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El sistema nervioso agrupa el conjunto de estructuras que regulan, coordinan e integran todas las
funciones del organismo, para ello recoge información sensitiva y la transmite a través de los
nervios a la médula espinal y el encéfalo, los cuales responden enviando información motora o
almacenando la información en los bancos de memoria del encéfalo, para ser utilizada cuando se
requiera. Por tanto, el sistema nervioso desempeña tres funciones principales: sensitiva,
integradora (que incluye los procesos de memoria y pensamiento) y motora.
La unidad estructural y funcional del sistema nervioso es la neurona, célula excitable
especializada en la recepción, integración, transformación y transmisión de información codificada
por cambios electroquímicos en su membrana plasmática. Su estructura básica está conformada
por el cuerpo o soma que contiene el núcleo y otras organelas. Desde el soma se originan dos
tipos de proyecciones o neuritas: las dendritas que constituyen el segmento receptor de la
neurona y dirigen los impulsos procedentes de otras neuronas hasta el soma y el axón que
constituye el segmento proyector encargado de conducir el impulso hacia las demás neuronas.
Otros de los componentes fundamentales del sistema nervioso son las células de la neuroglia,
células no excitables que realizan funciones auxiliares esenciales para el funcionamiento de las
células nerviosas.
Astrocitos: proporcionan un armazón de sostén, son aislantes eléctricos, limitan la
diseminación de los neurotransmisores, almacenan glucógeno, producen sustancias
tróficas y realizan fagocitosis.
Oligodendrocitos: forman la mielina en el sistema nervioso central. En el sistema nervioso
periférico la mielina es elaborada por las células de Schwan.
Microglia: Tienen capacidad de fagocitar y ante un proceso patológico se vuelven reactivas,
es decir, atacan lo malo, pero también a las neuronas buenas.
Células ependimarias: revisten los ventrículos y el canal ependimario. Producen, conducen
y absorben el líquido cefaloraquideo y transportan sustancias.
PRINCIPALES DIVISIONES DEL SISTEMA NERVIOSO
http://fisio-aguzman.blogspot.com.co/2014/10/embriologia-
del-sistema-nervioso-central.html
1.1. CEREBRO. Está compuesto por dos grandes masas laterales, los hemisferios cerebrales,
conectados entre sí por varios haces de fibras nerviosas, de los cuales los más importantes son: el
cuerpo calloso (conecta los hemisferios cerebrales) y la comisura anterior (conecta las porciones
anterior e interna de los dos lóbulos temporales). Los puntos correspondientes de casi todas las
áreas de los dos hemisferios se interconectan en ambas direcciones a través de las fibras de estos
dos haces, lo que permite una comunicación continua entre los dos hemisferios. Los dos
hemisferios cerebrales tienen capacidades independientes para conciencia, almacenamiento de
memoria, comunicación y control de actividades motoras. El cuerpo calloso es necesario para que
los dos lados funcionen en forma cooperativa y la comisura anterior desempeña un papel
importante en la unificación de las respuestas emocionales de ambos lados del encéfalo.
a. Circunvoluciones, cisuras (fisuras) y surcos cerebrales: Los pliegues de la superficie
cerebral se denominan circunvoluciones cerebrales; las hendiduras entre las circunvoluciones se
llaman cisuras o surcos. En general, las mas grandes y profundas se llaman cisuras, mientras que
la gran mayoría de ellas, menos profundas se llaman surcos. Una de las principales ventajas de
tantas fisuras y surcos es que triplican el área total de la corteza cerebral; la superficie expuesta
del encéfalo sólo es de 600 cm2 aprox, pero el área total de la corteza cerebral es de 1.800 cm2
aprox. Algunas de las cisuras y surcos más importantes son:
La cisura longitudinal, separa los dos hemisferios cerebrales entre sí.
La cisura central (Rolando), separa el lóbulo frontal del lóbulo parietal.
La cisura lateral (Silvio), demarca el lóbulo frontal y separa la porción anterior del lóbulo
parietal del lóbulo temporal.
