Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
En esta clase retomaremos algunas cuestiones que vimos en las clases anteriores: la
concepción relacional del género y las transformaciones que se han ido produciendo en lo que
concebimos como “masculino” y “femenino”. También, algo que en la clase cuatro dimos
cuenta como “micromachismos” y cómo aparece todo esto en nuestras prácticas docentes.
Antes de avanzar sobre la expresión de masculinidades en la escuela, haremos una breve
conceptualización sobre este enfoque que es bastante reciente en los abordajes pedagógicos.
En primer lugar, los Estudios de Masculinidad en un principio fueron resistidos entre quienes
realizaban estudios de género al sospechar que de alguna forma se volvía a insertar una
perspectiva masculina (falsamente universal) o sesgo androcéntrico, disfrazada de mirada
crítica. Si la Historia estaba contada por el varón, blanco, heterosexual y propietario, ¿qué
sentido tendría volver a pararse en sus zapatos? Esta desconfianza tenía su razón de ser: el
protagonismo casi exclusivo del varón en todas las disciplinas alertaba de volver a caer en las
trampas del sujeto hegemónico. Otra sospecha, remarcaba que el origen de estos Estudios
no se encuentra en relación con un movimiento social de varones como el feminismo con las
mujeres o los estudios de las diversidades sexuales con el colectivo LGTTTBI. A diferencia de
estos colectivos que crearon teoría para explicar su opresión se puede decir que en torno a
las masculinidades la reflexión precedió a los grupos de concienciación masculina como los
Página | 1
Especialización en Educación y Derechos Humanos
Por último, hay que señalar que existen grupos o búsquedas en torno a la problematización
de las masculinidades que tienen distintas concepciones, pero todas las organizaciones que
nuclean a varones surgen como reacción contra o apoyo al movimiento de Mujeres y a los
grupos feministas.
Durante el siglo XX y a partir de nuevas condiciones históricas surgieron los llamados ‘nuevos
movimientos sociales’, siendo el movimiento feminista uno de los más presentes y potentes.
Durante los años 60-70 del siglo pasado se extendió por el mundo, creándose organizaciones
que agrupaban a decenas de miles de mujeres cuyas movilizaciones por la igualdad jurídica,
por los derechos sexuales y reproductivos y contra la violencia machista se extendió por todo
el planeta. Algunas de sus reivindicaciones, consolidaron alianzas con otros movimientos de
lucha y partidos políticos en donde encontraron apoyo de algunos varones y resistencias de
parte de otros.
Los primeros hombres en organizarse y movilizarse ante el auge del movimiento feminista,
no obstante, fueron aquellos que percibieron que las reivindicaciones feministas cuestionaban
los privilegios del varón y amenazaban con destruir las bases morales del matrimonio y de la
sociedad. Se apeló a la conservación de las (buenas) tradiciones, para impedir que se
destruyera la familia, el amor casto, el orden social, la educación cristiana de los hijos, etc…
Este primer movimiento de hombres ‘contra las mujeres’ contó con gran apoyo y financiación
en sectores ultraconservadores y fundamentalistas, lo que ayudó a su repercusión mediática.
Los “derechos” de los hombres estaban en peligro y había que reaccionar ante el abuso de
las feministas. Este tipo de expresiones sigue vigente donde se confunden privilegios con
derechos.
Aunque hoy no existen más que grupos marginales que expresan abiertamente su odio a las
feministas llamándolas “feminazis”, la creencia de que el movimiento feminista “amenaza” al
conjunto social circula con mayores sutilezas: Se aceptan ciertas reivindicaciones en aras a
la razonable igualdad, pero sin que esto llegue a denunciar los privilegios masculinos y sin
cuestionar las bases del patriarcado. Algunos de estos varones se nuclean en colectivos
Página | 2
Especialización en Educación y Derechos Humanos
masculinos que se señalan como víctimas de los abusos de las feministas (radicales) y
postulan que deberían recuperar la dignidad perdida.
Esta simplificación no pretende indicar que solo existen dos corrientes, sino que a partir de
estos dos enfoques sobre el feminismo surge una gran variedad de propuestas para pensar
la condición de ser varón y de construir y habitar alguna forma de masculinidad en la
actualidad. Aquí nos orientaremos hacia aquellos abordajes críticos que pretenden reflexionar
sobre la construcción y deconstrucción de la masculinidad hegemónica (MH) y las formas
alternativas de vivir las masculinidades (en plural), especialmente en lo que hace a los
ámbitos escolares.
Página | 3
Especialización en Educación y Derechos Humanos
En estos mandatos se percibe además el carácter de la masculinidad como algo que se tiene
que probar: la conquista de la masculinidad precisa pruebas, es necesario “hacerse” hombre
junto a otros hombres y a través de ritos de pasaje que en nuestra cultura se asociaban en
una época a la colimba, y en tiempos más recientes a las luchas y otras competencias
deportivas grupales pero también a las formas en las que se inician sexualmente los jóvenes
en el consumo de prostitución que separa lo corporal de lo emotivo y se convierte en una
insignia de “virilidad” o en las formas en las que a veces los varones son llevados a mostrar
sus “conquistas” como si fueran verdaderos trofeos de una competencia.
Esta idea de pasar por pruebas para forjar la masculinidad permea relatos
culturales. Les proponemos ahora visionar este comercial de una fragancia
destinada al público masculino, se titula “El Llamado” ¿Qué rasgos del MMT
aparecen parodiados en el spot asociados al Hombre-hombre?
https://youtu.be/kRGhTOVsshA
Si el MMT se basa en la construcción de una y solo una forma de ser varón, esta masculinidad
se constituye como hegemónica y anula o invisibiliza otras formas de expresarla. La MH es
histórica y contingente, es decir que cada sociedad postulará una forma ideal de ser varón:
en nuestras sociedades esta se liga al éxito y al dinero, al status y la actividad sexual
inagotable, también a la independencia emocional y hasta cierta reserva en mostrar
necesidades afectivas.
