitalistas. El socialismo proponía eliminar la propiedad privada y la
economía de mercado. El control de los medios de producción tendría que estar en manos de
los trabajadores para lograr construir una sociedad sin clases, en la que todos los seres
humanos fueran iguales. El estado tendría la función de regular las actividades económicas y
lograr la justa distribución de la riqueza. A partir de la segunda mitad del siglo XIX, muchos
obreros y trabajadores se adhirieron a partidos socialistas y comunistas en Europa y América.
Sin embargo, no fue sino hasta 1920 cuando la Revolución rusa logró instaurar el primer
régimen socialista de la historia para dar origen a la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas. Muchos trabajadores y obreros de otras naciones vieron con gusto y esperanza el
nacimiento de la Unión Soviética. Al mismo tiempo, otros sectores sociales experimentaron
gran preocupación ante la amenaza de que en sus propias naciones se instauraran este
régimen. De esta manera, en Italia y en Alemania aparecieron otras opciones de organización
política y económica, conocidas como nazismo y fascismo. El fascismo nació en Italia como
un movimiento político y social. Al terminar la Primera Guerra Mundial, Benito Mussolini fundó
el Partido Fasci Italiani di Combattimento (Partido Haces Italianos de Combate) para ofrecer
la tercera vía política alterna a las democracias liberales y al socialismo. De acuerdo con las
ideas fascistas, el Estado debía ser un órgano todopoderoso que ejerciera su autoridad
mediante la violencia y la represión. En aquel régimen, sólo podía existir un partido político.
Su líder, Benito Mussolini, llamado II Duce, debía ser, también, el jefe del Estado. En 1925,
Mussolini tomó el poder e instauró un régimen dictatorial en el que ejerció el poder absoluto.
Mussolini propuso recuperar la grandeza del pueblo italiano, así como la antigua gloria del
Imperio romano. Mussolini insistió en la necesidad de promover el amor a la historia nacional,
así como la defensa de las costumbres y las tradiciones italianas. El Estado fascista dio mayor
importancia a la nación que al individuo, fomentó el centralismo en detrimento de las regiones
y se sustentó en aplicar una política militarista y represiva. El fascismo también fomentó el
miedo colectivo, así como exaltó los valores y símbolos nacionalistas. Al defender la gloria del
pueblo italiano, el fascismo apoyó igualmente la expansión de Italia sobre otros territorios.
Mientras el fascismo proliferaba en Italia, en Alemania surgía otra doctrina ideológica y política,
conocida como nazismo. Los tratados de paz de la Primera Guerra Mundial impusieron
condiciones muy difíciles para el pueblo alemán. Esta nación europea fue obligada a ceder su
territorio, a entregar parte de su armamento, reducir su ejército y renunciar a sus colonias.
Muchos alemanes se sintieron humillados y resentidos frente a esta situación. Por otro lado,
la guerra generó desempleo y desigualdad en la sociedad germana. En 1918 se instauró la
República Democrática de Weimar; este régimen no pudo hacer frente a la pobreza ni al
malestar social. En ese contexto, en 1920 Adolf Hitler fundó el Partido Nacional Socialista, que
ofreció una alternativa política diferente al comunismo y al liberalismo. El partido nazi defendió
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ideas ultranacionalistas, racistas e intolerantes. De acuerdo con Hitler, Alemania debía
recuperar su dignidad histórica y su espacio vital. El Führer (líder o guía), como se hizo llamar
a este dirigente, habló de la superioridad racial del pueblo ario, del que descendían todos los
germanos puros. Hitler culpó a comunistas, sindicalista y especialmente a los judíos de la
crisis económica por la que pasaba Alemania. Además, habló de la inferioridad racial de estos
últimos, lo mismo que de los gitanos, los negros, los enfermos mentales y los minusválidos.
Desde su fundación, el nazismo buscó fomentar el odio y el resentimiento de los alemanes
contra estos sectores de la población, y más adelante organizó su exterminio. En 1933 Adolf
Hitler tomó el poder. Rápidamente instauró un régimen autoritario, represivo y racista. Creó
una policía de Estado, llamada la GESTAPO, que pronto le permitió reprimir a los obreros
sindicalizados y a los seguidores del comunismo. Además, prohibió la existencia de otros
partidos políticos diferentes al Nazi, así como la organización de huelgas. Las teorías racistas
del nazismo dieron sustento ideológico a una de las peores barbaridades de la historia de la
humanidad: la persecución y el aniquilamiento del pueblo judío por parte del Estado alemán.
La muerte de seis millones de judíos en aquel periodo se debe a este siniestro proyecto nazi.
Esta matanza masiva y sistemática pasó a la historia con el nombre del Holocausto. La
Alemania nazi se rearmó, creó un ejército fuerte y organizado, y comenzó a fraguar la
expansión y el intervencionismo militar en las naciones que Hitler consideraba que debían
volver a formar parte del Tercer Reich.
