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ENFERMEDAD DIVERTICULAR

En primer lugar debemos saber en concepto de un divertículo, es una protrusión en


forma de saco de la mucosa gástrica a través de la pared muscular del colon, ocurren en
áreas débiles de la pared intestinal donde pueden penetrar vasos sanguíneos,
generalmente tiene un tamaño entre 5-10 mm (Murphy, Hunt, Fried, & Krabshuis, 2017).

Según Moreira & López (2016) “La enfermedad diverticular se define como la
presencia de múltiples divertículos en la pared colónica y engloba tres entidades la
diverticulosis, la diverticulitis y la hemorragia diverticular”. La prevalencia aumenta con
la edad es por eso que alrededor de los 80 años es del 65%, por otro lado según el género,
en menores de 50 años es más frecuente en varones mientras que en mayores de esta edad
es en mujeres. (Zárate & Ebensperger, 2016)

La diverticulosis implica la presencia de uno o más divertículos sin causar


sintomatología, mientras que la diverticulitis se refiere al proceso inflamatorio que resulta
de la infección del divertículo con micro o macroperforación de la pared y que puede
extenderse a estructuras vecinas, causando complicaciones como absceso, obstrucción,
fístula y perforación (Abdo, Brito, De la Torre, & Marín, 2017).

Los principales factores de riesgo en la aparición de divertículos son la edad avanzada


y bajo consumo de fibra en la dieta, sin embargo existen otros que también se asocian
como el consumo de alcohol, café, tabaco y la falta de actividad física.

Zárate & Ebensperger (2016) refieren “En el desarrollo de la enfermedad diverticular


intervienen tres variables que son los hábitos dietéticos, la motilidad intestinal y la
estructura de la pared colónica”. La fibra al no absorberse genera deposiciones de mayor
volumen y aumenta el peristaltismo, por ende una dieta con bajo contenido de fibra
provoca un transito intestinal prolongado lo que ocasiona un aumento en la presión
intraluminal causando herniación de la mucosa en zonas débiles, como es el sitio de
ingreso de los vasos, lo que da lugar a formación de los divertículos. Con respecto a la
motilidad intestinal se produce un aumento de la segmentación.

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La diverticulitis dependiendo del tamaño de la perforación y de la capacidad de
organismo para contenerla y limitarla se clasifica en no complicada y en complicada. Con
respecto a la primera es la forma más frecuente, 75% de los casos, y se origina por una
microperforación que conduce a una reacción inflamatoria limitada, mientras que la
complicada representa el 25% de los casos y supone un grado mayor de inflamación y
perforación con el desarrollo de complicaciones.

La forma tradicional para clasificar las diverticulitis complicadas es la utilización de


la Escala de Hinchey modificada.

Estadio I: Absceso pericólico


Estadio II a: Absceso a distancia que requiere drenaje percutáneo
Estadio II b: Absceso complicado con o sin fístula
Estadio III. Peritonitis purulenta generalizada
Estadio IV: Peritonitis fecal. (García, Osvaldo, Martínez, & Ruiz, 2017)

La clínica alrededor del 75% de los casos son asintomáticos, mientras que el 25%
pueden presentarse con dolor abdominal generalmente en fosa iliaca izquierda (FII) de
inicio agudo, que puede ser constante o intermitente y cambios en el hábito intestinal con
tendencia a la constipación. Además de dolor se presenta leucocitosis y fiebre, aunque se
pueden presentar náuseas y vómitos . Sin embargo cuando los divertículos afecta al colon
derecho el dolor se presenta en fosa iliaca derecha, simulando un cuadro de apendicitis
aguda. (Murphy, Hunt, Fried, & Krabshuis, 2017)

El diagnóstico de la enfermedad diverticular se lo realiza fundamentalmente con la


anamnesis y el examen físico, los exámenes complementarios permiten la confirmación
del diagnóstico, entre las principales tenemos a la tomografía computarizada, la ecografía,
el enema opaco y la colonoscopía.

Tomografía computarizada: es el método de elección ya que la diverticulitis es un


trastorno predominantemente extraluminal. Los hallazgos tomográficos incluyen
engrosamiento de la pared intestinal, abscesos asociados. Sin embargo esta técnica esta
contraindicada en embarazadas y pacientes jóvenes por las radiaciones que utiliza. (Abdo,
Brito, De la Torre, & Marín, 2017)

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Ecografía abdomino-pélvica: es de utilidad debido a que es un método no invasivo
y a su bajo costo, sobretodo ante la presencia de un absceso.

Enema opaco y colonoscopía: ambos métodos están contraindicados en la


diverticulitis aguda, debido a que aumenta el riesgo de perforación, por esta razón se los
debe realizar una vez finalizado el proceso inflamatorio. Es de gran utilidad para
establecer el diagnóstico diferencial con cáncer colorrectal y la colitis isquémica, sobre
todo en pacientes con antecedentes de rectorragia y enfermedades cardiovasculares.
(Abdo, Brito, De la Torre, & Marín, 2017)

Tomando en cuanta la fisiopatología de la enfermedad la principal medida terapéutica


de manera general es una dieta rica en fibra ya que no solo ayuda a prevenir su aparición
y evitar la progresión de la enfermedad diverticular sino también conseguir el alivio de
los síntomas al favorecer el tránsito intestinal.

El tratamiento médico de la diverticulitis puede ser ambulatorio o con internación,


dependiendo de la condición general el paciente. El primero está indicado en pacientes
con sintomatología leve, que no presentan signos de complicaciones y que toleran la vía
oral; consiste en una dieta líquida, administración de antibióticos orales que tengan
actividad frente a microorganismos anaerobios y gram negativos (Amoxicilina + Ácido
Clavulánico o Quinolona + Metronidazol) durante 7 a 10 días. Mientras que en la
internación se indica reposo intestinal, antibióticos IV (con las mismas características que
en los orales), fluidoterapia y analgesia (meperidina), si dentro de 48-72 horas existe
mejoría se puede pasar a antibióticos por vía oral. (Murphy, Hunt, Fried, & Krabshuis,
2017)

El tratamiento quirúrgico está indicado en la enfermedad diverticular complicada que


no responden al tratamiento médico. En estos casos es de mucha utilidad la Escala de
Hinchey, ya que este tratamiento está indicado en los estadías III y IV, de igual manera
la Tomografía Computarizada nos ayuda a evaluar la gravedad de las complicaciones
(Moreira & López, 2016). Sin embargo la elección de este tratamiento dependerá al igual
que el anterior sobretodo de la condición general del paciente, jóvenes e
inmunodeprimidos, quienes tienen un mayor riesgo de complicaciones y de mortalidad.

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BIBLIOGRAFÍA
Murphy, T., Hunt, R., Fried, M., & Krabshuis, J. (2017). Enfermedad diverticular. (17) ,
1-5. Estados Unidos .

Moreira, V., & López, A. (2016). Enfermedad diverticular del colon . Scielo , 97 (6).

Zárate, A., & Ebensperger, M. (2016). Enfermedad diverticular . (11) , 2-4. Santiago de
Chile, Chile : Universidad Fenis Terrae.

Abdo, J., Brito, P., De la Torre, A., & Marín, R. (2017). Guías clínicas de diagnóstico y
tratamiento de la enfermedad diverticular del colon. . Ciudad de México, México.

García, E., Osvaldo, D., Martínez, R., & Ruiz, J. (2017). Diverticulitis de Colon.
Actualización. Scielo , 14 (3), 91-97.

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