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Sabemos que no hay recetas que permitan operar sobre una realidad dinámica,
cambiante y compleja. Cada comunidad, cada escuela, cada situación presenta sus
particularidades y anhelamos que la posibilidad de intercambio que ofrece la
modalidad de cursada virtual a través de los foros, nos permita recuperar las
experiencias de cada uno de ustedes como insumo primordial desde donde cimentar
nuevos caminos que conduzcan a la posibilidad de diseñar proyectos
institucionales de cuidado.
En esta primera clase vamos a revisar nuestras ideas acerca de “las drogas”, “el
consumo de sustancias” y/o “las adicciones”, para arribar a una definición del
problema que nos ayude a orientar nuestras acciones de prevención en la escuela.
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Para esto, les proponemos que intenten colocar entre signos de interrogación todas
las creencias, concepciones y certezas que tienen, o que escuchan cotidianamente,
acerca del consumo de sustancias. Vamos a analizar esas miradas desde las que
veníamos pensando esta temática para intentar construir nuevas, más complejas,
relacionales e integrales que nos acerquen a prácticas preventivas que tengan como
premisa central el acompañamiento y cuidado del otro.
Introducción
El uso de drogas es una práctica, que durante siglos estuvo integrada socialmente.
Graciela Touzé (2010), licenciada en Trabajo Social y especialista en Ciencias
Sociales y Salud, explica que el consumo de sustancias psicoactivas con diferentes
objetivos se remonta a épocas muy antiguas. Ya desde la prehistoria se utilizaban
plantas con fines rituales, mágicos o como remedio.
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Este breve recorrido histórico nos permite dar cuenta de que el consumo de
sustancias o “el problema de las drogas” es un fenómeno social e histórico, que se
ha manifestado de modos diferentes en cada época según la cultura, las
significaciones subjetivas y las sustancias. Sin embargo, muchas veces se concibe
como un problema atemporal y ahistórico y se llevan a cabo intervenciones como si
se tratara de “recetas universales”.
Por eso, para un análisis crítico sobre el tema, creemos necesario revisar las
representaciones, imágenes, estereotipos y prejuicios que circulan en nuestra
sociedad en relación con las drogas y los consumidores, trazando sus vinculaciones
con las prácticas que suelen llevarse a cabo para prevenir y/o intervenir sobre el
problema.
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Las representaciones sociales son saberes compartidos por los grupos sociales
acerca de un objeto de nuestra realidad. Las construimos y reconstruimos en
nuestras prácticas sociales para, de este modo, comprender y manejarnos en
nuestra realidad cotidiana (Moscovici y Hewstone, 1985). Son creencias que
orientan nuestros comportamientos, por eso algunos autores las caracterizan como
saberes prácticos (Jodelet, 1985). Allí radica su interés y su importancia para el
estudio cuando queremos abordar temáticas de promoción y prevención de la
salud. Conocer las representaciones acerca de las drogas permite comprender cómo
nos comportamos frente a este problema. Al mismo tiempo, el análisis de nuestras
prácticas nos brinda elementos de esas representaciones.
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El fetichismo de la sustancia
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El foco en la sustancia:
Cuando se
La comunidad educativa
escucha
Previene:
“La droga es un
flagelo.”
Transmitiendo información a los jóvenes que
advierta sobre todos los riesgos y daños que
“La droga entró en
produce cada sustancia en el cuerpo.
la escuela.”
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El foco en el sujeto:
Cuando se
La comunidad educativa
escucha
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El foco en el contexto:
Cuando se
La comunidad educativa
escucha
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mala junta.”
“Es la manzana
podrida del grupo.”
Cuadros extraídos del documento de la SEDRONAR (2016): Orientaciones para el abordaje de los
¨Lineamientos curriculares para la prevención de las adicciones¨.
En línea con el planteo de los expertos españoles Domingo Comas Arnau y Javier
Arza Porras (2000) podemos definir la problemática desde un modelo de carácter
multidimensional. Los autores plantean que cualquier uso de drogas se produce
siempre por una interacción entre esos tres elementos que enumeramos más arriba
y que ellos denominan como “subsistemas” caracterizados del siguiente modo:
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● Los procesos individuales del sujeto que toma posición ante la sustancia.
