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19 de Septiembre de 2015
Un poco de historia
Algunos datos o fechas son aproximados, realmente no se sabe a ciencia cierta por quien
y cuando fue descubierta. Para algunos autores fueron los Chinos en el siglo IIX, quienes
la utilizaban para fuegos artificiales, o sea para fines pacíficos; pero otros datos dicen que
los árabes le daban uso bélico hacia fines del siglo XIII.
Durante la Edad Media, los mayores investigadores eran los monjes de los conventos,
estos justamente y por ese motivo se le atribuye al monje inglés Roger Bacon en el año
1242 como el primer registro de la pólvora negra. Sus componentes básicos son: Salitre
(NO3K), Carbón (C) y Azufre (S). Los porcentajes de esta primitiva y revolucionaria pólvora
eran: Salitre 37.5%, Carbón 31.25% y Azufre 31.25%.
Se supone con cierta lógica que durante largos años de investigaciones y pruebas no
deben haber sido pocos los accidentes, debido a fuertes y repentinas explosiones,
causadas por la falta de experiencia en el manejo de las diferentes cantidades de cargas
usadas, como también los débiles tubos que hacían las veces de cañones.
Finalmente Bertold Schwartz da una composición a la pólvora: Salitre 44%, Carbón 29% y
Azufre 27%.
Se estima que el año 1325 es el primer indicio del uso de la pólvora con fines bélicos en
Europa.
Características
La pólvora sin humo es un compuesto químico, a diferencia con la pólvora negra que es un
compuesto físico.
Las características principales son que el oxígeno necesario para la combustión parte de
una mezcla de productos químicos, razón por la cual no deja residuos sólidos sino que
solamente gases y vapores; también comparada con la pólvora negra produce tres veces
más energía a igual peso. Otra de las características son el tamaño y forma de los granos,
con el cual se va a controlar la velocidad de combustión acorde al tipo de arma que la
utilizará. Las formas mas comunes son: esféricos, cilíndricos, tubular, mono y
multiperforadas, etc.
Municiones
La Pólvora
Uno de los descubrimientos que cambiaron al mundo
Autor: Rafael Carlos Polari Fecha de publicación: 02/10/2014
Auspicia: Rafael Carlos Polari
El hombre a través del tiempo ha ido forjando en forma permanente el presente y el futuro.
La pólvora es sin lugar a dudas, uno de esos descubrimientos en que perfectamente hay
un punto de inflexión, o sea un antes y un después.
Un poco de historia
Algunos datos o fechas son aproximados, realmente no se sabe a ciencia cierta por quien
y cuando fue descubierta. Para algunos autores fueron los Chinos en el siglo IIX, quienes
la utilizaban para fuegos artificiales, o sea para fines pacíficos; pero otros datos dicen que
los árabes le daban uso bélico hacia fines del siglo XIII.
Durante la Edad Media, los mayores investigadores eran los monjes de los conventos,
estos justamente y por ese motivo se le atribuye al monje inglés Roger Bacon en el año
1242 como el primer registro de la pólvora negra. Sus componentes básicos son: Salitre
(NO3K), Carbón (C) y Azufre (S). Los porcentajes de esta primitiva y revolucionaria pólvora
eran: Salitre 37.5%, Carbón 31.25% y Azufre 31.25%.
Se supone con cierta lógica que durante largos años de investigaciones y pruebas no
deben haber sido pocos los accidentes, debido a fuertes y repentinas explosiones,
causadas por la falta de experiencia en el manejo de las diferentes cantidades de cargas
usadas, como también los débiles tubos que hacían las veces de cañones.
Finalmente Bertold Schwartz da una composición a la pólvora: Salitre 44%, Carbón 29% y
Azufre 27%.
Se estima que el año 1325 es el primer indicio del uso de la pólvora con fines bélicos en
Europa.
Características
El moderno propelente llamado pólvora negra, PN, compuesto por Salitre, Carbón y
Azufre, tiene varias características particulares, siendo la principal que al estar en un
recinto cerrado y encenderse, esta se inflama rápidamente, generando una gran cantidad
de gases y consecuentemente la gran elevación de presión y temperatura.
