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LAS VÍCTIMAS EN LA
MEDIACIÓN PENAL DE
ADULTOS
2ª Edición actualizada
LUISA PÉREZ CABALLERO
Psicóloga Forense, Psicoterapeuta y Mediadora
Psicóloga en Instituto Anátomico Forense (Madrid)
ISSN 1989-3906
Contenido
FICHA 1 ........................................................................................................... 15
Perfil profesional del/a mediador/a penal
FICHA 2 ................................................................................................................................. 17
Modelo de Intervención en Mediación Penal de Adultos. Caso práctico
Consejo General de la Psicología de España
Documento base.
Las víctimas en la mediación penal de adultos
CONTENIDO
I. APROXIMACIÓN CONCEPTUAL: VICTIMOLOGÍA, VÍCTIMA Y VICTIMARIO
1. Elementos del fenómeno delictivo.
2. Tipos de víctimas.
3. Tipos de victimización.
II. MEDIACIÓN PENAL Y JUSTICIA RESTAURATIVA
1. Conciliación y reparación.
2. Concepto de Mediación Penal.
3. Principios de la Mediación Penal.
4. Objetivos de la Mediación Penal.
5. Características de la Mediación Penal.
III. PROCESO DE MEDIACIÓN PENAL DE ADULTOS: VICTIMA-VICTIMARIO
1. Fases proceso de mediación penal.
2. Beneficios de la mediación penal de adultos.
3. Criterios y tipología de casos susceptibles de derivación a mediación penal.
Anexo 1. NORMATIVA LEGAL EN MATERIA DE MEDIACIÓN PENAL
Ficha 1. PERFIL PROFESIONAL DEL/A MEDIADOR/A PENAL
Ficha 2. MODELO DE INTERVENCIÓN EN MEDIACIÓN PENAL DE ADULTOS. Caso práctico.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Desde la perspectiva de la Criminología, la Victimología es una “ciencia empírica e interdisciplinaria que tiene por
objeto el crimen, el delincuente, la víctima y el control social del comportamiento delictivo; y que aporta una informa-
ción válida, contrastada y fiable sobre la génesis, dinámica y variables del crimen (contemplado éste como fenómeno
individual y como problema social, comunitario); así como sobre su prevención eficaz, las formas y estrategias de re-
acción al mismo y las técnicas de intervención positiva en el infractor”.
En dicha definición, entra además el delincuente, porque la criminogénesis depende de una compleja relación entre
víctima y victimario, que interaccionan sus ‘roles’ respectivos, llegando a confundirse, en los que Mendelsohn (1963)
denominala ‘pareja penal’, la víctima (que ya no es considerada como sujeto pasivo, puede contribuir a su propia vic-
timización). Aunque el control racional del crimen, corresponde al Derecho Penal, uno de los objetivos de la crimino-
logía según García-Pablos (2003), es el “control racional y razonable de la criminalidad, con el menor coste social
posible”.
La victimología es fundamentalmente el estudio de la víctima, de la persona que padece un sufrimiento físico, psico-
lógico y social, a consecuencia de la violencia o de una conducta antisocial, que puede estar tipificada ante la ley co-
mo un daño al bien jurídico, o no; de la valoración de las secuelas y las formas terapéuticas de reparación o
reintegración social. Y en el devenir de la persona en víctima se puede producir los tipos de victimización (primaria,
secundaria y terciaria).
En el derecho penal surge claramente la figura del delincuente como protagonista principal del mismo. Raramente la
víctima, fue motivo de atención con anterioridad. Será la Escuela Positivista de la Criminología representada por Lom-
broso quien se encargue de indagar la etiología del delito, las causales de mismo y los tratamientos más adecuados.
