Sie sind auf Seite 1von 11

Efialtes, el pastor deforme que guio a

los persas a masacrar a los 300


espartanos en las Termópilas.
La versión más mitificada presenta al pastor como una persona deforme y jorobada que
se salvó de ser arrojado desde el monte Taigeto porque sus padres se negaron a cumplir
las estrictas leyes espartanas

La leyenda de los 300 espartanos defendiendo el paso de las

Termópilas el plan del rey espartano Leónidas y el de los

aliados que le acompañaban era frenar en esa estrecha posición

al monumental ejército persa durante semanas e incluso meses.

Los griegos no tenían ningún plan b por el momento. Sin

embargo, la resistencia se alargó solo un par de días y, a pesar de

las enormes bajas persas, no supuso un gran obstáculo en el

camino de Jerjes hacia Atenas , que terminó saqueada. ¿Por

qué falló el plan espartano tan pronto? La leyenda culpa a un

pastor traidor de señalar un atajo para rodear el paso. A un


hombre presentado como un deforme en la película de «300»:

«¡Efialtes alza tu escudo!».

El Caín de todo mito nacional

Efialtes se incluye en la larga lista de villanos que vendieron a

sus países y a sus compatriotas por un saco de monedas de oro o

un cargo político. De los asesinos de Viriato a la

célebre Malinche que acompañó a Hernán Cortés en su

incursión por el corazón del imperio azteca… Los mitos

fundacionales necesitan a traidores con sangre local, que,

siguiendo la estela de Caín , abran la puerta a los

enemigos extranjeros y demuestren que la derrota solo fue

posible desde dentro. Así, el mito concluye que los persas

únicamente pudieron superar a los espartanos valiéndose de

trampas y de un traidor. No porque fueran superiores.


Leónidas en las Termópilas, por

Jacques-Louis David

Cuando Jerjes I decidió conquistar la Grecia continental, el plan

de la Liga Helénica –formada por Esparta, sus aliados

del Peloponeso , Atenas y otros estados de la

Grecia central – consistió en combatir con el mayor número de

soldados en el estrecho paso de las Termópilas, mientras una

flota hacía frente a los persas en Artemisio . ¿Por qué

entonces Leónidas se encontró luchando acompañado de una

fuerza tan poco numerosa? Herodoto comenta en varias

ocasiones que solo se trataba de una avanzadilla de un ejército

mayor procedente de toda Grecia .


Las festividades religiosas impidieron que otros griegos se

unieran a Leónidas en un principio. La celebración del festival

dórico de las Carneas , que tenían lugar tras el solsticio

de verano , impedía a los hoplitas acudir a la guerra en esas

fechas. Asimismo, los Juegos Olímpicos Panhelénicos, que se

celebraban cada cuatro años al final del verano, también

entorpecieron los intentos de la Liga Helénica de reunir

un número mayor de efectivos. La competición atlética tenía un

componente religioso que dejaba en segundo plano las

operaciones militares. Incluso cuando los persas incendiaron

Atenas, los juegos siguieron celebrándose

Con todo, los 300 espartanos de Leónidas no fueron los únicos


en Olimpia como si nada.

que se saltaron las restricciones que marcaban las festividades

religiosas y acudieron a las Termópilas . Además de sus

respectivos esclavos ilotas, los espartanos contaban en sus filas

con 2.120 arcadios, 400 corintios, 200 de Fliunte, 80 de


Micenas, 700 tespios, 400 tebanos, 1.000 focenses y 1.000

locrios opuntios. Y en paralelo a esta operación terrestre, la Liga

reunió 271 trirremes (reforzado más tarde con otras 53) y los

dirigieron hacia Artemisio, donde las tormentas estaban

destrozando a la flota persa.

Un pastor llamado Efialtes «pesadilla»

Leónidas logró resistir durante dos días el avance del ejército

del Gran Rey , que se estima en torno a 80.000 hombres,

valiéndose de las ventajas que ofrecía el terreno y de la

superioridad de su infantería. Los griegos detuvieron los ataques

persas situándose estratégicamente en la parte más angosta del

desfiladero (se estima 10 a 30 metros) y levantando allí un

pequeño muro desde el que mantuvieron a distancia a los

invasores. Sin embargo, su flanco sur fue finalmente superado el

tercer día por una fuerza que accedió a esta posición a través del
sendero de Anopea . Y es aquí donde entró en juego aquel

traidor llamado Efialtes, que en griego significa

«pesadilla». Aunque Jerjes contaba con consejeros griegos, no

tenía entre ellos a ninguno con conocimientos sobre ese terreno

concreto, ni mapas de la geografía helena. Necesitaba a alguien

con conocimientos sobre los caminos de cabras.