“Desde este modelo podemos observar cómo los efectos de una sustancia no
tendrán que ver únicamente con sus características farmacológicas, sino también
con las características del sujeto que la consume, el contexto en el que se
produce esta relación entre el sujeto y la sustancia y el momento histórico en el
que acontece la interacción” (Comas y Arza, 2000:238).
Quién la consume: diferencias por edad, género, sector social. El sentido que
tiene el uso de sustancias para una persona se inscribe en su historia singular.
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Niveles de consumo:
Por otra parte, es importante poder relevar y diferenciar los niveles de consumo, en
tanto no todos ellos son adicciones, como suele pensarse desde los estereotipos
descriptos.
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En este sentido, a partir de esta nueva definición, se puede comprender por qué
desde un modelo multidimensional hablamos de “consumos problemáticos” en
plural. El objetivo es incluir tanto a las sustancias legales como a las ilegales, así
como también ciertas conductas y prácticas. Entendemos que esta categoría
engloba todas las problemáticas que tratamos y permite dar cuenta de su
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De esta manera, podemos decir que para planificar estrategias de cuidado desde
una perspectiva compleja y de derechos necesitamos tener claro cuál es nuestro
punto de partida, como una especie de "diagnóstico de situación" que sea nuestro
mapa para guiar el camino que vamos a recorrer. Para eso tenemos que responder
las preguntas: qué se consume, quién lo consume, cómo, cuándo y dónde. Pero
poniendo el acento principalmente en las características
subjetivas y contextuales para poder identificar el significado que puede tener
ese consumo. Eso nos permite determinar si se trata de un uso, un abuso o una
dependencia, y discriminar si estamos ante un consumo problemático o no. ¿Por
qué es importante esto? En palabras de Graciela Touzé, es fundamental porque
considerar a un chico que hace un uso como un adicto, e intervenir en función de
eso, puede ser “iatrogénico”. Es decir, generamos más daños que los beneficios que
queremos producir. Entre otras cosas, sostener el estereotipo que ubica a cualquier
consumidor como un “adicto”, promueve prácticas sociales que contribuyen a la
estigmatización social y a la exclusión de estos sujetos.
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Considerando todos los puntos anteriores, debemos decir que desde una
perspectiva de salud comunitaria es indispensable planificar las intervenciones para
estos fenómenos de manera integral, abordando la problemática como totalidad,
teniendo en cuenta la multidimensionalidad que los define e involucrando a todos
los actores sociales con los que sea posible contar. Hablar de intervención
comunitaria en el ámbito educativo implica pensar el problema de los consumos
problemáticos con toda la comunidad educativa. Pero, a su vez, entendemos que
debemos lograr trascender los muros de los establecimientos para poder tender
redes con otras instituciones (centros de salud, clubs sociales y deportivos, centros
culturales, etc.) del territorio en donde se encuentran nuestras escuelas. Estamos
convencidos de que esos son los mejores caminos que podemos construir para dar
algunas respuestas a los problemas de nuestros/as jóvenes, adolescentes y
niños/as ante los consumos problemáticos de sustancias.
Es en este sentido que, para trabajar desde la escuela, no solo es necesario conocer
respecto de la problemática sino que resulta muy importante saber acerca de los
sujetos hacia los cuales van dirigidas estas acciones y asumir las características
específicas del ámbito en el cual trabajamos. En este caso la escuela con sus
incuestionables límites pero también con sus extraordinarias potencialidades.
Este video nos sirve como puente con la siguiente clase. En ella profundizaremos
nuestras reflexiones para pensar a nuestros jóvenes, adolescentes y niños en el
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ACTIVIDADES
¿Quiénes son?
¿Dónde viven?
¿Dónde trabajan?
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¡Los esperamos!
Bibliografía
Bibliografía sugerida
Bibliografía de referencia
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Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0
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