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CÓMO CULTIVAR TOMATES

Tomates: secretos y sabores


El tomate es el rey de las hortalizas. Disfrazado de un rojo furioso, fresco y tentador,
nos regala ese sabor tan particular, tan único, y así es como se transforma en
compañero esencial de ensaladas, carnes y todo tipo de comidas. No hay más
palabras: ¡Descubre cómo cultivar tomates en tu huerto en casa!
Historia
Perteneciente a la familia de las Solanaceae y, dentro de ésta, a la
especie Lycopersicon esculentum, el origen de esta planta se remonta al México del
siglo XVI, donde la hortaliza, que hasta entonces crecía en los huertos y era
considerada como “mala hierba” comenzó a ser consumida. Muy pronto, el tomate
cruzó el charco y así fue como llegó a España e Italia, donde fue adoptado con
rapidez e incorporado al menú mediterráneo. Sin embargo, esto no ocurrió en otros
países europeos, donde el tomate fue utilizado en las farmacias hasta los primeros
años del siglo XIX.
En la actualidad, el tomate es uno de los productos más consumidos a nivel mundial.
Existen muchas variedades, los hay pequeños y grandes, rojos y amarillos, redondos
y con forma de pera. Cada vez hay más y muchas de estas variedades responden a
las nuevas necesidades del mercado, que obliga a desarrollar opciones más
resistentes a las enfermedades, como es el caso de los híbridos F1.

Sin embargo, si se trata de cultivar tomates en nuestro huerto, nos encontraremos


con un proceso sencillo aunque cuidadosamente diseñado que requiere de nuestra
atención para así lograr los mejores resultados. Después de todo, basta con ser un
simple comensal para descubrir las diferencias entre un tomate en su punto justo y
uno muy maduro o bien con aquéllos con demasiados añadidos químicos y poco
sabor, viejos y agrietados, simplemente poco amigos de nuestro paladar.

La siembra
El tomate es una planta que puede ser cultivada en todo tipo de huerto. Es posible
sembrar las semillas directamente en la tierra o bien optar por un almácigo, es decir
una maceta o bandeja en donde la planta comenzará a crecer para luego ser
trasplantada cuando tenga aproximadamente 15 cm. Sea cual sea la elección, lo
importante es contar con suelos ricos en nutrientes, algo que es posible lograr
tratando la tierra con compost o estiércol animal (de vaca, caballo, oveja, etc.). En el
caso de suelos pobres en nutrientes, siempre está la opción de realizar un abono de
cobertera una vez que las plantas están creciendo. Otro aspecto importante es la
exposición al sol. Hablamos de una planta que necesita de los rayos solares para
crecer por lo que debes elegir cultivarla sólo si tienes un huerto con al menos seis
horas de sol al día.

Si eliges la primera alternativa, la mejor época para la siembra es al final de la


primavera. En ese caso, lo primero que hay que hacer es esparcir las semillas en el
suelo para luego cubrirlas con 1 cm. de tierra. Luego hay que cubrir la zona con una
manta o con una lámina de plástico para así crear el clima ideal para que la planta
crezca como si estuviese en un invernadero. Ahora bien, si prefieres la siembra en un
almácigo, puedes comenzar el proceso al inicio de la primavera, colocando dos o
tres semillas en una bandeja de alveolos previamente cubierta con turba. Para
acelerar la germinación, cubre la bandeja con un plástico sin cerrarla del todo para
que tenga cierta ventilación. Luego de dos o tres semanas, es hora de trasplantar
la planta al huerto.
El riego
Al igual que sucede con cualquier otro cultivo, el tipo de riego es esencial para el
buen crecimiento del tomate. Si bien es una hortaliza “apta para todo público”, el
riego encierra algunos secretos pues la planta es muy sensible tanto al exceso como
a la falta de agua. Al momento de regar, se recomienda verter bastante cantidad de
agua pero evitando el exceso de humedad. El truco es sencillo: no regarla
frecuentemente pero sí ser generosos al hacerlo.

Lo mejor será realizar el riego por la mañana o luego de la puesta del sol, evitando
el momento antes de la recolección. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las
hojas de la planta son muy sensibles a las enfermedades y es por eso que es muy
importante no mojar sus hojas.
Plagas y enfermedades
Entre las plagas y enfermedades más comunes del tomate están la Araña roja, la
Mosca blanca, el Pulgón, los Gusanos de suelo, la Ceniza, la Alternariosis del tomate
o diferentes virus y bacterias. Es más común que aparezcan en plantas de tomate de
invernadero que en aquéllas cultivadas al aire libre. Para evitar plagas y
enfermedades se recomienda:

– Optar por cultivar el tomate junto a otros cultivos (rotación de cultivos).

– Inspeccionar el suelo con asiduidad para controlar el nivel de plagas y eliminar


restos de cultivo y malas hierbas.

– Realizar una desinfección del suelo y de las estructuras previa a la plantación.

– Eliminar las partes infectadas de la planta.

– Usar pesticidas con moderación.

– Optar por cultivar variedades resistentes a ciertas enfermedades.

La Poda
La poda de formación es la elegida para el cultivo del tomate. Esta práctica se realiza
unos 15 días luego del trasplante y cuando aparecen los primeros tallos laterales, los
cuales son eliminados junto a las hojas más viejas para así airear el cuello de la planta.
Estacar o amarrar la planta a medida que crece es una tarea a tener en cuenta para
así controlar su crecimiento y evitar que los frutos lleguen al suelo pues se trata de
una planta trepadora.

Además, se recomienda quitar los brotes que se asoman entre las axilas de las hojas
para así evitar que la planta crezca en forma desordenada pues entonces los tomates
serán mucho más pequeños y de una menor calidad. A medida que los tomates
crecen, también es aconsejable retirar las hojas para así facilitar la aireación y evitar
que las hojas tapen el sol a los frutos.

La cosecha
La cosecha del tomate comienza hacia las 10 o 12 semanas luego de la siembra. Es
escalonada y se realiza a medida que los tomates comienzan a madurar. Es
importante recolectar los frutos antes de que lleguen las primeras heladas. Si algunos
aún están verdes, lo mejor será recogerlos igual y luego depositarlos sobre paja en
una habitación, aislados de otros cultivos, para así continuar con su proceso
madurativo.

El tomate, el rey de la escena


Más allá de las recomendaciones generales, el cultivo de tomate encierra algunos
buenos consejos y tips que vale la pena tener en cuenta para lograr los mejores
resultados:

– En muchos huertos, se realiza un acolchado conformado por turba, composta o


mantillo de hoja para así conservar la humedad, evitar la aparición de malas hierbas
y mantener el suelo rico en nutrientes.
– Para detectar la madurez de un tomate, se recomienda abrir el fruto y verificar que
las semillas no se corten al realizar el corte. Además, debe haber material gelatinoso
en al menos un lóculo y debe estar formándose en otros.

– Para reconocer la calidad del tomate basta con observarlo detenidamente y


verificar que tenga: una forma armoniosa dependiendo del tipo de tomate, un color
uniforme, que sea firme al tacto y que tenga una apariencia lisa y sin grietas o
cicatrices, quemaduras de sol, daños por insectos o suturas.

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