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LA TRANSICION DE LA AGRICULTURA

¿Hacia donde nos dirigimos?


Nombre : Hugo Eden Catunta Huallpa
Codigo :164142
En el mundo vemos las diferentes formas en que se practica la agricultura, y vemos
cómo es que se ha estado buscar más y más producir con el fin de buscar el
beneficio propio sin remediar si más adelante estos productos serán dañinos para
el hombre y para la tierra, hay productos manipulados con los transgénicos, hasta
el arroz chino que se dice es de plástico y hasta las lechugas que indica el Profesor
Escolástico, es decir se ha industrializado la agricultura sin remediar los perjuicios
que podrían provocar estas prácticas en el largo tiempo. Es por ello que debemos
preguntarnos qué tipo de agricultura debemos practicar?
El planeta continúa a la deriva en las olas de las reuniones internacionales al mismo
tiempo que se organiza un poderoso movimiento campesino. Los niveles actuales
de contaminación humana y de la naturaleza provocados por el modelo
agroindustrial no son sustentables a largo plazo. Se requiere una transición que
valore la agricultura y a los productores. Tienen que ser creadas nuevas
herramientas y mecanismos con un nuevo enfoque. Esto requiere revisar los
supuestos preconcebidos y los rígidos procedimientos. En lugar de perpetuar la idea
del pequeño campesino pobre, es hora de comprender a los agricultores familiares,
también llamados campesinos, por lo que son buenos profesionales con amplias
habilidades, arraigados en el tiempo y el espacio, con la capacidad de producir valor
a nivel local y riqueza a nivel global. La mayor confusión ha sido imaginar que los
campesinos funcionan con la misma lógica que los empresarios. Pero su nivel de
autonomía, su contacto con la naturaleza, la calidad de su trabajo y su relación con
el mercado son totalmente diferentes. En lugar de bloquear su potencial de realizar
una agricultura intensiva que existe en todas las comunidades agrarias, y en vez de
ignorar su habilidad de producir en harmonía con la naturaleza de manera que abra
nuevas oportunidades, la transición que se propone aquí se construye en base a
estas habilidades. Existen formas viables de agricultura y están evolucionando en
diferentes partes del mundo, y al mismo tiempo muchas transiciones se están
desarrollando con éxito. En estas páginas, se proponen doce pasos concretos con
las políticas que los sustentan para acompañar y realizar transiciones hacia formas
de coproducción y evolución con la naturaleza que sean más adaptadas al tercer
milenio.
La agricultura ha sido descrita desde diferentes formas y patrones, y ha sido
presentada a través de diferentes visiones con distintos intereses. Al final de
cuentas la agricultura es un palenque de divergencias y visiones contrastadas. Lo
que unifica es que es importante para cada uno y para todos nosotros; no sólo
porque nos provee el alimento diario, sino también porque está íntimamente ligada
al paisaje en el cual vivimos. De alguna manera todas y todos estamos contenidos
dentro de la agricultura, y como muchas cosas que parecen muy familiares, no nos
damos cuenta totalmente de ello.
A lo largo de los años se ha desarrollado una creciente sensación de malestar: el
sentimiento que la agricultura no es lo que debería de ser; que la situación no es
satisfactoria. Por un lado, la concentración y el control están exacerbando la
marginalización y la exclusión. Por otro lado, es evidente que comunidades que
utilizan prácticas agrícolas en armonía con su ambiente prosperan, aunque esta
realidad ha sido documentada ampliamente estas comunidades permanecen
aisladas. ¿Qué es lo que impide que se expandan estos millones de ejemplos de
creación de riquezas? Esta es la pregunta que abordan las siguientes páginas. Al
mismo tiempo que nos involucra a todos, la agricultura es el terreno de los
agricultores. Pero extrañamente los otros “expertos” en este ámbito creen que
saben más y mejor que los agricultores mismos.
En las últimas décadas ha habido innumerables prácticas mejoradas con diferentes
grados de éxito. En el actual sistema alimentario dominante no hay futuro para la
humanidad ni para el planeta. Si sabemos que las pequeñas producciones con
sistemas agroecológicos son más productivas, conservan los suelos y recuperan la
productividad perdida de sistemas degradados y son más resilientes al cambio
climático, entonces la pregunta no es si deberíamos cambiar, sino cómo podemos
promover la transición hacia esos sistemas. “Cómo podemos” es la esencia del
presente estudio.
¿Existe alguna forma para realizar la transición hacia modelos aceptables en este
tercer milenio? No son los modelos del pasado ni los que se sustentan en
tecnologías imaginarias, sino simplemente la realización de “utopías que ya
existen”, que ya proliferan en diferentes formas y que pueden ser transformadas y
reinventadas una y otra vez.

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