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Congregación General 36ª

Documentos

Curia General
Roma, 2017
Edición Privada
Índice

Carta de promulgación de los decretos ...................................................................................... 3


1. Introducción histórica .......................................................................................................... 5

2. DECRETOS...................................................................................................................... 17
2.1. Decreto 1. Compañeros en una misión de Reconciliación y de Justicia .................... 19
2.2. Decreto 2. Un gobierno renovado para una misión renovada .................................... 27

3. OTROS DOCUMENTOS ............................................................................................... 35


3.1. Testigos de amistad y reconciliación .......................................................................... 37
3.2. Asuntos confiados al Padre General ........................................................................... 43
3.3. Modificaciones de Constituciones 701 y 704 ............................................................. 45
3.4. Revisión de la Norma Complementaria 362 ............................................................... 47
3.5. Revisión de la Norma Complementaria 396 ............................................................... 49

4. DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA.............................................................. 51
4.1. Papa Francisco. Discurso a los miembros de la 36ª Congregación General .............. 53
4.2. Papa Francisco. Diálogo con los miembros de la 36ª Congregación General
4.3. Palabras de agradecimiento al P. Adolfo Nicolás, S.J. .............................................. 69
4.4. Homilía del P. Bruno Cadoré, O.P. ............................................................................ 73
4.5. Homilía del P. James E. Grummer, S.J....................................................................... 75
4.6. Homilía del P. Arturo Sosa, S.J. Misa de acción de gracias. ...................................... 77
4.7. Homilía del P. Arturo Sosa, S.J. Misa de Clausura .................................................... 79
4.8. CG 36: Lista de los participantes ................................................................................ 81
Congregación General 36ª: promulgación de los
decretos
2017/01

A TODA LA COMPAÑÍA

Queridos Hermanos el Señor:


P.C.
La promulgación de los decretos de la Congregación General 36ª es un paso importante en
el proceso de discernimiento de nuestra vida y misión como compañeros de Jesús, un proceso
iniciado ya al momento de convocar la CG 36ª. Cada uno de nosotros, las comunidades de la
Compañía y las obras apostólicas se dispusieron a percibir la llamada que nos hace hoy el Señor
ante el clamor de los pueblos de la tierra por una vida más humana. Las Congregaciones
Provinciales fueron un momento en el que se escuchó, con apertura de mente y espíritu, esa
llamada. Sus aportaciones, junto a los numerosos postulados recibidos, permitieron continuar
la reflexión para preparar el discernimiento común de la Compañía de Jesús reunida en
Congregación General.
Hemos vivido una experiencia de discernimiento alimentada por la preparación previa, el
diálogo fraterno con el Santo Padre Francisco, la oración y reflexión personal de cada uno de
los congregados, la oración comunitaria, la eucaristía y el trabajo de toda la asamblea. La
convicción de la estrecha relación entre nuestra vida y misión, para poder encarnar verazmente
la promoción de la justicia, a través de la búsqueda de la reconciliación en todas sus
dimensiones como exigencia de nuestra fe, se apoderó de las deliberaciones durante las seis
semanas de la CG 36ª. Los decretos reflejan este espíritu y las consecuencias que se derivan
para nuestras estructuras de gobierno.
Mediante esta carta, cumpliendo la decisión tomada por la Congregación General 36ª en
su sesión final, el 12 de noviembre de 2016, y de acuerdo al nº 142 de la Fórmula, tengo el
gusto de promulgar sus decretos que entran en vigencia en esta misma fecha.
Comienza así la fase más comprometedora del proceso de discernimiento del cuerpo de la
Compañía de Jesús y de aquellas personas con las que compartimos la misión. Los decretos de
la CG 36ª son una invitación a entrar en la fase de la elección de nuestra vida como jesuitas y
de nuestro modo de proceder en la misión. Son una invitación a elegir este camino y ponernos,
sin condiciones, a la entera disposición de Quien nos llama. El éxito de la Congregación está
en los frutos que se produzcan en nuestra conversión personal, los cambios necesarios en el
estilo de nuestra vida comunitaria y la disponibilidad a ser enviados a las periferias o fronteras
de la humanidad actual a compartir la alegría del evangelio.

Sólo confirmando que tenemos puesta toda nuestra esperanza en el Señor estaremos en
capacidad de buscar y hallar su voluntad para ponerla por obra, como testigos del amor de Dios
a todos los seres humanos. María, nuestra Madre, y su esposo José mostraron a los sencillos de
corazón la maravillosa revelación de Dios en Jesús, el recién nacido por obra del Espíritu Santo.
A ellos pidamos que nos muestren a su Hijo y abramos nuestro corazón a esta maravillosa
revelación para ponernos enteramente a su servicio.

Arturo Sosa, S.I.