LA POBREZA EN EL MUNDO
El sistema económico mundial implantado después de la Segunda Guerra clasificó a los
países, en dos grupos, tomando como base la desigualdad económica y social,
industrializados y en vías de desarrollo. Los países industrializados que han contado con una
economía altamente desarrollada, manifestada a través del elevado ingreso nacional llamado
ingreso per cápita, su muy avanzada tecnología en todos los campos de la ciencia, en la
producción agrícola, ganadera y forestal, pesquera e industrial y comercial, todo lo que les ha
permitido acumular grandes capitales sumando, además, los recursos sustraídos del tercer
mundo. Entre los países con mayor grado de desarrollo están: Estados Unidos de América,
Gran Bretaña, Alemania, Italia, Francia, Canadá y Japón. Los países subdesarrollados, o en
vías de desarrollo, se han concentrado en América, Asia y África, especialmente en el sur del
planeta; y son aquellos en los que el nivel de vida de sus habitantes es muy bajo, debido a la
escasa explotación de sus riquezas agrícolas y minerales, al poco desarrollo de su industria y
a la dependencia tecnológica. Esto indica pobreza, analfabetismo de gran parte de la
población, poca industrialización, más importación que exportación, por supuesto economía
débil, bajo ingreso por habitante y bajo ingreso nacional. Se ha definido a la pobreza como la
situación que afecta a los pueblos que no poseen lo necesario para satisfacer sus necesidades
básicas. Las causas son múltiples, pero podemos mencionar:
• Problemas políticos
• Desastres naturales.
• Utilización incorrecta de los recursos naturales por el hombre.
• Estructura básica del capitalismo.
Se ha propuesto diferentes formas de medir la pobreza, como el Producto Interno Bruto (PIB)
que mide el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en
un periodo determinado. Otro tipo de mediciones toma en cuenta las condiciones de la
vivienda, el acceso al agua potable, de enseres domésticos, condiciones de salud, esperanza
de vida, el consumo diario de calorías, entre otros.
Algunas regiones afectadas por la pobreza son las naciones del África Subsahariana, India,
Pakistán, Vietnam, Laos y Camboya. Como consecuencia de la pobreza y el desempleo,
millones de personas de las regiones de poco desarrollo emigran a los países desarrollados.
Los de América Latina hacia Estados Unidos en busca de empleo, con la finalidad de mejorar
sus condiciones de vida. En África sigue la migración de la población, cada vez mayor, hacia
Europa. En Asia se presenta el mismo fenómeno, millones de chinos, vietnamitas e indonesios
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migran hacia Canadá. Para paliar los efectos de la miseria, la marginación y la exclusión, en
1961 se creó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este
organismo se convirtió en el foro internacional para discutir las políticas internacionales en
torno a la economía, la educación y el cuidado del medio ambiente.
DÉCADAS RECIENTES
BLOQUES CAPITALISTA Y SOCIALISTA
En las décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial, el mundo se encontraba dividido en
dos grandes bloques: el Socialista y el Capitalista. EUA representaba al bloque capitalista y la
URSS al bloque socialista. El primero defendía la propiedad privada y el libre mercado, el
segundo pugnaba por una administración colectiva en la que el Estado fuera propietario y
regulador de todo. Varios fueron los países que se aglutinaron en torno a ellos, conformando
así bloques económicos y militares. El enfrentamiento entre ambos países tuvo lugar en
diversos ámbitos ideológicos, militares, tecnológicos, deportivos, científicos, de espionaje,
informativos, entre otros; aunque se dio un enfrentamiento bélico de forma directa. A este
periodo se le llamo Guerra Fría. Para EUA, la Unión Soviética representaba una amenaza,
por lo mismo convocaron a una reunión en la cual Francia, Gran Bretaña, Luxemburgo y
Holanda firmaron el Tratado de Bruselas. El objetivo del tratado fue obtener apoyo militar
mutuo. Este era ya un primer antecedente de lo que sucedería en Abril de 1949, fecha en la
que se conformó, en la ciudad de Washington, la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN), formado por Bélgica, Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Italia,
Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal y Estados Unidos de América, Hungría,
Polonia, República Checa, Eslovenia, Eslovaquia, Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia y
Lituania. Los países miembros de la OTAN se comprometían a preservar la libertad de cada
uno de ellos y la mutua colaboración en caso de un ataque armado.
