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© Los autores.
NOTA EDITORIAL: Las opiniones y contenidos de los textos publicados en el libro “Pautas de
intervención profesional con personas mayores”, son responsabilidad única y exclusiva de los
autores; así mismo, éstos se responsabilizarán de obtener el permiso correspondiente para incluir
material publicado en otro lugar.
1ª Edición, 2015
© Universidad de Murcia, Servicio de Publicaciones, 2015
ISBN: 978-84-606-8754-2
Diseño de la portada: Juan Antonio López López
Foto de la portada: Juan Pedro Martínez Ramón
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 7
Inmaculada Méndez y Juan P. Martínez
CAPÍTULO 1. El desarrollo psicológico en los mayores de 45 años:
Caracterización del empleo y desempleo ................................................................ 9
Tomás Izquierdo Rus
CAPÍTULO 2. ENFERMEDADES NEUROLÓGICAS EN LAS PERSONAS
MAYORES ........................................................................................................... 19
Heriberto Rodríguez Hilario
CAPÍTULO 3. LA PSIQUIATRÍA DEL ANCIANO .......................................... 33
Israel Martín Herrero y Manuel Reus Martínez
CAPÍTULO 4. ASPECTOS JURÍDICOS Y ÉTICOS DE LAS
INSTRUCCIONES PREVIAS.............................................................................. 43
Jesús Cañavate Gea
CAPÍTULO 5. ESTADO ACTUAL DE LA LEY DE DEPENDENCIA EN LA
REGIÓN................................................................................................................ 63
Mª Isabel Baenas Zamora
CAPÍTULO 6. SISTEMA NORMATIVO EN LA ATENCIÓN A LA PERSONA
MAYOR EN LA REGIÓN DE MURCIA ............................................................ 73
Marian Palou
CAPÍTULO 7. COACHING GERONTOLOGY©. ENVEJECER CON ÉXITO A
TRAVÉS DEL APRENDIZAJE ........................................................................... 87
Juan Dionisio Avilés Hernández, Juan Antonio Salmerón Aroca y Alicia
Martínez Martínez
CAPÍTULO 8. PAUTAS DE ACTUACIÓN PROFESIONAL ANTE EL
DETERIORO COGNITIVO ................................................................................. 99
Inmaculada Méndez y Julia García Sevilla
CAPÍTULO 9. LAS ACTIVIDADES CREATIVAS COMO MEDIOS PARA LA
MEJORA DE LA CALIDAD DE VIDA EN LAS PERSONAS MAYORES ... 117
Inmaculada Méndez, Lucía Rueda Quero y Ana Mª Bermúdez Sánchez
CAPÍTULO 10. LA IMPORTANCIA DE LA NUTRICIÓN EN LAS
PERSONAS MAYORES .................................................................................... 131
Gema Nieto
CAPÍTULO 11. PAPEL DEL VOLUNTARIADO EN LA ATENCIÓN A
PERSONAS MAYORES .................................................................................... 143
Sonia Melgarejo García
CAPÍTULO 12. EL ESTRÉS DEL CUIDADOR PROFESIONAL EN
PERSONAS MAYORES: DESCRIPCIÓN DEL ESTUDIO Y PROPUESTAS
DE MEJORA ...................................................................................................... 157
Juan P. Martínez, Inmaculada Méndez y Francisca Gómez
CAPÍTULO 13. LOS PROCESOS DE DUELO EN LAS PERSONAS
MAYORES ......................................................................................................... 169
INTRODUCCIÓN
Resumen
Este capítulo ofrece una contextualización del desempleo en mayores de 45 años
desde la psicología del desarrollo. Se presentan las características más notorias
que definen al grupo de mayores de 45 años en relación al trabajo y al desempleo.
Los estudios que analizan consecuencias del desempleo en los mayores de 45 años
muestran que las consecuencias se hacen más notables en este grupo de edad.
Finalmente, los resultados de diferentes investigaciones aconsejan a los
orientadores profesionales de los servicios públicos de empleo la utilización de
metodologías específicas de motivación para ofrecer soluciones y alternativas al
desempleo en este grupo de edad.
Palabras clave: Psicología del desarrollo, Desempleo, Mayores de 45 años,
Orientación Profesional.
1. INTRODUCCIÓN
Los cambios que acontecen en la vida de las personas ofrecen
características distintas en función del grupo de edad, a pesar de que puedan
existir causas comunes. Un determinado grupo edad siempre es complejo y
depende de multitud de variables que hacen a los sujetos diferentes entre sí. El
desarrollo en los mayores de 45 años se caracteriza por una serie de
acontecimientos propios de esta edad, como la transición a la jubilación,
desempleo, enfermedades crónicas, nuevos roles, pérdida de familiares, etc. Por
tanto el desarrollo en este grupo de edad es cualitativamente distinto al de otras
etapas evolutivas.
Estos acontecimientos vinculados a la pertenencia a un determinado grupo
de edad, que funcionan como marcos de referencia establecidos, tienen
importantes consecuencias psicosociales en la vida de las personas, ante la
imposibilidad de ejercerlos de manera óptima. Además, al contrario de lo que
ocurre en otras etapas del desarrollo, la vida adulta está muy marcada por una
serie de acontecimientos sociales, como es el caso del desempleo. La ausencia o
pérdida de un trabajo, en los mayores de 45 años, supone no sólo no poder
desempeñar el rol social del trabajo sino unas consecuencias psicosociales de gran
importancia.
Los estudios sobre las diferencias asociadas a la edad y los cambios
psicológicos experimentados en las personas en situaciones de desempleo han
sido escasos y realizados, en su mayoría, con otras etapas del desarrollo evolutivo.
Estos cambios se manifiestan muy especialmente en los mayores de 45 años, ya
que presentan unas características notorias que lo convierten en un grupo más
vulnerable. Izquierdo y Alonso (2010), en un estudio realizado con mayores de 45
años, afirman que la falta de empleo tiene una incidencia considerable en todos
los aspectos de la existencia humana.
Conviene considerar que las consecuencias derivadas del desempleo
adquieren una dimensión psicosocial por el vínculo que el trabajo establece entre
la persona y la sociedad. Los estudios que analizan los efectos del desempleo en
los mayores de 45 años muestran que las consecuencias se hacen más notables en
este grupo de edad.
dan un significado al trabajo sino que pueden establecer una estrecha relación
entre su significado y la ausencia del mismo.
El desempleo se asocia, de forma habitual, con las actitudes y la identidad
social especialmente en los siguientes aspectos: cómo se percibe el trabajo, qué
atribuciones se hacen del desempleo, valoraciones a nivel personal y profesional,
disponibilidad y cuál es el estilo de búsqueda, entre otros. Aspectos que
condicionan los procesos de motivación y determinan una serie conductas no
deseables, como respuesta a la situación de desempleo.
Diferentes estudios (Álvaro, 1992; Garrido, 1996; Álvaro y Garrido, 2003;
Escarbajal, Izquierdo y López, 2014; Estramiana et al. 2012; Izquierdo, 2008)
avalan la influencia de variables que puedan ayudar a explicar las diferencias
individuales en los desempleados. Es en las actitudes hacia el trabajo donde
adquieren gran importancia variables como la edad, el sexo, el nivel de estudios,
la clase social, los ingresos económicos, la duración del desempleo, el apoyo
social, etc. ya que influyen significativamente en la consecución de un puesto de
trabajo.
Las actitudes juegan un papel determinante en la inserción laboral ya que,
según Izquierdo (2008), las personas desempleadas que emprendan una búsqueda
de empleo pondrán en marcha una serie de conductas de inserción. Prusia, Furgate
y Kinicki (2001) subrayan que la intensidad de conductas aplicadas y orientadas a
la consecución de un trabajo predice de forma positiva la reinserción laboral de las
personas desempleadas. Estas conductas se reducen manera considerable en los
mayores de 45 años por la desmotivación que provoca la propia situación de
desempleo. Sin embargo son escasos los estudios realizados con los mayores de
45 años en comparación con otros grupos de edad.
Estudios recientes (Bauder, 2006; Buendía, 2010; García y García, 2008;
Izquierdo, 2012; Izquierdo y López, 2013; Piqueras, Rodríguez y Rueda, 2008)
destacan la importancia de la duración del desempleo como una variable que
influye de forma decisiva en la motivación. Sin embargo esta relación ha sido
poco estudiada en aquellos grupos de mayor edad, como es el caso de los mayores
de 45 años.
4. CONCLUSIONES
La ausencia de un trabajo en los mayores de 45 años, en este momento tan
específico del desarrollo, supone en muchas ocasiones, no sólo poder desempeñar
este rol social tan trascendente sino unos efectos desencadenantes de trastornos
psicosociales, a veces, de gran importancia. En estas consecuencias se debe tener
en cuenta las características de la persona, en las que ocupa un papel muy
importante las actitudes de la población sobre su propia situación de desempleo,
así como los recursos personales y los apoyos sociales (Buendía, 2010).
La edad, sin desdeñar las variables comentadas anteriormente, se convierte
por tanto en una de las variables que modera los efectos de la situación de
desempleo. Los resultados de varias investigaciones han mostrado que los efectos
negativos derivados del desempleo son especialmente importantes para el grupo
de mayores de 45 años, siendo en este grupo donde se manifiesta más
notablemente las consecuencias derivadas de la pérdida de un trabajo.
Los hallazgos encontrados en la literatura ponen de manifiesto que
determinadas variables podrían aumentar o disminuir las dificultades para
encontrar un empleo. Estas variables explican el impacto diferencial del
desempleo, lo que justifica la necesidad de emprender nuevos estudios que traten
de analizar su relación con las actitudes hacia el trabajo y la búsqueda de empleo.
La metodología utilizada en la investigación y el contexto elegido deben prestar
atención, en el momento actual, a los recientes cambios que se están produciendo
en el ámbito del mercado laboral y de las relaciones laborales.
Resultados de investigaciones subrayan la importancia de las actitudes en
la obtención de empleo, insistiendo en la necesidad de plantear estrategias y
medidas de actuación. Izquierdo (2014) analizó la incidencia de la edad en las
probabilidades de encontrar un empleo. Para ello, consideró las actitudes hacia el
trabajo de los desempleados mayores de 45 años en aquellos programas de
inserción laboral dirigidos a grupos con especiales dificultades. Constata que un
número amplio de desempleados ven alteradas sus actitudes hacia el trabajo como
consecuencia de la situación de desempleo en la que se encuentran. En ocasiones
estas consecuencias podría conducir a situaciones de exclusión social, por las
limitaciones a que se ven abocadas las personas sin empleo (Escarbajal, Izquierdo
y López, 2014).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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vida. En J. Palacios, A. Marchesi y C. Coll, Desarrollo psicológico y
educación (I). Psicología Evolutiva (pp. 591-614). Madrid: Alianza.
