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Facultad de Filosofía y Humanidades

Escuela de Letras
Seminario de literatura para la infancia y la adolescencia
Prof. Titular: Susana Gómez

El árbol de lilas
Análisis

Díaz Amengual, Paloma

Noviembre del 2017

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El árbol de lilas es un cuento escrito por María Teresa Andruetto publicado por
primera vez en el año 2006.
Se propone en este informe analizar los aspectos allí presentes en base a los
ejes propuestos por Irene Klein que permiten considerar aspectos de la lectura.

Irene Klein nos plantea que narrar es tomar la palabra. El sujeto puede, al
narrar, incidir en el mundo y “orientar su cognición con el fin de que comparta
sus modelos mentales o representaciones del mundo”. El sujeto utiliza la
lengua para representarse el mundo, la lectura narrativa nos brinda
herramientas para ese mundo.
Klein plantea cinco aspectos a considerar en la lectura narrativa. Uno de ellos
es “la transgresión de la norma” y nos sirve para proponer una lectura del libro
de Andruetto.
A partir de los personajes y la historia planteada en “El árbol de lilas”, se
observa la ruptura con una rutina y se impone a lo previsible.
Los personajes principales son arquetípicos. Él, representando lo masculino.
Ella, representando lo femenino. Andruetto se separa de la narrativa tradicional
al dar vuelta el papel que juegan los personajes. Ella camina, busca, se mueve,
pregunta. Él permanece sin actividad, solo espera. A diferencia de los cuentos
tradicionales en donde la mujer espera la llegada de su príncipe azul, en este
caso ella es la que posee el rol activo.
A su vez, los otros personajes que aparecen encarnan representaciones
sociales típicas que se ven contrapuestas por la historia de Él y Ella. El Hombre
que trabaja para “hacer dinero”, la mujer que pretende ser conquistada, un niño
varón que juega a la pelota. Construcciones se desdibujan en el recorrido de
Ella.
La construcción de los personajes resulta interesante porque permite tratar
cuestiones de género e ingresan de este modo discursos sociales que están
presentes y circulan en la sociedad.
Literatura y discursos sociales entran en juego y se discuten permiten al niño
ampliar las visiones del mundo.
Siguiendo a Angenot podemos decir que el discurso social es todo lo que se
dice y se escribe en un estado de sociedad, implica una mirada totalizadora de
un complejo entramado de voces que dan cuenta de “lo enunciable y lo decible”
en una instancia específica de la historia. Esa aceptabilidad generalizada en
las producciones discursivas de una sociedad dada supone la existencia de
cierto orden hegemónico como regulador básico del discurso aunque ese orden
no sea exclusivamente discursivo, sino que se relacione íntimamente con los
sistemas de dominación política.
El debate en cuanto a lo que surge del análisis de la obra sirve para deconstruir
este orden hegemónico, Angenot dice: “Lo que habitualmente se llama "cultura"
se compone de contraseñas y temas apropiados, temas que permiten disertar,

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sobre los que hay que informarse, y que se ofrecen a la literatura y a las
ciencias como dignos de meditación y análisis” (Angenot, 2012: 43).

Las palabras no están solas en el libro, las ilustraciones de Liliana Menéndez y


la estructura del cuento, el cual se encuentra dividido en tres partes, aportan
nuevos datos a la historia. Sentidos que aportan concepciones acerca del
tiempo y el espacio.
Desde estos datos se puede hablar de la función cognoscitiva de la narración
que expone Klein. Irene nombra a Ricouer para decir que la narración
constituye un modo de conocimiento que implica a todo el proceso de lectura.
La estructura del texto no plantea una lectura lineal sino que cuenta dos
episodios que suceden en paralelo: La espera de él y el recorrido de ella. Estas
dos primeras partes se unen en la tercera cuando el encuentro entre ambos se
concreta. Esta característica del libro brinda herramientas para que se piensen
las categorías de tiempo y a su vez permite jugar con eso ya que son episodios
que no necesariamente se deben narrar de la manera que allí aparecen.
En la parte dos, ilustraciones que simbolizan el viaje de Ella. A medida que se
aleja las ilustraciones se van ampliando y se expanden en el espacio de las
hojas. Cuando Ella vuelve sobre sus pasos, vuelve al origen, a donde comenzó
el viaje, aparece una ilustración del mundo con ella como centro.
En la parte tres, se ilustra el futuro encuentro anunciado por la gitana. Aparece
el dibujo de una carta astral u horóscopo. Este texto se divide en 12 porciones
que se llaman casas, cada una de ellas tiene un significado diferente. La casa
7 representa el espacio del encuentro. Aparece ahí, además de los números
que indican grados y otros signos, el símbolo del planeta Venus, los primeros
astrónomos pensaron que Venus podría ser en realidad dos cuerpos
separados.

Se observa que toda la ilustración aporta sentidos. La ilustración y el texto en


conjunto forman un bien cultural. Liliana Méndez dice que la unión del puente
entre los niños y los bienes de la cultura son los que permiten soñar y crecer.
En base a lo expuesto, se puede observar cómo lo narrado va activando
distintos discursos sociales de acuerdo a los elementos a los que se ponga
atención. Considerando que el destinatario es la infancia, es interesante
observar cómo juegan en conjunto los distintos elementos y/o lenguajes
presentes en el libro que orientan a los niños a fomentar su experiencia y
relación con lo que lo rodea.

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