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Opinión Jurídica

ISSN: 1692-2530
mbocanument@udem.edu.co
Universidad de Medellín
Colombia

Núñez Leiva, J. Ignacio


Sobre los neoconstitucionalismos. Una síntesis para constitucionalistas con alma de
teóricos del derecho
Opinión Jurídica, vol. 15, núm. 29, enero-junio, 2016, pp. 187-202
Universidad de Medellín
Medellín, Colombia

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Revista Opinión Jurídica Universidad de Medellín

Sobre los neoconstitucionalismos.


Una síntesis para constitucionalistas con alma de teóricos del derecho*
J. Ignacio Núñez Leiva**

Recibido: mayo de 2015


Evaluado: junio de 2015
Aprobado: noviembre de 2015

RESUMEN
El presente trabajo ensaya una síntesis de las principales tesis
asociadas al neoconstitucionalismo en sus diversas formas. Analiza
sus orígenes conceptuales y sus postulados principales, además
de destacar en su parte final los elementos inconclusos de este
conjunto de ideas.

Palabras clave: constitucionalismo, neoconstitucionalismo, principios


jurídicos, antinomias.

*
El presente trabajo ha sido elaborado en el marco de actividades del Área Investigación en Derecho Público,
de la Facultad de Derecho de la Universidad Finis Terrae de Chile. La parte final del título de este trabajo
reformula una rúbrica frecuentemente empleada por el Filósofo del Derecho Alfonso García Figueroa.
**
Abogado. Licenciado en Derecho por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Diplomado en Derechos
Humanos por la Universidad Católica del Uruguay. Magíster en Derecho Público por la Pontificia Universidad
Católica de Chile. Diploma de Estudios Avanzados en Derecho (DEA), por la Universidad de Castilla La Mancha.
Doctor © en Derecho por la Universidad de Castilla La Mancha. E- mail: jinunez@uc.cl; josenunez@uft.cl
Profesor – Investigador Facultad de Derecho Universidad Finis Terrae, Chile.

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About Neo-Constitutionalism. A Synthesis for Constitutionalists


with a Legal Theoretician’s Spirit

ABSTRACT
This article provides a synthesis of the main theses associated to
the several types of neo-constitutionalism. The article analyzes its
conceptual origin and its main hypotheses and finally outlines the
uncompleted elements of these ideas.

Key words: Constitutionalism; neo-constitutionalism; legal principles;


antinomies.

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Sobre los neoconstitucionalismos. Una síntesis para constitucionalistas con alma de teóricos del derecho 189

INTRODUCCIÓN ceptual originado por el neoconstitucio-


nalismo. A continuación, se estudian las 5
Una de las rúbricas más frecuentemente tesis más frecuentes de la bibliografía afín
utilizadas en el discurso jurídico reciente a este fenómeno académico-institucional.
es la palabra neoconstitucionalismo. Con Se repasan, respectivamente, el impacto
gusto o enfado, los juristas y académi- del nuevo prototipo de Constitución en
cos emplean el concepto en reiteradas el sistema de fuentes del derecho, la
oportunidades. Tanto la procedencia del influencia de los principios y directrices
concepto –la teoría del derecho– como en el ordenamiento jurídico, la capacidad
su uso por parte de constitucionalistas desplazatoria que los preceptos constitu-
introducen (en no pocas oportunidades) cionales ejercen respecto de las normas
distorsiones en su comprensión. Por ello, inferiores, el rol adquirido por la ciencia
estimamos que una síntesis de las ideas jurídica bajo el paradigma en comento y
más representativas de este movimiento la labor reclamada a la judicatura en el
–que no tiene parangón en el mundo an- contexto que se analiza. Terminan estas
glosajón, pues proviene de factores endé- páginas con un segmento dedicado a
micos del sistema europeo continental y algunas reflexiones e inquietudes.
sus herederos– puede aportar en la senda
del adecuado entendimiento del fenóme- 1. UN CONSTITUCIONALISMO NO DESCUBIERTO
no, de sus características principales y
POR CONSTITUCIONALISTAS
los desafíos que plantea. Insistimos, en
especial, porque se trata de la descripción
La Escuela Genovesa, a través de uno de
de un fenómeno jurídico detectado por
sus máximos representantes –Paolo Co-
los teóricos del derecho, pero con el cual
manducci– reivindica en su favor la autoría
deben lidiar cotidianamente los constitu-
del concepto (que, por ser utilizado en la
cionalistas y, en general, casi todo jurista.
Europa continental y Sudamérica, no tie-
ne equivalente en la cultura anglosajona
El presente trabajo intenta identificar al
ni recibe tratamiento por esa doctrina).
menos cinco tesis concatenadas y ge-
Así expresa que:
neralmente compartidas por la mayoría
de (más no necesariamente todos) los Neoconstitucionalismo es una
autores asociados al movimiento, pero de etiqueta que, a finales del siglo pas-
ninguna forma agotan la vasta producción ado, unos integrantes de la Escuela
y reflexión de las teorías, metodologías e Genovesa de Teoría del Derecho
incluso, ideología neoconstitucionalista. (Susanna Pozzolo, Mauro Barberis
Una empresa de tal calibre resultaría in- y yo mismo) comenzamos a utilizar
para clasificar y criticar algunas
genua en tan breves páginas.
tendencias post positivistas de la
filosofía jurídica contemporánea,
Para cumplir con el objetivo ya anunciado que presentaban rasgos comunes,
se emplea el siguiente curso. En primer lu- pero también diferencias” (Coman-
gar, se analiza el mapa del problema con- ducci, 2009, p. 87).

