ANÁLISIS DE LA LEY 43/90 Y EL CÓDIGO DE ÉTICA DE IFAC.

Básicamente las dos normas tratan de dar las pautas y reglas que debe aplicar un contador
público en Colombia, con lo cual en muchos casos son parecidos, pero en el código de ética
de IFAC, logramos identificar mejor el campo de aplicación por poseer un contenido más
explícito.

Aspectos para destacar en el surgimiento de estos códigos. Es que la ley 43/90 proviene del
sector público y el código publicado por IFAC se desprende del sector privado, por tal motivo
el código de ética internacional se moldea y adapta en diferentes naciones para el beneficio
de la globalización. Mientras que el 43/90 cada vez está más rezagado y solo tiene validez y
aplicación en el territorio colombiano.

En ambos códigos existe la necesidad de satisfacer todas las necesidades, las cuales
garanticen el cumplimiento de los objetivos, pero el solo hecho de implementar y publicar
las normas a seguir, no, nos garantiza un actuar y un proceder cien por ciento ético de los
profesionales contables. por lo que pienso que siempre debe existir un ente disciplinario
que sirva también como un buen guía y para esto en mi opinión, se ve mejor respaldado
para instruir al profesional contable con aquellas definiciones, explicaciones y casos en el
actuar del profesional contable, contenidas en el código de ética de IFAC.

Para tal fin IFAC nos brinda los siguientes principios: integridad, objetividad, competencia
profesional y debido cuidado, confidencialidad, comportamiento profesional y estándares
técnicos. Mientras que por otro lado la ley 43/90 nos suministra diez principios: integridad,
objetividad, independencia, responsabilidad, confidencialidad, observaciones de las
disposiciones normativas, competencia y actualización profesional, difusión y colaboración,
respeto entre colegas y conducta ética.

Para esta aplicación la ley 43/90 es general y de obligación, para todos los contadores
públicos, mientras que el código de ética internacional dimensiona la aplicación de este en
tres partes, dependiendo el sector en el cual este desarrolla la profesión (contadores
profesionales, contadores profesionales en ejercicio profesional púbico y los contadores
profesionales empleados).

Viendo la estructura de estos dos códigos, resaltamos la guía que ofrece el cogido de ética
internacional, en su marco conceptual, como nos enseñanza los principios éticos y también
con aquella finalidad de conocer las amenazas que se presentan en el cumplimiento de los
principios y aplicar aquellas medidas que contrarresten dichas amenazas. Por otro lado la
ley 43/90 no posee un marco teórico por lo que su contenido puede ser un poco vago para
identificar el sin número de amenazas que van surgiendo en el sistema contable y que debe
ser constante su restructuración para estar a la altura.

en cuanto a las similitudes que podemos destacar de la estructura de estos dos códigos,
hacemos énfasis en referenciar como el código de ética internacional ve a las relaciones
familiares como una de las amenazas principales que atentan contra la buena ética que
debe mantener un contador público, pues este puede perder evidentemente su
independencia mental para beneficiar a sus familiares, por otro lado la ley 43/90 nos dice
que el contador público debe cuidar su ética y evitar realizar trabajos, si, con las partes
contratantes se puede determinar una relación de hasta de cuarto grado de
consanguinidad, primero civil, y segundo de afinidad o si intervienen relaciones que lo
vinculen económicamente, así como amistades intimas o enemistades, o también cualquier
otro motivo que lleve al contador a perder su independencia mental u objetividad.
En cuanto a la parte de honorarios percibidos por el profesional contable en ambos código
el contador es libre de estimar sus honorarios y no se establece ninguna tarifa general o
algo parecido.
Generalmente puedo decir que los dos códigos son similares en su estructura, ambos
buscan brindar las pautas para tener una ética correcta en el desarrollo de la profesión
contable, aunque uno mejor ilustrado que el otro, no deja de llamar la atención que el
fraude y las faltas éticas de los profesionales van en alza y se han convertido en el pan de
cada día.