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UNA PERSPECTIVA CLINICA SOBRE LA MOTIVACION

Janice Posatery Burke. AJOT. April 1977. Vol 31. N- 4

Traducido por: Marcela Mercado, TO. Revisado por: Carmen Gloria de las Heras. TO.

La Terapia Ocupacional está basada sobre el principio de "involucrar activamente” al paciente


en tareas de beneficio terapéutico. Este método de tratamiento necesita confrontar las
necesidades del paciente con sus intereses y habilidades para intentar que el individuo
se motive para actuar o ejecutar algo.

La falta de motivación es generalmente uno de los obstáculos más difíciles en la práctica de


TO.

Las teorías clásicas de la motivación, de reducción de impulsos, son inadecuadas para revertir
la conducta de un individuo desmotivado. Este artículo ofrece el concepto de
causalidad personal corno un medio alternativo de comprender la motivación humana.
Esta noción se examina en dos modos de comportamiento, llamados peón y origen, en
un intento de comprender el complejo proceso del comportamiento auto iniciado y
autoguiado. Se proponen cuatro perspectivas para la intervención terapéutica que
promueven el comportamiento motivado en los pacientes. Ellas incluyen considerar los
siguientes aspectos: las expectativas de éxito o fracaso, la orientación interna v/s
externa, la creencia en las habilidades y el sentido de eficacia.

El valor inherente de la participación activa en la vida es un tema recurrente en la literatura


temprana que proveyó la base para la T.O. Con el reconocimiento de la T.O. como
disciplina y su ingreso o emergencia formalizada en la sociedad, el lazo entre la
actividad y la salud fue de importancia primaria. El mandato del TO fue confrontar las
necesidades del paciente con sus intereses y habilidades a fin de obtener un
comportamiento de beneficio terapéutico. Este concepto de involucramiento activo fue
bien reconocido y articulado en el trabajo de muchos de los primeros autores y
fundadores del campo, tales como Adolph Meyer, Louis Hass, Eleanor Clarke Slagle y
William Dunton.

Un compromiso actual con los principios originales requiere que los TO se interesen en
incentivar la participación del paciente en el proceso de tratamiento. La meta de la
intervención de TO es satisfacer las necesidades del paciente con una disfunción
emocional, física y cognitiva a través del "involucramiento activo " en las actividades, lo
que desarrollará las habilidades y los hábitos necesarios para la vida diaria.

Los temas de mayor interés en este acercamiento terapéutico son: la disponibilidad del
paciente para involucrarse en la actividad, el valor que es dado por el paciente a la
participación en esta actividad y el uso futuro de las habilidades que serán
desarrolladas en el proceso. Para algunos pacientes, la explicación de las habilidades
que se adquieren a través de la actividad y la actual participación están íntimamente
relacionadas. Sin embargo para otros, los sentimientos de duda, inquietud y no
importancia están siempre presentes. Estos sentimientos a menudo crean un obstáculo
en el proceso terapéutico y son generalmente anotados en nuestros casos como "falta
de motivación". Estos son los casos donde los métodos usuales de confrontar los
intereses, metas, valores y el nivel actual de habilidades de un paciente con una
apropiada actividad terapéutica no dan resultado. Por el contrario, el TO empieza a
descubrir que el paciente tiene un patrón de desinterés e inhabilidad, característico de
su estilo de vida.
El Problema:

La dependencia asociada a la incapacidad crónica y la desesperanza de la persona a menudo


son instancias extremas por las cuales se manifiestan la "falta de motivación".

Para comprender la dependencia y la desesperanza, el terapeuta debe reconocer los


fundamentos de su presencia. En tales casos, el individuo no sufre una falta de
aspiración por las metas que la sociedad valora, sino de un sentimiento de que existen
pocas posibilidades de lograr u obtener estas metas. Los sentimientos de importancia o
ineficiencia no son el resultado de una falta de valores y aspiraciones apropiadas, sino
de inhabilidades para sortear obstáculos. No es sorprendente que se de una falta de
motivación junto con la frustración que provienen de una disparidad entre las
aspiraciones y la habilidad para implementarlas.

