A la casa de la abuela va Justina, como todas las mañanas, en el auto de papá.

Justina quiere saber qué hay detrás de la puerta azul. La puerta azul que está en la casa de la
abuela Lara, casa a la que va cada mañana Su papá la lleva antes de irse a trabajar, antes de las
ocho, y se queda hasta las doce y cuarto, horario en que la abuela Lara, todos los días con
asombrosa puntualidad, la lleva a la escuela. Antes come, claro. Y antes de comer y desde que
llega hace muchas cosas: juega a las cartas con la abuela Lara, mira dibujitos en el celular de la
abuela Lara, pinta y dibuja, va a hacer los mandados con la abuela Lara —a veces— y siempre,
siempre pregunta, al menos una vez, qué habrá detrás de la puerta azul. Y nunca, nunca
responde esa pregunta.