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Cristian Beltrán Aznárez

Prácticas de laboratorio
Máster en Arqueología y Patrimonio

ESTUDIO PRELIMINAR DE UN
PRECINTO DE PLOMO
Observación directa y técnicas de análisis

INTRODUCCIÓN

La pieza que he elegido para analizar ha sido encontrada fuera de todo contexto
arqueológico por un hallazgo fortuito, con toda la problemática que conlleva. Esto nos
hace hacernos dos preguntas esenciales, de qué materiales está hecha y cómo se efectuó.
Para extraer la información necesaria, primero hay que examinar la pieza de visu, teniendo
en cuenta su morfología, tamaño y posibles alteraciones post-deposicionales. Después se
profundizará para obtener datos de la composición química, a través de la técnica FRX, e
información sobe la técnica usada con una metalografía, si fuera necesario.

En el año 1922, con el descubrimiento de la tumba de Tutankhamon, se detectó


un precinto egipcio (Fig. 1) conformado por una soga tradicional y amalgamado con una
cera en la manija de la puerta que se quiso precintar. Esto podría denominarse como el
inicio de los precintos o sellos de seguridad. En esta primera etapa, los precintos tenían
como material base cera, arcilla o resina, y fueron utilizados en el Antiguo Egipto y en
Mesopotamia (III milenio). Además, normalmente, van a poseer una seña característica
y personalizada que permitía garantizar el origen de la mercancía, documento o carta del
propietario. Pero pronto se cambiaría de material, por el simple hecho de que eran
materiales muy frágiles y podían ser violados fácilmente.

Esta segunda generación de precintos va a estar constituida por materiales más


duraderos en el tiempo, como el plomo o el estaño, metales maleables. Esta segunda fase

1
tendrá un gran auge en época romana, que pudieron observar como el plomo tenía un uso
largo en el tiempo, por lo que lo aplicaron en varios ámbitos de su vida (tuberías,
estatuaria, láminas para escritura, …)1. El precinto romano se podría decir que es el
antecedente a nuestros actuales precintos, ya que su estructura se componía de un círculo
(cabeza) con base plomo, al cual se le realizaba un grabado personalizado2 con unas
tenazas de cierre y, a la vez, dejaban una hendidura por donde pasaría el cordel de cierre.
Este instrumento será, también, el prototipo de los actuales instrumentos utilizados para
encapsular el precinto. Los precintos seguirán siendo utilizados en épocas posteriores,
siguiendo el mismo patrón de grabado único, cordel, y la cabeza del precinto.

Con la llegada de la revolución industrial, el sistema de los precintos va a


originarse en serie y van a ir desapareciendo los grabados complejos de antaño. En
cambio, el material base como el plomo (Fig. 2) seguirá en auge hasta la llegada del
plástico. En la actualidad, los precintos van a ser en su mayoría de plástico por el hecho
de que el plomo va a estar cada vez más en desuso por su alta toxicidad3. Por último, la
autentificación se realiza mediante una numeración, un código de barras o el logo del
cliente, maximizando la seguridad4.

OBSERVACIÓN DIRECTA

Como técnica de estudio se ha estructurado un procedimiento, siendo el primer


paso un examen visual, dimensionamiento y fotografiado de la muestra. En una primera
observación, las características formales del objeto no me permitieron identificarlo con
claridad, al presentarse en un estado de deterioro. Para ello, recurrí al personal docente,
que, con los conocimientos necesarios en materiales arqueológicos, pudieron determinar
que objeto era, un precinto de plomo. Este análisis inicial permitió establecer un
acercamiento a la pieza y su estado de conservación, detectando la presencia de productos
de corrosión adheridos. Por tanto, se puede observar que la pieza está compuesta por dos
tipos de materia distinta, siendo los dos metales, que están conectadas conjuntamente

1
Barrio, J., et al., 2011: 272
2
Pérez L. y Turiel, M., 2011: 338.
3
https://royalpack.com/noticias-precintos-seguridad/prohibicion-de-precintos-de-plomo/gmx-niv18-
con67.htm. En esta página web hace mención de la prohibición del plomo en los precintos, según la
normativa del Parlamento Europeo 2002/95/CE.
4
http://www.enlactecbajio.com/seccion_informativa.php. Progresivas fases en la evolución de los
precintos de garantía.

