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Universidad de
El Descubrimiento
de América
Elcida Gamboa
Presentación
La educación superior se ha convertido hoy día en prioridad para el gobierno
Nacional y para las universidades públicas, brindando oportunidades de superación
y desarrollo personal y social, sin que la población tenga que abandonar su región
para merecer de este servicio educativo; prueba de ello es el espíritu de las
actuales políticas educativas que se refleja en el proyecto de decreto Estándares
de Calidad en Programas Académicos de Educación Superior a Distancia de la
Presidencia de la República, el cual define: “Que la Educación Superior a Distancia
es aquella que se caracteriza por diseñar ambientes de aprendizaje en los cuales
se hace uso de mediaciones pedagógicas que permiten crear una ruptura espacio
temporal en las relaciones inmediatas entre la institución de Educación Superior y
el estudiante, el profesor y el estudiante, y los estudiantes entre sí”.
Introducción
El descubrimiento de América marca un hito en la historia de la humanidad pues
este hecho cambió los rumbos de todos los pueblos del mundo, en especial el de
los pueblos americanos.
Se trata de generar una reflexión crítica en torno a este evento que marca la
transición hacia la modernidad, la cual se fue construyendo para nosotros con toda
la herencia colonial.
Horizontes
• Desarrollar una lectura crítica sobre los procesos vivenciados durante el
descubrimiento de América.
UNIDAD 1
Antecedentes del Descubrimiento de
América
Descripción Temática
Horizontes
• Analizar las condiciones sociales, políticas, económicas, religiosas, culturales,
entre otras que se experimentan en Europa y especialmente en España en la
época del descubrimiento.
Proceso de Información
1.1 ANTECEDENTES DEL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA
En el régimen feudal la tierra era la principal fuente de riqueza y de poder para sus
dueños (señores feudales) quienes tenían a su servicio una gran masa de
campesinos (siervos) encargados de cultivar la tierra a cambio de su subsistencia.
El siervo debía jurar fidelidad y prestar sus servicios personales al señor. Así, la
economía se reducía a pequeñas actividades agrícolas, razón por la cual es
denominada producción autárquica, es decir, solamente para el propio consumo.
Los intereses de los comerciantes chocaron con los de Europa feudal. Su afán de
enriquecerse los diferenció de nobles y siervos, dio paso a la formación de la
burguesía, llamada así por habitar en Burgos o poblados comerciales que lindaban
con los territorios del señor feudal, e hizo renacer la vida urbana. Miles de
campesinos abandonaron los campos para irse a trabajar en los Burgos.
En el Aspecto Político
Entre los siglos VIII y XV, el actual territorio de España estuvo ocupado por
invasores árabes de religión musulmana.
Mientras el resto de Europa tenía un sistema económico agrícola, con una actividad
comercial casi nula, los moros impulsaron el comercio la producción artesanal y la
agricultura e introdujeron en la península variedad de productos. Durante los siglos
de invasión, los peninsulares, cristianos, lucharon por expulsar a los árabes. Esta
lucha adquirió un carácter religioso e hizo que los peninsulares perdieran el valor
hacia el trabajo manual, por considerarlo indigno de caballeros. Los árabes
desarrollaron las labores agrícolas y artesanales, y los judíos las financieras y
comerciales.
A fines del siglo XV, en vísperas de que los europeos, expertos navegantes,
irrumpieran en estas tierras que se habrían de llamar América, algunas tribus
Los Mayas, cuyo su desarrollo se extiende desde el siglo VI hasta la llegada de los
europeos (cuando aquellos se encontraban ya en plena decadencia), fueron
maestros en la arquitectura y la ingeniería, como lo demuestran las ciudades de
Chichén Itza, Uxmal y Mayapán.
Los mayas también lograron desarrollar una escritura de jeroglíficos. Dos célebres
libros nos quedan de este grupo indígena: el Chilam Balam escrito en jeroglíficos
apenas descifrados, y el Popol Vuh que contiene las tradiciones y creencias de los
mayas-quichés.
Los Aztecas llegaron al valle de México posiblemente a principios del siglo XIII.
Venían del norte, y después de un difícil proceso de sedentarización terminaron
dominando a las poblaciones vecinas y más antiguas, de las que tomaron muchas
costumbres. La capital de los mexicas era Tenochtitlán, que causó sorpresa a los
conquistadores españoles por su belleza y organización.
Antes de ser sometidos por los quechuas esos grupos vivían del trabajo agrícola
realizado por las comunidades aldeanas -los ayllu-. Dichas comunidades aldeanas
se denominaban calpulli en el imperio Azteca.
Para transmitir las órdenes del Inca a todos los lugares del imperio y hacer más
fácil el trabajo de los funcionarios se organizó una gran red de caminos. La
construcción de los caminos, los correos, el servicio de transportes y otros oficios
públicos eran desempeñados por trabajadores que eran reclutados y recibían el
nombre de mitayos.
Para los incas, al igual que los demás grupos aborígenes, la religión desempeñó un
papel fundamental. A través de ella el Inca considerado “hijo del sol” y con cierta
divinidad, obtenía lo necesario para la sumisión y disciplina de sus súbditos. De
alguna forma esta situación no se diferencia con el manejo de los españoles que a
partir del momento del descubrimiento fueron vistos por los indígenas como
dioses, aprovechando esta situación para un dominio absoluto en nuestro
continente.
Al lado de la religión popular, surge otra oficial, más compleja y a la que solo
tienen acceso los sacerdotes.
1.4.1 En la Agricultura
1.4.2 En la Ecología
1.4.3 En la Arquitectura
los restos de grandes centros cívicos y religiosos como Teotihuacan, Tikal o Machu
Picchu en las culturas clásicas y las habitaciones populares de la costa y la
altiplanicie permiten distinguir desde las más sencillas protecciones de palma
abierta hasta las construcciones de adobe, aunque también se conozcan restos de
ladrillo cocidos en Tizatlan. La piedra volcánica unida con mortero, se usó entre los
aztecas desde 1490, pero mucho antes se utilizó el granito y las piedras caliza que
se dividían introduciendo cuñas de madera entre las grietas, que luego se
1.4.4 En la Metalurgia
los mayas no trabajaron los metales, pero los chibchas y luego los incas y los
aztecas procesaron el cobre “tepuztli”, el oro o excremento del sol y en menor
grado la plata o excremento de la luna, el zinc y el plomo. El oro se obtenía de las
arenas de los ríos por lavado y sedimentación de las minas y se conservaba en
canutos y en la caña de las plumas. El cobre se extraía de rocas de óxidos,
carbonatos y los sulfatos más difíciles de procesar expuestos al viento, donde
colocaban el carbón de leña húmedo, activando la llama con sopletes de medio
metro de longitud que permitían alcanzar temperaturas de unos 1500 ºC. la
fusión del hierro a partir de 1507º y la sílice a 1710º explica la ausencia de hierro y
cristal precolombinos.
Para la fundición del oro se seguía la técnica de la cera perdida, partiendo de una
pasta hecha con polvo fino de carbón batido con arcilla de alfarero, que servía de
modelo para esculpir el positivo. Se recubría este de una capa fina de cera de
abejas mezclada con “copal” y finalmente el modelo se cubría con polvo de carbón
y la pasta de arcilla y carbón, dejando un orificio que servía para drenar la cera
que fluía al calentar el molde en el brasero y a la vez para el vaciado con el oro
fundido. La dureza de las aleaciones era variable.
más belleza fueron el anaranjado del achiote, el azul de añil y en especial el rojo
de la cochinilla. Se usaba la orina como mordiente.
1.4.6 En la Química
los incas utilizaron “quipus”, cuerdas anudadas a lo largo de otra más gruesa y de
diferente longitud y color, que por su oposición y anudación permitía representar,
transmitir y almacenar datos estadísticos de cantidades. También tuvieron como
los aztecas y los mayas medidas de longitud y volumen, pero curiosamente
ninguna cultura indígena conoció las medidas de peso.
Los mayas y los aztecas utilizaron en sus cómputos un sistema vigesimal basado
en el número de los dedos de las manos y pies del hombre. Ambos representaban
la unidad por un punto y cinco unidades por una raya-, el 20 por una bandera, el
400, múltiplo de 20, por 20 por una pluma y 8000 múltiplo de 400 por 20 por una
bolsa de “copal”. Los mayas tenían una representación en forma de concha para
el cero. Como en el sistema decimal el valor de cada guarismo esta dado de 10 en
10 por la posición que ocupa de derecha a izquierda, en el sistema vigesimal los
valores de los símbolos aumentan de 20 en 20 de abajo hacia arriba. Los mayas
introdujeron también una representación jeroglífica para los numerales de 1 a XIX
en forma de perfiles de cabezas humanas con subfijos.
1.4.8 En la Cronología
La determinación del ciclo del tiempo y su relación con las labores agrícolas y la
secuencia de las ceremonias religiosas, constituye el conocimiento científico
indígena mejor elaborado. Los dos aspectos, la determinación del año tropical
para realizar la siembra, aprovechar las lluvias y recoger las cosechas, así como
determinar el orden la liturgia religiosa que ataba la vida del indígena americano
desde su nacimiento hasta la muerte, se basaba en la observación repetida de los
astros, cuyo ciclo de referían a puntos fijos, mediante la visión desnuda. Entre los
incas existieron en el “aucaypata” de Cuzco pilares de piedra cuya posición
marcaba el solsticio, así como”intihuatana”, lugar donde se amarra el sol en “Pisac”
y “Machu Picchu” con igual propósito. En América central existen observatorios
semejantes en los centros monumentales, principalmente en Chichén Itzá; estas
civilizaciones dejaron además códices pictográficos y jeroglíficos que se refieren a
los movimientos estelares del sol, la luna y venus.
Los aztecas y los mayas tuvieron calendarios similares mediante los cuales
establecían con exactitud el solsticio tropical y el equinoccio primaveral. El año
solar de 365 días y 6 horas “tonalpohuaye” de los aztecas o “haab” de los mayas
tenía 18 meses de 20 días, más 5 días aciagos complementarios.”nemonten” de los
aztecas y “uayeb” de los mayas. Paralelo con el año solar corrían ambos el año
religioso de 260 días, “tonalamatl” azteca o “tzolim” maya de 13 meses de 20 días,
de manera que cada 52 años coincidía 1 día y mes de los dos calendarios. Era la
temida fecha del fin del siglo en la que había de comenzar el fuego nuevo.
Mediante observaciones astronómicas los mayas y los aztecas consiguieron
establecer el ciclo del año solar tropical, que medido por la sombra solar en el
equinoccio primaveral resulta de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos.
Habiendo aumentado las tierras, medían todas las que había en toda la provincia,
cada pueblo de por sí, y las repartían en tres partes: la una para el sol y la otra
para el rey y la otra para los naturales. Estas partes se dividían siempre con
atención que los naturales tuviesen bastantemente en qué sembrar, que antes les
sobrase que les faltase. Y cuando la gente del pueblo o provincia crecía en
número, quitaban de la parte del sol y de la parte del Inca para los vasallos; de
manera que no tomaba el rey para sí ni para el sol sino las tierras que habían de
quedar desiertas, sin dueño (...)
Inca que les labrasen las tierras. Había en cada pueblo, o en cada barrio, si el
pueblo era grande, hombres diputados solamente para hacer beneficiar las tierras
de los que llamamos pobres. A estos diputados llamaban llactamayu, que es
regidor del pueblo. Tenían cuidado, al tiempo de barbechar, sembrar y coger los
frutos, subirse de noche en atalayas o torres que para este efecto había hechas, y
tocaban una trompeta o caracol para pedir atención y agrandes voces decían: “Tal
día se labran las tierras de los impedidos; acuda cada uno a su pertinencia”.
Los vecinos de cada colación ya sabían, por el padrón que estaba hecho, a cuáles
tierras habían de acudir, que eran las que sus parientes o vecinos más cercanos.
Era obligado cada uno a llevar de comer para sí lo que había de comer en su casa,
porque los impedidos no tuviesen cuidado de buscarles la comida. Decían que a los
viejos, enfermos, viudas y huérfanos les bastaba su miseria, sin cuidar de la ajena.
