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Balam Hidalgo López

Biología General
Profesor Dr. Hector González Cerezo
Ensayo

LA EVOLUCIÓN Y EL DISEÑO CIEGO

Nuestra mayor parte de la vida trascurre en un ir y venir constante, envueltos en la resolución


de problemas prácticos principalmente, pero cuando observamos detenidamente el mundo
fácilmente nos podemos quedar maravillados de él. Si uno mira la naturaleza quedara
asombrado de la manera tan perfecta que funciona. Todo parece coordinado, todo parece
encajar en su lugar. Esto ha asombrado tanto al hombre desde tiempos remotos que en su
búsqueda de una explicación ha reparado que todo esto tiene que estar hecho por alguien, por
un diseñador inteligente. Ha sido lo dice la tradición cristiana por ejemplo, y sin temor a
equivocarse así lo dice el sentido común. Pero ¿es esto verdad? A mucha gente le parece
obvio.

Otra idea relacionada a esta ha sido la concepción antropocéntrica que el hombre ha tenido
del mundo. Es decir, el hombre ha creído a lo largo de la historia que las cosas fueron creadas
para él. El hombre se ha creído el centro del universo. El propósito del universo es el
desarrollo de la vida del hombre. La creación de Dios se hizo para el hombre, dirían los
creyentes. Ha esto Richard Dawkins lo ha llamado “la vanidad en retrospectiva”. (Dawkins,
2008, págs. 21-34) Pero esta imagen poco a poco ha sido socavada por la ciencia. El primer
gran golpe que sufrió provino de Copérnico, ya que el afirmo que la tierra no era el centro
del universo. Sin embargo la tesis del diseño sigue aun en pie y ha resistido mucho más que
cualquier otra creencia.

Esta tesis no se pudo poner en duda realmente, ya que no se contaba con las bases sólidas
pare ello, hasta que en 1859 se Charles Darwin publicara El origen de las especies con el
cuan hacia presciencia por primera vez la teoría de la evolución. En primera instancia la teoría
de la evolución se oponía al creacionismo. Para usar la metáfora de Dawkins, lo que proponía
la teoría de la evolución no es que el mundo haya sido diseñado por un diseñador inteligente
con planes preconcebidos, sino que más bien la evolución era como un relojero ciego. No
hay plan concebido, no hay diseñador solo hay el trabajo de la misma evolución. Esta idea
es la que se va explorar en este ensayo.
Balam Hidalgo López
Biología General
Profesor Dr. Hector González Cerezo
Ensayo

El trabajo de la evolución es un diseño perfecto. Pensemos en el murciélago, este animal


carece de visión, apenas y tiene unos pequeños ojos. Además piense como vive el murciélago,
su vida es nocturna, eso quiere decir que sale a alimentarse de noche. Pues parece que la vida
de día se encuentra saturada por las demás especies y de alguna manera los murciélagos
tienen que ganarse la vida. Como dice Dawkins hay más maneras de morir que de vivir, de
alguna manera las especies se tienen que adaptar al ambiente para sobrevivir sino perecerán.
¿Por qué la vida del murciélago transcurre durante la noche? Una explicación es que ha sido
precisamente por adaptación, y esta historia se puede remontar hasta los mamíferos que
existieron en los tiempos de los dinosaurios, dado que era un verdadero peligro buscarse el
alimento durante el día tuvieron que ingeniárselas para sobrevivir, así que muy bien pudieron
aprovechar la noche para alimentarse.

Pero surge una pregunta ¿Cómo al carecer de un sistema visual como el nuestro puede el
murciélago buscar su alimento de noche? Y recálquese “de noche”. Pues la evolución
encontró una respuesta a este problema, un sonar. Es sabido que el murciélago se orienta
mediante un ecolocalizador. Es decir, el sistema funciona mediante ondas de sonido, el
murciélago emite estas ondas que chocan y regresan a sus oídos, cuando los captan ellos
saben por ejemplo donde está su presa, si hay una pared enfrente de ellos etc. Es como si
vieran por medio de este sistema.

