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ACTIVIDAD 3 REPORTE DE LECTURA LA EDUCACION EN AMERICA

LATINA LOGROS Y DESAFIOS PENDIENTES.


POR: MARGARITA POGGI

CLAUDIA LILIANA ROLDAN MEJIA

CATEDRÁTICO
DAVID ANTONIO CAMPUSANO ZENTENO

ASIGNATURA
EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVA

UNIVERSIDAD DE BAJA CALIFORNIA


DOCTORADO EN EDUCACIÓN
TULUA – VALLE -COLOMBIA
NOVIEMBRE, 2018
ACTIVIDAD 3 REPORTE DE LECTURA LA EDUCACION EN AMERICA
LATINA LOGROS Y DESAFIOS PENDIENTES.
POR: MARGARITA POGGI

Colombia se ha propuesto alcanzar en una generación, un nivel de ingreso per cápita cinco
veces superior al registrado en 2006, y para conseguirlo se propuso lograr una transformación
productiva y mejoras sustanciales en los niveles de productividad y competitividad. Aunque
estos cambios sólo tienen lugar en el mediano y largo plazo, es indispensable mantener el
foco en la visión y en el conjunto de acciones que se requieren para alcanzarla. El seguimiento
a los indicadores económicos y de competitividad permite evaluarse en relación con dicha
visión.
La economía colombiana ha crecido en los últimos dos años a tasas más elevadas de los
últimos 30 años. Este crecimiento ha sido causado, entre otros aspectos, por mejoras
sustanciales en materia de seguridad; mayor estabilidad macroeconómica, fuertes incentivos
a la inversión y un entorno económico internacional favorable. Dados los cambios adversos
recientes en el entorno económico internacional, para seguir creciendo a tasas elevadas, es
necesario que Colombia mejore su competitividad.

Es importante recordar que la competitividad refleja la capacidad de un país de crecer,


innovar, penetrar mercados internacionales y consolidar los existentes. Algunos indicadores
claves para medir la competitividad de un país son la productividad por trabajador o por hora
trabajada y el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante ajustado por Paridad de Poder
Adquisitivo (PPA).

D. La educación como factor de competitividad

La competitividad en la educación se ha asumido en las investigaciones en tres aspectos


básicos: la cobertura, la calidad y la pertinencia. En el marco de la Agenda Nacional de
Competitividad (Consejo Privado de Competitividad, 2012), el gobierno nacional se ha
comprometido a implementar una serie de acciones a corto, mediano y largo plazo para
mejorar la situación de la educación en el país, por esto, están previstas 23 acciones en
materia de calidad, cobertura y pertinencia que están previstas a ser finalizadas a más tardar
en el año 2016. El gobierno nacional es el que regula y formula la política educativa, pero
esa responsabilidad del servicio no solo recae solo en él, pues la ley 715 de 2001, hizo un
traslado de competencias específicas en materia de educación a los gobiernos locales, e
incluso a las instituciones educativas, las cuales tienen la obligación de administrar el servicio
educativo y garantizar condiciones de cobertura, calidad y eficiencia.
El país presenta grandes logros en incrementos de la cobertura educativa. De hecho,
Colombia registra niveles de cobertura bruta en educación Básica (Primaria y Secundaria)
superiores a 100%, lo cual es importante si se considera que esta tasa da cuenta de la
capacidad del sistema educativo para matricular a su población. Sin embargo, subsisten
grandes retos, principalmente en dos aspectos: incrementar la cobertura en aquellos niveles
que están más rezagados, preescolar (transición), media (grados 10º y 11º) y superior; y
reducir las inequidades que persisten entre las zonas urbana y rural, causadas principalmente
por la escasez de instituciones educativas en esta última.

El análisis por niveles de educación muestra que existen importantes rezagos en cobertura
bruta a nivel preescolar, con una tasa de 88% para 2011, razón por la cual el Gobierno ha
fijado como meta la cobertura bruta de 100% a 2014. En educación media la cobertura bruta
en 2011 fue de 80%, y la meta a 2014 es elevarla a 91%.

En cuanto a cobertura neta (capacidad del sistema para atender a la población en edad
escolar), las brechas por zona son preocupantes: en 2011 la cobertura neta en educación
media, por ejemplo, fue de 24,3% en zonas rurales, mientras en las zonas urbanas alcanzó
50,2%. Esto quiere decir que tres de cada cuatro jóvenes que habitaban en la zona rural del
país y que estaban en edad de atender los grados 10º y 11º no lo hicieron. En materia de
cobertura neta total (es decir, preescolar, básica y media), la diferencia en la cobertura
urbana-rural era de 16 puntos porcentuales en 2010, y se espera que en 2014 baje a 12. Es
competencia de los departamentos y de los municipios certificados velar por la cobertura en
su región, administrando los recursos que reciben del Sistema General de Participaciones
(SGP). Si bien el sector Educación es el que recibe el mayor porcentaje de recursos del SGP,
en la práctica se observa una gran heterogeneidad en la eficiencia con que se utilizan estos
recursos, explicada en su mayoría por las diferencias en la capacidad de gestión de las
entidades territoriales (Departamento Nacional de Planeación, DNP, 2010, págs. 18-22). Esta
heterogeneidad se da incluso en las entidades territoriales que reciben mayores recursos, por
lo que la cuestión no se circunscribe a un tema de recursos, sino principalmente a la eficiencia
en su gasto. A 2009, de las 32 ciudades capitales, solo 18 tenían cobertura bruta en básica
superior al promedio, y solo cinco igual o superior a 100%. (Maldonado, 2010).