2
formando una pieza única. La identificación de los metales, de visu puede traer problemas
si no se atiende con detalle a su morfología, alteraciones y coloración.

Como ya se ha comentado, las dos partes de la pieza conforman un precinto de


garantía: una “cabeza” a la que iría atado un alambre, del cual ya no queda prácticamente
nada. Las dimensiones del conjunto en total son de 2,4 cm de largo, de los cuales
aproximadamente 1 cm correspondería a la cabeza y lo restante al alambre. En cuanto al
grosor de la pieza, la cabeza tiene 5 mm. de anchura y el alambre aproximadamente 3
mm. Tomadas las medidas de la pieza, se podría hacer un estudio tipológico en el
hipotético caso de que hubieran sido encontrados más precintos semejantes a éste. Como
no sería el caso, el análisis puede continuar para identificar los posibles materiales que la
componen. Macroscópicamente se pueden intuir los materiales de la pieza, pero
ayudándose de los binoculares, por tanto, una visión más microscópica, se aprecian mejor
las características de éstos mismos. Para ello, se ha utilizado unos binoculares con un
aumento de 2x hasta 4x, con el cual se observó de manera puntual la superficie de las dos
partes que integra el precinto.

Cabeza del precinto: Tiene una forma redondeada y plana tanto en la cara “A” (Fig.
3) como en la B (Fig. 4), además de tener una hendidura de forma más o menos
rectangular que sería la impronta que dejaría la herramienta (tenaza de cierre) utilizada
para presionar la pieza y encerrar el alambre. La cara “A” sería la epigráfica, es decir, la
que debería de poseer la numeración o el grabado identificativo, pero se necesitaría una
debida restauración para poder verla. La cara “B”, por tanto, sería anepigráfica y tendría
como finalidad compactar la pieza. Posee unas características que hacen que se descarten
automáticamente una serie de metales como por ejemplo el hierro, el cobre o metales
nobles como el oro o la plata. Esto se debe, en primer lugar, por su gran peso que a
primeras incluso puede llegar a ser confundido con una piedra.

Al introducir la pieza en los binoculares y observar está determinada zona, se observa


un estrato regular, a modo de patina, que correspondería con uno de los procesos
habituales de alteración de un metal. Esto concuerda con el comportamiento del plomo al
estar en contacto con el aire seco, ya que el O2 modifica su estructura por el proceso de
oxidación (óxido de plomo, PbO) a modo de fina capa que envuelve la pieza (Fig.5) y va
a protegerla del estado de corrosión. En cambio, en contacto con un ambiente húmedo o
en estratos geológicos, el plomo es atacado por los carbonatos (carbonato de plomo II,

3
PbCO3) produciéndose un proceso de deterioro más agresivo que con la oxidación5. La
cabeza del precinto, se podría decir que ha sufrido ambas alteraciones, ya que presenta
una fina capa de color marrón (PbO) que recubre todo el material, mayor proporción, y
empiezan a aflorar una película grisácea producida por los carbonatos (Fig. 6) pero en
menor medida6. Por lo que se podría deducir que la pieza, la mayor parte del tiempo,
estuvo en contacto con el aire seco y no enterrada en un ambiente húmedo.

En cuanto a la hendidura que antes mencioné, se aprecian concreciones en su interior


que seguramente irían precipitando al estar en contacto con los carbonatos del suelo de
donde estuviera depositada. Estos carbonatos tienen un aspecto heterogéneo, con una
coloración marrón y pequeños cristales que, al observarlos con los binoculares, tienen un
brillo característico.

Alambre: Este fragmento que corresponde a una mínima parte de la pieza, se encuentra
en un grado de deterioro mucho mayor que la cabeza del plomo. Su finalidad sería como
cordel para cerrar la mercancía y atravesaría la hendidura realizada en la cabeza del
precinto para que sellarla. A simple vista se puede observar que es un alambre porque
esta constituido por finos “cordeles” enlazados entre sí mismos. Este metal es fácilmente
identificable con el hierro por su forma de oxidación, algo característico en materiales
férricos.