Los seres humanos también diseñamos sistemas parecidos a los del murciélago, los radares
para detectar submarinos que se desarrollaron durante la segunda guerra mundial es un
ejemplo del desarrollo de este sistema. Otro ejemplo es el aparato que usan los policías para
medir la velocidad de los autos en las carreteras. A nosotros nos costó mucho desarrollar este
tipo de tecnología, es por eso que resulto increíble cuando se descubrió que los murciélagos
lo habían desarrollado antes que nosotros.

Nosotros no podemos oír los ultrasonidos que emiten los murciélagos, solo los podemos
captar mediante equipos especiales. Pero a pesar de la utilización de micrófonos especiales
nosotros no podemos oír lo que realmente escucha los murciélagos. Los murciélagos de
herradura son capaces de alterar la velocidad de sus chillidos dependiendo de si están cazando
algún insecto o no.
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Uno se puede preguntar cómo es que los murciélagos no confunden los sonidos que emiten
con los sonidos que emiten sus compañeros. De hecho se ha intentado imitar y reproducir el
sonido que producen los murciélagos pero a pesar de los intentos ellos no han caído en la
trampa. La evolución por selección natural hizo una creación tan perfecta que estos
inconvenientes lo resuelven los murciélagos de buena manera. Una manera como piensa
Dawkins que resuelven estos problemas, es que, los murciélagos construyen una especie de
“historia coherente” con sus representaciones realizadas mediante el sistema ecolocalizador.
Es decir cada sonido tiene con el siguiente una continuidad de tal manera que todo aquello
que no entre de manera continua en este flujo de percepción del murciélago, este lo descarta
automáticamente.

Imaginarse como es ser un murciélago para un humano es bastante difícil, de hecho hay un
muy influyente artículo en filosofía de la mente escrito por el filósofo Thomas Nagel titulado
¿Cómo es ser un murciélago? (Nagel, 2011) Nagel utiliza nuestra incapacidad para conocer
las experiencias de los murciélagos para mostrar los límites de la explicación reduccionista
de la conciencia. Eso de suyo es interesante e importante, pero para lo que nos interesa es
resaltar el siguiente punto: aunque construyamos aparatos que imiten al sistema
ecolocalizador del murciélago nosotros como diseñadores no sabríamos como se vería el
mundo desde ese punto de vista.

Pero ¿cómo es que la naturaleza crea sistemas tan perfectos sin necesidad de un diseñador?
Muchos piensan que si es cierta la teoría de Darwin las cosas se darían por azar, pues muchas
cosas son tan improbables que no encuentran otra explicación más que la del diseño
inteligente. Por ejemplo acertar con la hemoglobina es casi nulas. Pensemos en una analogía
que Dawkins nos pone sobre la mesa. Yo creo que la mayoría de nosotros hemos escuchado
la posibilidad de que un mono tecleando al azar en algún momento podría llegar a escribir
toda la obra de Shakespeare. Las probabilidades de esto serían ínfimas. Pero pensemos en un
ejemplo relacionado, cómo es posible que una computadora programada para producir la
siguiente oración: “Es muy parecido a un perro” tecleando letras al azar. ¿Cuáles son las
probabilidades? Dependen de cuantas letras tenga la oración, pero lo que sale en los intentos
son cosas como estas:
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Assdheuhdklasdlashdlasojdo

O esta

Ajdoijsaodijñoiedjñasijdñasoeñ

Si la computadora tiene que hacer de nueve todo en cada nuevo intento parece casi imposible
que pueda llegar al objetivo. Aquí hay que distinguir dos tipos de evolución por selección
natural, uno es la selección cumulativa y otra es la selección por una etapa. La segunda se
trata de lo que nuestra computadora ha hecho, a saber, iniciar de nuevo en cada intento, desde
cero.

