Literatura infantil: miedo, brujas, ogros y autocensura – por Luis Alemany son los que deciden qué libro
den qué libro se va a leer». No hay censura «antes de» pero sí
hay muchos «oye, dale una vuelta al capítulo seis porque es muy bestia». Dubravka Ugreic contaba en alguna de sus novelas que, en el viejo Sus palabras recuerdan a las noticias que llegan de vez en cuando idioma serbocroata, no se usa «este bebé duerme como un angelito»; se usa desde Estados Unidos y que informan de la decisión de retirar del currículo «este bebé duerme como si lo hubieran degollado». ¿Aún se dice así? La frase, escolar tal o cual clásico porque es demasiado violento o porque se considera tan brutal, suena graciosa de lo anacrónica que es ahora que el problema, para que ofende a los creyentes, a los negros, a las enfermos... La penúltima vez fue muchos, es la sobreprotección de los niños. con Matar a un ruiseñor de Harper Lee. Esas cosas que ocurren en EEUU... ¿O El principio de este cuento está en una entrevista con el escritor peruano también pasan aquí? Santiago Roncagliolo, hace un año, en la época en la que publicó La noche de «Éste es un tema que me escandaliza», dice el escritor Jordi Sierra i Fabra. los alfileres. Aquella era una novela sobre adolescentes dirigida a adultos en la Con su experiencia, saltamos de la literatura para niños a la de adolescentes, en que los críos se comportaban con refinadísima crueldad... Y eso, sin ser mala la que es el autor de más éxito de España. «El problema está en los AMPAS de gente. los colegios. Los profesores están muertos de miedo porque, si recomiendan un En aquella entrevista, Roncagliolo dejó caer una frase: «Ahora, cuando libro en el que salga una de las palabras prohibidas, gay, lesbiana, orgasmo o escribo libros para niños, ¡no me dejan poner malos!». Ni brujas, ni ogros, ni aborto, saben que habrá alguna familia que les monte un lío espantoso. De modo bestias... La culpa, explicaba, la tenía el afán de la sociedad por crear que se autocensuran. Y detrás de ellos, las editoriales se autocensuran y los una burbuja para los hijos a costa de obligar a los escritores a crear literatura escritores se autocensuran. Yo he visto que me devolvían 600 ejemplares de un apática. libro porque salía la palabra orgasmo. Me quedé sin un premio porque en otra Marinella Terzi, que es autora de libros para niños y que ha sido editora, novela aparecía la palabra aborto. Lo gracioso es que no había ningún aborto también está de acuerdo pero con matices. El problema, en su opinión, no son en la trama. A mí me da igual porque escribo 10 libros al año y los editores saben los villanos. «Hoy se escriben muchísimas brujas porque el género fantástico ha que no cambio ni una coma. Pero el escritor que hace un libro al año, si no corta, crecido mucho». El problema está en las situaciones concretas, las conductas, los no cobra». giros del argumento... «Los editores están muy pendientes de los libros que se ¿Para qué sirve un malo? «El villano, tradicionalmente, era un personaje distribuyen en las escuelas; los libros de prescripción, más que los de consumo. que servía para diferenciar el bien y el mal. Lo propio de la literatura infantil es En esos casos van con muchísimo tiento por no contrariar a los profesores, que que la representación del mal venía sin aristas, los personajes estaban completamente polarizados», explica Silvia Álava, psicóloga infantil. «Eso tenía de hadas ayuda a que los niños resuelvan sus problemas relacionados con la un sentido: conseguir que los niños empezaran a ser críticos» avaricia, la envidia, la vanidad y otros sentimientos indeseables. Los niños leen Álava también cree que, en este momento, «el mayor error es la estos cuentos y se identifican inconscientemente con los personajes, proyectan sobreprotección» y que, sin malos, «los niños no aprenden competencias lo que hay de bueno en ellos sobre los héroes y, después, proyectan sus malos emocionales y tardan más en alcanzar su autonomía moral». Tardan más en ser sentimientos sobre los villanos. De modo que hay una lucha en la que la bruja o autocríticos, en saber cuándo se portan bien o se portan mal. el ogro deben morir. De esa manera, se simboliza el triunfo de los valores Pero también hay matices que aclarar. Primero: los malos deben existir, positivos sobre los negativos. El niño, al final, se sentirá bien consigo mismo». pero también «puede ocurrir que sean tan crueles que traumaticen a los «Por eso, la madrastra de Blancanieves es un ejemplo de vanidad. Se lectores». Cuidado con eso. Y segundo: «Tiene que ganar el bueno. Siempre. El pasa el día ante el espejo: 'Espejito, espejito, ¿quién es la más bella?'. Después, descubrimiento de que en la vida, los malos a veces ganan tiene que venir un planea asesinar a su hijastra... Con el ogro de Las habichuelas mágicas ocurre lo poco más adelante». mismo en relación a la codicia. Los dos personajes deben morir para que el niño Ese argumento conduce hasta La bruja debe morir (Destino), un ensayo tome conciencia de sus impulsos de vanidad y codicia». Pero, para morir, tienen de Sheldon Cashdan que estudia los significados profundos de los cuentos que vivir antes. tradicionales. «Eso de la literatura sin malos... Me parece una mala idea. Todas esas brujas y personajes maléficos existen por una razón sencilla: el mundo está lleno de personajes detestables, desde los matones que acosan a sus compañeros en el colegio hasta los tiranos que gobiernan países. La literatura, la infantil y la de adultos siempre han descrito la lucha entre el bien y el mal, ésa ha sido una de sus funciones». Y hay más motivos: «El editor que inste a sus autores a escribir libros sin villanos, historias purificadas, «se va a encontrar con un catálogo de libros planos que no le interesarán a ningún niño. Piense en Harry Potter sin Lord Voldemort». Vamos a los ejemplos prácticos: «Estoy convencido de que la literatura tiene una función psicológica. En La bruja debe morir muestro que los cuentos