Siempre teniendo en cuenta las circunstancias del delito, las causas atenuantes o agravantes de la pena, su imputabili-
dad ó inimputabilidad, sus relaciones con la víctima, la mayor o menor capacidad que tuvo en el momento del hecho
para comprender la criminalidad del delito, el grado de peligrosidad, el daño ocasionado, etc. Así el criminal ha sido
estudiado, protegido, tratado, explicado, clasificado, sancionado, auxiliado, en tanto que a la víctima escasamente era
menciona, quedando marginada y en el contexto penal parecía ser tan sólo un testigo silencioso, quedando en gene-
ral queda en el desamparo, lo que representa una sobrevictimización.
Hoy en día, la criminólogía, incluye en sus estudios la problemática de las víctimas, por ello surge la denominada
Criminología Victimológica que, en definitiva, es un intento de integrar la Victimología en la Criminología. Otros ha-
blan de la Victimología Criminológica, que es una “síntesis criminológica”, que incluye a la victimología. Y hay que
destacar el uso del termino por parte de Hassemer (1984) y Silva Sánchez (1990), de la “Victimodogmática“ que plan-
tea la necesidad de ir más allá en el estudio de la víctima, pero sobre la base del principio de “autoresponsabilidad de
la víctima”, evitando el excesivo protagonismo de la misma y el sentimiento implícito de lamentación, dando por he-
cho que la víctima es punitiva, que busca el castigo del ofensor, poniendo mayor énfasis en las necesidades económi-
cas de la víctima. Muy contrario a lo que defiende la Victimología, que aboga por una mayor participación de la
víctima en el proceso, obteniendo información, participación y protección; y no necesariamente el factor económico,
observándose significativa diferencia entre la victimología y la victimodogmática.
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La ley de ayudas y asistencias a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual reconoce que: “además
de las víctimas directas (las que sufren lesiones como consecuencia directa del delito), hay también víctimas indi-
rectas. Refiriendo como víctimas indirectas, al cónyuge, hijos, padres supervivientes a una persona fallecida a con-
secuencia directa del delito”.
En las víctimas se producen varias fases de reacción ante la víctimación, una primera reacción inicial, que puede
incluir una sensación de choque (shock), enojo, rabia, temor, miedo, desamparo, incredulidad y culpa. Puede ha-
ber una adaptación, pero si no, pasar a la etapa de desorganización, con efectos psicológicos como pensamientos
negativos sobre el evento, pesadillas, depresión, culpa, miedo y una pérdida de confianza y estima. Puede produ-
cirse una pérdida de creencias anteriores y conductas de abuso de alcohol o sustancias, ruptura de relaciones so-
ciales, evitación de todo lo relacionado con el evento traumático: personas, situaciones y lugares. Puede seguir una
adaptación y finalmente una elaboración.
Un evento traumático fue conceptualizado como claramente distinto de los factores estresantes dolorosos que
constituyen las situaciones normales de la vida como el divorcio, el fracaso, el rechazo, la enfermedad grave, los
reveses financieros y situaciones similares. Esta dicotomización entre traumático y otros factores estresantes estaba
basada en la suposición de que, aunque la mayoría de los individuos tienen la habilidad de enfrentarse con el es-
trés ordinario, sus capacidades de adaptación se ven probablemente abrumadas cuando se confrontan con un fac-
tor estresante traumático.
La Organización Mundial de la Salud ha clasificado tales desórdenes en la décima edición de la International Clas-
sification of Diseases (Clasificación Internacional de Enfermedades CIE-10). Desde una perspectiva histórica, el
cambio significativo introducido por el concepto de Desorden de Estrés Post-Traumático (DEPT) fue la estipulación
de que el agente etiológico estaba fuera del individuo (el hecho traumático), antes que en una debilidad inherente
al individuo (neurosis traumática). La llave a la comprensión de la base científica y la expresión clínica del DEPT es
el concepto de “trauma”. Se trata de un trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento.
