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Abelardo Castillo nació en Buenos Aires el 27 de marzo de

1935 , pero asume como lugar de nacimiento, por decisión, la


ciudad costera bonaerense de San Pedro, a donde se traslada
con su padre, en 1946, y donde vive hasta los 18 años.

En 1959 gana el Primer Premio de la revista Gaceta Literaria


por su obra de teatro El otro Judas. Ese mismo año conoce a
Arnoldo Liberman y a Humberto Constantini con quienes funda
El grillo de papel, continuada por El Escarabajo de Oro, una de
las revistas literarias de más larga vida (1959-1974),
caracterizada por su ideología de izquierda, su adhesión al
existencialismo y al compromiso sartreano del escritor.

Publica sus primeros cuentos y gana con "Volvedor" el premio


del concurso de la revista Vea y Lea (jurado: Borges, Bioy
Casares y Manuel Peyrou).

En 1977 funda junto con Liliana Heker y Sylvia Iparraguirre El


Ornitorrinco, revista de resistencia cultural a la dictadura que
salió hasta 1986. Castillo fue incluido en 1979 en las «listas
negras» de intelectuales prohibidos durante la dictadura. En
1976 se casa con Sylvia Iparraguirre.

Su primera obra de teatro, El otro Judas, escrita a los 22 años


(1957) y estrenada en 1961, reitera el problema de la culpa
que asume el traidor del Nazareno, tal vez como un secreto
instrumento de Dios e, incluso, desde el acto existencial de la
responsabilidad de un hombre por todos los hombres. Culpa y
castigo son tema de numerosos cuentos de este narrador; un
hilo conductor por los arrabales, las casas, los boliches, los
cuarteles, las calles de la ciudad o pequeños pueblos de
provincia, donde sus personajes llegan, por lo general, a
situaciones límite. No son pocas las veces que parecen
concurrir a una cita para dirimir un pleito con su propio destino.
La fatalidad de los sucesos hace recordar a Borges, una de sus
devociones, de quien toma a veces cierta entonación criolla y
distante.

En otros cuentos, largos períodos apenas puntuados por la


coma, aluden a la violencia, al vértigo de las imágenes, el vivir
en tensión de sus criaturas.

Muchos de sus relatos incursionan en el delirio y lo fantástico


y, algunos ("La casa de ceniza", "Las panteras y el templo")
son explícitos o secretos homenajes a Poe, a quien Abelardo
Castillo transformó en personaje teatral en Israfel, obra
premiada en París por un jurado internacional y que tuviera un
largo éxito en Argentina.

Publicó cuatro novelas: La casa de ceniza (1967), El que tiene


sed (1985), Crónica de un iniciado (1991), El evangelio según
Van Hutten (1999).

Ha obtenido numerosos premios nacionales e internacionales y


algunos de sus cuentos, novelas y obras de teatro, han sido
traducidos al inglés, francés, italiano, sueco, alemán, eslovaco,
esloveno, ruso, polaco, húngaro, griego y macedonio1935:
Abelardo Castillo nace en Buenos Aires, el 27 de marzo. En
1946 se traslada con su padre a San Pedro, donde el escritor
vivirá hasta los dieciocho años.

• 1953: regresa a Buenos Aires.


