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tras del legítimo monarca. Herodes no entendió cuál era la verdadera identidad de Jesús pero
de todas maneras decidió que este niño debía morir.
Hay dos temas centrales en esta unidad. Uno es el reconocimiento del pequeño Jesús por
parte de aquellos de quienes menos se lo espera. No son los poderosos los que se alegran por
su llegada sino los humildes y –en este texto en particular– los sabios extranjeros. Que trajeran
ofrendas no debe hacernos pensar que eran ricos. Más bien que detrás de esos presentes se
muestra la alta estima que tenían por el niño y el reconocimiento de su carácter de rey.
El segundo tema es el conflicto de proyectos entre Herodes y los sabios. Es interesante ver que
los sabios no conocen de la existencia del niño por su propia sabiduría. No es su ingenio el que
les conduce ante el rey sino el disponerse a seguir las señales que Dios pone en su camino.
Pero las siguen para adorarlo, no para evitar su reinado. En la otra vereda, el poderoso rey
Herodes utiliza sus conocimientos –y el de sus sacerdotes y escribas– para oponerse al plan
de Dios.
Énfasis para la predicación
Entendemos que este pasaje puede ser utilizado en la predicación para enfatizar tres aspectos:
1. Dios se muestra a los pequeños.
2. Él nos dirige a un encuentro con su persona.
3. Nuestra vida se enriquece con su presencia.
1. Dios se muestra a los pequeños y se esconde a los poderosos. Esto quiere decir que se
muestra como es a los pequeños. Y también se muestra a los poderosos pero aunque lo
ven sucede que no lo entienden. Los valores que rigen la vida de los poderosos les impiden
ver en el niño al salvador. Por el contrario lo ven como adversario, como aquel que
cuestionará su poder, y como alguien que viene a poner en evidencia su ingratitud y su
dureza de corazón. Lo que aleja a Herodes del niño de Belén no es la actitud de Dios sino
su propio egoísmo que lo lleva a anteponer su ambición personal y la de su grupo social a
los intereses de las mayorías de las que se sirve. Eso nos debe hacer pensar en nuestra
propia aproximación al Cristo ¿Cómo nos preparamos para acercarnos a Jesús? Si no
dejamos de lado nuestras mezquindades no seremos capaces de entender qué sucedió
aquella noche ya lejana pero tan próxima a quienes se disponen a aceptar su mensaje.
2. Dios conduce al encuentro con él. En ocasiones creemos que somos nosotros los que nos
acercamos a Dios. En realidad es él quien nos conduce hasta su Hijo y quien nos muestra
el camino que conduce a su reino. Así como los sabios se dejaron guiar por la estrella –y
luego por revelación no fueron de vuelta hacia Herodes– nuestra vida debe estar dispuesta
a dejarse guiar por los signos que Dios pone en nuestra vida. Es algo muy arrogante creer
que somos nosotros los que nos disponemos a servir a Dios, como si fuéramos tan buenos
que deseamos hacer su voluntad casi como un favor al creador. Pero la perspectiva cambia
cuando constatamos que es él quien nos viene a buscar donde estamos –la parábola de la
oveja perdida– y nos conduce hasta su presencia. Así como lo hicieron los sabios nosotros
debemos dejarnos guiar por la perspectiva de Dios que nos conducirá hacia su Hijo.
3. Quienes lo reconocen le ofrecen lo mejor que tienen. Los sabios entregaron metales
preciosos y sustancias aromáticas. Eran objetos valiosos propios de los reyes, pero el
símbolo que está detrás de ellos es que entregaron sus mejores pertenencias. Uno podría
engañarse creyendo que esto se refiere a donar las pertenencias materiales pero en el
desarrollo del evangelio llegaremos a saber que esa entrega va a consistir en dar la vida
misma. Pero la vida dada a Cristo no es una vida que se pierde como cuando damos una
moneda sino por el contrario es una vida ganada para servir al prójimo, para alabar a Dios y
para construir un mundo más humano. Las ofrendas de los sabios de oriente anuncian lo
que ha de reclamar Jesús de sus discípulos: que lo más preciado sea puesto a su servicio.
La predicación puede también aludir a Isaías 60.1-6 donde se anuncia que a la oscuridad que
prevalecerá sobre la tierra Dios opondrá la luz de su presencia entre las naciones. Refiere a un
tiempo de angustia y silencio por la situación social durante el período posterior al exilio
babilónico. En esa época surgió el clamor por un Mesías que liberara a Israel de sus penurias.
Y el nacimiento de Jesús vino a poner por obra la esperanza centenaria de que el creador se
manifestara a través de su Mesías. Y de que este Mesías traería salvación a la tierra.
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
Canciones:
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
es dejarnos transformar por el Espíritu que desciende sobre Jesús. ¿Cómo es su vida después de
recibir el Espíritu de Dios?
Jesús se aleja del Bautista y comienza a vivir desde un horizonte nuevo. No hemos de vivir para el
juicio inminente de Dios. Es el momento de aceptar a un Dios Padre que busca hacer de la
humanidad una familia más justa y fraterna. Quien no vive desde esta perspectiva no conoce
todavía qué es ser cristiano.
Movido por esta convicción, Jesús deja el desierto y marcha a Galilea a vivir de cerca los problemas
y sufrimientos de la gente. Es ahí, en medio de la vida, donde hemos de sentir a Dios como un
Padre que atrae a todos a buscar juntos una vida más humana. Quien no siente así a Dios no sabe
cómo vivía Jesús.
Jesús abandona también el lenguaje amenazador del Bautista y comienza a contar parábolas que
jamás se le hubieran ocurrido a Juan. El mundo ha de saber lo bueno que es este Dios que busca y
recibe a sus hijos perdidos porque solo quiere salvar, nunca condenar. Quien no habla este
lenguaje de Jesús no anuncia su buena noticia.
Jesús deja la vida austera del desierto y se dedica a hacer “gestos de bondad” que el Bautista
nunca hubiera hecho. Cura enfermos, defiende a los pobres, toca a los leprosos, recibe en su mesa
a pecadores y prostitutas, abraza a niños de la calle. La gente tiene que sentir la bondad de Dios en
su propia carne. Quien habla de un Dios bueno y no hace los gestos de bondad que hacía Jesús
desacredita su mensaje.
José Antonio Pagola, español, ex sacerdote ICR, en Camino abierto por Jesús,
Lucas. PPC Cono Sur, Bs As, 2012.
Atentos a lo que espera nuestra gente, nos preguntamos por los enfermos, por los que
atraviesan una crisis familiar o laboral, y agradecemos por las vacaciones y encuentros con
la gente querida, por los campamentos y por la revisión de la vida en el año recién pasado.
Aprovechemos la oración de gratitud o de intercesión en nuestro culto, anotando las señales
que nos dan esos testimonios sobre nuestra comunidad.
Tiempos de visitaciones a familiares o amigos lejanos, de visita a internados en hospitales
o en hogares de ancianos, de visita a comunidades en lucha por su vida y por su dignidad,
de acompañamiento a personas y familias que han perdido a seres queridos…
Oramos por nuestra iglesia y la apertura al Espíritu de Dios, que nos renueve y que nos
reavive, en el verdadero espíritu de Jesús, el identificado con su pueblo, el cordero que se
ofrece en alabanza a Dios y en servicio para la libertad de muchos, nunca en un dios
ensimismado ni en pueblo de adoradores de sí mismos.
El bautismo se asocia con el nombre del bautizado. Dios le pone nombre de hijo al Jesús
bautizado. En el texto de Isaías, Dios ha llamado por su nombre al pueblo creyente de
Israel, los que llevan su nombre. La primera comunidad de Samaria recibe el bautismo del
Espíritu Santo, y todos recibimos la marca de ese sello de Dios, dándonos un nuevo nombre
como hijos e hijas de Dios.
Los nombres de nuestros bautizados pueden ser revalorizados en los actos bautismales,
más allá de que nuestra cultura no vincula el bautismo con el dar el nombre. Podemos
preguntar a los padres los motivos que los llevaron a ponerle ese nombre a esa hija, a ese
hijo. Podemos recordar el origen del nombre, de acuerdo a su etimología, o su sentido en el
relato bíblico…
Canciones:
Momento nuevo – CyF 269 – Creación colectiva, Brasil – Tr. P. Sosa
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
“Un signo, el primero de los signos, un gesto pleno de contenido porque revela quién es
Jesús, su misión y su misterio. Este signo consiste en manifestar –otra vez manifestación-:
epifanía, el amor del Padre Dios para con todos y para cada ser humano.
En verdad la señal es portentosa, pero lo que más me conmueve es lo que me muestra. Es
signo que señala a Jesucristo, quien desea y se preocupa para que con su misma vida,
pasión, muerte y resurrección, la fiesta nuestra sea plena, completa. Que la vida sea plena.
Un gesto, algo que se esboza, que se asoma. Mostrándome que Dios me ama, te ama, y
quiere intervenir en la trama de tui vida y en la mía, para invitarme e invitarte a la fiesta.”
David J. Calvo, pastor de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, en La
Palabra anunciada, edición del autor, Bs As, 2014.
se quedaba preparada en el cuarto o estancia de las mujeres (Jl 2.16); hombres y mujeres se
hallaban separados en la fiesta, aun durante el convite.
Haag y otros, Diccionario de la Biblia, Herder, España, 7ª edición, 1978.
Juan 2.1-11
Introducción: El día sexto. La obra del Mesías (2.1 – 19.42)
El dato cronológico, Al tercer día, que abre el episodio de Caná, completa la rigurosa sucesión día a
día comenzada en 1.29. Puede decirse que Jn crea una secuencia cronológica con la sola intención
de datar el episodio de Caná. Para ello dispone en días sucesivos el testimonio de Juan Bautista y
los encuentros de los discípulos con Jesús. El primer día hace Juan su declaración ante la comisión
enviada por las autoridades religiosas (1.19-28); el segundo pronuncia un solemne testimonio sobre
la misión del que viene (1.29-34); en el tercero tiene lugar la última declaración de Juan y la
adhesión de los primeros discípulos a Jesús (1.35-42); el cuarto día, Jesús decide salir para
Galilea, llama a Felipe y se verifica el encuentro con Natanael.