Si los impedidos no tenían semilla, se la daban de los pósitos, (...). Las tierras de
los soldados que andaban ocupados en la guerra también se labraban por consejo,
como las tierras de las viudas, por la ausencia de ellos. Y así se les hacía este
beneficio como a gente necesitada. Con los hijos de los que morían en la guerra
tenían gran cuidado en la crianza de ellos, hasta que los casaban.
Labradas las tierras de los pobres, labraba cada una de las suyas, ayudándose
unos a otros, como dicen a tornapeón. Luego labraban las del curaca, las cuales
habían de ser las postreras que en cada pueblo se labrasen.
Las últimas que labraban eran las del rey, beneficiábanlas en común; iban a ellas y
a las del sol todos los indios, generalmente, con grandísimo contento y regocijo,
vestidos de las vestiduras y galas que para sus mayores fiestas tenían guardadas,
llenas de chapería de oro y plata y con grandes plumajes en la cabeza. Cuando
barbechaban (que entonces era el trabajo de mayor contento), decían muchos
cantares que componían en loor de sus Incas; trocaban el trabajo en fiestas y
regocijo, porque era en servicio de su Dios y de sus reyes.
Extracto del libro Comentarios reales de los Incas, escrito en 1608 0 1609 por
Garcilaso de la Vega (el Inca).
Por otra parte, es necesario reconocer que la economía agraria permite determinar
el aspecto organizativo de estos grupos indígenas, pues conlleva a un sistema
jerarquizado y estratificado donde la tierra y el trabajo deben ser controladas para
la supervivencia del conjunto social.
Encontramos los cacicatos, que son unidades de organización política, y cuya base
eran los clanes, delegando las funciones de poder a miembros directamente
provenientes del origen del clan. El linaje más importante es el que asume la
función gubernamental y religiosa y recibe mayores beneficios en cuanto a la
distribución de tierras y bienes. Un aspecto muy interesante de la sociedad maya
es que para garantizar el control, quienes integraban el linaje principal practicaban
la endogamia, lo que les permitía consolidarse como una verdadera casta.
Cada familia se encargaba del cultivo de una parcela o milpa, con una clara
división del trabajo, el hombre en las actividades agrícolas y la mujer en las
domésticas. Los posibles excedentes de las labores agrícolas eran administrados
por el grupo dirigente, y los empleados en el cultivo de las parcelas pertenecientes
a la casta.
• ¿Cuáles eran las condiciones económicas de Europa y España a finales del siglo
XV?
• ¿Cómo era el sentir ideológico que se vivía en Europa finalizando el siglo XV?
• Enumerar las principales familias indígenas con sus adelantos en los diferentes
aspectos
Solución de Problemas
• Realizar proceso explicativo sobre cada uno de los siguientes fenómenos socio-
culturales:
̶ Surgimiento de la burguesía
̶ Crisis de las instituciones feudales
̶ Progresos en la navegación
Repaso Significativo
Sobre los siguientes temas realizar un escrito:
- Aportes culturales de los grupos indígenas americanos
- Situación económica de España previa a la fecha del descubrimiento
- Los ideales de Cristóbal Colon.
Autoevaluación
• ¿Qué semejanzas y diferencias encuentra en el desarrollo de las culturas
americanas antes del descubrimiento?
Bibliografía Sugerida
CARRERA DAMAS, Germán. Cuestiones de Historiografía. Ediciones de la
Biblioteca – Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1968
HANKE, Lewis. Estudios Sobre Fray Bartolomé de las Casas y Sobre la Lucha por la
Justicia en la Conquista Española de América. Ediciones de la Biblioteca –
Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1968
UNIDAD 2
El Descubrimiento de América
Descripción Temática
Desde el punto de vista educativo, esta temática nos pone en contacto con la
diversidad cultural con el fin de resaltar la necesidad de una identidad propia, que
fue sometida por el poder conquistador.
Horizontes
• Determinar los principales hechos ocurridos durante el descubrimiento.
• Legitimación de la Conquista
• La Idea de Bárbaro
• Los Viajes de Colón
• Territorios Conquistados por los Europeos
• Influencia de América en la Modernidad Europea
• Posición de la Iglesia frente a la Conquista y al Indígena Americano
• Etapas de la Colonización en la América Hispana
• La Economía Colonial
• La Demografía Indígena
• Las Estructuras Económicas de la Conquista
• Aspecto Religioso
• Aspecto Cultural
Proceso de Información
2.1 HECHOS
Portugal es el primer país que se lanza a la conquista de “las Indias”, como era
llamada Asia; uno de sus reyes, Enrique el Navegante descubrió una ruta a Asia
rodeando África.
Todas los logros obtenidos por los portugueses hicieron que este europeo se
interesara por los descubrimientos e intentara buscar otros caminos para llegar a
Asia; Colón estaba convencido de que existía una ruta más corta que la de los
portugueses para llegar allí, estos anhelos del navegante lo llevaron sin
proponérselo a transformar la historia de la humanidad.
Realizó cuatro viajes al nuevo continente, pero nunca pensó que hubiera estado en
una tierra jamás vista por el hombre europeo. El continente americano, lleva este
nombre en honor de Américo Vespucio, marinero florentino que al ver las nuevas
tierras, se dio cuenta que no eran las Indias de las que hablaba Colón.
En 1486 Colón viajó a España, allí estudia con gran interés obras de astronomía,
geografía y navegación algunas de ellas le confirmaron la redondez de la Tierra.
Para calcular la distancia entre Europa y las “Indias” se basó en los estudios de
En España expuso en varias ocasiones sus ideas a los Reyes Católicos. En esa
época lo que más les interesaba era expulsar de Granada a los árabes, quienes,
quienes dominaron la Península Ibérica casi durante ocho siglos.
Los reyes sometieron el proyecto del navegante a una junta de expertos. Aunque
para ellos era buena la idea de Colón dudaron de la exactitud de sus cálculos y
decidieron no aprobarle el proyecto.
La ayuda para Cristóbal Colón por parte de los reyes católicos Fernando e Isabel,
consistió en que en algunos puertos se le facilitara a Colón lo necesario para sus
viajes, pues se había invertido mucho dinero para lograr la expulsión de los árabes
de este territorio. En los objetivos de Colón fue muy importante la financiación de
mercaderes y ricos españoles y judíos.
Para este osado marinero no fue fácil encontrar compañeros de viaje, pues existía
temor y no conocían sus verdadero objetivos.
Martín Alonso Pinzón y una familia adinerada y otros, conformaron una tripulación
de alrededor de 100 hombres.
Al rey se le debía obedecer pues Dios le delegaba ese derecho, por medio del
papa. Para los gobernantes la iglesia era importante pues gracias a su existencia,
la gente les creía, les obedecía y a la vez les otorgaba gran poder.
Con la toma de Granada se completa la unificación de los reinos, pues esta era
considerada como el último baluarte de los moros en la Península Ibérica. Las
creencias religiosas fueron utilizadas para encender el fervor de los soldados en la
campaña, pues se hablaba de la importancia de defender su fe contra los infieles,
que era la manera de llamar a los moros de la religión musulmana. Las personas
en esta época creían que Dios le había dado a los reyes Isabel y Fernando la
misión divina de recuperar esas tierras para la cristiandad.. Por todos los logros
obtenidos, los reyes Fernando e Isabel recibieron por parte del papa el título de
Reyes Católicos.
Para lograr una España unificada los reyes hacen que el poder de la iglesia esté al
servicio de la corona, situación que se confirmará después durante el
descubrimiento, conquista y colonización de América donde estas dos instituciones
demuestran sus verdaderos objetivos, y todo lo que se está dispuesto a llevar a
cabo para lograrlos. En 1846 Isabel y Fernando obtienen de la iglesia el
“patronato” en el reino de Granada y en las Islas Canarias. A partir de este
momento iglesia y estado trabajan conjuntamente, los reyes adquieren la facultad
para presentar candidatos a los cargos eclesiásticos y, al mismo tiempo, para
administrar los diezmos. En 1495, el papa Alejandro VI les otorga derechos
Para la corona española una de las funciones más importantes era extender y
defender la religión católica. El objetivo principal era incluir a los cristianos en la
comunidad católica, ya fuera por su propia voluntad o por la fuerza. El papa
Alejandro VI otorgó a los Reyes Católicos las tierras americanas para conquistarlas
y evangelizarlas. En la bula que promulgó dice:
Para los católicos de este tiempo el papa era el árbitro supremo que debía manejar
los aspectos legales y el poder sobre los infieles. Por esta razón la iglesia y la
corona tenían los mismos ideales y se ayudaban para lograrlos.
Los habitantes de Europa creían que en los sitios lejanos del mundo, desconocidos
por ellos, existían seres fantásticos. Por eso Colón y sus acompañantes esperaban
encontrar en estas tierras hombres salvajes y gigantes, ciudades pavimentadas en
oro, en fin, cosas extrañas.
Por otra parte, frente a este mundo imaginario, existía en los descubridores el
conocimiento del África Negra, un mundo “real” de seres “salvajes” y de
aspectos naturales muy contrarios a los de ellos. Los europeos que vinieron a
establecerse en el Nuevo Mundo, se sorprendieron con lo diferente que era el
continente americano; ellos conocían muy poco y no comprendían a los pueblos
extranjeros. Por esta razón, el descubrimiento del Nuevo Mundo les causaba
muchos interrogantes ante el choque con nuevos estilos de vida. ¿ Por qué estas
comunidades no vivían acorde con las normas europeas? ¿Por qué tenían
diferentes hábitos alimenticios? ¿Por qué estaban tan atrasadas y tenían creencias
religiosas equivocadas? Sin lugar a dudas fue muy difícil para ellos entender que
podía existir un lugar totalmente diferente a lo que para ellos era una verdadera
civilización, toda una cultura enmarcada en el poder monárquico y religioso.
Los europeos que vinieron en 1492, consideraban a la mayoría de los pueblos no
europeos y a casi todos los no cristianos “bárbaros”.
Estos bárbaros no eran solo los que no practicaban el cristianismo, sino también
los hombres de cuerpo fuerte, que podían realizar trabajos duros, que tenían bajo
nivel intelectual, que no les servía para controlar su medio. Eran hombres
incapaces de actuar libremente por pertenecer a sociedades “limitadas e
“inferiores” a las europeas. Esta concepción del hombre, llevó al europeo a pensar
que la tiranía y la esclavitud eran el gobierno más apropiado.
Para finalizar esta parte, podemos concluir que las nociones de bárbaro y de
idolatría para los europeos fueron decisivas a la hora de legitimar sus derechos de
conquista.
Pero es necesario tener en cuenta que todas las dificultades no eran excusa para
Colón, pues debía lograr su gran objetivo de llegar a Asia.
Por fin, cerca de las 2 de la madrugada del 12 de octubre de 1492, el vigía del
barco, que según algunos datos históricos era Juan Rodríguez Bermejo descubrió
un islote y gritó ¡ tierra, tierra...! Esta isla es la actual Watling, que hace parte del
archipiélago de las Bahamas, al norte de Cuba. Los indígenas la llamaban
Guanahaní, y Colón la denominó con el nombre de San Salvador.
Más adelante detallaremos todos los sitios encontrados por Colón en cada uno de
sus viajes.
Cuando Colón encontró San Salvador, pensó que su proyecto de llegar a las Indias
era un hecho. Establecido en la isla, trató de comunicarse con los nativos por
medio de su intérprete, que dominaba varias lenguas asiáticas. Por obvias razones,
los aborígenes los escucharon con la misma extrañeza con la que los españoles los
escucharon a ellos. A partir de este instante, se inician una serie de malentendidos
motivados por las marcadas diferencias entre los estilos de vida de los europeos y
los aborígenes, y profundizados aún más por los intereses e ideas concebidas por
los españoles para afianzar su poderío.
El tratado de Tordesillas (1494) determinó una línea imaginaria, que iba de polo a
polo, a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde: Castilla tenía derechos
sobre las tierras situadas al oeste de dicha línea y Portugal sobre las del este; así
los portugueses serían los encargados de colonizar al actual Brasil.