Seguramente a usted le ha pasado que cuando se pone a observar las nubes es muy común
que le encuentre ciertas formas. Estas van desde rostros felices hasta varios tipos de animales.
De hecho una vez un piloto de un avión afirmo ver formado el rostro de Cristo en una nube.
¿Milagro? No pura casualidad y un poco de imaginación por parte de la gente, o más bien,
mucha imaginación. Las nubes se forman en cada momento, no hay una continuidad entre
una nube que se separa de otra. Nosotros heredamos la mitad de los genes de nuestros padres
pero una nube que se separa de otra, llamémosla nube hija, no hereda ningunos genes de su
padre, o sea que si esto sucediera, la nube hija tendría cierto parecido a sus padres.

Este es un ejemplo de selección por una etapa. Pero en cambio en la selección cumulativa el
trabajo no inicia de cero sino que tiene como base el trabajo pasado. Regresemos a nuestro
ejemplo del computador. Para llegar escribir la frase “Es muy parecido a un perro” no tiene
que iniciar de cero cada vez sino que modifica algo de lo escrito anteriormente. Entonces el
proceso se vería más o menos así:

Em disojsoi djoisdo ijjdo

Después:

Es dus psoidoisao nxrxo

Es musp pasoisa e axc nrro

Es muy parecidu e anc parro


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Hasta llegar a la frase

Es muy parecido a un perro

Cómo se ve el trabajo inicia donde se había quedado la anterior etapa, así ya no parece tan
azaroso el asunto. Más bien, lejos de ser cuestión de azar nuestra formación de la oración es
resultado de un proceso, cortó en este caso, pero de un proceso al fin de cuentas, con etapas
determinadas, una detrás de otra. Cada etapa depende de la anterior, no hay saltos mágicos.
Así trabaja la selección cumulativa. Y así trabaja la naturaleza, mediante cambios continuos
en diferentes etapas aunque a veces esos cambios no sean grandes cambios sino que a partir
de pequeños cambios que se van acumulando a lo largo de la historia de las especies es que
se alcanza su diseño. Las diferencias entre generaciones se originan mediante cambios en los
genes (mutaciones) que controlan el desarrollo. Claro en el caso de nuestro ejemplo del
computador había un fin prestablecido, en la naturaleza no hay tal fin, sino que, como dice
Dawkins, “en la vida real, el criterio selectivo es siempre a corto plazo, la simple
supervivencia o, en términos más generales, el éxito en la reproducción”. (Dawkins, El
relojero ciego , 1986)

Así con una gran cantidad de trabajo y energía, con nuevos intentos cada vez, algunos
exitosos otros fallidos, la selección natural va formando a los organismos. No se necesita de
milagros, simplemente que “cada paso se ha conseguido escalando mediante algoritmos
brutos y mecánicos” (Dennett, Bombas de intuición y otras herramientas de pensamiento,
2015, pág. 168), los cuales se construyen sobre la base de la etapa anterior.

A pesar que la selección natural no tiene fines y no necesita de algún creador, me parece que
la idea de Darwin vino a invertir una parte de nuestro pensamiento, es decir, podemos seguir
pensando que la naturaleza está diseñada, cosa que como hemos dicho parece de sentido
común, sin embargo podemos sostener que a pesar que hay diseño en la naturaleza este no
tiene ningún diseñador. Esto podría sonar raro pues parece que cuando hablamos de diseño
necesariamente conlleva un diseñador. Pero piénsese en el átomo los griegos lo llamaron así
porque precisamente era lo más fundamental de la realidad, no era posible dividirlo. Pensar
en dividir al átomo era contradictorio, sin embargo, ahora la física moderna ha demostrado
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que el átomo se divide y ahora nos parece normal hablar de las partes del átomo. De igual
manera puede pasar con la evolución, podemos hablar de diseño por evolución sin presuponer
un diseñador.

Podemos, pues, hablar de que la naturaleza tiene sus razones que si algo ha evolucionado de
la forma que lo ha hecho es porque la selección natural tuvo sus razones. Así pues podemos
decir que las razones principales por las cuales trabaja la selección natural son por la
sobrevivencia y la reproducción, por supuesto hay intentos fallidos donde no logran la meta
y por esas “razones” desaparecen. Pero acá hay que ser cuidadosos cuando se habla de
“razones”, no quiere decir que en la naturaleza haya o ella sea una gran mente, por el contrario
la naturaleza y la selección natural son ciegas, no piensan, simplemente hacen lo que hacen.
Las “razones” las describimos nosotros, cuando aplicamos ingeniería inversa a las creaciones
de la selección natural y descubrimos las “razones”, como en el caso de los murciélagos.