La datación siguiente es la que encabeza el episodio de Caná: Al tercer día, a partir del cuarto
(1.43). Según el modo de hablar de aquel tiempo, “al tercer día” significa dos días después. El día
en que ocurre el episodio de Caná es, por tanto, en la sucesión creada por el evangelista, el día
sexto.
Ahora bien, el sexto día, según el relato de los orígenes, había sido el de la creación del ser
humano (Gn 1.26-31). El autor crea así el simbolismo temporal, para indicar que tanto la actividad
como la muerte de Jesús son la continuidad y culminación de la obra creadora de Dios. En efecto,
en 11.55 se anuncia la última Pascua y en 12.1 se abre otro período de seis días: seis días antes
de la Pascua, que culminará con la muerte de Jesús, colocada por este día cronológico también en
el día sexto, día de preparativos y víspera de Pascua (19.31, 42).
En el Prólogo, la Palabra primordial era, contenía y ejecutaba el designio creador de Dios (1.3,19),
referido sobre todo a su actividad con el ser humano (1.12s, 17). Con su artificio literario de la
sucesión de días pretende Jn, por tanto, continuar el tema de la creación anunciada en el prólogo.
A pesar de la afirmación de Gn 2.2: “para el día séptimo había concluido Dios toda su tarea; y
descansó el día séptimo de su tarea”, la creación no estaba terminada, pues el hombre no había
llegado aún a su plenitud ni, por tanto, a la condición de hijo de Dios (1.12). Por eso Jesús no
reconocerá el sábado, día de descanso divino; continúa el día sexto, y el Padre sigue trabajando
(5.17). La obra del Padre quedará terminada cuando Jesús, al final del día sexto, lo declare en la
cruz: Queda terminado, y entregue el Espíritu (19.30), dando a los hombres la posibilidad de nacer
de nuevo y hacerse hijos de Dios, objetivo del proyecto creador.
Este simbolismo buscado por el autor muestra que la obra de Jesús da remate a la acción
creadora. El día sexto que comienza con Caná entrará en su hora final con la segunda serie de seis
días (12.1; cf 2.4; 12.23), para culminar con su muerte. La inexistencia del sábado hace que las dos
semanas simbólicas de la vida de Jesús contengan solo seis días (1.19 – 11.54; 12.1 – 19.42).
Acabada su obra, comienza el “gran descanso” (19.31) y amanece el primer día, la semana
definitiva (230.1), que pone en marcha la nueva creación.
Bendición Irlandesa
Que la tierra se vaya haciendo camino ante tus pasos.
Que el viento sople a tus espaldas.
Que el sol brille cálido sobre tu rostro.
Que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos.
Y hasta cuando volvamos a encontrarnos,
Dios te guarde en la palma de su mano.
Antigua Bendición Irlandesa
Canciones:
El Señor es mi fuerza – CyF 217 – Juan A. Espinoza, España-Perú
Estoy cantando alegre – CyF 210 – Noris Zambrano, Argentina
Enero 27, 2019 – Tercer domingo después de Epifanía (Verde)
Somos el evangelio de la misión de Dios, para traer libertad a los más necesitados, y así
comenzamos por los últimos para llegar a todos, pobres y cautivos, ciegos y cegados.
¿Quién no es pobre y cautivo delante de Dios, quién no es ciego o quién no está
momentáneamente cegado?
Volvamos a ser misioneros ante nuestros vecinos, en primer lugar, y luego ante todos,
volvamos a ser iglesias de misión para llevar las buenas noticias que Dios nos trajo en la
palabra y en la vida y muerte y resurrección de Jesucristo, traduciendo ese mensaje en
lenguaje y en gestos comprensibles para nuestro mundo de hoy.
Lucas 4.14-21
Con unos pocos trazos, Lucas ubica a Jesús geográficamente en Nazaret y en la sinagoga, y
temporalmente en el sábado. También lo ubica religiosamente como un judío observante: como
era su costumbre fue a la sinagoga. Por tanto, si eran sus pagos y era su costumbre ir a la
sinagoga, era conocido por la comunidad religiosa del lugar, un maestro reconocido.
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De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
Recuérdese que estos vs. son parte de una sección mayor, que va hasta el v. 30 y que se
divide en dos partes muy claras. La primera, nuestra perícopa de este domingo, una comunidad
religiosa que escucha a Jesús leer a Isaías y enseñar y se admira de sus palabras. Lo que
asombra a muchos y finalmente los vuelve contra Jesús no es su lectura de Isaías, sino
aplicárselo a sí mismo al anunciar que “se ha cumplido hoy”. La segunda, el rechazo de esa
misma comunidad; un rechazo casi comenzado por Jesús mismo cuando les dice “Ahora me
van a decir que nadie es profeta en su tierra”.
Entre ambas escenas, la pregunta de la gente “¿Pero este no es el hijo de José?” Por otra
parte, justamente en este rechazo a Jesús de sus coterráneos se demuestra su vocación
profética, pues, efectivamente, nadie es profeta en su tierra. La pregunta que articula las dos
partes de esta narración muestra qué equivocados están en su apreciación de lo que está
sucediendo ante sus propios ojos, qué poco ven a pesar de no ser ciegos.
Como se dijo arriba, el v. 1 conecta con el relato de su bautismo, después del cual regresó lleno
del Espíritu Santo. Ahora Jesús se identifica a sí mismo como el portador de una misión
particular, la elaborada en Isaías. Como también lo muestra la discusión en los versículos
siguientes, Jesús es un profeta lleno del Espíritu Santo, quien como todos los profetas
verdaderos, fue incomprendido y perseguido.
Predicación
No me animo a dar indicaciones precisas en cuanto a la meditación, pues este texto contiene
muchas líneas muy diversas y creo que abre puertas a muchas posibilidades. De ahí que cada
predicador y cada predicadora deberá estudiarlo, meditarlo y aplicarlo según su situación. Aquí
hay algunas pautas:
En el evangelio de Lucas sirve como “programa de gobierno” de Jesús; programa que
cumplió, no que prometió en una campaña política para no cumplirlo.
En el evangelio de Lucas sirve para presentar quién es Jesús. Aquí hay dos líneas
principales:
a. Jesús es un profeta inspirado por Dios para proclamar su mensaje de liberación a toda
persona, desde liberación del pecado hasta liberación político-social de las cadenas de
las distintas esclavitudes.
b. Jesús es Mesías, es rey o líder de su pueblo. Su programa de gobierno no se basa
sobre armamentismo y pauperización de su propia gente, sino todo lo contrario.
Según estos dos modelos, se podría reflexionar sobre la obra del Espíritu (¡o sea, nuestra!) hoy
en nuestras sociedades; o
- Sobre la obra del Espíritu a nivel más personal en cada persona bautizada; o sobre el
sentido de la vocación a partir del bautismo; o
- Sobre si este texto es buena nueva hoy y para quiénes, o si es mala noticia porque
estamos del otro lado.
- Dado que este texto se predica cuando en el sur todavía estamos de vacaciones pero
pronto hay que ir organizando el trabajo del año, otra posibilidad es usarlo como base
para reflexionar sobre las prioridades de la congregación para el próximo año, tanto en
el trabajo diacónico como en el conjunto de la misión.
Mercedes García Bachmann, pastora luterana, en Estudios Exegéticos-
Homiléticos 46, ISEDET, Bs As, enero 2004,
Una sencilla dramatización del texto del evangelio, incluyendo la continuación del texto
para el próximo domingo, serviría para evidenciar la trama del conflicto planteado por Jesús,
desde el buen comienzo en la sinagoga hasta el casi trágico desenlace. Incluso sin
palabras, solo con gestos, puede ser un buen comienzo de la reflexión.
Si hay personas que hablen distintas lenguas en la congregación pueden decir algunas
de las palabras de Isaías en el texto de Lucas, y podrían destacar algún matiz que notan en
esa lengua en particular. Luego se pueden comentar algunos aspectos valiosos en las
últimas nuevas traducciones de la Biblia.
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De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
Quieren tirar a Jesús desde lo alto del monte… ¿Conocemos algunas situaciones de
violencia, de atropello a la integridad física y moral de algunas personas? ¿Qué pudimos
hacer en esos casos como personas y como comunidades? La violencia contra mujeres,
contra niños y niñas o contra diversas minorías, son desafíos para nuestra vivencia del
evangelio liberador de Jesús.
Canciones:
Dancé en la mañana (El Señor de la danza) – CyF 213 – S. Carter. Tr F Pagura
Busca primero el Reino de Dios – CyF 329 – K. Lafferty, EE UU. Basada en Mt 6.33
Ven, sube a la montaña – CyF 202 – O. Catena – Mús. Folk. Afroestadounidense
“Dios se apodera de los profetas, interrumpe sus actividades, los toma a su servicio o los
escoge y prepara antes de ser concebidos. No es que el profeta se dedique exclusivamente a
profetizar o que proclame sus mensajes periódica y frecuentemente, como los puntuales
burócratas de la magia y la adivinación (Is 47.13), pero sí ha de estar a disposición de Dios, en
cualquier momento y para cualquier mensaje: “adonde yo te envíe, irás; lo que yo te mande, lo
dirás” (Jer 1.7)…
“El profeta conserva su lucidez cuando recibe y elabora el mensaje de Dios, conserva su
libertad cuando se pone a disposición de Dios. Ningún profeta nos permite como Jeremías
asomarnos a los azares de una existencia profética. Aunque no podamos extender a todos el
destino de Jeremías, su libro nos informa y nos da luz para comprender el fenómeno profético.”
Shökel y Sicre Díaz, PROFETAS. Comentario, I, Ediciones Cristiandad, Madrid, 1980, pp. 19-20.
Lucas 4.21-30 – el momento presente como marco privilegiado de la venida del Señor.
El texto no reproduce todo el discurso de Jesús pero resume lo esencial en una sola frase: Hoy se
ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír (v 21). El contenido de la palabra ya no
es una simple lección moral, ni una apelación a la esperanza mesiánica, sino que proclama el
cumplimiento, hoy, del plan divino anunciado por los profetas. No es tiempo de volver la mirada
hacia el pasado, ni de soñar con un futuro extraordinario: hay que vivir el momento presente como
marco privilegiado de la venida del Señor.