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En el mismo sentido se expresa Pozzolo: gico. Con las imprecisiones frecuentes de


toda síntesis, podemos decir que, según
Si bien es cierto que la tesis sobre la primera vertiente, se suele entender que
la especificidad de la interpre- la ley es la principal fuente del derecho, no
tación constitucional encuentra se reconoce (generalmente) la existencia
partidarios en diversas discipli-
de principios como normas especiales,
nas, en el ámbito de la filosofía
del Derecho viene defendida, se defiende una teoría mecanicista de la
en particular, por un grupo de interpretación, además de sostenerse la
iusfilósofos que comparten un coherencia y plenitud del derecho, lo que
peculiar modo de acercarse al traería como consecuencia la absoluta
Derecho. He llamado a tal cor- prescindencia de la discrecionalidad judi-
riente de pensamiento Neocon- cial. Para la segunda variante, el derecho
stitucionalismo” (Pozzolo, 1998,
proviene de prácticas sociales, lo que
p. 339).
permite describirlo avalorativamente y le
exime de cualquier imperativo moral de
obediencia.
Las coordenadas delineadas por Pozzolo
para esta corriente, con afán descriptivo
Finalmente, la última forma propone que
(no necesariamente militante), se resumen existe algún grado de obligación moral
en cuatro pares antagónicos de concep- de subordinación al derecho. Claro está
tos, que incluso ya habían sido percibidos que esta célebre taxonomía ensayada por
y desarrollados por otros teóricos del de- Bobbio –con afán pedagógico y sistema-
recho (Bobbio, 1965, pp. 101-126), pero sin tizador– no se centra en el pensamiento
rotularlos con una denominación unitaria: de autores en particular, sino que agrupa
principios frente a reglas, ponderación ideas de distintos positivistas. Incluso,
frente a subsunción, Constitución frente se advierte que no todos los positivis-
a independencia del legislador, y jueces tas hayan propuesto o compartido la
frente a libertad del Legislador. totalidad de las ideas aglomeradas bajo
alguna de las tres variantes destacadas
El conjunto de variables ya enunciados se por el célebre académico italiano que,
suele articular como doctrina totalizante además, resultan incompatibles entre sí.
o teoría del derecho con base constitu- Más adelante, con un talento obviamen-
cional. Y como tal, se presenta frecuente- te inferior a quien fuera el maestro de
mente como antagonista o evolución de Ferrajoli, cuando aludamos a las ideas
una de las más influyentes concepciones neoconstitucionalistas emplearemos la
del derecho: la positivista. Siguiendo la misma simplificación metodológica.
clásica tripartición formulada por Bobbio
respecto del positivismo (Bobbio, 1965, Parte importante de estas ideas son las
pp. 101-126) este caudal de ideas sobre el que actualmente, bajo el influjo de las
derecho admite una separación –concep- tesis neoconstitucionalistas, se plantean
tual– en teórico, metodológico e ideoló- como superadas o modificadas. Por eso
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hoy, un influyente positivista como Luigi dicando que: Tal vez, nuestro
Ferrajoli (en diversas obras) se refiere a jurista seguirá intranquilo y no le
faltan motivos, pues el sistema
las tesis antes enunciadas bajo el rótulo
de fuentes del Título Preliminar
de paleopositivismo, en contraposición del Código civil proporcionaba
al postivismo actual, que en el contexto más seguridad que cualquier ar-
de los Estados constitucionalizados da gumentación racional, pero quizá
origen –a su juicio– al constitucionalis- también comience a pensar que
mo garantista. Con aquellas categorías las decisiones de los Tribunales
estandarizadas del positivismo (paleopo- no son el resultado de miste-
riosos y contundentes procesos
sitivismo) contrastaremos más adelan-
de deducción científica, sino de
te – cuando sea procedente– las ideas una más accesible razón práctica
neoconstitucionalistas. donde todos tenemos algo que
decir y, por supuesto, algo de qué
En el sentido evolutivo mencionado en los responder (Prieto, 1991, p. 198).
párrafos anteriores, Luis Prieto –siempre
a la vanguardia– publicaba ya en 1991 en Por otra parte, creemos que lleva la razón
la Revista del Centro de Estudios Consti- de su parte Pedro Salazar Ugarte cuando
tucionales (Madrid) su monografía “Notas afirma que el neoconstitucionalismo es
sobre Interpretación Constitucional”, en una categoría conceptual inventada por
la que anticipaba algo que hasta el día de los miembros de la Escuela Genovesa con
hoy algunos no terminan de comprender: la finalidad de ofrecer una denominación
común a un conjunto de concepciones
Me parece que desde la per- que tienen ideas y propuestas que pue-
spectiva del jurista tradicional den ser consideradas como integrantes
el panorama no puede ser pre-
de una misma construcción teórica. Por
cisamente reconfortante, pues
aquello que aprendió —y sigue eso – advierte – hay que saber también
aprendiendo— en las Facultades reparar en las diferencias que cruzan a
de Derecho tiene muy poco que las obras de los autores que suelen ser
ver con estas enseñanzas; ahora reunidos, no sin alguna arbitrariedad, bajo
resulta que ni la interpretación esa categoría (Salazar, 2010 p. 4).
es una ciencia, ni la justicia tiene
vendados sus ojos, y para colmo
el depositario de las esencias
Con todo, el sustrato del neoconstitucio-
jurídicas ya no es la cúspide de nalismo podría resumirse así: una cultura
la jurisdicción ordinaria, sino un jurídica que reporta (y a veces promueve)
órgano especial con las caracter- la existencia de sistemas normativos
ísticas que ya conocemos y donde encabezados por una Constitución –
además hay muy pocos jueces imbuida por un esquema particular de
de carrera. Afirmaba además
separación de poderes– que pretende
que: los jueces en general y los
constitucionales en particular condicionar de modo importante las
son — como yo pienso — ór- decisiones de las mayorías a través de
ganos políticos. Y remataba in- su carga axiológica y de las instituciones
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jurisdiccionales que garantizan su supre- de operadores jurídicos a fin de configu-