Superior General

Roma, 6 de enero de 2017


Fiesta de la Epifanía del Señor
(Original: español)

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PROEMIO HISTÓRICO

Introducción histórica

1.- La fase previa


En su carta del 20 de mayo de 2014 (2014/08), el P. General Adolfo Nicolás informó
a toda la Compañía de su intención de convocar, ese mismo año, una Congregación General.
Señaló que, tras haber recibido la opinión favorable de los Asistentes ad providentiam para
realizar una consulta formal sobre la convocatoria de una Congregación General, había
informado de su propósito al Papa Francisco. El P. Nicolás explicó que había consultado a los
Provinciales y a los Asistentes ad providentiam conforme al procedimiento previsto en la
Norma Complementaria 362. Habiéndole éstos mostrado su aprobación para convocar
Congregación General, anunciaba la cancelación de la reunión de Provinciales previamente
prevista en Yogyakarta para enero de 2015.
En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 2014, el P.
Nicolás convocó formalmente la Congregación General 36. En su carta a la Compañía
universal, indicó que las Congregaciones Provinciales deberían haber completado sus tareas
antes del 31 de julio de 2015, de modo que la primera sesión plenaria de la Congregación
pudiera empezar en Roma el 3 de octubre de 2016, fiesta de San Francisco de Borja. Además
de animar a las Congregaciones Provinciales a tratar todos los postulados que se pudieran
recibir, el P. Nicolás invitó a sus miembros a reflexionar sobre las tres llamadas más
importantes que el Rey Eternal dirige hoy a la Compañía universal. Igualmente instaba a todos
los jesuitas y comunidades a orar por la preparación que había de culminar en la Congregación
General.
Ya antes de la convocatoria oficial de la Congregación, el P. General estableció siete
grupos de trabajo en el seno de la Curia General, para facilitar los preparativos de la
Congregación. Una Comisión para los Postulados integrada por Robert Althann (ZIM), Joaquín
Barrero (ESP) y Rigobert Kyungu (ACE) y presidida por Antoine Kerhuel (GAL) con la misión
de organizar los materiales remitidos por las Congregaciones Provinciales antes de la reunión
del Cœtus prævius. Antoine Kerhuel (GAL), Lisbert D’Souza (BOM) y Daniel Huang (PHI)
debían organizar y preparar el trabajo oficial del Cœtus prævius antes de la llegada de éste a
Roma. Patrick Mulemi (ZAM), James Grummer (WIS) y Gabriel Ignacio Rodríguez (COL) se
ocuparían de tratar los asuntos concernientes a la comunicación. Como responsable de la
Comisión de Logística, Arturo Sosa (VEN) convocó a varios miembros de la comunidad de la
Curia, Lauro Eidt (BRA), Robert Danieluk (PMA), Jesús Rodríguez (UCS), y Gian Giacomo
Rotelli (ITA), para organizar los detalles relativos a la manutención, alojamiento e integración
del grupo de Electores y Miembros de la Congregación. Ignacio Echarte (ESP) se hizo cargo
de la Comisión de Secretaría, con Miguel Cruzado (PER) y Tomasz Kot (PME), para planificar
y supervisar la infraestructura tecnológica y de secretaría para la Congregación. Severin Leitner
(ASR) coordinó la Comisión de Liturgia que con José Magadia (PHI) y Fratern Masawe
(AOR), debía prever la confección de albas, estolas y ornamentos para los congregados; la
organización de las liturgias eucarísticas plenarias y diarias, así como la elección de Clemens
Blatter (GER) de la dirección de las oraciones matutinas de cada día. Tras el trágico
fallecimiento del P. Leitner, James Grummer (WIS) asumió la dirección de este comité. Daniel
Huang (PHI) y Douglas Marcouiller (UCS), dirigidos por Thomas McClain (CDT), se
encargaron de los procedimientos, presupuestos y aspectos económicos de la Congregación. El
P. Grummer ayudaría a coordinar las tareas de las comisiones para evitar solapamientos.
Respondiendo a la CG 35, que decidió “la presencia de un número adecuado de
Hermanos como electores”, los Superiores Mayores y los miembros electos de cada
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PROEMIO HISTÓRICO

Conferencia eligieron a su vez a un Hermano entre los propuestos por las Congregaciones
Provinciales. Resultaron hermanos Electores Ian Cribb (ASL) por CAP-Asia Pacífico, Stephen
Power (BRI) por EUR-Europa, Thomas Vaz (BOM por JCS-Asia Meridional, Guy J.
Consolmagno (MAR) por JCU-Canadá y EE.UU., James Edema (AOR) por JES-África y
Madagascar, así como Eudson Ramos (BRA) por PAL-América Latina.

