¿Las personas con discapacidad intelectual o psicosocial gozan de capacidad jurídica?

Al hablar de este controversial tema debemos de tener en cuenta que muchas y muy
variadas son las posturas que afirman o niegan si las personas con discapacidad intelectual
o psicosocial gozan de capacidad jurídica, (tópico al que le llamaremos a partir de este
momento cuestionamiento madre) sin embargo, en este pequeño escrito pretendo compartir
con el lector mi personal punto de vista, mismo que he de aclarar, tiene un enfoque
meramente jurídico ya que cuenta con el respaldo de obras creadas por algunos de los
máximos doctrinarios de la materia civil y la propia legislación vigente para lo1grar su
cometido. No obstante, al tratarse de un tema tan complejo en el que intervienen factores no
solo jurídicos sino también médicos, y sin duda hasta morales me daré a la tarea de
establecer mi discurso mediante

¿Qué es una persona?

La primera interrogante que resulta crucial someter a análisis para llevar a bien la
resolución de la pregunta central es la referente a la “Persona”.
De primera mano, cualquier individuo podría darnos una definición inmediata sobre lo que
la persona significa en su vida, exteriorizando que se trata sin más, de un ser humano que
vive, muere y que está inmerso en el mundo, definición que bien puede ser válida, de igual
manera, así como la anterior definición puede ser válida muchas otras en las que se añadan
atributos como la dignidad, la libertad o la responsabilidad, la angustia o la santidad, la
insensatez de la vida o el destino podrían ser tomadas como correctas, no obstante, esa
clase de definiciones en vez de acercarnos a nuestro cometido nos estaría alejando.
Por otra parte, si deseásemos no ahondar dentro de discusiones sociológicas, antropológicas
y hasta filosóficas, nos podría bastar con dejar por sentado que, al Derecho solo le interesa
la “Persona” con una sola de sus múltiples posibilidades, misma que se reduce a “Ser el
centro de imputación de derechos y obligaciones”, esta atinada definición nos permite dotar
a la persona de 6 atributos fundamentales que la completan y la llenan de características
que la materializan dentro del plano real y aún más dentro de la vida en sociedad. El
primero y más importante de los atributos antes mencionados es “La capacidad jurídica”,
este será abordado a profundidad en posterior análisis ya que él es el causal de los demás,
así mismo de él se desprende la controversia resultante de nuestro cuestionamiento madre.
Los restantes atributos corresponden a la “Nacionalidad”, “Estado Civil”, “Patrimonio”,
“Nombre” y “Domicilio”.
Por último, es menester aclarar que la Doctrina reconoce la existencia de dos clases de
personas que se dividen en “Físicas” y “Jurídicas o Morales”. Las personas Físicas son
aquellas a las que les dedicamos el estudio anterior, seres humanos dotados de atributos que
resultan ser el centro de imputación de derechos y obligaciones, por el contrario, las
personas jurídicas son todas aquellas que son centro de imputación de derechos y

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obligaciones pero que no son humanos en un sentido amplio, una mejor definición resulta
al afirmar que las personas jurídicas son aquellas creadas por la propia voluntad de
personas físicas a quienes la ley faculta para hacerlo y que tienen como objetivo un
determinado fin.
La persona (Física o Jurídica), como ente material perteneciente a la realidad posee otra
característica que puede llegar a confundirse un poco con la
Una vez finalizado este tema procederemos a someter a análisis lo que refiere a la
capacidad jurídica de la persona.
¿Qué entendemos por capacidad jurídica?
Como anteriormente mencionamos, la capacidad jurídica es un atributo inherente a la
persona, característica y facultad que prevalece independientemente de la clase social, color
de piel, localización geográfica u origen, la capacidad jurídica es un elemento que el
hombre tiene por el solo hecho de ser hombre2, podemos decir que la capacidad jurídica es
aquel atributo que la persona

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Utilizaremos la palabra “Hombre” como conjunto que engloba a todo el género humano, sin realizar
distinción de sexos o ideología para facilitar el discurso del presente trabajo.