Lc detiene intencionadamente la lectura en el momento en que la profecía de Is 61 anunciaba un
año de gracia del Señor (v 19), pasando por alto el vs siguiente, que anunciaba el juicio de las
naciones: Y un día de venganza para nuestro Dios (Is 61.2). Esta omisión se debe sin duda al
deseo de poner de relieve exclusivamente la gracia de Dios.
“Para anunciar un año de gracia del Señor”: es una expresión metafórica, basada en una institución
conocida en Israel: el año jubilar en el que los esclavos recuperaban la libertad y las posesiones
regresaban a sus dueños (Lv 25.8-55).
“Este pasaje de la Escritura que acabáis de oír, se ha cumplido hoy”. Posiblemente haya aquí una
alusión al poder de la palabra de Dios (Is 55.10s). En griego, la frase ”se ha cumplido” se expresa
con un perfecto (peplerotai), es decir, se ha cumplido y se sigue cumpliendo. La salvación se está
haciendo presente en la persona de Jesús, los efectos de esta presencia mediante el Espíritu y la
predicación de los profetas y los apóstoles (Ef 2.20) hacen que el poder de la palabra divina se
experimente continuamente.
El evangelista sugiere hábilmente la atmósfera de expectación creada por la presencia y las
palabras de Jesús. Su mensaje produce sorpresa y perplejidad, pero también hace surgir la duda:
¿puede el humilde hijo de José aplicarse realmente las palabras de Isaías y presentarse a sí mismo
como aquel personaje extraordinario? La pregunta de los nazarenos ya no expresa la admiración
benevolente ante la bondad de Dios que les envía un profeta, sino que manifiesta más bien una
incredulidad y una actitud negativa, semejante a la Mc 6.1: “Y se maravilló de su falta de fe”. De lo
contrario, tendríamos que Jesús es el que inicia una disputa sin motivo alguno.
Los vs 28-29 recuerdan la lapidación de Esteban (Hch 7.58) Lucas ve en el destino de Jesús el
destino de sus seguidores. Nazaret, edificada en el declive de una colina, tiene muchas laderas
escarpadas desde las que un hombre podría caer y matarse. Allí quisieron despeñar a Jesús.
Resumiendo podríamos decir que:
a) La cita de la Escritura pone la actividad de Jesús en relación con la iniciativa salvadora de Dios:
en Jesús se están cumpliendo sus promesas de salvación.
b) Si bien es cierto que Jesús se realizó en su vida terrena como un judío piadoso, también es
verdad que estuvo abierto a anunciar el Señorío o reino de Dios de una forma original e inesperada.
Jesús se manifiesta así como continuación, pero también como plenitud del AT.
c) Como el Sermón de la Montaña en el evangelio de Mt, el discurso de Jesús en la sinagoga de
Nazaret tiene una dimensión social muy relevante, que se extiende a todo su evangelio. Cuando
Dios quiso mostrarse como Padre para Israel, lo salvó de la esclavitud; cuando quiso mostrar su
rostro misericordioso en Jesús Hijo de Dios, Profeta y Mesías, le dio el poder de su Espíritu para
aliviar el sufrimiento humano. El mensaje de Lucas se convierte así en mensaje de esperanza para
los que sufren: nadie que verdaderamente pertenezca al Reino puede despreocuparse de sus
hermanos (cf la parábola del buen samaritano: Lc 10.29-37).
d) El presente pasaje de Lc contiene también una teología de la palabra. Leyendo las Escrituras en
la liturgia sinagogal, el humilde carpintero de Nazaret da a conocer su misión. Esta es la función
paradigmática del texto sagrado. La Iglesia ha insistido en esta forma de la presencia de Dios entre
nosotros en la liturgia.
e) El lector de Lucas es invitado a leer la Palabra como provocación y desafío concreto. Una vez
que se escucha la Palabra, solo quedan dos caminos: la aceptación o el rechazo. Quedarse
indiferente es quedar fuera de su fuerza salvadora.
f) Los nazarenos tenían catalogados el ser y el quehacer de Jesús y pretendían manipularlo, pero
Jesús les da a conocer su verdadera misión, aun con riesgo de la vida. Los nazarenos quieren para
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sí solos el beneficio de la presencia de Jesús. Pero Jesús les dice: “Si ustedes no me aceptan, hay
otros que lo harán y que no serán de mi pueblo”. Una advertencia para quienes somos llamados a
escuchar la Palabra. En este sentido, la parábola de los viñadores homicidas (Lc 20.9-19) resulta
ejemplar o paradigmática para los cristianos.
César Mora Paz y Armando Levoratti, Evangelio según san Lucas, en Comentario Bíblico
Latinoamericano, Verbo divino, España, 2003.
Orientaciones para la acción pastoral:
Nuestras comunicaciones deben ser buenas, oportunas y atractivas, desde nuestras
respuestas telefónicas (incluyendo mensajes de texto y de WhatsApps) a nuestros medios
por internet (páginas web, blogspots), nuestras cartas al vecindario y nuestras carteleras
adentro o mejor afuera del templo, actualizadas, que puedan leerse casi al paso, nunca con
mensajes viejos o vencidos…
Pero también usemos los medios locales, de prensa o de radio y ojalá de televisión,
porque en esos medios se juegan más las verdades y las mentiras, la información y la
desinformación, el evangelio y el engaño…
Nuestros jóvenes son nuestros profetas: enjuician nuestras hipocresías, nos comunican
mejor con las nuevas generaciones, son nuestras mejores ventanas abiertas al barrio, al
mundo estudiantil y laboral… Mantengamos fresco el diálogo con la profecía que nos viene
de nuestros jóvenes.
Las vocaciones de nuestros jóvenes, incluso de nuestros adolescentes. Volvemos a tratar
este tema en las reuniones juveniles y frente a todos los adultos, para promover actitudes
solidarias ante decisiones estudiantiles y laborales. Y recordemos valorar las vocaciones al
ministerio pastoral, sin desalentar a nuestra muchachada a pesar de los sueldos pastorales:
nadie ha decidido esta vocación pensando en el dinero.
Canciones:
Castillo fuerte es nuestro Dios – CyF 262 – Martín Lutero, 1483-1546, Alemania
Antes que te formaras” (El Profeta) - CyF 277 – Gilmer Torres Ruiz, Perú.
Historias de tres llamadas, tres relatos de vocación. El primero dentro de la solemnidad del
Templo. El segundo el de Pablo con su momento crítico en el camino a Damasco. El tercero es
el relato evangélico en el marco de la vida cotidiana. La llamada de Dios puede recibirse en
cualquier lugar y momento. Pero todas los relatos tienen elementos en común:
o Dios es el protagonista clave, lo principal es su iniciativa de gracia. Él llama, elige,
transforma. Dios manda, es decir, asigna una tarea, confía una misión. La vocación no es un
estar, es un andar, un caminar. Dios asegura la fecundidad de la misión, lo dice Pablo y lo
muestra la pesca extraordinaria.
o La postura humana se resume en la dupla docilidad-disponibilidad para adherirse a la
iniciativa divina, escucha su voz como Isaías, se compromete en el trabajo como lo hace
Pablo, según su informe, y Pedro, al echar las redes. Pablo lo subraya con su empleo de los
verbos recibir y transmitir; el apóstol es capaz de recibir, así puede dar y darse. El contenido
del recibir son los eventos concretos: la muerte de Cristo, su resurrección, pero han de
convertirse en experiencia personal de encuentro, conversión, pasión del enviado. Soy fiel
cuando mi testimonio es totalmente Cristo a la vez que es todo mi yo puesto en ese
testimonio. Lo que decimos es confirmado por lo que somos, tocados por el fuego divino
somos presencia del amor de Dios en Cristo.
Somos signo, no hay que temer acercarse a los carbones ardiendo del altar divino.
David J. Calvo, pastor de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, Argentina, en La Palabra
anunciada, IELU, Bs As, 2014, p. 366.
reconocimiento de Jesús como Señor, la confesión de Pedro como hombre pecador, el abandono
de todo y el seguimiento, y de esta manera su transformación en apóstol misionero.
Este conjunto de cambios sucesivos indica que todo el relato apunta al llamado y la
correspondiente respuesta. Más allá del carácter milagroso de aquella pesca, quizá sumamente
interesante para los espectadores a orillas del lago, el objetivo fundamental del relato consiste en
presentarnos la vocación al discipulado y la obediencia de aquel puñado de hombres.
La actitud de reconocimiento de Jesús como maestro, Señor y convocador y luego el seguimiento
mismo del grupo en torno a Pedro constituyen una invitación a todas y todos nosotros a oír con
cuidado el llamado de Jesucristo, a examinar nuestros pareceres y conductas y a dejarnos
interpelar por el llamado.
¿Por qué no creer que Jesús nos convierte también a nosotros en pescadores? Ahora bien, ¿cuál
es el alcance de esa vocación a ser misioneras y misioneros?
En reacción a la monopolización de la vocación por los monjes y sacerdotes de su tiempo, el
reformador Lutero redescubrió la profundidad del término llamado (en alemán, Berufung); y
relacionó el vocablo con toda profesión actividad, función, tarea y ocupación, trátese de las
llamadas profesiones “espirituales” o de las “seculares”. El zapatero, la cocinera, el pastor, el ama
de casa, el agricultor, la empleada, la bibliotecaria, el maestro, el médico, la madre, todas y todos
recibieron un llamado de Dios que deben cumplir para bien de todas y todos. Es la vocación para
poner en práctica de la mejor manera en su medio concreto las capacidades y los dones otorgados
por Dios para beneficio común. Diferentes funciones y tareas, diversos llamados y dones de Dios,
pero siempre puestos al servicio de la comunidad entera, y no para la gloria personal.
Con ello, podemos dar el siguiente paso: hoy el Señor nos llama a colaborar con su “pesca para la
vida”. Una tarea no de especialistas iluminados o predicadores superexitosos, sino de todas y todos
los miembros de la comunidad cristiana, cada cual desde su lugar concreto en la vida.