(11-51502 / 13-11-1504) Salió de Cádiz, con cuatro barcos y unos 150 hombres.
Para Colón estaba prohibido desembarcar en La Española y se tuvo que limitar a
recorrer las costas de América Central en busaca de un paso hacia la India y
Catay. Enfermo de gota y pensando que sus expediciones habían fracasado, Colón
regresó a España y murió en Valladolid el 21 de mayo de 1506, después de haber
iniciado un pleito con la monarquía para reivindicar sus derechos.
El proceso de conquista presentó varias fases: Inicia por las Antillas, con la
dominación de los indios caribes, continúa con la exploración y conquista de la
zona costera atlántica y finaliza con la conquista de los territorios de las grandes
culturas indígenas del interior del continente.
Cortés, con tan solo un millar de hombres y en tres años (1519-1521) cumple sus
objetivos.
Aunque los indígenas resisten durante casi tres meses, sucumben ante el hambre,
la sed y algunas enfermedades como la viruela y la peste (proveniente de
españoles y algunos esclavos negros traídos a nuestro continente).. Así, Cortés
conquista el imperio azteca, que fue llamado Nueva España.
La conquista del imperio Inca tuvo casi el mismo desarrollo que la de los aztecas,
este imperio fue conquistado casi con 200 españoles.
Los factores que facilitaron el proceso de conquista emprendido por los españoles
fueron similares a los de la conquista azteca, entre ellos tenemos:
• La superioridad armamentística de los españoles
• Las luchas internas por la conquista del poder
• El apoyo de algunos pueblos incas para con los españoles
• La conquista de estas tierras fue llevada a cabo por Francisco Pizarro y Diego
de Almagro, pero su principal protagonista fue Pizarro.
Francisco Pizarro supo aprovechar la guerra interna que vivía el Perú, en la que
dos hermanos: Huáscar y Atahualpa, se enfrentaban para obtener el poder.
Ante los logros obtenidos Pizarro es nombrado, por el rey de España, gobernador
de las tierras conquistadas y Diego de Almagro, gobernador de Chile, territorio que
aún no había sido conquistado por los obsesivos españoles. Los intereses
desmedidos de los españoles desencadenaron luchas entre ellos, pues Diego de
Almagro al no encontrar riquezas en las tierras bajo su mando, se apoderó de
Cuzco y en la guerra establecida, Pizarro resulta ganador. Almagro es hecho
prisionero y muere en la cárcel. Casi tres años después, Pizarro cae en manos de
los seguidores de Almagro
Otro gran interrogante que preocupó a los teóricos de España fue la cuestión de si
estos nativos podían considerarse seres racionales, bárbaros , o una especie
intermedia entre hombres y bestias, evidentes inquietudes de grupos que se
autoconsideraban “civilizados”. Todas estas apreciaciones tuvieron sus adeptos, y
la contienda entre ellos produjo interesantes escritos para los historiadores. Entre
los más destacados encontramos a Bartolomé de las Casas, llamado “el apóstol de
los indios”, quien realizó un gran trabajo titulado Apologética Historia de las Indias,
destinado a acabar con sus oponentes, cuya visión de los indios era seres salvajes
cuyos servicios y pertenencias podían ser propiamente dominados por los
españoles.
Otro punto, de importante discusión para los españoles, radicaba en si los indios
eran plenos paganos, o infieles recurrentes, que habían sido cristianizados siglos
antes por el apóstol Tomás Solórzano, uno de los más grandes juristas europeos
del siglo XVII.
Por otra parte, muchos españoles que habían tenido contacto personal con los
nativos se cuestionan si sus desagradables y bestiales hábitos, serían solamente
faltas superficiales que podrían ser corregidas por una educación adecuada, o
serían defectos permanentes.
Muchos pensadores del siglo XVI, tanto en España como en América, debatían el
problema de determinar si Dios creó a los indios libres, o si ellos eran esclavos por
naturaleza, de acuerdo con el concepto aristotélico. La autoridad de este filósofo
para mantener la esclavitud en América, fue invocada en 1519, cuando Las Casas
y el obispo Juan de Quevedo discutieron fuertemente en el primer consejo de
asuntos indios presidido por el joven rey Carlos Es de tener claro que quien esté
familiarizado con la literatura que se esparció antes de 1860 para mantener la
esclavitud negra en los Estados Unidos, estará en la capacidad de comprender la
pasión generada por la aplicación de Aristóteles a los problemas del Nuevo Mundo.
Con todas estas posiciones, es importante tener en cuenta que para la Corona
Española, el interrogante más importante era la capacidad que tenían los indios
para absorber los elementos de una civilización española y cristiana Es así como
surgen factores determinantes que aclaren de alguna manera el camino de la
corona hacia la determinación de sus objetivos, entre ellos, las bulas de donación
de los papas Alejandro VI y Julio II, que conferían sobre los reyes el poder de
dirigir la iglesia, así como todo lo referente al recién descubierto nuevo mundo.
Entonces el rey adquiere el mayor poder sobre la iglesia y se convierte en el
responsable de rescatar a millones de indios de la idolatría y paganismo.
Esta clase de dominio dio paso a muchos problemas y el hecho de que el rey
intentara manejar dos aspectos fundamentales de la época como son el dominio
secular y espiritual, complicó todo lo referente a la administración colonial.
Aun así, las teorías de los españoles del siglo XVI no pueden ser desechadas como
anticuadas, puesto que sus aplicaciones prácticas en la política española india fue
evidente a través del siglo XVI.
Por ejemplo, si los indios eran seres racionales ¿ podrían ser privados justamente
de sus tierras y ponerlos a trabajar o pagar tributo? Si eran salvajes, ¿no era este
hecho al menos una justificación parcial para el dominio español en las indias? Si
los indios caribes eran caníbales, ¿no hacía este vicio antinatural necesaria su
esclavitud por los españoles? ¿Era justo marcar indios esclavos? ¿Era un acto
cristiano, aun cuando fuese necesario, el usar la fuerza para inducir a los nativos a
aceptar la cristiandad? ¿Qué instrucción religiosa debiera dársele antes del
bautismo y, una vez convertidos, esta multitud de almas recientemente ganadas
tenía el derecho de participar en todos los sacramentos? Todos estos debatidos
cuestionamientos constituyeron un aspecto fundamental del pensamiento de
algunos colonizadores y religiosos europeos.
Las Casas, quien pensaba que los indios debían ser catequizados antes del
bautismo, se opuso a misioneros como fray Marcos, al que se le atribuye haber
bautizado más de un millón de nativos en Guatemala. Esta discusión se convirtió
en una discusión de tipo ideológico, y ante el ruego de Las Casas, el emperador
Carlos V sometió el problema, para su solución.
Todos los asuntos relacionados con los impuestos en América por la corona,
también eran objeto de interminables debates. ¿Debía la cruzada ser establecida
sobre la riqueza obtenida por los españoles en el Nuevo Mundo?. Del mismo modo,
un aspecto relevante para el tesoro de la corona fue la cuestión de si los indios
recientemente convertidos debían pagar a la iglesia el diezmo. Poco a poco se fue
desarrollando una oposición entre los hermanos encargados de convertir a los
indios al pago del diezmo por sus sueldos. La corona reconoció el peligro de crear
oposición entre las almas recientemente ganadas insistiendo en el pago, y una
orden real fue enviada a México el 2 de agosto de 1533, decretando que
temporalmente ningún diezmo debiera demandarse de los indios, pero que la
cantidad del mismo debiera añadirse secretamente al tributo pedido a los indios,
es decir una forma diferente de obtener mayores beneficios y de atesorar riquezas
para la Corona Española.
castigos y leyes impuestos por la misma, situación benéfica para los indios
teniendo en cuenta que fueron sometidos a rudas torturas en Yucatán por parte
del obispo Landa por encontrarlos sospechosos de idolatría, clara muestra de lo
que podría haber acontecido en toda Hispanoamérica, con nuestra numerosa
población aborigen.
Aunque algunas teorías sutiles eran aceptadas por algunos, la mayoría de los
españoles en las Indias en la primera mitad del siglo de la conquista, tendieron a
mirar a los nativos como “salvajes nobles” o como “perros sucios.
Uno de los más fuertes opositores de Las Casas Gonzalo Hernández de Oviedo,
consideraba a los indios como: haraganes viciosos, melancólicos, cobardes y en
general un pueblo mentiroso. Además, opinaba que sus matrimonios no eran un
sacramento, sino un sacrilegio. Para él eran seres idólatras, libidinosos cometían
sodomía y su principal deseo era comer, tomar, adorar ídolos diabólicos y cometer
obscenidades bestiales.
Estas dos visiones extremas respecto al indio, pueden tomarse como las
representativas en el pensamiento español , frente a lo que algunos consideran el
“encuentro de dos mundos”, y a la vez, como puntos fundamentales que causaron
inconvenientes en la administración colonial.
Colón fundó la escuela del “salvaje noble” cuando llenó su diario del primer viaje
refiriéndose a un pueblo suave y amistoso que habitaba en las tierras ricas que el
consideraba haber ganado para los Reyes Católicos.
Es necesario tener claro, que hasta 1512 la escuela del “perro sucio” triunfó en
La Española. Como apoyo a los planteamientos de algunos se crean las Leyes de
Burgos.
La introducción a estas mismas leyes explica que era necesaria alguna regulación
de la vida indiana, pues la experiencia probaba que los aborígenes estaban
inclinados al vicio y a la haraganería. Además éstos olvidan rápidamente lo que
se les ha enseñado y requieren de una observación constante para no retornar a
su estado primitivo. Las Casas cuenta que cuando por primera vez cuestionó la
encomienda, los colonizadores se asombraron como si hubiera declarado que no
tenían derecho a la labor de las bestias en el campo. El mismo gobierno apoyó a
los colonos cuando el rey Fernando ordenó a la Casa de Contratación en 1512, a
mandar esclavas cristianas a las Indias, pues la falta de mujeres españolas allí,
había llevado a los españoles a casarse con aborígenes, hecho que consideraban
insensato por considerar a las indígenas gentes apartadas de la razón.
Es así como inicia un debate inevitable y que llevó a al gobierno a decretar los
primeros experimentos sociales en América, pues se cuestionaban si los indios
tenían o no la habilidad de vivir solos, como súbditos del rey La primera indicación
oficial de la existencia de este problema aparece en el artículo 16 de las Leyes de
Burgos, que ordena que los nativos teniendo suficiente discreción y habilidad para
casarse y gobernar sus propias casas deben ser unidos de acuerdo con las leyes de
la iglesia.
Otra influencia importante fue la solicitud hecha por el fraile Matías de Paz y el
doctor Lope Palacios Rubios, quienes en sus tratados plantean la necesidad de
declarar la libertad para los indígenas americanos. Para lograr esto, se debía
demostrar que algunos indios son eran capaces y estaban deseosos de convertirse
en cristianos, y que se encontraban políticamente desarrollados como para
gobernarse ellos mismos, de la misma forma que los españoles. Para lograr esto
los jueces reales de la Española deberían darles la autoridad necesaria y
ordenarles pagar los impuestos al rey.
La orden franciscana fue fundada por San Francisco de Asís en 1209. Esta
comunidad tenía una forma idealizada de ver a la humanidad. Buscaban mejorar
la sociedad de acuerdo con sus ideales. Algunos historiadores consideran sus
preceptos como utópicos. Predicaban la pobreza evangélica, y desde su fundación
denunciaron la injusticia y la desigualdad.
Esta orden religiosa fue fundada en 1215 por el sacerdote español Domingo de
Guzmán. Para estos religiosos la discusión intelectual era un elemento
fundamental. Para ellos, las relaciones entre los hombres debían estar
fundamentadas en el ideal cristiano de la fraternidad. De esta manera lograrían
una comunidad universal cristiana Consideraban al indio como parte de la
comunidad humana.