Con el fin de complementar las acciones de los departamentos en materia de cobertura, se


propone al Gobierno continuar con la figura de los colegios en concesión y ampliar no solo
el número de estos sino las regiones donde operan. Adicionalmente, se debe aprovechar la
reciente Ley de Asociaciones Público-Privadas, que permitirá al Gobierno y a privados
estructurar proyectos para la construcción de infraestructura y provisión del servicio de
educación por parte de operadores privados que funcionen de forma similar al esquema de la
concesión y con el esquema de pagos diferidos que contempla dicha Ley.

En materia de educación superior, uno de los retos continúa siendo incrementar la


cobertura bruta, que a 2011 era de tan solo 40,3%. En 2009, Colombia ocupaba uno de los
niveles más bajos de cobertura en este nivel educativo en el contexto latinoamericano. La
meta fijada por el actual gobierno es incrementar esta cobertura a 50% para 2014, cifra que
continúa siendo baja si se compara con la de los demás países de referencia en 2009. Esto es
particularmente inquietante en la medida en que el acceso a la educación superior constituye
una vía eficaz hacia la formalización laboral: a mayor nivel educativo, mayor la tasa de
vinculación al sector formal (93,7% para el caso de los doctorados) y menor la tasa de
informalidad (23,4% para las personas con educación superior frente a 78% para las personas
con solo primaria).

La calidad como factor de competitividad. A pesar de que Colombia ha tenido


importantes avances en infraestructura, cobertura y seguimiento del sistema educativo, los
indicadores de calidad son preocupantes, los niveles alcanzados hasta el año presente obligan
a mejorar la calidad, que no solo es baja, sino también mal distribuida (Barrera, Maldonado,
& Rodríguez, 2011). Con esto se quiere decir que hay brechas notorias entre la calidad de la
educación urbana respecto a la rural; entre departamentos y entre colegios públicos y
privados.

Calidad de la Educación Preescolar, Básica y Media. Colombia ha asumido el reto de


participar en pruebas internacionales como Pisa, Timms y Pirls, en las cuales se compara el
desempeño de los estudiantes de diferentes países. La prueba Pisa, mide el desempeño de
estudiantes de 15 años en ciencias, matemáticas y lectura; Timms por su parte evalúa el
aprendizaje en matemáticas y ciencias, y la prueba Pirls, evalúa competencias lectoras entre
estudiantes de nueve y diez años.
En la prueba Pisa, los resultados son muy pobres, en 2009, el país se ubicó en el puesto
52 entre 65 países. La mayor parte de los estudiantes se ubican en el nivel 1, el cual no alcanza
a ser el mínimo aceptable (Nivel 2), de acuerdo a los estándares de la prueba. Un bajo
desempeño también se presenta en las pruebas nacionales Saber 9º, en donde la mayoría de
los estudiantes se ubican en el nivel mínimo, no alcanzando el nivel satisfactorio que se
espera.

Desde 2010, el gobierno colombiano viene diseñando una estrategia en el Programa de


Transformación de la Calidad Educativa (PTCE), se espera que, en el 2014, un 25% de los
estudiantes suba su nivel en las pruebas Saber, y posicionar al país entre los tres primeros
lugares a nivel latinoamericano, en las pruebas Pisa.

Los municipios tienen una buena parte, en la responsabilidad por la calidad educativa. Los
municipios certificados administran el personal docente y ejercen vigilancia y control. Al
igual a la cobertura existen debilidades institucionales y financieras que se traducen en
resultados muy heterogéneos entre los distintos departamentos. Santander, Bogotá, Antioquia
y Valle del Cauca, obtienen los mejores resultados; mientras Chocó y Guajira ocupa los
últimos lugares.

La calidad de los docentes y factores asociados a esta. Es un hecho incontrovertible que


el desempeño de los estudiantes de Básica y Media está fuertemente asociado a la calidad de
sus docentes.
Mc Kinsey (2000), al respecto asegura que “la calidad de un sistema educativo no puede
exceder la calidad de sus docentes”, por lo tanto, hay que reflexionar sobre cómo se da la
selección, formación, remuneración y ascensos de sus docentes y directivos. En Colombia,
el Decreto 2277 de 1979, rigió la carrera docente y luego fue modificada por la Ley 715 de
2001 y el Decreto 1278 de 2002. (Ministerio de Educación Nacional, 2014).

CONCLUSIONES
Destacar singularidades al ofrecer un marco comparativo de cada país puede invitar
a la reflexión para el reconocimiento de los avances y logros en materia educativa producidos
en la región, evidenciando los esfuerzos de escuelas y docentes para educar a niños y jóvenes,
en contextos cambiantes y en nuevos escenarios, las diferencias que se encuentran y a partir
de la crítica realizar construcciones colectivas que viabilicen procesos sociales en pro del
desarrollo de políticas públicas adecuadas a las propias realidades y persiguiendo los fines
educativos a alcanzar.
Esta ineludible comprender que la diversidad de los alumnos hace que el
reconocimiento de la pluralidad y el crecimiento en valores como la tolerancia, el respeto
generen sinergias para lograr en el aula igualdad de oportunidades.
Adaptar la escuela a la realidad para la atención y el respeto a la diversidad
de todos los alumnos, sin excepciones, para lograr una verdadera igualdad de oportunidades,
que integre y acerque, desde el conocimiento y la interacción reto de la escuela y de los
profesionales que la conforman. Todos pueden ser educados, todo sujeto puede desarrollar
y mejorar sus capacidades a lo largo de la vida, consenso moral de educar a todos, sin
exclusión alguna.
BIBLIOGRAFICAS
Martín, E. Mauri, T. (1996). La atención a la diversidad como eje vertebrador de la educación
secundaria. Martin, E; Mauri, T., La atención a la diversidad en la educación secundaria.
Barcelona: ICE-UB, Horsori, 13-36.
Poggi, Margarita. La Educación en América Latina: logros y desafíos pendientes

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