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Quaderns de Psicologia | 2010, Vol.

12, No 2, 81-91 ISNN: 0211-3481

 http://www.quadernsdepsicologia.cat/article/view/765

Igualdad, epistemología y género: desde un horizonte ético-


político
Equality, epistemology and gender: from an ethical-political horizon

Luisa Posada Kubissa


Universidad Complutense de Madrid

Resumen
En este trabajo propongo hacer una aproximación a la reflexión que se desarrolla en un
campo actualmente tan rico como es el que se produce en la intersección entre epistemolo-
gía y feminismo. Las aportaciones al conocimiento desde el pensamiento feminista parten
del cuestionamiento generalizado sobre la pretendida unidad y universalidad del sujeto de
conocimiento. Entre las posiciones que se recogen aquí destacan el “empirismo feminista”,
la “teoría del punto de vista feminista”, y los desarrollos postmodernos más actuales. He
querido subrayar cómo todas estas propuestas comparten perspectivas afines, que cabe re-
sumir en dos aspectos: todas ellas contribuyen a deshacer el mito de un conocimiento uni-
versal y absoluto de lo dado, en el que no intervienen los valores, o la posición del sujeto o
el grupo que lo elabora, por un lado; y, por otro, en todas ellas se propone incluir la pers-
pectiva feminista en la reflexión sobre el conocimiento, orientándose a la consecución de la
igualdad también en este campo.
Palabras clave: Conocimiento; ciencia; epistemología; género

Abstract
In this essay I make an approach to the analysis which is nowadays being made in the very
interesting field where epistemology and feminism intersect. The contributions to
knowledge from the feminist thought start questioning the so-called unity and universality
of the subject of knowledge. Among the different positions here depicted we can empha-
size the “feminist empiricism”, the “theory of the feminist point of view”, and the most
up-dated postmodern developments. I have wanted to highlight how all those proposals
share similar perspectives, which we could summarize in two aspects: on one hand, all of
them contribute to finish with the myth of an absolute and universal knowledge where nei-
ther the values nor the position of the subject or the group which creates this knowledge
take part; and, on the other hand, in all of them the feminist perspective is proposed to be
included in the analysis about knowledge, directing its efforts to the securing of equality
also in this field.
Keywords: Knowledge; Science; Epistemology; Gender
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Lo que está claro es que las feministas han inicia- nocimiento, la historia y la sociología de la
do ya con autoridad los debates sobre la natura-
ciencia de la segunda mitad del siglo XX im-
leza y el poder del conocimiento científico: te-
nemos algo que decir ponen una visión del conocimiento científico
bien distinta, que evidencia que la práctica
(Donna Haraway, 1991/1996, p.131)
científica y las teorías epistemológicas que las
Para una introducción sustentan están inscritas contextualmente y
no escapan a las relaciones de producción, a
Aunque parece algo ya sabido, no parece in- las condiciones sociales y culturales, a los in-
conveniente empezar por recordar cómo las tereses dominantes, por los que están per-
reclamaciones de igualdad ilustradas fueron meadas y que, en última instancia, legitiman.
de la mano de las demandas de igualdad en-
tre los sexos: textos emblemáticos como So- Además, la visión del conocimiento científico
bre la igualdad de los sexos, del francés como un progresivo acercamiento a la verdad
Poulain de la Barre (1673/1996), la Declara- es sustituida en los años sesenta del siglo pa-
ción de los derechos de la Mujer y la Ciuda- sado por una comprensión del mismo que la
dana de Olimpia de Gouges (1791/1994), o la entiende como un proceso histórico de cam-
Vindicación de los derechos de la mujer de bios de paradigmas explicativos, y no como un
Mary Wollstonecraft (1792/1994) constituyen progresivo acercamiento a una verdad trans-
algunas muestras emblemáticas del registro cendente y exterior al propio proceso de co-
de discursos reivindicativos de la igualdad pa- nocimiento (Kuhn, 1962/2005).
ra las mujeres que se abren paso con la mo- Sin embargo este panorama, que va a impac-
dernidad. Estos discursos inauguran “una tra- tar en la epistemología contemporánea, no
dición de tres siglos, un tipo de pensamiento contempla de entrada la crítica a las de-
antropológico, moral y político que tiene co- sigualdades de género que perviven en el co-
mo referente la idea racionalista e ilustrada nocimiento y, más concretamente, en el co-
de la igualdad de los sexos” (Amorós, 1997, p, nocimiento científico; como lo dice Diana H.
70). Maffia en su trabajo del 2001:
También en la modernidad arraiga en el cora- El ideal moderno de desarrollo científico ha sufri-
zón de las mentalidades del mundo occidental do en la segunda mitad del siglo duros embates
la idea de que la razón puede realizarse a por parte de la sociología y la historia de la cien-
cia, pero aún los más agudos análisis del sesgo
través del conocimiento científico en todos
ideológico o valorativo que el investigador impri-
los órdenes, tanto en el orden de la naturale- me a su producto ni siquiera rozan la cuestión del
za humana como en del orden de las propias sexismo. (Maffia, 2001, p. 407).
leyes de la naturaleza. De este modo, las ex-
A estas consideraciones hay que sumar, por
pectativas emancipatorias puestas en la cien-
otra parte, la constatación de cómo la elabo-
cia moderna se ligan con la reivindicación de
ración de conceptos como el de “patriarcado”
una razón universal, que colabore a disolver
o el de “género” en el neofeminismo contem-
los prejuicios y a avanzar en un camino de
poráneo de los años 60 y 70 del siglo XX vino a
progreso imparable de la humanidad. Este es-
modificar sustancialmente el análisis social y
píritu se traduce paradigmáticamente en el
político. Así, entre otras aportaciones, encon-
famoso aserto kantiano, conforme al cual la
tramos en Política sexual de Kate Millet,
respuesta a la pregunta de ¿Qué es Ilustra-
(1969/1995), una resignificación de tales tér-
ción? no será otra que la de “salir de la mino-
minos, que ella no inventa, pero que sí re-
ría de edad racional”.
formula de la antropología, el psicoanálisis y
Pero la imagen idílica de que el conocimiento el marxismo y los pone al servicio de la inves-
científico y el progreso van de la mano, así tigación feminista. En particular la variable
como de que la razón está indefectiblemente de “género” viene a entenderse en la obra de
ligada a la verdad, entra en crisis y es cues- Millet como esa construcción cultural de lo
tionada de manera radical ya con la entrada femenino y lo masculino que se superpone a
del siglo XX: las expectativas emancipatorias las diferencias puramente anatómicas entre
asignadas al conocimiento en la Ilustración se los sexos. Y, partiendo de que la sociedad se
muestran insuficientes y la ciencia deja de divide real y simbólicamente en dos géneros,
contemplarse como un reino libre de ideolo- se deriva de ahí que hay que cuestionar la es-
gía que está destinado a promover el avance tratificación social y política de la misma, el
social. La teoría crítica, la sociología del co- reparto de roles y, en fin, todas las categorías