En 1980, la Asociación Psiquiátrica Norteamericana agregó el DEPT a la tercera edición de su Diagnostic and Sta-
tistical Manual of Mental Disorders (DSM-III) y posteriormente en el Manual de Diagnóstico y Estadística de los
trastornos Mentales), DSM–IV, con el codigo: F.43.1 “Trastorno por estrés postraumático” (1995).
c) Las correlaciones biopsicosociales entre víctima y victimario:
2. Tipos de víctimas
El primero en desarrollar un sistema de clasificación de las víctimas fue B. Mendelshon (1963), fundamentado en la
correlación de la culpabilidad entre la víctima y el criminal; y en la base biopsicosocial de la personalidad de la vícti-
ma como fundamento de la relación entre criminal y víctima. Esquemáticamente su tipología víctimal basada en las
correlaciones de culpabilidad es la siguiente:
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Para A. Ezzat Fattah(1966) las víctimas se clasifican en aquellas que no tienen ninguna responsabilidad y las que tie-
nen una parte de responsabilidad en el hecho:
Víctima latente o predispuesta En la que se puede encontrar cierta inclinación a ser víctima, por
defectos de carácter o por otros factores
Víctima provocativa Incita al criminal a cometer la acción, creando una situación que
pueda conducir al crimen
Víctimas individuales Distinguiendo entre las que carecen de actitud víctimal, frente a las
que adoptan una actitud víctimal dolorosa o culposa.
Víctimas familiares Contando entre éstas a los niños y a las mujeres maltratadas, así como
distintos delitos cometidos en el seno de la familia.
Víctimas colectivas La comunidad como nación, por la que hace a determinados delitos
como la rebelión y la sedición.
Víctimas sociedad Aquellas colectividades a las que el propio sistema social convierte en
víctimas o en delincuentes (niños abandonados, minusválidos, los
ancianos, los marginados socialmente, las minorías étnicas, raciales y
religiosas, etc)
En relación a la predisposición a sufrir victimización, hay clasificaciones sobre los factores victimógenos o de riesgo
víctimal y en algunos casos la relación de estos factores con determinados tipos de delitos. Guglielmo Gullotta, (1976)
distingue varios grupos de factores de disposición específicos:
Factores temporales ✔ Permanentes (con efectos para todo el periodo vital del individuo).
✔ Temporales (cuando funciona por determinado tiempo)
✔ Ocasionales o pasajeros (de duración breve y aparición esporádica).
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3. Tipos de victimización
a) Victimización Primaria: es el proceso por el cual una persona, sufre de modo directo o indirecto, daños físicos o
psíquicos derivados de un hecho delictivo o acontecimiento traumático. Se tiende a entender la derivada de haber
padecido un delito, que cuando va acompañado de violencia o experiencia personal con el autor suele ir acompa-
ñado de efectos que se mantienen en el tiempo y pueden ser físicos, psíquicos, económicos o de rechazo social. La
primariedad y secundariedad de la victimización dependen de la fuente victimizante. La ofensa desencadenada por
el propio hecho delictivo conduce a una victimización primaria.
b) Víctimación Secundaria: la victimización nace fundamentalmente de la necesaria intersección entre un sujeto y el
complejo aparato jurídico-penal. Se considera aún más negativa que la primaria porque es el propio sistema es el
que víctimaza a quien se dirige a él pidiendo justicia y porque afecta al prestigio del propio sistema. El termino de
victimización secundaria fue acuñado por Khüne (1986) para referirse a todas las agresiones psíquicas (no delibera-
das pero efectivas) que la víctima recibe en su relación con los profesionales de los servicios sanitarios, policiales,
o judiciales (interrogatorios, reconstrucción de los hechos, asistencia a juicios, identificaciones de acusados, lenti-
tud y demora de los procesos, etc), así como los efectos del tratamiento informativo del suceso por parte de los me-
dios de comunicación.
c) Víctimación Terciaria: referida al conjunto de costes de la penalización tanto sobre quien la soporta en propia per-
sona como sobre terceros. Procede principalmente, de la conducta posterior de la misma víctima; a veces, emerge
como resultado de las vivencias y de los procesos de adscripción y etiquetamiento, como consecuencia de las vic-
timizaciones primaria y secundaria precedentes.