El surco parietooccipital, separa la porción inferior del lóbulo parietal del lóbulo occipital.
b. Lóbulos cerebrales: El cerebro está divido en cuatro lóbulos mayores o principales y dos
lóbulos menores. Los mayores son: frontal, temporal, occipital y parietal y los dos menores, la
ínsula y el límbico.
Lóbulo parietal: relacionado con información sensitiva somestésica.
Lóbulo occipital: relacionado con información visual.
Lóbulo temporal: relacionado con información auditiva.
Lóbulo frontal: relacionado con el control del movimiento. La corteza frontal anterior regula
la personalidad, el juicio, el raciocinio, la conducta, el comportamiento, la orientación, la
profundidad de los sentimientos, la iniciativa y las funciones ejecutivas (planificar,
organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse
eficazmente al entorno y para alcanzar metas - Bauermeister, 2008).
Ínsula: se ubica en la profundidad de los lóbulos frontal, temporal y parietal, forma parte del
sistema límbico que ayuda a controlar la conducta.
Límbico: es un reborde en la superficie medial de la corteza cerebral de cada hemisferio,
constituyendo el límite o limbo del diencefalo. El sistema límbico se asocia funcionalmente,
con aspectos emocionales y de supervivencia, e incluye respuestas viscerales que
acompañan a tales emociones y los mecanismos cerebrales para la memoria.
c. Sustancia gris y sustancia blanca: la estructura interna del cerebro está compuesta por zonas
grises, denominadas sustancia gris, y zonas blancas o sustancia blanca. La sustancia gris está
formada por gran número de cuerpos (soma) celulares neuronales. La sustancia blanca está
compuesta por grandes haces de fibras nerviosas que se dirigen a las neuronas de la sustancia
gris o provienen de ellas, su aspecto blanco es producido por el color blanco brillante de las vainas
de mielina que recubren las fibras. Una capa delgada de sustancia gris cubre toda la superficie del
cerebro, incluidas las cisuras y los surcos, se trata de la corteza cerebral.
d. Corteza cerebral: es una capa delgada de sustancia gris que cubre toda la superficie del
cerebro. Esta es la porción encefálica asociada con mayor frecuencia con el proceso del
pensamiento, aun cuando éste no pueda producirse sin la acción de la mayoría de las estructuras
profundas del encéfalo. También se relaciona con el almacenamiento de los recuerdos, y la
adquisición de habilidades musculares. Para ello, la corteza esta dividida en varias áreas
funcionales, así:
Área motora: corteza motora primaria (área 4), corteza premotora (motora secundaria
o premotora lateral, área 6), área motora suplementaria AMS (corteza premotora
medial al área 6) y área de Broca (área 44 y 45). Ubicadas en el lóbulo frontal. La
corteza motora primaria, controla los músculos específicos de todo el cuerpo, en especial
los que producen movimientos finos como los de índice y pulgar, labios, boca, y en menor
grado, los dedos del pie. La corteza premotora (motora secundaria) produce movimientos
coordinados que comprenden secuencias de movimientos individuales o combinados de
algunos músculos diferentes al mismo tiempo. En ésta área se almacena gran parte del
conocimiento que controla movimientos aprendidos, como los necesarios para realizar un
deporte. Esta área programa la actividad del área motora primaria, participando de manera
particular en el control de los movimientos posturales gruesos. El AMS tiene gran
importancia en la planificación del movimiento complejo, ayudando a su preparación, de
igual manera es importante para el aprendizaje motor, de manera que sus neuronas
presentan gran actividad durante los periodos de entrenamiento. El área de Broca
controla los movimientos coordinados de la laringe y la boca para pronunciar las palabras.
Esta área se conoce como el área motora del lenguaje, ubicada en el hemisferio cerebral
izquierdo, en aprox. el 96% de la población (hemisferio dominante de manera general).
Sus principales conexiones se establecen con el área motora primaria y el área de
Wernicke (lóbulo temporal), fundamental para la correcta asociación entre sonidos y
conceptos durante la codificación del lenguaje. Las lesiones que comprometen el área de
Broca o de Wernicke son responsables de diferentes tipos de afasia (motora, sensitiva, de
conducción).