• 1959: su cuento Volvedor gana un concurso de la revista Vea
y Lea con un jurado formado por Jorge Luis Borges, Adolfo
Bioy Casares y Manuel Peyrou. Junto con Arnoldo
Liberman, Humberto Costantini, Oscar Castello y Víctor
García Robles funda la revista de literatura El Grillo de
Papel, de la que llegarán a aparecer seis números. Allí
aparece su cuento «El marica».
• 1960: el gobierno de Arturo Frondizi prohíbe la publicación de
El Grillo de Papel, por su adscripción al pensamiento de
izquierda y, singularmente, a la lectura del marxismo
desarrollada por Jean-Paul Sartre. Ya en el editorial del Nº
1 de El Grillo… se declaraba: «Creemos que el arte es uno
de los instrumentos que el hombre utiliza para
transformar la realidad e integrarse a la lucha
revolucionaria».
• 1961: hacia mayo, dirige y funda conjuntamente con Liliana
Heker El Escarabajo de Oro. La revista, que aparecerá
hasta 1974, apuntó a una fuerte proyección
latinoamericana y es considerada una de las más
representativas de la generación del 60. Formaron parte
de su consejo de colaboradores Julio Cortázar, Carlos
Fuentes, Miguel Ángel Asturias, Augusto Roa Bastos, Juan
Goytisolo, Félix Grande, Ernesto Sabato, Roberto
Fernández Retamar, Beatriz Guido, Dalmiro Sáenz, entre
otros. Allí publicaron por primera vez sus textos Liliana
Heker, Ricardo Piglia, Sylvia Iparraguirre, Humberto
Constantini, Miguel Briante, Jorge Asís, Alejandra Pizarnik,
Isidoro Blaisten, Bernardo Jobson y muchos otros.
En noviembre, la editorial Goyanarte de Buenos Aires
publica el libro de cuentos Las otras puertas. Un jurado
integrado por Juan Rulfo, José Bianco, Guillermo Cabrera
Infante y José Antonio Portuondo le concede la Mención
Única (Premio Publicación) en el Premio Casa de las
Américas (Cuba), categoría cuentos por Las otras puertas.
La editorial El Grillo de Papel (de Buenos Aires), publica
su tragedia El otro Judas. La obra se estrena en el Teatro
de Los Independientes, con dirección de Onofre Lovero.
• 1962: en marzo, Las otras puertas se publica en Cuba en una
edición de la Casa de las Américas. Castillo recibe la Faja
de honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE)
por Las otras puertas.
• 1963: su obra de teatro Israfel, en cuatro actos, basada en la
vida del poeta Edgar Allan Poe, recibe el Primer Premio
Internacional de Autores Dramáticos Latinoamericanos
Contemporáneos del Institute International du Theatre,
UNESCO, París. El jurado estaba integrado por Eugène
Ionesco, Claude-André Puget (Francia) Christopher Fry
(Inglaterra), Diego Fabbri (Italia), Heinrich Schnitzler
(Austria), Marc Connelly y Rosamond Gilder (Estados
Unidos), Arki Kivinaa y Jack Wtikka (Finlandia), Alfonso
Sastre (España) y Bohdan Korseniewski (Polonia).
• 1964: El otro Judas obtiene el Primer Premio en el Festival de
Teatro de Nancy.
En El Escarabajo de Oro aparece su ensayo Discusión
crítica a «La crisis del marxismo». La editorial Losada,
dentro de su colección Teatro en el Teatro, publica la obra
Israfel.

Abelardo Castillo era poco pero favorablemente conocido como


autor dramático, en virtud de haber hecho sus primeras armas
desde el escenario propicio de Los Independientes mediante un
singular enfoque del mito de Judas Iscariote, contrapersonaje
evangélico, que poetas, novelistas y dramaturgos de diversas
épocas han coincidido en reivindicar, pincelada de sombra que
realza el resplandor de la tragedia del Gólgota.

Escribió Edmundo Guibourg sobre Abelardo Castillo y su obra:


En ’Israfel’, el protagonista, haz de luz y sombra, involucra otro
mito que atañe a otra pasión, y a otro calvario y camino de
amargura: aquel arrebato del espíritu que florece en la pureza
del canto poético, y, consecuente con él, la Vía Crucis del
tránsito lastimoso del creador ante los filisteos. Porque el
personaje que revive en este drama se llamó Edgar Poe, sobre
cuyo genio el alegórico cuervo aún clama su fatídico ’never-
more’. (…) El planteo conceptual del drama es en extremo
sencillo y transparente, situándolo en la repulsa a la
materialidad, desde que -como ha dicho Ramón Gómez de la
Serna, precisamente de Poe- vegetar en la plena materialidad
es como no vivir, y sólo se vive de verdad gracias al contraste
de lo material con lo espiritual. En el simbolismo de Castillo, el
poeta maldito se yergue con la conciencia de su genio en
ruptura con la incomprensión. Tal la lucha, a veces más allá de
la muerte. De ahí el título, ’Israfel’, que sugiere un anuncio de
apocalipsis y hace pensar en las terribles trompetas que
proclaman la hora del Juicio Final. (…) Me acojo con placer a
las bellas tradiciones olvidadas de nuestro teatro, al saludar,
en Abelardo Castillo, el advenimiento de un dramaturgo;
aparición siempre milagrosa. Palabras mayores.

• 1965: con dirección de Carlos Giménez, El otro Judas


representa a la Argentina en los Festivales Mundiales de
Teatro Universitario de Varsovia y Cracovia, y obtiene el
Primer Premio y el Gran Premio.
• 1966: la Editorial Jorge Álvarez, de Buenos Aires, publica
Cuentos crueles. Israfel se estrena en el Teatro Argentino
de Buenos Aires con dirección de Inda Ledesma y
protagonizada por Alfredo Alcón. Luego es presentada en
España, Checoslovaquia, México, Perú y Venezuela.
• 1967: en noviembre, la Editorial Estuario, de Buenos Aires,
en una colección dirigida por Juan Carlos Martini, publica
la nouvelle La casa de ceniza.