Resumen
La neurología es la especialidad médica que estudia el sistema nervioso en sus
diferentes estados. Las personas mayores son una parte importante de la
población, constituyendo en nuestro país el 17.3%. El envejecimiento de la
población ha traído consigo el aumento de las enfermedades crónicas del anciano,
entre las cuales las neurológicas o neurodegenerativas, son bastante comunes y
ocupan una importante parte de la actividad diaria de la especialidad.
El trabajo del neurólogo se realiza mediante el llamado “Método clínico” con el
objetivo de llegar a un diagnóstico que permita la aplicación de un tratamiento
efectivo. Entre las enfermedades neurológicas más frecuentes en la población
anciana se encuentran: (a) la Enfermedad de Alzheimer (la enfermedad
neurodegenerativa más frecuente, y el tipo más prevalente de demencia; su
síntoma principal e inicial es la pérdida de memoria a corto plazo, acompañándose
de otros como afasia, apraxia, agnosia, síntomas neuropsiquiátricos e incapacidad
para las actividades de la vida diaria); (b) la Enfermedad de Parkinson (otra
enfermedad neurodegenerativa que produce un trastorno hipocinético de los
movimientos, acompañado de síntomas no motores que imposibilita
progresivamente movimientos básicos como la marcha); y (c) las enfermedades
cerebro-vasculares (uno de los problemas de salud más importantes en los
ancianos debido a su alta incidencia y ser la primera causa de invalidez o
discapacidad importante).
1. INTRODUCCIÓN
Por consenso, definimos “persona mayor” o anciana como aquella de 65
años o mayor. La Neurología es la especialidad médica que estudia la estructura,
función y desarrollo del sistema nervioso (central, periférico y autónomo) y
muscular en estado normal y patológico, utilizando todas las técnicas clínicas e
instrumentales de estudio, diagnóstico y tratamiento actualmente en uso o que
puedan desarrollarse en el futuro (BOE, nº 59, 2007).
Las personas mayores representan una porción importante de la población,
así el INE en su último censo (INE, 2012) habla de "Un país cada vez más
envejecido" y estima en 17.3% la proporción de habitantes mayores de 65 años.
Para una población total de 46.815.916 correspondería a un poco más de 8
millones de personas mayores en términos absolutos. Este porcentaje es muy
similar a la media de los países europeos.
Definición de demencia
Según la cuarta edición revisada del Manual Diagnóstico y Estadístico de
los Trastornos Mentales (DSM-IV-TR) los criterios diagnósticos de demencia son
los siguientes (APA, 2001):
1) Presencia de múltiples déficits cognoscitivos que incluyen un deterioro de
la memoria y al menos una de las siguientes alteraciones: afasia, apraxia,
agnosia o alteración de las funciones ejecutivas.
2) Estos déficits deben provocar un deterioro significativo de la actividad
laboral o social.
3) Representan una merma importante del nivel previo de actividad.
4) Este diagnóstico no debe hacerse si los déficits aparecen exclusivamente
en el transcurso de un delirium, o son secundarios a un trastorno
depresivo.
A esta definición parece interesante añadirles dos criterios más extraídos
de la Clasificación Internacional de las Enfermedades 10ª edición: el nivel de
conciencia debe ser normal, sin excluir la posibilidad de alteraciones episódicas, y
las deficiencias se hallan presentes durante al menos 6 meses (World Health
Organization, 1992).
Epidemiología de la demencia
Se calcula que en 2010 padecían demencia en todo el mundo unos 35.6
millones de habitantes. La prevalencia es de 5-10% en los mayores de 65 años y
de 20-30% en los mayores de 80. Más localmente, en España, según un estudio
realizado en 2008, se estimó en alrededor de 600.000 personas las que sufren de
demencia y cerca de 400.000 enfermedad de Alzheimer (De Pedro-Cuesta et al.,
2009).
Etiopatogenia
Hasta la fecha es desconocida. Se supone que es el resultado de la
interacción entre una herencia poligénica y factores ambientales. Esta dará lugar
un depósito anómalo de proteínas, principalmente la Beta-amiloide en el espacio
extracelular y de ovillos neurofibrilares intracelulares. Estos depósitos tienen
como resultado la muerte neuronal que será la que produzca los síntomas de la
enfermedad.
Manifestaciones clínicas
Las dividiremos en 3 esferas:
1. Alteraciones neuropsicológicas. Los pacientes presentan un déficit de
memoria, principalmente a corto plazo, preservando la memoria episódica
a largo plazo hasta fases tardías de la enfermedad.
Alteraciones del lenguaje, se inicia con dificultades para la nominación de
objetos comunes, y más tardíamente afecta a la comprensión. Finalmente
no existe posibilidad de comunicación.
Otros síntomas son la apraxia (ideomotora, constructiva, de vestir,…), la
agnosia o incapacidad para reconocer personas, objetos o lugares, y la
alteración de las funciones ejecutivas lo cual afecta al pensamiento
abstracto y a la realización de actividades laborales y cotidianas (Cuartero,
2008).
2. Síntomas psiquiátricos y alteraciones del comportamiento. Entre los
primeros figuran como más frecuentes la depresión (15-30% de los
pacientes) y la ansiedad, seguidos de las alucinaciones, de predominio
visual, y las ideas delirantes. Como alteraciones de la conducta el paciente
puede presentar agitación, agresividad, apatía, irritabilidad o alteraciones
del sueño o del apetito.
3. Incapacidad para la realización de las Actividades de la Vida Diaria
(AVD). Afectan progresivamente desde las avanzadas al inicio de la
enfermedad, pasando por las Instrumentales como el manejo de dinero, la
conducción de vehículos, el cocinar o la gestión de su medicación, hasta
que en estadios finales se ven comprometidas las actividades básicas como
el comer o vestirse de manera autónoma, la higiene personal y el uso del
baño.
Prevención de la demencia
No existe ningún tratamiento farmacológico preventivo. Entre otras cosas
que se han probado como probablemente útiles para disminuir las posibilidades de
desarrollar demencia están: el control de los factores de riesgo cardiovasculares, la
dieta baja en grasas y rica en pescado (sobre todo el que tenga mayor contenido en
ácidos Omega 3), alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas E y C (frutas y
verduras) y permanecer activo mental y socialmente.
Esta última idea nos lleva al concepto de Reserva Cognitiva. Este surge de
las discrepancias observadas en los estudios clínico-patológicos entre el número
extenso de lesiones propias de Enfermedad de Alzheimer y la falta de
expresividad clínica. Así propugna que cada cerebro puede soportar cierto grado
de carga lesional hasta que la reserva llega a un límite y se desarrollan los
síntomas de demencia. De esta forma un sujeto con más reserva funcional puede
soportar más carga lesional antes de presentar deterioro cognitivo. Se especifican
dos tipos: La reserva cerebral o componente anatómico, y la reserva cognitiva o
componente funcional (capacidad de activación progresiva de redes neuronales
alternativas o más eficientes ante un daño cerebral) (Stern, 2002).
La manera de modificar la reserva cognitiva es realizar actividades que
provoquen estimulación y entrenamiento cognitivo como son la educación
continua, actividades de ocio y recreativas intelectualmente activas (lectura,
escritura, tocar un instrumento,…) y actividad física y social.
5. LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
En el año 1817 el cirujano británico James Parkinson (1755-1824) publicó
un monográfico con el título “An essay of the shaking palsy” (“Ensayo sobre la
parálisis agitante”). Esa fue la primera descripción de la enfermedad, aunque no
sería hasta finales del siglo XIX cuando el eminente neurólogo francés Charcot
introduciría el término “Enfermedad de Parkinson”.
La enfermedad de Parkinson (EP) se engloba dentro de los trastornos de
los movimientos de tipo hipocinético, caracterizados por la pobreza y lentitud de
los movimientos. Es la segunda enfermedad neurodegenerativa tras la enfermedad
de Alzheimer y se estima una prevalencia de 360 casos por cada 100000
Tratamiento de la EP
Hay dos tipos de fármacos principales, en primer lugar los “Agonistas
dopaminérgicos” que estimulan directamente los receptores de la dopamina en el
estriado. Se utilizan el Ropinirol, el Pramipexol y la Rotigotina. En ancianos se
dejan como terapia de segunda línea por su perfil de efectos secundarios. El otro
fármaco es la Levo-Dopa que es el más potente, y mejora sobre todo la rigidez y
la bradicinesia. En pacientes de fases avanzadas en los que los síntomas no son
bien controlados con los fármacos orales se pueden utilizar la infusión subcutánea
de Apomorfina (un agonista dopaminérgico), la administración intraduodenal de
Duo-dopa o bien la cirugía del Parkinson, que se basa en la estimulación eléctrica
del núcleo subtalámico para modular la actividad del cerebro y mejorar los
síntomas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Egido, J.A y Díez-Tejedor, E. (2003). Después del ictus, guía práctica para el
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Launer, L.J. y Hofman A. (2000). Frequency and impact of neurological diseases
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Resumen
El envejecimiento progresivo de la población lleva aparejado una serie de retos
asistenciales y de organización que se traduce en una necesidad creciente de
especialización y adaptación de las diferentes disciplinas médicas a las
necesidades específicas de este grupo etario. En el caso de la psiquiatría se
objetiva un aumento en la demanda de atención por la aparición, cada vez más
frecuente de patología mental ligada a la longevidad. En este trabajo se plantean
los objetivos específicos de la atención psiquiátrica de consulta en los pacientes
mayores, así como se realiza un acercamiento a las características específicas de
la clínica psiquiátrica de estos pacientes, principalmente a través de dos entidades
clínicas representativas como son la depresión, que es la más frecuente y la
psicosis, por la intensa angustia que suele generar.
1. INTRODUCCIÓN
Partiendo de los datos socio-demográficos actuales en España
evidenciamos que el aumento de la esperanza de vida, la reducción progresiva de
la mortalidad así como la disminución de las tasas de fecundidad, están
provocando la inversión de las pirámides poblacionales. Esto se traduce en un
importantísimo envejecimiento poblacional que además va a ir en aumento en un
futuro próximo. En España, el 17% de la población actual es mayor de 65 años y
se estima que en menos de 25 años se superará al 20% de la población. Esto
representa un logro loable de las políticas de salud pública y del desarrollo socio-
económico pero por otro lado tiene notables repercusiones sociológicas,
económicas, políticas y sanitarias. Esta situación va a constituir, si no lo hace ya,
todo un reto organizativo y asistencial dar respuesta a unas necesidades
crecientes de integración social, asistencia sociosanitaria, vivienda, ocio,
dependencia, jubilación, y gasto farmacéutico entre otros.
En el área que nos ocupa, hay que destacar que las enfermedades que
afectan al sistema nervioso central y especialmente las que atañen directamente a
la Salud Mental son cada vez más frecuentes. En consulta se atienden
principalmente:
Los trastornos afectivos.