Representación de soldados persas,

probablemente del cuerpo de los Inmortales


Cuando un pastor procedente de Traquis llamado Efialtes, hijo

de Euridemo , se ofreció a mostrar a los persas un pasaje

oculto en la montaña a Jerjes se le iluminaron los ojos. En la

versión más mitificada, este pastor se representa como una

persona deforme y jorobada que se salvó de ser arrojado desde el


monte Taigeto porque sus padres se negaron a cumplir las

estrictas leyes espartanas. En este sentido, la película

«300» , inspirada en la novela gráfica de idéntico nombre,

representa a Efialtes como un monstruo completamente deforme

que es rechazado por Leónidas cuando se ofrece a ayudarlos

a defender las Termópilas. Como

venganza, Efialtes traiciona a los 300 y se deja agasajar

por Jerjes, quien le ofrece el respeto y la aceptación que jamás

recibió de sus compatriotas.

A cambio de una gran recompensa, Efialtes guió a los persas a

través de una ruta que partía de la Puerta Occidental ,

seguía el valle del Asopo y transcurría por una escarpada

garganta. La ruta pasaba por la ladera de una colina y discurría

por una garganta hasta estrecharse por la espina de los montes

Calidromo (su significado es «hermosa pista de carreras»). El


destino era el Alpeno , el primer asentamiento de la

Lócride , que daba paso a la retaguardia helena. ¿Conocía

Leónidas el riesgo de que los persas descubrieran esta ruta? Sin

duda. El comandante espartano situó aquí a 1.000 hombres de

un contingente focense, cuya población era próxima, para hacer

guardia día y noche y proteger la espalda griega.

El sacrificio de Leónidas

10.000 soldados pertenecientes a la unidad de élite persa de los

Inmortales acompañaron a Efialtes a través de la montaña y

cayeron por sorpresa sobre esta guarnición griega. Cuando

despuntaba el alba, los Inmortales alcanzaron la posición

de los focenses y ambas fuerzas se encontraron por sorpresa.

Rápidamente los persas sacaron sus arcos y pusieron en fuga

a los griegos , pertenecientes a la milicia ciudadana de esta

población. Prefirieron no entretenerse perseguirlos. Por el


contrario, los Inmortales siguieron su camino hacia el paso

defendido por Leónidas .

Al espartano le avisó un desertor y posteriormente un vigía de los

planes persas. Convocado un consejo de guerra, los mandos

espartanos decidieron permanecer a pesar de todo en las

Termópilas con 700 tespios, 400 tebanos y los famosos 300

guerreros. El resto de aliados recibieron permiso para retirarse

del paso y así lo hicieron. Según Herodoto , Leónidas tomó

esta decisión porque el Oráculo de Delfoshabía profetizado que

«o bien Esparta era destruida por el extranjero o bien moría el

rey espartano». Lo más probable, sin embargo, es que creyera

que solo si una parte del ejército se quedaba podría dar tiempo al

resto para que escapara de los persas.


Paso de las Termópilas, hoy. La línea de la costa en tiempos de la batalla

se encontraba donde la carretera

En vísperas del último enfrentamiento, Leónidas « ordenó a sus

soldados que tomaran el desayuno con la esperanza de que

pudiera cenar en el Hades », en palabras de Plutarco .

Mientras encabezaba un contraataque suicida, el rey espartano

fue ensartado por las lanzas persas. Los espartanos no estuvieron

dispuestos a abandonar el cadáver del rey y lucharon hasta el

final a su lado. Según los textos clásicos, «hubo muchos

empujones» para recuperar el cadáver y luego los griegos

rechazaron hasta cuatro ataques en ese punto. Una vez

masacrados los últimos helenos, Jerjes identificó el cuerpo de su


rival, Leónidas, y ordenó que le cortaran la cabeza para colocarla

en una pica. Pretendía así hundir la moral de las filas griegas,

que en Termópilas perdieron más de 1.500 hombres.

Las crónicas helenas se detienen en el envenenado destino de

Efialtes. Cuando meses después la guerra volvió a ponerse en

contra de los intereses persas, Efialtes huyó a Tesalia con

su pequeña fortuna. Se puso precio a su cabeza y, muriendo en

una reyerta a manos de otro hombre de Traquis a quien se le

pagó igualmente al asesino el precio de la recompensa.

Das könnte Ihnen auch gefallen