macía y en donde, a consecuencia de lo rar en su conjunto el orden social y que
anterior, el protagonismo en la concreción destruye el dogma liberal estatalista de
de las disposiciones constitucionales no la fuerza absoluta de la ley (Prieto, 2009,
corresponde al legislador sino a los jue- p. 121), característica que tensiona las
ces. Tales son los elementos y propósitos tesis legiscentrista, propia del positivismo
del programa neoconstitucionalista y las teórico y la confusión paleopositivista
características de los sistemas jurídicos entre vigencia y validez de la ley. El de-
en los que ha calado. recho y la justicia ya no se reducen a lo
que establece una ley omnipotente, sino
Para comprender de mejor medida a que “la ley expresa, por el contrario, las
este movimiento, hemos indagado en el combinaciones posibles entre los princi-
pensamiento de algunos de sus autores pios constitucionales” y se configura así
más representativos y hemos identificado “como derecho particular y contingente”,
que, pese a las importantes divergencias expresión temporal de una mayoría pa-
entre sus ideas –advertencia que ya he- sajera, señala el segundo (Zagrebelsky,
mos formulado– hay al menos cinco tesis 2008, p. 159).
que suelen ser compartidas, seguramente
con ciertos matices, entre los neocons- La nueva ordenación de las fuentes for-
titucionalistas. Al análisis de ellas nos males del derecho podría ser explicada de
dedicaremos a continuación. la siguiente manera: de una dinámica en
la cual los derechos y obligaciones conte-
nidos en la Constitución adquirían fuerza
2. LA CONSTITUCIÓN EN SERIO en tanto eran desarrollados por la ley, se
pasa a una relación de subordinación en
En la perspectiva neoconstitucionalista, donde –en palabras de Susanna Pozzo-
la Constitución se instala como fuente del lo– la ley opera como un mero factor de
derecho en el sentido pleno de la expre- mediación entre las exigencias constitu-
sión, es decir, como origen inmediato de cionales y las exigencias prácticas (Poz-
derechos y obligaciones, y no solo como zolo, 1998, p. 341), lo cual, de paso, nos
“fuente de las fuentes” (Rubio,1979, p. obliga a repensar el principio dinámico
62). Ha operado en el sistema jurídico con el que por tanto tiempo se caracterizó
una distorsión de aquel modelo jerárquico el sistema jurídico (García Figueroa, 1998,
tan firmemente diseñado por la teoría p. 62), pues la innovación por parte de
positivista de las fuentes del derecho. normas subconstitucionales, de acuerdo
La Constitución ya no es solo norma con esta nueva lógica, es válida en tanto
suprema dirigida a disciplinar en forma su contenido sea deudor de los principios
directa la labor legislativa y aplicable por y valores contenidos en la Constitución,
los jueces únicamente a través del tamiz rasgo propio de los sistemas estáticos.
de la ley. Es ahora la norma suprema que Este factor nuevamente genera conflicto
pretende proyectarse sobre el conjunto con el positivismo, esta vez el teórico, y su
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tesis –o, más bien, promesa– de la pleni- lados como enunciados que correlacionan
tud del derecho configura el supuesto de siempre casos con la calificación normati-
la capacidad auto-regenerativa de la ley. va de una determinada conducta, pero de
manera abierta. A diferencia de las reglas,
En síntesis, la Constitución se instala carecen de una condición de aplicación
como aquel derecho por sobre el dere- determinada. No se trata de que posean
cho y opera como una convención sobre una condición de aplicación con una
el coto vedado (Garzón, 1989, p 209), las periferia más o menos amplia, sino de
cartas de triunfo (Dworkin, 1977, pp. 91 que tales condiciones no se encuentran
y 199), o acerca de lo que es indecidible ni siquiera genéricamente determinadas
para cualquier mayoría (Ferrajoli, 1998, (Atienza & Ruiz, 1996, p. 9). Las segun-
p. 858). das se distinguen por que no solo sus
condiciones de aplicación son abiertas o
Esto último es efecto de lo que Prieto aplicables a –prácticamente– infinitos su-
Sanchís denomina “rematerialización puestos de hecho, sino porque, además,
constitucional”, factor que resulta clave su consecuencia jurídica (su modelo de
para entender la existencia de este nuevo conducta prescrita) tampoco está deter-
derecho –el constitucional– que se ubica minada (Atienza & Ruiz, p. 10).
por sobre el resto del derecho, principal-
mente el legal (Prieto, 2007A, p. 119). Las Principios y directrices, los pilares de la
constituciones que se pueden adscribir al rematerialización constitucional implican
neoconstitucionalismo están dotadas no que el derecho se aproxime a la moral
solo de normas formales, de competen- y que la moral se aproxime al derecho
cia o procedimiento, dirigidas a orientar (García Figueroa, 2009, p. 44), cuestión
el ejercicio de los poderes estatales y la incompatible con las tesis más radicales
relación entre los mismos, sino también del positivismo metodológico. No se
–y sobre todo– de normas sustantivas trata ya de una validación del derecho
que pretenden trazar límites negativos a través de una instancia metajurídica
y vínculos positivos a lo que dichos po- –como acontecía con el iusnaturalismo,
deres están en condiciones de decidir especialmente teológico– sino que una
legítimamente. Siguiendo al mismo autor, invitación formulada a la moral para que
justamente aquello que Kelsen temía es el ingrese a las cartas fundamentales. Una
sello de identidad de este nuevo derecho: moralización del derecho ocasionada a
gira en torno y se subordina a derechos, raíz de la presencia de una Constitución
valores, principios y directrices (Prieto, axiológicamente generosa y la ulterior
2007B, p. 215). moralización del razonamiento jurídico
(García Figueroa, p. 65). A aquello se
Tal vez, los elementos más importantes refiere Zagrebelsky cuando predica la se-
en estas nuevas cartas fundamentales paración de los derechos (fundamentales)
sean los principios y las directrices. Los respecto de la ley (Zagrebelsky, 2008, p.
primeros se caracterizan por estar formu- 47) y la separación de la justicia respecto
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de la ley (Zagrebelsky, p. 93). Ello no solo 3. UN CONSTITUCIONALISMO DE PRINCIPIOS