Es decisivo que vinculemos la puesta en práctica de estos dones y la misión con el reconocimiento
de nuestras limitaciones. Pedro fue claro: se reconoció como hombre pecador. Pero Cristo vio más
allá de esta confesión: vio las posibilidades latentes en Pedro, y las hizo fructificar. Por cuenta
nuestra, no salvaremos a nadie. Somos y seguiremos siendo mendigos y mendigas que vivimos de
la gracia de Dios. Aquel milagro de la pesca se transforma hoy en nosotros en un milagro acaso
mayor, que consiste en el hecho de que Dios confía en nosotros, llamándonos a colaborar con su
obra. No tenemos más ni somos más que otros u otras; sólo recibimos el mandato de anunciarles a
Jesucristo en palabras y obras.
Posible esquema para la predicación
Este texto se presta formidablemente para un sermón narrativo, en el sentido de re-contarlo con
constantes referencias al llamado que Jesucristo nos dirige hoy a nosotros. Debe evitarse la
tentación de quedarse con el milagro. Lo fundamental es que a partir de una tarea de enseñanza
de Jesús y de una pesca sorprendente, Jesús pronunció un llamado concreto y transformó a un
puñado de pescadores en discípulos y misioneros.
El sermón puede facilitar la percepción de la voz actual de Jesucristo haciendo referencia a ciertas
situaciones concretas de nuestra vida, como lo fue el amontonamiento de aquel público y la pesca
en el lago de Genesaret.
Como recurso visual puede servir una red tejida de hilos gruesos y colocada delante del púlpito.
El llamado o la vocación de Jesucristo nos llega en medio de las situaciones concretas de
nuestra vida. Es decisivo escuchar este llamado. ¿Dónde y cómo lo percibimos hoy?
Pedro fue transformado por las palabras y acciones de Jesús, y dio una respuesta positiva
al llamado. ¿Cuáles son nuestras respuestas, y en qué consiste nuestra transformación en
misioneras y misioneros?
Dr. René Krüger, pastor de la Iglesia Evagélica del Río de la Plata, en Estudio
Exegético-Homilético 11, febrero 2001, ISEDET, Bs As.
Volvemos este domingo al tema de las vocaciones, todas las vocaciones, como servicio y
como alabanza a Dios: “Por eso debemos alabar siempre a Dios por medio de Jesucristo. Esta
alabanza es el sacrificio que debemos ofrecer. ¡Alabémoslo, pues, con nuestros labios! No se
olviden ustedes de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen; porque estos son los
sacrificios que agradan a Dios.” (Hebreos 13.15-16)
Recordemos que lo de “pescadores de hombres” no se refiere a enganchar a personas para
nuestro beneficio, sin respetar las dignidades ni las identidades de quienes reciben nuestro
mensaje. Somos en todo caso “pescados-pescadores”, todos inmersos en el mar de las
oportunidades de la vida, para vivir todos inmersos en la gracia de Dios. Nunca pesca
proselitista, como acusó Jesús a escribas y fariseos…
Recordar “el evangelio que hemos recibido”, dando testimonio de las personas que dieron
lugar a nuestro nacimiento en la fe, por palabra o por acción. Podemos decirlo directamente, o
pasando a escribir sus nombres en un cartel, y que podrá quedar durante algunos cultos como
recordatorio y como expresión de gratitud a Dios y a esas personas o comunidades.
Callemos, hermanos
Se habla bien de Dios cuando podemos callar y escucharlo. La palabra decisiva en una civilización tan
ruidosa, puede ser el silencio, el silencio de la escucha, el silencio que habla. Dios nos manda hablar,
comunicar, pero hemos de comenzar callando para contemplar la maravilla del misterio del amor de Dios.
Callemos, hermanos, y vuelva el silencio,
que ya hemos perdido el don de escuchar;
y en este tumulto de nuestras palabras
quedamos incapaces de escuchar a Dios.
Callemos, hermanos, y que hable el Señor.
Los hombres llevamos mil máscaras vanas
para no encontrarnos con nuestra verdad.
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
Canciones:
Pescador de hombres – Cesáreo Gabarain, España
En la Escritura encontramos – CyF 432 – Eleazar Torreglosa, Colombia
Felicitaciones y lamentos al revés, como en la canción de María Elena Walsh, “El reino del
revés”. Felicitaciones para los pobres y hambrientos, los que lloran y son despreciados. Y
lamentos por los ricos, los satisfechos, los que ríen siempre, los siempre felicitados, ay de
ustedes! ¿No sería posible un camino intermedio, ni tanto ni tan poco? ¡Ay, Jesús bendito, que
me duelen estas felicitaciones y estos lamentos!
Maldiciones y bendiciones al revés: ¿No era que teníamos que confiar en ese candidato rico,
apuesto, seguro de sí mismo, rico y enriquecido? ¿Cómo podíamos confiar en un Dios que ni
siquiera hemos visto, y que cuando apareció era el hijo de un carpintero, amigo de pobres y
pecadores y prostitutas, finalmente encarcelado, torturado y ejecutado por las autoridades?
Salmo al revés: ¿Queremos ser el hombre que se asesora con los malvados, que le va bien
por el camino de los pecadores, que hace causa común con los que se burlan de Dios y los
suyos? ¿Cómo le va a ir a la mujer que odia los mandamientos de Dios y que nunca piensa en
ellos? ¿Y qué va a pasar con el hombre que es como un árbol seco, pegado a un arroyo sin
agua, que nunca da ningún fruto, sin hojas, y todo lo que hace le sale mal?
de las hijas y los hijos de Dios en esta tierra. Ahora bien, con prestar debida atención al texto
bíblico nos habríamos ahorrado años de dolorosas discusiones. Bien, las multitudes acudían, pues,
a oír a Jesús y para ser sanados.
Es fascinante ver cómo Jesús incluye las necesidades concretas de la gente en su actuación
curativa y en el sermón mismo, y cómo vincula a sus oyentes con la acción de Dios.
La introducción al sermón es un vigoroso testimonio de que aquellas personas buscaron y
encontraron salud, dignidad y firmeza en Jesús. El evangelista transforma este testimonio en una
oferta hermosa para nosotros. Pablo expresa esto a su manera cuando dice en Filipenses 4,13:
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Ambas cosas, la oferta lucana y el testimonio de Pablo,
son un cuestionamiento a nuestra forma actual de ser Iglesia. ¿Qué se ofrece en ellas?
Luego, a nivel personal, hemos de preguntarnos con qué listado nos identificamos como Iglesia y
como individuos. ¿Con las bienaventuranzas, con los ayes, con algo intermedio, con ambos a la
vez?
La reflexión teológica honesta no puede esquivar una serie de preguntas inquietantes: ¿Se produjo
acaso la inversión socioeconómica anunciada por Jesús? ¿Por qué sigue habiendo tanta brecha,
incluso creciente, entre ricos y pobres? ¿No fuimos capaces de arreglar estos problemas? Los dos
mil años de cristianismo, ¿no fueron capaces de orientar mejor a la humanidad?
Nos corresponde confesar nuestra falta de conversión, fe y amor. Hemos de someternos de manera
siempre renovada y sincera al juicio que el mismo Evangelio pronuncia sobre nuestras vidas, y
rogar a Dios que nos ayude a serle obedientes. Sólo así podemos hablar con toda humildad de la
introducción de la dignidad, relacionada con el concepto del ser humano como imagen y semejanza
de Dios; de la incorporación de la protección de los sectores más débiles de la sociedad en la
legislación; de la organización masiva y oficial del cuidado de enfermos, huérfanos, viudas,
ancianos, discapacitados; de la toma de conciencia de los derechos humanos sociales, políticos,
económicos, religiosos, educacionales, de salud y otros más por el cuerpo social. Todo ello sería
impensable sin aquellos impulsos provenientes de la prédica y la actuación de Jesús; sin aquella
espina del anuncio de la inversión de las relaciones socioeconómicas; y sin su opción concreta por
las personas marginadas y excluidas. No cabe hablar de logros de la Iglesia ni de sus personeros
más lúcidos, sino apenas de unos pocos actos de obediencia a las exigencias concretas de nuestro
Señor.
Por último, una palabra sobre la adulación. La zalamería del predicador o de cualquier cristiano o
cristiana, el éxito sorprendente de un predicador, la pompa que rodea a ciertos eventos religiosos y
programas evangelísticos, deben ser una clara señal de advertencia de que algo anda mal.
Asimismo lo deben ser la autosatisfacción de ciertas Iglesias, la seguridad económica de sus arcas
llenas, la grandeza de sus sistemas teológicos o la venerabilidad de sus tradiciones. La
bienaventuranza de los pobres, hambrientos, dolidos y perseguidos es el faro correcto; y no el
exitazo, el brillo o el auge.
Posible esquema para la predicación
La predicadora, el predicador se enfrenta con el deber de transmitir el carácter inusitado del
anuncio de Jesús, tanto a los pobres como a los ricos. El texto final y actual del sermón no tiene
dos destinatarios claramente visibles y expuestos, sino que se dirige “simplemente” a la comunidad.
Claro que en ella hay ricos y pobres. Este anuncio contiene evangelio y ley a la vez; advierte ante el
peligro de una vida centrada y confiada en sí misma, y propone una total apertura a la acción
salvífica de Dios.
1. Bienaventurados los pobres. ¿En qué encontramos felicidad, qué nos brinda satisfacción, qué
nos hace sentir bienaventurados? ¿Qué da sentido a nuestras vidas? Solamente la gracia de
Dios, que nos llega a través de Jesucristo, nos da vida plena y nos llama bienaventurados y
bienaventuradas. ¿Cómo se vincula esto con nuestra situación socioeconómica? ¿Cuáles son
nuestros reaseguros más eficientes? ¿En qué y en quién colocamos nuestra confianza?
2. ¡Ay de ustedes, ricos! La miseria de una existencia centrada en sí misma, autosuficiente, con
todas las cosas a su alcance. Constantemente, la persona de negocios, trabajo, posición
importante o incluso encumbrada debe probarse a sí misma y a los y las demás su capacidad y
su superioridad. Pero esto no otorga dignidad última a la persona. Al contrario, la riqueza, el
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
status y el poder la destruyen. Se equivoca aquel que cree que el sentido de su vida consiste en
vivir tranquilo con todo lo que consigue acumular (cf. Lc 12,15 y 21).