El Propósito:

El problema que se encara al trabajar con casos que no responden o progresan es: ¿Cómo
puede ser desarrollado el deseo para un comportamiento auto iniciado? ¿Que
comportamiento es el más provechoso para los individuos en su ambiente particular y
también para mantener una fuente de motivación?

Estas complejas interrogantes han sido estudiadas y analizadas extensamente en la literatura,


los laboratorios y en ambientes experimentales. De acuerdo a Berenson y Steiner, los
científicos conductistas han ofrecido numerosas racionalizaciones para los orígenes,
métodos y refuerzos de la motivación. Aunque no existen respuestas aún definidas
para las interrogantes acerca de la motivación, una revisión sistemática podría
proporcionar una información útil.

El propósito de este folleto es examinar las complejidades de la "motivación" en lo que se


refiere a cómo se relacionan con los individuos que están adquiriendo habilidades,
identificando el proceso que da por resultado un comportamiento auto iniciado.
Basándonos en las conclusiones delineadas desde este examen, se delinearan las
estrategias de tratamiento funcional.

Motivación y Adaptación

El organismo humano interactúa en un ambiente complejo y siempre cambiante. El término


adaptación es utilizado para describir el complejo proceso por el cual un individuo
mantiene una relación útil con el ambiente. El término implica flexibilidad y efectividad
para satisfacer las condiciones nuevas y cambiar las anteriormente disruptivas. La
adaptación requiere que el individuo sea capaz de cumplir con los desafíos de la vida.
Los individuos pueden parecer competentes cuando son capaces de llevar a cabo
aquellas transacciones con el ambiente que dan por resultado el mantenerse a sí
mismos, crecer y prosperar. Las interrogantes que surgen desde esta perspectiva son:
¿Qué es lo que origina o causa que el individuo interactúe en el ambiente? ¿Cuál es el
motivo para tal actividad?

Teorías de la Motivación:
Las teorías clásicas de la motivación están basadas en los principios de un comportamiento
orientado o en búsqueda de metas, hasta un nivel de necesidades viscerogénicas
(tisulares). Los impulsos son originados de las necesidades que están en déficit, tales
como el hambre, la sed y el sexo. Estos impulsos son una condición necesaria para la
actividad y el aprendizaje. Los impulsos internos activan o alertan al organismo y su
cualidad poderosa y persistente promueve la actividad que eliminará el estado de
necesidad y así, reducirá el impulso. Los estudios que llegan a esta información fueron
hechos sobre seres no humanos, con un parentesco lejano al hombre en la escala
filogenética. Los seres humanos son energizados por un Sistema Nervioso (SN) más
elaborado que el de las ratas, gatos, perros, etc. El SN del hombre es una fuente de
impulsos tales como la exploración, la manipulación y la actividad. Estos impulsos no
se originan de estados internos de déficit. El aprendizaje que se produce no se basa en
una respuesta consumada o una reducción de impulsos. El aprendizaje que ocurre en
la interacción ambiental es mucho más complejo que el aprendizaje explicado por los
estados de impulsos viscerogénicos. Las habilidades simbólicas del hombre, la
excepcional capacidad para recibir, comunicar, almacenar y procesar información lo
distingue y ubica en un sitio diferente de todos los otros organismos vivientes. Los
impulsos biológicos del hombre son enfocados y elaborados por el sistema social en el
cual interactúa. Así, una teoría aceptable de la motivación humana para el desempeño
debe establecer no solamente por qué las metas son intentadas y buscadas, sino
también incluir los factores que influencian como se buscarán, como son ejecutadas y
el significado que tienen para el individuo que las logra o no.