2. Higroscópica.
Debemos dejar bien en claro que la pólvora, en este caso la negra, como también así la
pólvora sin humo, contrariamente a lo que normalmente se cree, esta no es un explosivo,
sino que es un propelente, que tiene la propiedad que al encenderse en un lugar cerrado,
genera una gran cantidad de gases, debido a esto aumenta la presión y la temperatura
dentro de la recámara del arma y justamente, este violento aumento de la presión es lo
que dará impulso al proyectil, enviándolo a lo largo del cañón.
Los procesos químicos que se producen durante la combustión son muy complejos; los
residuos contienen principalmente dióxido y monóxido de carbono, nitrógeno, sulfato de
potasio, carbonato de potasio y vapor de agua. El caso del sulfato de potasio al
combinarse con el vapor de agua produce ácido sulfúrico, sustancia esta que es altamente
corrosiva. Esta es la causa por la cual hay tan pocas armas antiguas conservadas en buen
estado, que no han sido atacadas por la corrosión.
Con el correr de los años aparecieron nuevos compuestos que en su mayoría no pasaron
de pruebas experimentales:
Pólvora blanca: Creada por Bertholet en el año 1785. Algunos de sus componentes fueron
reemplazados, por ejemplo el salitre por clorato de potasio, siendo su fórmula la siguiente:
Sus principales características eran que dejaba muy pocos residuos, pero era altamente
corrosiva debido al clorato y, también muy sensible, causas por las cuales no tuvo mucho
empleo.
Pólvora marrón o parda: Fue la última evolución de la pólvora negra después de casi 650
años. Fue creada en 1880 y sus prestaciones superaban ampliamente lo conocido, tuvo la
contra que su aparición fue contemporánea de la pólvora sin humo, por lo cual no tuvo
mucha aplicación. Su fórmula era la siguiente:
Salitre: 78%
Carbón rojo: 19%
Azufre: 39%
Finalizado el tema de la pólvora negra, nos quedaría por mencionar dos propelentes con
características similares: Amidpulver y Ammonpulver. Digamos que pulver significa pólvora
en alemán.
Salitre: 40 a 45%
Nitrato de amonio: 35 a 38%
Carbón: 14 a 22%
Dicha fórmula se mejoró sensiblemente pasando a tener una reducción de salitre del 14%
y un aumento del carbón del 49%, quedando de la siguiente manera:
Salitre: 38%
Nitrato de amonio: 35%
Carbón: 30%
Ammonpulver: Era otra variante de la pólvora negra pero en base a nitrato de amonio (80 a
90%) y carbón.
De todos modos tenía algunos puntos en contra; necesitaba un iniciador más potente para
su encendido; se debía mantener la forma exterior del grano en forma permanente, de lo
contrario había importantes cambios en la velocidad de combustión y la generación de
presiones. Era extremadamente higroscópica, razón por la cual se debía tener cuidado con
su almacenamiento y transporte. No toleraba grandes cambios de temperatura, con un
mínimo de humedad en los granos a temperaturas inferiores a 0° C, se generan cristales
de hielo que hacían frágil al grano. Por encima de los 32° C, se producía una
recristalización de los granos, en especial el nitrato de amonio, en estas condiciones se
trituran los granos. Un cartucho que se disparase con los granos pulverizados generaba
altísimas presiones que podían destruir las armas y a quienes las rodeaban.
Luego de aproximadamente 750 años de su creación, la pólvora negra tiene hoy en día
gran cantidad de adeptos tanto para la caza como para el tiro deportivo, también tiene una
gran aplicación en el campo militar. Por lo tanto su fabricación es totalmente
industrializada.
Partiendo como se dijo de la materia prima correcta (nitrato de potasio, carbón vegetal y
azufre) se produce a pulverizarlos; luego son mezclados en grandes tambores rotativos,
una vez homogeneizada la mezcla se le agrega agua en un 10%. Dicha pasta se la
comprime en grandes prensas hidráulicas, moldeándose así un producto llamado "tortas".
Luego dichas tortas pasan por un secadero, una vez secas se las tritura hasta obtener los
granos, los cuales se los tamiza para obtener los diferentes tamaños y se les quita el
polvo. Estos granos de pólvora se los hornean a 40° C, se los vuelve a colocar en
tambores rotativos donde toman la forma redondeada, se les agrega grafito, son
nuevamente tamizados y finalmente envasados para su comercialización.
Veremos brevemente como se desarrolla a través de los años la pólvora sin humo y luego
la analizaremos.
