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Eliminar Las Energías Negativas:

No hace falta recordar que estamos rodeados de entornos favorables o desfavorables y que estos
influyen más allá de nuestro estado de ánimo, por ello es muy importante rodearnos de un
ambiente que nos beneficie. En primer lugar llamamos energías favorables o desfavorables a
aquellas fuerzas desconocidas e intangibles capaces de afectarnos para bien o para mal, podemos
dividirlas en tres grupos según su origen, las naturales, las psíquicas y las espirituales.

Las naturales se producen a consecuencia de la naturaleza de la esencia y la forma y del lugar. No


hay duda que hay espacios que son beneficiosos y otros que no lo son tanto. Por ejemplo, hoy día
debido a la contaminación las energías naturales son altamente perjudiciales para el ser humano,
en unos lugares afecta más y en otros menos, conviene siempre que sea posible buscar los lugares
adecuados tanto para trabajar como para vivir.

Las psíquicas son el resultado de pensamientos, sentimientos y emociones.

Las espirituales obedecen a las leyes y conciencia universal.

Estos tres tipos de energías interactúan entre si en diferentes grados.

Podemos decir que las naturales tienen un ámbito local, las psíquicas tienen su movilidad y las
espirituales actúan de forma global.

Para tratar las energías naturales hay muchas técnicas y disciplinas que en este momento no
vamos a tocar, pero si a alguien le interesa puede echar un vistazo al telurismo, Feng Shui,
geomancia y otras.

En este escrito trataremos las de tipo psíquico, producidas principalmente por la mente de los
seres vivos, éste tipo de energía como el resto se puede percibir a través de su vibración, y por ello
popularmente se comenta este lugar o persona tiene buenas o malas vibraciones, pero esto no
siempre es fácil, hay vibraciones que apenas se detectan y tienen un efecto muy nocivo para la
salud, además las preocupaciones diarias impiden que prestemos atención a ciertos detalles que
pueden ser muy reveladores, no obstante, es importante tomar nota de la sensación que nos
produce un lugar o cualquier otro ser vivo, especialmente las personas, pero en cuanto a las
relaciones con los demás hay que considerar algunas cuestiones, una persona nos puede caer bien
o mal por razones diferentes a su energía positiva o negativa, nuestras aversiones, experiencias y
educación pueden condicionarnos considerablemente a la hora de tratar a los demás, los
prejuicios pueden llevarnos a error.

Volviendo las energías psíquicas y en especial las desfavorables, llamadas popularmente


“negativas”, son originadas por el miedo, el sufrimiento, la rabia, la ira, la frustración y un sinfín de
estados mentales y emociones, éstas energías tienden a depositarse en los lugares donde son
originadas, o bien son proyectadas hacia algunas cosas, seres vivos o personas.

Hay que considerar que la energía psíquica es muy plástica y en determinados ambientes
multiplica su potencial, por ejemplo, una energía desfavorable, de vibración muy densa, se
mostrará mucho más potente en un ambiente denso, como es un lugar donde exista mucha
humedad, o aquello que la facilite, la oscuridad u otras condiciones ambientales.

Si consideramos que las vibraciones más densas nos son desfavorables y las vibraciones más
sutiles nos son favorables tenemos la llave de la solución, evitar los lugares densos e intentar estar
más tiempo en los sutiles, es cierto que a veces tenemos que estar donde estamos, si pero
también existen técnicas y medios para cambiar la vibración densa y desfavorable por la sutil y
favorable.

Entre la gran variedad de técnicas vamos a elegir las del sonido por su efecto directo en las
vibraciones, existen sonidos que tienen un poder infinito capaz de alcanzar todo el universo, como
puede ser el sonido inicial de la creación.

Todos conocemos el sonido de la palabra, de la oración, de los cantos, los mantras budistas, los
rituales, la música, la propia naturaleza, en realidad el sonido está presente en nuestra vida, por
desgracia hoy día más que sonido estamos inmersos en un mundo de ruidos, y esto sin duda es
muy perjudicial, es algo que nos va alterando física, emocional y espiritualmente.
El sonido es una manifestación de la vibración que podemos percibir, y nos permite reconocer las
cualidades de dicha vibración, diferenciando si ésta es armónica o inarmónica. Dicho lo anterior,
dado que los sonidos responden a una vibración podemos generar vibraciones de determinadas
características a través de los sonidos, de manera que la vibración creada por el sonido elegido
interaccione con otra vibración, la modifique, neutralice o elimine.