2.- La fase preparatoria


Conforme al número 13 de la Fórmula, y tras haber consultado a los Presidentes de
las Conferencias y al Consejo General, el P. General designó los miembros del Cœtus prævius,
convocándolos a una reunión el 31 de agosto de 2015 con el fin de completar los preparativos
inmediatos para la Congregación General. Los miembros del Cœtus prævius eran: el P. Nicolás
(ex officio); como moderador, Douglas Marcouiller, (UCS, Consejero General); Paul Béré
(AOC, Profesor del Instituto de Teología de la Compañía de Jesús, Abiyán), Jorge Cela (ANT,
Presidente de la CPAL), John Dardis (HIB, Presidente de la CEP), Stefan Dartmann (GER,
Rector del Colegio Germánico-Hungárico, Roma), David Fernández (MEX, Rector de la
Universidad Iberoamericana, México), Thomas Greene (UCS, Rector de la Casa de Estudios
Bellarmine, St. Louis), Timothy Kesicki (CDT, Presidente de la JCU), Michael Lewis (SAF,
Presidente de la JESAM), Antonio Moreno (PHI, Provincial), George Pattery (CCU, Presidente
de la JCSA), Francis Xavier Periyanayagam (MDU, Director del Loyola College de Ingeniería
de Chennai), y Mark Raper (ASL, Presidente de la JCAP).
El Cœtus prævius se reunió del 31 de agosto al 12 de septiembre de 2015 para
organizar, clasificar, evaluar y seleccionar los temas y postulados que debían ser abordados por
la Congregación General o el P. General (FCG 13 §13). Tras atenta consideración de los 146
postulados, 242 llamadas y 20 temas recibidos por el Cœtus prævius para su revisión y puesta
en práctica, éste pudo notar que de las Congregaciones Provinciales del mundo entero se
desprendía un interés especial por la integración. En cada región, los jesuitas abogaban por una
mayor integración de la respuesta de la Compañía a los desafíos apostólicos del momento:
atención al medio ambiente humano, social y natural; solidaridad con los migrantes y otras
personas vulnerables; así como la construcción de una nueva cultura del diálogo y la
reconciliación. Al mismo tiempo las Congregaciones Provinciales pedían a la Compañía que
integrara de modo más hondo su experiencia espiritual con su vida comunitaria como amigos
en el Señor y con su servicio apostólico. Este énfasis en la integración movió al Cœtus prævius
a crear dos comisiones: una que se centró en la llamada a renovar la vida y misión de la
Compañía, y otra en el desafío de buscar un gobierno renovado para una misión renovada.
El P. Nicolás, informando a la Compañía universal de la labor del Cœtus prævius (3
de octubre de 2015), presentó un sumario de las respuestas que las Provincias y las Regiones
habían dado a la pregunta: “Meditando sobre la llamada del Rey Eterno ¿cuáles discernimos
que son las tres llamadas más importantes que el Señor dirige hoy a toda la Compañía?”.
Particularmente, pidió además a todas las comunidades y obras de la Compañía que
reflexionaran en oración sobre el resumen que les enviaba, para participar espiritualmente en
el proceso de discernimiento de la Congregación General. Anunció también que, por deferencia
con la opinión del Santo Padre, el Cœtus prævius había confiado al P. General unos pocos
postulados que instaban a reconsiderar los grados para el estudio de opciones en la celebración
de los últimos votos.

3.- La fase inicial


La Fórmula de la Congregación General, aprobada por la CG 35, indica que los
trabajos de la Congregación General comienzan cuando el Presidente de cada Conferencia
convoca a todos los Congregados de su Conferencia (FCG 14 §1). Reuniéndose por su cuenta

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PROEMIO HISTÓRICO

y en distintos momentos, todas las Conferencias comenzaron la fase inicial de la CG 36 a lo


largo de los meses de octubre y noviembre de 2015. Los Miembros de las Conferencias de Asia
Meridional y de África-Madagascar se reunieron una segunda vez. Tal como pedía la Fórmula,
en las reuniones de su Conferencia los miembros convocados analizaron el material que les
envió el Cœtus prævius, debatieron el estado de la Compañía y otros asuntos pertinentes, y
además compartieron información sobre quién podía ser elegido P. General. Eligieron
asimismo a uno de ellos para hacer parte de las siguientes comisiones: (1) La Comisión
Coordinadora de la Congregación General; (2) la Diputación sobre el De Statu Societatis; (3)
la Comisión encargada de preparar la temática relacionada con “La Renovación de la Vida y
Misión de la Compañía”; y (4) la Comisión para estudiar lo concerniente a “Un Gobierno
Renovado para una Misión renovada” (FCG 14 §6).
El P. General, como miembro ex officio de la Comisión Coordinadora, presidió sus
sesiones. Los seis miembros elegidos en sus reuniones por las Conferencias completaban la
comisión: Paul Béré (AOC), Jorge Cela (ANT), Stefan Dartmann (GER), Timothy Kesicki
(CDT), Antonio Moreno (PHI), y George Pattery (CCU). Inmediatamente después de la
elección de los miembros de la Comisión Coordinadora, el P. Nicolás convocó su reunión
inicial, que tuvo lugar durante la primera quincena de diciembre de 2015, en Roma. Cuando
los grupos de trabajo constituidos por el P. General comenzaron a enviar los frutos de su trabajo
a la Comisión Coordinadora, ésta, en el ejercicio de sus funciones, comenzó a tomar decisiones
sobre los detalles de la Congregación.
La Comisión Coordinadora procedió a nombrar varios moderadores: de la Diputación
sobre el estado de la Compañía Agbonkhianmeghe Orobator (AOR); de la Comisión para la
Renovación de la Vida y Misión de la Compañía Francis Gonsalves (GUJ); y de la Comisión
sobre un Gobierno Renovado al Servicio de una Misión Renovada Miguel Cruzado (PER). En
previsión de las reuniones que las comisiones tendrían en el mes de enero de 2016 redactó
algunas directrices que ayudasen a cada grupo a cumplir su cometido. Insistió en la importancia
de que se trabajase desde una perspectiva de Compañía universal, más que regional o
provincial; que se estudiasen y debatiesen los temas muy a fondo, e subrayó la importancia de
buscar la integración pretendida por el Cœtus prævius. La Comisión Coordinadora también
animó a las comisiones a que consultaran a expertos en caso de necesitar mayor información
sobre un tema. Cada comisión era libre de preparar el texto de un posible decreto, si así lo creía
necesario.
La Comisión Coordinadora constituyó una Comisión para los Postulados, que
moderaba Douglas Marcouiller (UCS) y que contaba con Rigobert Kyungu Musenge (ACE),
Bienvenido F. Nebres (PHI), Alfonso Carlos Palacio Larrauri (BRA), Francis Parmar (GUJ) y
Nicolas Standaert (CHN). Este grupo prestó un servicio invaluable al estudiar los 29 postulados
personales remitidos por jesuitas o grupos de jesuitas después de la primera sesión del Cœtus
prævius y los 9 postulados remitidos por miembros de la Congregación antes de que ésta
concluyera sus trabajos.
La Comisión Coordinadora constituyó también una Comisión Jurídica conforme a lo
dispuesto en la Fórmula (FCG 15 §2, 7°): Robert Geisinger (CDT), Thomas Greene (UCS),
Francis Kurien (HAZ), Michael Lewis (SAF), Benoît Malvaux (BML, moderador) y Luis
Javier Sarralde Delgado (COL). Este grupo dio explicación de las modificaciones que se habían
introducido en la Fórmula desde la última Congregación General, propuso algunos puntos a la
decisión de la Congregación, ofreciendo su consejo jurídico, en diferentes ocasiones.
Aprovechando reuniones previstas con anterioridad, la Comisión Coordinadora pudo
encontrarse varias veces: a finales de febrero, mediados de agosto y finales de septiembre,
continuando así su planificación y coordinación de la Congregación General.