3. Bienaventurados los pobres. Nuestro compromiso concreto con los pobres es la consecuencia
de la opción de Dios por ellos, no de alguna supuesta bondad nuestra o de la llamada
filantropía. Reconociéndonos dependientes de Dios, podemos participar en su obra de vida,
promoción, justicia, salvación y todo lo que el Evangelio nos vaya mostrando y pidiendo.
Dr. René Krüger, pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, en Estudio
Exegético-Homilético 11, febrero 2001, ISEDET, Bs As.
Orientaciones para la acción pastoral:
Desprenderse de la rama
Un ateo cayó a un precipicio y, mientras rodaba hacia abajo, pudo agarrarse a una rama de un
pequeño árbol, quedando suspendido a trescientos metros de la roca del fondo, pero sabiendo
que no podía aguantar mucho tiempo en aquella situación.
Entonces, tuvo una idea: “¡Dios!”, gritó con todas sus fuerzas.
Pero, solo le respondió el silencio.
“¡Dios!”, volvió a gritar. “¡Si existes, sálvame, y te prometo que creeré en ti y enseñaré a otros a
creer!”
¡Más silencio! Pero, de pronto, una poderosa Voz, que hizo que retumbara todo el cañón, casi le
hace soltar la rama del susto. “Eso es lo que dicen todos cuando están en apuros”.
“¡No, Dios, no!”, gritó el hombre ahora un poco más esperanzado. “¡Yo no soy como los demás!
¿Por qué habría de serlo, si ya he empezado a creer al haber oído por mí mismo tu voz? ¿O es
que no lo ves? Ahora todo lo que tienes que hacer es salvarme, y yo proclamaré tu nombre
hasta los confines de la tierra!”
“De acuerdo”, dijo la Voz, “te salvaré, suelta esa rama.”
“¿Soltar la rama?”, gritó el pobre hombre. “¿Crees que estoy loco?”
Hemos de admitirlo, estamos hechos así. La fe como riesgo, como “salto” nos da
miedo. Nos agarramos tenazmente a nuestra rama, a nuestras innumerables ramas.
Si tuviéramos veinte manos, las usaríamos todas para agarrarnos a otros tantos
lugares diferentes
Nos fiamos, solo un poco, de un Dios que nos tranquilice. Como nos ofrece solo la
garantía de su Palabra, pretendemos otro que sea más comprensible y confiable con
una oferta más amplia.
No caemos en la cuenta que la fe en un Dios tranquilizador, suministrador de
seguridades, no es fe sino cálculo.
Anthony de Mello, La oración de la rana I, pp. 73-74, contado por David Calvo en
La Palabra anunciada, Bs As, 2014.
frontal en tu presencia.
Víctor Arbeloa, Cantos de fiesta cristiana, Sígueme, 1979.
Canciones:
En medio de la guerra – CyF 349 – E Jones, Reino Unido – M Bustamante, Bolivia
Padre, al irnos hoy de tu casa – CyF 155 – Effie Chastain
Quérdate con nosotros – CyF 360 – Carmen Veneziale – J C Maddío, Argentinos
Febrero 24, 2019 – Séptimo domingo después de Epifanía (Verde)
Amor inclusivo, que empieza por los enemigos y quienes abusan de nosotros, amor
transformador, amor que pide lo extraordinario en las relaciones humanas, sin esperar nada a
cambio, bondadosos con los desagradecidos y los malos, siempre compasivos, con la grandeza
de los hijos de hijas del Dios altísimo…
Con la increíble, extraordinaria y también contradictoria historia de José, el hermano
vendido por sus hermanos como esclavo a mercaderes de Egipto, que vive la grandeza de un
espíritu perdonador, y que luego, como un señor en el imperio de la esclavitud va a llevar a todo
su pueblo, incluyendo a sus hermanos, a transformarse en esclavos en los tiempos de la
hambruna.
Semillas de nueva vida: más allá de lo corruptible, aspiramos a lo incorruptible; más acá de lo
despreciable, aspiramos a lo glorioso; vivimos lo débil, pero aspiramos a lo fuerte, todo en el
espíritu del Jesús resucitado. Y mientras tanto, nos sembramos en la esperanza de nueva vida,
nuevos cielos y nueva tierra…
Particularmente difícil fue la interpretación de presentar también la otra mejilla. Se han ensayado
muchas posibilidades: pacifismo individual; pacifismo total, asumido por las llamadas Iglesias
pacifistas, que en una actitud muy comprometida con el Evangelio rechazan totalmente el servicio
militar armado y la guerra: Menonitas, Cuáqueros; pacifismo relativo con un claro no a toda
agresión, pero postulando el derecho a la legítima defensa (p. ej., con una guerra defensiva ante
una agresión injusta. El pacifismo no es patrimonio exclusivo de las Iglesias cristianas, sino que fue
incorporado por diversas personas, cristianas y no cristianas, a la lucha política. Ejemplos
sobresalientes de Mahatma Gandhi y de Martin Luther King son mundialmente conocidos.
Quienes cuestionan la aplicabilidad generalizada de presentar también la otra mejilla insisten en
que seguimos viviendo en un mundo aún no salvado, en el que imperan de múltiples maneras las
fuerzas del mal; y que es necesario controlar y reprimir sus manifestaciones para poder permitir la
convivencia humana y proteger sobre todo a las minorías indefensas. Un político destacado dijo
hace un par de años que “con el Sermón del Monte no se puede gobernar un país”.
Algunos comentaristas bíblicos, por su parte, opinan que Jesús mismo no pensó en una aplicación
rígida de esta máxima, pues si bien él no devolvió el golpe recibido según Jn 18.22-23, por lo
menos protestó por la injusticia del mismo, sin presentar la otra mejilla. De ello quieren deducir que
no cabe una interpretación extremadamente literal. Sin entrar a considerar la cuestión de la mayor o
menor coherencia entre textos y contextos bíblicos, esta disquisición nos parece bastante
rebuscada; y sospechamos que sólo es empleada para justificar un “pacifismo a medias”, que no se
anima a serlo del todo, pero quiere parecerlo todo lo posible.
Amar al enemigo significa en primer lugar reconocer que existen relaciones problemáticas,
enemistades y enemigos; y segundo, al romper la lógica de la devolución (generalmente
acrecentada), se desestabiliza la estructura de la enemistad y se abre alguna puerta para una
relación diferente. Esto reconoce al enemigo como tal y a la vez le arrebata su lógica.
El núcleo de la reflexión teológica sobre los dichos en cuestión puede localizarse en la inversión de
la ética de la reciprocidad “a secas”. Para la nueva práctica cristiana pueden identificarse cuatro
motivaciones, todas ellas presentes en el texto: la imitación, la distinción, la reciprocidad, y la
recompensa escatológica (Theissen). La reciprocidad en sentido positivo y a partir de la iniciativa
cristiana queda condensada en la regla de oro; y rompe la lógica de la retribución y la recompensa.
La motivación de la distinción consiste en asumir que la comunidad cristiana es llamada a realizar
una vida alternativa, diferente de la de pecadores (vs. 32-34). Lc 6.36 propone la imitación de la
misericordia de Dios como móvil básico. Ella previene de todo tipo de legalismo. La perspectiva
escatológica se expresa en el 37 con sus referencias al juicio, la condena y el perdón.
Una palabra más sobre el juzgar. Los términos castellanos crisis, criticar, criticismo, crítica, y
también discriminar, incriminar y recriminar se derivan de la raíz griega que toma forma en el verbo
krino, juzgar, y en el sustantivo krisis, juicio. Si bien juzgar y juicio conservan la idea de una justicia
o ecuanimidad más amplia, las expresiones castellanas que conservan la raíz griega siempre
contienen matices negativos, cuya “mala conciencia” tampoco se corrige con el eufemismo “crítica
constructiva”. Las referidas acciones siempre “duelen”. La predicación puede incluir este dato al
hablar de la propuesta de no juzgar.
Posible esquema para la predicación
Nuestra sociedad profundamente marcada por la reciprocidad y la correspondencia, casi siempre
en su dimensión negativa…, son la base de la mayoría de nuestras relaciones: las pocas positivas,
como ser bueno con el bueno, dar premios al excelente; y fundamentalmente con la gran cantidad
de negativas, que consisten darle duro al duro. En consecuencia, los malos reciben castigos, se
ejerce venganza, muchas instituciones trabajan más con puntajes negativos y castigos que con
premios, el desarrollo del tráfico se reglamenta con multas y sanciones, etc. Jesús invierte este
esquema, apuntando a una justicia superior y al estado de cosas que imperará en el reino de Dios.
1. La reciprocidad en nuestras relaciones: ¿Qué tipo de trato damos a los demás? Generalmente
actuamos por reacción. Las consecuencias son la crudeza, la dureza, la espiral de la violencia.
2. Jesús invierte este esquema. No nos pide que seamos tontos o bobos y traguemos todo tipo de
injusticia; sino que seamos creativos en las respuestas a los ataques, las agresiones y las
exigencias. Sólo una respuesta alternativa al esquema común puede quebrar la espiral de la
violencia. Con ello, es un anuncio del reino que ha de venir y que ya llegó con Jesús.
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
Dr. René Krüger, pastor de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, en Estudio Exegético-
Homilético 11, febrero 2001, ISEDET, Bs As. Resumen de GBH.
El Señor en su palabra afirma que lo imposible para el hombre para él es posible, por eso
nos llama a confiar en su misericordia y poder, que es capaz de convertir a los hombres,
transformar la sociedad y hacer todas las cosas nuevas.
Festejamos juntos al Señor, La Aurora, Bs As, 1989.
Canciones:
Cuando el pobre nada tiene – CyF 317 – J Olivar – M Manzano, españoles
No basta solo una mano – CyF 304 – J Damián, Uruguay – I Schwiderke, Argentina
Transfiguración, del gr. metamorfosis, cambio de forma (la RV habla más bien de que “la
apariencia de su rostro cambió”), y no tanto de un cambio de figura, como en la mitología
griega, ni tampoco se transforma en una figura apocalíptica del fin de los tiempos. Jesús
mostrando un anticipo de su gloria, compartida con Moisés y Elías, indicando que en verdad
su gloria será la de la cruz.
Transfigurados, metamorfoseados según la expresión de Pablo en su carta a los Romanos
(12.2), los cristianos, llamados a “transformarnos por medio de la renovación de nuestro
entendimiento”, o “transformados de gloria en gloria” por la acción liberadora del Espíritu de
Dios, según el texto de 2 Corintios.