pone en crisis la idea de omnipotencia
del legislador y la idea de la Constitución Uno de los elementos más relevantes y
Westminster –resumida en la afirmación de significativos en la literatura neoconstitu-
que el parlamento lo puede todo, salvo cionalista ha sido la irrupción de un tipo
convertir a un hombre en una mujer– sino especial de normas en las constituciones:
también la decadencia de las ideas de los principios. Una nueva especie no re-
la separación (absoluta) entre derecho conocida –o de importancia minusvalu-
y moral y de la estatalidad del derecho, rada– en el vademécum paleopositivista.
defendida por parte del positivismo me- No se trata, vale la pena precisar, de la
todológico. afirmación de una aparición ex-nihilo de
las normas explícitas de principio en el
Empero, en este punto, quizá más impor- derecho, sino de su traslado desde la
tante que la causa, es uno de sus efectos: legislación y tradición jurídica, hacia las
el “desbordamiento constitucional”. De- constituciones escritas.
bido a que los operadores jurídicos ya no
acceden a la Constitución por intermedio La particularidad (funcional) de los prin-
del legislador, puesto que pueden hacerlo cipios estaría dada –en lógica neocons-
directamente, y a que ella disciplina nu- titucionalista– en que mientras las reglas,
merosos aspectos sustantivos es difícil normas binarias, altamente determinadas
hallar un problema jurídico medianamente en sus condiciones de aplicación y con-
serio que carezca de alguna relevancia secuencias jurídicas, proporcionan pautas
constitucional (Prieto, 2007A, p. 119). nítidas acerca de cómo debemos, no de-
Es más, cabe decir que detrás de cada bemos o podemos actuar, los principios
precepto legal se adivina siempre una no nos dicen nada a este respecto, pero
disposición constitucional que lo con- sí nos entregan criterios para adoptar
firma o genera una antinomia. Esto es posiciones ante situaciones concretas,
lo que –en general– se ha denominado pero que en principio, no aparecen de
el efecto irradiación o impregnación del manera evidente contenidas en su es-
texto constitucional: de alguna forma – pectro normativo (Zagrebelsky, 2008, p.
para bien o para mal– todo se convierte 110). Los principios no tienen eficacia en
(o desvirtúa) en derecho constitucional. abstracto, requieren de casos concretos
Por ello, la ley deja de ser la medida de los para ser operativos1.
casos (Prieto, 2009, p. 120), es destronada
a favor de una instancia más alta (Zagre- 1
Visión estructural de los principios compartida
belsky, 2008, p. 40). En consecuencia, la entre autores que habitualmente son incluidos
dentro de este movimiento, tales como Robert
teoría de las fuentes ya no puede girar Alexy, Alfonso García Figueroa, Santiago Sastre,
exclusivamente en torno a la ley (Prieto, quienes en diversos trabajos han dado cuenta de
2009, p. 120), a la estatalidad del derecho esta noción. Con todo, parte de la doctrina afirma
la inexistencia de esta diferencia estructura, por
ni necesariamente alrededor de la tesis de diversos motivos, verbigracia, Luis Prieto Sanchís
las fuentes sociales del derecho. o Juan Antonio García Amado.