Ampliando lo anterior diremos que a partir de 1840, en Francia se descubrió que tratando
sustancias orgánicas con ácido nítrico se obtenían sustancias explosivas, que eran muy
inestables. Ya a fines de 1845 un suizo llamado C. F. Schombein, descubrió que el
algodón tratado con ácidos nítrico y sulfúrico y luego lavándolo obtenía un elemento
bastante estable y manipulable. Así nació en 1846 el algodón pólvora o nitrocelulosa,
también llamada de base simple. Dicho elemento tenía la característica de arder
rápidamente lo que impidió su uso inmediato debido a la rotura de las armas. Su aplicación
comenzó en 1865, cuando se logró estabilizar la nitrocelulosa lavándola con agua fría y
caliente hasta neutralizar los ácidos y así modificar la estructura interna.
En 1862 y en plena época de grandes ensayos y cambios llega la pólvora Schultze, que
era una mezcla de aserrín con ácidos nítrico y sulfúrico. Se la utilizó mayoritariamente en
escopetas y se la llamó "semi-smokless" (semi-sin humo). Estaba pensada para cargas
iguales a la pólvora negra, pero era de combustión mucho más rápida, motivo este por la
cual no se la utilizó en fusiles.
La pólvora de base doble llega en 1887, consiste en mezclar algodón pólvora con
nitroglicerina. Dicha mezcla dio como resultado un propelente de gran calidad, ya que las
presiones de combustión son menores que el algodón pólvora. También se lo conoce con
el nombre de Balistita. El lado desfavorable es que debido a las altas temperaturas en
armas automáticas, como las ametralladoras, deteriora con gran frecuencia los cañones.
Características
La pólvora sin humo es un compuesto químico, a diferencia con la pólvora negra que es un
compuesto físico.
Las características principales son que el oxígeno necesario para la combustión parte de
una mezcla de productos químicos, razón por la cual no deja residuos sólidos sino que
solamente gases y vapores; también comparada con la pólvora negra produce tres veces
más energía a igual peso. Otra de las características son el tamaño y forma de los granos,
con el cual se va a controlar la velocidad de combustión acorde al tipo de arma que la
utilizará. Las formas mas comunes son: esféricos, cilíndricos, tubular, mono y
multiperforadas, etc.
Base simple: Compuesta por nitrocelulosa (algodón con ácidos nítrico y sulfúrico) y un
pequeño porcentaje de nitrógeno (13%). Su temperatura de combustión es relativamente
baja, con el cual se preservan las armas, no es afectada por los cambios de temperaturas,
pero la humedad puede hacer variar su rendimiento. Es la menos potente de las pólvoras,
generalmente utilizada en armas largas.
Base triple: Es una variante de la pólvora de base doble. En un caso se le agrega a esta
nitroguanidina, en otro se reemplaza la nitroglicerina por trinitrato de trigicol. La función de
la nitroguanidina no solo reduce el fogonazo, sino que aumenta su potencial balístico. La
aplicación de pólvoras de base doble se da más en armas cortas, debido a que la
combustión se produce con mayor rapidez. Es el caso de una pistola semiautomática que
necesita una mayor velocidad de combustión para generar rápidamente altas presiones,
imprescindible para que el proyectil adquiera altas velocidades en cortos cañones y con
poco paso de estrías.
Para tener una idea más clara de lo importante que resulta una mayor superficie de
quemado en un grano de pólvora, imaginemos tener un grano de pólvora de 1 cm³,
tendríamos una superficie de combustión de 6 cm², ahora bien, si cortáramos nuestro cubo
en pequeños cubitos de una décima de milímetro de lado (0.10 mm), obtendríamos
1.000.000 de dichos cubitos por 0.06 mm² cada uno, o sea que 1.000.000 de cubitos por
0.06 mm² de superficie, nos da una superficie total de quemado de 600 cm². Este simple
ejemplo nos demuestra que solamente con modificar la forma de los granos de pólvora, sin
alterar la cantidad de la misma, el comportamiento en cuanto a generación de gases y
presión es totalmente distinto, debido simplemente a la mayor superficie de quemado.
Vivacidad: La vivacidad de las pólvoras es una definición muy difícil de expresar. Puede
expresarse como la facilidad de una pólvora para arder. También si nos referimos a una
carga determinada como lo inverso del tiempo de combustión.
Se la clasifica en 5 ítems:
Combustión estricta: Cuando esta finaliza antes que el proyectil abandone la boca del
arma.