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PROEMIO HISTÓRICO

La Diputación sobre el Estado de la Compañía incluía a los cuatro Asistentes ad


providentiam, Lisbert D’Souza (BOM), James E. Grummer (WIS), Federico Lombardi (ITA)
y Gabriel Ignacio Rodríguez (COL), junto con un miembro elegido por cada Conferencia: John
Dardis (HIB), Agbonkhianmeghe Orobator (AOR), Bernardinus Herry Priyono (IDO), Sebasti
L. Raj (MDU), Mark Ravizza, (CFN) y Arturo Sosa (VEN).
Fueron elegidos para la Comisión sobre la Renovación de la Vida y Misión de la
Compañía: Stephen Curtin (ASL), José Ignacio García Jiménez (ESP), Francis Gonsalves
(GUJ), Ludovic Lado (AOC), John McCarthy (CDA) y Luis Rafael Velasco (ARU).
Fueron elegidos para la Comisión sobre un Gobierno Renovado al Servicio de una
Misión Renovada David Ciancimino (UNE), Miguel Cruzado (PER), Juan José Etxeberria
(ESP), Joseph Marianus Kujur (RAN), Michael Lewis (SAF) y Mark Raper (ASL).
Poco después de las reuniones por Conferencias, las comisiones fueron invitadas a tener
su primera reunión en Roma. Tres grupos tuvieron ocasión de encontrarse simultáneamente en
la Curia General entre el 13 y el 16 de enero de 2016: la Diputación sobre el estado de la
Compañía, la Comisión Jurídica y la Comisión sobre Vida y Misión. La Comisión sobre
Gobierno y Misión mantuvo su reunión entre el 27 y el 30 de enero. Todas las comisiones
tuvieron ocasión de encontrase con el P. General para hacerse más conscientes de sus
responsabilidades y conocer la perspectiva de la Comisión Coordinadora. Los tres grupos que
coincidieron en sus reuniones tuvieron la oportunidad de orar y estar juntos, haciendo más
intensa la sensación de que la Congregación estaba en marcha y que avanzaba, ya antes de la
primera sesión plenaria.
Durante las reuniones iniciales, la Diputación y las comisiones organizaron sus agendas
de trabajo para los meses siguientes, entre enero y septiembre, de modo que les fuera posible
estudiar, hacer consultas, discernir y redactar, antes del comienzo de la fase plenaria de la
Congregación. Todos los grupos pudieron preparar algún documento provisional para
someterlo a consideración y recibir comentarios de los Electores y Miembros de la
Congregación. El sistema electrónico desplegado por la Curia General facilitó mucho esta
labor.
El P. Nicolás prestó su apoyo a un buen número de iniciativas prácticas que agilizaron
el funcionamiento de la Congregación. Para lograr que en la Congregación se usara la menor
cantidad de papel posible, el P. Ignacio Echarte (ESP) y el Sr. Kenneth Yong (responsable de
la tecnología de la información en la Curia), aprovechando las últimas innovaciones
tecnológicas, diseñaron un sistema de trabajo que resultó muy eficaz. Para lograr la mayor
seguridad posible en el aula, el Sr. Fabrizio Salis (del equipo de la Curia) prestó su
asesoramiento al P. Echarte y al P. Sosa coordinando un enorme proyecto de renovación que
incluía la instalación de un nuevo sistema de calefacción y aire acondicionado, y lograba el
mejor rendimiento posible de la tecnología inalámbrica reorientando la disposición de los
asientos. A pesar de problemas imprevistos y retrasos inesperados, todo estuvo listo para tener
sesiones de entrenamiento antes de la primera asamblea plenaria. Estas sesiones ayudaron a
que los congregados pudieran familiarizarse con el sistema de traducción simultánea, con el
acceso a la documentación electrónica, el método de votación y de comunicación electrónica.
Durante el trascurso de la Congregación, Edward Fassett (CFN) se ganó el aprecio de todos
por su heroica paciencia ayudando a los no iniciados en tecnología a superar las más variadas
dificultades.
El 2 de octubre por la tarde, cientos de jesuitas y amigos de la Compañía se unieron a
los miembros de la Congregación para una concelebración eucarística en la iglesia del Gesù,
que Washington Paranhos (BRA) se encargó de preparar y coordinar como maestro de
ceremonias. Vlastmil Dufka (SVK) fue el director del coro que mantuvo el tono de oración,
logrando la plena y activa participación de todos los presentes. El P. Bruno Cadoré, O.P.,
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PROEMIO HISTÓRICO

Maestro de la Orden de Predicadores, presidió y predicó con elocuencia y simpatía. En forma


inspiradora, invitó a todos a proceder “entre el deber de interpelar continuamente a la Compañía
a intentar la audacia de lo ‘improbable’, y la voluntad evangélica de hacerlo con la humildad
de aquellos que saben que, en este servicio al que el ser humano entrega toda su energía, ‘todo
depende de Dios’”.