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Si el derecho estuviere integrado única- propiedades disposicionales. Afirma que


mente por reglas, bastaría la maquiniza- la solubilidad de la sal es imperceptible
ción de su aplicación mediante autómatas a menos que se verifique la condición
pensantes. Para autómatas, según el de mezclarla con agua. Y no porque un
mismo jurista italiano, bastarían el silo- gramo de sal nunca sea mezclado con
gismo y la subsunción. La adopción de agua podemos afirmar que aquella es
posiciones que exigen los principios es indisoluble.
incompatible con las máquinas, mientras
sigan siendo máquinas (Zagrebelsky, Pues bien, en los principios –acostum-
2008, p. 111), juicio virtualmente irre- brados a imponerse a las normas que
conciliable con la teoría positivista de la Zagrebelsky denomina no constituciona-
interpretación jurídica. les– la derrotabilidad es una propiedad
disposicional: están sometidos a un
Como ya destacamos más arriba, hoy en desplazamiento en su eficacia o vigencia
día los principios (y directrices) surten concreta ante la o las circunstancias en
efectos sobre el derecho subconstitucio- que otro principio resulte concurrente al
nal, imponiéndose a las normas fundadas caso de manera más justa o satisfactoria
en la carta fundamental cuando ellas (García Figueroa, 2009, p. 139).
contravienen su contenido o conducen
a situaciones injustas. Tal efecto propio El carácter disposicional de los princi-
de la supremacía constitucional deviene pios derrotables pero, a la vez, capaces
en esencial en el interior de la relación de triunfar indefinidamente sobre otra
principio constitucional-norma legal. norma, sea o no que goce de supremacía
Sin embargo, como advierte Alfonso constitucional, anuncia una segunda ca-
García Figueroa, la novedad neoconsti- racterística del neoconstitucionalismo: la
tucionalista no consiste en la capacidad omnipresencia constitucional. Ello, como
anulatoria negativa de la Constitución analizásemos en el punto anterior, no solo
(perfectamente compatible con el po- implica que hoy en día es difícil detectar
sitivismo Kelseniano e inclusive con el un caso que resulte irrelevante desde el
Ferrajoliano), sino en la irremontable punto de vista constitucional, sino que
tensión interna de ella. En efecto, en un cualquier principio (constitucional) no
Estado constitucional, la visión holista absoluto puede ser desplazado por otro
del derecho, especialmente estimulada principio concurrente. Tal aparente debili-
por el ya mencionado efecto irradiación, dad intraconstitucional, lejos de revelar un
se acentúa por la condición disposicional defecto, da cuenta del inmenso potencial
de las normas de principio. En tal sentido, de las constituciones en operatividad
entendemos por disposicional aquella neoconstitucional: contribuyen a lograr
propiedad a priori indetectable pero que –o más bien restablecer– un ideal pre co-
se hace evidente concurriendo ciertas dificador que la Ilustración transformó de
circunstancias. García Figueroa emplea aspiración en realidad artificial: la plenitud
la sal como ejemplo de un elemento con del derecho, pero que para el positivismo
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teórico era construido con base en la A ello alude Guastini cuando expresa
pretendida virtud auto-regenerativa de que en los Estados constitucionales de
la ley. derecho (en sentido constitucionalizado
y neoconstitucionalista) ciertos principios
–como el de razonabilidad, entre otros–
4. NO ES (SOLO) UN PROBLEMA DE ANTINOMIAS
operan como una “máquina de produc-
TAMBIÉN DE LAGUNAS (AXIOLÓGICAS)
ción de lagunas axiológicas”. Por ejemplo,
cuando el legislador trata de manera
Las lagunas axiológicas, según Guastini,
diversa casos que parecen idénticos (esto
no consisten en una falta de norma sin
es, cuando discrimina arbitrariamente) el
más. Lo que falta no es una norma que
intérprete –u operador jurídico– afirmará
regule el supuesto en cuestión, porque
que falta una norma igualadora. O cuando
ese supuesto, en efecto, está reglado (de
el legislador trata por igual situaciones
no ser así habría una laguna normativa).
diversas (no distingue como debería),
Falta en verdad en el enunciado norma-
considerando una propiedad relevante
tivo cuestionado una norma satisfactoria
del caso, el intérprete reclamará por la
o justa y, más precisamente, una norma inexistencia de una norma diferenciadora.
diferenciadora, es decir, una norma que En ambas oportunidades, y por aplicación
regule de forma distinta un supuesto que directa de la Constitución, la judicatura
al intérprete le parece distinto (Guastini, correspondiente completará la norma adi-
2006, p. 278). cionando con fundamento constitucional
el elemento o propiedad relevante preteri-
En el Estado constitucional de derecho, da por la ley suspendiendo su aplicación
crisol de las cartas fundamentales remate- a secas y dirimiendo el conflicto con base
rializadas y que reciben aplicación directa en un contenido constitucional. Tal con-
sin necesidad de intermediación legisla- tenido, normalmente indeterminado, do-
tiva, el juez dispone siempre de al menos miciliado en un principio, proporcionará
dos fuentes del derecho, con diferente la consideración a la propiedad relevante
jerarquía, que pueden ofrecer soluciones del caso no anticipada por el legislador,
no necesariamente contradictorias, pero derrotando en su vigencia concreta a
con diversos niveles o estándares de justi- la ley o, lo que es lo mismo, haciendo
cia y con diferentes aptitudes protectoras triunfar a la Constitución sin la necesidad
de derechos: Constitución y Ley, entre de acudir a una antinomia absoluta entre
las cuales puede elegir sin necesidad normas de diversa jerarquía.
de declarar la invalidez ni la derogación
de alguna de las dos, sino simplemente Por lo tanto –como ya lo afirmásemos– si
postergar la eficacia de la ley y preferir la toda norma subconstitucional puede ser
vigencia de la Constitución respecto del objeto de una laguna axiológica, toda nor-
caso que conoce. Todo un remezón a la ma de tal jerarquía es también derrotable
teoría (paleo) positivista de las fuentes por una Constitución omnicomprensiva,
del derecho. capaz de disciplinar, con mayor amplitud
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que la ley, cualquier cuestión jurídica de Ello supone que el razonamiento moral
mediana importancia práctica. se hace presente no solo en los discur-
sos “de acuerdo o a partir del derecho”,
5. CONSTITUCIÓN Y POLÍTICA: EL ESTADO sino en los discursos acerca del derecho
(Prieto, 2010, p. 93). En pocas palabras,
CONSTITUCIONAL DE DERECHO
los problemas de justicia –en el contexto
neoconstitucionalista– se han convertido
Con absoluto pragmatismo y sin afanes
en problemas de validez o identificación
estipulativos, podemos afirmar que
de las normas con base en pautas morales
desde el momento en el cual los sujetos
(plurales) que ya no flotan por sobre el
normativos identifican la utilidad prácti-
derecho, sino que han emigrado al interior
ca de incorporar contenidos morales en
del mismo a través de los denominados
las constituciones, transformándolas de
principios explícitos, lo cual implica em-
normas fundamentales en cartas funda-
prender una labor que forma parte de
mentales, resulta muy poco probable el
la filosofía práctica (Prieto, 2010, p. 94).
retorno a modelos como el propuesto Este giro metodológico supone abrir el
en las teorías puras del derecho y en los derecho a una racionalidad constructiva
prototipos de constituciones axiológica- y discursiva que desempeña una labor
mente neutras. Los principios explícitos tanto de identificación como de justifica-
no existen ex nihilo, tienen creadores con ción. No es baladí – entonces – que una
militancia moral que son partícipes de la de las principales preocupaciones del
actividad política y, desde luego, compa- neoconstitucionalismo haya sido elaborar
recen en los momentos constituyentes, una acabada teoría de la argumentación
conscientes del efecto producido durante jurídica, tema absolutamente descuidado
la última centuria por la rematerialización por el positivismo (Prieto, 2010, p. 95).
constitucional. Este aporte, según Prieto Sanchís, res-
ponde a una necesidad de legitimación,
En este contexto, una jerarquía de valores pues la propuesta de sustitución del juez
(o principios y directrices) resulta inútil e “boca de la ley” por un juez sometido a
insuficiente (Zagrebelsky, 2008, p. 124). las cláusulas materiales de la Constitución
La saturación axiológica de los textos solo es posible (y aceptable) en tanto
constitucionales –para los neoconstitu- que su labor pueda ser validada por una
cionalistas– configura un espacio nor- sólida argumentación racional (Prieto,
mativo propicio para ofrecer respuesta a 2010, p. 95).
cualquier problema práctico (Prieto, 2010,
p. 92), incluso no solo una, sino varias y Quizá la principal novedad o propuesta
contradictorias; opuestas y derrotables, metodológica del neoconstitucionalismo
sin solución con base en los criterios de sea el famoso principio de proporcio-
especialidad, jerarquía o temporalidad, e nalidad (también llamado método de la
imposibles de afrontar únicamente con ponderación), instituto sobre el cual no
fundamento en esquemas subsuntivos. ahondaremos pues sus perfiles son de
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amplio conocimiento. Con todo desta- aquellas en las que el hombre se