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con las que se ha manejado el pensamiento de Pizan, en la Ciudad de las damas de 1405,
social hasta ese momento. la “Señora Razón” defiende la capacidad es-
peculativa de las mujeres, así como su cono-
En el ámbito del conocimiento científico, y de
cimiento en terrenos más vinculados con las
la reflexión sobre el mismo, la inclusión de la
tareas de las artes manuales.
perspectiva de género ha venido a desvelar
cómo tras su pretendida neutralidad se es- Pero aquí no vamos a irnos tan lejos. Se trata-
conden relaciones políticas que refuerzan la rá más bien de aproximarnos a las aportacio-
desigualdad de género: “Lo específico de la nes contemporáneas de la epistemología fe-
actual crítica de la ciencia feminista es, a mi minista en algunas de sus representantes más
juicio, que utiliza el género como herramien- significativas y fundacionales. Todas estas
ta analítica para la consideración de la cien- contribuciones a la reflexión y la crítica del
cia” (Keller, 1985/1991, p. 115). Esta herra- conocimiento científico están presididas, di-
mienta permite poner de manifiesto la diná- gámoslo una vez más, por la percepción de
mica, las raíces y las consecuencias de la que en el terreno del conocimiento científico
ciencia como construcción social que perpe- persisten aquellos discursos que colaboran a
túa las relaciones políticas desigualitarias en- perpetuar la desigualdad entre los géneros. Y,
tre los géneros. Y, con ello, se pone en pri- como se espera que quede de manifiesto, es-
mer término la cuestión de cómo entender tamos ante todo frente a unas reflexiones
una reflexión sobre el conocimiento y, en par- epistemológicas que se plantean desde la
ticular, sobre la ciencia en una dirección orientación ético-normativa de promover un
emancipatoria, en una dirección que se orien- mundo, y en este caso un mundo científico-
te hacia las estrategias de la igualdad. tecnológico, más justo e igualitario: en este
sentido, Haraway apuesta por “la implosión
La crítica feminista del conocimiento científi-
de naturaleza y cultura en las entidades en-
co replantea las preguntas clásicas de la teo-
carnadas del mundo y su explosión en contro-
ría del conocimiento: en lugar de cuestionar
versias por mundos posibles, y quizás aún vi-
qué significa el conocimiento y bajo qué con-
vibles, en la tecnociencia globalizada” (Hara-
diciones es éste posible, se tratará de inte-
way, 1997/2004, p. 305).
rrogar acerca de qué conocimiento hablamos
cuando hablamos de ciencia. Con ello, esta Las aportaciones al conocimiento desde el
posición se sitúa, como lo escribe Mona Sin- pensamiento feminista parten del cuestiona-
ger: miento generalizado sobre la pretendida uni-
Frente a todas aquellas posiciones teóricas sobre
dad y universalidad del sujeto político y,
el conocimiento que hacen abstracción de la si- también, del sujeto de conocimiento.
tuacionalidad social y cultural del sujeto del sa-
ber y tematizan el conocimiento y la ciencia más Para entrar en las relaciones entre la episte-
allá de la corporalidad y la historicidad de las re- mología y la perspectiva feminista, hay que
laciones de poder y de dominación. (Singer, 2005, decir que la introducción de la variable de
p. 267). “género” en el ámbito que reflexiona sobre la
Hay que subrayar, sin embargo, que la epis- ciencia hace que se pueda hablar de una epis-
temología crítico-feminista da una vuelta de temología que, sin ser homogénea, viene a
tuerca más a esta tradición y a su legado crí- coincidir con aquellas corrientes en filosofía y
tico. Y también parece necesario recordar sociología de la ciencia, que quieren poner de
que, junto a las herencias del pensamiento manifiesto los aspectos ideológicos de la
contemporáneo, la epistemología feminista construcción del conocimiento. A partir de la
tiene, como tal, su propia tradición que, co- variable de “género”, la perspectiva feminis-
mo recogíamos al inicio, es una tradición que ta sobre la epistemología puede decirse, en
se remonta más allá de tres siglos. Este cruce líneas generales, que reflexiona sobre cómo
de herencias es la que la hace especialmente influye la jerarquía de género en el conoci-
rica; y es también la que le permite afrontar miento científico, se interroga sobre quién es
la reflexión sobre el conocimiento científico el sujeto del conocimiento, o discute la su-
como una tarea encaminada a remover las de- puesta universalidad y neutralidad de tal co-
sigualdades. Incluso si nos remontamos mucho nocimiento y del sujeto del mismo, entre
más atrás encontramos rastros de esa crítica otras cosas.
del conocimiento que reclama su lugar en el
mismo para las mujeres: así, ya en Christine

