La relación con los demás es una de las cosas más importantes de la vida de
cualquier ser humano y la armonía en las relaciones, es una fuente de bienestar,
felicidad y seguridad. A su vez, el tejido social, la base de una comunidad, su capacidad de desarrollarse, dependerá del tipo de relaciones que establezcan sus individuos Un error muy común es creer que las relaciones se basan en lo que mostramos, en lo que decimos Esta creencia ha llevado a muchos a modular el timbre de su voz para hablar dulcemente, aunque estén llenos de ira, sonreír al mismo tiempo que sienten envidia o desprecio, decir cosas falsas... Puede que el otro no se dé cuenta de lo que realmente sucede, que no sea consciente en ese momento, pero internamente esas emociones influyen en la relación. Distinguimos tres formas de relacionarnos con los demás: de manera pasiva, asertiva o agresiva. Cada uno de nosotros utiliza predominantemente una de las anteriores, aunque, en ocasiones, usamos también las otras dos ¿En qué consiste cada uno de estos estilos de interacción? Estilo agresivo: Hacen gala de este estilo aquellas personas que anteponen sus intereses a todo. Lo más importante son ellos y lo que quieren, sus opiniones son la verdad, no ceden y actúan a costa de los demás, concretamente usando la descalificación, la manipulación, la ironía y las amenazas. Este estilo puede ayudar a conseguir objetivos, pero sus relaciones sociales son de baja calidad. Estilo pasivo: Poseen este estilo las personas con miedo a lo que puedan pensar los demás de sus opiniones, intereses o gustos. Tienden a creer que carecen de valor y dejan en un segundo plano sus deseos y necesidades. No se expresan apenas, son discretos y evitan situaciones sociales o acuden pensando que serán torpes socialmente y los demás les juzgarán por ello. Son más de no hacer que de hacer: hablar poco, no decir “no”, no pedir favores, no defender su opinión. Este estilo tan servicial puede resultar atractivo para algunas personas, son “manejables”, pero alcanzan niveles poco profundos de confianza e intimidad en sus relaciones interpersonales. Estilo asertivo: Lo apreciamos en las personas que son capaces de expresar sus opiniones, necesidades y derechos sin miedo a lo que otros puedan pensar, de forma firme pero amable, sin imponerse ni enfadarse, dejando también que los demás expresen sus opiniones, estén o no de acuerdo con ellas. Estas personas dicen lo que piensan de forma clara y respetuosa, tanto para expresar lo que les gusta como lo que les disgusta, dicen “no” cuando quieren negarse a una petición, piden favores y reconocen sus errores. Este estilo consigue mantener unas relaciones humanas satisfactorias. Dentro de estos mismos estilos existen comportamientos con un trastorno psicológico profundo que logran explicar el por qué hacemos y tratamos a las personas. Fijándonos en nuestras actitudes y comportamientos en las relaciones, podemos deducir, en términos generales, cuáles pueden ser nuestros conflictos psicológicos sin resolver. Algunos de los comportamientos con estos trastornos son: - Si se compara con los demás es debido a que teme ser menos, teme no ser valioso o que le minusvaloren. - Si se da cuenta de que está tratando de encontrar defectos en otra persona, si busca rebajarla, aunque sea sólo en su mente, es debido a que tiene envidia - Si nota una actitud orgullosa, de superioridad, es porque tiene miedo a sentirse inferior, a ser menospreciado. Íntimamente se ha sentido o se siente torpe y trata de sobreponerse con una actitud orgullosa. -Si trata de llamar la atención continuamente o no puede estar casi nunca solo, es porque siente un vacío interno al que teme, como si dejara de existir cuando pasa desapercibido. - Si rechaza a alguien, por los motivos que sean, es porque esa persona despierta en usted algún conflicto que le atemoriza - Si muestra prepotencia, evidentemente tiene miedo a que le vean poca cosa. Si quiere que le vean fuerte, teme esa debilidad que a veces siente internamente y trata de que no se note, ni siquiera usted quiere notarla. - Si es seductor, quiere captar a personas y desarrolla estrategias para lograrlo, esto es debido a que le interesa conseguir algo, puede ser dinero, o que le quieran, que le admiren por el aspecto de su pareja por consiguiente teme lo contrario, la pobreza, la soledad, el menosprecio Todos estos miedos afectan a nuestra vida diaria y a nuestras relaciones.