En reacción a lo anterior, en 1950, la Unión Soviética creó el plan MOLOTOV, que más tarde
daría pie al Consejo de Asistencia Mutua Económica (COMECON), integrado por la Unión
Soviética, Checoslovaquia, Albania y la República Democrática Alemana. Dicho consejo
buscaba garantizar el apoyo entre los países del bloque socialista. Con el mismo fin, y también
en clara contraposición a la OTAN, en mayo de 1955 se firmó el Pacto de Varsovia: una
organización militar que buscaba la cooperación para el mantenimiento de la paz y la mutua
defensa. Esta alianza la conformaron la URSS y Albania, la República Democrática Alemana,
Polonia, Checoslovaquia, Hungría y Bulgaria. De estas organizaciones militares de defensa
mutua, tanto el bloque capitalista como el socialista, surgió una transformación de las
relaciones diplomáticas a escala mundial y una reclasificación de los países en primer,
segundo y tercer mundo. Las dos potencias representaban al primer y segundo, mientras el
tercero lo conformaban todos aquellos países atrasados económicamente. Por otra parte, los
tratados y pactos trajeron un rearme de los países europeos, con la subsecuente
modernización del ejército y la puesta en marcha de las bases militares en distintos puntos del
planeta. Así, la división se acentuó en la década de 1950 hasta encontrar focos donde esa
violencia contenida desbordó, rompiendo parcialmente el enfrentamiento indirecto que hasta
ese entonces se había dado entre las potencias. Política e ideológicamente, la Guerra Fría
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tuvo sus manifestaciones más claras en las relaciones diplomáticas de la época. La
conformación de bloques geoeconómicos desencadenó la carrera armamentista y, además,
mostró los adelantos tecnológicos militares de cada potencia. La creación de bombas
nucleares y la posterior invención de la bomba de hidrógeno, mucho más poderosa que la
bomba atómica, desencadenó preocupación a escala mundial. También destacaron las
labores de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA o Central Intelligence
Agency en inglés) y el Comité para la Seguridad del Estado Soviético (KGB o komitet
Gosudárstvennoy), que se dedicaban al espionaje y a la recolección de información valiosa.
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EL CONFLICTO DEL GOLFO PÉRSICO
El siglo XX significó para los países desarrollados una etapa de gran crecimiento económico,
científico y tecnológico, también fue un siglo marcado por los conflictos con países menos
desarrollados que ellos, pero con mayores riquezas naturales. Desafortunadamente, esto prevalece
aún en el siglo XXI, sobre todo en Medio Oriente, en donde se encuentran las dos terceras partes de
las reservas petrolíferas del mundo. Como sabes los países con mayor grado de industrialización,
requieren de energía cuya principal fuente es el petróleo, y la demanda de este recurso natural no
renovable ha sido causa de diversos conflictos por su control en distintas partes del mundo. La
experiencia de la segunda mitad del siglo XX en el ámbito social ha demostrado que los ciudadanos
del mundo se han organizado para presionar a sus gobiernos con el fin de detener guerras que
consideran injustas, esto ha propiciado que los gobernantes de los países desarrollados empleen
argumentos políticos para matizar sus intenciones de dominio económico, sobre todo en países con
yacimientos petroleros y gasíferos. Tal fue el caso de la Guerra del Golfo de 1990, cuando Saddam
Hussein, presidente de Irak, invadió Kuwait con la finalidad de anexar a su país este territorio rico en
petróleo, con el argumento de que Kuwait había sido territorio irakí hasta que, por las negociaciones
posteriores a la Primera Guerra Mundial, éste se convirtió en un país independiente. Con este
argumento, el presidente irakí expuso ante su población y ante el mundo que se trataba de una
recuperación territorial y no de una invasión a una nación extranjera. Desde la perspectiva mundial,
era una invasión y como tal fue condenada. En 1991 una fuerte coalición de 30 países encabezados
por EUA entró al conflicto en una acción militar respaldada por la ONU conocida como Operación
Tormenta del Desierto. El ataque fue abrumador no sólo contra el fuerte ejército irakí, sino contra sus
ciudades y habitantes. Después de 44 días de guerra, Irak tuvo que ceder, retirarse de Kuwait e
indemnizarlo. Aunque EU logró en ese momento vencer al ejército irakí, no consiguió que Saddam
Hussein abandonara la presidencia y la tensión continuó hasta 2003. En este año, los Estados Unidos
volvieron a atacar a Irak sin el aval de la ONU y con el argumento de que Irak estaba construyendo
un Eje del Mal junto con Irán y Corea del Norte, lo cual argumentaban afirmando que tenían
peligrosas armas químicas y bacteriológicas que jamás fueron encontradas y que tenían nexos con
los responsables de los ataques terroristas a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001. Así, EU
justificó esta nueva guerra con base en argumentos que consistían, por un lado, en la eliminación
del terrorismo y, por otro, en la liberación del pueblo irakí del gobierno de Hussein, cuando su
intención era tener presencia en un área rica en yacimientos petroleros y gasíferos. La superioridad
militar de los Estados Unidos fue evidente, Hussein fue vencido, encarcelado y después ejecutado.
Estados Unidos tomó el control del petróleo y del gobierno. En este país surgieron varios grupos
guerrilleros que siguen resistiendo la intervención estadounidense hasta la actualidad.
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