4.- Primeras sesiones plenarias


La primera sesión plenaria de la Congregación General 36, con la presencia de todos
los Electores, se inició el lunes 3 de octubre con el himno Veni Creator Spiritus y la oración de
apertura. El P. Nicolás informó a continuación a los Electores de haber nombrado al P. James
E. Grummer (WIS) Vicario para presidir todo el proceso hasta la elección de un nuevo P.
General. El P. Grummer hizo entonces la presentación de los traductores, los amanuenses y el
equipo de apoyo técnico; expresó a todos ellos, en nombre de la Congregación, su gratitud
anticipada por la importante contribución que iban a prestar a los trabajos de la Congregación
a lo largo de las semanas siguientes. La Congregación aprobó unánimemente la presencia del
equipo de apoyo y se declaró a sí misma plena y legítima.
El P. Grummer presentó la agenda diaria que la Congregación había de seguir
normalmente hasta el final. Todos los días se comenzaba a las 09:00 a.m. con una oración de
la mañana, preparada cuidadosamente por Clemens Blattert (GER). Éste, acompañado de
Gabriel Côté (GLC, Elector), José Yuraszeck (CHL, estudiante en la Gregoriana), y, en alguna
ocasión, escolares de San Saba, en Roma, hicieron el acompañamiento musical. Diferentes
miembros de la Congregación dirigían la oración en diversas lenguas, y se terminaba siempre
con la bendición impartida en la lengua vernácula del que había presidido la oración. Dos
sesiones por la mañana y otras dos por la tarde, cada una de unos 75 minutos, precedían a la
liturgia eucarística de la tarde que se celebraba en cuatro lugares diferentes, en castellano,
italiano, francés e inglés de modo que cada uno podía elegir la lengua que prefería.
El Vicario advirtió que la gozosa novedad de algunas cosas como la Fórmula, el aula,
la tecnología y las relaciones con hermanos de todo el mundo debía acompañarse por la
conciencia de que la diversidad de puntos de vista y de valores podrían suscitar algunas
tensiones que el enemigo de natura humana trataría de explotar para minar nuestra consolación
y paz. Sugirió que ayudaría mucho a todos, durante el prolongado periodo de discernimiento
en común, la insistencia de Ignacio en los Ejercicios de tener grande ánimo y liberalidad [5],
de reverencia [3] y evitar toda distracción [20].
Los Electores aprobaron mediante votación electrónica secreta la propuesta de que
Agnelo Mascarenhas (GOA) asumiera interinamente la secretaría de la Congregación hasta la
elección del Secretario de la Congregación. Acordaron también los Electores que Paul Béré
(AOC) y Jorge Cela (ANT) desempeñaran el oficio de Escrutadores en la votación sobre la
renuncia del P. General, conforme a lo previsto en la FCG 46 §2. La Congregación pasó
entonces a subsanar cualquier deficiencia que hubiera podido acaecer en las Congregaciones
Provinciales o en cualquier otro momento.
A la luz de FCG 31, §3, la Congregación confirmó por unanimidad que las normas
sobre confidencialidad que había dictado el P. General para el equipo de comunicación debían
aplicarse a todos. Por lo tanto, los nombres de los oradores, los resultados numéricos de las
votaciones y cualquier cosa todavía por resolver o que podía cambiar antes del final de la
Congregación General, debía mantenerse en secreto. Timothy Kesicki (CDT) y John Dardis
(HIB) recibieron el encargo de trabajar con el equipo de comunicación organizado por el P.
Patrick Mulemi (ZAM), para ir publicando la información que pareciese adecuada.
Una vez que la Congregación concluyó estos asuntos, el P. Nicolás presentó su
renuncia, haciendo una relación sencilla y humilde de su estado de salud, recalcando su deseo
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PROEMIO HISTÓRICO

