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Capítulo 7

Clasificación de las tierras por su capacidad


de uso
Contenido
7.1 Metodología para la clasificación de tierras 154
7.2 Subclase IIIhs 157
7.3 Subclase IIIe 158
7.4 Subclase IVe 159
7.5 Subclase IVec1 160
7.6 Subclase IVec2 161
7.7 Subclase VIe 161
7.8 Subclase VIec. 162
7.9 Subclase VIesc 163
7.10 Subclase VIIes 164
7.11 Subclase VIIIesc1 165
7.12 Subclase VIIesc2 165
7.13 Subclase VIIesc3 165
7.14 Clase VIII 166
Clasificación de las tierras por su capacidad
de uso

El progreso y la estabilidad económica de una región depende básicamente de la capacidad que poseen sus suelos para proporcionar
alimento y materias primas para la industria y la medicina.

Al incorporar las tierras a la explotación agrícola o pecuaria se alteran sensiblemente los ecosistemas y a la vez se desarrollan procesos
destructivos, principalmente relacionados con la erosión, los cuales tendrán mayor o menor incidencia dependiendo del manejo que
se dé a los suelos.

En el departamento de Risaralda, la erosión es un fenómeno bastante generalizado en las diferentes formas del terreno. Este proceso
se manifiesta principalmente como terraceo o pata de vaca, haciendo que las laderas presenten el aspecto de una superficie rizada,
tal como se aprecia en la foto 18.

La propagación a gran escala de este fenómeno puede atribuirse al efecto de una amplia gama de factores, principalmente a la
tala y quema indiscriminada de los bosques, las formas escarpadas del terreno, la erodabilidad del material parental constituido
primordialmente por ceniza volcánica que descansa sobre esquistos y finalmente el factor socioeconómico, que es, sin lugar a dudas
de gran importancia, por cuanto la presión latifundista despoja a los campesinos de los terrenos aptos para la agricultura y los
obliga a establecer sus parcelas en sectores escarpados, cuyas pendientes sobrepasan el 75%, acelerando de esta manera los procesos
erosivos. Ver foto 17.

Para programar la explotación agrícola, forestal o turística de este sector del país, es necesario aplicar políticas tendientes a minimizar
el efecto erosivo, teniendo en cuenta como objetivo fundamental la conservación del recurso suelo, objetivo que se logra aplicando
a cada tierra en particular el uso y manejo que esté acorde con sus aptitudes y limitaciones; además teniendo presente que cada uno
de los suelos tiene una capacidad de producción máxima, la cual se obtiene cuando se pone en práctica el sistema de manejo que
más conviene.

Para poder llevar a cabo un eficiente plan de conservación de los suelos risaraldenses, es indispensable agrupar las tierras en unidades
que presentan condiciones similares para su explotación. Este procedimiento conduce a la obtención de las clases de tierra por su
capacidad de uso, los cuales facilitan la escogencia de alternativas de uso y manejo para cada tierra en particular.

El principal objetivo de este capítulo es evaluar la potencialidad agrícola, pecuaria, forestal o de recreación de las tierras del
departamento de Risaralda.
FOTOGRAFÍA 17. Tierras de la subclase VIIse. En primer
plano la tala y quema indiscriminada favorecen la erosión.
Al fondo áreas con vegetación natural en donde se aprecian
algunos derrumbes y golpes de cuchara.

FOTOGRAFÍA 18. Tierras de la subclase VIsec. El uso


inadecuado (sobrepastoreo) ha llevado a fenómenos erosivos
severos representedos por terracetas o “pata de vaca”
Para tal fin nos apoyamos tanto en el análisis de las características morfológicas, fisicoquímicas y mineralógicas de los suelos, como
también en el estudio de otros factores que como el relieve, el clima, la situación socioeconómica y cultural de los habitantes, inciden
en la utilización de las tierras y permiten su agrupación en unidades que puedan recibir similares prácticas de uso y manejo.

La clasificación de estas tierras se realizó según las normas establecidas en el manual 210 del Servicio de Conservación de Suelos de
los E.U. con algunas modificaciones introducidas por el Instituto Geográfico “Agustin Codazzi” (IGAC), con el objeto de adaptar el
sistema a nuestras condiciones tropicales.