Con la observación mediante los binoculares, se observan mejor como se ha ido


mineralizando hasta el punto que prácticamente el núcleo metálico ha desaparecido. El
hierro tiene un proceso de oxidación muy alto, creándose una costra de orín7 a modo de
patina. Ésta es producida por el contacto directo con el oxígeno y normalmente, en piezas
arqueológicas, se elimina, aunque no siempre sea posible debido a que este ya
mineralizada completamente. Entre los óxidos más comunes del hierro encontramos la
Hematita (Fe2O3), la cual posee un color rojo oscuro igual que el que presenta el alambre
de la pieza. También, se observa unos pequeños cristales de color amarillo en forma de
polvo (Fig. 7), que sería un óxido del hierro debido a una hidratación (a causa de que la
pieza se encontraba en el exterior y por el efecto de la lluvia). Este óxido se le denomina

5
Barrio, J., et al., 2011: 272
6
San Andrés, M., de la Villa, S., 2004: 434.
7
García, S. y Flos, N., 2008: 117.

4
Limonita (Fe2O3-3H2O), por su coloración, y en un estado avanzado consigue quebrar la
pieza hasta destruirla8.

METALOGRAFÍA

La metalografía puede convertirse en una herramienta esencial en la examinación


de metales, ya que aporta información esencial de la fabricación tecnológica del objeto y
ayuda en el estudio de las características estructurales de un metal y las posibles
aleaciones. El análisis metalográfico se debería de hacer en el supuesto de que sea
necesario saber cuáles fueron las técnicas de fabricación de la pieza. Aunque en el caso
del precinto de plomo no arroja tantas dudas como cualquier otro material arqueológico,
ya que, como ya he comentado antes, es una pieza efectuada en el s. XX y por tanto
realizada en serie. Esto quiere decir que se conoce perfectamente como fue fundida,
forjada y moldeada, por el simple hecho de la cercanía en el tiempo y los registros
documentados que pueda haber. El problema de usar esta técnica es que tiene la
desventaja de ser destructiva, y como solo tenemos una única pieza habría que
replantearse bien si se debe utilizar o no. Más adelante, con la técnica de FRX, se podrán
paliar algunas dudas que se tenga de la pieza, y sin necesidad de que sea destruida.

La ejecución de la metalografía debe de seguir unos pasos, normalmente


estandarizados y usados igual en todas las situaciones. A continuación, describo
brevemente las fases de la preparación de la muestra que debería de efectuarse si se llevara
a un microscopio metalográfico. Es necesario ejecutarlos correctamente para que no haya
ninguna deformidad en la superficie de la muestra e impida poder observar con claridad
los procesos que se ejercieron en ella, el granulado del metal, las aleaciones y cómo ha
ido evolucionando el metal.

Primero se debe de realizar la extracción de la muestra, tomándose en una zona


que sea representativa para que aporte la mayor información posible. Por tanto, habría
que seccionar parte del alambre del supuesto hierro y de la cabeza de plomo.
Normalmente puede efectuarse con una sierra o disco abrasivo. Posteriormente, se
embuten las muestras en algún producto como la Bakelita (resina termo endurecible) o
Lucite (resina termoplástica), con el fin de que pueda ser manejable y poder prepararla
adecuadamente, ya que serían muestras pequeñas y, en consecuencia, difíciles de
manejar. Cuando ya estén las muestras correctamente embutidas, se realiza un desbaste

8
García, S y Flos, N., 2008: 118.

5
en la superficie de la muestra para eliminar lo que pueda impedir examinarla,
normalmente se efectúa mediante papeles abrasivos. Se suele hacer en húmedo para que
al frotar no se produzca un calentamiento, ya que puede modificar la estructura del metal.

El último paso consiste en revelar la estructura cristalina de los metales (Fig. 8),
y para ello se tratarán las muestras mediante un abrasivo como, por ejemplo, con Nital al
2% durante 30 s9. Normalmente, se aplica un abrasivo distinto dependiendo del metal que
sea, en este caso si que se puede llegar a saber de visu, pero si no se conocieran, sería
oportuno que primero se mandara a analizar para utilizar el abrasivo correcto.

FLUORESCENCIA DE RAYOS X (FRX)

La Fluorescencia de rayos x (abreviado se conoce como FRX) es una técnica


espectroscópica que utiliza la emisión de rayos x secundarios, o fluorescentes. Esta
emisión se consigue al excitar la muestra (concretamente sus átomos) con otra fuente de
alta energía, que incidirá en ella. En la mayor parte de estudio de metales, es una de las
técnicas analíticas más utilizadas debido a sus amplios resultados.