El poder del sonido ya era conocido en la antigüedad, no hay que olvidar la conquista de Jérico,
después de 7 días de dar vueltas a la ciudad sonando las trompetas de la época, los israelitas
dieron al final un grito que hizo que se derramasen las murallas de la ciudad, probablemente no
sepamos a ciencia cierto que es exactamente lo que ocurrió, pero al parecer las murallas cedieron
ante el poder de la vibración del sonido.

Para derribar las murallas de la energía negativa debemos hacer algo similar, establecer el sonido
adecuado capaz de disolver la energía nociva, si la vibración del sonido que emitimos es
suficientemente poderosa seguramente debilitará la energía negativa y finalmente desparecerá.
Este es uno de los mejores métodos para eliminar las energías negativas que se impregnan en los
diversos lugares o casas, hay que pensar que un lugar habitado, es un lugar que se impregna de las
vibraciones de los que allí habitan, y que esa vibración se deposita y fija con fuerza debido a la
repetición del día a día, si las personas que ocupan dicho lugar tienen pensamientos, sentimientos
o emociones perjudiciales éstas son registradas por el lugar y éste conserva la vibración
correspondiente, el miedo y el sufrimiento pueden enquistarse tanto en un lugar que nada más
acercarse a él cualquier persona puede percibir inicialmente este tipo de sensaciones como
inquietud o tristeza, cuanto más tiempo estemos en dicho lugar más nos afectará la vibración
perjudicial.

Debemos considerar la vivienda como aquel lugar que más nos va a influir, si en ella expresamos
negatividad, ésta se queda ahí, es lo mismo que la suciedad, hay que limpiar, en caso contrario
enfermaremos, ya el hecho de vivir rodeados de suciedad es signo de enfermedad mental, lo
mismo ocurre a nivel psíquico.

La limpieza de una casa puede hacerse de forma global o por partes, si la casa está muy sucia es
recomendable ir por partes y no parar hasta limpiarla toda.

Se debe proceder con dos acciones, una que trate la atmósfera de la casa, que purifique el aire con
el fin de eliminar la sensación de densidad, para ello lo mejor es quemar incienso, pero incienso de
calidad, si es posible de oriente medio, el incienso tiene un aroma que propicia las vibraciones
armónicas y esto contrarresta las energías inarmónicas, la mirra conjuntamente con el incienso en
ocasiones puede ser muy aconsejable.
El sonido y las vibraciones de los cuencos de cuarzo o de las campanas parece que impactan en las
energías negativas desintegrándolas. No se deben utilizar cuencos con agua, pues pueden
transferirse las energías negativas al agua, no olvidar que el agua es capaz de almacenar la esencia
de cualquier vibración.

Los instrumentos de la limpieza psíquica son:

Incienso y/o mirra.

Cuencos o campanas.

Velas.

Se debe quemar una cantidad importante de incienso acompañado o no de mirra, el humo del
incienso conviene que alcance a todo el espacio de estancia.

Las velas deben de tener el mismo tamaño pero no muy grandes y forma y situarse en las
esquinas, en el suelo a ser posible, y como es natural con cuidado, el fuego siempre es peligroso,
en este caso después del incienso las velas.

La vibración originada con los cuencos o campanas debe ir creciendo y decreciendo en intensidad
e ir acompañada de la visualización de la energía que proyecta la campana o el cuenco, o bien
simplemente sentir la fuerza del sonido y vibración, la operación debe repetirse cinco veces en
cada serie, no importa el número de series, conviene descansar de vez en cuando, lo importante
es al final del sonido gritar con fuerza, “YA”, o bien pensarlo con gran intensidad.

La duración de la limpieza estará determinada por lo que tarden las velas en consumirse, por eso
no conviene que duren mucho, unas 3 o 4 horas es lo indicado, y si sientes que la limpieza es
insuficiente repetir el ritual, cuanto más repitas más limpias. El incienso es recomendable que siga
prendiéndose y purificando el ambiente.

Una vez realizada la limpieza nos tendremos que preguntar si realmente has desaparecido las
energías negativas, no hay que olvidar que las energías negativas pueden ser de tipo telúrico,
electromagnético y de naturalezas varias, nuestros ritual sólo es realmente efectivo con las de
origen psíquico, contra las otras poco podemos hacer, pero para conocer la salud de la vivienda, lo
mejor es echar mano a la naturaleza a las plantas, es ir colocando plantas en diversos lugares de la
vivienda, plantas lógicamente de interior o de exterior fuera, y ver como responden si crecen bien
y con buenos colores, se marchitan o se mueren, si las plantas crecen con vitalidad es índice que
no hay energías psíquicas negativas.

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