de que la Compañía pueda contar con el liderazgo que necesita para servir a la Iglesia. Una vez
que éste hubo abandonado el aula, Gabriel Ignacio Rodríguez (COL) informó sobre el parecer
de los Asistentes ad providentiam en lo tocante a la salud del P. Nicolás, y el Vicario invitó a
los Electores a formular las preguntas que se estimaran oportunas. Puesto que ninguno suscitó
otros puntos sobre las razones en pro o contra de la renuncia presentada, la Congregación se
concedió un breve momento de oración antes de proceder a la votación secreta con papeletas,
por medio de la cual se aceptó su renuncia. Cuando el P. Nicolás regresó al aula, fue recibido
con una larga y sonora ovación por parte de los presentes puestos en pie, mostrando de este
modo su gratitud por el servicio que había prestado a la Compañía. A continuación el P.
Federico Lombardi (ITA) expresó su agradecimiento al P. Nicolás en nombre de toda la
Congregación y de la Compañía, entregándole como regalo un icono diseñado por Marko
Rupnik (SVN). El P. Nicolás agradeció por su parte a la Congregación y a toda la Compañía
el afecto y el apoyo recibidos durante el transcurso de su mandado; con lo que llegó a su fin
una sesión histórica que conmovió hondamente a todos los que en ella participaron.
Durante la primera sesión de la tarde, el Vicario informó a la Congregación que el
Santo Padre había enviado su bendición para la Congregación y para la elección de un nuevo
P. General, y que el Papa Francisco tenía intención de reunirse con los Miembros de la
Congregación el 24 de octubre. La Congregación aprobó a continuación la propuesta del
Vicario para que Lisbert D’Souza (BOM), Asistente Regional de Asia Meridional y Asistente
ad providentiam, pronunciara una exhortación el día de la Elección. El Vicario entonces dedicó
algunos minutos para explicar que, al menos en 10 diferentes ocasiones, a lo largo de los días
siguientes, algunos debates prepararían a los Electores para el discernimiento que constituye el
corazón de la Congregación. Estos debates, en 20 grupos pequeños, permitieron familiarizarse
con los materiales preparados para la Congregación (especialmente el documento De statu
Societatis), disponerse a la elección del Secretario de la Congregación y de sus ayudantes, y
conocerse mutuamente en mayor profundidad. La conversación en grupos permitió la
presentación de los miembros entre sí, el conocimiento del movimiento de espíritus suscitado
por los materiales en estudio, y la localización de temas importantes que merecían ulterior
consideración por parte de todos.
Más tarde, durante la misma sesión, en nombre de la Diputación sobre el estado de la
Compañía, Agbonkhianmeghe Orobator (AOR) expuso cómo se había preparado del informe,
los temas principales que abordaba, así como algunas sugerencias para su uso en los debates.
Finalmente, tras una breve pausa, los Miembros de la Congregación se dividieron en 20 grupos
pequeños para revisar la Relatio prævia y las Llamadas.
A lo largo de los tres días siguientes, aunque tuvieron lugar en el aula varias
presentaciones de importancia, la Congregación trató sus asuntos principalmente en grupos
pequeños. En estos grupos se debatió la situación actual del mundo, la situación presente de la
Iglesia, la promoción de vocaciones y la formación, la misión universal de la Compañía en una
sociedad global, la situación de la vida comunitaria, el liderazgo como servicio, la
colaboración, y los desafíos que tendrá que afrontar la Compañía en los próximos diez años.
En una sesión de la tarde, el moderador de la comisión sobre Renovación de la Vida y Misión
de la Compañía, Francis Gonsalves (GUJ), explicó el modo cómo la comisión había llevado a
cabo su labor, presentando a continuación la versión más reciente de un posible decreto. La
tarde siguiente, el moderador de la comisión sobre el Gobierno al Servicio de una Misión
Renovada, Miguel Cruzado (PER), presentó de modo semejante una visión general del
documento a su cargo.
Tras la oración de la mañana del cuarto día de la Congregación, 6 de octubre, el
Vicario notificó que algunos Electores habían solicitado que se pospusiera la fecha de la
elección, propuesta inicialmente para el 11 de octubre. Mencionó hasta qué punto era
importante examinar las mociones de cada uno en pro y contra de retrasarla. Tras un breve
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PROEMIO HISTÓRICO

tiempo de oración y después de haberse tomado juntos en trabajo de examinar las razones a
favor y en contra de la propuesta, los Electores decidieron por enorme mayoría que la
murmuratio comenzaría el lunes 10 de octubre. Los Electores pasaron entonces a reunirse en
grupos pequeños para discutir el documento De Statu.
En la sesión plenaria de primera hora de la tarde, los Electores pudieron formular
preguntas sobre el informe De statu. El P. Orobator (AOR), moderador de la diputación,
organizó las respuestas. Durante la última sesión del día, cuatro redactores de los pequeños
grupos - Francis Xavier Periyanayagam (MDU), José Ignacio Garcia (ESP), Paulin Manwelo
(ACE) y Thomas D. Stegman (WIS) - hicieron un resumen sobre los desafíos que habría de
afrontar la Compañía en los próximos diez años. Los Electores pudieron hacer comentarios y
presentar sus reflexiones hasta el momento de la interrupción, para ir a celebrar la eucaristía en
diversos idiomas.
El 7 de octubre, quinto día de la Congregación, todos sus miembros atravesaron en
peregrinación la Puerta Santa con ocasión del jubileo extraordinario de la Misericordia, y
concelebraron la eucaristía en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro. Bienvenido
Nebres (PHI), el más antiguo en Compañía de todos los congregados, presidió y predicó en una
tranquila y madrugadora ceremonia mientras en el exterior diluviaba. Tras la oración de la
mañana habitual en el aula, los congregados se reunieron en grupos por Asistencias con el
propósito de preparar dos ternas: una para la elección del Secretario de la Congregación, y la
otra para la elección de sus Ayudantes.
Durante la primera sesión de la tarde, el Procurador General de la Compañía, Benoît
Malvaux (BML), explicó los cambios más importantes en la Fórmula introducidos por
iniciativa de la CG 35 en su decreto 5, núm. 2-4. Hechas algunas aclaraciones, los miembros
de la Congregación aprobaron por unanimidad la revisión de la Fórmula para la Congregación
General. El Vicario explicó a continuación las razones por las que los Asistentes ad
providentiam y la Comisión Coordinadora habían considerado que los cambios introducidos
en la Norma Complementaria 326 no respondían a los requisitos que hubieran hecho necesario
debatir el asunto antes de la Elección del P. General. Nadie hizo una representación ante esta
decisión. Tras un breve debate, los Electores confirmaron la composición de la Comisión
Coordinadora.
En la última sesión de la jornada, los Electores se reunieron para la votación
electrónica secreta en la que elegirían el Secretario de la Congregación y sus Ayudantes.
Resultaron elegidos Luis Orlando Torres (UCS) como Secretario de la Congregación, Agnelo
Mascarenhas (GOA) como primer Ayudante y Francisco Javier Álvarez de los Mozos (ESP)
como segundo Ayudante. Tras una breve oración de acción de gracias por el hecho de que las
Asistencias hubieran propuesto tantos y tan excelentes candidatos con independencia de su
origen, la Congregación levantó su sesión para celebrar la eucaristía en diversos idiomas.
Tras la oración inicial de la sexta jornada de Congregación, el P. Grummer anunció
que la Comisión Coordinadora había decidido como método para la aprobación de las actas de
la Congregación (FCG 32), la designación de tres Electores con tal misión: Jean-Marc Biron
(GLC), Nicolas Standaert (CHN) y Scott Santarosa (CFN) revisarían las actas de cada día y las
aprobarían en nombre de todos los congregados. El Vicario pidió a continuación a Francois-
Xavier Dumortier (GAL), a Francisco Javier Álvarez de los Mozos (ESP) y a Devadoss
Mudiappasamy (MDU) que narraran su experiencia personal en el proceso de recoger
información, murmuratio, antes de la elección del P. General. Otros Electores que también
habían asistido a anteriores Congregaciones Generales añadieron pequeñas observaciones que
ayudaron a los presentes a entender mejor cómo proceder.
Después de una breve pausa, el P. Grummer leyó los nombres de quienes integraron
la comisión de ambitu. Además del Vicario, debía estar en ella el Elector más antiguo en
11
PROEMIO HISTÓRICO