caremos que su aplicación, si bien no pone en relación con el mundo
que no cambia ni es cambiable
asegura una y solo una respuesta para
según el interés humano. Por el
cada caso concreto –como sería el ideal contrario, se consideran ciencias
de Dworkin y su unidad de solución co- prácticas aquellas que tienen
rrecta– impone al sentenciador, aunque como ámbito material lo que, pu-
sea de manera perfectible, la necesidad diendo ser de un modo o de otro,
de fundamentar sus decisiones a la hora está comprometido en el radio de
influencia de la acción humana”
de resolver un conflicto normativo que
(Zagrebelsky, 2008, p. 120).
no admite la aplicación de las clásicas
herramientas de solución de antinomias
Por ello, el objetivo de una ciencia prác-
(Prieto, 2005, p. 152), pues normalmente
tica será conducir el actuar y por lo tanto
acontece entre disposiciones que “dicen
la voluntad que le mueve de conformidad
mucho al legislador” pero “muy poco al
con la razón, la razón práctica (Zagrebels-
juez” (Prieto, 2007B, p. 217).
ky, p. 121).
En consecuencia, como bien dice San-
Para Zagrebelsky, la ciencia jurídica ha
tiago Sastre, un común denominador de
de ser, como se ha dicho, “práctica”
las teorías neoconstitucionalistas es la
pero además “líquida”. Con lo primero,
insistencia en la necesidad de superar el el autor de El derecho dúctil destaca que
modelo que circunscribe la ciencia jurí- en el contexto actual la aproximación al
dica a la mera descripción del derecho derecho no puede ser desde una óptica
(Sastre, 2005, p. 251). Tal propuesta, sugie- lógico-formal puesto que los principios
re el autor, resulta atendible con base en demandan una aplicación especial –una
dos razones. Primero, porque no hacerlo argumentación– que tome en cuenta sus
implicaría la negación de la importancia (amplios, múltiples e indeterminados)
de la Ciencia Jurídica y, segundo, porque contenidos. Con lo segundo, alude al
la experiencia ha demostrado que bajo el deber de la ciencia jurídica (Sastre, 2005,
enmascaramiento de una supuesta cien- p. 257), especialmente de la dogmática
tificidad de ciertas ideas jurídicas –con constitucional, de velar por la coexistencia
el propósito de premunirlas de prestigio de la pluralidad de valores y principios que
y aceptación– se han disfrazado las más deambulan en esta “Metaética de Babel”2
“puras y duras ideologías” (Sastre, p. 251). que es el Estado constitucional. Ha de ser
como un líquido donde las sustancias que
Por eso los neoconstitucionalistas su- se vierten, los conceptos, mantienen su
gieren reconocer a la ciencia jurídica su individualidad y coexisten sin colisiones
carácter práctico. Zagrebelsky aclara el destructivas, aunque con movimientos y
alcance de esta propuesta:

En el modelo aristotélico se 2
Este gráfico y sugestivo ejemplo pertenece Alfonso
consideran ciencias teoréticas García Figueroa (García Figueroa, 2009).

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Sobre los neoconstitucionalismos. Una síntesis para constitucionalistas con alma de teóricos del derecho 199

oscilaciones, pero sin que jamás un solo pio democrático y la soberanía popular”
componente pueda imponerse o eliminar (García Amado, 2010, p. 131).
al resto (Zagrebelsky, 2008, p. 17).
Aunque con los matices propios de
cualquier metáfora, el modelo de juez
6. LOS JUECES EN EL NEOCONSTITUCIONALISMO.
del Estado constitucional de derecho se
asemeja a un sujeto que mira el derecho
Las cuatro ideas neoconstitucionalistas,
como una integridad, que niega que las
ya mencionadas, influyen también en
declaraciones e interpretaciones del
una última esfera: el rol del juez. En un
mismo sean simples informes objetivos
modelo donde la aplicación del derecho
que remontan a convencionalismos pre-
no depende de procedimientos lógicos
téritos o programas instrumentales, la
de aplicación automática y en el cual
tarea adjudicativa depende de opciones
corresponde al sentenciador la búsqueda
interpretativas-argumentativas y la actividad
del derecho no solo en las normas de
jurídica es una narrativa política en desa-
procedencia estatal –orientado perma-
rrollo (Dworkin, 2008, p. 164).
nentemente por la consideración y pon-
deración de los intereses sociales–, el rol Para jueces neoconstitucionalistas, la
de la judicatura no puede ser concebido aplicación del derecho a casos concretos
simplemente como el de un ejecutor de estará siempre teñida por los hechos del
las prescripciones genéricas contenidas caso. Pero además del texto normativo,
en las normas emanadas del legislador. ellos acudirán a consideraciones de inte-
gridad y equidad. A la sabiduría. A sus
En un contexto donde el derecho ha de ojos, la Constitución, repleta de cláusu-
verse como una práctica social compleja, las abiertas y abstractas, requiere una
consistente en decidir casos, justificar interpretación especial (Dworkin, 2008,
aquellas decisiones y producir normas p. 267).
derivadas de preceptos altamente abs-
tractos, el ordenamiento jurídico no es Por eso, en la agenda del neoconstitucio-
un dato dado de antemano (a la espera nalismo delineada –recordemos– por una
de que un jurista teórico o un juez lo Carta Fundamental omnicomprensiva y
sistematicen) sino una actividad en la plenamente normativa, el funcionamiento
que teóricos y jueces participan (Atienza institucional tiende con fuerza a la equi-
& Ruiz, 2009, p. 152), y no desde afuera. paración del modelo judicial europeo
con el estadounidense: en Europa (y en
Por eso, se acusa al neoconstituciona- Sudamérica) como en los Estados Uni-
lismo de “reforzar la influencia política dos, todos los jueces debieran ser jueces
de una supuesta ciencia jurídico-consti- constitucionales (Aragón, 2008, p.158).
tucional e impulsar un judicialismo que Aquello reclama, según Zagreblesky,
subvierte la relación entre los poderes una readecuación de la mayoría de los
del estado, poniendo en jaque el princi- estatutos organizativos de la judicatura.
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El carácter de la actividad jurisdiccional, la tercera, a una reconstrucción de las