Para obtener la información sobre su composición química, uno de los métodos


más eficaces y que responde a lo que se quiere averiguar es la técnica de FRX. Se podría
utilizar el modelo ECLIPSE III que se encuentra en el SECYR de la Universidad
Autónoma de Madrid10. Está equipado con un ánodo de plata (Ag), el cual limita la
detección de la plata y del antimonio (Sb) en un 0,20%, y los demás elementos en un
0,02%11. Además, tiene un tiempo de análisis y detección entre segundos y minutos. Es
una técnica idónea para la pieza, ya que puede detectar un amplio abanico de elementos
químicos, que tengan un número atómico (z) superior al 11-13 (más ligeros que el Na,
Mg o Al). En el caso del Pb y el Fe, están dentro de los elementos que puede medir, y
dentro de estos dos, para el Pb (82) se necesita más potencia para que sus electrones sean
expulsados, en comparación del Fe (26).

Es un método que no destruiría el precinto al analizarla, ya que no hace falta una


previa preparación y se puede acomodar al aparato fácilmente, incluso en versiones

9
Villegas, Mª A., et al., 2011: 299. Aplicación del Nital en elementos férricos.
10
http://www.uam.es/UAM/AnálisisCientíficos/1242657096361.htm?language=es&nodepath=An?lisis%2
0Cient?ficos.
11
Guzman, F., 2013: 17-34.

6
portátiles. Por lo tanto, se podría volver a analizar la pieza con otra técnica distinta que
aportase otro tipo de información. Esta técnica podría tener el inconveniente de que solo
detectaría el nivel superficial de los componentes elementales, pero no hace una medida
cuantificada de ellos que, para ello, habría que ser corroborada con el DRX12.

Para un acercamiento a los posibles resultados que se obtendrían, he ideado una


hipotética tabla del análisis químico semicuantitativo (Tabla I). Corresponden
aproximadamente al 100% en peso atómico de los siguientes elementos. La cabeza del
precinto (A), obviamente, tendría una mayor concentración en plomo, y luego menores
concentraciones de estaño y cobre ya que pueden aparecer conjuntamente. En cuanto al
silicio, he añadido un pequeño porcentaje por las pequeñas cantidades de concreciones
que puede llegar a tener. El alambre (B), la mayor cantidad será de hierro y seguramente
contendrá algún tipo de aleación como de carbono (para crear acero).

Tabla I. Hipotéticos resultados de la pieza en su análisis mediante FRX.

Ubicación Pb Fe Sn Cu Si
A 95% - 3% 1,5% 0,5%
B - 98% - - 2%

CONCLUSIÓN

Para concluir este estudio preliminar, quería aportar mis propias observaciones en
cuanto a la datación de la pieza. Como se ha podido ya observar, los óxidos y carbonatos
presentes tanto en el plomo como en el hierro denotan un deterioro medio-bajo, en
comparación con numerosas piezas arqueológicas que se encuentran en un grado bastante
alto de corrosión. Por tanto, ya con esa pequeña observación se descarta que pueda tener
una procedencia de más de 100 años. Además, fue encontrada en la superficie, no se tuvo
que excavar, y los procesos de alteración en contacto directo con el ambiente (aire, lluvia,
calor, etc.) son bastante más agresivos que igual los procesos de estratos arqueológicos.
A simple vista se puede apreciar que, a parte de las alteraciones, tiene una morfología
bastante similar a la de los precintos actuales que son realizados en serie. Entonces, bajo

12
Barrio, J., 2006: 36.

7
mi opinión, el precinto de plomo podría tener una antigüedad dentro de un rango de unos
50-70 años a lo sumo.

En cuanto a otras posibles técnicas de análisis, en este especial caso no sería muy
necesario siempre y cuando la FRX arroje la información necesaria para nuestro estudio.
Pero sí que se podrían aplicar otras diversas técnicas, de más elevado coste, como por
ejemplo el Microscopio electrónico de barrido (SEM) acoplada al EDX. Esta técnica
semicuantitiva, y no destructiva, nos ofrecería una gran cantidad de información tanto
visual como de su composición química. Otra técnica de análisis bastante efectiva en estos
materiales sería la Difracción de rayos x o DRX, la cual analizaría la estructura
policristalina de los minerales que van apareciendo en las superficies del plomo y del
hierro, volviendo a su estado de origen.

