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TRABALENGUAS

Tres tristes tigres,


tragaban trigo en un trigal,
en tres tristes trastos,
tragaban trigo tres tristes tigres.

A Cuesta le cuesta
subir la cuesta,
y en medio de la cuesta,
va y se acuesta.

Cuando yo digo Diego,


digo digo,
y cuando digo digo,
digo Diego.

Yo compré pocas copas,


pocas copas yo compré,
como yo compré pocas copas,
pocas copas yo pagué.
El rey de Constantinopla
Se quiere descontantinopolizar
el que lo descontantinopolice
buen descontantinopolizador será.

RIMAS

Esta mariposa
Anda por la plaza,
Se posa en las flores,
Vuela hasta su casa.

Este gusanito
Anda por el piso
Entra al agujero
Que él mismo hizo.

Este gato blanco


Anda por el pasto
Y de un solo salto
Vuelve a su canasto.

Esta nube rosa


Anda por el cielo,
Baja hasta la plaza
Y remonta el vuelo.

Este pajarito
Anda por las ramas,
Se mete en el nido,
Se acuesta en su cama.
Este oso blanco
Anda por el polo,
Juega con la nieve
Cuando está muy solo.

Adivinanza: el coco

Tiene ojos y no ve,


tiene agua y no la bebe,
tiene carne y no la come,
tiene barba y no es hombre

Adivinanza: el aguacate

Agua pasa por mi casa,


cate por mi corazón.
El que no lo adivinara,
será un burro cabezón

Adivinanza: la manzana

Somos verdes y amarillas,


también somos coloradas,
es famosa nuestra tarta,
y también puedes comernos
sin que estemos cocinadas
Adivinanza: la pera

Blanca por dentro,


verde por fuera.
Si quieres que te lo diga,
espera

Adivinanza: el limón

Agrio es su sabor,
bastante dura su piel
y si lo quieres tomar,
tendrás que estrujarlo bien.

Chistes
Retahilas
1- Cro-cro cantaba la rana

Cro-cro cantaba la rana,


cro-cro debajo del agua,
cro-cro pasó un caballero,
cro-cro con capa y sombrero,
cro-cro pasó una criada
cro-cro vendiendo ensalada.

2- Marinero
Marinero que se fue a la mar y mar y mar,
Para ver que podía ver y ver y ver y
Lo único que pudo ver y ver y ver,
Fue el fondo de la mar y mar y mar.

3- El que se fue a Sevilla perdió su silla


El que se fue a Sevilla
Perdió su silla,
El que se fue a León
Perdió su sillón.
4- Sana sana, colita de rana (para curar una herida)
Sana, sana, colita de rana
Si no sana hoy sanará mañana.

6- Mientras el Lobo no está

Jugaremos en el bosque mientras el lobo no está

Porque si el lobo aparece a todos nos comerá.

¿Lobo estas ahí?

