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Estos dos conceptos son muy importantes en nuestra vida cristiana debido a

que con ellas alabamos y bendecimos el Santo nombre de Jesús, pero existe
mucha confusión en este término ya que ambas tienen la finalidad de exaltar su
grandeza.

Primero analizaremos la palabra alabanza.


Alabanza viene del vocablo hebreo halal “alabar, celebrar, glorificar, cantar,
alardear”. Este significado se puede aplicar en muchos casos por ejemplo,
cuando quieres destacar las virtudes de una persona la estas alabando, pero
no te quiero hablar de este tipo de alabanza sino la que se le da al
Todopoderoso.

La alabanza es un acto de gratitud por todo lo que Dios hace en nuestras vidas,
además porque Él es el único de recibirla. Cuando alabamos a Dios le estamos
dando el lugar que le corresponde, le estamos honrando y le estamos
glorificando.

La alabanza puede ser por medio de un escrito, puede ser a través de la


oración o la más conocida por medio de las canciones. Algunos ejemplos de
alabanza son los siguientes:

 “Señor, ¡Qué grande eres!”; “¡Qué bueno es el Señor!”


 ¡Cuán grande es Él!”; “¡Grande eres tú!; ¡Grandes son tus obras!”; “¡Tu
fidelidad es grande!”; etc.
 Alabad a JAH, porque él es bueno; cantad salmos a su nombre, porque él es
benigno. (Sal. 135:3)
Recuerda que debemos alabarle en todo momento porque Él siempre ha sido
bueno con cada uno de nosotros.
Ahora veamos la palabra adoración.
La palabra adoración (proskuneo) es “postrarse delante” o “arrodillarse
delante”. La adoración es un actitud del espíritu.

La adoración es un encuentro profundo con el Señor, con su Espíritu. A través


de ella puedes encontrar a Dios, sentir su abrazo y sobre todo descansar en su
presencia.

Adorar significa postrarse ante Él y en ese momento le estas diciendo que sin
su presencia no eres nada, que Él es más grande que cualquier cosa. La
adoración viene de lo más profundo de nuestro corazón.

Juan 4:23-24 (RVR1960)


Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Este versículo nos habla que no solo le adoremos con palabras sino con toda
nuestra vida, con toda el alma y con todo el espíritu.

Podemos adorarle por medio de la alabanza, en la oración, en la lectura de la


Biblia en todo momento.

Entonces, podemos deducir que la abalanza va acompañada de la adoración la


única diferencia es que en la adoración entregas todo y la alabanza puede ser
un medio por el cual puedes adorarle.

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