Oración
Oh Dios,
abrimos nuestros ojos y vemos a Jesús,
los meses de ministerio transfigurados en un rayo de luz,
la luz del mundo,
tu luz.
Que tu luz brille sobre nosotros y nosotras.
Abrimos nuestros ojos y vemos a Moisés y a Elías,
tu palabra que nos restaura, indicándonos el camino,
contándonos una historia.
Que tu Palabra nos hable.
Abrimos nuestros ojos y vemos la neblina,
la nube de tu presencia,
que nos recuerda todo aquello que desconocemos
y que –aun así– no debemos temer.
Enséñanos a confiar.
Abrimos nuestros ojos y vemos a Jesús,
que no nos abandona,
que nos señala el camino para descender,
que nos regresa nuevamente
al ministerio, a la gente.
Tu amor dura para siempre.
Abrimos nuestros oídos y oímos tu voz:
“Este es mi hijo amado, ¡escúchenlo!”
Y te damos gracias.
(tiempo de silencio)
Canciones:
Creo, Señor (Credo Nicaragüense) – CyF 387 – Carlos Mejís Godoy, Nicaragua.
¡Santo! ¡Santo! ¡Santo! – CyF 84 – Reginald Heber y J Dykes, Reino Unido
Sursum Corda – CyF 302 – F Pagura, Argentina – H Perera, Uruguay
ORÍGENES DE LA CUARESMA
A mediados del siglo II se fijó un domingo como pascua anual, aniversario de la pasión de Cristo. El
sentido de la pascua cristiana lo da el evangelio de Juan (13.1). Es el paso de la comunidad con
Cristo de este mundo al Padre, paso de las tinieblas a la luz y de la muerte a la vida.
La cuaresma comenzó con un ayuno comunitario de dos días (viernes y sábado). A mediados del s.
III el ayuno se extiende a tres semanas antecedentes. A finales del s. IV se incluyó el jueves al
ayuno, al que más tarde se añadió la cena eucarística, y se contaron 40 días de ayuno.
La cuaresma se desvía de su sentido comunitario original, con el énfasis puesto en el ayuno y la
penitencia, dentro de una atmósfera triste a consecuencia de las renuncias y sacrificios, con el
“alivio” del carnaval ya comentado en la tradición católica. Pero la Cuaresma no debe ser
necesariamente un tiempo de tristeza ni menos un tiempo de autoflagelación, tan propio del
catolicismo preconciliar.
Del Diccionario abreviado de pastoral, Verbo Divino, España, 1999, ver Cuaresma, adaptado.
“Conocemos lo que es el amor porque Jesucristo dio su vida por nosotros; así también,
nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos” (1 Jn 3.16). En ese sentido este es un
tiempo propicio para opciones de vida y determinaciones liberadoras, y también momento de
revisión pastoral.
Insistimos en la importancia de una liturgia inclusiva y participativa, con tiempos dedicados a la
revisión de la vida pero también al abrazo de la paz o al saludo festivo; combinando la gratitud y
la intercesión, la reflexión y el gesto significativo, el canto y el silencio, el ver y el escuchar…
El primer domingo de Cuaresma nos presenta el texto prototípico de este tiempo: “el retiro de
Jesús al desierto durante cuarenta días, número simbólico que equivale a tiempo de decisión y
de prueba y a período de condición terrena del hombre pecador, asediado por mil trabajos”…
(C. Floristán).
El texto del Deuteronomio, pequeño credo histórico de los israelitas, cuenta la gratitud al Dios
liberador que los ha traído a la nueva tierra. Dicho en positivo: agradecer y mantener fresca la
impronta de ser “pueblo de Dios”:
Todo está guardado en la memoria,
sueño de la vida y de la historia.
León Gieco, La memoria
quién, con quién?” Las tentaciones “sexuales” nunca van solas, llevan consigo temas de
inseguridad, de poder, de manipulación de personas…
Señor y Padre nuestro, queremos confesarte que no siempre actuamos como sabemos que
deberíamos hacerlo: caminamos las veredas de este mundo con los ojos cerrados,
siguiendo nuestro propio rumbo, indiferentes al dolor de tantos que caminan al lado nuestro.
(meditación silenciosa) Te busco, Señor…
Te pedimos que nos ayudes a cambiar para que el dolor no nos sea indiferente. Ayudanos a
amar a los demás como estás esperando que los amemos, ayudanos a ser compasivos, a
ponernos en el lugar de los demás.
(meditación silenciosa) Te busco, Señor…
Danos la fuerza para cambiar lo que tengamos que cambiar, Señor, y la fe para creer en tu
Evangelio. Amén.
Ayúdanos, Señor
Ayúdanos, Señor, a poder enfrentar nuestros demonios, nuestros poderes... tal como
enfrentaste los tuyos.
Eras un hombre de poder
- podías convertir las piedras en pan,
- podías conquistar todos los reinos,
- podías arrojarte del Templo sin dañarte.
Pasaste cuarenta días buscando encontrar la manera de usar tus poderes
para establecer el Reino de Paz, Justicia y Santidad del Padre...
Ayúdanos a usar la fuerza de nuestra fe de la misma manera.
Ayúdanos a usar nuestro enojo ante la injusticia para poder lograr cambios,
para que las cosas se hagan y que demos testimonio en palabra y acción
del Reino que tan ardientemente deseabas.
Ayúdanos a usar nuestros deseos no en abusar o explotar,
sino en descubrir nuestra hambre y nuestra sed interiores,
para que de esta manera florezcan la justicia y la paz en el desierto.
Ayúdanos a sobreponernos a nuestra pereza, de modo tal
que de la indiferencia podamos volvernos profundamente hacia el compromiso
con los que sufren y mueren, porque no hay quien convierta sus piedras en panes.
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
Canciones:
Cuando el pobre nada tiene… - CyF 317 – J Olivar – M Manzano, españoles
Hemos cubierto la tierra – CyF 347 – F Pagura, Argentina – H Perera, Uruguay
Yo quiero ser – CyF 268 – Anónimo de América Latina, basado en Jer 18.2-4,6
profetas y profetisas deben ser atendidos hoy, hoy cuando están abiertas y extendidas las
alas inclusivas del amor de Dios.
Lucas 13.31-35
El texto de Lucas 13.31-35 se puede dividir en dos partes principales. Los versos 31-33 dan
cuenta de un episodio de la vida pública de Jesús en su camino hacia Jerusalén, en el que se
encuentra con algunos fariseos que lo previenen sobre la voluntad de Herodes de matarlo. La
segunda parte (vv 34-35) es una lamentación de Jesús sobre Jerusalén que se reproduce casi
literalmente también en Mateo 23.37-39 (comparar con Lucas 19.41-44).
En el vs 31 se presentan algunos fariseos que le sugieren a Jesús que se vaya del lugar pues
Herodes quiere matarlo. En este caso Jesús se encontraría todavía en el territorio de Herodes
Antipas (4 a.C. – 39 d.C.) tetrarca de Galilea y Perea (al este del Jordán). En primer lugar llama
la atención que sean los fariseos, muchos de los cuales no simpatizaban con Jesús y su
movimiento, que le avisen del peligro que corre su vida. En segundo lugar no es muy probable
que Herodes haya querido efectivamente matarlo; la ejecución del Juan el Bautista hubo que
obtenerla de él con astucia (Mc 6.24-26) y no pudo olvidarlo por mucho tiempo (Lc 9.9); y
tampoco aprovechó la oportunidad que tuvo de mandar a matar a Jesús (Lc 23.15). Lo que sí
parece más verosímil, y en esto podrían coincidir las intenciones del gobierno (Herodes) y
sectores religiosos (algunos fariseos), es de lograr que Jesús se vaya de su territorio pues
temían que la actividad de Jesús causara alboroto y confusión en el pueblo (Lc 9.7-9).
Los fariseos estaban divididos y al menos algunos de ellos estaban identificados con Jesús
(v.14.1ss), lo que haría posible que algunos de ellos dieran la alarma a Jesús, con buena
intención y lealtad hacia él. En este caso, la falsa alarma de la intención de matar a Jesús sería
un rumor lanzado por el propio Herodes como ardid para atemorizar y disuadir a Jesús para que
se fuera.
La respuesta de Jesús (vs 32-33) pareciera sugerir este sentido al mandarle un mensaje al rey y
tratándolo de zorro. Este epíteto alude seguramente a su actitud astuta y cobarde con la que
trata de deshacerse de Jesús sin usar la fuerza y sin enfrentarlo directamente.
La respuesta de Jesús a Herodes tiene dos connotaciones principales. Por un lado, una
afirmación más dura de que su obra y ministerio (expulsar demonios y curaciones) no lo
determinan los poderes de este mundo, y que no se va a dejar ahuyentar y estorbar con ardides
y falsas alarmas. Por otro lado, le manda un mensaje de alivio al rey comunicándole que en
poco tiempo (pasado mañana) se verá librado de su presencia, pues debe continuar su camino
cuyo destino final es Jerusalén donde debe completar su obra, ya que si tiene que morir, deberá
hacerlo en Jerusalén como muchos profetas del pasado (es probable que la referencia a hoy,
mañana y al tercer día sea una alusión velada a su pasión, muerte y resurrección en Jerusalén;
comparar con Oseas 6.2). Jesús se reconoce como profeta y sabe que le espera el final de
aquellos.
La lamentación sobre Jerusalén (vs 34-35) enlaza, en el aspecto literario, con la referencia a
esta ciudad en el vs 33, aunque probablemente sea una profecía conminatoria pronunciada en
la ciudad misma o en sus alrededores. Jerusalén aparece como una ciudad de muerte,
particularmente cruel con los enviados de Dios que le traen invitaciones al arrepentimiento y le
ofrecen salvación. La endecha de Jesús se corresponde con la de los profetas que le
precedieron y recuerda el lenguaje de muchos pasajes del Antiguo Testamento que aluden a los
cuidados y protección divina (ver Sal 17.8; 57.2; 61.5; 63.8; 91.4), aunque aquí se presenta un
cuadro más rico y completo de la gallina tratando de juntar a los pollitos bajo sus alas.