Fábulas

La liebre y la tortuga
Una vez, una liebre se burlaba de las patas tan cortas y de la
lentitud al caminar de una tortuga, sin embargo, esta no se quedó
callada y se defendió lanzando una risa y diciéndole a la liebre: –
Puede que seas muy veloz amiga liebre, pero, estoy más que
segura de que podré ganarte una carrera.
La liebre, sorprendida por lo que le dijo la tortuga, aceptó el reto
sin pensarlo dos veces, ya que ella estaba muy segura de que
ganaría a la tortuga a ojos cerrados. Entonces, ambos propusieron
a la zorra, que fuese ella quien señalase el camino y la meta.
Días después, llegó el esperado momento de la carrera, y al sonar
la cuenta de tres, se inició la carrera de estos dos contendientes.
La tortuga no dejaba de caminar y caminar, pero a su lento paso,
avanzaba tranquilamente hacia la meta.
En cambio la liebre, corrió tan rápido que dejó muy atrás a la
tortuga. Al darse la vuelta y ya no verla, la liebre vió seguro su
éxito sobre la carrera y deicidió echarse una siesta.
Poco después, la liebre despertó y vió si por atrás seguía sin llegar la tortuga, pero al mirar
hacia la meta, vió a la tortuga muy cerca de la final, y en un intento desesperado por correr
lo más veloz que pudo, la tortuga llegó y ganó.
Moraleja: la enseñanza es que las metas se consiguen poco a poco, con trabajo y esfuerzo.
Aunque a veces parezcamos lentos, el éxito llegará siempre.
También nos muestra que no tenemos que burlarnos de las personas por sus defectos físicos,
ya que pueden ser mejores en otros aspectos.
Esta fábula tiene un gran valor educativo, ya que hacer las cosas bien hechas es importante
en la educación y para ello es necesario ser pacientes.
El león y el ratón
Érase una vez un león que estaba descansando en la
selva, después de un día de caza. Era un día caluroso y
solo le apetecía dormir.
Cuando se encontraba más cómodo, llegó un ratón
haciendo mucho ruido. El león era tan grande que ni si
quiera se percató, pero el ratón empezó a subir por su
nariz.
El león se despertó con muy mal humor, empezó a
gruñir, y agarró al ratón, preparándose para comerlo.
“¡Perdóname!” suplicó el pobre ratón. “Por favor déjame ir y algún día seguramente te lo
pagaré”.
Al león le resultó divertido pensar que un ratón podría alguna vez ayudarlo. Pero fue generoso
y finalmente lo liberó.
Algunos días más tarde, mientras acechaba a una presa en el bosque, el león quedó atrapado
en la red de un cazador.
Era incapaz de liberarse y rugió fuerte para pedir ayuda. El ratón reconoció la voz y acudió
rápidamente para ayudarlo. Mordió una de las cuerdas que ataban al león y este se liberó.
Entonces el ratón dijo:
“Incluso un ratón puede ayudar a un león”.
Moraleja: no menosprecies lo que pueden hacer los demás. Aunque parezca lo contrario
todos te pueden ayudar.
La cigarra y la hormiga
Una cigarra cantaba y disfrutaba durante el verano. Día tras
día se despertaba tarde y sólo se dedicaba a cantar, hasta
que un día algo le llamó la atención.
Un grupo de hormigas pasaban por debajo de su rama
cargando pesadas porciones de comida sobre su espalda,
entonces la cigarra bajó de su rama y le preguntó a una.
-Amiga hormiga ¿por qué trabajas tanto?-
-El invierno se acerca, debemos guardas provisiones para
poder pasar la helada- respondió la hormiga.
A lo que la cigarra luego dijo:
-¡Bah! Trabajar tanto es para bobos, haz como yo, canta y
disfruta del verano.
La pequeña hormiga sin decir más nada siguió su camino. En
los siguientes días, la cigarra seguía cantando y muchas veces componía canciones que se
burlaban de su amiguita la hormiga.
Pero un día, la cigarra despertó y ya no era verano, el invierno había llegado.
La helada era la peor de todas en muchos años, trató de abrigarse con hojas de su rama, pero
no pudo. Hambrienta buscó comida, pero no encontró nada.
Entonces recordó que su amiguita hormiga había estado guardando provisiones durante el
verano y se dirigió a su hormiguero, tocó la puerta y la hormiguita salió. Entonces dijo:
-¡Hormiga, ayúdame; tengo hambre y tengo frío, dame refugio y comida!
-¿Pero qué estuviste haciendo todo el verano cigarra?- preguntó la hormiga.
-Cantar y bailar- contestó la cigarra.
-¡Pues si eso hiciste en el verano, ahora baila en el invierno!- Dijo la hormiga y cerró la puerta.
Mientras, la cigarra arrepentida se alejaba reflexionando sobre la lección que había aprendido.
Moraleja: la vida consiste en trabajar y descansar. No puedes descansar demasiado porque
más tarde puedes encontrar consecuencias negativas.

Pedro y el lobo
Había una vez un niño llamado Pedro que era pastor y se
llevaba todo el día caminando con sus ovejas.
Un día estaba tan aburrido que comenzó a preguntarse cómo
divertirse. Entonces se le ocurrió gastar una broma, diciendo
que un lobo estaba cerca. Dijo:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Ayuda!
Los vecinos del pueblo acudieron rápidamente con palos para
ahuyentar al lobo, pero cuando llegaron al árbol donde se
sentaba Pedro, lo encontraron riendo a carcajadas. Pedro
decía:
¡Ja ja ja! ¡Os lo habéis creído!
Los vecinos se fueron a sus casas pensando que era una broma y que no pasaba nada.
Otro día, de nuevo Pedro se encontraba aburrido y volvió con la misma broma:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socoro! ¡Socoro!
Los vecinos volvieron a acudir rápido, con sus palos y preparados para hacer frente al lobo.
Pero se volvieron a encontrar a Pedro riendo, que reía y decía:
¡Os lo habéis vuelto a creer! ¡Qué incrédulos! ¡Ja ja ja!
Esta vez los vecinos pensaron que la broma no era tan graciosa y se fueron malhumorados a
sus casas.
Otro día, Pedro estaba caminando con sus ovejas cuando escuchó un ruido entre los
matorrales. No le dio importancia, pero rápidamente un lobo salió empezó a perseguir a sus
ovejas. Pedro empezó a pedir ayuda:
-¡Que viene el lobo, que viene el lobo! ¡Socorro!
Los vecinos lo escucharon pero no prestaron atención, ya que pensaban que era otra broma
de Pedro.
El lobo pudo atrapar a algunas de sus ovejas y se las llevó para comerlas con su manada.
Moraleja: no mientas, ya que puede que los demás no te crean cuando digas la verdad.