Área sensitiva somestésica (áreas 3, 1, 2): las sensaciones somestésicas son las que
provienen del cuerpo como tacto, presión, temperatura y dolor. Esta área ocupa todo el
lóbulo parietal. Se divide en área primaria, secundaria y de asociación, al igual que ocurre
con las demás áreas sensitivas. El área primaria recibe señales procedentes del tálamo,
responsables de transmitir información exteroceptiva (dolor, temperatura y tacto) y
propioceptiva (posición, vibración o tacto discriminativo). De igual manera recibe fibras del
área sensitiva primaria contralateral a través del cuerpo calloso y fibras de asociación de la
corteza motora adyacente. Con respecto al área secundaria, su papel no es muy claro,
pero se cree que las señales que llegan al área secundaria, son procesadas antes en
estructuras encefálicas profundas o en el área primaria, siendo por tanto su función
interpretar señales sensitivas, más no distinguirlas. De igual manera esta área parece estar
implicada en la percepción consciente de estímulos dolorosos. El área de asociación
somatosensorial (áreas 5 y 7) recibe e integra las diferentes modalidades sensitivas, lo
que permite reconocer formas, tamaños y texturas por el tacto (esterognosia). De igual
manera debe destacarse el papel de la corteza parietal posterior, relacionada
íntimamente con el procesamiento de la información sensorial necesaria para el
movimiento.
Área visual (área 17, 18, 19): ocupa todo el lóbulo occipital y se divide en área primaria
(área 17) y secundaria o de asociación visual (áreas 18 y 19). El área primaria detecta
puntos luminosos y oscuros, orientaciones de líneas y bordes; el área secundaria interpreta
la información visual.
Área auditiva (área 41 y 42): ubicada en la mitad superior de los dos tercios anteriores del
lóbulo temporal. En el área primaria se detectan tonos específicos, intensidad y otras
características específicas del sonido. En el área secundaria o de asociación se interpreta
el significado de los sonidos. Partes de estas áreas son importantes para el
reconocimiento de la música.
Área de integración sensitiva, Wernicke (área 22): ubicada en la porción posterior del
lóbulo temporal superior, en el punto en donde los lóbulos pariental y occipital hacen
contacto con el lóbulo temporal. Allí se reúnen señales sensitivas de los tres lóbulos (área
de Broca, corteza visual y auditiva primaria) lo cual pone de manifiesto su importancia en la
comprensión del lenguaje, escrito y hablado. Esta área sólo está bien desarrollada en uno
de los hemisferios cerebrales, habitualmente el izquierdo.
1.2. EL DIENCÉFALO. Provee un nexo entre el cerebro y las porciones inferiores del encéfalo.
Está conformado por estructuras que rodean al tercer (III) ventrículo, región en donde se lleva a
cabo la mayoría de las sinapsis de los tractos sensoriales y motores. Las dos principales
estructuras que lo conforman son: tálamo e hipotálamo.
a. El tálamo: ubicado en el centro del encéfalo, a cada lado del III ventrículo. Es una estación
principal de relevo sináptico, para dirigir señales (sensitivas somestésicas, visuales, auditivas y
motoras) a los puntos apropiados de la corteza cerebral y de áreas más profundas del cerebro. El
tálamo induce la actividad cortical. Por ello posee unas características específicas:
Comprende núcleos, uno de los más importantes es el núcleo ventral posterolateral.
Es sitio de relevo sináptico entre la información que proviene del mesencéfalo y regiones
inferiores del encéfalo así como de la médula espinal hacia la corteza cerebral.
Tiene conexiones bidireccionales con la corteza cerebral.
Transmite señales desde regiones inferiores del encéfalo y la médula espinal a los núcleos
basales y sirve como estación de relevo de las señales de los núcleos basales a la corteza.
Participa en la percepción del dolor, fisiopatología del dolor central y otros tipos de dolor
crónico.
Limitando las estructuras del cerebro y el diencéfalo, se encuentra un sistema importante para el
control de las actividades emocionales y conductuales: EL SISTEMA LÍMBICO. La palabra
"límbico" significa límite. Algunas de las estructuras que lo conforman son: la amígdala, el
hipocampo, los cuerpos mamilares, el septum pellucidum, la circonvolución del cuerpo calloso, el
cíngulo, la ínsula y la circonvolución parahipocámpica. Algunas de sus más importantes funciones
incluyen control de la conducta, almacenamiento de recuerdos, grado de vigilia, sensación de
bienestar, ira, sueño, excitación, capacidad de atención, entre otros.