Trastornos neuróticos y de la personalidad.
Trastornos somatomorfos.
Trastornos psicóticos.
Trastornos psiquiátricos asociados a enfermedades somáticas.
El deterioro cognitivo y las demencias con sus síntomas psicológicos y
comportamentales asociados.
Es lógico llegar a la conclusión de que con el aumento de la esperanza de
vida, aumentan también las enfermedades ligadas a la longevidad y de esta
demanda surgen las especialidades geriátricas, que son sin duda las especialidades
del futuro.
La Psiquiatría Geriátrica es una rama de la psiquiatría que se caracteriza
por su orientación comunitaria y su aproximación multidisciplinar a la
evaluación, diagnóstico y tratamiento.
2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Mejorar el diagnóstico y tratamiento de los pacientes psicogeriátricos.
Detectar, tratar o derivar, problemas específicos de esta población como,
maltrato, soledad, marginación, mala utilización de psicofármacos,
consumo perjudicial de alcohol y otros tóxicos y trastornos mentales
consecuencia de enfermedad física, etc.
Establecer protocolos de actuación coordinada con otros servicios
sanitarios y sociales. Especialmente con Atención Primaria.
Mejorar la coordinación y derivación con Neurología y la Unidad de
Demencias.
Proveer una formación específica integral en psicogeriatría a los
profesionales de salud mental.
Aspectos legales y aplicación de las Leyes de la Bioética. Especial
atención a: maltrato físico y psicológico, depresión, soledad, alteraciones
de conducta, comportamiento y marginación.
Generar un grupo de trabajo que se materialice en una Comisión para el
diseño y elaboración de un Plan de atención a los pacientes
psicogeriátricos y con demencia, adaptado a la realidad de la Salud Mental
en la Región de Murcia, contando con todos los agentes sanitarios y
sociales implicados.
5. LA DEPRESIÓN EN EL ANCIANO
La depresión es una entidad de vital importancia desde el punto de vista
psico-geriátrico ya que es probablemente el trastorno psiquiátrico, de entre los
que requieren tratamiento, más frecuente en el anciano (Cervilla, 2006). Además
es el principal factor de riesgo para el suicidio en estas edades, que es más
prevalente en el anciano que en otras edades (Agüera y Majadas, 2006).
La depresión en el anciano tiene un gran impacto psicosocial. Su presencia
disminuye la calidad de vida y se eleva el riesgo de muerte prematura, no sólo por
aumento de suicidios, sino por la enfermedad somática y la afectación de los
procesos homeostáticos y de adaptación al entorno. Prolonga las estancia en los
hospitales (Ramsay, 1991) y obtiene un peor grado de funcionalidad (Shah y col.,
1994).Tiene repercusiones económicas y sociales muy elevadas, en costes
directos y, sobre todo indirectos, ya que genera numerosas consultas, ingresos,
tratamientos, etc.
Epidemiológicamente destaca que intervienen gran número de factores.
Diferentes estudios señalan que la depresión en pacientes ancianos se observa en
un 3% en la comunidad, en un 5% de los atendidos en Atención Primaria y se
eleva hasta el 12%-25% en pacientes residenciados (Goyoso, 2004).
Hay patologías de frecuente presentación en la edad adulta que llevan
aparejados trastornos depresivos: 25% tras sufrir un ACV, 25% en la Enfermedad
de Alzheimer y hasta en 33% de los afectados por la enfermedad de Parkinson. Es
un trastorno frecuente sobre todo en sus formas leves y moderadas. Más habitual
entre las mujeres y de una presentación tan frecuente en ancianos como en adultos
jóvenes (Francés, 2004).
El diagnóstico en el paciente mayor se ve dificultado por muchos
condicionantes. En primer lugar el envejecimiento fisiológico ha sido poco
estudiado hasta el momento y en muchas ocasiones es difícil deslindar la
sintomatología propia del envejecer con síntomas propiamente depresivos. Así,
síntomas como la apatía, desmotivación, astenia, pérdida de la autoimagen, falta
de energía deben ser puestas en contexto para ser correctamente evaluadas, ya que
indudablemente el cuerpo y el sistema nervioso central sufre un desgaste con el
tiempo.
También pueden complicar un correcto diagnóstico la suma de factores
sociales propios de la edad avanzada como es la jubilación con pérdida en
6. PSICOSIS EN EL ANCIANO
La relevancia de la psicosis en el anciano deriva de la mayor frecuencia de
presentación de sintomatología psicótica en esta edad que en cualquier otra; así
como de la intensa angustia que produce al paciente y en su entorno, en
oposición a la sintomatología depresiva, que como hemos comentado, se tiende a
normalizar en el anciano por la familia e incluso el propio enfermo.
Los cuadros psicóticos más frecuentes son:
La esquizofrenia juvenil de los pacientes que envejecen.
La esquizofrenia de inicio tardío.
La psicosis en la enfermedad de Alzheimer.
Después de la esquizofrenia la enfermedad que produce sintomatología
psicótica con mayor frecuencia es la demencia.
39 Pautas de intervención profesional con personas mayores
40 CAPÍTULO 3. LA PSIQUIATRÍA DEL ANCIANO
resulta muy útil apoyarse en las quejas físicas que el paciente presenta para
ayudar a establecer la relación, ya que hay que evitar confrontar los delirios
abiertamente de forma precoz.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Madrid: Luzán 5 S.A. Ediciones.
Agüera et al. (2006). Esquizofrenia de inicio tardío y muy tardío. Psiquiatría
Geriátrica, 22, 485- 512.
Agüera, L. y Majadas, S. (2006). Psiquiatría Geriátrica, 22, 485- 512.
Cervilla, J. (2006). Síndromes Depresivos. Psiquiatría Geriátrica, 22, 485- 512.
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la buena práctica clínica en Geriatría: Ansiedad y depresión. Sociedad
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Sociedad Española de Geriatría, 1, 13-18.
Serna, I. (2006). Psicofármacos en Geriatría. Psiquiatría, 21(1), 1-17.
Resumen
Desde que ha entrado en nuestros hogares, lugares de trabajo y demás espacios de
nuestro entorno el término Instrucciones Previas, no terminamos de conocer
exactamente de qué se trata. En qué afecta a nuestras vidas. Pero hay un largo
camino recorrido y aún más por recorrer porque si primero fue una reivindicación
de unas asociaciones muy específicas allá por 1976 en Estados Unidos, la
legislación y el desarrollo normativo en casi todos los países más desarrollados
nos ha puesto en la mano un procedimiento y una herramienta para hacer efectivo
un derecho que, además, está basado en unos principios morales, éticos y
deontológicos de primer orden. El no saber lo que nos deparará el futuro nos
empuja a decidir con plena capacidad y conciencia lo que queremos y no
queremos que hagan con nuestra salud en el supuesto de no poder hacerlo en ese
incierto futuro. Y si a lo anterior añadimos el incremento de la longevidad, la
prolongación de la vida y las técnicas de mantenimiento de aquella y de
resucitación, las opciones para decidir son aún mayores.
1. CONCEPTO
Las Instrucciones Previas han recibido diferentes nombres, como el
Testamento Vital o “living will”, que, dentro de la doctrina anglosajona se
encuentra en “advances directives” “directrices anticipadas”, o Voluntades
Anticipadas, etc. y consisten en una serie de instrucciones respecto a los deseos de
una persona capaz en relación con los posibles tratamientos médico-quirúrgicos,
previendo un futuro de incapacidad para decidir.
La diferencia con el documento anterior a la regulación normativa consiste
en que en estas instrucciones se nombre a una persona de confianza, familiar o no,
que es la que decide en lugar del enfermo (Marcos de Cano, 2007). Se constituirá
en sustituto del paciente.
La primera Ley sobre el Testamento Vital vino motivada por la
jurisprudencia, por el famoso caso de Karen Ann Quinlan, en el que su familia
solicitó que le fuera desconectado el ventilador que la mantenía en estado
vegetativo permanente. La Natural Death Act (1975) de California fue la primera
ley estatal de los Estados Unidos que garantizaba los living will. Su nombre
(Muerte Natural) se debe a que su finalidad era la de procurar una muerte natural a
los enfermos, evitando prolongarles artificialmente la vida.
En ella se reconocía el derecho del paciente a rechazar un tratamiento
médico o quirúrgico eximiendo de responsabilidad al profesional sanitario que se
atuviese a las disposiciones que hubiera manifestado el enfermo.
En la actualidad hay más de cuarenta estados que reconocen este derecho.
Sin embargo, estos documentos de voluntades anticipadas, excepto en Holanda y
en Bélgica, prohíben la práctica de eutanasia, entendiendo por tal, la acción de
procurar la muerte a quien sufriendo una enfermedad terminal o invalidante, la
solicite para poner fin a sus sufrimientos.
Éste fue el espíritu que inspiró la norma que dio lugar a la legislación en
España, el Convenio sobre Derechos Humanos y Biomedicina, el conocido como
Convenio de Oviedo, en vigor en nuestro país desde el 1 de enero de 2000, en el
que se establece en art. 9 que “se tendrán en consideración los deseos expresados
con anterioridad respecto a una intervención médica por un paciente que, en el
momento de la intervención, no esté en condiciones de hacer saber su voluntad”.
3. ANTECEDENTES SOCIO-CULTURALES
Si la historia de las Voluntades Anticipadas tiene como referente histórico
de nacimiento las directrices anticipadas, en nuestro país, su trayectoria histórica
es muy reciente. Hace unos 30 años se inicia como reclamación moral hasta su
regulación jurídica bajo la denominación de instrucciones previas.
Concretamente su aparición pública coincidió en 1986 cuando la
Asociación Española para el Derecho a Morir Dignamente elabora un modelo del
llamado Testamento Vital. Ya en 1989, la Iglesia Católica elaboró otro modelo de
testamento vital para atender posibles demandas de sus fieles. Y, posteriormente,
en 1996, la propia Asociación Española para el Derecho a Morir Dignamente
presenta un segundo modelo que completa y amplia en algunos puntos el anterior.
En el contexto político y administrativo, su introducción es más reciente
aún, pues no fue hasta finales de 1996 cuando surge una Propuesta No de Ley en
el Parlamento de Cataluña sobre este tema. No figura ninguna referencia al
Testamento Vital o a las Voluntades Anticipadas en el panorama político español.
El Parlamento catalán, en 1998, informa ya de la propuesta de un modelo
de Testamento Vital, y de su posible aplicación en esa Comunidad Autónoma,
basándose en la Ley General de Sanidad de 25 de abril de 1986, y en concreto en
el apartado de Derechos y Deberes de los Pacientes y en el art. 9 del Convenio del
Consejo de Europa, firmado en Oviedo el 5 de abril de 1997, en el que se detallan
Legislación Estatal
Antes de valorar o analizar las deficiencias o abiertas contradicciones entre
la norma estatal y las autonómicas, vamos a establecer el marco jurídico-legal que
predetermina la Ley Básica 41/2002.