Las modificaciones mencionadas hacen referencia principalmente a: La clase de tierra se determina no cualitativamente sino
mediante la cuantificación de los factores que intervienen en la definición de Capacidad de Uso. La cuantificación de los factores
determinantes se reporta en la Tabla 23, en la que se valoran parámetros relacionados con la pendiente, grado de erosión, grupo
textural, pedregosidad o rocosidad, profundidad efectiva, fertilidad, permeabilidad, drenaje, susceptibilidad a las inundaciones y
aspectos climáticos.

Las clases de tierras presentan limitantes que aumentan paulatinamente de la Clase I a la VIII, de manera que a medida de que nos
alejemos de la Clase I, disminuye el número de cultivos que se pueden producir. Al mismo tiempo que aumentan las prácticas de
conservación que deben realizarse para proteger el recurso suelo.

Teniendo en cuenta que el territorio Risaraldense involucra desde el clima cálido hasta el nival y el estudio de suelos se realizó a nivel
general, la clasificación de las tierras se llevó a nivel de subclase pro Capacidad de Uso.

7.1 Metodología para la clasificación de tierras


Los suelos dominantes se escogieron según la leyenda del mapa de suelos y la evaluación de las características se hizo según los
parámetros reportados en la Tabla 23.

Al comparar los valores obtenidos en la Tabla 23 con los aceptados en la Tabla 24 se obtuvo la clase a la que pertenece cada suelo.
Una vez obtenida la clase de tierra, se hicieron resaltar los limitantes dominantes agregando a la clase una o mas de las siguientes
letras minúsculas s,h,e,c que hacen relación a; s, limitantes por suelo; h, exceso de humedad; e procesos erosivos acelerados, c ,déficit
de humedad; c , temperaturas muy bajas y c exceso de precipitación. Este mecanismo permite ubicar a las tierras en sus respectivas
subclases de capacidad. Este procedimiento se verificó tanto para la unidad cartográfica central como para una de sus fases.
TABLA 23. Evaluación de los limitantes de las tierras

Valores limitantes 1 2 3 4 5 6 7

% de pendiente 0-3 3-7 7-12 12-25 25-50 50-75 >75

Grado de erosión Sin Ligera Moderada Severa Muy severa

Profundidad efectiva >150 100-150 50-100 50-25 10-25 0-10

Grupo textural Gruesa Mod.Gruesa Media Mod.fina Fina


A-AF FA F-FL-L FAr- FArL- FArA ArA- ArAL-Ar

Drenaje natural Pantanoso Pobre Imperfecto Moderado Bueno Excesivo Muy exces

% de Pedregosidad Sin <0.1 0.1-3 3-15 15-40 40-70 >70

% de Rocosidad Sin <2 2-10 10-25 25-50 50-70 >70

Nivel de fertilidad Muy alta Alta Media Baja Muy baja - -

Reacción (pH) 56-78 51-84 45-84 45-9 3-10 - -

Inundación Sin Raras Ocasionales Fre.Regul. Frec.irreg. - -

Distribución de las suficiente 2


lluvias semestre Sufic.1sem Sufic.1 sem Defic-2 sem Excesiva 2 sem.
Defic.1sem. Exces.1 sem

Piso térmico Cálido Medio Frío Muy frío Extremadamen. Nival -


frío
TABLA 24. Valores máximos de los limitantes en las claese de tierras

Clases
Limitantes I II III IV V VI VII VIII
% dependiente 1 2 3 4 2 5 6 7

Grado de Erosión 1 2 2 3 2 3 4 5

Profundidad efectiva 1 2 2 3 2 4 5 6

Grupo textural 3-4 2-4 2-5 1-5 - - - -

Drenaje Natural 4-5 3-5 3-5 2-5 2-5 2-6 2-7 1-7

% de Pedregosidad 1 1 2 3 3 4 5 6

% de Rocosidad 1 1 2 3 4 5 6

Nivel de Fertilidad 2 3 4 5 - - - -

Reacción (pH) 1 1 1 2 3 4

Inundación 1 2 3 4 5 - - -

Distribución de lluvias 1 1 2 3 3 4 5 -

Piso Térmico 1 2 3 4 3 5 5 6
El resultado de los análisis y la cuantificación de los diferentes parámetros obtenidos para las distintas unidades cartográficas
delimitados en este estudio se reportan en la Tabla 29 del anexo. Esta nos permite visualizar los limitantes de mayor incidencia que
tiene cada tierra.