Uno de los críticos de Darwin Robert Beverley MacKenzie hizo una feroz crítica contra la
idea de Darwin, sin embargo, me parece que caracteriza muy bien a la idea por selección
natural:

“En la teoría con la que tenemos que lidiar, la Ignorancia Absoluta es el artífice, así que
podemos enunciar como el principio fundamental de todo el sistema que PARA FABRICAR
UNA MÁQUINA PERFECTA Y BELLA NO HACE FALTA SABER CÓMO HACERLA.
Si se estudia con cuidado se verá que esta proposición expresa, de manera condensada, el
propósito esencial de la Teoría, y expresa en pocas palabras todo el sentido del señor Darwin,
quien, por una extraña inversión de razonamiento, parece pensar que la Ignorancia Absoluta
está plenamente calificada para tomar el lugar de la Sabiduría Absoluta en todos los logros
de la habilidad creativa.” (MacKenzie, 1868)

Pero precisamente esa “inversión de razonamiento” es lo que hace tan revolucionaria la idea
de Darwin. Lejos de ser una debilidad es su fuerza. Pues de lo que consta esta “inversión” es
del hecho que haya competencia sin comprensión. Muchos valoran la comprensión, muchos
quieren comprender muchas cosas, por ejemplo, los científicos quieren comprender los
fenómenos de la naturaleza. Y en varios asuntos humanos eso está bien. Pero en la naturaleza
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las cosas no funcionan así, los animales usan sus equipos que tienen disponibles sin necesidad
de comprender por qué los tienen o cómo funcionan. Los procesos de la naturaleza son
ciegos, un ejemplo, es el cuclillo un parasito. La hembra deja sus huevos en un nido de padres
adoptivos, la hebra tira un huevo, por si acaso los padres huéspedes saben contar. El huevo
del cuclillo madura antes que los anfitriones, así cuando nace se encarga de tirar los demás
huevos del nido, para que así todo el cuidado y la atención se centren en él, Maximiza los
beneficios. Esto se puede resumir con lo que Francis Crick llamo la Segunda Ley de Orgel:
“La evolución es más lista que tú”.

La naturaleza está llena de ciclos, el ciclo del carbón, el ciclo del agua, el ciclo de Krebs. El
ciclo de Krebs es la reacción química que convierte combustible, es decir, comida, en energía
en el proceso de metabolismo esencial para la vida. También hay ciclos en la vida humana,
la invención de motores de combustión no es más que ciclos de tiempo. Piense como un
humanos hizo su primera hacha. Fue desgastando la roca contra otra roca, piense el tiempo
que debió de invertir para lograrlo Pero al fin de cuentas fue un ciclo. La evolución por
selección natural es el gran ciclo, el ciclo que diseña ni más ni menos que la vida en el planeta
tierra. Son los ciclos los que hacen el trabajo duro.

Bibliografía
Dawkins, R. (1986). El relojero ciego . Barcelona: Labor.

Dawkins, R. (2008). El cuento del antepasado. Un viaje a los albores de la evolución. España: Antoni
Bosch editor.

Dennett, D. C. (1999). La peligrosa idea de Darwin. Barcelona: Galaxia Gutenberg. Círculo de


Lectores.

Dennett, D. C. (2015). Bombas de intuición y otras herramientas de pensamiento. México: Fondo


de Cultura Económica.

MacKenzie, R. B. (1868). The Darwinian Theory of the Transmutation of Species Examined. Londres:
Nisbet.

Nagel, T. (2011). ¿Cómo es ser un murciélago? En M. Ezcurdia, & O. Hansberg, La naturaleza de la


experiencia. Volumen 1 Sensaciones (págs. 45-64). México: UNAM.
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