También se dice victimización terciaria, la dirigida contra la comunidad en general, así como a los efectos que su-
fren los familiares y amigos de las víctimas. En este sentido encontramos dos tipos más de victimización: la macro-vic-
timización, que se produce cuando un número indeterminado de personas sufren las secuelas o daños de diversa
índole, originado de una criminalidad en masa. Y la micro-victimización, en la que el daño se materializa en bienes
jurídicos individuales y no en colectivos o difusos.
✔ Principio de legalidad: La reacción estatal debe activarse siempre que se presuma que se ha cometido un delito. El principio de legalidad concibe el delito como
infracción.
✔ Principio de oportunidad: Que se realice una elección (por los órganos preestablecidos), acerca de los casos que podrán ser resueltos de otra manera. El principio
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3. La reparación penal no pude confundirse con la indemnización civil a las víctimas porque ambas no siempre coin-
ciden y ni siquiera los criterios que rigen su ponderación son los mismos.
4. Las voluntariedad en la reparación es un punto crucial y un cambio en los esquemas clásicos del sistema penal
donde parece que punición y consentimiento no son muy compaginables.
5. La reparación forma parte de un concepto de justicia negociado pero no por ello más rápido. La justicia restaurati-
va se sitúa en el seno del derecho penal y necesita de él para decidir qué es un delito, quién es el autor y quién la
víctima. Se pretende de esta manera una justicia menos centrada en el castigo, que éste sea aplicable cuando sea
útil y no contraproducente para las partes en conflicto o para la sociedad. En estos casos se buscan medidas alter-
nativas que permitan lograr los fines del derecho penal sin la necesidad de acudir al castigo.
6. La Justicia restaurativa, convoca a la víctima, al victimario y a la comunidad en la búsqueda de soluciones que pro-
muevan la reparación, la reconciliación y el perdón. En esta premisa, tiene cabida el mecanismo de la mediación,
como un modelo de justicia penal. La actividad mediadora, la conciliación, se integra en el conjunto de los instru-
mentos de control y reacción frente a la delincuencia.
1. Conciliación y Reparación
Conciliación y reparación son dos fórmulas pacificadoras entre victimario y víctima. Son dos formas de resolu-
ción del conflicto que no se centran en la pena como retribución a la conducta ilícita. Tanto la conciliación co-
mo la reparación, se pueden dar como componentes de la mediación, encajando en los postulados de la justicia
restaurativa. La conciliación tiene un carácter psicológico, a diferencia de la reparación, que tiene un carácter
material.
En todo caso la conciliación víctima-victimario, debe ubicarse dentro del derecho penal y del derecho procesal pe-
nal, no es vano es una forma de solución de conflictos generados por la comisión de conductas tipificadas como deli-
to o falta. Necesita por tanto del derecho penal y procesal, para decidir qué es delito, quién es delincuente, quién es
víctima, cómo se celebra la conciliación, quién interviene como conciliador, los efectos de la conciliación, etc.
La conciliación es un mecanismo compositivo de solución de conflictos en la que las partes se ven asistidas por un
tercero imparcial que tiene la capacidad de proponer soluciones al conflicto (a diferencia del mediador en la media-
ción, el cual no puede tomar decisiones, como se verá más adelante). Es por tanto una negociación asistida, en la que
las partes tratan, junto con el conciliador, de consensuar una solución al ilícito penal evitando un proceso judicial.
La reparación se emplea principalmente como circunstancia atenuante, o en el marco de los sustitutivos penales co-
mo valor que se toma en cuenta en la suspensión condicional de la pena, la sustitución de la pena, la libertad condi-
cional, la clasificación penitenciaria, el indulto o la rehabilitación del victimario. La reparación no impide la
imposición de la pena correspondiente al delito cometido, pero ésta si se puede ver afectada en distintas facetas de la
misma, en cuanto a su reducción.