Realizada la clasificación de capacidad de uso de las tierras del departamento de Risaralda, encontramos que éstas se reparten en
cinco clases que van de la III a la VIII e incluyen 13 subclases. En la leyenda que acompaña el mapa respectivo, se reporta una síntesis.
Los grupos de subclase definidos son:

7.2 Subclase IIIhs


Comprende los suelos de las asociaciones Juanchito –La Virginia (JV) y Guarinó –Samaná (GR)); en sus fases JVa GRa
respectivamente.

Se localiza en el piso térmico cálido y seco en terrenos planos cuyas pendientes son menores de 3%. Estas tierras bañadas por aguas
del río Cauca y algunos de sus afluentes, principalmente los ríos Risaralda, La Vieja y El Cañaveral, cuyos caudales durante las épocas
de invierno son represados por el Cauca provocando inundaciones en gran parte de la unidad.

Por tratarse de unidades cartográficas compuestas, contienen suelos con características disímiles; así por ejemplo los suelos que
ocupan áreas de microrrelieve cóncavo (cubetas) son pobremente drenados y de texturas finas, mientras que aquellos que se ubican
en sectores convexos (diques ) son moderadamente drenados y de texturas contrastantes. Estas características limitan la profundidad
efectiva, en las cubetas los suelos son superficiales y pobremente drenados, en tanto que los de los diques son moderadamente bien
drenados y alcanzan a ser moderadamente profundos.

En general, aunque se trata de tierras planas y fértiles, el exceso de humedad y las texturas pesadas, constituyen los principales factores
limitantes para su uso no obstante gran parte de estas tierras se han adecuado con buenas redes de drenaje lo cual ha facilitado el
establecimiento de cultivos comerciales principalmente de caña de azúcar, que provee de materia prima el Ingenio de Risaralda.
También se está incrementando el cultivo de maíz, sorgo y girasol, este último destinado a la producción de aceite vegetal.

Es conveniente recordar que aunque los análisis químicos de los suelos reportan buena a moderada fertilidad, la disponibilidad de
algunos nutrientes es limitada especialmente en lo relacionado con el fósforo.
Para contrarrestar los efectos negativos de los factores limitantes en el uso intensivo de estas tierras, es necesario implementar
prácticas de manejo como dotar la unidad de eficientes sistemas de drenaje, construir jarillones para controlar las inundaciones y
proveerla de agua suficiente durante el verano.

Es importante mantener y aumentar el contenido de carbono orgánico. La forma tradicional de hacerlo es agregando materiales
orgánicos como estiercol, compost o elementos vegetales incorporados como abonos verdes. Esta práctica permite mantener y
mejorar la estructura, la retención de humedad y el suministro de nutrientes.

Para suplir la deficiencia en nutrientes, principalmente fósforo y potasio, es indispensable aplicarlos en dosis de acuerdo al cultivo y
la variedad que se va a emplear. Con el fin de mantener el buen nivel de fertilidad se recomienda hacer rotación de cultivos alterando
en lo posible gramíneas con leguminosas.

Para obtener rendimientos óptimos debe efectuarse un control efectivo de plagas, malezas y enfermedades. Además emplear semillas
seleccionadas de variedades mejoradas de los cultivos que se van a sembrar.

Con las citadas prácticas de manejo estos terrenos son aptos para un buen grupo de cultivos, frutales y pastos, principalmente caña
de azúcar, maíz, fríjol, soya, ajonjolí, algodón, girasol, cítricos, mango maracuyá y pastos como ángletón y elefante.

7.3 Subclase IIIe


Está compuesta por los suelos de la asociación Cerritos –Pereira (CP) en su fase CPb1 y la consociación Chinchiná (CI) en su fase
CIb.
Las áreas están localizadas en el piso térmico medio, en relieve ligeramente ondulado cuyas pendientes no sobrepasan el 7%.

Los suelos tienen buen desarrollo pedogenético, muestran como características sobresalientes texturas finas, profundos, bien
drenados, buena fertilidad y moderadamente ácidos.