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La intersección entre ciencia y crítica femi- de ser corregida desde dentro de la misma. Se
nista ha producido, en las tres últimas déca- critican por tanto los valores masculinos que
das, un intenso trabajo investigador que se han predominado en la ciencia y que tienen
mueve prioritariamente en dos direcciones: una relación causal con esta “mala ciencia”,
una, rescatar nombres de mujeres que se de- pero se entiende que los datos son indepen-
dicaron a la tarea científica y que han sido ol- dientes de los misma, por lo que lo que habrá
vidadas, en el mismo sentido en el que una que hacer es denunciar esas malas prácticas
parte de la teoría feminista contemporánea científicas sin renunciar a una investigación
se ha dedicado a esta labor genealógica para rigurosa que elimine los prejuicios sexistas de
todos los campos del pensamiento y de la cul- su aplicación metodológica.
tura; otra dirección se ha orientado a una re-
Desde este empirismo, y dentro de la episte-
flexión epistemológica, que procede a la revi-
mología que podrían encuadrarse en la pers-
sión de los conceptos y los desarrollos tradi-
pectiva contextual, una representante desta-
cionales en el ámbito del estudio del conoci-
cada será Helen Longino (1990). Longino, en
miento, incluido el conocimiento científico.
Science as Social Knowledge: Values and Ob-
Esta última dirección será la que nos interese
jectivity in Scientific Inquiry (Ciencia como
aquí, por cuanto se trata de una dirección
conocimiento social: valores y objetividad en
que se inserta planamente en la perspectiva
la investigación científica), plantea que el su-
de la crítica del conocimiento y de la de-
jeto de conocimiento ha de ser entendido, no
sigualdad de género.
como individuo, sino como sujeto colectivo, a
A pesar de ser un fenómeno reciente, la epis- la vez que el conocimiento científico viene a
temología que se realiza desde la perspectiva entenderse como práctica social lejos de la
de género ha producido ya un corpus de cono- visión tradicional de un sujeto y un conoci-
cimiento tan amplio que precisa de ser clasi- miento científicos independientes de toda in-
ficado mínimamente para ser abarcado. Se- fluencia social. Helen Longino propone aunar
guiremos aquí en parte la clasificación que la experiencia con los valores sociales y polí-
propone Sandra Harding en Ciencia y femi- ticos, de los que la primera no puede desli-
nismo (1986/1996), y que se retoma y se am- garse de hecho. No puede haber una objetivi-
plía en el trabajo de Carme Adán (2006) sobre dad independiente de valores subjetivos, y ni
Feminismo y conocimiento, así como en la siquiera tal cosa puede garantizarse mediante
publicación de la austríaca Mona Singer la aplicación del método hipotético-
(2005), quien habla para la epistemología de deductivo. Frente a ello, toda ciencia resulta
una “verdad dividida” (Geteilte Wahrheit). ser contextual y, en ese sentido, permeada
Esta clasificación no debe entenderse en un por valores ya desde el contexto de descu-
sentido cronológico, ya que las diferentes brimiento, cosa que se traslada también al
aportaciones coexisten a menudo, e interac- contexto de justificación y a la comprobación
túan en ocasiones en momentos distintos. Se de hipótesis. Frente a los valores de inferiori-
trata más bien de una clasificación que atien- zación de las mujeres que el conocimiento ha
de a las diferencias en los contenidos y los filtrado, Longino propone varios aspectos a
puntos de vista que adopta, en las distintas incluir en la reflexión epistemológica, como
propuestas, la tarea epistemológica realizada son las “virtudes feministas” (emparentadas
desde la perspectiva de género. con las virtudes epistemológicas kuhnianas),
encaminadas a eliminar los sesgos androcén-
Sobre el “empirismo feminista” y la tricos del conocimiento científico; a aceptar
“teoría del punto de vista” el “principio de la novedad”, acorde con la
La propia Harding habla, en un primer mo- visión de la ciencia como un saber en evolu-
mento, de una perspectiva de género en epis- ción que adopta nuevos puntos de vista frente
temología inscrita en el marco del empirismo a los paradigmas asentados; y a dar preferen-
y que deviene de los campos fundamental- cia a aquellas teorías que más interactúan
mente de la biología y la medicina. Este “em- con lo observado y que, además, muestran
pirismo feminista” se propone mostrar los una mayor “aplicabilidad a las necesidades
sesgos de género en la aplicación del método humanas”. Longino aboga por rechazar el
científico, cuestionando la pretendida objeti- consenso a favor de múltiples teorías, en oca-
vidad del mismo y concluyendo que la “mala siones incompatibles, que satisfacen estánda-
práctica” lleva a una “mala ciencia” que pue- res de conocimiento local, ya que las necesi-