Causalidad Personal:

En este modelo de trabajo propuesto, la visualización de los motivos humanos está


fundamentada sobre la asunción de que el hombre tiene un impulso para usar su
capacidad para interactuar efectivamente con su ambiente. El comportamiento humano
es visto como una función de causas físicas y de causas personales. Una visión más
extensa requiere una consideración más comprehensiva de las conexiones entre los
resultados objetivos y las causas subjetivas. Richard DeCharms, un psicólogo, buscó la
relación entre los conceptos de motivación y los comportamientos de los seres
humanos en ambientes sociales sofisticados. El concepto de causalidad personal es
una articulación de su trabajo en el área de la motivación.

La causalidad personal se define como "la iniciación (por parte de un individuo) del
comportamiento destinado a producir un cambio en el ambiente". El postulado básico
es que la propensión motivacional primaria del hombre es ser efectivo en la producción
de cambios en su ambiente. Como el hombre busca ser el agente causal de su
comportamiento, el locus de causalidad descansa dentro del individuo y es provocado
o incentivado por una combinación única de determinantes psicológicos y físicos de un
individuo en un momento dado. La noción central para el concepto de causalidad
personal es el feedback. Esta es la herramienta que nos permite evaluar los resultados
de nuestro comportamiento y establece la guía para los comportamientos futuros. Si el
resultado deseado es obtenido, el individuo desarrollará un sentido de "tener un efecto"
y un sentimiento de éxito en controlar el ambiente. El comportamiento futuro depende
de las estimaciones hechas relacionadas con la probabilidad de que una cierta
conducta llevará a un resultado esperado.

Peón y Origen:
Para elaborar más acerca del concepto de causalidad personal, DeCharms caracteriza dos
modos dominantes de comportamiento, el peón y el origen. Los elementos del peón
son bien descriptos por el sentimiento de un ser movidos por una fuerza externa a uno.
Tiene poca importancia en sí mismo y es utilizado por el gusto de otros, más que por su
propia satisfacción. Los individuos que manifiestan ser como peones en su
comportamiento, no aceptan su culpa en las situaciones en las cuales ellos se perciben
como víctimas. Ellos ven pocas oportunidades para escoger ya que se sienten forzados
y no libres para tomar una decisión. Cuando esto se experimenta regularmente, la
orientación peón se centra alrededor del sentimiento que las acciones están siendo
determinadas por fuerzas externas, más allá de nuestro control. Los refuerzos o
efectos de la conducta se cree que están controlados por la suerte, la chance, el azar,
etc. Esta clase de conducta tiene un locus de control externo.

El origen está en el otro extremo del continuo. El comportamiento que lo caracteriza es


encontrado en aquellos individuos que creen que ellos pueden controlar su propio
destino. Ellos fácilmente estarán más alertas a aquellos aspectos del ambiente que les
proveen una información útil para su comportamiento futuro. Ellos implementarán
etapas para mejorar sus condiciones ambientales, darán un mayor valor a sus
habilidades, sentirán mayor placer y compromiso personal en una tarea, y en general,
se verán más interesados en sus habilidades. El locus de control para el origen es
interno. Es importante notar que el continuo desde el peón es evidente. Esto es, ningún
individuo es ya sea un peón y origen en su comportamiento total. Más bien, nuestro
comportamiento "peón" puede emerger en patrones de situaciones particulares. Del
mismo modo, los comportamientos "origen" dominan bajo otro set de circunstancias
distinto. Los dos comportamientos están presentes en nuestra vida y son necesarios si
uno quiere interactuar exitosamente en diferentes roles. Este folleto se interesa en la
dominancia poco saludable de un comportamiento sobre el otro.

Cuando esto ocurre, da por resultado un estado patológico que interfiere con o limita a la
persona para adquirir independencia en las tareas de la vida diaria.

Cuatro Perspectivas de la Causalidad Personal

El comportamiento escogido por un individuo depende de las estimaciones acerca de la


probabilidad de que ese comportamiento nos lleve al resultado deseado. Los T.O. son
capaces de influenciar el factor probabilidad a medida que ellos monitorean
cuidadosamente la adquisición de las habilidades necesarias para el comportamiento
efectivo de los pacientes.