En otros estudios de materiales arqueológicos de materiales metálicos se suelen


utilizar, además de FRX, las dos técnicas que he comentado. Por ejemplo, en el estudio
de Barrio, J (2011: 271-283), analizó entre otros restos plomíferos, un frutero de plomo
de época romana (s. II d.C.), procedente del yacimiento de Trigueros (Valladolid). Los
análisis los basó en las técnicas de DRX y SEM, consiguiendo la caracterización por DRX
(Fig. 9) de un carbonato básico del plomo, la Cerusita (PbCO3), y mediante el SEM-EDX
(Fig. 10) pudieron observar donde se manifestaba la profunda mineralización del plomo.
Este estudio tenía como objetivo el análisis elemental para su posterior restauración
mediante láser, por lo que era necesario conocer bien la materia que se iba a tratar.

BIBLIOGRAFÍA
Barrio, J. (2006) Innovación tecnológica en conservación y restauración del Patrimonio,
Universidad Autónoma de Madrid.
Barrio, J. (septiembre 2011) “Técnicas de láser en la restauración de objetos de plomo y
aleaciones blandas de procedencia arqueológica” en IV Congreso Latinoamericano de
Conservación y Restauración de Metal, Madrid.

García, S., Flos, N. (2008) Conservación y restauración de bienes arqueológicos, Madrid,


Síntesis.

Guzman, F. (2013) Análisis de aceros por microscopia óptica. Tesis doctoral, México
D.F: Instituto politécnico nacional.

Pérez, L., Turiel, M. (2011) “Sello romano de plomo procedente de Sagunto”. Hispania
Antiqva 35: 337-351.

8
Rodgers, B. (2004) The Archaeologist’s Manual for conservation. A guide to non-toxic,
minimal intervention artifact stabilization, Nueva York, Kluwer Academic.

San Andrés, M., de la Villa, S. (2004) Fundamentos de química y física para la


conservación y restauración, Madrid, Síntesis.

Villegas, Mª.A, et al. (septiembre 2011) “Estudio sobre la conservación de los materiales
metálicos de la fachada principal de la estación de Atocha (Madrid)” en IV Congreso
Latinoamericano de Conservación y Restauración de Metal, Madrid.

WEBGRAFÍA

http://leghorngroup.es/precintos-de-plomo/. Visitado día 15 de enero, 2019.


http://www.uam.es/docencia/labvfmat/labvfmat/Anexo/microscopio_metalografico.htm.
Visitado día 19 de enero, 2019.
https://royalpack.com/noticias-precintos-seguridad/prohibicion-de-precintos-de-
plomo/gmx-niv18-con67.htm. Visitado día 20 de enero, 2019.
http://www.uam.es/UAM/AnálisisCientíficos/1242657096361.htm?language=es&nodepath=An
?lisis%20Cient?ficos. Visitado día 21 de enero, 2019.

http://www.enlactecbajio.com/seccion_informativa.php. Visitado día 21 de enero, 2019.

https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/el-tesoro-de-
tutankhamon_7627/6. Visitado día 21 de enero, 2019.

9
ANEXO:

Figura 1. Sello de la tumba de Tutankhamon. Imagen Figura 2. Precintos actuales de plomo y tenaza de cierre.
recuperada de Imagen recuperada de http://leghorngroup.es/precintos-de-
https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes- plomo/
reportajes/el-tesoro-de-tutankhamon_7627/6

Figura 3. Cara “A”. Imagen propia. Figura 4. Cara “B”. Imagen propia

Figura 5. Óxido básico de Plomo. Figura 6. Carbonato básico


Imagen propia mediante binoculares. de Plomo. Imagen propia
mediante binoculares.

10
Figura 7. Óxido de hierro, Limonita. Figura 8. Metalografía de Pb-Sn.
Imagen propia mediante binoculares. Imagen recuperada de
http://www.uam.es/docencia/labvfmat/la
bvfmat/Anexo/microscopio_metalografic
o.htm

Figura 9. Resultados del análisis por DRX. Tabla recuperada de Barrio, J (2011: 275).

Figura 10. Imagen de mineralización de plomo en


SEM. Imagen recuperada de Barrio, J (2011: 276).

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