Abelardo Castillo, en el postfacio que escribió para la primera


edición:
Escribí este largo cuento, o esta nouvelle, en 1956. Tenía 21
años, estaba en el servicio militar y habitaba el mundo gótico
de Poe. La casa de Usher y las desniveladas habitaciones del
colegio de William Wilson están, notoriamente, en el origen
«arquitectónico» de mi casa; mi edad cuando la inventé, y mi
incapacidad para la vida castrense, son quizá su explicación
psicológica. Nunca, hasta hoy, pensé seriamente publicar esta
historia, nunca la sentí como un hecho literario, sino más bien
como un homenaje o una despedida. Si ahora me animo a
dejarla ir es porque, al releerla, descubrí que me es menos
ajena de lo que yo sospechaba: he rastreado en ella una idea
análoga a la de El candelabro de plata; he visto, no sin
asombro, párrafos idénticos a los que años más tarde imaginé
inventar en Israfel.

• 1968: la editorial Stilcograf, de Buenos Aires, reúne con el


título de Tres dramas las obras El otro Judas, A partir de
las siete y Sobre las piedras de Jericó.
• 1969: conoce en el Café Tortoni a Sylvia Iparraguirre, quien
se convertirá en su mujer.
• 1972: con el título de Los mundos reales, la Editorial
Universitaria, de Santiago de Chile, publica en agosto una
selección de cuentos provenientes de Las otras puertas,
Cuentos crueles y Las panteras y el templo, todavía
inédito. A través de El Escarabajo de Oro, conoce al
escritor Julio Cortázar.
• 1974: con la publicación del número 48, deja de aparecer El
Escarabajo de Oro.
• 1975: la obra Sobre las piedras de Jericó se estrena en el
Teatro Armando Discépolo (Buenos Aires) con dirección
de Luis Vives.
• 1976: Editorial Sudamericana publica el libro de cuentos Las
panteras y el templo. Dirige El Ornitorrinco, revista de la
que es cofundador, junto a Liliana Heker y Sylvia
Iparraguirre. La revista, que se editará hasta 1986, es
considerada una de las publicaciones más importantes en
el campo de la resistencia cultural a la dictadura militar
instaurada el 24 de marzo de este año.
• 1982: en enero, la editorial Galerna, de Buenos Aires, edita
la antología de cuentos El cruce del Aqueronte. La obra El
señor Brecht en el salón dorado es representada en
función única en el Salón Dorado del Teatro Colón de
Buenos Aires con música de Alicia Terzián. Luego se
reestrena en Teatro Abierto, bajo la dirección de Raúl
Serrano.
• 1984: recibe el Premio Konex - Diploma al Mérito a la primera
obra publicada después de 1950.
• 1985: en abril, la editorial Emecé publica El que tiene sed, su
primera novela; la protagoniza, entre otros, Jacobo
Fiskler, un transparente homenaje a Jacobo Fijman.
• 1986: recibe el Primer Premio Municipal de Literatura por su
novela El que tiene sed. Con la salida del número 14, deja
de publicarse El Ornitorrinco.
• 1988: en agosto, aparece en Emecé el libro de ensayos Las
palabras y los días.

Abelardo Castillo, escribió en el prólogo del libro:

El más antiguo [de estos textos] es anterior a 1960; el más


reciente lo estoy redactando ahora. Su origen es casi oral.
Fueron pensados, en su mayoría, para ser leídos en un
programa de radio que, hacia 1975, compartíamos
alegremente con Sylvia Iparraguirre y que tuvo la ambigua
fortuna de ser prohibido tres veces en un mismo día, el 24 de
marzo de 1976. Se llamaba Otras aguafuertes porteñas y,
como es fácil verlo, estaba puesto bajo la advocación de
Roberto Arlt. Las palabras y los días sigue estándolo. (…) He
notado que en este libro abunda lo demasiado personal, como
si no supiera escribir, sobre el tema que sea, más que apelando
a la primera persona. Ya es tarde para corregirme. Hablo
siempre de mí mismo, decía Unamuno, porque soy el
hombre que tengo más a mano.

• 1991: en octubre, Emecé publica Crónica de un iniciado,


novela cuya escritura se extendió durante casi treinta
años.