Compañía de cada Asistencia: Paramasivam Stanislaus Amalraj (JCS), Jorge Cela Carvajal
(ALS), John K. Guiney (EOC), Michael Lewis (AFR), Federico Lombardi (EMR), Anto Lozuk
(ECO), Bienvenido F. Nebres (ASP) y Alfonso Carlos Palacio Larrauri (ALM). A continuación
presentó algunos puntos para la reflexión y la oración antes de dar comienzo a la fase de la
Elección. Estos puntos permitieron un examen de la primera semana de la Congregación para
que los Electores pudieran reconocer en profundidad las gracias recibidas. Después de celebrar
la Eucaristía en los grupos lingüísticos, los Electores disfrutaron un día y medio de reposo.

5.- La fase de Elección


El lunes 10 de octubre el proceso de elección del P. General empezó con una
exhortación del Vicario. El P. Grummer recordó a los Electores la densidad especial de estos
cuatro días. Lo describió como un tiempo de recogimiento reverente y de hondo respeto por
cada persona y por el modo como Dios trabaja, para que todos busquemos su voluntad con
creciente confianza. Con el fin de crear y facilitar una atmósfera de oración, se dejó expuesto
el Santísimo Sacramento en la Capilla de San Francisco de Borja durante todo el día.
El viernes 14 de octubre, día de la elección, empezó a primera hora con una
celebración de la Misa del Espíritu Santo, presidida por el Vicario que también pronunció la
homilía. Le acompañaban en el altar Lisbert D’Souza (BOM) y Tomasz Kot (PMA), el más
antiguo y el más reciente de los Asistentes Regionales. Concluida la eucaristía, los Electores
se dirigieron en procesión hacia el aula, donde entonaron el Veni Creator Spiritus. Durante
veinte minutos, Lisbert D’Souza pronunció una exhortación recordando a los Electores algunos
textos clave de las Escrituras y de las Constituciones. Conforme al número 75 de la Fórmula,
todos permanecieron en oración y silencio durante el tiempo restante hasta completar una hora.
Cumplido lo prescrito en la Fórmula, Arturo Marcelino Sosa Abascal (VEN),
delegado para las Casas Internacionales de Roma, fue elegido trigésimo primer Superior
General de la Compañía de Jesús. Inmediatamente después, el Vicario leyó el decreto que
certificaba la elección, y Antonio Spadaro (ITA) informó al Santo Padre. Acto seguido entró
en el aula el equipo para la comunicación, que debía grabar la profesión de fe del P. General,
el tradicional homenaje que rinden todos los Electores y la felicitación de todos los jesuitas
presentes en la Curia. A continuación, en la Capilla de San Francisco de Borja, en acción de
gracias se entonó el Te Deum. El día siguiente, por la mañana el P. Sosa presidió la Eucaristía
de acción de gracias en la iglesia del Gesù. Durante su homilía animó a los presentes, no solo
a vivir la “audacia de lo improbable” mencionada por el P. Cadoré, O.P., en la misa inaugural,
sino la “audacia de lo imposible”, acogiéndose a las palabras del arcángel Gabriel cuando
anunció a María: “Nada es imposible para Dios”.

6.- La fase ad negotia


En la primera sesión de la fase ad negotia – tiempo para el tratamiento de asuntos
concretos - de la Congregación General 36, los Electores dieron la bienvenida formal a tres
nuevos miembros nombrados previamente por el P. Nicolás: Michael J. Garanzini (UCS),
Secretario de Educación Superior), José Alberto Mesa (COL, Secretario de Educación) y
Thomas W. Smolich (CFN, director del Servicio Jesuita a Refugiados). El Secretario, P. Torres,
advirtió que la Conferencia de América Latina precisaba elegir un sustituto para reemplazar al
P. Sosa en la Diputación sobre el estado de la Compañía.
El P. Sosa presentó unas indicaciones iniciales sobre el gobierno y planteó algunas
cuestiones preliminares sobre las cuales deseaba que los Miembros de la Congregación le
dieran su parecer. Anunció también que, de acuerdo con FCG 88 §7, el P. Nicolás había
decidido abandonar la Congregación y pasar algún tiempo en España antes de asumir un nuevo
destino en la Provincia de Filipinas.
12
PROEMIO HISTÓRICO