nos dice el jurista italiano, que se desen- denominadas lagunas axiológicas en el
vuelve entre los principios y las reglas, Estado constitucional; la cuarta, a una
entre los hechos y el derecho debería tesis sobre la Ciencia Jurídica, y, la última,
conducir a la pregunta de si no resulta a una propuesta sobre la labor del juez en
incongruente la gestión de un derecho ya el contexto ya descrito.
no solo estatal bajo un modelo estatista
que trata al funcionario judicial como En tal escenario esperan respuesta diver-
un mero administrador, un burócrata sas cuestiones controvertidas. Entre ellas
lleno de apatía social, encargado de una por ejemplo, la eventual existencia de una
aplicación exacta y geométrica de la ley, diferencia estructural, interpretativa o de
distante de toda influencia. El punto sobre grado de apertura entre reglas y princi-
el que sugiere insistir es en “la posición pios. Lo primero significaría que estos
dual que necesariamente corresponde a poseen una morfología endémica que las
los jueces en el Estado constitucional: haría fácilmente identificables y distingui-
una especialísima y dificilísima posición bles de las reglas. En cambio, la segunda
de intermediación entre el Estado (como alternativa supone que los principios
poder político-legislativo) y la sociedad serían tales porque son susceptibles de
(como sede de los casos que plantean ser ponderados. Luego no sería posible
pretensiones en nombre de los principios reconocer a uno de ellos antes de la inter-
constitucionales), que no tiene paralelo pretación/aplicación en caso de conflicto
en ningún otro tipo de funcionarios pú- de normas. Le tercera forma de encarar el
blicos” (Zagrebelsky, 2008, p. 149). asunto es entendiendo que la diferencia
entre una y otra clase de normas estriba
en el grado de determinación de sus
CONCLUSIONES supuestos de hecho y/o consecuencias
jurídicas. Lo anterior implica reconocer
Las principales propuestas compar- que la indeterminación no es un elemento
tidas por la mayoría de las versiones exclusivo de los principios, sino que exis-
del neoconstitucionalismo se podrían ten reglas que también exigen al aplicador
resumir en las siguientes cinco ideas: la un esfuerzo interpretativo. En palabras de
separación del derecho respecto de la Prieto, reglas y principios pueden tener
Ley, la irrupción de los principios en las zonas de penumbra. La diferencia es que
constituciones, la expansión (o explosión) estos últimos suelen ubicarse en la oscu-
de las lagunas axiológicas, la concepción ridad que demanda un mayor esfuerzo al
argumentativa del derecho y un modelo intérprete (Prieto, 1998, p. 60).
militante de juez. La primera correspon-
de a un reporte acerca del estado actual También puede ser un objetivo valioso la
de las fuentes formales del derecho; la identificación del punto central de este
segunda, a una propuesta descriptiva conjunto de doctrinas. ¿Es un problema
del problema de las lagunas jurídicas; de antinomias o de lagunas jurídicas?
Revista Opinión Jurídica Universidad de Medellín
Sobre los neoconstitucionalismos. Una síntesis para constitucionalistas con alma de teóricos del derecho 201

Finalmente, resulta ineludible abordar BIBLIOGRAFÍA


en perspectivas más desprejuiciadas (y
menos interesadas) el impacto de los neo- Aragón, M. (2008). El juez ordinario entre legalidad
y constitucionalidad. En M. Carbonell (Ed.).
constitucionalismos en la aproximación
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contenidos morales en el derecho no es
algo nuevo, ni un resultado de la remate- Atienza, M. & Ruiz, J. (1996). Las piezas del derecho.
Barcelona: Ariel.
rialización constitucional. La sola defini-
ción de un régimen republicano basado Atienza, M. & Ruiz, J. (2009). Para una teoría
en una Carta Política que sustituya a una pospositivista del derecho. Lima: Palestra.
monarquía ya es portadora de contenidos
Bobbio, N. (1965). Sul positivismo giuridico. En
morales. Las propias reglas, sin necesidad Giusnaturalismo e positivismo giuridico (pp.101-
de acudir a principios, perfectamente 126). Milán: Cominitá.
pueden implicar el cumplimiento o la
C o m a nd u cc i, P. (20 0 9). C o n s t it u c i ó n y
violación de preceptos morales, asunto
Neoconstitucionalismo. En P. Comanduccii,
nada novedoso y vastamente reportado M. Ahumada & D. González. Positivismo jurídico
por célebres iuspositivistas. El problema y Neoconstitucionalismo (pp. 85-122). Madrid:
a elucidar y los prejuicios a desterrar di- Fundación Coloquio Europeo.
cen relación con la comprobación de si Dworkin, R. (1977). Taking rights seriously. London:
la moralización del derecho a través de Duckworth.
los principios implica o no una conexión
intrínseca del derecho con la moral, y Dworkin, R. (2008). El imperio del derecho. Barcelona:
Gedisa.
de ser así con cuál de ellas. Una única e
inmutable, como la propuesta por los ius- Ferrajoli, L. (1998). Derecho y razón. Teoría del
naturalistas preilustrados, o simplemente garantísmo penal. Madrid: Trotta.
y a lo sumo con la moral social; dificultad
García Amado, J. A. (2010). El derecho y sus
no vacua, pues su solución nos aproxima circunstancias. Bogotá: Externado.
o nos aleja al constitucionalismo ético.
García Figueroa, A. (1998). Principios y positivismo
jurídico: el no positivismo principialista en las teorías
Todo lo anterior enumera –desde luego de Ronald Dworkin y Robert Alexy. Madrid: CEPC.
no en forma taxativa– uno de los actuales
dilemas del derecho y la ciencia jurídica. García Figueroa, A. (2009). Criaturas de la moralidad,
El que a nuestro juicio solo encontrará una aproximación neoconstitucionalista al derecho a
través de los derechos. Madrid: Trotta.
soluciones adecuadas en tanto el derecho
constitucional se aproxime a la teoría Garzón, E. (1989). Algo más acerca del coto
del derecho y los iusfilósofos continúen vedado. Doxa, (Número 6), pp. 209-213.
interesándose en los asuntos constitu-
Guastini, R. (2006). Variaciones sobre temas
cionales. de Carlos Alchourrón y Eugenio Bulygin.
Derrotabilidad, Lagunas A xiológicas e

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