1.3. TALLO ENCEFÁLICO. Es la conexión entre el encéfalo anterior y la médula espinal. Sus
principales divisiones son: el mesencéfalo, la protuberancia (pons o puente de varolio) y el bulbo
raquídeo (medula oblongada).
A través del tallo encefálico se dirigen hacia arriba y abajo varios tractos de fibras importantes que
transmiten señales sensitivas de la médula espinal, principalmente al tálamo, y señales motoras
desde la corteza cerebral a la médula espinal. Es el núcleo de origen de X pares craneanos (III a
XII). En el tronco encefálico se distribuye también una compleja y heterogénea red de neuronas
denominada formación reticular implicada en el control de variables fisiológicas como la
respiración, la presión arterial, la percepción del dolor, entre otras. Estos centros incluso
determinan el nivel de conciencia y generan el ciclo sueño - despertar del sistema nervioso.
Los pedúnculos cerebrales están divididos en varias áreas, entre las cuales se destacan:
Una capa superficial de fibras corticoespinales y corticopontinas, que conducen señales
motoras desde la corteza hasta la médula espinal y la protuberancia,
La sustancia nigra y el núcleo rojo, los cuales funcionan con los ganglios basales y el
cerebelo coordinando los movimientos subconcientes del cuerpo,
La sustancia gris periacueductal, la cual desempeña un papel importante en el análisis de
la respuesta al dolor,
El leminisco medial, principal tracto de fibras que transmite señales somatosensitivas del
cuerpo al tálamo,
El fascículo longitudinal medial, que conecta muchos de los núcleos del tallo entre sí y con
el diencéfalo,
b. La protuberancia (puente): se divide en dos partes: la porción ventral y la porción dorsal, las
cuales contienen tractos de fibras que transmiten señales en dirección rostral y caudal, y múltiples
núcleos con funciones especiales, entre ellos algunos núcleos de pares craneales, como el nervio
abducens o motor ocular externo, el nervio facial (controla los músculos de la expresión facial), el
nervio trigémino (controla músculos de la masticación y transmite señales sensitivas desde rostro,
boca y cuero cabelludo) y el nervio vestibulococlear, que transmite señales sensitivas desde el
oído y el aparato vestibular.
c. El bulbo raquídeo: también conocido como médula oblongada, presenta dos columnas
longitudinales denominadas pirámides, las cuales llevan las fibras corticoespinales (controlan la
contracción muscular), que al llegar a la parte inferior del bulbo se cruzan hacia el lado opuesto, lo
que se denomina decusación de las piramides; por tanto, la corteza cerebral izquierda controla la
contracción múscular del lado derecho y visceversa. Además posee otras estructuras, como son:
la oliva, el núcleo olivar inferior, los leminiscos mediales, los núcleos gracilis y cuneiforme, la
formación reticular y núcleos para algunos pares craneanos (IX, X, XI y XII). Contiene además
núcleos que regulan los ritmos respiratorios y cardiacos y centros reflejos que controlan funciones
como el vómito, el estornudo y la deglución.
1.4. EL CEREBELO. Es una parte importante del sistema de control motor, aun cuando se ubica
muy lejos de la corteza motora y los ganglios basales, se interconecta con estas estructuras
mediante vías nerviosas especiales, y también con áreas motoras en la formación reticular y la
médula espinal. Su función principal es determinar la secuencia temporal de contracción de
diferentes músculos durante los movimientos complejos, en especial cuando ocurren de forma muy
rápida. El cerebelo aprende y ejecuta instrucciones para los movimientos, con lo que asegura la
coordinación de la fuerza, amplitud y duración de las contracciones de los músculos, igualmente,
produce cambios en el tono muscular en relación con el equilibrio, locomoción y postura. El
cerebelo es esencial para la coordinación y la planificación del movimiento y para el aprendizaje de
las tareas motoras y el almacenamiento de esa información.