Pero esta bella metáfora de la gallina y los pollitos, parece que no funciona de la misma manera
para las relaciones del pueblo y su Dios, a pesar de los reiterados intentos de parte de Yavé y
sus enviados. De ahí la paradoja y lo lamentable de la situación. Esta realidad recuerda más
bien la anécdota del granjero que le puso huevos de pato a una gallina que los empolló y
adoptó como propios, y cuando los patitos empezaron a crecer se metían a la laguna dejando a
la gallina cacareando y llamándolos desde la orilla.
La cláusula del verso 35a: ‘se os va a dejar vuestra casa’ no es muy clara y conviene
interpretarla en correspondencia con los oráculos proféticos de castigo que evoca (ver Sal
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
69.26; Jr 12.7; 22:5; Mt 23.38). La idea es que las casas quedarán abandonadas y desiertas
porque sus habitantes serán quitados. Es un anuncio de castigo.
El verso 35b remite a una expresión significativa del Salmo 118.26, aunque en el presente
contexto su sentido parece algo ambiguo. Podría ser una referencia a la aclamación que recibió
Jesús a la entrada de Jerusalén antes de la pasión (v.19.38); pero si tomamos la expresión no
me volveréis a ver hasta... como una alusión a su muerte, la aclamación del Salmo debería
referirse a la segunda venida.
Para la reflexión teológica
El texto de Lc 13.31-35 brinda una buena oportunidad para la reflexión sobre el ministerio de la
iglesia y de los cristianos, particularmente su papel profético en medio de la sociedad donde nos
encontramos y frente a los poderes constituidos del Estado y la ley. En muchas ocasiones los
profetas y los cristianos han sido perseguidos porque su mensaje irritaba a gobiernos o sectores
influyentes de la sociedad; muchas veces se han visto forzados a una vida clandestina y al
margen de la ley cuando las implicaciones de su mensaje atentaban contra los intereses de los
poderosos.
Las palabras de Jesús y fundamentalmente su actitud frente a los gobernantes de turno nos
recuerda un pasado que nos compromete a la compasión y a la lucha contra todo tipo de
injusticia, nos da confianza y seguridad en la palabra que portamos, y nos estimula a actuar con
la mayor libertad. En muchos casos como cristianos evangélicos no tenemos clara conciencia
de los alcances e implicaciones de principios fundamentales de un sistema democrático como la
libertad de conciencia y de expresión, y en consecuencia no los aprovechamos plenamente
para el cumplimiento de nuestra misión. ¿Tenemos conciencia de cuáles son los principales
males e injusticias que nos aquejan como sociedad? ¿Cuáles son las causas que generan
dicha situación? ¿Qué responsabilidad nos cabe a los diferentes sectores de la sociedad? ¿Qué
proyectos o alternativas podemos aportar como iglesia?
Dr. Samuel Almada, bautista, asesor de la traducción de la Biblia al Qom, en
Estudio Exegético Homilético 12, marzo 2011.
Oraciones:
RECURSOS LITÚRGICOS Y PASTORALES
De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
Señor y Dios nuestro, Jesús encarnó un proyecto liberador proclamando la buena noticia a los
pobres, anunciando la libertad a los cautivos, haciendo ver a los ciegos, liberando a los
oprimidos, y proclamando el año bueno de Dios. Te queremos pedir que el mismo Espíritu que
movilizó a los profetas y al mismo Jesús, esté hoy sobre nosotros y nosotras. Para que no
seamos indiferentes a las necesidades y padecimientos de nuestro pueblo, sino que podamos
responder con pasión y esperanza, con amor y solidaridad. Te lo pedimos en el nombre de tu
Hijo Jesús, nuestro mayor ejemplo. Amén.
P. Maximiliano A. Heusser - Red de Liturgia del CLAI
Estamos ante ti, Padre, como pueblo desfigurado por los pecados de injusticia
cometidos contra las personas débiles y excluidas, y en contra de la creación que nos has
encomendado. Ansiamos una transformación que sea un don para gente plenamente viva.
Abre nuestros oídos al mensaje del Evangelio de transformación de una sociedad quebrada por
divisiones de clase, raza, género, cultura, origen y religión a fin que podamos vivir transformados
por una esperanza que juntas y juntos podamos ir venciendo estas divisiones.
Ayúdanos a llegar a toda persona excluida,
a quien busca asilo, a quien necesita refugio...
a las personas desfiguradas por el pecado social y estructural,
con el propósito de transformar su angustia y desesperación en esperanza y paz. Amén.
Frank Regan (Inglaterra-Perú) Canterbury Press, 2003. Inglaterra - Tr: Roberto H. Jordan
Canciones:
Megalópolis (Hoy en grandes ciudades) – CyF 348 – Joao Días – D Laurenti, Brasil
La semilla en tierra – CyF 49 – A Frostenson, Suecia – Música flokl. inglesa
Toma mi mano, hermano – CyF 124 – W Suárez, - O Catena, argentinos
Cerezo Barredo
situación en que se mezcla la sangre de los sacrificios con la sangre de los propios
sacrificantes, provocando la profanación del culto y del Templo. No queda claro si éste es un
episodio reciente o no, y no se conoce ninguna otra referencia al mismo.
Jesús utiliza este episodio para hacer una reflexión que tiene como marco de referencia la
doctrina farisea de la retribución (v.2) y lanzar un llamado a la conversión (v.3). Luego él mismo
enfatiza la idea trayendo a colación otro episodio de características similares (v.4a), cuyo
esquema literario guarda un paralelismo estricto con el anterior (episodio trágico – reflexión –
llamado a la conversión). El segundo episodio recuerda la muerte de dieciocho habitantes de
Jerusalén cuando ocurrió el derrumbe de una torre (seguramente parte de la muralla que
rodeaba la ciudad) de Siloé (estanque que se encontraba al sudoeste de la ciudad y cerca de la
muralla), hecho sobre el cual tampoco se cuenta con otro testimonio. En este caso las víctimas
son de Jerusalén y la desgracia parece accidental.
Los dos tipos de desgracia (un acto deliberado del gobierno o una catástrofe accidental) sirven
a un mismo objetivo: advertir y llamar la atención a toda la población (sean galileos o de
Jerusalén) sobre el destino que les espera si no se convierten, ya que los que murieron no eran
más culpables que todo el resto. Esto implica responsabilidad colectiva sobre pecados e
injusticias señalados anteriormente: hipocresía e injusticia de los religiosos (11.37-44); la
acumulación de riquezas (12.19-21); opresión y lujuria (12.45-48).
La parábola de la higuera estéril (vs 6-9) tiene puntos de contacto con el episodio de la
maldición de la higuera estéril en Mt 21.19 y Mc 11.12-14, pero es diferente y en cierta manera
opuesta. La ocasión recuerda una costumbre típica en Palestina de plantar árboles frutales en
medio de las viñas y hacer trepar sus sarmientos en ellos. El dueño ha venido reiteradas veces
(los tres años podría ser una referencia a la duración del ministerio de Jesús) y no ha
encontrado frutos, por lo cual le ordena al viñador que la corte bajo el argumento que cansa la
tierra inútilmente. Pero el viñador intercede ante el dueño, para probar con un cuidado especial
y darle al árbol su última oportunidad. La higuera (y también la viña) es una metáfora conocida
para representar a la casa de Israel (ver Os 9.10), y también hay antecedentes sobre la
esterilidad de la planta como figura de la infidelidad e injusticia del pueblo de Yavé (ver Jr 8.13;
Mi 7.1). Esto coincide con la referencia a galileos y habitantes de Jerusalén en el texto anterior.
Pero ahora no se trata de la maldición a una higuera estéril o un anuncio de castigo (como en
Mateo y Marcos), sino que es más bien una parábola sobre la paciencia del Señor con su
pueblo al cual le brinda una última oportunidad, remarcando la urgencia y el cumplimiento de los
tiempos. La parábola complementa así el llamado a la conversión de la primera parte (vs 1-5) y
deja un final abierto.
Para la reflexión teológica
Merecen una mayor reflexión algunos aspectos de la doctrina farisea sobre la retribución que
aparece implicada en la primera parte (vs 1-5). Según esta doctrina, que también tiene
antecedentes en el AT, todo sufrimiento (o calamidad) sería un castigo por el pecado, ya sea de
la comunidad (ver Jue 2.6-23) o de los individuos (ver 1 Re 11.11; 13.34; Jer 31.29). Este
esquema simple de méritos (premios y castigos) asegura el castigo para los impíos, y la
prosperidad y el bienestar para los justos y piadosos (ver Pr 12.21; 13.21), pero se revela
insuficiente para comprender lo que sucede en la misma realidad, y ya podemos intuir las
dificultades y contradicciones que se encuentran para abordar la espinosa cuestión del
sufrimiento humano (opresión, guerras, pobreza, enfermedad).
En los mismos textos bíblicos encontramos diversas reacciones y protestas que cuestionan la
creencia dominante de la retribución y su correlato en lo que concierne a la justicia divina (ver
libro de Job; Salmos 37 y 73; Jr 12.1). Y encontramos, también en el AT, algunas otras
aproximaciones con una valoración más positiva del dolor en las que aparece como un medio
divino de formación, prueba y purificación (ver Sal 66.10-12; Pr 17.3; Is 48.10), y el concepto del
sufrimiento vicario o en sustitución de otro (ver 2 Macabeos 6.12; 7.37; y la figura del siervo de
Yavé en Isaías 52.13–53.12). En el NT Jesús mismo impugna la teología de la justa retribución,
mostrando que no es el sufrimiento o el dolor lo que hace que el ser humano se pierda, sino
antes bien su pecado y obras impías (ver la parábola del rico y Lázaro, Lc 16.19-31).
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De ADVIENTO a CUARESMA 2018-2019 (CICLO C)
¿Hay algún responsable por los sufrimientos? ¿Qué tipo de relación se puede establecer entre
responsabilidad individual y responsabilidad colectiva frente al pecado y las injusticias? ¿De qué
manera el cambio de actitud (conversión), aún en pequeña escala, puede ser un factor de
transformación de estructuras injustas, y llamado de atención para amplios sectores de la
sociedad permeados por la corrupción?