El cuervo y el zorro
Había una vez un cuervo que descansaba en un árbol, tras haber
logrado robar un queso de la ventana de una casa.
Cerca caminaba un zorro que olió el fuerte aroma, vio al cuervo y le
dijo:
-¡Hola! Qué buen día hace, además tu plumaje es muy bonito. Le
queda muy bien.
El cuervo se sintió muy bien con lo que le dijo el zorro. Le entraron
ganas de cantar para celebrarlo, abrió el pico, pero entonces dejó
caer el queso.
El zorro, sonriendo, corrió hacia el queso y lo atrapó con la boca
antes de caer al suelo.
Moraleja: presta atención cuando alguien te dice cosas bonitas.
Puede que sea por interés.

CUENTO

1. TRES RATONES ENVIDIOSOS

Había una vez tres ratones muy envidiosos, querían todo para ellos solos. Pero
cuando llegaba a visitarlo un vecino, ellos escondían todo el queso que tenían
guardado.

De pronto se acercó un gato muy peludo, asomó su nariz en el agujero y los ratones
envidiosos se arrinconaron muy asustados. Cuando gritaron, el vecino los escuchó y
se acercó al gato lleno de valor y como pudo lo alejó de la puerta. Quedó tan
cansado el pobre ratón que los envidiosos salieron a agradecerle el favor y por fin lo invitaron a comer.

Todos felices disfrutaron de un estupendo platillo de queso y entre risas recordaban al gato que corrió muy
enojado.

FIN

2. EL GATO DORMILON

Había una vez un gato muy dormilón que se pasaba los días y las tardes enteras
echado en el sofá. Siempre se preguntaban que es lo que hacía para quedar tan
exhausto, pero nadie lo veía haciendo otra cosa que no fuera descansar.

Una noche su dueño tuvo la idea de ir a buscarlo y ver si también dormía toda la
noche, pero mientras bajaba la escalera pudo verlo… ahí estaba él, sentado
frente al acuario, viendo cómo dormía la tortuga. Sólo se quedó allí mirando en silencio a su gato, despierto y
sereno estaba cuidando el sueño de su amiga tortuga.

Al día siguiente pudo verlo como de costumbre, durmiendo en el sofá y entonces pudo comprender el porqué de
su sueño durante el día, pero no notó que la tortuga también lo cuidaba desde su sitio.

FIN

3. EL SEÑOR ZAFIRO

Cuento Corto para niñas y niños, escrito por: Yeison Andres Rincon Diaz

Había una vez un señor con un nombre muy bonito, se llamaba Zafiro. A Zafiro le gustaba vender papaya,
zapotes, etc.

Él era un hombre honrado y trabajador, le gustaba ayudar mucho a las personas


que lo necesitaran. Era investigador del núcleo de las células y los números de
matemáticas.

Realizaba estas labores porque quería ser alguien en la vida. Realmente, lo que
más le gustaba y tenía el gran sueño de ser escritor y lo consiguió gracias a su
tesón, a su continuo trabajo duro, su esfuerzo y su afán de superación.

FIN

4. UNA NIÑA QUE SE SENTIA SOLA

Cuento Corto para niños y niñas, escrito por: Duarte Ivana

Había una vez una niña que se sentía sola, quería un animalito para jugar y quererle.

Los padres de la niña le dieron una sorpresa y se levantaron temprano para comprarle un perrito y sorprenderla,
querían que fuera muy feliz. Llegaron con el perrito y le pusieron en la cama de la niña sin que ella se diera
cuenta, después de unos minutos la niña se levantó.
La niña se puso a pensar:

– “¿Soñé con un perrito?”

Y nada más decir esto escuchó un ladrido y ahí estaba el perrito, bajo
la sabana. Ella se puso súper contenta y dijo que nunca más jugaría
sola.

Y colorín colorado este cuento a terminado.

FIN

Uga, la tortuga
¡Caramba, todo me sale mal!, se lamentaba constantemente Uga, la tortuga. Y no era para menos:
siempre llegaba tarde, era la última en terminar sus tareas, casi nunca
ganaba premios por su rapidez y, para colmo era una dormilona. ¡Esto
tiene que cambiar!, se propuso un buen día, harta de que sus compañeros
del bosque le recriminaran por su poco esfuerzo. Y optó por no hacer
nada, ni siquiera tareas tan sencillas como amontonar las hojitas secas
caídas de los árboles en otoño o quitar las piedrecitas del camino a la
charca. –“¿Para qué preocuparme en hacerlo si luego mis compañeros lo
terminarán más rápido? Mejor me dedico a jugar y a descansar”. – “No es
una gran idea”, dijo una hormiguita. “Lo que verdaderamente cuenta no es
hacer el trabajo en tiempo récord, lo importante es hacerlo lo mejor que
sepas, pues siempre te quedarás con la satisfacción de haberlo conseguido.
Refranes
Versos

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