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✔ Oralidad: la mediación es una forma de solución del conflicto que prima la presencia directa y el contacto entre las
partes que manifiesten sus posturas. Por ello se desarrollará en forma oral.
✔ Sencillez y flexibilidad: la mediación no es un sistema de solución de conflictos de carácter formal. Rige la libertad
de forma, la flexibilidad, no existen procedimientos predeterminados legalmente, y trata de adaptarse singularmente
a las necesidades de cada conflicto.
✔ Buena fe: las partes han de acudir a la mediación con verdadera intención de solucionar el conflicto, y por tanto
con predisposición de colaborar y aportar lealmente todo lo que sea posible para lograr la solución del conflicto
más ventajosa para todas las partes.
✔ Respeto al derecho: en mediación no pueden acordarse ni desarrollarse soluciones y actuaciones que sean contra-
rias a la ley.
✔ Asistencia jurídica: Las partes pueden verse asistidas en la mediación por abogado, siendo facultativa, pero no obli-
gatoria, su utilización.
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4. Acuerdo: éste puede ser escrito o verbal e incluirá todos aquellos aspectos que las partes, con la ayuda del media-
dor, han alcanzado.
5. Comunicación a los órganos judiciales: el acuerdo alcanzado se eleva al órgano judicial responsable con el objeti-
vo de ser reconocido como tal, garantizar su aplicación y permitir la aplicación de los beneficios penales contem-
plados en la ley para el victimario, si así se considerara oportuno.
6. Fase de Seguimiento: cuando se llega a acuerdo se realiza un seguimiento posterior que tiene por objeto no solo el
control del cumplimiento, sino también reforzar la responsabilidad de quien debe dar cuenta de lo hecho, humani-
za el proceso, permite la renegociación si existen problemas posteriores. Si el infractor no cumple con lo estableci-
do en el acuerdo el juez podrá imponer la sanción penal pertinente.
En los delitos vinculados con la violencia de género, NO podrá iniciarse un proceso de mediación penal, al estar
expresmaente excluida la mediación por la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violen-
cia de Género.
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A. Decisión Marco del Consejo de la UE (2001/220/JAI) de 15 de marzo de 2001 relativa al estatuto de la víctima en
el proceso penal publicada en el Diario Oficial de las Comunidades Europeas L 82/1 el 22.3.2001.
✔ Artículo 1, acompaña definiciones y concreta lo que se entenderá por)«mediación en causas penales»: la bús-
queda, antes o durante el proceso penal, de una solución negociada entre la víctima y el autor de la infracción,
en la que medie una persona competente.
✔ Artículo 10, desarrolla la Mediación penal en el marco del proceso penal, detallando que los Estados miembros
procurarán impulsar la mediación en las causas penales para las infracciones que a su juicio se presten a este tipo
de medida y velarán por que pueda tomarse en consideración todo acuerdo entre víctima e inculpado que se ha-
ya alcanzado con ocasión de la mediación en las causas penales.
B. Directiva 2012/29/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2012, que establecen normas mí-
nimas sobre los derechos, apoyo y protección de las víctimas de delitos, sustituyendo a la Decisión marco
2001/220/JAI del Consejo.
✔ Considerando 46, incorpora los elementos más actuales de la justicia restaurativa: Los servicios de justicia repara-
dora, incluidos, por ejemplo, la mediación entre víctima e infractor, las conferencias de grupo familiar y los círcu-
los de sentencia, pueden ser de gran ayuda para la víctima, pero requieren garantías para evitar toda
victimización secundaria y reiterada, la intimidación y las represalias. Por tanto, estos servicios deben fijarse co-
mo prioridad satisfacer los intereses y necesidades de la víctima, reparar el perjuicio que se le haya ocasionado e
impedir cualquier otro perjuicio adicional. A la hora de remitir un asunto a los servicios de justicia reparadora o
de llevar a cabo un proceso de justicia reparadora, se deben tomar en consideración factores tales como la natu-
raleza y gravedad del delito, el grado de daño causado, la violación repetida de la integridad física, sexual o psi-
cológica de una víctima, los desequilibrios de poder y la edad, madurez o capacidad intelectual de la víctima,
que podrían limitar o reducir su capacidad para realizar una elección con conocimiento de causa o podrían oca-
sionarle un perjuicio. Los procedimientos de justicia reparadora han de ser, en principio, confidenciales, a menos
que las partes lo acuerden de otro modo o que el Derecho nacional disponga otra cosa por razones de especial
interés general. Se podrá considerar que factores tales como las amenazas o cualquier forma de violencia cometi-
da durante el proceso exigen la divulgación por razones de interés general.