4. La forma de otorgamiento
Otras Comunidades Autónomas no están viciadas de inconstitucionalidad
pero en las que sería deseable una mayor uniformidad. Prácticamente todas las
legislaciones autonómicas autorizan su forma de otorgamiento válida ante tres
instancias:
6. El problema idiomático
Según el art. 36.3 de la Ley 10/1992, de RJAP y PAC, la administración
pública instructora deberá traducir al castellano los documentos, expedientes, o
partes de los mismos que deban surtir efecto fuera del territorio de la Comunidad
Autónoma.
del valor de la autonomía del paciente, valor ético que ha sido además asumido
por la legislación en nuestro país y cuya consecuencia más directa es la práctica
del Consentimiento Informado.
Por eso, si un paciente rechaza o desea interrumpir un tratamiento, o si éste
no produce un beneficio neto al enfermo, no hay ninguna obligación ni ética ni
legal de seguir suministrando dicha terapia. Si se da cualquiera de estas dos
situaciones, se debe proceder a no iniciarlo o retirarlo, lo que se hace mediante el
acto médico: LET (Limitación del Esfuerzo Terapéutico).
Koldo Martínez (2007) es más partidario de definir la LET como el
procedimiento médico cuyo objetivo es suspender un tratamiento o procedimiento
diagnóstico (o varios de ellos) que ya no son deseados por el paciente o que no
consiguen beneficiarle.
La LET suele hacerse, sobre todo, en pacientes en situación al final de la
vida. Por eso, hay quien defiende que, más que llamarle LET, deberíamos
denominarla “Limitación del Tratamiento de Soporte Vital”.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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wills and other advances Directives for Health care. London: Johns
Hopkins University Press.
González, G. (2010). Ciberhumanismus. Una ética para el habitante de la
sociedad tecnológica (pp. 171-246). Sevilla: Doss Ediciones.
González, G. (2014). Voluntades anticipadas y responsabilidad, una perspectiva
filosófica (pp. 89-111). Madrid: Dykinson.
Marcos del Cano, A.M. (Ed.) (2014). Voluntades anticipadas. Estado de la
situación. Madrid: Dykinson.
Marcos del Cano, A.M. (2007). Las voluntades anticipadas. En F.J. Elizari, 10
palabras claves al final de la vida (pp. 389-425). Navarra: Ed. Verbo
Divino.
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Sistema Sanitario de Navarra, 30(3), 87 – 102.
Martínez, K. (2014). Voluntades anticipadas: la limitación del esfuerzo
terapéutico (pp. 239-256). Madrid: Dykinson.
Resumen
El capítulo trata sobre la Ley 39/2006 de 14 de diciembre, de Promoción
de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia.
La Ley responde a la necesidad de establecer una planificación progresiva en el
acceso de las personas mayores a los servicios y prestaciones. En la Región de
Murcia ha habido una drástica reducción del número de solicitudes de valoración.
Asimismo, en la Región de Murcia 65662 personas han tenido derecho al SAAD,
en la actualidad se mantienen en activo 37805. Por otro lado, en el 2014, el IMAS
(Instituto Murciano de Acción Social) incorpora 2991 personas. Al mismo tiempo
se producen 3719 bajas, mayoritariamente por defunción. 375 ciudadanos menos
reciben ayudas económicas y 248 menos haciendo uso de servicios (centros de
día, ayuda a domicilio, residencias,…), la teleasistencia ha disminuido en 1421
casos desde el 2012 que se introdujo un copago entre 15-30 €. Durante el pasado
año ha aumentado en 229 personas, el número de dependientes atendidas en
residencia. Por fin se pone en marcha el Servicio de Ayuda a Domicilio, aunque
solo atiende a 73 personas, la mayoría de Puerto Lumbreras.
1. INTRODUCCIÓN
Ocho años pasan ya desde la entrada en vigor de la Ley 39/2006 de 14 de
diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en
situación de dependencia. Se trata de una Ley muy amplia en sus objetivos, que
responde a la necesidad de, por el envejecimiento progresivo de la población,
establecer una planificación progresiva en el acceso de las personas mayores a los
servicios y prestaciones.
Durante este tiempo se ha ido desarrollando la Ley, con la configuración a
nivel nacional del SAAD (Conjunto de Servicios y prestaciones económicas
destinados a la promoción de la autonomía personal, atención y protección a las
personas en situación de dependencia), a través de servicios públicos y privados
concertados debidamente acreditados, que contribuye a la mejora de las
condiciones de vida de los ciudadanos valorados como dependientes.
La Ley alcanzará su plena vigencia, en julio de 2015 con la incorporación de
dependientes valorados con Grado I. Configura para los dependientes el derecho a
un catálogo de servicios y prestaciones económicas. Como dice en la Ley
39/2006 citada, en su exposición de motivos: “La necesidad de garantizar a los
ciudadanos un marco estable de recursos y servicios para la atención a la
dependencia”. Pretendía configura una nueva modalidad de protección social que
amplíe y complemente la acción protectora del Estado y del Sistema de la
Seguridad Social”.
2. OBJETIVOS DE LA LEY
Garantizar las condiciones básicas y el contenido común e igualitario en el
acceso al derecho subjetivo de la ciudadanía a los servicios y prestaciones
del SAAD.
Servir de cauce de colaboración y participación de las Administraciones
Públicas, en el ejercicio de sus respectivas competencias, en materia de
promoción de la autonomía personal, atención y protección a las personas
en situación de dependencia;
Optimizar los recursos públicos y privados disponibles, y contribuir a la
mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos.
3. CONCEPTO DE DEPENDENCIA
El artículo 2 de la Ley, define Dependencia como:
“Estado de carácter permanente en que se encuentran las personas que, por
edad, enfermedad o discapacidad ligada a la falta o pérdida de autonomía física,
mental, intelectual o sensorial, precisan de la atención de otra u otras personas o
ayudas importantes para realizar actividades básicas de la vida diaria (ABVD),
en el caso de las personas con discapacidad intelectual, enfermedad mental,
precisan de otros apoyos para su autonomía personal”.
Por tanto la dependencia es la situación permanente en la que se encuentran
las personas que por diversas causas (edad, enfermedad, discapacidad, etc.) han
perdido parte o toda su autonomía física, mental, intelectual y necesitan de la
ayuda de otra persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria, o de
otros apoyos para su autonomía personal.
Llegados a este punto es preciso realizar unas aclaraciones:
No todas las enfermedades (cáncer, Parkinson) producen dependencia; la
edad (90 años) o discapacidad no suponen ser dependiente.
No es lo mismo dependencia que discapacidad, ya que una persona puede
tener discapacidad en diversos grados sin que necesariamente exista
dependencia.
La dependencia se da cuando la persona tiene limitaciones en la actividad
que requieren el apoyo imprescindible de otra u otras personas para
realizar, de forma adecuada, las tareas más elementales (ABVD) como el
cuidado personal, las actividades domésticas básicas, la movilidad
esencial, reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar
órdenes o tareas sencillas. En el artículo 2.1 de la Ley se define como
autonomía a la “capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia
iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las
normas y preferencias propias, así como de desarrollar las actividades
básicas de la vida diaria”.
6. VALORACIÓN DE DEPENDENCIA
La Ley 39/ 2006 de 14 de Diciembre (Art. 27.2) establece que un baremo
aprobado por el Consejo Territorial del SAAD será el instrumento para
determinar el grado de dependencia, con criterios objetivos…
Se dicta R.D. 504/2007, de 20 de Abril, que aprueba el baremo de
valoración de la dependencia y la escala de valoración específica para menores de
3 años. El nº de personas reconocidas como dependientes, desbordo las
previsiones iniciales…, modificado posteriormente mediante R.D. 174/ 2011, de
11 de febrero, (entró en vigor a los doce meses de su publicación en el BOE 19
de Febrero del 2012).
Hasta 2012, quienes tenían reconocido 45% de NTP, se beneficiaban de lo
que se llamaba “dictamen pasarela”, y directamente se le asignaba el GRADO III,
Nivel II, con lo cual no precisaban ser valorados. Existía una equivalencia entre
puntuación obtenida por discapacidad y la reconocida por dependencia respecto
de la NTP.
Se dieron dificultades para la puesta en marcha del Sistema de Atención a
la Dependencia en cada Comunidad Autónoma: Importantes diferencias; para
algunas fue una apuesta política y en otras se obstaculizó su puesta en marcha. No
obstante, en todas las CCAA se produjeron desfases entre las fases del sistema
(baremación y gestión de PIAS), en tanto que las administraciones no estaban
preparadas para el tsunami que supuso universalización del mismo. Existe un
baremo único aunque en la actualidad tenemos varias realidades: en Andalucía los
responsables de valoración son Técnicos Grado Medio, y en Murcia se creó la
opción de Técnico Valorador de la Dependencia, las titulaciones acreditadas
Diplomados Fisioterapia, ATS/DUE, Terapia ocupacional.
Desde el 2010 nuevas medidas afectan a la dependencia, R.D Ley
20/2012 de 13 de julio, sobre Medidas para garantizar la estabilidad
presupuestaria:
Respecto a la Valoración desaparecen los niveles, quedando los tres grados
existentes (Grado III, II y I).
Requisitos nuevos para los cuidadores de las PECEF.
Desaparecen también los derechos de los familiares a percibir atrasos
devengados por el fallecimiento de familiares dependientes.
Con relación al Reconocimiento Grado Dependencia:
El procedimiento se inicia con la presentación de la solicitud:
– La solicitud que debe ser aprobada por Orden de la Consejería
competente en la materia: En Murcia ha habido numerosas
modificaciones en la solicitud.
– Recibida la solicitud, subsanado los defectos, respecto de los
requisitos exigidos, el IMAS tras concertar y realizar visita
domiciliaria, procede a emitir Dictamen Técnico sobre grado de
dependencia conforme a los tres grados que contempla el Art. 26
de la Ley (debe hacerse en el plazo máximo de 6 meses):
• Grado I (dependencia moderada).
• Grado II (dependencia severa).
• Grado III (gran dependencia).
Cada uno de estos grados se clasificaba a su vez en dos niveles en función
de la autonomía y atención y cuidado que requiere la persona. La
modificación introducida por el Real Decreto-ley 20/2012, de 13 de julio
desaparece esta distinción de niveles, permaneciendo únicamente la
clasificación en grados de dependencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
García, J. y Gutiérrez, L. (2014). II Informe Técnico Aplicación del SAAD en la
Región de Murcia. Recuperado de www.trabajosocialmurcia.com
García, J., Gutiérrez, L. y Salazar, A.M. (2013). I Informe Técnico Aplicación en
la Región de Murcia de la Ley 39/ 2006, de 14 de diciembre, de
Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en
situación de dependencia.
