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La cirugía es la rama de la medicina que manipula físicamente las estructuras del

cuerpo con fines diagnósticos, preventivos o curativos.


Desde que el ser humano fabrica y maneja herramientas, ha empleado su ingenio
también en el desarrollo de técnicas quirúrgicas cada vez más sofisticadas. Pero hasta
la Revolución Industrial no se vencerían los tres principales obstáculos con los que se
encontró esta especialidad médica desde sus inicios: la hemorragia, el dolor y la
infección.
En general, el cirujano (barbero, arreglador...) ha sido considerado el técnico, mientras
el médico (más relacionado awwwhistóricamente con el sacerdote o el chamán) era el
auténtico sanador.
El origen de la cirugía se remonta al mismo origen del homo sapiens, cuya vida al aire
libre era objeto de numerosos accidentes, heridas y hemorragias, susceptibles de
tratamiento quirúrgico mediante técnicas rudimentarias.
El hombre primitivo frente a sus heridas, imitaba la conducta que había observado en
los animales, y así inmovilizaba un miembro lesionado, se lamía las heridas, se
preocupaba de las lesiones externas, visibles o accesibles.
Otras técnicas quirúrgicas que se emplearon para el tratamiento de las heridas y
traumatismos fue los métodos rudimentarios de sutura, amputaciones, drenajes o
cauterizaciones de heridas con instrumentos candentes.
Existen numerosos ejemplos: Una mezcla de salitre y azufre vertida en las heridas y a
la que se prendía fuego, empleada por algunas tribus asiáticas; las técnicas de drenaje
de los indios dakota, mediante el empleo de una caña de pluma "conectada" a una
vejiga urinaria animal para succionar el material purulento; el hallazgo de agujas de la
edad de piedra que podrían haberse empleado en suturas o el ingenioso método
desarrollado por algunas tribus de la India y Sudamérica, sellando las heridas menores
mediante la aplicación de termitas o escarabajos a los que, tras morder los bordes
aproximados de la herida, se les retuerce el cuello para dejar las cabezas rígidamente
enganchadas a modo de grapas.
Durante la Edad Media, las intervenciones quirúrgicas eran realizadas por los barberos;
lo cual tiene cierta lógica, ya que eran las personas que sabían hacer cortes, contaban
con instrumental y tenían la capacidad de atender a sus pacientes/clientes lo mismo en
sus casas que en los locales destinados a dicha actividad. Poco a poco, las
intervenciones se fueron realizando únicamente en las barberías, mismas que podrían
considerarse como quirófanos antiguos.
A partir de los siglos XV y XVI ( 15 y 16), puede hablarse del nacimiento de la cirugía
moderna. En esta época, se abandonaron prácticas como el uso de aceite hirviendo y
el instrumental quirúrgico se fue perfeccionando poco a poco.
En este siglo es cuando la imagen de la cirugía sufre un cambio radical en toda Europa.
El cirujano estudia los síntomas de las enfermedades, sus causas y comienza a valorar
la indicación operatoria.
Los cirujanos pasan a ser los que imparten la docencia de la medicina quirúrgica o de
las enfermedades con tratamiento quirúrgico que estudian en el cadáver.
Para el comienzo del S. XVIII( 18) en Europa todavía no existían los quirófanos como
los conocemos hoy en día y las operaciones se realizaban en las salas generales de
los hospitales o en los domicilios del paciente o del médico. Es hasta el año 1782 que
se encuentran registros en Estrasburgo (Francia) del uso de un quirófano o de una sala
destinada únicamente a realizar intervenciones quirúrgicas y que contaba con el
material necesario.
En 1867 el cirujano británico Joseph Lister, profesor de cirugía de Glasgow, comenzó a
hablar de antisepsis o asepsia durante las cirugías y recomendaba operar bajo el
vaporizador de fenol, el cual era considerado un efectivo agente desinfectante.
Al desarrollo de la cirugía aséptica contribuye Mickuliz con el uso sistemático de gorro y
mascarilla, así como de guantes de algodón, posteriormente sustituidos por los de
goma por Halstedt.
A partir de aquí ya resulta casi imposible separar cirugía de quirófano, higiene y
asepsia: en 1886, el cirujano Gustav Adolf Neuber hablaba de la manipulación aséptica
de las heridas y la prevención de las infecciones. Ernst von Bergmann implementó la
esterilización de gasas y el instrumental mediante vapor de agua caliente. El aseo de la
mesa de operaciones y el quirófano con productos químicos germicidas, el lavado de
manos, el uso de bata blanca, gorros para el cabello y guantes de goma esterilizados,
se deben a William S. Halsted, en 1894.
Hasta la segunda mitad del siglo XIX ( 19) no se llegó a controlar eficazmente la
hemorragia quirúrgica, el generalizarse el uso de pinzas hemostáticas.
La auténtica revolución en la lucha contra el dolor no llega hasta la anestesia etérea por
inhalación, introducida en la cirugía por W.G. Morston (1819-1868) Posteriormente van
apareciendo anestésicos menos tóxicos, mientras que se diseñan aparatos con
circuitos cerrados para suministrarlos. así como con el uso de antibióticos que
disminuyeron las infecciones postquirúrgicas.
En el pleno siglo XX,( 20) el empleo de los curarizantes (1942) como relajante muscular
permitió, por analogía, desarrollar métodos que liberaron al organismo de su fisiología
durante un periodo de tiempo determinado, lo que amplió las posibilidades de la acción
quirúrgica
Una vez controlados el dolor, la infección y la hemorragia, puede abordarse el
tratamiento de los procesos de las cavidades craneales, torácicas y abdominales.
Hoy el avance de la cirugía ha sido gradual desde la época primitiva hasta la actual.
cada vez el conocimiento progresa más rápido, Actualmente nos encontramos en la era
de la vídeo laparoscopía o cirugía mínimamente invasiva, Esto, unido a la aplicación de
todos los avances de la técnica quirúrgica y los avances de la medicina, dan como
resultado una cirugía que produce escaso daño colateral al cuerpo durante su
ejecución y esto hace que el postoperatorio de los pacientes sea breve y poco
doloroso.
La cirugía se convierte en instrumento terapéutico, ciertamente esencial, pero no
exclusivo. Antes de decidir si el paciente será intervenido, se toman en cuenta los
exámenes de laboratorio y la opinión de colaboradores en el diagnóstico, y se
consideran a su vez aspectos del paciente, como su posición social, estado
psicológico, etc. La operación se vuelve entonces algo más que sólo el tiempo en que
el paciente está sobre la mesa de operaciones.
Ambroise Paré, cirujano francés del siglo XVI, le atribuye cinco funciones: «Eliminar lo
superfluo, restaurar lo que se ha dislocado, separar lo que se ha unido, reunir lo que se
ha dividido y reparar los defectos de la naturaleza».

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