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dades cognitivas pueden variar entre las co- tradicionalmente relegadas a lo femenino,
munidades y esta variación puede crear una como es el caso de los sentimientos: porque
diversidad cognitiva, sin que ello constituya sólo en la interacción entre el yo y el mundo
una apelación al relativismo para la objetivi- entiende que pueden superarse las pretensio-
dad socialmente constituida como recurso va- nes de neutralidad y de distanciamiento del
lioso para la investigación. observador científico que la tradición ha insti-
tuido como normas epistemológicas universa-
Otra perspectiva empirista es la de Lynn Han-
les. Keller insiste en que las diferencias entre
kinson Nelson (1990). En Who knows. From
hombres y mujeres son producto de procesos
Quine to a Feminist Empiricism (Quién
de aprendizaje emocional diferenciados ya
conoce. De Quine al empirismo feminista),
desde la infancia.
Nelson parte de una concepción no estrecha
del empirismo, más allá de la concepción del De acuerdo con la clasificación de Harding,
positivismo lógico, y piensa que desde ahí es también cabe hablar de las posiciones que se
posible aunar crítica feminista y empirismo. definen como “la teoría del punto de vista”.
Para ello, esta autora propone volverse a la Siguiendo la noción del materialismo históri-
propuesta de la epistemología naturalizada de co, que defiende la diversidad de puntos de
Quine, según la cual la epistemología forma vista según los grupos sociales y que habla de
parte de la propia ciencia natural y debe en- un sujeto epistémico privilegiado por su con-
tenderse como un capítulo de la psicología. Y, dición de sujeto oprimido (el proletariado),
desde ahí, entiende que si bien la experiencia estas tesis feministas sostienen que la expe-
ha sido conformada mediante la división so- riencia femenina compone en efecto un punto
cio-sexual que hace que las mujeres hayan de vista privilegiado. En esta línea están las
desarrollado una experiencia propia, ello no contribuciones de Nancy Harstock (1983):
obsta para que dicha experiencia no pueda cuando esta autora habla de “El punto de vis-
ser compartida. Su argumento descansa sobre ta feminista: desarrollando el fundamento pa-
una teoría de la evidencia, que sin abandonar ra un específico feminismo materialista histó-
la crítica feminista al sujeto individual y no rico” plantea que, en tanto experiencia de un
social de conocimiento, incide en que la epis- grupo social dominado por la división sexual
temología debe orientarse científicamente y, del trabajo, las mujeres tendrían una pers-
con ello, orientarse siempre a los resultados pectiva privilegiada que queda fuera de las
de la investigación empírica. concepciones del mundo que el grupo social
dominante (en este caso, masculino) estable-
El impacto de los enfoques más renovadores e
ce como “objetivo” desde sus propios intere-
historicistas de la filosofía de la ciencia a par-
ses de dominación.
tir de las aportaciones kuhnianas está presen-
te en la génesis misma de la epistemología Harstock defiende que hay una experiencia
feminista y es particularmente notorio en el femenina que se basa fundamentalmente en
caso del pensamiento de Evelyn Fox Keller, en la contribución a la subsistencia y en la acti-
Reflexiones sobre género y ciencia vidad de crianza de los hijos. De este modo,
(1985/1991), denuncia la mala práctica cien- el trabajo de las mujeres se dirige a producir
tífica presente en lo que denomina “la ciencia valores de uso y el trabajo de reproducción
baconiana”. Estudios recientes en el ámbito supone el desarrollo de determinadas habili-
de la epistemología desde la perspectiva de dades que no son las propias del trabajo pro-
género sitúan las aportaciones de Keller en la ductivo. Analizando las dicotomías de la cul-
“teoría del punto de vista feminista” (Adán, tura occidental (mente-cuerpo; objetivo-
2006, pp. 120 y ss.), de la que me ocuparé a subjetivo; femenino-masculino,…) sostiene
continuación. Sin embargo, esta autora está que la superación de las mismas en una co-
también inserta en un enfoque psico- munidad verdaderamente humana se podrá
dinámico, por el cual reflexiona sobre la ob- lograr generalizando las actividades de las
jetividad científica a partir de una relectura mujeres en todo su potencial.
psicológica y social del desarrollo del conoci-
También la propia Sandra Harding
miento científico. Propone una concepción
(1986/1996) puede ser incluida en “la teoría
dinámica del conocimiento, que al hacer uso
del punto de vista feminista”, por cuanto ya
de las experiencias subjetivas, incorpore las
su reflexión de 1986 sobre Ciencia y feminis-
formas de acceso al conocimiento del exterior
mo (1986/1996) parte de la ruptura con la di-