“Todos estáis en pecado mortal y en él vivís por la crueldad y tiranía que usáis
contra estas gentes inocentes. Tened por cierto, que en el estado en que estáis
no os podéis mas salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe en
Jesucristo”
Como hemos visto hasta el momento, Fray Bartolomé, cuestionó muchos aspectos
del proceso conquistador, además su pensamiento tenía como base hacer de
América una “comunidad fraternal de todos los hombres en donde todos los
pueblos tengan iguales derechos”, situación que hasta el momento no estaba
siendo aplicada por los conquistadores. Por tanto, él consideraba que este proceso
de cristianización debería realizarse de forma gradual y pacífica, bajo autoridades
justas y benevolentes; por lo tanto, es así, como tampoco estaba de acuerdo con
que los indígenas fueran obligados a trabajar para los españoles ni como siervos ni
como esclavos. En cambio, para algunos teólogos y aún más, para los
conquistadores el descubrimiento y la conquista debían estar al servicio de los
intereses políticos de la nación española. Por esta razón, consideraban justa la
guerra contra los indios y la encomienda pues veían a los aborígenes como
súbditos de la Corona. Es más, este sometimiento era condición fundamental para
cualquier intento de evangelización. Juan Ginés de Sepúlveda, un teólogo de la
época definía así a los indios.
Al mismo tiempo, a mediados del siglo XVI, un grupo de estudiosos dominicos que
pertenecían a la escuela de Salamanca, se interesó por analizar tanto a las
sociedades americanas, como si era justa o no la soberanía española en América.
El miembro más importante de esta escuela, fue el dominico Francisco Vitoria, que
escribió un libro sobre América cuando ya se conocían las sociedades Inca, Maya y
Azteca. El se sorprendía del desarrollo tan avanzado de estas comunidades y
decía:
Por este motivo, Vitoria considera que a los aborígenes no se les deben quitar sus
derechos y propiedades puesto que “no son bárbaros ni esclavos”. Es capaz de
cuestionar la causa y legitimidad de la conquista, pero cree que se puede aplicar la
guerra contra los aborígenes para defender el derecho a la mutua comunicación
entre los pueblos y a la libre predicación del evangelio.
Para él, los indios eran como niños que para estar bien debían permanecer bajo el
cuidado del rey de España. Este cuidado justifica la colonización cuando un pueblo
civilizado, en este caso España y un pueblo “menos civilizado” América para
facilitarles el derecho a la comunicación y a la propagación de la fe cristiana.
Como podemos concluir del escrito de Acosta, este consideraba a los indígenas
como hombres bárbaros pero, a semejanza de Vitoria, creía que no deberían ser
esclavizados.
Para él los aborígenes eran hombres primitivos que no poseían educación. Sin
embargo, pensaba que ellos podrían percibir las verdades de la ley cristiana al
igual que todos los seres humanos. Para el, como para todos los representantes
de las comunidades religiosas la conquista se de América se justificaba mientras
lograra la comunicación, evangelización y cristianización entre los principalmente
los no creyentes.
Si bien a España los ocho siglos de reconquista y la conquista de las islas Canarias
le sirvieron para organizar los territorios americanos, estos tenían características
propias que hicieron que la corona fuese dando pasos para lograr administrarla.
El primer centro administrativo fue la isla Española, pero luego a medida que
avanzaban los descubrimientos, el poder se fue descentralizando. Así la corona
fue nombrando gobernadores, Adelantados y Capitanes Generales según las
necesidades existentes, hasta que el descubrimiento de las grandes civilizaciones
precolombinas hizo evidente la necesidad de reorganizar el territorio, obviamente
en pro de garantizar los intereses del gobierno español.
Es así, como en 1534 Carlos V instituye el primer virreinato llamado Nueva España
que comprendía las tierras aztecas conquistadas por Hernán Cortés; el primer
virrey fue Antonio de Mendoza. Con su capital en ciudad de México, su poder se
extendió desde Yucatán hasta el sur de los Estados Unidos actual.
MIEMBRO FUNCIONES
Presidente Asesoramiento al rey
Gran canciller Presentación de leyes al rey.
Consejeros letrados Retenía las bulas para su estudio y ratificación
Fiscal Resolvía en primera instancia los problemas de la
Audiencia de Sevilla.
Dos secretarios:
Tesorero General Tribunal de Apelación en asuntos provenientes de las
Alguacil mayor Audiencias americanas.
A partir del siglo XVIII el Consejo de Indias fue perdiendo su poder, en 1714 Felipe
V creó la secretaría de Despacho Universal de Indias, más tarde, Carlos III ordeno
la remisión de todos los problemas americanos al Consejo de Estado. Así como en
España, en América también existían importantes autoridades, que a través del
tiempo fueron perdiendo su razón de ser, entre sus funciones más importantes
tenemos:
• Funciones de policía o administrativas, nombramiento de funcionarios,
legislación menor, tratamiento con el indio, expediciones y conquistas, la
economía general, el comercio la navegación, las encomiendas, las obras
públicas. En el aspecto religioso tenían que manejar lo relacionado con el
patronato, es decir, cuidar de la iglesia y difundir el cristianismo.
Los Negros
Fue el grupo más dócil y adaptable a las distintas tareas, se le asignaron trabajos
de acuerdo a la necesidad y el lugar, ya fuera en una plantación, en una mina o en
el servicio doméstico. Algunos tuvieron la suerte de recobrar la libertad como
pago a sus servicios, pero en muchas zonas miles de ellos murieron a causa de los
trabajos excesivos y los métodos impuestos por los colonizadores para acumular
sus riquezas y fortalecer el dominio territorial de la corona española.
Las Castas
Españoles
Criollos
Mestizos
Indígenas
Esclavos
El primer palenque que se formó en Colombia fue San Basilio, cerca de Cartagena:
aproximadamente 37 sublevados formaron esta población, durante doce años
resistieron los ataques españoles, ante la imposibilidad de vencerlos, la corona les
concedió la independencia. Los palenques pueden considerarse como los primeros
pueblos libres en América, fueron comunidades con economía, gobierno y cultura
Teniendo en cuenta toda esta caracterización social, impuesta por los españoles
podemos concluir que en la época colonial se consolidaron estratos muy
diferenciados, esto hizo que en América se constituyera una sociedad cerrada, con
muy poca movilidad social, y caracterizada por la discriminación racial, las
diferencias de patrimonio, con privilegios y deferencias de intereses que creaban
conflictos y consolidaban un tipo de sociedad excluyente acorde con las
expectativas de los españoles.
Desde un punto de vista jurídico la encomienda era una institución que imponía
obligaciones reciprocas tanto a los indios como a los encomenderos. En
compensación por la protección y la evangelización que el encomendero debía
prestar a los indígenas, estos debían reconocerle un tributo. En la mayoría de los
casos la protección de los encomenderos significó simplemente que solo ellos
tenían la oportunidad de abusar de los indios. En cuanto a la evangelización esta
era impartida por curas doctrineros que el encomendero debía pagar con parte de
los tributos que recibía.
La presión del tributo y del endeudamiento empujó a los indios a desertar de las
comunidades y a refugiarse en las haciendas frente a las comunidades indígenas y
mestiza en un ámbito de vida alternativo al de la comunidad.
La Mita minera de Mariquita fue, pues, excepcional. No así la llamada mita urbana
que se utilizó desde los primeros momentos de la fundación de las ciudades, para
que los indios levantaran los edificios públicos y las casas de los habitantes
españoles. Analizando la evolución de esta forma de emplear a los indios podemos
comprobar una vez mas los efectos de la despoblación. Inicialmente los indígenas
reclutados para los servicios pertenecían a comunidades muy próximas al centro
urbano español. Poco a poco los indios fueron trayendo de regiones mas y más
alejadas, hasta que finalmente tales tareas debieron confiarse a artesanos
mestizos.
2.13.3 El Comercio
2.13.4 La Encomienda
Los tributos, por lo general, consistían en oro, maíz, trigo, cacao, gallinas, huevos,
tejidos, los cuales eran entregados mensualmente en casa del encomendero.
Hacia el siglo XVIII, la encomienda decayó por la explotación inhumana o
desalmada a que fueron sometidos los indios por parte de los encomenderos.
2.13.5 La Mita
2.13.7 La Esclavitud
Los esclavos negros sólo se emplearon en las labores de las minas, también serían
empleados en lo que conoce como haciendas esclavistas.
Los cambios que introdujeron los Borbones hicieron que esta institución
desapareciera en 1790.
En 1765 se puso fin al régimen de puerto único y se abrieron otros puertos como:
Cádiz, Alicante, Málaga, Cartagena, Barcelona, Santander, La Coruña entre otros,
que podían comerciar con la Habana, Santo Domingo, Puerto Rico, Trinidad y
Margarita.
El poder del Estado se fortalece, pues mediante este Patronato, los reyes
adquirieron el derecho de presentar todos los dignatarios eclesiásticos así como el
de cobrar el diezmo con el objetivo de mantener las iglesias y obtener los medios
para la difusión del cristianismo. Cada iglesia o monasterio que quisiera instituirse
en el continente, o cualquier comunidad religiosa que quisiera venir a América
debía contar con la autorización real. Además todas las Bulas papales pasaban por
el Consejo de Indias que podía detenerlas si estaban en contra del Real Patronato.
La Corona ordenó la creación de escuelas para los hijos de caciques donde se les
enseñara el castellano. Hacia 1550 se crean las primeras escuelas y a medida que
Las escuelas de segunda enseñanza eran el paso inevitable para continuar con
estudios superiores. Estaban dirigidas por las comunidades religiosas y su
prioridad era la formación humanística de los alumnos. Existieron en casi todas las
ciudades de América hispana.
¡Serán esclavas las palabras, esclavos los árboles, esclavas las piedras, esclavos los
hombres cuando vengan!”.
• En una línea del tiempo, ubicar los cuatro viajes de Colón señalando los sitios a
los que llegó
• Escribir un texto breve en el que se relate el proceso vivido por los españoles
en el descubrimiento
• Escribir dos conclusiones relacionadas con el escrito tomado del Libro Sagrado
de los Mayas, que aparece como lectura complementaria
Solución de Problemas
• ¿Considera que la mentalidad de Colón está acorde con las características de
su tiempo? Argumentar.
• Expresar una crítica sobre la forma como se dio la fundación de pueblos por
parte de los conquistadores.
Repaso Significativo
• Por medio de un escrito (mínimo 2 paginas) destacar los aspectos sociales,
políticos, culturales y económicos de la colonización, tanto en España como en
América.
Autoevaluación
• ¿Por qué algunos europeos consideran a los aborígenes “pueblos bárbaros”?
Bibliografía Sugerida
CARRERA DAMAS, Germán. Cuestiones de Historiografía. Ediciones de la
Biblioteca – Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1968
HANKE, Lewis. Estudios Sobre Fray Bartolomé de las Casas y Sobre la Lucha por
la Justicia en la Conquista Española de América. Ediciones de la Biblioteca –
Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1968
En la presente unidad nos ubicamos en lecturas desde diferentes ópticas sobre las
consecuencias del descubrimiento y conquista, buscando establecer la conexión
entre estos hechos y la construcción de los posteriores procesos que enrumbaron
la vida de los pueblos americanos. De igual forma, nos acercamos a un proceso
pedagógico de construcción conceptual y crítica sobre los acontecimientos
históricos motivo de estudio.
Horizontes
• Propiciar una lectura crítica sobre el acontecer histórico vivido durante y
después del descubrimiento.
Proceso de Información
3.1 CONSECUENCIAS DEL ENCUENTRO DE CULTURAS
Incluso, el mismo Colón en una de sus cartas en 1493 llegó a exaltar lo encontrado
en América, al punto que situó al Paraíso en un sector de la costa venezolana.
Consideró al indígena como un habitante de ese mundo idílico, liberado de la
constricción de leyes y autoridades tiránicas, no podía ser otro que un ser en
estado de naturaleza, lleno de simplicidad y candor, que disfrutaba de los bienes
terrenos sin los prejuicios de “tuyo” y “mío”. Así nacía una de las fábulas más
arraigadas en la mentalidad europea desde aquellos albores: el buen salvaje que
transformaba a rústicos campesinos y encarnizados guerreros en paradigmas de
virtudes cívicas. Sin embargo, esta sublime idea era apenas el presagio de una
conmoción, que obviamente no se limitó únicamente a encender las fantasías de
los europeos. El impacto de las tierras descubiertas por el visionario Colón trastocó
los órdenes colectivos y llegó a los lugares más apartados del viejo continente.