Combustión completa: Cuando la misma finaliza antes que el proyectil abandone la boca
del arma.
Combustión incompleta: Cuando el proyectil abandona la boca del arma y aún quedan
granos de pólvora por quemarse.
Densidad de la carga: Para obtener un mayor o menor impulso del proyectil, debemos
pensar en la composición química, tamaño y forma de los granos y cantidad de pólvora.
Justamente a la cantidad de pólvora es la que se denomina como densidad de la carga.
Como definición podemos decir que es la relación entre el peso del propelente, en alguna
unidad de peso y el volumen de la cámara de combustión, también en alguna unidad de
volumen, el resultado de esta ecuación es característico de cada arma / cartucho. Cuando
decimos volumen de la cámara de combustión nos referimos a la vaina con la punta en su
lugar, como primera cámara de combustión, luego que el proyectil avanza ya parte del
cañón pasa también a ser cámara de combustión El resultado de dicha ecuación depende
de dos variables, si decimos que el volumen de un cartucho es constante, entonces vemos
que al variar la densidad de la carga variará indefectiblemente la presión y por ende la
velocidad del proyectil.
Cobertura retardante: Son productos químicos que se le aplican a los granos de pólvora,
a fin de reducir la velocidad inicial de combustión. Uno de los productos más usados es el
grafito, principalmente para mejorar el escurrimiento de los granos entre sí, también para
eliminar las cargas de corriente estática que se genera a partir de la propia fricción entre
ellos y finalmente y más importante como elemento retardante de la combustión. Además
del grafito, algunos de los elementos más usados como retardadores son el sulfato de
potasio, dibutil-eftalato, criolita, etc.
Un efecto que no fue previsto inicialmente, pero que en definitiva dio muy buenos
resultados, es que al bajar notablemente la temperatura inicial de la combustión, se redujo
también la erosión de los cañones de las armas, alargando así su vida útil.
Como último dato digamos que la unidad de medida del peso de la pólvora es el grain.
Proviene de granos, que antiguamente era la forma de medir la cantidad de pólvora usada
en una determinada carga. Actualmente el grain es una unidad de peso y su equivalencia
es: 1 gramo = 15.43 grains, o 1 grain = 0,064 gramos. Nótese lo pequeño que es la unidad
grain, y por ende la especial atención que debe ponerse para dosificar la carga de pólvora,
puesto que un descuido o error puede derivar en gravísimos accidentes.
A modo de ejemplo vemos que la carga del poderoso 9 mm Luger, dependiendo del peso
de la punta varía entre 3.7 y 4.7 grains, del mismo modo el .45 ACP oscila entre 4.5 y 5.5
grains; para armas largas, tenemos un fusil Mauser calibre 7.65 mm, 45 grains, Fusil
calibre 7,62mm 43 grains, escopeta calibre 12 34 grains.
1gn = 0.064799 g
Fabricación: Al igual que lo expresado para la fabricación de la pólvora negra, la pólvora
sin humo requiere de modernas instalaciones, dotadas con las últimas tecnologías,
personal altamente calificado y por sobre todo bajo la supervisión de organismos oficiales.
Se deben tener estrictos controles en cuanto a la seguridad. Cada uno de los procesos
deben ser controlados con sumo cuidado y teniendo en cuenta las pequeñas tolerancias
con que se trabaja en cuanto a tiempo y temperaturas.
Podemos decir que la gran diferencia entre la pólvora negra y la pólvora sin humo es que
la primera no tiene ley de combustión. O sea que no hay forma de poder controlar la
velocidad de combustión mas allá del tamaño de los granos, a diferencia de la pólvora sin
humo que si se puede controlar y en forma muy precisa dicha velocidad, no solo con la
granulometría sino también con aceleradores o retardadores, elementos que bajan la
temperatura, apagan la llama entre otros.
Como comentario final podemos agregar que, bajo ningún concepto se puede emplear
pólvora sin humo, cualquiera sea su tipo, en armas de avancarga o retrocarga, que
originalmente fueron concebidas para utilizar pólvora negra. Las altísimas presiones que
genera la pólvora sin humo respecto de la pólvora negra, sumado a la diferencia en la
resistencia de los aceros de armas antiguas respecto de los modernos, pondría en serio
riesgo de una violenta explosión no solo la integridad de las armas, sino también a los
tiradores y ocasionales espectadores.
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