Es importante resaltar que estas construcciones hegemónicas no son reales, sino que se
imponen como formas ideales muchas veces difíciles de alcanzar para la mayoría de los
varones en formación. Así es como se puede comprender que el sistema patriarcal oprime no
solo a las mujeres y a los sujetos de sexualidades disidentes sino también a los varones
heterosexuales a quienes históricamente exige que sacrifiquen, por ejemplo la posibilidad de
expresar ternura en pos de mantener su lugar de poder. Por supuesto, que afirmar que el
sistema patriarcal oprime a todas y todos no pretende victimizar a todos los sujetos ni
desresponsabilizar a quienes se encuentra en posición dominante sino intentar comprender
cómo los lugares a los que el sistema nos destina moldea parte de nuestras acciones y
Página | 4
Especialización en Educación y Derechos Humanos
La mayoría de los varones que conozco, de muy diversa edad y condición, afirman
sin pensárselo dos veces que las mujeres en estos momentos tienen prácticamente
las mismas oportunidades que los hombres para hacer lo que quieran. Algunos llegan
incluso a decir que las mujeres juegan con ventaja porque pueden alcanzar puestos
importantes simplemente por las cuotas y no por sus méritos.
Esa opinión pone de manifiesto hasta qué punto la masculinidad es un poder: sólo
quien tiene poder puede negar sus propios privilegios y los perjuicios que estos
causan a otros (otras, en este caso), y no sufrir ninguna consecuencia adversa por
esa negación.
Página | 5
Especialización en Educación y Derechos Humanos
(…)
Los privilegios masculinos, como cualquier fenómeno social, son algo complejo. En
una cultura de supremacía masculina, todos los varones tenemos privilegios, aunque
no queramos ser sexistas o machistas (no conozco a ningún hombre que diga
abiertamente que lo sea). Los privilegios son los mismos para todos aunque,
lógicamente, tomen formas diferentes dependiendo del contexto y de diversos
aspectos de la identidad de cada uno. (…)
Harían falta muchísimas páginas para hacer una descripción de todas las formas en
las que los hombres nos aprovechamos de los privilegios masculinos en perjuicio de
las mujeres en nuestra vida diaria. Aquí me voy a limitar a contar varios ejemplos
de cómo yo mismo me he beneficiado y me sigo beneficiando de algunos de esos
privilegios en mi vida. No hay que perder de vista en ningún momento que, en este
contexto, a cada beneficio masculino le corresponde un perjuicio para las mujeres.
Solo que, dado el objeto de este artículo, he querido resaltar más aquellos que estos.
Página | 6
Especialización en Educación y Derechos Humanos
Página | 7
Especialización en Educación y Derechos Humanos
(…).
Esto es una cuestión ética (…) por muy bonito que se quiera pintar, renunciar a
privilegios es objetivamente una pérdida de poder. Hay decisiones éticas en las que
lo principal que se gana es la propia dignidad como persona. Y renunciar a los
privilegios masculinos es una de ellas.
(http://www.unaasambleadehombres.blogspot.com/)
Completo en http://www.stopmachismo.net/contraprivi.pdf
Bien, llegadas/os aquí, la pregunta podría ser ¿cómo transformar este orden de cosas?
Quienes trabajan en Estudios de Masculinidades apuestan a varias estrategias centradas
principalmente en las instituciones formadoras: la familia y la escuela, aunque como ya hemos
visto en la clase anterior, los medios constituyen un potente -y a la vez contradictorio- difusor
y formador de discursos. Sin embargo, es necesario señalar que es en la escuela donde se
puede dar sentido tanto a las prácticas y discursos que circulan en los intercambios personales
como mediáticamente. Así lo entiende el sociólogo Erick Pescador Albiach que trabaja hace
casi ya dos décadas en el Proyecto Ulises de intervención sobre las masculinidades en el
ámbito escolar. Él afirma que “la masculinidad solo es diversa cuando se trabaja sobre ella y
se cuestionan críticamente sus características ancestrales” (2012:38). Este autor considera
además, que solemos trabajar en la inclusión y en la búsqueda de equidad entre sujetos que
han sido históricamente discriminados como mujeres y diversidades sexuales, pero no
hacemos la revisión de cómo estos cambios también afectan la posición de los varones
heterosexuales que ven hoy cuestionados sus privilegios heredados.
Página | 8
Especialización en Educación y Derechos Humanos
Para reflexionar…
Página | 9
Especialización en Educación y Derechos Humanos
Bibliografía Básica
Tufró, F y Huberman, H (2012) “4. Masculinidades”, “5. Proceso de socialización de los
jóvenes” y “6. Estereotipos de género” en Modelo para armar. Nuevos desafíos de las
masculinidades juveniles, pp. 12-20 de Asociación Civil TRAMA.
Bibliografía Complementaria
Connell, R. (2001) “Educando a los muchachos: nuevas investigaciones sobre masculinidad y
estrategias de género para las escuelas” en Nómadas (Col), núm. 14, abril, 2001, pp. 156-
171, Universidad Central, Bogotá, Colombia.
Pescador Albiach, Erick (2012) “Cambio de las masculinidades desde la educación” en José
Ángel Lozoya José María Bedoya (comps.) Voces de hombres por la igualdad de género.
Recuperado de https://vocesdehombres.wordpress.com
Viñals, V (2015) “Masculinidades o cómo hacerse hombre en tiempos del feminismo” en Diario
UChile, 24/01/2015
Página | 10
Especialización en Educación y Derechos Humanos
Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0
Página | 11