Texto escrito por Isidoro Blaisten para la presentación de la


novela y reproducido en la revista La Maga el 28 de noviembre
de 1991
Comencé mi primera lectura ingenua en idish, leyendo de atrás
para adelante, leyendo, como se debe, la contratapa. Al llegar
a la parte que dice: «Las ráfagas de la posmodernidad»
confieso que me emocioné. Me trajo recuerdos. Recuerdo ―me
dije― la última discusión con Castillo sobre los posmodernistas.
Fue hace 25 años. Un cuarto de siglo, me dije con nostalgia y
evoqué el Tortoni y los posmodernistas en la madrugada.
Recuerdo a algunos: Juan Ramón Jiménez, Alfonsina Storni,
Baldomero Fernández Moreno, González Lanuza y, sobre todo,
Pedro Miguel Obligado y Francisco López Merino. Pedro Miguel
Obligado y su traducción del cuervo de Poe; Francisco López
Merino y su poema Ligeia, que escribió en homenaje a Poe. Me
decepcionó, pese a la promesa de la contratapa, no
encontrarlos en el libro. Salvo esto, como diría Borges, «no sé
de un libro más ardido y volcánico, más trabajado por la
desolación». Personalmente, creo que Crónica de un iniciado es
una de las novelas más importantes que ha dado la literatura
argentina. (…) Horacio, en su Epístola a los Pisones, aconseja
guardar nueve años el manuscrito antes de publicarlo. Castillo
se pasó en 21 años. Estuvo treinta escribiendo esta novela.
Supongo que durante esos treinta años hizo otras cosas
también. Pero yo recuerdo muchas noches y madrugadas en el
Tortoni, viernes que se extendían desde el alba al crepúsculo,
cuando Castillo solía tener sed y yo podía beber cosas más
interesantes que la estólida agua mineral que bebo ahora, y
Costantini, De Lellis, Marechal, Cortázar, Jobson, no estaban
muertos, y Castillo nos leía las infinitas y cambiantes versiones
de los capítulos de esta novela. (…) El reverendo padre Marcos
Pizzariello, en su audición Tres minutos con usted, dijo una vez:
«Todo tiene su fruto, todo tiene su precio». Castillo nos ha
dejado una novela fundamental, una lección de literatura. Ese
es el fruto. Veamos el precio. El pacto con el diablo de Esteban
Espósito es el pacto de Castillo con la literatura. El precio es
atroz. Justifica el fuego e instaura un lugar donde toda envidia
es vana; toda vanidad, efímera; todo resentimiento, inútil;
todo odio, insignificante; todo dolor, posible. El precio es la
palabra, destrozarse en la palabra. El lema de El Escarabajo de
Oro fue una frase de Nietzsche: «Di tu palabra y rómpete».
Creo que la palabra ha sido dicha, Crónica de un iniciado ha
sido escrita, el pacto está cumplido.

• 1992: la editorial Emecé publica en septiembre un nuevo libro


de cuentos: Las maquinarias de la noche, cuarto volumen
de la serie Los mundos reales. En este libro se encuentra
«El tiempo y el río», un cuento dedicado a Florencio
Sánchez.
• 1993: muere su padre, Abelardo Castillo. Recibe el Premio
Nacional Esteban Echeverría por el conjunto de su obra.
En una coproducción argentino-uruguaya y con guion y
dirección de Jorge Rocca, se filma la película Patrón, según
su cuento homónimo.
• 1994: recibe el Premio Konex de Platino, otorgado por la
Fundación Konex, al mejor cuentista argentino del
quinquenio 1989-1993.
• 1995: la editorial Emecé reúne su Teatro completo. El 6 de
julio se estrena la película Patrón, según su cuento
homónimo.
• 1996: recibe el Premio de Honor de la Provincia de Buenos
Aires, compartido con Ernesto Sabato y Marco Denevi.
• 1997: la Editorial Perfil publica el volumen de ensayos Ser
escritor. La Editorial Alfaguara reúne en un volumen sus
Cuentos completos.