Las texturas pesadas, la susceptibilidad a la erosión y la deficiente disponibilidad de fósforo constituyen los principales limitantes del
uso.

Para eliminar o al menos minimizar estos aspectos negativos es indispensable implementar prácticas de manejo tales como:
- Control estricto de la erosión mediante la implantación de cultivos densos, realizando las siembras en curvas de nivel y colocando
barreras vivas.
- Mantener el nivel de materia orgánica mediante incorporación de materiales empleados como abonos verdes.
- Dotar de riego, el cual debe aplicarse en lo posible por aspersión.
- Mantener el buen nivel de fertilidad que poseen estos suelos mediante prácticas de abonamiento, intensificando la aplicación de
aquellos elementos que como el fósforo y el potasio son diferentes.

Aunque estas tierras tienen condiciones climáticas óptimas para el cultivo de café y la mayoría de los campesinos se dedican a este
cultivo, es conveniente realizar en cuantos sea posible una acertada rotación de cultivos alternando gramíneas como el maíz, fríjol o
con otras leguminosas.

Con prácticas de manejo, estas tierras pueden producir cosechas satisfactorias de un buen grupo de cultivos, frutales y pastos, tales
como café, maíz, fríjol, yuca, plátano, piña, cítricos, aguacate, hortalizas y pastos ángleton, imperial, pangola, elefante y alfalfa.

7.4 Subclase IVe


La integran los suelos de la Consociación Chinchiná (CI) y las asociaciones Cerritos –Pereira (CP) y Campoalegre –San Juan (CB)
en sus fases: CId. CId1, CId2, CIc1, CPd2, CBc.

Comprende áreas de relieve ligeramente ondulado a ondulado cuyas pendientes varían de 7 a 25%, ubicadas en el piso térmico medio
y húmedo.

Los suelos son de incipiente a moderada evolución génetica; presentan como características importantes las texturas franco finas y
finas moderadamente profundos y profundos, buena retención de humedad, moderadamente fértiles y de reacción moderadamente
ácida.

La susceptibilidad a la erosión (fenómeno que se manifiesta como terraceo), la pendiente y la pobreza en fósforo son los factores de
mayor incidencia negativa en el uso de estas tierras.

Para minimizar el efecto de los limitantes, es necesario realizar algunas prácticas de conservación principalmente las siguientes:
- Controlar los procesos erosivos, plantando cultivos densos en curvas de nivel; instalar barreras vivas y evitar el sobrepastoreo.

- Aplicar fertilizantes que aporten principalmente fósforo, utilizando formulas compuestas tales como 13-26-6 y 15-15-15. Es
importante recordar que la mayoría de estos suelos se caracterizan por su alta fijación de fósforo, por tal razón se debe aplicar el
fertilizante en forma fraccionada o aplicar fuentes fosfóricas de lenta solubilidad.

- Control eficiente de malezas, plagas y enfermedades.

- Mantener el contenido de materia orgánica mediante la incorporación de abonos verdes, gallinaza y compost.

Teniendo en cuenta estas prácticas de manejo, las tierras se pueden explotar con éxito en algunos cultivos como: café, plátano, yuca,
hortalizas; pastos imperial y elefante; frutales como piña, aguacate y cítricos.

7.5 Subclase IVec1

Esta conformada por suelos de las asociaciones LA Vieja-La Perla (VP) en sus fases VPb1, VPb2 y VPd2 y Rioarma –Castilla (RC)
en su fase RCd2.

El clima es cálido seco y comprende tierras de relieve ligeramente ondulado, cuyas pendientes no exceden del 7%. Los suelos
tienen buen desarrollo genético, presentan en sus perfiles horizontes enriquecidos con materiales arcillosos, texturas finas, buena
profundidad efectiva, buen drenaje, moderadamente fértiles y de reacción moderadamente ácida.

La susceptibilidad alta a la erosión moderada, el déficit de humedad, las texturas pesadas y la pobreza en fósforo, potasio y materia
orgánica constituyen los principales limitantes para el uso de estas tierras.

Para utilizar estas tierras es indispensable realizar las siguientes prácticas de mejoramiento:

- Dotar de riego, lo cual se puede realizar por aspersión.