✔ Artículo 2, define la «justicia reparadora», cualquier proceso que permita a la víctima y al infractor participar acti-
vamente, si dan su consentimiento libremente para ello, en la solución de los problemas resultantes de la infrac-
ción penal con la ayuda de un tercero imparcial.
✔ Artículo 4, Amplia facultades para que la victima alcance a recibir información al comienzo del proceso: Dere-
cho a recibir información desde el primer contacto con una autoridad competente.. Los Estados miembros garan-
tizarán que se ofrezca a las víctimas la información que se enuncia a continuación, sin retrasos innecesarios,
desde su primer contacto con la autoridad competente, a fin de que puedan acceder al ejercicio de los derechos
establecidos en la presente Directiva: j) los servicios de justicia reparadora existentes.
✔ Artículo 12, Derecho a disponer de un servicio de justicia reparadora con garantías:
1. Los Estados miembros adoptarán medidas para proteger a la víctima contra la victimización secundaria o reiterada,
la intimidación o las represalias, medidas que se aplicarán cuando se faciliten servicios de justicia reparadora. Estas
medidas garantizarán que aquellas víctimas que opten por participar en procesos de justicia reparadora tengan ac-
ceso a servicios de justicia reparadora seguros y competentes, siempre que se cumplan, como mínimo, las condicio-
nes siguientes:
a. que se recurra a los servicios de justicia reparadora si redundan en interés de la víctima, atendiendo a considera-
ciones de seguridad, y se basan en el consentimiento libre e informado de la víctima; el cual podrá retirarse en
cualquier momento;
b. antes de que acepte participar en el proceso de justicia reparadora, se ofrecerá a la víctima información exhausti-
va e imparcial sobre el mismo y sus posibles resultados, así como sobre los procedimientos para supervisar la
aplicación de todo acuerdo;
c. el infractor tendrá que haber reconocido los elementos fácticos básicos del caso;
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d. todo acuerdo deberá ser alcanzado de forma voluntaria y podrá ser tenido en cuenta en cualquier otro proceso
penal;
e. los debates en los procesos de justicia reparadora que no se desarrollen en público serán confidenciales y no se
difundirán posteriormente, salvo con el acuerdo de las partes o si así lo exige el Derecho nacional por razones de
interés público superior.
2. Los Estados miembros facilitarán la derivación de casos, si procede, a los servicios de justicia reparadora, incluso
mediante el establecimiento de procedimientos u orientaciones sobre las condiciones de tal derivación.
✔ Artículo 25. Concreta la Formación de los profesionales para todos los países miembros de la Unión Europea: Los
Estados miembros fomentarán iniciativas, a través de sus servicios públicos o mediante la financiación de organi-
zaciones de apoyo a las víctimas, mediante las que se posibilite que las personas que prestan servicios de apoyo
a las víctimas y servicios de justicia reparadora reciban la formación adecuada de un nivel que sea el adecuado al
tipo de contactos que mantengan con las víctimas, y observen normas profesionales para garantizar que tales ser-
vicios se prestan de manera imparcial, respetuosa y profesional.