Podemos entonces concluir que el descubrimiento del Nuevo Mundo trajo grandes
consecuencias no solo para los europeos, sino también para toda la población
aborigen presente en América durante este gran acontecimiento.
Las consecuencias de la explotación de todos estos recursos han sido uno de los
puntos más controvertidos en la teoría cuantitativa de la economía, y para
comprender esto podemos retornar entonces a Colón, cuneado no deja de
nombrar en sus cartas las grandes riquezas que ofrecían las tierras que estaba
descubriendo.
Es necesario tener en cuenta que así como los recursos provenientes de América
ayudaron a España a sostener sus campañas militares en Europa, así también
despertaron la codicia de otras naciones, ansiosas de tener parte de esos capitales,
situación que complica la vida de Europa durante un tiempo.
Uno de los sectores más favorecidos con las riquezas obtenidas de las tierras
ultramarinas es el artístico, que hasta hoy es considerado un fehaciente testimonio
a nivel mundial. El caudal de piezas de orfebrería que se acumula por los Estados,
la iglesia o los particulares representa desde entonces un gran patrimonio, y
aunque no pase de una tradición secularmente transmitida, no del todo inverosímil,
es fama que el viril de la custodia de la catedral de Toledo donado por el cardenal
Cisneros o el dorado del artesanado de la basílica de Santa María Maggiore en
Roma se hicieron con los primeros envíos de oro provenientes de América.
Con toda esta variedad de factores, hay que tener en cuenta la mencionada
apertura de mercados ultramarinos, cuya capacidad adquisitiva se multiplicaba
incesantemente así, como la aparición de nuevas fuentes de abastecimiento, que
fueron decisivas a la hora de ampliar los reducidos ámbitos regionales en que se
habían movido hasta ahora las manufacturas europeas y a la vez desintegrar las
arcaicas estructuras gremiales, que debieron ceder el paso a grandes empresarios
En general, aunque existieron críticos que sobrepusieron los aspectos negativos del
descubrimiento de América, entre ellos: carestía, despoblación, y que desconocían
las supuestas ventajas, la realidad es que para el contraste con los últimos
momentos de la gran fase de la depresión que se abatió en Europa en las
postrimerías de la decimoquinta centuria, los beneficios fueron muy superiores. El
comercio adquirió mayor importancia y con ello se dieron mejores oportunidades
de bienestar; las naciones del Viejo Continente, gracias al desarrollo de las
industrias para cumplir con las mercados ultramarinos, prosperan; el aumento de
la producción y la inherente división del trabajo exigieron la utilización de, en
grandes cantidades, del dinero como medio de cambio. En fin, para concluir es
necesario reconocer el subyugante extremo, los sistemas de seguros tienen que
adaptarse a operaciones de alcance transcontinental. Para muchos, esto puede
considerarse incluso como una verdadera revolución.
Además, este dominico dirigió una síntesis doctrinal con un orden jurídico propio
de la comunidad internacional, integrando todos los pueblos y los hombres de
todas las razas, estableciendo el reconocimiento de la universalidad humana sin
distinción de razas.
Las Ordenes religiosas, sobre todo las radicadas en España, organizaron su acción
con la jerarquía y crearon su respectiva cuota de responsabilidad, tanto con el
envío de operarios para implantar el mensaje evangélico que se calcula que a lo
largo del siglo XVI acudieron al Nuevo Mundo seis mil religiosos aproximadamente
como ensayando en el nuevo teatro de operaciones modalidades adecuadas al
medio, toda vez que los procedimientos que habían observado los portugueses en
los inicios de su política colonizadora y los propios españoles en el infructífero
intento de conversión de los moros de Granada demostraron ser.
Las lenguas europeas engrosaron su acervo con los vocablos que son compañeros
inseparables del género de vida de toda comunidad. El núcleo más antiguo
proviene, como por razones cronológicas fácilmente se deja entender, del
arahuaco (canoa, caribe, carey, cacique, piragua, huracán...); posteriormente los
productos de la flora y la fauna importados de ultramar imponen su denominación
original (maíz, papa, coca, yuca, tabaco, tomate, mate (= calabaza), jícara,
cóndor, alpaca, poncho, cancha, pampa...).
Más todo esto es fruto de la emoción inicial que es sobre todo de curiosidad ante
los hallazgos primeros y de asombro luego ante las hazañas de los conquistadores
y la ingente tarea colonizadora se convertirá a la vuelca de los años en una idea
más profunda y reflexiva. De esta suene el tema americano continuará estando
presente en la conciencia culta de Europa (Silvio Zavala). Un sucinto repaso de
esa proyección se impone para redondear cuanto limitado a los instantes
inmediatos al Descubrimiento llevamos dicho hasta aquí.
Así, la navegación a partir de la idea de constituir una ciencia aplicada genera una
copiosa producción de tratados técnicos: en el Arte de navegar de Pedro Molina
(Valladolid, 1545), aprendieron los pilotos europeos los elementos de la náutica.
La cartografía adquiere dimensiones jamás sospechadas. A la confusa concepción
medieval del cosmos, con países fabulosos, animales quiméricos y seres
fantásticos, sucede el rigor técnico. La clásica serie de mapamundis y planisferios
seiscentistas se inicia en 1595 con Mercator —creador del término “atlas” para
denominar esta forma de reproducción del orbe— y prosigue en cascada con
continuadores de la jerarquía de Ortelio, Hondt, Blaeuw; cuyo complemento
inseparable constituye la literatura de relatos de viajes. El género se aleja de lo
novelesco e imaginario para adoptar —siempre dentro de las limitaciones que los
conocimientos todavía imperfectos de la realidad americana imponían— un tono
veraz. Ramusio (Venecia. 1563-1606). Botero Benes (Bérgamo. 1594). De Bry
(Frankfurt, 1590-1602) y Hakluyt (Londres, 1598-1600) a porfía difunden el
aspecto de las tierras ultramarinas y sus moradores.
Algunas especies del reino vegetal tendrán un especial significado sobre las
costumbres, la alimentada popular y la farmacopea. El tabaco, de planta medicinal
o ritual, merced a Nicot pasa a ser de consumo habitual; la difusión del cacao
origina tratados en que se dilucida si tomar chocolate quebranta el ayuno, y la
pataü de planta decorativa y exótica, tras haber sido despreciada como alimento
propio para ganado porcino y I chusma de los presidios, gracias a una astuta
estratagema de Parmentier se redime de tal desestima. Y entre las plantas
medicinales, ¿cómo no registrar la aparición de la quina o chinchona, así
denominada por el titule nobiliario del virrey del Perú que fue el primero en
beneficiarse en 1631 de sus virtudes febrífugas?
La enorme extensión en que tuvieron lugar los contactos entre españoles e indios
fue otra circunstancia particular para el imperio español. Los ingleses y los
portugueses, durante por lo menos cien años después de sus primeras colonias, se
mantuvieron en las estrechas fajas costaneras. Aunque los franceses vagaron por
Canadá, crearon pocas poblaciones de alguna importancia. Al contrario, los
españoles, no solo estuvieron a la cabeza de la explosiva expansión geográfica que
se dio con Colón, en la que los europeos descubrieron más territorios en 75 años
que en los mil anteriores, clara evidencia de los logros obtenidos con las empresas
exploradoras y descubridoras; además de esto organizaron centros urbanos en
varias partes que se encontraban bajo su dominio. Es más, menos de un siglo
España hizo muchos esfuerzos para mitigar la suerte de los indios nombrando
"Protectores" oficiales, creando tribunales especiales para substanciar las causas
que los afectaban, y enviando muchos grupos de investigación para descubrir lo
que podría hacerse en su ayuda. Ensayó muchas estratagemas en el siglo XVI
particularmente para conseguir que los indios fueran puestos bajo el dominio
español sólo por medios pacíficos y persuadidos a aceptar el cristianismo por la
razón y no por la fuerza. Para conseguir ese fin, el dominico Fray Bartolomé de las
Casas y sus hermanos de la orden procuraron predicar la fe sin ayuda de la espada
en Chiapas, y Vasco de Quiroga creó sus comunidades utópicas en Michoacán. En
muchas partes se estableció un sistema de segregación de los indios por frailes y
funcionarios reales para protegerlos contra otros españoles que los explotarían, y
esta práctica fue seguida durante todo el período colonial, culminando en las
famosas misiones de los jesuitas en Paraguay durante el siglo XVIII." El difícil,
realmente imposible, doble propósito de la Corona de tener ingresos y al mismo
tiempo cristianizar a los indios, en la realidad condujo inevitablemente a una serie
1
Para una información excelente sobre el fondo ibérico, véase Charles Julian Bishko.
Hoy, al volver la vista hacia el conjunto de las relaciones entre los españoles e
indios, dos acontecimientos conservan especial interés para nosotros, viviendo
como vivimos en una sociedad mundial cuya multiplicidad y diversidad de culturas
se hace cada día más evidente y más importante. Por primera vez en la historia un
pueblo —los españoles— prestaría atención al carácter de la cultura de los
pueblos que encontró; y quizás lo más sorprendente de todo, las controversias que
se suscitaron en el siglo XVI en España y en América sobre la manera justa de
tratar a los indios llevaron a la fundamental consideración de la naturaleza del
hombre.
Esta región con cada probabilidad no tiene igual, en ninguna parte del mundo, en
su multiplicada y diversidad lingüísticas. Están registrados unos dos mil idiomas y
dialectos, divididos ahora en 17 grandes familias y 38 pequeñas, además de varios
centenares de lenguas independientes no clasificadas. En una pequeña parte de la
región, en México, al norte del Istmo de Tehuantepec, se encuentra una diversidad
de tipos lingüísticos difícil de igualar en todo un continente del Viejo Mundo.
Otra razón de aquella inmensa dedicación al estudio de los idiomas indios fue el
ardiente deseo que muchos sentían de fundar una nueva Jerusalén en América. El
protestantismo había roto la unidad de la cristiandad en Europa, pero muchos
españoles anhelaban realizar en el Nuevo Mundo una brillante y luminosa
conquista espiritual; muchos escritores señalaron entonces y después que Lulero y
Cortés habían nacido el mismo año, el uno para destruir la unidad cristiana en
Europa, y el otro para hacer posible un Nuevo Mundo libre de las disensiones
religiosas que estaban escindiendo al Viejo Mundo en dos pedazos. "Pan realizar
este sueno había que ganar las almas de los indios; estaban seguros de que eso
podía realizarse, pues creían que las almas de los indios eran blandas como la cera
y que podían moldearse para formar verdaderos cristianos, siempre que los frailes
Además de los idiomas, los españoles del siglo XVI estudiaron también las culturas
indias y produjeron una copiosa literatura que hoy sigue siendo valiosa para los
estudios antropológicos. Algunos de los conquistadores adoptaron la actitud
perfectamente simple del caballero inglés que, hacia 1900, pasó algún tiempo
entre tribus salvajes en un país extraño y que, según se afirma, escribió un libro
sobre ellas al volver a su patria. Un capítulo se titulaba "costumbres y maneras",
y todo su contenido eran estas palabras: "costumbres, detestables; maneras,
ninguna". Benjamín Franklin describió perfectamente el egocentrismo que
caracteriza a la actitud de muchas.
indios, los sacrificios que se les hacían y, con toda la exactitud posible, la
mentalidad de los naturales a fin de apartarlos de sus ritos paganos y llevarlos al
cristianismo. El fundador de la antropología americana fue Fray Ramón Pane,
quien acompañó a Colón en su segundo viaje con la intención expresa de observar
a los naturales e informar de sus costumbres, y quien fue el primer europeo que
aprendió una lengua india2.