- Incorporar abundante materia orgánica al suelo, tales como abonos verdes compost, gallinza, etc.
- Suplir la deficiencia nutritiva mediante la aplicación de fertilizantes, especialmente aquellos que aporten fósforo, nitrógeno y
potasio, cuya dosificación depende básicamente de cultivo a plantar.
-Realizar rotación de cultivos y potreros, llevando a cabo un eficiente control de malezas, plagas y enfermedades.

Al realizar estas prácticas, las tierras de esta clase se pueden emplear en cultivos como sorgo, algodón, fríjol, frutales y pastos, ya que
las condiciones actuales solo se pueden emplear en pastos para desarrollar una ganadería de tipo extensivo y cultivos comerciales
como pithaya que promete ser un éxito en este sector.

7.6 Subclase IVec2


Esta integrada por suelos de las consociaciones Arboloco (AO) y Santa Isabel (SI) e incluyen las siguientes fases: AOe, AOd, SId,
SId1.

Las tierras son de relieve ligeramente ondulado a ondulado, con pendientes de 7 a 25%, localizadas en el piso térmico frío y en
ambiente húmedo.

Los suelos poseen incipiente desarrollo genético, sus características sobresalientes son: buen drenaje, bajos contenidos en bases, baja
fertilidad, reacción fuertemente ácida y elevados contenidos de materia orgánica.

La ocurrencia de heladas, la susceptibilidad a procesos erosivos, la baja calidad de los suelos, son los factores limitantes de mayor
importancia en el uso de estas tierras. No obstante, con adecuadas prácticas de manejo se pueden dedicar a cultivos de papa, maíz,
trigo, cebada, hortalizas, frutales (mora, lulo ) y pastos.

Las prácticas de manejo que deben realizarse, son las siguientes: mejorar la reacción del suelo, mediante la aplicación de cal en
forma fraccionadas, realizar las siembras en curvas de nivel, aplicar fertilizantes compuestos que incluyan elementos menores, evitar
el sobrepastoreo y llevar a cabo buen control de malezas y plagas.

7.7 Subclase VIe


Está conformada por suelos de la consociación Chinchiná (CI) y de las asociaciones Campoalegre –San Juan (CB), Chinchiná-
Azufrado (CL) y Taudía-Chinchiná (TH), con las siguientes fases: CIe, CIe1, CIe2 – CBe2; Cle2; THd2 THe2.
Esta subclase se localiza en el piso térmico medio, húmedo y cubre áreas de relieve quebrado cuyas pendientes dominantes varían
entre 12 y 50%.

Los suelos se han derivado en su mayor parte de espesos mantos de cenizas volcánicas. Presentan como características particulares las
texturas franco finas, contenidos altos de materia orgánica, pobres en bases moderadamente fértiles, altamente fijadores de fósforo y
de reacción fuerte a moderadamente ácida.

La susceptibilidad a la erosión, las pendientes pronunciadas, el poder de fijación fosfórica y la pobreza en bases de cambio son los
factores limitantes de mayor importancia en el uso de estas tierras. No obstante, con adecuadas prácticas de conservación estas
tierras se han dedicado con excelentes resultados a cultivo de café, hasta el punto que constituyen pieza fundamental del engranaje
económico del departamento de Risaralda.

Entre las prácticas de manejo que deben implementarse en estas tierras tenemos las siguientes:

- Efectuar las siembras siguiendo las curvas de nivel.


- Aplicar fertilizantes que suministren principalmente fósforos y potasio.
- Estas aplicaciones deben realizarse en forma fraccionada para controlar la fijación del fósforo.
- Control de malezas, plagas y enfermedades propias de cada cultivo.
- Aumentar el contenido de materia orgánica, adicionando abonos verdes, gallinaza y compost.
- Evitar el sobrepastoreo y realizar rotación de cultivos.

Con la ayuda de estas practicas se obtienen buenos resultados en cultivos de café, plátano, frutales y pastos de corte como elefante
e imperial.

Actualmente en estos sectores, Fedecafé está desarrollando programas de diversificación de cultivos para lo cual suministra respaldo
económico y técnico.