Marian Palou
Consejería de Sanidad y Política Social
Resumen
1. NORMATIVA ESTATAL
2. NORMATIVA REGIONAL
Servicio de Teleasistencia.
4. PRESTACIONES ECONÓMICAS
De asistencia personal.
Art. 32 establece que la financiación del SAAD debe ser suficiente para
garantizar el cumplimiento de las obligaciones que correspondan a las
Administraciones Públicas competentes. Asimismo, señala que la
Administración General del Estado debe asumir íntegramente el coste
derivado del nivel mínimo, mientras que las Comunidades Autónomas
deben aportar cada año, una cantidad al menos igual a la de la
Administración General del Estado.
8. SERVICIOS
Plazas Total
Plazas
47 5 Propias* 558
2459
Residencias 42 Concertadas 1901
Residencias 413
431
Vinculadas Centros de Día 25
Domicilio servicio
Sin
338
servicio
8779
2.579
2.600 2.459
2.500
2.400 2.259
2.240
2.300 2.186
2.186
2.200
2.100
2.000
1.900
2010 2011 2012 2013 2014 2015
1.031
1.040
1.020 991
1.000
980 952
944
960 933
927
940
920
900
880
860
2010 2011 2012 2013 2014 2015
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Decreto 126/2010, de 28 de mayo, por el que se establecen los criterios para
determinar la capacidad económica de los beneficiarios y su participación
en la financiación de las prestaciones económicas y servicios del sistema
de autonomía y atención a la dependencia en la Comunidad Autónoma de
la Región de Murcia.
Decreto 306/2010, de 3 de diciembre, por el que se establecen la intensidad de
protección de los servicios, la cuantía de las prestaciones económicas, las
condiciones de acceso y el régimen de compatibilidad de las prestaciones
del sistema para la autonomía y atención a la dependencia en la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia.
Decreto 74/2011, de 20 de mayo, por el que se regula el procedimiento para el
reconocimiento de la situación de dependencia y del derecho a los
servicios y prestaciones económicas del sistema para la autonomía y
atención a la dependencia en la Comunidad Autónoma de la Región de
Murcia, y se establece el régimen de infracciones y sanciones.
Ley 41/2003 de Protección patrimonial, de 18 de diciembre, de las personas con
discapacidad.
Ley 35/2006, de 28 de noviembre 2006, del Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas.
Ley 39/2006, de 14 de Diciembre de Promoción de Autonomía Personal y
Atención a Personas en Situación de dependencia. Boletín Oficial del
Estado (2006, Madrid nº 299, de 15 de diciembre).
Ley 41/2007 de 7 de diciembre 2007, por la que se modifica la Ley 2/1981, de 25
de marzo, de Regulación del Mercado Hipotecario y otras normas del
sistema hipotecario y financiero, de regulación de las hipotecas inversas y
el seguro de dependencia y por la que se establece determinada norma
tributaria.
Real Decreto-Ley 20/2012 de 13 de Julio, por el que se adoptan medidas para
garantizar la estabilidad presupuestaria y de fomento de la competitividad.
Juan Dionisio Avilés Hernández, Juan Antonio Salmerón Aroca y Alicia Martínez
Martínez
Instituto Gerontológico del Mediterráneo. IGERMED
RESUMEN
Entendida la salud de las personas, tal y como recoge la clásica definición de la
Organización Mundial de la Salud (OMS), como el completo estado de bienestar
físico, psicológico y social, podríamos afirmar que la propuesta de Coaching
Gerontology, se circunscribe en este contexto, tanto en la vertiente competencial,
que centra sus objetivos en facilitar que las personas mayores puedan conseguir
mejorar hábitos saludables, cumplir los tratamientos en las enfermedades crónicas
así como mejorar su calidad de vida, e incluso la esfera emocional, donde
adquieren importancia la autoestima y la confianza en sí mismo, la toma de
conciencia de las propias emociones, y la regulación de las mismas, todo ello, a
través de la toma de decisiones, lo que implica el conocimiento de sí mismo y el
de los demás. La propuesta está basada en una psicopedagogía gerontológica de
buenas prácticas psicoeducativas y en las técnicas de coaching como metodología
que favorece el cambio y la ayuda a conseguir objetivos en la vida personal. La
sistemática que utiliza es de tipo grupal, pues desde nuestro punto de vista, y
teniendo en cuenta el contexto en el que desarrollamos nuestro trabajo,
convenimos en que lo emocional y lo cognitivo convergen en la necesidad de
interacción grupal. De la misma manera, con este planteamiento los profesionales
utilizan nuevos recursos para la atención de los mayores, ayudándolos a aprender
en lugar de a enseñarles: escucha activa, abandono de una actitud paternalista,
reflexión crítica de capacidades y competencias, interactividad y transferibilidad
realista a su vida cotidiana. En cuanto a las temáticas que se tratan en cada sesión,
se realizan en base a las necesidades detectadas y aportadas por las propias
personas mayores, no obstante, consideramos que dicha propuesta puede abrir
nuevas opciones y posibilidades en la intervención para anticiparnos a las
situaciones de fragilidad y desarrollar un proyecto de vida.
Palabras clave: Coaching Gerontology, calidad de vida, atención de los mayores.
1.INTRODUCCIÓN
Nuestra participación en el programa Europeo LDV 2009-2011 (Leonardo
da Vinci) movilidad, Programa de Aprendizaje a lo largo de la vida, y el
acercamiento al pensamiento que nos ofrece el premio Príncipe de Asturias de las
letras 2010 Maalouf, escritor de origen libanés que vivió en Paris desde hace 30
años, cuando se preguntó: “¿Cómo vamos a llenar esas décadas adicionales de
vida que la medicina nos regala?. Cada vez somos más los que vivimos más años
y en mejores condiciones; y no pueden por menos acecharnos el aburrimiento y el
temor al vacío; y no puede tentarnos huir de ellos mediante un frenesí consumista.
Podemos intentar satisfacer las necesidades y gozar de los placeres de la
existencia consumiendo más, pero también podríamos hacerlo de otra manera,
haciendo prevalecer el aprendizaje en todas las edades de la vida, animando a
nuestros contemporáneos a que estudien lenguas, a que se apasionen por las
disciplinas artísticas, a que se familiaricen con las diversas ciencias, para que así
sean capaces de valorar lo que significa un descubrimiento en biología o
astrofísica”. “Hoy en día el papel de la cultura es proporcionar a nuestros
contemporáneos las herramientas intelectuales y morales que les permitan
sobrevivir: nada menos”. Recordamos que: “Si tus planes son para un año: planta
trigo. Si tus planes son para diez: planta un árbol. Si tus planes son para el resto de
tu vida: ¡Aprende!”
A lo largo de este capítulo pretendemos enviar a los lectores el mensaje de que
“…sentirse viejo de forma anticipada es como sentirse enfermo”.
La experiencia de los grupos de Gerontología de regiones y países del
Mediterráneo que constituyen el IGERMED (Instituto Gerontológico del
Mediterráneo) con sede en el Colegio de Médicos de Murcia, nos está permitiendo
desarrollar unos principios y sólidos fundamentos teóricos que permitirán abordar
la vejez y el envejecimiento desde otra perspectiva, buscando una madurez en
nuestra sociedad y en nosotros mismos para comprender que durante la vejez se
debe seguir buscando un proyecto de vida. Para ello, se ha de pasar del modelo
tradicional de la vejez como etapa deficitaria, en donde todo es pérdida y
deterioro, consecuencia tanto de los cambios bio-psico-sociales siguiendo el
modelo de Paul-Valery, que se producen en el individuo que envejece, con sus
mitos, estereotipos y prejuicios, a un nuevo modelo de vejez activa siendo cada
vejez es triste, negra, llena de sufrimientos y dolores. Todo ello les lleva a la
mantener conductas y comportamientos poco saludables, poco adaptativos y que
no hacen sino justificar sus propios pensamientos. Es probable que se
generalizaran las dificultades por las que atravesaron las generaciones antepasadas
y vincularon esas actitudes y comportamientos con la edad. Incluso que pensaran
que eran propios para las personas mayores. Al carecer de otros modelos de
envejecimiento, se han asumido como normal determinados tipos de
comportamientos, conductas, actitudes, pensamientos o creencias que no son
adaptativas para el momento actual, en el cual la esperanza de vida se ha
duplicado actualmente con respecto a los inicios del siglo pasado. Todo ello da
como resultado el hecho de que, en ocasiones, existan personas mayores que
presenten ideas irracionales sobre el envejecimiento, sentimientos de indefensión
y de incapacidad no justificada, conductas pasivas y de inatención, lo que
conforma un cuadro denominado “Complejo de Vejez”. Dicho cuadro conduce al
ostracismo, la incapacidad e incluso a la muerte prematura. Tienen pensamientos
del tipo: a mi edad qué voy hacer; para mi edad dónde voy; la vejez es malísima.
Por lo que tienen sentimientos tales como: que esta vida es injusta; que el mundo
no está hecho para ellos; consideran creen que ya han llegado al final de sus días;
que no pueden aprender nada nuevo, etc. Es por ello que su comportamiento en
ocasiones puede ser de tipo evitativo, generando ansiedad y frustración, e incluso
que se minusvaloren personalmente.
Existen estudios en personas mayores (Levy, 2002) que aluden a que las
aquellas personas mayores que tienen unas creencias positivas, agradables, con
una alta autoestima viven como media unos 7.5 años más que aquellas personas
que tienen pensamientos más negativos y que se ven de forma más negativa.
Por ejemplo, si pensamos en nuestra vida como si se tratase de la
construcción de un edificio, la obra de nuestra vida en muchas ocasiones la
abandonamos estancada en un mismo nivel de desarrollo, pero puede ser que un
día alguien nos ayude a tomar conciencia y a reenfocar nuestra mirada
permitiéndonos descubrir que el límite, está precisamente en el punto en que
nosotros lo queramos poner y que este límite por supuesto no lo marca la edad. Es
por ello, que muy al contrario la edad, los años vividos, la sabiduría, la etapa de la
vejez nos puede proporcionar una amplitud de miras y por tanto unas
estrategias de relación y comunicación con los demás. Es por ello que resulta
fundamental dar cabida a las iniciativas que permiten a las personas mayores
continuar sintiéndose participes de su propio ambiente y de esforzarse en lo que
puede ser motivo de satisfacción y de bienestar personal de acuerdo con las
propias características personales, referencias, valores e intereses. Cabe clarificar
que serán distintos los modos y los contextos en los cuales las personas mayores
pueden ser de ayuda a otras personas, familia, vecinos, amigos, personas que
viven solas, marginados, etc. La familia les supone una de las principales fuentes
de satisfacción diaria, aunque en ocasiones pueden suponer una de las principales
fuentes de frustración, distancia generacional, dificultades de comunicación, etc.