Durante el siglo XVI la Corona estímulo a los eclesiásticos y a los indios, y de hecho
se escribieron muchos volúmenes sobre sus culturas. Funcionarios administrativos
como Alonso de Zurita también compilaron informaciones, y los cuestionarios
enviados regularmente a todos los gobernantes españoles del Nuevo Mundo por el
Consejo de Indias comprendían muchos puntos sobre los indios. El resultado de
todas esas investigaciones es un soberbio conjunto de materiales lingüísticos,
arqueológicos y etnográficos, que a veces son contradictorios y difíciles de valorar
porque gran parte sigue manuscrita e inédita, y aun las ediciones impresas de que
se dispone son malas con frecuencia, y carecen de índices y de notas apropiadas.
Las Casas fue otro antropólogo, notable porque no supuso que los indios pudieran
ser medidos con medidas españolas, sino que había que comprenderlos dentro del
marco de su propia cultura. Consideraba a todos los pueblos, y a los griegos
antiguos y los españoles del siglo XVI, lo mismo a los recién descubiertos naturales
del Nuevo Mundo, como seres humanos en diferentes etapas de desenvolvimiento.
Empezó a escribir su Apologética Historia, en la que expone sus opiniones con gran
detalle, en 1527, cuando estaba en un monasterio de la Española, profundamente
2
Pane, Ramón: “La Relación de la antigüedad de los indios de la Española de Fray Ramon Pane”
Sahagún terminó su enorme tarea en 1569, medio siglo después de Cortés haber
invadido México, de suerte que la vida India que describe ya había sido algo
modificada por la influencia española. Pero la obra sigue siendo la fuente más
importante e indispensable para el estudio debatida cuestión de la naturaleza de
los indios. La primera punzada en la conciencia oficial la expresaron Fernando e
Isabel en 1495, cuando supieron que un cargamento de indios que Colón había
enviado en un barco desde la Española habían sido vendidos como esclavos por
haber sido hechos prisioneros en una rebelión. Inmediatamente los monarcas
comunicaron al obispo Fonseca, que entendía en los asuntos de Indias, que no se
aceptara el dinero procedente de aquella venta hasta que Sus Altezas fueran
informadas por hombres sabios en derecho si los indios podían ser vendidos en
buena conciencia.
Las Casas dedicó muchas páginas a la religión de los indios, y el aspecto más
sorprendente de esta parte es su actitud hacia los sacrificios indios. Creía que las
naciones más religiosas eran las que ofrecían a Dios los sacrificios más magníficos,
y los que ofrecían sacrificios humanos tenían verdaderamente un concepto muy
noble de su Dios. Los ayunos, las mortificaciones del cuerpo, los sacrificios de
animales y hombres de los indios eran manifiestamente superiores a los sacrificios
de los pueblos antiguos. Bajo los horribles y sangrientos aspectos de aquellos ritos
discernía Las Casas un loable espíritu de devoción religiosa que podía ser dirigida a
más altos fines y consagrada a servicio del único Dios verdadero.
La batalla reñida por Las Casas y todos los demás españoles de su opinión para
que se reconociera la humanidad de los indios y se comprendiera su cultura, aún
está lejos de haber sido ganada. Pero hoy, quienes creen que "todas las gentes
del mundo son hombres" tienen poderosos aliados. Los antropólogos han seguido
sosteniendo que "los principios fundamentales de oportunidad e igualdad ante la
ley son compatibles con todo lo que se sabe de biología humana.
Todas las razas poseen las capacidades necesarias para participar plenamente en
el modo democrático de vida y en la civilización tecnológica moderna". La
Declaración Universal de los Derechos Humanos, de las Naciones Unidas, adoptada
cuatro siglos después de la controversia de Valladolid, anunció: "Todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Están dotados de razón y
conciencia y deben obrar unos hacía otros con espíritu fraternal". El Concilio
Ecuménico reunido ahora en el Vaticano, con individuos de "todas las naciones
bajo el cielo", expresó esa idea aún más sucintamente en su Mensaje a la
Humanidad.
Sólo un partidario de la "guerra de los mitos" osaría sostener que los ideales
anunciados por la Corona española fueron generalmente seguidos en el territorio
americano sometido al dominio español. Ni sostendrá nadie que los españoles
realizaron plenamente su propósito: la incorporación en masa de los indios del
Nuevo Mundo a un mundo cristiano y europeo. "Porque sabemos en el siglo XX
que los españoles se enfrentaban a un problema imposible: el choque de culturas
complicado por la gran extensión en que operaban, la enorme diversidad de los
Durante los primeros años de la expansión que al fin llevó ideas y mercancías
europeas a casi todas partes de la tierra, España produjo, es cierto, un agresivo
defensor de la doctrina de Aristóteles sobre la esclavitud natural, pero también
produjo el poderoso campeón de los indios como hombres, cuya voz en compañía
de otras muchas voces españolas, proclamó el amanecer de la conciencia en
América. Aunque a través de la historia el mundo ha vivido tantos conflictos,
ninguno de ellos se puede comparar con las agitaciones vividas por los españoles
durante la conquista de América que los cuestionó en aspectos como: la forma de
relacionarse con hombres de culturas extrañas, la mejor forma de administrar los
territorios descubiertos, es aquí donde adquiere importancia la Corona Española y
el Consejo de Indias que tratan de impedir la estigmatización adquirida por los
indígenas, considerados esclavos naturales que marca un importante hito en el
camino que aun se construía, tratando con pequeñas muestras y con excesiva
lentitud a la conformación de civilizaciones donde sea respetada la dignidad del
hombre
Las guerras y rupturas del orden viejo. Durante casi un siglo —aunque con
intermitencias cíclicas y sus correspondientes crestas y crisis— el reformismo
borbónico se había esforzado en un gigantesco proceso de transformación y
modernización de los reinos y provincias americanos integrados en la Corona, que
alcanzó su plenitud en torno al año 1808, fecha en que coincidió con otro proceso
histórico: el de independencia y revolución nacional contra los propósitos de
Napoleón, que albergaba la esperanza de integrar a España en el complejo
imperial europeo, como medio eficaz y definitivo de inclinar a su favor la secular
lucha mantenida por Francia contra Gran Bretaña por el dominio de los mercados
coloniales de larga distancia oceánica. La definitiva conclusión de esa contienda,
que llenó todo et siglo XVIII, tuvo lugar en Waterloo en 1815. Ello quiere decir
que la etapa histórica aquí estudiada se sitúa entre 1808 —confluencia de los dos
procesos históricos citados— y 1815, definitiva derrota de Francia, lo que permitió
a la triunfadora Gran Bretaña acometer con bríos el proyecto de humillar a España,
uno de cuyos medios fue el tendido de un poderoso tejido político, económico,
ideológico, cuyo objetivo principal consistía en apoyar la independencia de los
reinos y provincias americanos de la corona española, para conseguir la prioridad y
los máximos rendimientos en el comercio continental.
En primer lugar, el modelo del conflicto comercial, que ofrece un amplio panorama
de efectos inducidos por el cambio del sistema de monopolio al de ampliación de la
teoría fisiocrática. Se acentuó, además, el papel social y político de los
comerciantes y adquirió un singular relieve la creación de nuevos consulados que
jugaron un papel de primera importancia en la financiación de la independencia
(pese a situaciones como la de Nueva España, donde los que se encontraban en
manos de los europeos fueron enemigos acérrimos de la independencia): por
último, se produjo una inversión de efectos, manifestada en la rivalidad entre
comerciantes criollos y peninsulares- Este conjunto de realidades conflictivas se
efectuó en un proceso largo, con una primera etapa, hasta 1756, en la que se
ensayó la creación de Compañías privilegiadas de comercio y navegación; el
segundo ensayo tuvo como base la teoría fisiocrática y arranca de 1765. para
alcanzar su máximo apogeo en 1778 y culminar en 1886, caracterizándose por la
expansión del monopolio a buen número de puertos peninsulares y americanos,
sobre todo con ánimo de conseguir un máximo aprovechamiento del incremento de
producción.
Existe, por último, un cuarto modelo de conflicto, que ejerció una fuerte influencia
sobre la ruptura revolucionaria, produciendo al tiempo la extrema variabilidad de
contenidos, debido a la yuxtaposición y coexistencia de. al menos, seis comentes
ideológicas en el final del siglo XVIII y los primeros veinte años del siglo XIX.
En primer lugar, el mundo de ideas creadas por la sensibilidad criolla del siglo XVll.
vertebrada muy especialmente por el humanismo jesuítico (no exclusivamente)
que perdura hasta mediados del siglo XVIII y del cual surge el Neoclasicismo
intelectual hispanoamericano; el pensamiento liberal que emanó del reformismo
español y que se centró en la Ilustración, movimiento de minorías intelectuales
preocupado por la organización de la convivencia; la aparición y progresivo
desarrollo de un movimiento de opinión pública que desarrolló los primeros
símbolos de una comunidad regional, siguiendo los derroteros de un doctrinarismo
revisionista; aparición, sobre todo en los centros universitarios, de un sentido
político critico y modernizador en relación con los modos de reflexión sobre la
realidad; el ideario politice preconstitucional con clara tendencia autodeterminativa,
La sociedad del Reino estaba prácticamente dominada por doscientas familias, casi
totalmente criollas, un importante sector de ellas, de origen vasco, enriquecidos
por el comercio, cuyos productos financieros los habían aplicado a la compra de
grandes extensiones de tierras, lo que les había convertido en grandes
hacendados. Por consiguiente, el prestigio social y económico radicaba en estos
hacendados criollos, mientras que la mayoría de la población era su clientela y
estaba subordinada a ellos. Existía, sin embargo, un pequeño pero importante
grupo social medio constituido por abogados, militares, burócratas, pequeños
comerciantes y pequeños propietarios, que aceptaba tácita e implícitamente la
dominación de los grandes señores de la tierra, cuya única posibilidad vedada era
el poder político. Esta estructura explica la enorme coherencia del sector
minoritario predominante: existe una profunda coincidencia en intereses
económicos y sociales.
Uno de ellos era el cura Migue) Hidalgo, cuya ideología inflamó al clero
catedralicio. Sin duda, estas juntas eran defensivas ante la R.O. e Instrucciones
para imponer un préstamo patriótico de veinte millones de pesos, promulgado por
el Consejo de Regencia de España e Indias. La misma posición defensiva se había
apreciado en las reuniones convocadas en el convento de San Francisco, cuyos
principales componentes fueron con fray Vicente de Santa María, el cura de
Huango, el licenciado Ruiz de Chávez y los militares Michelena y Obeso. Cuando el
25 de agosto de 1810 desembarcó en Veracruz el nuevo virrey Francisco Javier
Venegas, realiza ante la Junta la misma petición de dinero para la independencia
peninsular e inmediatamente, estalla la rebelión del cura Hidalgo la madrugada del
16 de septiembre de 1810. La rebelión alcanzó su máximo cuando se hizo cargo
de su dirección José María Morelos, clérigo mestizo, con oíros propósitos.
Por su parte, la Banda Oriental no sólo consuma la disidencia artiguista, sino que
ésta atrae, por razones de identidad económico-ganaderas, las regiones argentinas
del Litoral. Sin embargo, en tales condiciones, a lo largo de 1815 se produce una
inesperada capacidad para iniciar nuevos rumbos políticos y constitucionales; el
Congreso de Tucumán, marzo de 1816, designa director supremo a Juan Martín
Pueyrredón, el cual pacta con San Martín para continuar hasta el final la campaña
del Pacífico que debe comenzar con la liberación de Chile; la estrategia san
martiniana, que consiste en el ataque contra Perú, tiene una clave que es la previa
liberación de Chile y a su vez, ésta queda prácticamente subordinada a la campaña
de Mendoza, el establecimiento en la región de Cuyo de una base de operaciones y
el arriesgado paso de los Andes.
Por su parte, Simón Bolívar establece su base en la remota Guayana con centro en
Angostura. Consigue que los Llanos se vuelvan hacia la causa republicana (José
Antonio Páez, de Apure) y concibe una nueva estrategia que consiste en ir
reduciendo los nudos estratégicos, en sucesivas campañas de mutua ayuda y
apoyo, así reorganiza la nunca acabada resistencia a los Llanos neogranadinos,
cruzando los Llanos y posteriormente los Andes en la época de lluvias, gana la
• ¿Cuáles son las consecuencias más importantes del encuentro del nuevo
mundo para los europeos y los pueblos americanos?