7.8 Subclase VIec.


Comprende los suelos de la fase: VPe2 de la Asociación La Vieja- La Perla (VP) y la fase RCe2 de la asociación Rioarma- Castilla
(RC).
Ocupa áreas afectadas por erosión moderada, de relieve fuertemente ondulado, cuyas pendientes oscilan entre 12 y 25%, ubicadas
en el piso térmico cálido y seco.

Los suelos son excesivamente drenados, de buen desarrollo genético, tienen como características de importancia las texturas finas,
profundidad, fertilidad y acidez moderada.

Entre los militantes de uso que afectan a estas tierras se encuentran pendientes fuertes, la erosión, el déficit de humedad y la pobreza
en fósforo y nitrógeno. La incidencia de estos factores es tan severa que no permiten que estas tierras tengan una aptitud distinta
a pastos, frutales perennes y bosques. Para obtener buenos resultados en cualesquiera de las actividades mencionadas, es necesario
llevar a cabo eficientes y costosas prácticas mencionadas, es necesario llevar a cabo eficientes y costosas prácticas de manejo, tales
como:

- Realizar siembras en curvas de nivel.


- Propiciar el cultivo de pastos de corte y evitar el sobrepastoreo.
- Suplir la deficiencia en nutrientes, con practicas de fertilización aplicando abonos compuestos como el 13-36-6.
- Aumentar el contenido de materia orgánica, incorporando al suelo abonos verdes, gallinaza o compost.
- Aplicar riego por aspersión.

Con las citadas prácticas de manejo, estas tierras se pueden dedicar a pastos de corte como Imperial, elefante, angletón y pangola; a
frutales principalmente cítricos, piña y pitahaya o a bosque productor con especies maderables propias del medio ambiente.

7.9 Subclase VIesc


Integran esta subclase los suelos de las consociaciones Santa Isabel (SI) Arboloco (AO) y la asociación Peñas –Ventanas (PV) que
incluye las siguientes fases: AOe1, SIe1, PVd.

Tierras que se localizan en el piso térmico frío y muy frío, en donde el relieve fuertemente ondulado y las pendientes hasta el 50% y el
factor climático son los responsables del incipiente desarrollo genético que acusan estos suelos; presentan texturas moderadamente
gruesas y moderadamente finas, bien drenadas, pobres en bases, baja fertilidad, fuertemente ácidas y con altos contenidos en materia
orgánica poco descompuesta.
Las características propias del clima frío, la deficiente calidad química de los suelos y la fuerte acidez constituyen los limitantes de
mayor importancia en el uso de estas tierras. Sin embargo, con buenas prácticas de manejo se pueden dedicar con algún éxito a pastos
y bosques de tipo protector productor; localmente algunas áreas se pueden dedicar a cultivos de papa principalmente con el objeto
de tener semillas libres de enfermedades virales.

Las siguientes prácticas de manejo deben llevarse a cabo:

- Realizar encalamientos fraccionados en el objeto de mejorar el pH de los suelos.


- Sembrar en curvas de nivel.
- Aplicar fertilizantes de fórmula compuesta como el 10-30-10 lo que aportan al medio nitrógeno, fósforo y potasio.
- Evitar el sobrepastoreo y efectuar eficiente control de malezas y plagas.

7.10 Subclase VIIes


Esta subclase esta conformada por los suelos de las asociaciones Chinchiná –Azufrado (CL), Taudía- Chinchiná (TH), Iberia- San
Lorenzo (BE) y la Consociación Azufrado (AZ ) que incluyen las siguientes fases: CL f1,CLf2,THf1,THf2, BEf2 y AZf2. Se localiza
en clima medio y húmedo y cubre áreas de relieve escarpado en donde se presentan suelos excesivamente drenados, superficiales y
moderadamente profundos, desaturados y fuerte a moderadamente ácidos.

Las fuertes pendientes, la baja fertilidad de las tierras y la alta susceptibilidad a los procesos erosivos, constituyen los principales
limitantes para su explotación agrícola o pecuaria y solo las hace útiles para bosque protector productor. Por tratarse de climas óptimos
para el cultivo del café gran parte de esta unidad está sembrada de cafetos con sombrío que en general es el uso más aconsejable.

Las prácticas de manejo que deben realizarse en estas tierras son:

- Evitar la tala indiscriminada y la quema de los bosques.


