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Influencia del deporte en la política

El deporte y la política tienen cosas en común, como la presión a hacer las cosas bien y
mantener siempre una imagen pulcra de quien lo practica. Aunque para ser sinceros la
política es descarada en ese aspecto y muchos de nosotros usamos la famosa frase “robó
pero hizo”, eso es porque sabemos que el político es por naturaleza corrupto y aceptamos
que aunque robe se le perdona si cumple funciones en pro de la comunidad.
A veces los políticos utilizan el deporte para su beneficio, pues saben que gran parte de
los votantes es gente joven que se interesa por alguna disciplina en particular y es ahí
cuando meten la mano para captar sufragios. Una ecuación simple, deporte+obras=votos.
Es por eso que el deporte cumple una función única en la sociedad, que no es otra que
unir masas.
En Venezuela se ve a menudo como en los escenarios deportivos hay vallas gigantescas
con la cara del político beneficiario, y es que en nuestro país tenemos la mala costumbre
(los políticos) que cuando alguien hace algo, la forma de demostrarlo es con una
gigantografía aunque él mismo se dé cuenta que su cara no cuadra dentro de un estadio.
No sé si los deportes necesariamente le equipan a uno con las cualidades inherentes al
liderazgo político, pero ciertamente enseñan compostura, autocontrol y como ceder el
interés propio para lograr una meta más amplia. Los deportes enseñan la importante
lección de cómo perder, y lo que quiero decir con ello es que los juegos le enseñan a uno
como aceptar la desilusión, como corregir un error y como remediar un defecto personal.
Lo que hace nacer una autoconfianza única que sospecho puede ser muy útil en la vida
política.
El deporte no solo debe ser política de Estado, porque este debería orientado al desarrollo
social, el mejor slogan para el deporte es el utilizado en las Pequeñas Liga de Béisbol de
Venezuela “El objetivo es social, el deporte es sólo un medio”. El “fair play” debe formar
parte de la vida misma, incluirse en la política como se ha hecho en la psiquis de los
atletas.
La corrupción es un mal del cual el deporte no escapa, se compran partidos, árbitros,
jugadores, existe el dopaje y otros medios negativos que empañan la belleza de la
actividad deportiva. En la política se compran tribunales, jueces, se roba al pueblo, se le
miente al pobre por el afán de tener poder. Entonces me pregunto yo; ¿Qué es lo que hace
al deporte y a la política distinta?
Fácil, la ilusión de la gente, la esperanza de ver a un jugador o un equipo ganar, que te
den la alegría de dar una vuelta olímpica. Se preguntarán entonces ¿Pero también quiero
ver ganar a mi partido político o a mi candidato? Pues sí, tienen razón, si lo quieren ver,
pero al final del arco iris la historia siempre termina igual, el que era amado por muchos
termina siendo odiado porque robó o engañó, mientras que el deporte te hace olvidar
dicha pena.
El deporte ayuda para olvidarlo todo, problemas del corazón (no cardíacos), económicos,
personales, de salud, incluso políticos, pues dentro de un estadio sólo existe el color del
equipo al que tu apoyas y así tu vecino de silla sea afecto a otro partido político no te
importa pues viste la misma camiseta que tú. En la política eso se ha convertido en casos
extraños de que dos personas de distintos bandos políticos no peleen o discutan por
razones ideológicas.
El deporte y la política son primos hermanos de las victorias, pues victorias son amores
y nadie quiere a un equipo o político perdedor. Son antagónicos en su concepción pero
necesarios el uno para el otro para vivir, pues el deporte necesita en ocasiones de la
inyección económica de la política, y la política necesita de la inyección de votos que le
da cuando apoyan al deporte.
Quizás suene como un trabalenguas pero sé que entendieron lo que quise escribir, total a
buen entendedor pocas palabras.
En algunos casos, el estudio del deporte puede hacerse para comprender, a través de él, a
la sociedad en su conjunto. Es decir, en la medida en que el deporte está inserto en una
sociedad, participa de su cultura, etc... Al estudiar la práctica del deporte se está
aprendiendo también de la propia sociedad en la que está inserto. Estaríamos tomando el
deporte como un espejo o un modelo en pequeño de la sociedad.
En ese caso diríamos que la sociología del deporte es realmente “sociología a través del
deporte”. Porque el objeto es comprender la naturaleza de la sociedad en su conjunto, la
forma en que se organizan y relacionan diferentes categorías y grupos de gente, cómo se
comportan en la sociedad, la forma de interpretar y dar significado a sus interacciones y
a sus experiencias colectivas, los problemas, asuntos y procesos sociales que afectan a la
sociedad...
En muchas ocasiones el deporte está unido a sentimientos de orgullo nacional y a un
sentimiento de identidad nacional. En muchos países es rutinario que suene el himno
nacional y que se haga ondear la bandera en cualquier acontecimiento deportivo (no sólo
en competiciones internacionales). Los líderes políticos suelen aprovechar cualquier
victoria de un equipo nacional o local para mejorar su imagen apareciendo con ellos en
los balcones de los ayuntamientos de turno.
Y el deporte ha sido usado (y todavía lo es) por los países como una manera de promover
la imagen nacional, o en algunos casos la imagen de un sistema político o económico.

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