Sie sind auf Seite 1von 7

Witinea Ye Helen Rebeca.

Temas Selectos de Literatura Española del Siglo de Oro.


5º semestre A.

La representación del amor cortés y la idealización de lo femenino en El ingenioso

Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra.

La obra de Cervantes, en nombre de los estudiosos quienes han analizado a profundidad su


obra icónica, como es El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha; se ha catalogado como la
más destacada de las obras dentro de la literatura española, además de ser, igualmente, una de las
principales dentro de la literatura universal.

Lo primordial dentro de la historia de don Quijote radica en la parodia que Cervantes nos
ofrece alrededor de las novelas de caballería, así mismo, la obra se ensalza en tópicos como la
ridiculización, el mundo fictivo –lo mágico y fantasioso de la personalidad particular del
protagonista–, la propia crítica literaria –dentro de los discursos que tanto el Cura (capítulo VI)
como el Clérigo (capítulo XLVII y XLVIII) realizan–, la valoración social del mundo de las armas
y las letras –que el mismo Don Quijote realiza (capítulo XXXVIII) –, el humor y la locura, y
finalmente, lo que nos concierne en el presente, la representación del amor cortesano que se da a
lugar a lo largo de toda la obra.

Esclarecedoramente, debemos recordar qué era el amor cortés. La práctica de esta actual
teoría nos remonta al siglo XI en la Provenza francesa donde surge dicha costumbre a expensas del
dominio del duque Guillermo IX de Aquitania, recordemos que fue una época durante la cual los
matrimonios eran concertados por intereses económicos o políticos y los esposos pasaban meses
en campañas de guerra, como las tan conocidas Cruzadas. De acuerdo con esta tradición, el amante
–caballero andante o trovador– idealizaba a su dama y estaba dispuesto a realizar todo tipo de
acciones para demostrarle que era merecedor de su amor. A partir de esta tradición surgen la lírica
trovadoresca y -en gallegoportugués- las llamadas cantigas de amor.

Este tipo de relación debía cumplir con ciertos requisitos para ser considerado amor cortés:

 La dama debía estar casada o comprometida y ser de mayor rango social que el
pretendiente.
 El marido no debía enterarse de la relación amorosa.
 Existía una relación de sumisión del caballero o trovador frente a la dama. Ella podía
pedirle cualquier cosa y él no podía negarse a ello.
 La relación pasaba por varias fases, pudiendo consumarse sexualmente o no.1

Ahora bien, y habiendo aclarado lo anterior, podemos afirmar que inclusive la relación
mantenida entre don Quijote y Dulcinea del Toboso puede considerarse dentro de la tradición del
amor cortés por varias razones. En primer lugar tenemos que resaltar la más que obvia “locura” de
nuestro caballero, quien a conveniencia, dentro de su mundo fictivo consigue que el papel propio,
como el de su dama, encajen a la perfección dentro de tan amainada práctica amorosa.

Dulcinea del Toboso, quien hace acto de aparición desde el primer capítulo de la obra y que
además es descrita por el mismo don Quijote, entra dentro de esta categoría que autodenomina a
la mujer como una dama con altiveza y prepotencia encausada hacia su caballero quien “sufre de
amor” hacia ella; además de que ella pasa a formar parte de este sinnúmero de damas en la literatura
española, que evidencian el canon de perfecta belleza femenina. Notemos pues, y poniendo especial
atención a lo anteriormente dicho en cuanto a la locura que apaña la mente del protagonista, que se
trata de una labradora y que antes de perder el juicio don Quijote “anduvo enamorado, aunque,
según se entiende, ella jamás lo supo ni le dio cata dello”. (Cervantes, 2016: p.26).

“Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de
quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque, según se entiende, ella jamás lo supo ni le dio cata
dello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a esta le pareció ser bien darle título de señora de sus
pensamientos; y, buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo y que tirase y se
encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla «Dulcinea del Toboso» porque era natural
del Toboso: nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a
él y a sus cosas había puesto”.2

Posteriormente, cuando don Quijote tiene que describir a su “reina y señora”, claramente
se aprecia la manera de idealizarla platónicamente, exaltando las maravillosas cualidades positivas
que ella posee a ojos de él:

1
FEHER, MICHEL. (2009). Un amor medieval: el amor cortés. Obtenido el 27 de septiembre de 2018 desde
(http://aetasmedievalis.blogspot.mx/2009/07/blog-post.html).
2
Cervantes, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. España: EDIMAT. (Cap I, p.26)
“Aquí dio un gran suspiro don Quijote y dijo:

–Yo no podré afirmar si la dulce mi enemiga gusta o no de que el mundo sepa que yo la sirvo. Solo sé decir,
respondiendo a lo que con tanto comedimiento se me pide, que su nombre es Dulcinea; su patria,
el Toboso, un lugar de la Mancha; su calidad por lo menos ha de ser de princesa, pues es reina y
señora mía; su hermosura, sobrehumana , pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los
imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos
sonoro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus
labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su
blancura nieve, y las partes que a la vista humana encubrió la honestidad son tales, según yo pienso
y entiendo, que solo la discreta consideración puede encarecerlas, y no compararlas”.3

Sin embargo, antes de enviar don Quijote su carta de amor reconoce que Aldonza Lorenzo
no es sino una labradora y que la admira desde hace tiempo. Aquí aparece la primera contradicción
con respecto al amor cortés, pues como vimos, la dama debe tener un nivel social más alto que el
del caballero y no al revés:

“…y en lo que toca a la carta de amores, pondrás por firma: «Vuestro hasta la muerte, el Caballero de la
Triste Figura». Y hará poco al caso que vaya de mano ajena, porque, a lo que yo me sé acordar,
Dulcinea no sabe escribir ni leer y en toda su vida ha visto letra mía ni carta mía, porque mis amores
y los suyos han sido siempre platónicos, sin extenderse a más que a un honesto mirar, y aun esto
tan de cuando en cuando, que osaré jurar con verdad que en doce años que ha que la quiero más
que a la lumbre destos ojos que han de comer la tierra, no la he visto cuatro veces, y aun podrá ser
que desta scuatro veces no hubiese ella echado de ver la una que la miraba: tal es el recato y
encerramiento conque sus padres, Lorenzo Corchuelo y su madre Aldonza Nogales, la han criado.

–¡Ta, ta! –Dijo Sancho–. ¿Que la hija de Lorenzo Corchuelo es la señora Dulcinea del Toboso, llamada por
otro nombre Aldonza Lorenzo?

–Esa es –dijo don Quijote–, y es la que merece ser señora de todo el universo.”4

3
Cervantes, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. España: EDIMAT. (Cap XIII, p.75-76)
4
Cervantes, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. España: EDIMAT. (Cap XXV, p.155-
156)
Finalmente, en la única carta que le envía don Quijote a Dulcinea le declara su amor
esperando una respuesta que nunca llegará. El lenguaje que utiliza es típico del amor cortés:

“CARTA DE DON QUIJOTE A DULCINEA DEL TOBOSO

Soberana y alta señora:

El ferido de punta de ausencia y el llagado de las telas del corazón, dulcísima Dulcinea del Toboso, te envía
la salud que él no tiene. Si tu fermosura me desprecia, si tu valor no es en mi pro, si tus desdenes
son en mi afincamiento, maguer que yo sea asaz de sufrido, mal podré sostenerme en esta cuita,
que, además de ser fuerte, es muy duradera. Mi buen escudero Sancho te dará entera relación, ¡oh
bella ingrata, amada enemiga mía!, del modo que por tu causa quedo: si gustares de acorrerme,
tuyo soy; y si no, haz lo que te viniere en gusto, que con acabar mi vida habré satisfecho a tu
crueldad y a mi deseo. Tuyo hasta la muerte,

El Caballero de la Triste Figura”.5

Ahora bien, la historia entre Don Quijote y Dulcinea no es la única representación de la que
Cervantes se sirve para ejemplificar la teoría del amor cortés dentro de su obra. En su segunda
salida en busca de nuevas aventuras caballerescas, nuestro caballero andante se encuentra ante la
historia de Antonio, cuya canción dedicada a una anónima Olalla, posee la esencia pura de una
canción popular dentro de la lírica española del Siglo de Oro y que, a su vez, se sirve del propio
lenguaje rico en cuanto a representación de la teoría del amor cortés:

“–Yo sé, Olalla, que me adoras,


Puesto que no me lo has dicho
Ni aún con los ojos siquiera,
Mudas lenguas de amoríos.
Porque sé que eres sabida,
En que me quieres me afirmo;
Que nunca fue desdichado
Amor que fue conocido.
Bien es verdad que tal vez,

5
Cervantes, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. España: EDIMAT. (Cap XXV, p.158-
159)
Olalla, me has dado indicio
Que tienes de bronce el alma,
Y el blanco pecho de risco […]”6

Por otra parte, dentro de la anécdota que involucra a Marcela la pastora, en donde ella funge
el papel de dama altiva, de rango social alto, de la que cuyo pretendiente –Grisóstomo– quien
adquiere la representación del caballero suspirante y quien igualmente dedica una canción
redundantemente de lenguaje cortesano y al puro estilo popular, se encuentra perdidamente
enamorado y es quien recibe el rechazo inminente por parte de la dama. Contrariamente a lo que
se podría pensar, la representación femenina de Marcela, y a pesar de concordar con algunos
aspectos y atributos relacionados a la ejemplificación de la mujer en tanto del amor cortés,
representa la liberación de lo femenino, que se venía avecinando en la literatura española desde la
aparición de las jarchas, alrededor del siglo XI.