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visión entre ciencia y política, y propone si- sujeto constituyente heredado de la moderni-
tuar el punto de vista de las mujeres, tanto dad y constituido desde el dualismo mente-
social como políticamente, en el centro. Se cuerpo. En su lugar, el “cyborg”, representa
trata aquí de una perspectiva sociologizante el nuevo modelo de sujeto, un sujeto en el
del conocimiento, que entiende que la objeti- que ciencia y tecnología se funden en un pro-
vidad se formula desde el consenso social yecto político desde la figuración de esta ca-
acerca qué sean las mejores representaciones tegoría híbrida que Haraway define a caballo
de conocimiento. En este sentido, la posición entre el organismo vivo y la máquina. La
epistemológica de las mujeres, en tanto que perspectiva de la epistemología de esta biólo-
colectivo marginado, puede aportar una ma- ga y primatóloga habla de “conocimientos si-
yor dosis de objetividad en sus representacio- tuados”, subrayando con ello que la forma de
nes, por cuanto se halla inmersa en una “re- conocimiento siempre es parcial y “situada”
flexividad” que, en tanto que “extraña” a los en un sujeto y una corporalidad concretas.
valores sociales, puede contribuir con un pun- Desde esta fragmentación de las subjetivida-
to de vista no interesado y, por lo mismo, más des, se entiende que los conocimientos “si-
explicativo al conocimiento. Desde estas te- tuados” se transmiten desde la materialidad
sis, Harding propone transformar la perspecti- corporal, en un sentido que no es ajeno a las
va de las mujeres en `un punto de vista´, tesis foucaultianas: si en Michel Foucault son
como fundamento moral y científicamente las técnicas disciplinarias del cuerpo y la
preferible para las interpretaciones y explica- mente las que ayudan a constituir el sujeto
ciones de la naturaleza y de la vida social. moderno, en Haraway, en cambio, son las
tecnologías cibernéticas en las telecomunica-
Contribuciones desde la postmoderni- ciones, la biología y la medicina las que inva-
dad den los cuerpos y generan nuevos tipos de
Si vamos a las contribuciones en la epistemo- subjetividades. Y entre los ejes de la materia-
logía desde esta perspectiva de género que se lidad, Haraway hace hincapié en la raza, el
vinculan con las tendencias de la postmoder- género y la clase, entendidos como los “luga-
nidad a partir de los años 90 del siglo XX, hay res” de la dominación.
que referirse a la problematización de la ca- Las líneas aquí recogidas de la investigación
tegoría de “mujeres” o de “género” en las en el ámbito que se mueve entre epistemolo-
elaboraciones de la teoría feminista que se gía y género no son, ni mucho menos, exhaus-
mueve en este contexto postmoderno y que tivas. Pero a partir de las mismas es intere-
habla incluso de “postfeminismo”. A partir de sante señalar también algunas reflexiones crí-
la crítica al sujeto constituyente de la moder- ticas que se realizan desde dentro de este
nidad, podemos encontrar planteamientos ámbito de reflexión epistemológica y que su-
epistemológicos que se hacen eco de las pro- ponen un diálogo interno entre las pensadoras
puestas postmodernas y de las filosofías que, feministas actuales que piensan sobre el co-
en general, llamaremos de la deconstrucción. nocimiento. Como ejemplo de este diálogo
La diversidad de estos planteamientos tiene cabe referirse al ámbito alemán, desde el que
en común el entender que la identidad de las Cornelia Klinger (1990) entiende que la epis-
mujeres está marcada por una red de varia- temología realizada desde la “teoría del pun-
bles, como son la raza, la clase, las alternati- to de vista feminista”, al privilegiar la pers-
vas o preferencias sexuales, etc. En el terreno pectiva de las mujeres, incide en la polariza-
de la intersección entre epistemología y géne- ción de los sexos e impide un punto de vista
ro, el nombre de Donna Haraway y, en parti- que supere esta dualidad; y, en cuanto a los
cular, su trabajo sobre Ciencia, cyborgs y mu- desarrollos postmodernos de esta epistemolo-
jeres. La reinvención de la naturaleza gía, Klinger advierte de cómo en los mismos
(1991/1996), será el más asociado a estas se llega a posiciones que priman un discurso
nuevas perspectivas. Si en Keller será visible de la deconstrucción que no resulta favorable
la influencia de las tesis kuhnianas, Haraway a la constitución de una epistemología fuerte
se halla más directamente vinculada con las realizada desde la perspectiva crítico-
aportaciones epistemológicas de Bruno Latour feminista.
(1991/1993). A partir de ahí, Haraway propo-
ne la nueva figura del “cyborg”, que vendría Otra consideración crítica, realizada desde el
a sustituir al sujeto ya obsoleto en tanto que interior de la epistemología que se cruza con

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la variable de género, se recoge en el recien- pérdida también de la inter-subjetividad y,