Mientras unos sufren de bubas y fiebres selváticas, los otros mueren de viruela,
tifus o sarampión, en tanto no adquieren resistencia a las dolencias extrañas. Pero
las poblaciones en contacto no son sólo portadoras de gérmenes patógenos o de
genes con cargas hereditarias rivales; también son portadoras de cultura, esto es,
de ideas, prácticas y valores diferentes, de puntos de vista peculiares desde los
cuales contemplan el mundo e interpretan la vida. Del contacto duradero nace el
conflicto entre portadores de culturas dispares; el intercambio de elementos de
una a otra cultura, ambas con tendencias inexorables a prevalecer. El proceso así
originado parte de un punto cero —el momento preciso en que las culturas
distintas entran en contacto— y se resuelve si emerge una cultura nueva o
mestiza del encuentro, o si una de las culturas madres impone sus
determinaciones y se establece como cultura hegemónica.
En situaciones de contacto ninguna cultura dona o presta a otra todos los aspectos
o elementos que la integran; el intercambio es selectivo y, además, el contacto casi
siempre se realiza en posición, forma y medida asimétricas. Los portadores de
cultura dominante imponen a los pueblos subordinados aquellas partes de su
cultura que contribuyen a consolidar la hegemonía sin recurrir permanentemente a
la fuerza para mantenerla. Tal es la conversión obligada de los indios al
cristianismo, seguida por el condicionamiento a ciertos valores como la obediencia,
el sufrimiento, el trabajo estandarizado, entre otros, que favorecen una prolongada
«pax» colonial sin necesidad de sufragar el coste de un ejército profesional. Los
mismos portadores de cultura dominante esconden o prohíben a los indios el
aprendizaje de oficios y técnicas, como la fabricación y uso de armas de fuego, que
ponen en peligro la supremacía obtenida al ganar la tierra.
los lingüistas afirman son cerca del millar. Evidentemente, la dispersión de los
asentamientos humanos condujo al excesivo fraccionamiento de las comunidades.
Sin embargo, en Centroamérica y en el corredor andino es posible encontrar en
marcha un movimiento de concentración lingüística que hace del nahua y el maya,
del quechua y el aymara, lenguas generales compartidas por pueblos imperiales.
En estos casos el castellano, durante la época colonial, se impone como lengua
secundaria a la población india y no es sino hasta fines de tal período cuando
adquiere el carácter de lengua dominante. El contacto con las lenguas generales
indias, le obliga a aceptar una suma relativamente grande de americanismos que
enriquecen su léxico una vez que las voces indias sufren modificaciones fonéticas y
morfológicas para adaptarse a la índole del castellano. Este se enriquece con tales
adiciones, pero no experimenta cambios sustantivos en su estructura profunda; de
este modo el idioma nacional hablado en Argentina, Perú, Colombia, México y
Cuba, si bien muestra ciertas diferencias, es fundamental y esencialmente
castellano hablado en América hispánica; no una tendencia a la formación de una
lengua distinta, sino, por el contrario, a su homogeneización, a medida que los
medios de comunicación masivos acercan más y más a los países indohispanos en
una sola anfictionía.
Contrasta el desarrollo del castellano en América con el del latín en España y el del
francés en Haití. El primer caso da origen a lenguas nacionales diversas —catalán,
castellano, gallego— bien diferenciadas y con literatura propia que las identifica
como entidades lingüísticas vigorosas, no obstante la común procedencia del
idioma imperial del Lacio. El francés, al entrar en contacto con los distintos modos
de habla africanos, da nacimiento, en Haití, al «creóle» como lengua general; en
cambio, en la parte española de Santo Domingo, el castellano prevalece sobre los
idiomas de África. ¿Cómo se explican estas diferencias? La naturaleza del
contacto socio-cultural, el espacio en que éste se actualiza, la densidad de
población comprometida en el encuentro, la proximidad o distancia de las formas
de convivencia, el carácter de la explotación colonial, la rigidez o permisibilidad de
la barrera de color, la segregación o contigüidad social; en fin, el grado e
intensidad de la asimetría económica de los niveles de desarrollo socio-cultural que
contraponen a la minoría dominante con los pueblos o clases subordinadas,
determinan, en cada país o región, el curso y el estado específico de los procesos
complementarios de culturación y asociación en juego, resultantes del conflicto de
fuerzas entre formas de comportamiento y sistemas de relaciones opuestas que
tienden a su total identificación y se manifiestan, objetivamente, en fases variadas
de contradicción.
estructura lingüística. Las lenguas americanas, aun las que son propias de bandas
o comunidades, reducidas en número y extremadamente simples en sus formas de
vida económica, en sistemas de comunicación, expresión y creatividad acabados y
con capacidad bastante para acomodarse a nuevas condiciones en su desarrollo.
El castellano o el portugués no son superiores a las lenguas tribales, a cuyos
hablantes dominan; su hegemonía deriva del señorío impuesto por la conquista y
la evangelización.
De ahí que en las urbes y en los países donde el indio, como final consecuencia de
su confrontación con el español, no es ya en la actualidad parte de cuenta en la
configuración cultural de la sociedad clasista, aún cuando su presencia como factor
biológico sea evidente en la composición demográfica, predomine el castellano en
absoluto. No sucede lo mismo en las regiones interculturales de refugio donde el
contacto continuado y de primera mano entre indio y ladino es todavía un hecho
social vigente. En ellas las lenguas indias persisten en la vida cotidiana, en
competencia con la lengua nacional.
pero también una subordinación completa respecto a la suma más o menos fija de
alimentos disponibles.
Los grupos más expuestos al contacto y aquellos situados en los trópicos, donde la
interacción con el hábitat es más frágil son, por supuesto, los que soportan el más
grave menoscabo. Las bandas recolectoras-cazadoras, las tribus de agricultura
primitiva pueden, entonces aún, retirarse del alcance del hombre de Occidente y
un cierto número de grupos étnicos, establecidos en las zonas nucleares de Meso y
Sudamérica, huyen al amparo de las montañas, pantanos y desiertos, y en
regiones de refugio escapan de los efectos más violentos del shock cultural.
Consolidada la colonia, allá van a buscarles los agentes de aculturación del grupo
dominante: los encomenderos, hacenderos y sus administradores, los oficiales
reales y sus tenientes, los curas beneficiados y sus vicarios, los comerciantes y sus
cajoneros. Población masculina en su totalidad que fija radicación en el centro
ceremonial de la región; primero, como simple advenediza; después, como vecina
residente; pero, en uno y otro caso, tomando para si los papeles directivos.
Sentado el pie firme en territorio indio, criados y familiares acuden a engrosar el
núcleo extraño y, al multiplicarse éste, endogámicamente queda constituida una
inclusión ladina. El tiempo y las oportunidades que ofrece la región, así como el
tono y el monto de la resistencia nativa, determinan el desmoramiento de la
inclusión, su permanencia como tal o su incremento hasta el punto de igualar o
superar a la población aborigen.
España y Portugal pasan la primera revolución agrícola entre los siglos XI y XIII;
cambios técnicos modifican el paisaje europeo al extender los campos cultivados
por pantanos, selvas y llanuras mal drenadas. Para fines del siglo XV el sistema
feudal cede ante el ímpetu del capitalismo, con su concepción bien definida de las
finalidades de la producción, del conocimiento técnico acumulativo y su mejor
utilización. Al articularse la economía capitalista con las formas de producción
americanas, éstas son afectadas casi hasta su extinción.
El continente americano, incluyendo tanto la América del Norte como la del Sur,
constituye, después del África subsahariana, el área de mayor concentración de
población negroide en el mundo; es decir, América y África conforman hoy las dos
grandes regiones negras de nuestro planeta. Resultado de lo anterior es que en
varias importantes zonas y países de América el negro ha venido a ser elemento
fundamental y hasta determinante en la estructuración de su configuración social,
tanto desde el punto de vista cultural como étnico. Aunque esta circunstancia
afecta a todo el hemisferio occidental, en estas páginas vamos a circunscribirnos a
la América Hispana, objeto exclusivo de nuestra atención.
El tráfico tuvo sus inicios cuando a principios del siglo XV los lusitanos, en sus
exploraciones hacia el sur por la costa Atlántica de África, en busca de oro, reinos
cristianos y el camino hacia el Asia, tomaron contacto sobre todo al sur del Cabo
Verde y a lo largo del litoral del Golfo de Guinea con los pueblos negroides del
Subsanara, rápidamente se involucraron los portugueses en un activo intercambio
que, amén de productos tales como oro y marfil, incluía esclavos, comercio éste ya
usual y muy antiguo entre los africanos de ese ámbito. En ese territorio, a lo largo
del siglo XV y primera mitad del XVI, los portugueses establecieron factorías
comerciales fortificadas desde las que fluía hacia Europa, bajo el control portugués,
un activo tráfico de varios productos entre los que se destacaban ya los esclavos
negros, que hacia fines del siglo XV aparecían como mano de obra servil en los
mercados laborales de Portugal y el sur de Castilla.
Por otro lado, el nombre de muchos grupos culturales o tribus africanas ha llegado
hasta nosotros en las fuentes documentales, en la forma de alguna denominación
interpuesta por los exploradores, traficantes o esclavistas europeos y no en la que
se daban los propios aborígenes, que es generalmente la que ha persistido y
llegado hasta el presente. Se sabe, además, que naciones africanas que están
registradas en documentos de la época han desaparecido o perdido su importancia
de tal manera que no están ya hoy incluidas en los mapas o inventarios tribales.
Muchas veces, también un mismo nombre tribal se utilizaba en la denominación de
tribus diferentes, de distinta procedencia. Otras veces se determinaba la
procedencia de los esclavos que entraban en las diversas colonias americanas
mediante un nombre genérico, como el de negros de Guinea o Senegal. Con este
apelativo tan general, cubriendo tan amplia zona, resulta difícil conocer sus
Para entender más cabalmente los orígenes y procedencia de los africanos traídos
como esclavos a América, hay que contar con dos factores adicionales. Antes que
nada, la época de introducción; de acuerdo a la ocasión variaban los lugares de
donde eran obtenidos los esclavos. Así. en la etapa inicial de la traía eran traídos
de las regiones adyacentes al Cabo Verde; más tarde, del área del golfo de Guinea,
y en épocas posteriores, de Angola. En segundo lugar, es necesario tomar en
consideración la nacionalidad de los traficantes, pues estos extraían los esclavos de
aquellas zonas donde estaban ubicadas sus factorías y zonas de influencia.
de esclavos africanos.
Estas dos luchas habrán de determinar gran parte del carácter y configuración del
poblamiento negroide del Nuevo Mundo al diferenciarse las diversas potencias
colonizadoras en sus fuentes de esclavos, sus rutas comerciales, sus mercados, sus
áreas a colonizar y el carácter que imprimieron allí a la institución esclavista.
Los primeros adquiridos por los portugueses al iniciar sus actividades en el litoral
noroeste de África eran berberiscos de la Mauritania; más tarde, al avanzar hacia el
Sur los obtuvieron de los pueblos negroides del Senegal y regiones aledañas.
Todos estos esclavos eran vendidos en Portugal y el sur de España como sirvientes
personales y trabajadores agrícolas. Todavía en el siglo XVII perduraba su
presencia, o la de sus descendientes en la Península; como notable testimonio de
ello queda, entre otros, el recuerdo de Juan Pareja, el ayudante mulato del pintor
Diego Velázquez. En la segunda mitad del siglo XV los portugueses centraban ya
sus actividades en el Golfo de Guinea, región rica en oro y otros valiosos productos
de exportación y establecieron allí extensas factorías comerciales en las cuales la
extracción y trafico de esclavos negros vino también a jugar importante papel.
Además de ser exportados al Sur de la Península Ibérica, estos esclavos eran
llevados a las islas de Cabo Verde y Madeira, donde los portugueses habían sido los
primeros europeos occidentales en iniciar el plantío e industrialización de la cana de
azúcar.