“–No vengo, ¡oh, Ambrosio!, a ninguna cosa de las que has dicho –respondió Marcela–, sino a volver por mí
misma, y dar a entender cuán fuera de razón van todos que de sus penas y de la muerte de
Grisóstomo me culpan; y así, ruego a todos los que aquí estáis, me estéis atentos, que no será
menester mucho tiempo ni gastar muchas palabras para persuadir una verdad a los discretos.
Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa, y de tal manera, sin ser poderosos a otra casa, a
que me améis os mueve mi hermosura, y por el amor que me mostráis decís y aún queréis que yo
esté obligada a amaros. Yo conozco con el natural entendimiento que Dios me ha dado, que todo
lo hermoso es amable, más no alcanzo que por razón de ser amado, este obligado lo que es amado
por hermoso, a amar a quien le ama […]”.7

Lejos de lo que se podría relacionar con la historia de Marcela, quien a pesar de representar
la independencia de la mujer igualmente es el más cercano ejemplo alrededor del amor cortés;
podemos concernir de manera paralela a esta, la historia que se recrea alrededor del conflicto que
involucra a personajes como Dorotes, Luscinda y don Fernando, en la que Dorotea representa de
manera inversa el papel del caballero suspirante para con su dama y Don Fernando, el papel de la
dama altiva, casada y de un rango social superior:

6
Cervantes, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. España: EDIMAT. (Cap XI, p.66-68)
7
Cervantes, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. España: EDIMAT. (Cap XIV, p.81-82)
“–Si ya no es, señor mío, que los rayos deste sol que en tus brazos eclipsado tienes, te quitan y ofuscan los
de tus ojos, ya habrás echado de ver que la que a tus pies está arrodillada es la sin ventura hasta
que tú quieras, y la desdichada Dorotea. Yo soy aquella labradora humilde a quine tú, por tu bondad
o por tu gusto, quisiste levantar a la alteza de poder llamarse tuya; soy la que encerrada en los
límites de la honestidad vivió vida contenta, hasta que a las voces de tus importunidades, y al
parecer justos y amorosos sentimientos, abrió las puertas de su recato y te entregó las llaves de su
libertad […]”.8

En pocas palabras, al igual que Cervantes parodia las novelas de caballería, es evidente la
necesidad de ridiculizar el amor cortés al pretender parodiarlo dentro los diferentes géneros
literarios, resultantes de una literatura del Siglo de Oro, encontrados dentro del Ingenioso Hidalgo
Don Quijote de la Mancha, como la novela pastoril, la novela sentimental o la novela morisca. A
nadie se le escapan las numerosas y distintas veces en que este motivo se ve resaltado dentro del
texto y de cómo la intertextualidad funge un papel primordial dentro de la misma, pues es dentro
de esta última que tienen cabida las voces burlescas que se atañen a los cancioneros pertenecientes
tanto a la lírica popular como cortesana. De este modo, Cervantes muestra que incluso a una
persona carente de cultura como la hija del ventero le cuesta aceptar que ciertos supuestos del amor
cortés tengan cabida en la realidad:

"[ ... ] sólo sé que hay algunas señoras de aquéllas tan crueles, que las llaman tigres y leones y otras mil
inmundicias. Y, ¡Jesús!, no sé qué gente es aquélla tan desalmada y tan sin conciencia, que por no
mirar a un hombre honrado, le dejan que se muera, o que se vuelva loco. Yo no sé para qué es tanto
melindre: si lo hacen de honradas, cásense con ellos, que ellos no desean otra cosa.”9

De esta manera es como Cervantes se sirve para arremeter críticamente con las pericias
insulsas que se venían practicando desde siglos anteriores y que no se habían erradicado del todo.
La originalidad y el criticismo con que el autor ejemplifica y, a su vez, sataniza ese eco tardío que
se percibe justamente en la historia de don Quijote y en las numerosas historias paralelas que se
construyen alrededor de sus aventuras caballerescas, es la misma originalidad con las que
Cervantes pudo abrirse paso ante la realización de un potente obra de la literatura universal.

8
Cervantes, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. España: EDIMAT. (Cap XXXV, p.241-
242)
9
Cervantes, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. España: EDIMAT. (Cap XXXII, p.207)
BIBLIOGRAFÍA:

 CERVANTES, Miguel de. (2016). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.


España: EDIMAT.

Das könnte Ihnen auch gefallen