te libro de la austríaca Mona Singer Geteilte con ello, ante la imposibilidad de una dimen-
Wahrheit. Feministische Epistemologie, Wis- sión epistemológica que apunte a la respon-
senssoziologie und Cultural Studies (Singer, sabilidad ética y política. Y Singer cuestiona
2005) (La verdad dividida. Epistemología, so- que, desde ahí, sea posible pensar un proyec-
ciología del conocimiento y estudios cultura- to de transformación feminista, que siempre
les feministas). De esta aportación nos in- es un proyecto político y normativo (Singer,
teresará fundamentalmente el diálogo crítico 2005, pp. 129 y ss.).
que establece con las posiciones de Harding y
Sin embargo, frente a esta crítica de Singer,
de Haraway. En el primer caso, Singer entien-
otras lecturas de Haraway subrayan que hay
de que la “teoría del punto de vista feminis-
en la epistemología de esta pensadora un
ta”, en el que se inscribe la propia Harding,
programa político, en el sentido de “una teo-
tiene el mérito de haber problematizado los
ría de las nuevas alianzas para la recomposi-
fundamentos epistemológicos y de haberlos
ción de un sujeto político acorde con las exi-
vinculado a la investigación feminista de gé-
gencias de un mundo en proceso de globaliza-
nero. Sin embargo, al hablar de las mujeres
ción, regido por lo que ella llama la `informá-
como una totalidad y negar las diferencias en-
tica de la dominación´”, en palabras de Celia
tre las experiencias de las mismas, entiende
Amorós (2008), que suscribirían también otros
también que este punto de vista recae en un
estudios, como por ejemplo el de Carme Adán
esencialismo. El error, para Singer, de esta
(2006).
perspectiva consiste en asimilar el lugar social
de un colectivo dominado (en este caso, las Más allá del diálogo crítico, interesa recoger
mujeres) con el punto de vista ideológico, aquí aquellos aspectos que sitúan estas pro-
cuando no tiene por qué darse relación direc- puestas feministas en una dirección epistemo-
ta entre una y otra cosa: para Singer, esta- lógica afín y que pueden resumirse en dos
blecer esa relación directa pasa por alto las sentidos:
diferentes experiencias que pueden llevar a
- En primer lugar, la introducción de la va-
las mujeres a diferentes perspectivas o puntos
riable de “género” en la reflexión epis-
de vista (Singer, 2005, pp. 164 y ss.).
temológica colabora con la más actuales
En cuanto a Haraway, Singer resalta que, aportaciones a la comprensión de qué sea
frente a la perspectiva anterior, esta nueva y cómo se da el conocimiento, en particu-
posición epistemológica sí tiene en cuanta lar aquí el conocimiento científico, y con-
una multiplicidad de categorías tales como la tribuye a deshacer el mito de un conoci-
raza, la etnicidad, la clase, el género y la miento universal y absoluto de lo dado,
orientación sexual que cruzan toda identidad. en el que no intervienen los valores, o la
A partir del rechazo de la idea moderna de posición del sujeto o el grupo que lo ela-
subjetividad y de cualquier forma de univer- bora.
salismo, esta perspectiva sitúa su análisis en
- También es relevante señalar que, en las
el contexto de la tecno-ciencia actual. Sin
epistemólogas aquí mencionadas, no se
embargo, para Singer, el fundamento para es-
trata de pensar en algo así como en una
ta nueva perspectiva se pone en las diversas
“ciencia feminista”, sino de incluir esta
marginalidades, en una “mirada desde abajo”
perspectiva en la reflexión sobre el cono-
al conocimiento; y la dificultad estriba en que
cimiento, insertándose así en una empre-
no queda claro cómo pueden establecerse
sa común como es la elaboración y la crí-
aquí alianzas entre una heterogeneidad de
tica epistemológicas desde un proyecto
posiciones marginales de sujeto más allá de
de transformación social –el feminismo–
su mera yuxtaposición epistemológica. Singer
que, por serlo, tiene un carácter inequí-
entiende que Haraway participa de las tesis
vocamente normativo.
de Bruno Latour del “actor-red”; pero objeta
que, desde tal concepción, que quiere su- Por otro lado, del tratamiento que las epis-
perar la rígida división entre sujeto-objeto, se temólogas hasta aquí referidas hacen de cues-
corre el peligro de llegar a la concepción del tiones tales como la objetividad o la neutrali-
cuasi-objeto en el contexto de la tecnocien- dad del conocimiento se desprende claramen-
cia: estaríamos así ante un sujeto que pierde te que no parecen cuestionarse la tarea epis-
la capacidad de actuar sobre lo real, ante la temológica como tal, ni tampoco el carácter