Sus principales componentes anatómicos son los tres pedúnculos cerebelosos, el pedúnculo
cerebeloso superior que conecta con el mesencéfalo, el pedúnculo cerebeloso medio que conecta
con la protuberancia y el pedúnculo cerebeloso inferior que conecta con el bulbo. A través de
estos pedúnculos se transmiten las señales hacia el cerebelo y desde él. El vermis del cerebelo y
dos hemisferios cerebelosos que se dividen en: lóbulo anterior y lóbulo posterior. Los hemisferios
cerebelosos funcionan en coordinación con el cerebro para el control del movimiento voluntario. El
vermis funciona coordinando los movimientos esteriotípicos y subconcientes del cuerpo, en asocio
con el tallo encefálico y la médula espinal.
2. MÉDULA ESPINAL. La médula espinal (M.E), sirve como conducto para vías nerviosas que
van y vienen del encéfalo y sirve como área integradora para actividades nerviosas subconcientes,
como el retiro reflejo de una parte del cuerpo ante un estímulo doloroso. Estudios actuales de
neuroplasticidad están transformando la visión clásica de esta estructura como un simple puente
nervioso entre el cerebro y la periferia. Estos estudios han mostrado a la medula como un
Generador Central de Patrones (GCP), entendidos como la capacidad intrínseca de la medula para
producir movimiento automático. El GCP es una red de neuronas medulares capaces de generar
patrones de movimiento endógenos y estereotipados como la respiración, los movimientos
oculares, la masticación y la marcha.
Anatómicamente, la médula continúa al bulbo raquídeo, siendo su límite craneal a la altura de las
pirámides bulbares y su límite caudal en la vértebra L2, terminando en un haz grande de nervios
denominado cola de caballo. La M.E. puede subdividirse en 31 segmentos (8 cervicales, 12
torácicos, 5 lumbares, 5 sacros, 1 coccígeo) responsables de la formación de los nervios
espinales.
Internamente la médula está compuesta por áreas de sustancia gris (profunda) y áreas de
sustancia blanca (superficie). La sustancia gris conforma las astas ventrales o anteriores, donde
se ubican las neuronas motoras inferiores para los músculos esqueléticos; las astas dorsales o
posteriores donde se encuentran los cuerpos de las células nerviosas que reciben señales
sensitivas de los nervios espinales y las astas laterales en cuyas células nerviosas se originan
fibras para el sistema nervioso autónomo.
La sustancia blanca se encuentra organizada en columnas o cordones, anteriores, laterales y
posteriores. Las fibras nerviosas que tienen un origen, terminación y función comunes se agrupan
formando vías, tractos o fascículos, que discurren entre la medula espinal y el encéfalo y
conforman los fascículos ascendentes y descendentes de la médula espinal.
2.1. VIAS ASCENDENTES MEDULARES. Las vías ascendentes llevan información sensitiva que
puede alcanzar o no el nivel de la conciencia (corteza cerebral). La información sensorial puede
clasificarse en sensibilidad general y sensibilidad especial. La sensibilidad especial es
transportada por pares craneanos e incluye el olfato (PC. I), la vista (PC. II), el gusto (PC. VII, IX),
la audición y la función vestibular (PC VIII). Los pares craneanos forman parte del sistema nervioso
periférico.
La sensibilidad general o somatoestesia es la captada por la piel, estructuras osteomusculares
(músculos, tendones, articulaciones, ligamentos y periostio). Esta sensibilidad se divide en dos
tipos:
Exteroceptiva. Se origina desde el exterior, incluye dolor, temperatura, tacto y presión.
Esta información es transmitida por las vías Espinotalámica Lateral (para dolor y
temperatura) y Espinotalámica anterior o ventral (para tacto y presión).
Propioceptiva. Informa sobre la posición y movimiento de las diferentes regiones
corporales. Esta información es transmitida por los fascículos Grácil y Cuneiforme (para la
propiocepción conciente y el tacto discriminativo) y las vías espinocerebelosas anterior y
posterior, para la propiocepción inconsciente (control de la postura y coordinación del
movimiento).
2.4. CIRCUITOS MEDULARES. El circuito local en el interior de la médula espinal media algunas
acciones reflejas sensitivomotoras, así:
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