C. Los antecedentes Españoles y Europeos referidos en la Ley 4/2015 de 27 de abril del Estatuto de la víctima del delito:
✔ En España se había tratado la protección de la víctima de una manera progresiva y parcial. Se incorpora en pri-
mer lugar, en la Ley de ayuda y asistencia a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual de 1995,
después en la ley de protección jurídica del menor de 1996, a continuación, en la ley de violencia integral de
2004 y la Ley de Reconocimiento y Protección integral de las víctimas del terrorismo de 2011, por lo que la nor-
ma dictada Ley 47/2015 era necesaria para integrar, a partir de la normativa comunitaria, una respuesta global y
conjunta a la realidad nacional.
✔ Los antecedentes europeos también demuestran el interés creciente que provocaba la necesidad de proporcionar
a las víctimas de delitos violentos una adecuada respuesta dada la especial consideración de su situación, por
esa razón, el Programa de Estocolmo para 2010-2014, plasmaba los postulados de la Resolución de 26 de no-
viembre de 2009 sobre acciones de prevención a favor de las víctimas de violencia y la Resolución del Parla-
mento Europeo de 10 de febrero de 2010, que refrendaba establecer una orden de protección europea de las
víctimas. La protección de las victimas, se tradujo en el dictado de de la Directiva 2011/99/UE de 13 de diciem-
bre que crea la orden europea de protección, la Directiva 2011/36/UE de 5 de abril, relativa a la prevención y lu-
cha contra la trata de seres humanos y a la protección de las víctimas y por la que sustituye la Decisión Marco de
2002 y la Directiva 2011 relativa a la lucha contra los abusos sexuales y la explotación sexual de los menores y
la pornografía infantil.
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Ficha 1.
Perfil profesional del/a mediador/a penal
El perfil del/a mediador/a debe tener en cuenta tres aspectos: una actitud favorable a la cooperación, formación y
experiencia, y delimitación de su rol. En este sentido se ha de mostrar como una persona abierta a soluciones pacífi-
cas y postura conciliadora como elementos necesarios para ejercer su rol mediador. Cuando actúa como un tercero
en la mediación, debe tener una sólida preparación en este ámbito y actuar como persona imparcial, neutral y objeti-
va que reconduce la negociación para facilitar a las partes la búsqueda de soluciones aceptables para ambas, dejando
que éstas decidan.
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Ficha 2.
Modelo de Intervención en Mediación Penal de Adultos.
Caso práctico
A continuación se ejemplifica un modelo de intervención en mediación penal de adultos orientada a la transforma-
ción efectiva del conflicto y la obtención de acuerdos reparadores entre las partes involucradas en el marco de un
proceso comunicacional
Descripción caso
CBC y EVM, mantenían una relación de amistad desde hacia 10 años. CBC, le había prestado 15.000 a EVM (canti-
dad que le facilitó la compra de una vivienda sin tener que recurrir a solicitarlo al banco), habiéndose comprometido
a devolverlo en el plazo de un año. Tres meses después de efectuarse el préstamo, EVM, perdió su empleo, situación
que se prolongó hasta la fecha prevista de devolución de la cantidad prestada. En ese momento, CBC se personó en el
domicilio de EVM solicitarle la devolución del dinero, CBC le indica la imposibilidad de hacerle la devolución, y se
produce una discusión entre ambos.
EVM le agredió con una figura de mármol que adornaba una estantería, y CBC para defenderse tomó un abrecartas
que simulaba una espada, lo empuñó con tal fuerza que se produjo un corte en la mano. Acabaron forcejeando, de
manera que CBC le dio un empujón a EVM, que al golpearse contra un mueble, le provocó una brecha en la frente.
Cada uno de ellos presentó denuncia. En CBC se detecta ambivalencia, por una lado consideraba que debía poner la
denuncia, pero por otro no le preocupan las consecuencias. EVM, aportó a la denuncia el parte de lesiones, explican-
do que no quería causar más daños a CBC, pero quería dejar constancia de lo sucedido. La mediación fue solicitada
por cada una de las partes.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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