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normativo de la misma. Ni las empiristas, co- Esta pensadora aplaude la labor de aquellas
mo Longino o Nelson, ni las defensoras del epistemólogas que han desvelado el sesgo
punto de vista feminista, como Harstock o masculino de la ciencia – como Keller, Har-
Harding, parecen orientadas en esta direc- ding y Harstock–, pero critica que en ellas se
ción. Y ni siquiera las aportaciones de Hara- mantengan nociones como la propia noción de
way, al menos la que se ha recogido aquí (en objetividad, que a su juicio debe ser decons-
Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de truida, y no sólo reformada. Porque, para
la naturaleza), podrían contribuir a pensar Hekman y ésta será su conclusión principal,
que sea éste un tema prioritario en sus preo- hay que moverse en la dirección de una rede-
cupaciones. finición completa del conocimiento: éste ha-
brá de comprenderse siempre como tarea
Una excepción a este rasgo, que cabe pensar
hermenéutica, a partir de la inevitable asun-
como común a estas perspectivas epistemoló-
ción del carácter social y político de la cien-
gicas, la constituye el cuestionamiento de la
cia. Desde esta reorientación del conocimien-
propia epistemología que aparece en un tra-
to augura que la epistemología está llamada a
bajo de Susan Hekman, que, como lo ha seña-
disolverse, con lo cual también se disolverá
lado Carme Adán en Feminismo y conocimien-
toda perspectiva epistemológica feminista.
to, está interesado prioritariamente por in-
corporar en el discurso feminista lo que llama Algunas reflexiones finales
“elementos de la postmodernidad”. En su tex-
to sobre Género y conocimiento, Susan Hek- Si dejamos aparte estas peculiares considera-
man (1990) parte de la tesis de que la moder- ciones de Hekman, y que hay que repetir que
nidad ilustrada impuso un pensamiento dico- parecen orientadas prioritariamente al interés
tómico, por el cual se instauran oposiciones por reconciliar feminismo y postmodernidad,
tales como racional frente a irracional, sujeto lo que sí cabe apuntar es que, grosso modo,
frente a objeto, o naturaleza frente a cultu- las contribuciones feministas aquí referidas a
ra. Su propuesta es la de superar esas dico- la reflexión epistemológica no parecen em-
tomías tradicionales, recurriendo a los plan- barcadas prioritariamente en discusiones con-
teamientos de pensadores como Gadamer, temporáneas como, por ejemplo, la plantea-
Foucault y Derrida, a quienes adscribe a un da por Quine (1969/1974), quien al defender
discurso propio de la postmoderna voluntad que la fundamentación del conocimiento
de deconstrucción del logocentrismo occiden- científico se debe dar desde el interior de la
tal y moderno. propia ciencia y negar así a la epistemología
el papel de ser una “propedéutica a priori”
Este planteamiento de fondo lleva a Hekman para la misma, ha provocado críticas como la
a la crítica de la epistemología feminista, que de Jonathan Dancy (1985/1993, p. 265), refe-
a su juicio seguiría presa de ese modelo logo- rida a la circularidad de este planteamiento.
céntrico, frente al que ahora ella defenderá
que, en realidad, no hay perspectivas mascu- Sin duda, la epistemología feminista, al me-
linas y/o femeninas de conocimiento: a partir nos en sus planteamientos fundacionales, es
de las posiciones foucaultianas, se trataría heredera de la tradición de pensamiento crí-
para Hekman de desvelar cómo la modernidad tico que se abre con la modernidad ilustrada y
ha constituido, entre otros, el relato discursi- que reclama la igualdad entre los sexos. En el
vo de la irracionalidad de las mujeres, frente mismo sentido que para el discurso político y
al cual propone moverse en la dirección de teórico del feminismo es problemático asumir
una rigurosa deconstrucción en el sentido de- la tan proclamada “muerte del sujeto”, cuan-
rrideano. A partir de aquí, inicia una reflexión do todavía no se ha constituido una subjetivi-
sobre la denominada “muerte del sujeto”, dad femenina en regla, para la epistemología
que hay que decir que abunda en la conside- desde la misma perspectiva crítica predicar la
ración de distintas posiciones feministas sobre disolución de la epistemología resulta ser
el sujeto político, pero, como han señalado igualmente complicado: desde un programa
algunas críticas, no entra en el análisis del su- normativo que se propone reformar el carác-
jeto como sujeto de conocimiento, con lo que ter androcéntrico del conocimiento, y en par-
parece movernos a una cierta confusión analí- ticular del conocimiento científico, esta re-
tica (Adán, 2006, p. 217). ciente incursión de la crítica feminista en la
reflexión epistemológica no sería compatible
con empezar por postular la disolución de un

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Igualdad, epistemología y género 89