Ante estas situaciones es dónde los amigos devienen una fuente de satisfacción
extraordinaria. Por lo que va a ser sobre todo con los simultáneos con los que se
pone a prueba la propia capacidad de acudir en ayuda, es decir, de servir de
sostén, de ayudar y poder verificar el beneficio que no puede derivar más que en
beneficio de ellos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Vivir su Edad Mujer. Envejecimiento Activo y saludable. Murcia:
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Avilés, J.A., Balas, D. y Salmerón Aroca, J.A. (2010). Vivir su Edad Mayores.
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Levy, B. (2002). Longevity increased by positive self-perceptions of aging.
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Salmerón, J.A., Avilés, J.D., Martínez, S., Souza,A., Varga,C. y Balas, D. (2010).
A cor da velhice: a imagem do envelhecimento em mulheres idosas
Resumen
El siguiente capítulo tiene el objetivo de proporcionar pautas de actuación
profesional ante el deterioro cognitivo en las personas mayores. Para ello,
atendiendo al modelo involutivo en la enfermedad de Alzheimer, se detallarán los
cambios o metamorfosis que iría desde el adulto (consciente, controlado y
habilidoso) hasta convertirse en feto (de reflejos manifiestos, desconexos y
arcaicos). De este modo, se exponen algunas pautas a tener en cuenta sobre todo
en cuanto a la comunicación, a nivel conductual (delirios, alucinaciones, etc.) con
la persona mayor que presenta deterioro cognitivo. Finalmente, se describen
pautas para la estimulación cognitiva describiendo los programas más relevantes
de estimulación cognitiva en función de las áreas que trabajan.
Palabras clave: demencias, cuidadores profesionales, personas mayores,
programa, estimulación cognitiva.
1. INTRODUCCIÓN
Tárraga y Boaba (1999) destacan que la enfermedad de Alzheimer es la
demencia más prevalente y que presenta una sintomatología, dentro de su
heterogeneidad, más acorde a un proceso de tipo evolutivo. Por lo tanto, una de
las escalas clínicas evolutivas más utilizadas es la Global Deterioration Scale
(GDS) (Reisberg, Ferris, de León y Crook, 1982). La gran mayoría de ejercicios
de estimulación cognitiva se agrupan atendiendo al citado grado de deterioro.
Según Tárraga y Boaba (1999) el GDS permite que los distintos profesionales
podamos unificar criterios en la descripción de la sintomatología y el grado de
deterioro. A continuación se describen de forma resumida los niveles atendiendo
a la descripción dada por Tárraga y Boaba (1999):
Comunicación
Al saludo
En el caso de no reconocernos
Durante la comunicación
A nivel conductual
Agresividad
Ante dichas situaciones las pautas a seguir como profesionales serían las
siguientes: acercarnos con calma y utilizar un tono pausado un nuestro habla;
debemos intentar distraerle, nunca regañarles, incluso ignorar puede funcionar. Se
recomienda utilizar música relajante para crear un ambiente tranquilo. En el caso
de que manifieste agitación, se recomienda tocar esa parte del cuerpo. Si se trata
de un gesto que repite con las manos, debemos aprovecharlo por ejemplo: doblar
un pañuelo, etc.
Alucinaciones
Delirios
Inactividad. Apatía
Las personas con apatía presentan falta de interés por las actividades de la
vida diaria así como del cuidado personal, disminución en la respuesta emocional
e incluso en la iniciativa para llevar a cabo actividades.
relacione con otras personas y que sepa que cuenta con nuestro apoyo para lo cual
tiene que sentirse escuchado.
Lápiz y papel
Programas informáticos
permite presentar las instrucciones en un formato auditivo así como visual; ofrece
un feedback rápido y correcto; se puede registrar el rendimiento del sujeto tras
finalizar cada sesión (el número de aciertos y errores, el tiempo de reacción, etc.),
esto supone que permite observar los progresos del sujeto y adaptar el programa a
su propia evolución; finalmente su uso es fácil y accesible ya que está adaptado,
en la medida de lo posible, a los déficits o limitaciones del paciente. Entre los
programas más utilizamos destacamos los siguientes:
A este respecto, los tableros de encaje son tableros con zonas perforadas
o hundidas, que van acompañados de figuras o piezas que se adaptan, que se
encajan a dichos huecos. El nivel de dificultad es variado según del número de
Por otro lado, los paneles de orientación son aquellos que, ayudan al
sujeto a estimular los procesos de orientación espacial, temporal y personal. Por lo
tanto, los paneles de orientación espacio-temporal suelen ofrecer datos que ayudan
a la ubicación espacio-temporal: día, fecha, estación del año, nombre del lugar y
otras informaciones adicionales. En lo que respecta a los paneles de orientación
personal, suelen ayudar al sujeto a mantener su propia identidad. Suelen estar
constituidos por fotografías de la persona en distintos contextos: familiar, amigos,
cuidadores, etc.
que permite realizar estimulación cognitiva con pacientes con deterioro cognitivo
leve o moderado. El formato promueve la efectividad y rentabilidad del trabajo en
grupo (residencias, centros de día, etc.) utiliza la dinámica grupal como una
herramienta terapéutica, y sus características permiten la flexibilidad en cuanto a
los programas y áreas de trabajo (Sociedad Española de Geriatría y Gerontología,
2009; Signa21, 2011). En concreto, los objetivos planteados son: mejorar la
convivencia mediante el mantenimiento de protocolos sociales; mejorar las
actividades diarias y mantener y optimizar la esfera cognitiva.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Abellán, M.A. García-Sevilla, J. y Méndez, I (2013). Diseño de un panel de
psicoestimulación como herramienta de intervención en personas mayores
con deterioro cognitivo. En J.J. Gázquez Linares, Mª.C. Pérez Fuentes,
M.M. Molero e I. Mercader (Comps.). Calidad de vida, Cuidadores e
intervención para la mejora de la salud en el envejecimiento (pp. 263-
266). Almería: Asociación Universitaria de Educación y Psicología
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Guipuzkoa. Recuperado de:
http://www.imsersomayores.csic.es/documentos/documentos/leturia-
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Tárraga, L. y Boada, M. (Eds.) (2004a). Cuadernos de Repaso. Ejercicios
prácticos de estimulación cognitiva para enfermos de Alzheimer en fase
leve. Barcelona: Glosa. Recuperado de:
http://www.janssen.es/bgdisplay.jhtml?itemname=dem_cuadernos
Tárraga, L. y Boada, M. (Eds.) (2004b). Cuadernos de Repaso. Ejercicios
prácticos de estimulación cognitiva para enfermos de Alzheimer en fase
moderada. Barcelona: Glosa. Recuperado de:
http://www.janssen.es/bgdisplay.jhtml?itemname=dem_cuadernos
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
2. MÉTODO
2.1. Participantes
Estado civil
Casado
Soltero
Viudo
6
Separado/ Divorciado
4
Recuento
0
Jaen Murcia
Centro
2.2. Instrumentos
Para ello se le solicitaba al sujeto que indicase cómo notaba los aspectos
mencionados desde que participaba en el taller. Dichos ítems eran de tipo
politómico (ordinales de cinco niveles: 0 nada- 3 mucho). El índice de fiabilidad
Alfa de Cronbach fue de .767.
2.3. Procedimiento
3. RESULTADOS
Le permite
intercambiar
experiencias para
ampliar conocimientos
6
Nada
Algo
Bastante
Mucho
4
Recuento
0
Jaén Murcia
Centro
4. CONCLUSIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Gema Nieto
Universidad de Murcia
Resumen
1. ¿QUÉ ES EL ENVEJECIMIENTO?
Supervivencia (%)
Días
Silenciamiento de genes
¿Cuál es la problemática?
Los datos científicos disponibles han permitido caracterizar los estados del
organismo y hábitos de vida que influyen sobre el envejecimiento y la expectativa
de supervivencia. Algunos de ellos se muestran en la tabla 2.
135 Pautas de intervención profesional con personas mayores
136 CAPÍTULO 10. LA IMPORTANCIA DE LA NUTRICIÓN EN LAS
PERSONAS MAYORES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Resumen
La figura del voluntario ha ido cobrando cada vez más importancia en la sociedad.
Lo que impulsó que se regulara primero a nivel estatal en 1996 y casi diez años
más tarde, en 2004, a nivel regional en Murcia. Aunque la persona voluntaria no
es considerada como un profesional propiamente dicho, tiene mucho que aportar
en el ámbito donde ejerce su actuación. Siendo su labor complementaria a la de
los profesionales. En este capítulo, a través de la propia experiencia, formación de
voluntariado y la consulta bibliográfica, se quiere recoger su papel en el ámbito
del voluntariado social, y más concretamente en su intervención con las personas
mayores, viendo primero que entendemos por voluntario. Así como dar
orientaciones sobre cuáles deben ser sus pautas de actuación con ellas, conociendo
sus características y rompiendo con las falsas creencias. Siendo una parte
importante la atención a las emociones y especialmente reducir la soledad que
sienten, mediante técnicas como la escucha activa. Y todo ello sin olvidar que
aunque el voluntario aporta mucho sin esperar nada a cambio, también va a ser
mucho lo que va a recibir.
1. ¿QUÉ ES UN VOLUNTARIO?
Con los años la actuación del voluntario ha sido cada vez mayor y de más
importancia, lo que propició la necesidad de regular esta realidad social con la
finalidad de amparar legalmente el compromiso solidario de toda persona, su
derecho a participar y asociarse, así como definir los derechos y obligaciones del
voluntario y de la organización donde éste participe. Esto supuso que, a pesar de
la existencia de legislación a nivel internacional, europeo, estatal, regional y local
que podía recoger o amparar parte de las actuaciones del voluntariado, en 1996 a
nivel estatal se regulara como tal esta figura con la Ley 6/1996, de 15 de Enero,
del Voluntariado, y casi diez años más tarde, en 2004 se hiciese a nivel regional
en Murcia con la Ley 5/2004 de octubre, del Voluntariado en la Región de
Murcia. En este capítulo se quiere recoger la importancia del papel del
voluntariado, y más concretamente en el ámbito social en su intervención con las
personas mayores, para ello se ha tomado como referencia principal la publicación
de Junta de Castilla y León (2000). En los últimos años y especialmente por la
situación económica vivida en España, nos hemos encontrado con más personas
con disposición de un mayor tiempo libre por la situación de desempleo, y que por
diversas motivaciones han querido emplear este tiempo en ayudar a los demás,
también tenemos que destacar el aumento de personas mayores activas y
saludables que emplean parte de su tiempo en los demás.
importante que el voluntario disponga de cierta fuerza física para prevenir que la
persona mayor se caiga o que él mismo se haga daño.
que les ofrece esta etapa de la vida. En este punto el voluntario va a tener
un papel importante, para ilustrarlo os propongo leer “El cuento de las dos
vasijas” (anónimo hindú) (ver Anexo1). A través del cuento vemos que se
debe entender la vejez como una etapa natural de la vida en la que tenemos
“grietas”, pérdidas y dificultades, pero en la que a la vez tenemos “flores”,
oportunidades. El voluntario debe ser para la persona mayor como “el
aguador” que ayuda al aprovechamiento de “las grietas”, abriendo los ojos
a la persona mayor, “tinaja agrietada”, hacia las oportunidades que tiene.