- Fomentar el establecimiento de cultivos multiestrata (café con sombrío) realizando siembras en curvas de nivel.
- Realizar aplicaciones periódicas de fertilizantes que aporten al suelo nitrógeno, fósforo y potasio.
- Control de malezas, plagas y enfermedades.
7.11 Subclase VIIIesc1
Forman parte de esta unidad los suelos de las asociaciones Chamí-Tabor (CT), Campoalagre-San Juan (CB) y San Juan-Tabor ( JT),
que incluyen las siguientes fases: CTf, CTf1, CBf2 y JTf2.

Esta unidad está ubicada en clima medio muy húmedo, son áreas de relieve escarpado, en donde se presentan suelos moderadamente
profundos y superficiales, muy desaturados, fuertemente ácidos y de baja fertilidad.

Las características negativas del clima, especialmente la abundante precipitación, la alta nubosidad, y en consecuencia la baja
luminosidad, como también las fuertes pendientes que favorecen el avance de los procesos erosivos, constituyen severos limitantes
para el uso agrícola de estas tierras y solo permiten una explotación forestal con bosque de tipo protector-productor.

7.12 Subclase VIIesc2


Los suelos de las asociaciones Peñas-Ventanas (PV), Santa Isabel- Pensilvania (SE) y de las consociaciones Santa Isabel (SI) y el
Cisne (ET) conforman este grupo de manejo del cual hacen parte las fases: PVf, PVe, SEf, SEf1, SEf2, SIf1 y ETa. Se localiza en el
piso térmico frío y muy frío, sobre relieves escarpados cuyas pendientes varían de 25 a 75%.

Los suelos presentan elevados contenidos de materia orgánica poco descompuesta, son muy pobres en bases y fósforo, infertiles y
fuerte a extremadamente ácidos.

Las condiciones propias del clima, en adición a las características químicas y a las fuertes pendientes, constituyen los limitantes
de primer orden para el uso de estas tierras. En efecto de estos factores es tan drástico que solo permiten su explotación en bosque
protector-productor.

En estas tierras se debe evitar la tala indiscriminada de las especies forestales y las quemas y fomentar el desarrollo de especies
maderables nativas.

7.13 Subclase VIIesc3


Está constituida por los suelos de la asociación Ríoarma –Castilla (RC) en su fase RCf2.Está localizada dominantemente en clima
medio y seco, sobre relieve escarpado, cuyas pendientes alcanzan el 75%.

Los suelos están afectados por erosión moderada, presentan buen desarrollo genético, texturas finas, profundidad efectiva superficial
y moderadamente profundos, son moderadamente ácidos y moderadamente fértiles.

Entre los limitantes de mayor incidencia que afectan el uso de estos suelos se encuentran el déficit de humedad, las pendientes
fuertes, susceptibilidad alta a la erosión y texturas pesadas.

Bajo estas condiciones las citadas tierras son aptas exclusivamente para el establecimiento de bosque protector –productor, para lo
cual es necesario ante todo evitar la quema y la tala indiscriminada de la vegetación nativa.

7.14 Clase VIII


Esta clase está constituida por las asociaciones Campoalegre –San Juan (CB), San Juan Tabor (JT) Ríoarma –Castilla (RC),
Chinchiná –Azufrado (CL), Santa Isabel- Pensilvania (SE); Peñas- Ventanas (PV), la consociación Azufrado (AZ); las unidades
(DR) y (ZD) que incluyen afloramientos rocosos y NP que representa las nieves perpetuas. Dentro de esta clase se incluyen fases :
CBg2, JTg, RCg2, RCg3, CLg2, SEg, SEg2, PVg, AZg2, DRf, ZDg, NP.

Teniendo en cuenta que la clase VIII abarca todas aquellas áreas que carecen de aptitud de uso agrícola, pecuario o forestal, es
conveniente hacer notar dos aspectos importantes.

El sector de nieves perpetuas representado en el mapa por el símbolo (NP) presenta únicamente interés turístico y/o científico.

Las otras unidades por tratarse de tierras de relieves escarpados con pendientes mayores del 75%, deben dedicarse al crecimiento
de la vegetación nativa, a la protección de las aguas y a la conservación de la fauna silvestre. Por tal razón, en estas tierras se debe
evitar a toda costa cualquier intento de explotación agropastoril o forestal.

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