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Hiperboloide de una hoja.

Es el cuerpo engendrado por una elipse que se mueve de forma paralela y semejante a
sí misma, apoyando continuamente los extremos de sus ejes sobre las dos ramas de una
hipérbola.

x2 y2 z2
+ − =1
a2 b2 c2

Hiperboloide de dos hojas.

Si la elipse del cuerpo anterior se apoya únicamente en la parte interior de una rama
de la hipérbola y posteriormente en la otra, entonces resulta el hiperboloide de dos hojas.

x2 y2 z2
+ − = −1
a 2 b2 c2

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Cono elíptico.

Un cono elíptico es el cuerpo engendrado por una recta que, pasando continuamente
por un punto O, se apoya sobre dos elipses paralelas e iguales situadas simétricamente
respecto de un plano que contiene al punto citado.

El cono, por consiguiente, está constituido por dos superficies iguales dispuestas de
forma especular respecto de un plano que pasa por el punto O (vértice del cono).

x2 y2 z2
+ − =0
a 2 b2 c2

Paraboloide elíptico.

El paraboloide, análogamente a la parábola en las secciones cónicas, es una superficie


sin centro que, en el caso general de ser elíptico, se define como:

Aquella superficie que engendra una elipse variable al moverse de forma perpendicular
sobre el eje de una parábola, de forma que mantiene constantemente los vértices de uno de sus
ejes sobre dicha curva.

x2 y 2
z= 2 + 2
a b

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Paraboloide hiperbólico.

Es la superficie engendrada por una hipérbola que, conservándose semejante a sí


misma, se mueve a lo largo de una parábola directora. También puede definirse como la
superficie generada por una parábola que, conservándose semejante a sí misma, se mueve a lo
largo de una de las ramas de una hipérbola directora.

x2 y 2
z= 2 − 2
a b

Cilindros.

La ecuación general de las cuádricas puede representar también superficies cilíndricas,


cuyas secciones correspondientes son curvas de segundo orden denominadas directrices del
cilindro.

Según sea la curva directriz, el cilindro puede ser elíptico, hiperbólico o parabólico,
definiéndose respectivamente como:

La superficie engendrada por una elipse, hipérbola o parábola que se mueve


paralelamente a sí misma, manteniendo su centro o vértice sobre una recta perpendicular a su
plano.

– Cilindro elíptico:

x2 y2
+ =1
a 2 b2

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– Cilindro hiperbólico:

x2 y2
− =1
a2 b2

– Cilindro parabólico:

y 2 = 2 px

Superficies cuádricas de revolución.

Las superficies vistas en los apartados anteriores adquieren especial importancia cuando resultan
engendradas por rotación de una curva alrededor de un eje. En estos casos las ecuaciones reducidas se
simplifican notablemente al ser iguales al menos dos de los parámetros que en ellas intervienen. Como
tales, estas superficies se caracterizan por la existencia de un plano sobre el cual la sección producida por
la figura es una circunferencia.

Dejando aparte los cilindros y conos de sección circular, destacamos las siguientes:

* Elipsoide de revolución. Es la superficie engendrada por la rotación de una elipse alrededor de uno de
sus ejes. En consecuencia, la ecuación reducida de esta figura podría ser, por ejemplo:

x2 + y 2 z2
+ 2 =1
a2 b

* Hiperboloide de revolución. Es la superficie engendrada por rotación de una hipérbola alrededor de


uno de sus ejes. Si el eje en cuestión es el eje imaginario, el hiperboloide será de una hoja, y si la
rotación se produce en torno al eje focal o real, se obtiene el hiperboloide de dos hojas.

* Paraboloide de revolución. Es la superficie engendrada por la rotación de una parábola alrededor de


su propio eje.
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