Hasta entonces los esclavos debían ser traídos directamente de la Península Ibérica
y eran utilizados en las Antillas para la extracción de oro en ríos y yacimientos,
labores agrícolas en general y labor de construcción doméstica. Ya en esa segunda
década del siglo, la creciente demanda lleva a la petición de muchos colonos y
autoridades a favor de la extracción directa de las costas de África, sin previa
cristianización en España. A pesar de que algunas importantes figuras de la corte
española, como el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros recelaban de la
continuada introducción de negros en América por temor a posibles insurrecciones,
prevaleció el criterio favorable a la importación sistemática en gran escala
directamente del continente africano. Es así que por cédula del 18 de agosto de
1518, Carlos V, recién llegado al trono de España, otorgó a Laurent de Gouvenot,
uno de sus favoritos flamencos, un asiento o licencia para introducir cuatro mil
esclavos en las colonias españolas de América.
hacia Europa, que había virtualmente cesado a mediados del siglo XVI cuando el
total introducido había llegado a 50.000 según cálculos modernos. Hacia mitad del
siglo XVII hubo un dramático aumento en el mercado esclavista. Claramente
manifiesta ya la decadencia española, sus rivales europeos —holandeses, franceses
e ingleses— se habían apoderado de la mayor parte de las Antillas Menores y
comenzaban a sembrar en esas tierras caña de azúcar y tabaco a base de mano de
obra esclava. Creaban así estos europeos su propio mercado para el tráfico
africano; además, como ya hemos señalado, estas islas eran base de un creciente
contrabando esclavista por el imperio español.
El dominio entonces establecido por los holandeses sobre el noroeste del Brasil,
aunque duró tan solo de 1630 a 1654, aumentó la demanda y llevó a los
holandeses a pretender asegurar sus fuentes de abastecimiento, asentándose en
numerosos puntos costaneros del África Occidental. Para mediados de siglo
constituían factor decisivo en el comercio de todo aquel litoral desde Cabo Verde
hasta el delta del Río Níger. Hacia la década de 1660 el número de esclavos
transportados anualmente a América ascendió aproximadamente a 15.000.
Todavía una parte de este tráfico fluía de fuentes portuguesas, ya que éstos
mantenían el dominio sobre lo que hoy es Angola, e imperaban de nuevo en el
Brasil, monopolizando así buena parte del tráfico negrero al Sur del Ecuador; el
remanente de la trata negrera, en realidad la más valiosa y la que más velozmente
aumentaba, permanecía sólidamente en manos de las potencias europeas rivales
de Portugal y España.
Durante la segunda mitad del siglo XVII, Gran Bretaña, Francia y Holanda se
enfrentaron mutuamente en una serie de conflictos armados como resultado de los
cuales los holandeses perdieron la supremacía que por un tiempo habían
mantenido sobre el comercio marítimo en América y el litoral atlántico africano,
que-dando entonces Francia y Gran Bretaña como principales rivales al respecto.
Por un corto tiempo, luego de asumir en 1700 la dinastía borbónica francesa el
trono de España, una compañía de esa nacionalidad disfrutó el asiente negrero en
las colonias españolas. Durante ese lapso los franceses introdujeron en la América
Española esclavos procedentes mayormente de Gambia y el Senegal, su principal
zona de influencia entonces en África Occidental. En 1713, al terminar la Guerra
de la Sucesión Española. Gran Bretaña impuso sus términos en el Tratado de
Utrecht y el Asiento pasó a manos de una compañía inglesa, la que con el respaldo
político y armado de su nación ejerció el monopolio por algún tiempo, alternando la
vía legal con el contrabando. Los esclavos procedían ahora en su mayoría del
Golfo de Guinea, sobre todo de la llamada Costa de Oro (actualmente la República
de Ghana) donde los ingleses mantenían gran número de factorías fortificadas.
Luego de frecuentes conflictos con las autoridades españolas, el contrato fue
abrogado en 1750 por mutuo acuerdo previa indemnización a Gran Bretaña.
- ¿Qué ocurre con la población negra en América tras el contacto con la nueva
cultura? Argumentar.
Orígenes
La mayor conciencia de discriminación, como era natural, se tenía que dar entre
los estratos con más educación. De ahí que uno dé los sectores en que primero
surgió el sentimiento criollista fuera entre los miembros de las ordenes religiosas y
entre el clero secular, impedidos de ocupar los cargos eclesiásticos más
importantes. Su reacción fue esforzarse porque se fundaran Colegios Mayores y
Universidades, que les permitieran tener los grados académicos para poder
competir con los peninsulares. Esa es también la razón por la que en las órdenes
religiosas fuera donde primero se peleó y obtuvo la «alternativa», a mediados del
siglo XVII, consistente en que los puestos de más rango (generalmente electivos)
debían de alternarse entre peninsulares y criollos. Pronto pasó esta práctica a los
cargos del Cabildo.
Empero, el hecho real fue que las dignidades importantes alcanzadas por los
criollos fueron más la excepción que la regla. Pocas veces llegaron a ser virreyes y
arzobispos. En general tuvieron que conformarse con empleos medios. Pero si
bien no conseguían el más alto poder político, hubo quienes alcanzaron el poder
económico y el poder político local (municipal). Además, la aristocracia criolla
satisfizo su vanidad comprando títulos nobiliarios, que por supuesto fueron más
abundantes en los Virreinatos que en el resto de los territorios. Finalmente, no hay
que dejar de mencionar que la aristocracia criolla buscó mantener la limpieza de
sangre casándose sólo con otros criollos igualmente “puros” o con peninsulares.
Se daban cuenta que su competencia con los españoles europeos, tenía más
posibilidades de éxito si continuaban siendo totalmente blancos.
La élite criolla podía estar descontenta por el contraste entre sus aspiraciones y la
realidad, pero veía que poco a poco iban conquistando posiciones. Empero, en la
segunda mitad del siglo XVIII se da un claro retroceso en esta tendencia. El
amplio programa borbónico de reformas administrativas afectó directamente las
reivindicaciones de los criollos. La instauración del régimen de Intendencias y de
otras reorganizaciones supusieron que la mayoría de los nuevos altos cargos
fueran peninsulares. Esto aumentó el descontento en las élites criollas, reforzando
el carácter de sus reclamaciones.
Sin embargo, en otras regiones las ideas emancipadoras apenas tomaban forma y
se discutían con sigilo. Aunque compartían su conciencia de la desigualdad con
que eran tratados los americanos, todavía no se consolidaban las tendencias
emancipadoras. Por eso, cuando llegó, en 1810, la convocatoria para una
Asamblea Nacional constituyente en España —después comúnmente conocida
como las Cortes de Cádiz— no sólo la aceptaron con cierta ilusión, sino que se
apresuraron a efectuar las elecciones de sus representantes. Se llevan a cabo así
las primeras designaciones de diputados por consulta popular, y con denodado
esfuerzo las élites criollas se ponen a redactar los documentos que recojan sus
aspiraciones fundamentales. Es interesante notar como, a pesar de las diferencias
que se encuentran, las reivindicaciones básicas resultan similares.
Podemos ver que los representantes suplentes americanos planteaban dos tipos de
cuestiones: unas de índole política (más igualdad y participación) y otras de
carácter económico (más libertad y acabar con el monopolio comercial). El asunto
del regreso de los jesuitas aparece como algo agregado, que recogía una común
aspiración de las élites hispanoamericanas que habían sentido un hondo vacío en la
educación de sus hijos con la salida de la Compañía.
Los debates que provocaron las proposiciones fueron difíciles y, se logró bien poco.
Los peninsulares no estaban dispuestos a dejar que en el órgano constituyente
primero y en el legislativo después, hubiera mayoría americana. Salieron a relucir,
en ambos bandos, argumentos de fondo racista que dejaron en todos muy mal
sabor. En cuanto a la libertad económica, los principales afectados, los
comerciantes gaditanos, hicieron uso de todos sus recursos para evitar cambios.
Lo único que dejó la discusión, tanto entre los propios diputados como en los
territorios americanos, fue el convencimiento de su discriminación y una frustración
en sus esperanzas de obtener una verdadera igualdad con la Constitución.
Esta nueva argumentación no tuvo más suerte que la primera y sólo contribuyó a
aumentar el mal sabor y la frustración. Los diputados americanos continuaron su
participación en Cádiz, que culminó con la firma y promulgación de la Constitución
en marzo de 1812. Los sectores moderados americanos aún esperaban que su
aplicación permitiría obtener lo que cada vez exigían con mayor urgencia. Empero,
los acontecimientos posteriores y sobre todo la derogatoria de la Constitución en
1814, con todas sus secuelas, sólo sirvieron para reforzar el convencimiento en
Hispanoamérica por una independencia absoluta, y que era necesario coordinar los
esfuerzos a lo largo del continente para garantizar el éxito de la empresa.
La contienda, con sus alternativas en favor de uno u otro bando, va poco a poco
inclinándose a favor de los americanos. No sólo han templado su espíritu en el
fragor de la lucha, sino que han ido adquiriendo mayor seguridad en sí mismos,
han ganado más adeptos y se han dado cuenta de que el proceso se ha hecho
continental. En ese. momento la conciencia independentista apunta a un ideal
federativo, basado en la hermandad y los intereses comunes.
Es una idea grandiosa —escribió— pretender formar de todo el Mundo Nuevo una
sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que
tienen un origen, unas costumbres y una religión, debería por consiguiente, tener
un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse;
más no es posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses
opuestos, caracteres desemejantes, dividen a la América. ¡Qué bello sería que el
istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!
Tres años más tarde, en Angostura (hoy ciudad Bolívar) dirigió su conocida carta al
Supremo Director de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Juan Martín de
Pueyrredón. Es la primera oportunidad en que transmite su aspiración a un
gobierno americano. Plantea la necesidad de un pacto americano para formar
todas nuestras repúblicas un cuerpo político. Ahora que comenzaba con la
independencia «nuestra regeneración», debía hacerse una unión para sobrevivir.
Lo que en 1820 parecía un sueño alcanzable se desvaneció para quedar sólo en los
escritos idealistas y en las periódicas declaraciones líricas y aspiraciones
permanentes. La desilusión de los protagonistas fue grande. Y nada mejor para
mostrarla que la pluma de un contemporáneo que compartió esos sueños y que los
vio frustrarse. Antonio José de Irisarri, un auténtico americano que nació en
Guatemala pero que actuó en muchos países, escribió en 1844: “Cuando no había
naciones americanas, todos los hombres de esta América éramos hermanos,
éramos buenos sujetos, éramos hospitalarios, teníamos unos mismos intereses,
hallábamos compatriotas nuestros en cuantos hombres había entre el Cabo de
Hornos y los confines australes de los Estados Unidos; pero la maldita
nacionalidad, que nos desnacionalizó y nos hizo extranjeros en las siete octavas
Recapitulación
Solución de Problemas
En la lectura planteada se afirma que los indígenas no estaban en contra del rey.
responder las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles cree que fueron las fallas del rey en el manejo de las colonias?
- ¿Cuáles hubiesen sido las estrategias para evitar la perdida de las colonias?
Repaso Significativo
De acuerdo a los siguientes planteamientos sociales, políticos y económicos
consultar hechos que permitan afirmar o refutar su veracidad.
Autoevaluación
• Ver la película “La Misión” con Robert de Niro y realizar un texto critico
relacionado con el tema de la unidad.
Bibliografía Sugerida
CARRERA DAMAS, Germán. Historia de la Historiografía Venezolana. Ediciones de
la Biblioteca – Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1968.
HANKE, Lewis. Estudios Sobre Fray Bartolomé de las Casas y Sobre la Lucha por la
Justicia en la Conquista Española de América. Ediciones de la Biblioteca –
Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1968
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
CARRERA DAMAS, Germán. Cuestiones de Historiografía. Ediciones de la
Biblioteca – Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1968
HANKE, Lewis. Estudios Sobre Fray Bartolomé de las Casas y Sobre la Lucha por la
Justicia en la Conquista Española de América. Ediciones de la Biblioteca.
Universidad Central de Venezuela. Caracas. 1968
http://www.sispain.org/spanish/history/discover.html
http://www.Monografías.com
Enciclopedia Encarta 2004. Biblioteca de Consulta.