Para llevar a cabo una adecuada escucha activa, debemos tener en cuenta
los siguientes elementos (Roca, 2007):
7. CONCLUSIÓN
Por otro lado, según una revisión sistemática y metaanálisis dirigido por
investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter en Reino
Unido, el voluntariado ayuda a mejorar la salud mental y a vivir más tiempo
(Europapress, 2013). Señalan una reducción del 20 % de la mortalidad entre los
voluntarios, presentando niveles más bajos de depresión, un aumento de la
satisfacción con la vida y mejora del bienestar. No obstante, se necesitan más
estudios para determinar si el voluntariado es realmente la causa de la mejoría de
la salud, o pueden ser otros factores como por ejemplo, las características de
personalidad que son las que a su vez impulsan a la persona a ser voluntaria.
“Voluntario, una forma de ser, una forma de vivir con la cual se consiguen
cosas que de otra forma no sería posible sentir”. Por lo que podemos decir que el
voluntario “recibe más de lo que da”. Y este vídeo es una gran muestra de ello:
www.youtube.com/watch?v=HzDSqZuZVuo (vídeo de Autoayudapractica.com).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ley del Voluntariado (Ley 6/1996, 15 de Enero). Boletín Oficial del Estado,
nº15, 1996, 17 de Enero.
Ley del Voluntariado en la Región de Murcia (Ley 5/2004, 22 de octubre).
Boletín Oficial de la Región de Murcia, nº 261, 2004, 11 de noviembre.
ANEXO
1
Universidad de Murcia
2
Consejería de Educación, Cultura y Universidades
Resumen
El siguiente capítulo tiene por objetivo realizar un análisis sobre la situación
actual del cuidador profesional. En la literatura científica se muestra que se trata
de un colectivo diana con relación a la presencia de factores de estrés y del
síndrome de estar quemado en el trabajo (SQT) debido principalmente a las
funciones inherentes que desempeña. Por dicho motivo, se ha procedido a estudiar
la situación laboral en la que se haya inmerso y a reflexionar sobre cuáles son las
variables que debemos considerar en aras de reducir sus niveles de estrés o
prevenirlos. Dicha reflexión parte de estudios en residencias donde se han
analizado multitud de variables (burnout, variables sociodemográficas, trastorno
por estrés postraumático...) así como del campo del estrés laboral y del síndrome
citado. Entre las conclusiones que se extraen, cabe destacar la necesidad de
intervenir tanto sobre la organización como sobre el sujeto, realizar cambios en el
estilo de vida, aplicar técnicas cognitivo conductuales, introducir mejoras en el
puesto de trabajo, fomentar la autonomía del trabajador, evitar el conflicto y la
ambigüedad de rol, favorer la formación continua y el reciclaje del cuidador,
formar en técnicas de investigación-acción, impulsar las redes sociales y el apoyo
percibido y promover la investigación en su vertiente tanto teórica como aplicada.
1. INTRODUCCIÓN
El “estrés” es un concepto que parte del ámbito de la física de los
materiales cuando se hacía referencia a la deformidad que sufre un material
sometido a una tensión y su capacidad para volver a su estado original.
Posteriormente fue extrapolado al ámbito de la psicología destacando a Selye
(1956, 1960) en este recorrido histórico. Dicho autor observó en sus pacientes
sintomatología común como por ejemplo cansancio, astenia ante demandas del
entorno. A este cuadro lo denominó finalmente “Síndrome general de
adaptación”. Bajo el punto de vista de las teorías etológicas, el estrés tenía un
componente adaptativo, ya que permitía al sujeto ponerse en tensión y reacción
rápidamente ante una amenana real del entorno, por ejemplo, el ataque inmimente
de un depradador. En la actualidad, no suelen existir amenazas “reales” que
atenten directamente con la vida del sujeto, al menos físicamente y, sin embargo,
la sensación de estrés y los sus síntomas asociados perduran en el tiempo.
Más adelante, la etiología del proceso estresor se modificó incluyéndose
nuevas variables hasta conformarse la teoría de la evaluación cognitiva de Lazarus
y Folkman (1985). Bajo este marco teórico, la existencia de potenciales fuentes de
estrés en el ambiente da lugar a una evaluación del sujeto de la situación. Por un
lado, tenemos una evaluación primaria en la que el sujeto se pregunta de qué
modo pueden influir en él dichas fuentes de estrés. En concreto, se valora si el
potencial factor de estrés supone una amenaza (posible daño futuro), un desafío
(un reto que debe superar con la consiguiente puesta en marcha de acciones
positiva para superarlo) o bien un daño o pérdida (un suceso negativo ya acaecido
en el tiempo). Por otro lado, también se da una evaluación secundaria en la que se
pregunta si tiene los recursos necesarios para poder hacer frente a la demanda. En
la medida en que el sujeto concluya que posee los recursos necesarios para
enfrentarse a la situación presentará menores niveles de estrés y viceversa.
Llegados a este punto, es necesario aclarar que de acuerdo con algunos autores no
todas las situaciones positivas en la vida son ajenas al estrés. Así, contraer
matrimonio, una reconcilización en la pareja o las vacaciones son un cambio en el
entorno que debe ser gestionado por el sujeto y puede causar estrés. En el ámbito
laboral destacamos: un reajuste financiero importante (no sólo una bajada salarial
2. OBJETIVOS
El objetivo de este capítulo ha sido realizar un análisis sobre la situación
actual del cuidador profesional de residencias de personas institucionalizadas.
Dicho objetivo presenta a su vez otros más específicos. A saber: (1) Hacer una
síntesis de las actuaciones realizadas en materia de investigación en residencias de
Murcia y Barcelona, para darle un valor de conjunto y tener una perspectiva
global, desarrollando la línea de investigación seguida; (2) definir el contexto
laboral, social y personal del cuidador profesional; (3) realizar las variables
estresoras con el surgimiento del síndrome de estar quemado en el trabajo o
burnout; y (4) reflexionar sobre las variables proactivas que pueden ponerse en
marcha para prevenir el malestar generado en este perfil laboral cuando deben
realizar sus funciones en los centros institucionalizados.
3. METODOLOGÍA
La metodología seguida para llevar a cabo este capítulo ha sido a través de
la revisión y/o reflexión teórica así como para la recopilación de datos y fuentes
ha sido el análisis del recorrido temporal e investigador realizado en centros
institucionalizados ubicados en Lorca (Murcia) y Barcelona principalmente, así
como en otros del ámbito nacional e internacional centrándonos en los constructos
relacionados con variables estresoras y el síndrome de burnout. Esta metodología
responde a la necesidad de reflexionar sobre el trabajo realizado con este
colectivo.
4. RESULTADOS/ESTADO DE LA CUESTIÓN
Agotamiento emocional
Bajo 78.9 % 70.0 % 88.9 %
(AE)
Alto 0% 0% 0%
Despersonalización
Bajo 10.5 % 10.0 % 11.1 %
(DP)
Realización personal en el
Bajo 36.8 % 60.0 % 11.1 %
trabajo
(RP) Medio 21.1 % 30.0 % 11.1 %
Con relación a la relación existente entre los niveles de burnout en las tres
dimensiones y la presencia de sintomatología compatible con un TEP, el índice de
correlación de Spearman refleja una relación positiva entre la
“despersonalización” y la “reexperimentación” (rs=.718, p=.029) y la “activación”
(rs=.677, p.=.045) (Martínez et al., 2012).
En aras de describir con exactitud el perfil del cuidador que tiene una alta
realización profesional (mayor probabilidad de engagement) se realizó un estudio
fruto del cual se obtuvieron los siguientes resultados (Martínez et al., 2014): el
42.10% presenta alta RP, siendo el 87.5% de Murcia y el 12.5% restante de
Barcelona, el 87.5% son mujeres, 75% casados, la mitad no tiene hijos, la edad
oscila de los 26 a los 52 años, el 50% convive con su pareja quien trabaja fuera de
casa, tres cuartas partes tienen más de 10 años o de 3 a 5, el 87.5% no ha cursado
bajas el último año, el 75% no necesita medicación para conciliar el sueño, el
100% afirma estar bien formado en demencias y el puesto desempeñado es
cualificado (Trabajo Social, Fisioterapia, Psicología y Medicina). Así, aquellos
profesionales con estudios universitarios presentan mayor realización profesional
(37.5%) frente al colectivo con estudios primarios a igual nivel (12.5%) (Figura
2).
Figura 2. Relación entre el nivel de estudios y la realización profesional
(Martínez et al., 2014)
2
Frecuencia
0
Primarios completos. Graduado escolar, Bachillerato Superior o Estudios Universitarios
Bachillerato elemental o Formación profesional de
Formación profesional de segundo grado.
primer grado.
NIVEL DE ESTUDIOS
5. DISCUSIÓN/CONCLUSIONES
El presente capítulo constituye una reflexión sobre las actuaciones llevadas
a cabo en materia de investigación con relación al burnout y al estrés del cuidador
profesional centros con personas institucionalizadas. A lo largo del mismo se ha
procedido a realizar una síntesis de las principlaes actuaciones desarrolladas en
aras de destacar aquellos aspectos que han resultado más llamativos, definiendo el
contexto real que vive el cuidador en aras de extrapolar varialbes proactivas que
pudieran prevenir los niveles de estrés y del síndorme citado.
El estudio del concepto dimensional del burnout todavía tiene un amplio
abanico de vías futuras de investigación ya que interacciona con variables tan
diversas como la reexperimentación de un suceso traumático y la activación. De
hecho, se ha encontrado una relación positiva entre la reexperimentación como
síntoma del TEP con la dimensión de despersonalización. Parece ser que utilizar
Secanilla, Martínez y Navarro, 2011a, 2011b; Serrano y Payá, 2014): (a) Hacer
cambios duraderos en el estilo de vida del cuidador, por ejemplo, llevar una dieta
equilibrada, cuidar la vida social, organizar eventos y viajes, practicar deporte y
utilizar asiduamente técnicas de relajación ya sean de respiración, musculares o de
visualización; (b) aplicar técnicas cognitivo-conductuales (reestructuración
cognitiva, desensibilización sistemática, instrucción en habilidades sociales,
detención del pensamiento, autocontrol, técnicas para la resolución de problemas,
de conflictos y toma de decisiones…); c) introducir mejoras en el puesto de
trabajo lo cual supondría, en unas circunstancias óptimas, realizar los ajustes
desde el mismo del diseño del puesto (seleccionar el sujeto con las capacidades
más adecuadas, respetar los ritmos biológicos, tener en cuenta los riesgos
ambientales, definir las funciones para evitar el conflicto de rol y la ambigüedad
de rol, impulsar el uso de la evaluación continua para realizar los ajustes
pertinentes de forma rápida); (d) favorecer la formación del usuario en
enfermedades, tratamiento, prevención, posibilitando la libertad y autonomía en la
elección de itinerarios formativos profesionales; y finalmente, (e) formar en
técnicas de investigación-acción; (f) mostrar al sujeto cómo crear y mantener
redes de apoyo social; y por último, (g) promover la investigación teórica y
aplicada.