La efectividad o el efecto del proceso de competencia pueden ser observados específicamente


en los programas que ayudan a la regeneración del comportamiento motor y la
integración sensorial. Sin embargo, los terapeutas somos negligentes si no tenemos
programas que incluyan los amplios efectos de nutrir y fortalecer la causalidad personal
de los pacientes y la visión de ellos de ser capaces de tener un efecto sobre un mundo.

En la siguiente sección, se describen cuatro perspectivas para mirar la causalidad personal y


para fundamentar la planificación clínica. Estas perspectivas son complementarias, ya
que son partes de un todo - ellas pueden ser utilizadas clínicamente en conjunto o por
separado -.

Expectativas de éxito o fracaso

El individuo desarrolla un ciclo de comportamiento para la acción futura basándose en el


comportamiento pasado y las experiencias. Los sentimientos de éxito y de tener un
efecto sobre el ambiente constituyen sentimientos positivos, un sentimiento de fracaso
hace visualizar el futuro negro, ruinoso. Al mirar la causalidad personal, el TO debe
considerar las asociaciones que los pacientes hacen cuando ejecutan la tarea y la
probabilidad que esa conducta que exhiben actualmente los guiará hacia el objetivo
proyectado.
La noción de éxito y fracaso puede ser vista en el trabajo de Smith acerca de la competencia:

Como el concepto de interacción lo dice, el avance del desarrollo o el déficit es típicamente una
materia de ciclos benignos y viciosos. Al lanzarse sobre la trayectoria correcta, la
persona probablemente acumulará éxitos que fortalecerán su orientación hacia el
mundo, mientras adquiere, al mismo tiempo, el conocimiento y las habilidades que
hacen sus posteriores éxitos más probables. Su involucramiento ambiental
generalmente los llevará a la gratificación y a una creciente competencia y a un
desarrollo favorable. Si tenemos un mal comienzo, por otro lado, luego encontrará
fracasos que lo harán ser renuentes a ensayar. Lo que para otros serán desafíos, para
él serán amenazas.

Los T.O. están entrenados para observar la calidad en el desempeño de las habilidades del
paciente. Ellos analizan las actividades y las tareas y las dividen en pasos fácilmente
manejables y razonablemente estructurados, compatibles con las habilidades del
individuo. Estas son las habilidades que provee el terapeuta con la habilidad para
interrumpir y revertir el “ciclo vicioso de fracaso". Las experiencias pasadas del
paciente, tanto los éxitos como los fracasos, proveen una base sobre la cual juzgar
cómo ellos se desempeñaron y desempeñarán en el presente y futuro. Es importante
confrontar las habilidades con las tareas disponibles.

El tipo de actividad debiera ser escogida por el paciente, pero el ligar las capacidades a las
tareas es responsabilidad del terapeuta.
Orientación interna v/s externa:

Los individuos orientados internamente (origen) quienes se ven a sí mismos con poder y control
serán más activos debido a su creencia en que las habilidades que poseen satisfacen
los requerimientos de la tarea. Ellos son capaces de juzgar en forma segura sus
habilidades, basándose en su conocimiento personal, en que ellos han desarrollado
tareas similares en el pasado y que ellos conocen cuáles habilidades utilizar.

Los individuos externamente orientados (peones) se sienten controlados por fuerzas externas.
Ellos son pasivos, debido a que tienen la creencia de no tener influencia sobre lo que
les sucede. Ellos no analizan el hecho de poseer ciertas habilidades y recursos sobre
los cuales descansa. En el pasado, sus experiencias parecen menos bajo su control y,
más dependientes de la suerte y la chance. Ellos simplemente desempeñan la tarea
como si fueran dirigidos o requeridos con poca iniciativa.