terreno en el que todavía está por consolidar la emancipación. E incluso puede decirse que
sus posiciones. O, dicho de otro modo, no pa- el propio Círculo de Viena entendió la resis-
rece lógico empezar la casa por el tejado. tencia al fascismo, no sólo como tarea políti-
ca, sino también epistemológica, por cuanto
Parece obvio subrayar que el discurso feminis-
asentar las exigencias de conocimiento en ese
ta sobre el conocimiento y su reflexión apun-
momento en fundamentos lógicos y empíricos
ta a un programa de transformación que es,
puede leerse también como un rechazo de las
de por sí, normativo en cuanto a tal. Y que
ideologías totalitarias y racistas de su contex-
sólo la consecución de tal programa puede ga-
to.
rantizar una reflexión más sustantiva sobre el
carácter normativo o no de la propia reflexión Siguiendo este hilo, no cabe aducir entonces
epistemológica. Porque sólo desde ahí es po- que la filosofía y la epistemología feministas
sible suscribir las palabras de Susan Haack, vengan a ser algo así como un discurso que
cuando en Evidencia e investigación. Hacia la contamina desde fuera la impecable neutrali-
reconstrucción de la epistemología afirma lo dad del discurso filosófico y científico. Antes
siguiente: bien, se trataría de una continuación de esa
Huelga decir que por supuesto pienso que las mu-
tradición filosófica que siempre ha ligado los
jeres, no menos que los hombres, son sujetos co- intereses emancipatorios con las exigencias
nocedores (…) Pero quizá debo añadir [continúa de conocimiento y de verdad.
Haack] que, a diferencia de algunos defensores
de la „epistemología feminista‟, yo no pienso que Parece obsoleto hablar hoy de “verdad”. Pero
las mujeres sean capaces de hacer descubrimien- en gran medida, lo que se rechaza es su com-
tos revolucionarios dentro de la teoría del cono- prensión como concepto filosófico de una de-
cimiento que los hombres no sean capaces de ha-
cer, o que no puedan hacer fácilmente (Haack, terminada concepción, que no sería otra que
1993, p. 22). la de la verdad como correspondencia, frente
a la que hoy se ponen en primer plano con-
Me gustaría, para ir concluyendo, realizar al-
cepciones coherenciales y consensuales de la
gunas reflexiones más generales, que se deri-
verdad.
van de lo expuesto hasta aquí, pero que quie-
ren ir un poco más allá. Las propuestas de la Una noción de verdad en sentido fuerte y que
epistemología feminista son normativas, por someta a la filosofía a la pregunta por el sen-
cuanto el feminismo se alinea con una pers- tido tampoco será de recibo para una consi-
pectiva política de emancipación y, desde deración de la verdad promovida desde una
ahí, se plantea de manera crítica lo que cabe perspectiva emancipatoria. Frente a tal cosa,
entender por conocimiento y por ciencia. Co- se trataría de hacer una revisión del concepto
mo lo ha expresado Mona Singer (2005, p. de verdad que atienda al tratamiento de la
259), lo que es común a esas diversas pro- misma tanto en el sentido de objetividad co-
puestas de la epistemología feminista es la mo en la dirección ético-política. De este mo-
idea de que una politización de la praxis inte- do, la verdad es a la vez una cuestión cientí-
lectual desde una perspectiva emancipatoria fica y una cuestión crítica. Porque las exigen-
no está en contradicción con el conocimiento cias de verdad no pueden resolverse como
científico. Estas propuestas siguen constitu- exigencias de objetividad científica, sino que
yendo uno de los pocos proyectos que todavía han de entenderse también desde el cruce
plantean, en un sentido utópico, la pregunta entre conocimiento científico y sociedad, éti-
política acerca de qué es lo que hay que co- ca y política.
nocer, para quién y para qué hay que hacerlo.
Si podemos decir que la verdad no está “fue-
Pero esta perspectiva no es exclusiva de la ra”, en el sentido de ser un modelo de repre-
crítica feminista, sino que tiene una tradición sentación del conocimiento, también pode-
detrás en la que se inscriben diversos filósofos mos decir que esto no implica que no esté en
y epistemólogos. Así, ya Locke argumentaba, ningún lugar. Parafraseando a Hanna Arendt
entre otras cosas, contra la intolerancia de (1958/1993) cuando afirmaba que el mundo
determinados movimientos religiosos de su está “entre los seres humanos”, podemos de-
momento. Por su parte, la filosofía ilustrada cir que la verdad está entre ellos también.
de Kant estableció vínculos indiscutibles entre Por tanto, y como lo expresa Singer, se trata-
la crítica del prejuicio, la autonomía de la ra- ría de orientarse desde ahí a una estrategia
zón, el conocimiento científico y el ideal de global de la justicia, como lo ha denominado

Quaderns de Psicologia | 2010, Vol. 12, No 2, 81-91


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Developing the Ground for a Specifically Feminist
En este horizonte, que vincula política, ética Historical Materialism. En Sandra Harding, y Mer-
y epistemología, sin duda la reflexión que rill B. Hintikka (Eds.), Discovering Reality: Femi-
viene de la perspectiva crítico feminista tiene nist Perspectives on Epistemology, Methodology
hoy, no sólo pleno sentido, sino también una and Philosophy of Science (pp. 283-310). Lon-
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aportación relevante que hacer para seguir
removiendo los obstáculos para la plena Hekman, Susan (1990). Gender and Knowledge. El-
igualdad de género. Sólo entonces se hará ements of Postmodern Feminism. Cambridge:
realidad una “ciencia sin género”, como la Polity Press.
entiende Keller ya en 1985: Keller, Evelyn Fox (1985/1991). Reflexiones sobre
Mi visión de una ciencia sin género no es una yux- género y ciencia. Valencia: Alfons el Magnànim.
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masculinas y femeninas, ni tampoco la substitu-
Überlegungen zur feministischen Wissenschaft-
ción de una forma de estrechez mental por otra.
Se basa, más bien, en una transformación de las und Rationalitätskritik. En Marienne Krüll (Ed.),
categorías mismas de masculino y femenino y, en Wege aus der männlichen Wissenschaft. Perspek-
correspondencia con ello, de las de mente y na- tiven feministischer Erkenntnistheorie. (pp. 21-
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LUISA POSADA KUBISSA


Doctora en Filosofía y Profesora Titular de Filosofía de la UCM. Es autora de los libros Sexo y esencia:
de esencialismos encubiertos y esencialismos heredados; Celia Amorós. Biblioteca de mujeres; Razón
y conocimiento en Kant; Sexo, igualdad y vindicación: apuntes de Teoría Feminista (en prensa); como
co-editora de Feminismo y Multiculturalismo y de Pensar con Celia Amorós. Ha sido directora del Títu-
lo Propio de la UCM Master en Feminismo y Género de la entre 2005-2008, así como experta en el Ob-
servatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer desde el 2004 al 2009..

DIRECCIÓN DE CONTACTO
posadaluisa@gmail.com

FORMATO DE CITACIÓN
Posada Kubissa, Luisa (2010). Igualdad, epistemología y género: desde un horizonte ético-político.
Quaderns de Psicologia, 12 (2), 81-91. Extraído el [día] de [mes] del [año], de
http://www.quadernsdepsicologia.cat/article/view/765

HISTORIA EDITORIAL
Recibido: 03/06/2010

Primera Revisión: 17/09/2010

Aceptado: 17/09/2010

Quaderns de Psicologia | 2010, Vol. 12, No 2, 81-91

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