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CATEDRÁTICO
DAVID ANTONIO CAMPUSANO ZENTENO
ASIGNATURA
EQUIDAD Y CALIDAD EDUCATIVA
Colombia se ha propuesto alcanzar en una generación, un nivel de ingreso per cápita cinco
veces superior al registrado en 2006, y para conseguirlo se propuso lograr una transformación
productiva y mejoras sustanciales en los niveles de productividad y competitividad. Aunque
estos cambios sólo tienen lugar en el mediano y largo plazo, es indispensable mantener el
foco en la visión y en el conjunto de acciones que se requieren para alcanzarla. El seguimiento
a los indicadores económicos y de competitividad permite evaluarse en relación con dicha
visión.
La economía colombiana ha crecido en los últimos dos años a tasas más elevadas de los
últimos 30 años. Este crecimiento ha sido causado, entre otros aspectos, por mejoras
sustanciales en materia de seguridad; mayor estabilidad macroeconómica, fuertes incentivos
a la inversión y un entorno económico internacional favorable. Dados los cambios adversos
recientes en el entorno económico internacional, para seguir creciendo a tasas elevadas, es
necesario que Colombia mejore su competitividad.
El análisis por niveles de educación muestra que existen importantes rezagos en cobertura
bruta a nivel preescolar, con una tasa de 88% para 2011, razón por la cual el Gobierno ha
fijado como meta la cobertura bruta de 100% a 2014. En educación media la cobertura bruta
en 2011 fue de 80%, y la meta a 2014 es elevarla a 91%.
En cuanto a cobertura neta (capacidad del sistema para atender a la población en edad
escolar), las brechas por zona son preocupantes: en 2011 la cobertura neta en educación
media, por ejemplo, fue de 24,3% en zonas rurales, mientras en las zonas urbanas alcanzó
50,2%. Esto quiere decir que tres de cada cuatro jóvenes que habitaban en la zona rural del
país y que estaban en edad de atender los grados 10º y 11º no lo hicieron. En materia de
cobertura neta total (es decir, preescolar, básica y media), la diferencia en la cobertura
urbana-rural era de 16 puntos porcentuales en 2010, y se espera que en 2014 baje a 12. Es
competencia de los departamentos y de los municipios certificados velar por la cobertura en
su región, administrando los recursos que reciben del Sistema General de Participaciones
(SGP). Si bien el sector Educación es el que recibe el mayor porcentaje de recursos del SGP,
en la práctica se observa una gran heterogeneidad en la eficiencia con que se utilizan estos
recursos, explicada en su mayoría por las diferencias en la capacidad de gestión de las
entidades territoriales (Departamento Nacional de Planeación, DNP, 2010, págs. 18-22). Esta
heterogeneidad se da incluso en las entidades territoriales que reciben mayores recursos, por
lo que la cuestión no se circunscribe a un tema de recursos, sino principalmente a la eficiencia
en su gasto. A 2009, de las 32 ciudades capitales, solo 18 tenían cobertura bruta en básica
superior al promedio, y solo cinco igual o superior a 100%. (Maldonado, 2010).
Los municipios tienen una buena parte, en la responsabilidad por la calidad educativa. Los
municipios certificados administran el personal docente y ejercen vigilancia y control. Al
igual a la cobertura existen debilidades institucionales y financieras que se traducen en
resultados muy heterogéneos entre los distintos departamentos. Santander, Bogotá, Antioquia
y Valle del Cauca, obtienen los mejores resultados; mientras Chocó y Guajira ocupa los
últimos lugares.
CONCLUSIONES
Destacar singularidades al ofrecer un marco comparativo de cada país puede invitar
a la reflexión para el reconocimiento de los avances y logros en materia educativa producidos
en la región, evidenciando los esfuerzos de escuelas y docentes para educar a niños y jóvenes,
en contextos cambiantes y en nuevos escenarios, las diferencias que se encuentran y a partir
de la crítica realizar construcciones colectivas que viabilicen procesos sociales en pro del
desarrollo de políticas públicas adecuadas a las propias realidades y persiguiendo los fines
educativos a alcanzar.
Esta ineludible comprender que la diversidad de los alumnos hace que el
reconocimiento de la pluralidad y el crecimiento en valores como la tolerancia, el respeto
generen sinergias para lograr en el aula igualdad de oportunidades.
Adaptar la escuela a la realidad para la atención y el respeto a la diversidad
de todos los alumnos, sin excepciones, para lograr una verdadera igualdad de oportunidades,
que integre y acerque, desde el conocimiento y la interacción reto de la escuela y de los
profesionales que la conforman. Todos pueden ser educados, todo sujeto puede desarrollar
y mejorar sus capacidades a lo largo de la vida, consenso moral de educar a todos, sin
exclusión alguna.
BIBLIOGRAFICAS
Martín, E. Mauri, T. (1996). La atención a la diversidad como eje vertebrador de la educación
secundaria. Martin, E; Mauri, T., La atención a la diversidad en la educación secundaria.
Barcelona: ICE-UB, Horsori, 13-36.
Poggi, Margarita. La Educación en América Latina: logros y desafíos pendientes