Estos sentimientos de ser externamente controlados se manifiestan y se magnifican en


pacientes que han sufrido un daño físico como resultado de una injuria traumática o
enfermedad. El T.O. necesita apreciar los sentimientos de incapacidad en los
individuos, la pérdida de control, así también como la falta de posibilidades para
realizar elecciones.

Aún si las vías nerviosas han sido severamente dañadas y el control motor se ha perdido, los
individuos aún conservan la habilidad y el derecho de una determinación interna de su
comportamiento.

Creencia en las habilidades:

A medida que se desarrollan las habilidades y la competencia, se genera en los individuos un


sentido de control. Este sentido de control se deriva del valor que el individuo da al
adquirir una habilidad particular. Estas habilidades llegan a ser su conjunto de recursos
para realizar una participación razonable en futuras tareas. Cuando se desarrollan
pocas habilidades, o cuando el foco del programa terapéutico son las habilidades que
no son importantes para el individuo, ellos se verán deficientemente equipados para
satisfacer los requerimientos ambientales. Los éxitos son cumplidos con un sentido de
suerte y no son reconocidos como un resultado directo de experiencia. Como
resultado, el individuo ocupa o se basa en estas experiencias para guiar su
comportamiento en situaciones similares futuras.

Inherente a la creencia en las habilidades está la necesidad de una orientación basada en la


realidad. Los individuos deben reconocer los obstáculos externos y movilizarse para
adquirir las destrezas que son importantes para su supervivencia a pesar de estos
obstáculos.

Posterior a un trauma o daño, las habilidades necesitan ser adquiridas en situaciones menos
serias que lo que el mundo real tolera. Esto da al individuo una posibilidad de “ensayar"
las habilidades sin serias consecuencias. La exposición a un rango de posibilidades
provee de oportunidad para explorar, establecer y evaluar prioridades para nuestra
vida. El terapeuta debe permitir que los individuos definan sus gustos. El proceso
terapéutico entonces, llega a ser útil para los individuos a medida que ellos reconocen
lo que es razonable y cómo puede ser logrado.

Sentido de eficacia:

Los individuos que han adquirido los recursos y las habilidades y las utilizan para efectuar
cambios en el ambiente tendrán un sentido de eficacia. Ellos sentirán confianza, serán
capaces de manejar las tareas diarias que deben ejecutar para sobrevivir. Sin un
sentido de eficacia, los individuos se sentirán poco importantes, con muy poco valor.
Las habilidades que no son personalmente útiles e importantes se atrofian en un lapso corto de
tiempo, por lo que se deben confrontar con las metas del paciente.

MOTIVACIÓN POR LA OCUPACIÓN.

Janice Burke. (1983). Del Libro Health Through Occupation de Gary Kielhofner. Extracto del
Capítulo: “Definiendo la Ocupación”.

Motivación por la ocupación

Las tempranas explicaciones de la motivación se centraron primero en los determinantes


fisiológicos del comportamiento y luego en los psicológicos. Freud contribuyó con
importantes constructos relacionados a la teoría de los instintos como parte de la teoría
psicodinámica de la motivación. Freud vio a los instintos como los motivadores o
impulsos principales del comportamiento, que operaban con el fin de satisfacer un
estado de necesidad del organismo, que se originaba como resultado de un proceso
somático. Este estímulo interno poderoso y persistente promovía actividades que
llevaban a una reducción del impulso.

En la visión que Freud tenía del desarrollo, la necesidad de gratificación era la característica
más importante, la que contribuía al bienestar emocional y a la formación de la
personalidad. Las revisiones posteriores de esta teoría cambiaron el énfasis en lo
referente a las influencias básicas sobre el organismo, desde la influencia instintiva,
hacia la relación humana. Nuevamente el énfasis dado a los estados de necesidad
dominaban la visión de la motivación humana: la necesidad del amor materno, de la
aprobación parental, de la aceptación de los padres.