Como limitaciones y futuras líneas de investigación destacamos la
necesidad de aumentar la muestra de estudio para poder profundizar en el
fenómeno, analizar nuevas variables (alimentación, movilidad…), introducir
variables de personalidad (Ríos, Godoy y Sánchez-Meca, 2011), priorizar la
prevención primaria y tratar de lograr un marco teórico y explicativo global.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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quemarse en el trabajo o burnout: una revisión Social support and burnout
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disminuye el estrés laboral y oxidativo en profesionales de Urgencias.
Revista del Laboratorio Clínico, 7(3), 96-103.
1. PROCESOS DE DUELO
El duelo tiene que ver con la pérdida, más concretamente con qué hacemos
con la pérdida cuando esta es significativa. A continuación, señalaremos algunos
aspectos que nos parece importante destacar respecto a la conceptualización del
duelo, pero antes de ello, nos parece importante hacer notar, que no todas las
pérdidas que pueden elicitar el desarrollo de estos procesos, tienen que ser
necesariamente pérdidas de la vida de personas queridas. Por el contrario, a lo
largo de la vida, y por ende del desarrollo evolutivo, vamos a ir viviendo distintas
pérdidas que pueden conllevar la necesidad de elaborar un duelo de mayor o
menor profundidad y complejidad. Algunas de estas pérdidas pueden ser las
siguientes:
1. Algunos tipos de pérdidas
Pérdida de personas:
Muerte de un ser querido.
Fin de una relación (separación, divorcio, etc.).
Pérdidas de situaciones y/o cosas:
Pérdida de un empleo (jubilación).
Pérdida de status.
Pérdida de dinero (quiebra):
Cambio de lugar de residencia (emigración).
Pérdida de salud.
Cambio de escuela para el niño.
Ser robado (especialmente en ancianos).
Bolwlby Embotamiento
(1980) Anhelo y búsqueda
Desorganización y desesperanza
Reorganización
Parkes Insensibilidad
(1972) Anhelo (búsqueda, rabia, etc.)
Desorganización y desesperación
Reorganización
Sentido de presencia
Alucinaciones
Distraibilidad
Trastornos del sueño
Nivel Trastornos alimentarios
comportamental Aislamiento social
Soñar con el fallecido
Evitar/buscar recuerdos del fallecido
Buscar y llamar en voz alta
Llanto
Hiperactividad desasosegada
Visitar lugares o llevar objetos que recuerdan al
fallecido
Autonomía Dependencia
“habitación museo”.
“Ocultación de objetos emotivos”.
Cambios de humor importantes.
Pánico a la idea de otra muerte.
7. ALGUNOS PATRONES DE DUELO PATOLÓGICO
Duelo inhibido. Se hace gala de un exquisito autocontrol que impide
expresar emociones.
Duelo aplazado. Cuanto más tiempo, más disfuncional (evitación/
distanciamiento).
Duelo crónico:
Estancamiento en las fases de anhelo y desorganización.
Momificación (habitaciones museo).
Memorialización.
Idealización. Solo aspectos positivos.
Identificación con el fallecido. Supone una forma de negación de la
realidad, en la que se renuncia a la propia vida personal.
Euforia:
Negación de la pérdida.
Disociación de las emociones negativas.
Pérdida de salud.
Cambio de escuela para el niño.
Ser robado (especialmente en ancianos).
Duelos ligados a la edad y al desarrollo personal:
Pérdida de ideales, objetivos, convicciones.
Pérdida de la seguridad.
Pérdida de (la) juventud.
Pérdida de una etapa de la vida.
Pérdida de la capacidad reproductora.
Pérdida de fuerza y vitalidad física.
Pérdida de cabellos, dientes, visión, etc.
Crisis en la pareja.
9. EL DUELO EN ANCIANOS
Pueden quedar fijados con mayor facilidad en las fases de anhelo y
desorganización.
Pueden tener especial dificultad para elaborar las tareas 3 y 4 de Worden
(1997) (adaptarse a un medio en el que el fallecido se encuentra ausente, y
recolocar emocionalmente al fallecido y seguir adelante con la propia vida).
Se pueden apreciar más indicadores patológicos:
Pérdida de autoestima.
Amenaza o tentativa de suicidio.
Alcoholismo u otras toxicomanías.
Aislamiento e incomunicación.
Dificultades para la desvinculación.
Mayor probabilidad de formas patológicas:
Duelo crónico.
Idealización.
Restricción drástica de la esperanza de vida.
Mayor vulnerabilidad tanto biológica como psicológica.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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[Buenos Aires, Paidós, 1990]
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Knapp, R. J. (1986). Beyond endurance when a child dies. New York: Shocken
Books
Neimeyer, R.A. (2002). Aprender de la pérdida. Una guía para afrontar el duelo.
Barcelona: Paidós.
Parkes, C.M. (1972). Bereavement: Studies of Grief in Adult Life. Londres:
Tavistock Publications.
Worden, J.W. (1997). El afrontamiento del duelo: asesoramiento psicológico y
terapia. Barcelona: Paidós.
1
Universidad de Murcia
2
Universidad de Almería
Resumen
El siguiente capítulo abordará la situación actual del perfil profesional en la
atención a la persona mayor. los factores de riesgo para el estrés destacando el
síndrome de estar quemado en el trabajo (SQT) y la importancia del equipo
multidisciplinar en la atención a la persona mayor, esto último supone un reto para
los cuidadores profesionales del Siglo XXI. Como conclusiones, es destacable la
importancia de tener en cuenta el apoyo social o las estrategias de afrontamiento o
trabajar la empatía como prevención del burnout, llevar a cabo formación en
determinadas materias y creación de buenas prácticas profesionales.
y un usuario al que hay que prestarle todo el apoyo posible. En el marco que nos
ocupa, tanto la estructura institucional como las variables centradas en el usuario
y en el trabajador (rasgos de personalidad, factores sociodemográficos, situación
familiar, hábitos saludables, calidad de vida percibida…) interaccionan entre sí
pudiendo darse en dicha interacción una situación de estrés para el cuidador
profesional. Si se mantiene pasamos a la cronificación de los niveles de arousal y
aumenta el riesgo de que surjan diversas manifestaciones psicopatológicas como
ansiedad, fobias, síndrome de estar quemado en el trabajo o de burnout, trastornos
relacionados con el estrés, trastornos obsesivo-compulsivos, entre otros. De
hecho, se habla de un síndrome del cuidador (Crespo y Rivas, 2015). El síndrome
de estar quemado tiene graves repercusiones tanto sobre el trabajador
(agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal en el
trabajo) como sobre la institución (absentismo laboral, bajas, descenso del
rendimiento e incluso renuncias) (Martínez, Méndez, Secanilla, Benavente y
García-Sevilla, 2014; Martínez, Méndez, Secanilla y González, 2012; Méndez,
Secanilla, Martínez, y Navarro, 2011; Vélez, Berbesí, Cardona, Segura y
Ordóñez, 2012). Lógicamente, esta situación afectará la calidad de vida del sujeto
(Méndez, Martínez, Secanilla, Benavente y García-Sevilla, 2013). Tanto
analizando el fenómeno del cuidador profesional desde una perspectiva negativa
aludiendo al síndrome de burnout (Maslach y Jackson, 1986) como positiva
refiriéndonos al engagement (Viejo y González, 2013), está claro que uno de los
factores clave es la puesta en marcha de una serie de estrategias cuando se percibe
una amenaza potencial. Además, este síndrome va más allá del ámbito profesional
del cuidador abarcando también otros aparentemente distintos pero que en última
instancia también conllevan la interacción con otros sujetos (Martínez, 2015).
Al analizar la relación que se establece entre el usuario y el cuidador
profesional, el modo de interaccionar es fundamental. En dicha interacción entran
en escena las habilidades sociales, entendidas como un conjunto de estrategias que
permiten un tipo u otro de interacción interpersonal. Para desarrollar las
habilidades sociales es esencial fomentar la empatía (Mestre, 2014). La capacidad
del cuidador profesional para entender el malestar ajeno, ponerse en el punto de
vista del usuario y comprender sus sentimientos es un gran paso para gestionar las
emociones, mejorar el clima laboral, desarrollar el autoconocimiento, la capacidad
de alegrarse por noticias ajenas a uno mismo, entre otros factores. La empatía va
más allá de los aspectos citados, abarcando un amplio repertorio de
manifestaciones verbales y no verbales (Müggenburg, Olvera, Riveros,
Hernández-Guillén y Aldana, 2015). Por todo ello, la empatía es un eje
vertebrador de los programas de habilidades sociales. Lo interesante de la cuestión
no son sólo los beneficios parejos a la presencia de estas habilidades en el
trabajador, sino el hecho de que pueden enseñarse. Tal como se puede observar, el
constructo es tan amplio como sus manifestaciones conductuales por lo que es
necesario seguir profundizando en su estudio.
3. CONCLUSIONES
Este capítulo supone una reflexión sobre la situación actual del perfil
profesional en la atención a la persona mayor. Para lograr una intervención
ajustada y prevenir el SQT, es necesario un equipo multidisciplinar que permita
incidir en todos los aspectos de la vida del usuario velando tanto por las
necesidades del primero como por las del segundo. El cuidador profesional es un
colectivo diana por las características de las funciones que lleva a cabo.
El agotamiento emocional, junto con la despersonalización y la baja
realización profesional suponen un triángulo que define el síndrome de estar
quemado en el trabajo o síndrome de burnout. Éste conlleva graves repercusiones
para la salud física, psicológica y social del trabajador así como para el bienestar
de la institución. La despersonalización que caracteriza al citado síndrome puede
ser entendida como un mecanismo de defensa como reacción al agotamiento
continuo con el consiguiente alejanmiento psicológico del trabajador (Martínez,
2015, Martínez et al., 2014). En esta línea, el desarrollo de habilidades sociales y,
en concreto, de la capacidad empática que reconduzcan este mecanismo de
defensa se torna crucial. La formación del trabajador es clave para prevenir y/o
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Fuentes, Mª del Mar Molero, Isabel Mercader y Francisco Soler (Comps.),
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