Juan Forn, reseña publicada en Radar Libros n.º 7, suplemento


del diario Página/12, en 1997

“Abelardo Castillo arrastra desde hace tiempo el estigma de ser


algo así como ’el’ escritor de los ’60. La renovación de la
literatura argentina que supuso esa generación suele resumirse
y trivializarse en pocas palabras (compromiso, por ejemplo).
En cambio se da como obvio algo que no lo era en absoluto
hasta entonces: a principios de los sesenta empezó a leerse a
Borges no en contra de sino en paralelo a autores como Arlt,
Marechal o Cortázar. Desde entonces, la literatura argentina
pudo integrar con naturalidad dentro de un sistema de lecturas
lo que hasta entonces era una dicotomía insalvable. Mientras
Cortázar disimulaba a través de sus pirotecnias estilísticas que
estaba escribiendo siempre el mismo puñado de cuentos,
Borges, en cambio, lo hacía enfáticamente explícito (aun
cuando no lo fueran). Una y otra modalidad son, en realidad,
anverso y reverso de la misma cosa. Después de Borges y
Cortázar, no puede no saberse esta lección, y estos Cuentos
completos permiten ver por qué Castillo es el cuentista más
poderoso de los sesenta (solo Walsh y Briante, en sus mejores
cuentos, están a la altura de los mejores de Castillo, pero uno
y otro, por diferentes motivos, dejaron una suma de cuentos
menor).”

• 1999: Seix Barral publica El Evangelio según Van Hutten, su


cuarta novela.
• 2000: en mérito al conjunto de sus obras, es distinguido con
el Premio a la Trayectoria otorgado por la Asociación de
Libreros Argentinos.
• 2001: se filma el cortometraje Negro, basado en su cuento
Negro Ortega, con guion y dirección de Eduardo Pinto y
Oscar Frankel.
• 2004: vuelve a recibir el Premio Konex - Diploma al Mérito, al
mejor cuentista del quinquenio 1994-1998. Seix Barral
anuncia para marzo de 2005 la publicación de su quinto
libro de cuentos: El espejo que tiembla.
• 2007: recibe el Premio Casa de las Américas de Narrativa José
María Arguedas por El espejo que tiembla.
• 2011: Recibe el Gran Premio de Honor de la SADE.
• 2013: La editorial Alfaguara anuncia la publicación de sus
Diarios.
• 2014: la editorial Alfaguara publica, en un volumen, sus
Diarios (1954-1991) y anuncia la edición de otro volumen
que incluirá los diarios de 1991 en adelante. Recibe el
Premio Konex de Brillante como la figura más importante
de la última década de las Letras Argentinas.
Abelardo Castillo falleció en Buenos Aires el 2 de mayo de 2017
debido a complicaciones posteriores a una cirugía intestinal de
la que no pudo recuperarse, según informaron allegados al
escritor. Tenía 82 años de edad.

Obras

Novelas
• La casa de ceniza (1968)
• El que tiene sed (1985), Primer Premio Municipal
• Crónica de un iniciado (1991), Segundo Premio Nacional
• El evangelio según Van Hutten (1999)
Cuentos
• Las otras puertas (1961)
• Cuentos crueles (1966)
• Las panteras y el templo (1976)
• El cruce del Aqueronte (1982)
• Las maquinarias de la noche (1992)
• Los mundos reales (1997)
• El espejo que tiembla (2005)
• Del mundo que conocimos (2017)
Teatro
• El otro Judas (1961) 1.er. Premio Festival de Teatro de Nancy
en 1964.
• Israfel (1964), 1.er. Premio Internacional de la UNESCO
• Tres dramas (incluye El otro Judas, A partir de las 7 y Sobre
las piedras de Jericó) (1968)
• Teatro Completo (incluye El otro Judas, A partir de las 7,
Israfel, Sobre las piedras de Jericó, El señor Brecht en el
Salón Dorado, Salomé) (1995)
Ensayos
• Discusión crítica a «La “crisis” del marxismo»
• Las palabras y los días (1989)
• Ser escritor (2005)
• Desconsideraciones (2010)
Otros[
• El oficio de mentir, entrevistas con María Fasce (1997)
• Diarios (1954-1991) (2014)
Reportaje
(por María Esther Gilio), fragmento
-¿Qué es la poesía para usted?
-No es un género, no es escribir versos, es una actitud frente
al mundo. Cuando uno lee novelas como El gran Meaulnes, de
Alain Fournier, está ante un objeto poético. El Adan
Buenosayres, de Marechal, está atravesado en todo sentido por
la poesía. Los cuadernos azules, de Adán, son la obra de un
poeta que escribe en prosa.
-Pensemos un poco en Jorge Luis Borges...
-Yo no creo que Borges sea un gran poeta cuando escribe en
verso, gran poeta en el sentido en que lo son Vallejo o Neruda.
Siempre hay en su poesía algo de prosista, de hombre que sabe
escribir verso, pero que no es poeta. Sin embargo, hay zonas
de su prosa que son hondamente poéticas.
-¿Cuándo podemos decir «he aquí un poeta»?
-Yo diría que el poeta lo es por su manera de situarse ante el
mundo.

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