Otra tradición importante, el conductismo (condicionamiento operante), veía en forma similar, al


comportamiento como una función de los impulsos provenientes de necesidades
tisulares, que llevaban o daban por resultado una conducta consumada. Los conceptos
conductistas se enfocan sobre el medio ambiente como la fuente de recursos tendiente
a la reducción de impulsos. Se presumía que el organismo buscaba elementos en el
ambiente que le permitían satisfacer los impulsos y aprender.

Las tradiciones Freudianas y Conductistas (condicionamiento operante) consideran al


comportamiento humano como un medio por el cual reducir la tensión originada por
estados tisulares. Ellos visualizaban al organismo buscando inconscientemente la
homeostasis, la conducta estaba orientada a este fin y el aprendizaje surge como
resultado.

En un intento por explicar la motivación o la persistencia en una actividad después que los
impulsos han sido satisfechos o cuando están ausentes, White utilizó el concepto de
competencia:

"La competencia de un organismo significa su habilidad o aptitud para llevar a cabo aquellas
transacciones con el ambiente que den por resultado el mantenerse, desarrollarse y
enriquecerse".
El concepto de competencia, a diferencia de las conceptualizaciones anteriores, no explica el
comportamiento basándose solo en los déficits tisulares o en los estados de necesidad.
Más bien, White postula un sentimiento de eficacia, el que incluye los impulsos para la
manipulación, exploración y la actividad. Este impulso de eficacia lleva al organismo a
buscar la interacción efectiva con el ambiente. Por medio del continuo involucramiento
en, y del aprendizaje acerca del mundo, los individuos llegan a estar mejor equipados
para satisfacer las demandas de peligro o las situaciones de supervivencia que puedan
encontrar. El aprendizaje es considerado como un proceso continuo que se da siempre,
independiente de las necesidades tisulares.

Berlyne hablo del rol del SNC y de su relación con la motivación de eficacia. Explicó que el SN
estaba programado de tal forma que se involucraba en actividades perceptivas o
intelectuales por su propio gusto. De acuerdo a Berlyne, los organismos humanos
experimentan estados placenteros de "conflicto y estímulo" cuando encuentran
información acerca del ambiente. Los individuos seleccionan la información a la cual
atender basándose en sus niveles óptimos de alerta y en su interés individual por el
estímulo nuevo. Los comportamientos exploratorios activados por tal estímulo son
únicas para cada individuo a medida que se involucra en la interacción ambiental.

Estas nociones de la motivación basadas en la competencia proporcionan una explicación del


comportamiento sobre la necesidad (de todos los individuos) de explorar y efectuar
cambios en su ambiente. Richard DeCharms desarrolló el concepto de causalidad
personal en un intento por definir los factores internos que influyen al sentimiento de
eficacia. Él rechazó las teorías tradicionales de la motivación, basadas en el dualismo
mente- cuerpo y muy enfocadas hedonísticamente. DeCharms refirió que estas eran
maneras insuficientes de definir la conducta que no es necesariamente "impulsada".
Dijo que el conceptualizar la motivación como un estado afectivo que origina la
conducta era inadecuado, ya que "esto presupone una interpretación para- mecánica
de la relación entre los afectos y el comportamiento. Básicamente, el afecto debe
preceder al comportamiento y originarlo, casi en el sentido de energizarlo o al menos
dirigirlo".

DeCharms ofrece una explicación más amplia de la motivación, a la que denomina causalidad
personal. Este concepto propone que el comportamiento es función, no solamente de
los eventos físicos (tales como los estados tisulares) sino también de causas
personales (ej., la experiencia de ser una causa). El comportamiento se desarrolla en el
recién nacido en una compleja trama de aprendizaje a partir de la experiencia y del
impulso de tener un efecto sobre el ambiente. Los niños repetidamente se observan a
sí mismos causando cambios en los objetos de su mundo físico, y van desarrollando
gradualmente una comprensión de su habilidad para trasladar las cosas físicas. Estos
efectos le proporcionan información en reacción a sus sentimientos de causalidad. A
medida que pasa el tiempo, el niño logra una visión de sí mismo como capaz de tener
un efecto sobre una amplia variedad de áreas.