Dr. Samuel Almada, bautista, asesor de la traducción de la Biblia al Qom, en
Estudio Exegético Homilético 12, marzo 2011.
Canciones:
¡Vuélvete a Dios! – CyF 273 – Osvaldo Catena, 1920-1986. Argentino
Zamba del grano de trigo – CyF 59 – A Mayol – J L Castiñeira de Dios, argentinos
La gran parábola del amor de Dios que nos invita a entrar en la fiesta de la vida, prefigurada
en la llegada a la nueva tierra después de la esclavitud en Egipto, la parábola de este Dios
que nos invita a ser parte en su ministerio de la reconciliación.
que, cuando el otro hijo protesta ante este comportamiento, no le da la razón. Una parábola
desconcertante, dentro de la cual se esconde el peligro de las ideas nuevas, que subvierten el
orden natural de las cosas: un discurso que los siervos de la cada no deben escuchar.
El relato es sumamente conocido, por lo que nuestro comentario se limitará a lo esencial. Jesús
dijo también: –Un hombre tenía dos hijos (más que del “Hijo Pródigo” o “De los Dos Hermanos”,
esta parábola debería llamarse “Del Padre que no respeta las Normas”) y el menor de ellos dijo
a su padre: “Padre, dame la parte de la propiedad que me toca”. Entonces el padre repartió los
bienes entre ellos. Este es el primer gesto anti-conformista, o el primer acto de debilidad del
padre, según el juicio que probablemente daban los escuchas de Jesús, hombres todos de la
misma “buena” sociedad de los personajes de esta y otras parábolas: gente que tenía
propiedades, esclavos y dependientes asalariados, capital para invertir. Ahora bien, era algo
totalmente insólito y desaconsejado por la tradición, anticipar el reparto del patrimonio que se
iba a dejar en herencia. Pero si el caso se presentaba, el hijo no podía disponer del capital
asignado mientras el padre viviera. No lo podía vender, ni tenía derecho a su usufructo. Por eso
el resto de la historia tiene un tono provocativo. Pocos días después, el hijo menor juntó todas
sus cosas y se fue lejos a otro país, donde malgastó su dinero en una vida mala… etc.
Entonces se fue a buscar trabajo, con un hombre de ese país, el cual lo mandó a sus terrenos a
cuidar puercos. (Estremecimiento de espanto en los oyentes: aun los propietarios terratenientes
observaban las normas alimentarias y los puercos eran los animales impuros por excelencia).
Y tenía ganas de llenarse el estómago con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie le
daba nada. El hambre le abre los ojos. Entonces se puso a pensar… etc... Entonces se puso en
camino y regresó a la casa de su padre. En general, tanto los comentarios como las homilías,
insisten mucho sobre el “arrepentimiento” del hijo, que abre la puerta al perdón del padre. Es
posible que esa tonalidad estuviera presente… Sin embargo, el tono extremadamente realista
del discurso del hijo, deja abierta también la hipótesis de que Jesús intentaba referirse, tal vez
con algo de ironía, a su simple cálculo utilitario, de oportunas palabras de pena y excusa. Esta
interpretación hace resaltar mejor el contraste con el comportamiento del padre, que constituye
el núcleo de la parábola.
Cuando todavía estaba lejos su padre lo vio (luego lo estaba esperando) y sintió compasión de
él, corrió a encontrarlo (un comportamiento insólito para la habitual compostura de los
orientales), y lo recibió con abrazos y besos (era una señal de perdón. Pero el hijo todavía no
había hablado). Entonces el hijo le dijo: “Padre mío, he pecado contra Dios y contra ti: ya no
merezco llamarme tu hijo”. Pero el padre (que no le deja terminar el discurso que había
preparado) dijo a sus siervos: “Saquen pronto la mejor ropa, y vístanlo (señal de honor y
distinción); pónganle también un anillo en el dedo (el anillo con sello era señal de poder: servía
para dar autenticidad a documentos y actos comerciales) y calzados en los pies. Traigan el
becerro engordado y mátenlo. Vamos a comer y a hacer fiesta!
Pero la historia no termina aquí. Su prolongación sirve para dar mayor relevancia al
comportamiento del padre y para poner en apuros a los escuchas de Jesús, que se
identificaban con el hijo primogénito. Entre tanto, el hijo mayor estaba en el campo; y cuando
regresó y llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile. Entonces llamó a uno de los
muchachos y le preguntó qué pasaba… etc. Y él dijo a su padre: “Tú sabes cuántos años te he
servido, sin desobedecerte nunca, pero jamás me ha dado siquiera un cabrito, para hacer una
fiesta con mis amigos”, etc... Entonces el padre le dijo: “Hijo mío, tú siempre estás conmigo, y
todo lo que tengo es tuyo. Pero ahora es muy justo hacer fiesta y alegrarnos, porque tu
hermano, que estaba muerto, ha vuelto a vivir; se había perdido, y lo hemos encontrado”.
Jesús presenta, pues, a este padre no conformista que rompe los modelos de comportamiento
fijados por la ley y la tradición. Para nosotros que vivimos en un tiempo en que la sociedad no
se funda ya, desde hace siglos, en la jerarquía de la autoridad representada por Dios, el rey y el
padre, es difícil captar el sentido que debía tener el ejemplo del padre de esta parábola. En la
parábola, el padre subvierte este orden. Ahora el padre deja de ser la imagen del patrón, para
convertirse en “aquel que ama” (que se conmueve, que corre al encuentro, que olvida la justicia
y la conveniencia social). No es aquel que paga a cada uno según su comportamiento, ni el que
recompensa o castiga, aceptando tal vez la vuelta del hijo, pero como asalariado. De este
modo, se despedaza la regla primordial que muchos siglos después el capitalismo debía erigir
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en sistema para regular las relaciones entre los hombres: ya no más a cada uno según el valor
monetario de su prestación, sino a cada uno según la medida del amor del padre. Jesús
propone una comunidad de seres sustancialmente iguales, donde el criterio economicista del
salario y de la mercancía es sustituido definitivamente por el criterio humano del “don”, de la
gratuidad y por lo tanto de la libertad. El padre acoge al hijo “gratis”. Es el motivo fundamental
que se vuelve a encontrar en una serie de parábolas del perdón y de la gracia, y el centro de
todo el Evangelio, el punto de partida de aquella nueva vida que más tarde se llamó cristiana.
Hay todavía que subrayar un punto: el que trastoca las cosas es Dios mismo, representado en
este caso por el padre de la parábola. El Dios de que habla Jesús es justamente este Dios,
vecino y amigo, y no distante y sagrado. El punto de partida es justamente el concepto de “don”
y de “gracia”, y no aquel de mercancía. Esta es la nueva imagen que Jesús da de Dios, en
confrontación con todos los sistemas de la sociedad constituida que, a imagen del hijo mayor,
saben realizar el cálculo de los valores que han producido y de los pagos que han recibido, y
que deben exigir y hacer respetar para que el mundo permanezca sólido, estable, ordenado y
“justo”. Pero justo, con la justicia de los contadores de libros, a la cual Jesús contrapone la
justicia de la gracia y del don.
Giorgio Girardet, A los cautivos libertad. La misión de Jesús según san Lucas. La Aurora, Bs As, 1982.
Los excluidos, las excluidas en nuestro barrio, en nuestra ciudad, en nuestra zona…
Pueden ser los chicos de la calle, pueden ser las madres adolescentes, puede ser alguna
zona donde viven pueblos indígenas, pueden ser los obreros de una fábrica recién cerrada,
pueden ser los portadores de sida, pueden ser campesinos expulsados de sus tierras,
pueden ser jóvenes sin escolaridad y sin capacitación laboral…
Afirmación de fe:
Cuando yo estaba lejos, me vio mi Padre,
y lleno de misericordia, vino corriendo hasta mí
y me abrazó largamente y me besó.
Porque Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo,
no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados.
Yo estaba casi desnudo, y mi Padre me vistió,
yo estaba con hambre, y mi Padre preparó un asado para mí,
yo estaba confundido, y él hizo una fiesta para recibirme a mí.
Porque si alguno está en Cristo, es una nueva criatura:
las cosas viejas pasaron, todas son hechas nuevas.
Mi hermano está muy enojado y no quiere entrar a mi fiesta,
mi Padre le dice que él será siempre su primer hijo y que todo es de él,
y que era necesario hacer fiesta porque yo regresé.
Porque Dios nos reconcilió consigo mismo por Cristo,
y nos encargó a nosotros el ministerio de la reconciliación.
GBH, sobre Lucas 15.11-32 y 2 Corintios 5.16-21
Oración de compromiso
Dios de amor, que te revelas en aquellos y aquellas que han vuelto vulnerables por nuestra
sistema de vida, y que haces tu hogar junto a aquellos y aquellas que son estigmatizados y
excluidos de nuestro lado. Llena nuestros corazones, nuestras mentes y nuestras vidas con
el fuego de tu espíritu para que podamos responder con creatividad a los desafíos que nos
presenta, tanto como personas y como comunidad, la epidemia del vih y del sida.
Sabemos que tú quieres salud, justicia y paz para todos y todas. Confiando en tus promesas
queremos cumplir nuestras promesas. Confiando en tu compromiso te pedimos que calmes
nuestros miedos, nos concedas la valentía de acompañar a todos aquellos y aquellas que
sufren injusticia, dar esperanza a quienes agonizan y confiar siempre en la eternidad de tu
amor. Consuela a quienes lamentan las ausencias de seres queridos y concédenos la
fortalece de continuar en tu camino.
Ayúdanos para que nosotros y nosotras y todas las comunidades a las cuales
pertenecemos, podamos utilizar toda nuestra energía y nuestra imaginación para construir
un mundo y una iglesia donde todos y todas tengan su lugar de dignidad, y que juntos y
juntas podamos dejar atrás prejuicios, discriminación y temores.
Todo lo podemos en tu amor.
Amén.
L. Orlov - Fuente: Pastoral Ecuménica VIH SIDA – Selah.
Canciones:
Tu fidelidad – CyF 427 – Miguel Cassina, México – Basada em Lam 3.23
¡Oh, amor que no me dejarás! – CyF 261 – G Matheson – A Peace, ingleses.
Tú has venido a la orilla – CyF 282 – Cesáreo Gabaráin, España