El postulado básico propuesto por DeCharms es que “la propensión motivacional primaria del
hombre es el ser efectivo en la producción de cambios en su ambiente”. Dos modos de
comportamiento que representan los extremos finales del continuo de efectividad, son
denominados Origin y Peón. Los individuos que manifiestan conductas de Peón son
más propensos a sentir que tienen pocas elecciones con relación a lo que hacen y son
menos capaces de sentirse en control de sus acciones. Por el contrario, los Origin
sienten que tienen control sobre lo que les sucede y están más alertas a las
oportunidades del ambiente. Aquellos que creen que pueden controlar su propio
destino probablemente estarán alertas a aquellos aspectos del ambiente que le
proporcionen información útil para su conducta futura, para tomar las medidas a fin de
mejorar su situación, darán un valor mayor a las destrezas y estarán preocupados e
interesados por sus habilidades. En el otro extremo, están las personas que creen que
lo que les sucede es un resultado de la suerte, el destino o de otros poderosos.
Escogiendo conceptos para la Terapia Ocupacional

La importancia que tienen los constructos motivacionales para la T.O. es su habilidad


para explicar el por qué las personas se involucran en las ocupaciones. De esta forma,
los conceptos de motivación que mejor lo logran son escogidos para la T.O.

Tradición teórica

Los conceptos de motivación representan dos tradiciones teóricas importantes. La primera


postula que la tendencia motivacional básica de los seres humanos proviene de
necesidades tisulares y su meta es la reducción de la tensión. Las teorías
psicodinámicas y conductuales (condicionamiento operante) comparten esta estructura
común, localizando los determinantes biológicos de la motivación en la alteración de
los estados viscerales homeostáticos (ej.: hambre, sed, sexo) y su manifestación
psicológica en los impulsos. Esta tradición considera a los seres humanos como
organismos pasivos que buscan la tranquilidad y la satisfacción de los deseos, a fin de
alcanzar la homeostasis. La motivación es externa y reducidora de tensiones, y la
conducta sirve a los propósitos de lograr ganancias secundarias (motivación
extrínseca).

La segunda tradición, representada en el trabajo de White, DeCharms y otros, ve en los


humanos un impulso motivacional adicional o alternativo. Ve a la motivación generada
intrínsecamente, con propiedades manifiestas de búsqueda de tensión. Se propone
que los humanos poseen un impulso por los estados de inestabilidad, desafío y alerta,
que está localizado dentro de los substratos del sistema nervioso. De esta manera, en
contraste con la temprana tradición de los impulsos viscerogénicos, el impulso de
efectividad es neurogénico. Además, en esta visión del comportamiento, es muy
importante el aspecto fenomenológico de la experiencia humana como modificador de
la motivación. La experiencia del individuo con relación a su desempeño y sus
resultados, va a influenciar los futuros impulsos motivacionales. Los humanos son
considerados como actores conscientes que realizan sus propias elecciones para el
comportamiento, basándose en sus necesidades de exploración y participación y en
sus creencias personales a cerca de sus propias habilidades.

Compatibilidad con la premisa de la ocupación

En la T.O. el concepto de ocupación es definido como dirigido a una meta, involucramiento


activo. Tal actividad es consciente, planificada y placentera. Así, la primera tradición
psicológica que da énfasis a la base motivacional de la actividad fundada en el
inconsciente, basada biológicamente en las necesidades tisulares, es inapropiado e
incompatible con la visión aceptada de ocupación. La segunda tradición que propone el
carácter consciente, intrínseco y neurológicamente basado de la motivación es
adecuada y puede ser incorporada a la teoría de la disciplina y a los principios de la
intervención terapéutica.

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