La Congregación dedicó 23 días a tratar de una gran variedad de asuntos, usando


formatos muy diversos. Los debates en grupos pequeños ofrecían excelente ocasión a los
congregados para profundizar su comprensión y apreciación de las vivencias y formas de
pensar de unos y otros, en un amplio espectro de temas; las reuniones por conferencias dieron
luz sobre puntos de vista regionales y las sesiones plenarias brindaron el foro para alcanzar un
punto de vista más universal. Los redactores de los pequeños grupos trabajaron asiduamente
para poder ofrecer valiosos y matizados resúmenes de sus discusiones para llevar adelante la
labor de la Congregación. Los autores y editores de los borradores de los textos propuestos
pusieron en ellos muchas horas de esfuerzo para ajustarlos a las exigencias de la Congregación.
El P. General daba a conocer con frecuencia el nombramiento de nuevos Provinciales,
muchos de los cuales se encontraban en el aula. También anunció su intención de nombrar a
Antoine Kerhuel (GAL) Secretario de la Compañía. Tras agradecer a Ignacio Echarte (ESP)
sus años de servicio en Roma como Secretario y, antes, como Delegado de las Casas
Internacionales de Roma, el P. Sosa indicó que el traspaso del cargo al nuevo Secretario tendría
lugar a comienzos de 2017.
También, la preparación de ternas para seleccionar Asistentes Regionales y para elegir
Asistentes ad providentiam y un Admonitor, requirió, de todos los miembros de la
Congregación, reflexión personal, diálogo, cuidadosa atención y la participación activa. Tras
haber consultado a los miembros de cada Asistencia y a los Consejeros Generales, el lunes 31
de octubre, el P. Sosa hizo público el nombramiento de los primeros miembros de su equipo.
Fueron elegidos Asistentes Regionales Victor Assouad (EOC), Joaquín Barrero Díaz (EMR),
Vernon D'Cunha (ASM), Lisbert D’Souza (ASM), Daniel P. Huang (ASP), Tomasz Kot
(ECO), Douglas Marcouiller (CUS), Fratern Masawe (AFR), Claudio Paul (ALM) y Gabriel
Ignacio Rodríguez (ALS). Designó también a José Magadia (PHI) Consejero General de
Formación y a John Dardis (HIB) Consejero General para el Discernimiento y la Planificación
Apostólica.
Tras cuatro días, en los que se recogió información a través de conversaciones
personales, el viernes 4 de noviembre, la Congregación eligió los Asistentes ad providentiam:
John Dardis, Vernon D’Cunha, Douglas Marcouiller y Fratern Masawe. La Congregación
determinó a continuación que Douglas Marcouiller fuese el Admonitor del P. General.

7.- La visita del Papa


Quizás, el día más importante de la fase ad negotia de la Congregación fue el de la
visita del Papa Francisco: el lunes 24 de octubre. Las recomendaciones del Papa de pedir con
insistencia la consolación, de dejarnos conmover por el Señor puesto en cruz en su persona y
en su pueblo, y de actuar con Buen Espíritu como hombres de discernimiento que sienten con
la Iglesia, resonaron con fuerza en la mente y el corazón de todos los presentes en el aula
aquella mañana. Al discurso preparado por el Santo Padre siguió una sesión de preguntas y
respuestas. Fue profundamente conmovedor su testimonio personal sobre la importancia de la
consolación, la compasión y el discernimiento en el servicio del Señor y de su Iglesia. El
carácter fraterno de su mensaje y la cercanía del Papa sirvieron de inspiración y dieron nuevos
ánimos a la Congregación para continuar su trabajo.

8.- Compañeros en una Misión de Reconciliación y Justicia


La Comisión de Vida y Misión de la Compañía intentó analizar los procesos, causas
y consecuencias que vinculan la vida comunitaria de la Compañía con la realidad apostólica de
la ecología, las migraciones, el fundamentalismo y el servicio a los pueblos indígenas. Estudió
con detalle más de 75 postulados y 6 temas que habían remitido las Provincias. La Comisión y
la Congregación tomando en serio su trabajo, llegaron a estudiar 6 borradores y 173 propuestas
13
PROEMIO HISTÓRICO

de enmienda antes de aprobar la versión final del decreto Compañeros en una misión de
reconciliación y justicia.
Haciendo memoria de la experiencia de los primeros compañeros en Venecia,
mientras discernían qué hacer, cuando la situación política desbarató sus planes de marchar a
Jerusalén, la Congregación puso de relieve que las comunidades de la Compañía deben tener
en nuestros días unas características que les hagan capaces de discernimiento apostólico en
común. Es así como los miembros de nuestras comunidades, encendidos en la pasión de dar
testimonio del Evangelio, podrán participar en la misión de Cristo Reconciliador, como lo
señala San Pablo en 2 Corintios 5,18. De este modo todos los ministerios y obras de la
Compañía tendrán un renovado fervor para servir a la reconciliación con Dios, de la humanidad
entre sí y de ésta con la creación.

9.- Renovación del Gobierno para una Misión Renovada


La comisión que trabajó sobre la renovación del Gobierno para una Misión renovada,
al iniciar sus tareas, se basó en los 68 postulados y 5 temas remitidos por las Congregaciones
Provinciales, y posteriormente, en otros postulados que fueron llegando antes de que finalizara
la Congregación General. La comisión pidió ayuda a varios grupos de trabajo y otras personas
que hicieron notables contribuciones a su reflexión. El documento resultante Un gobierno
renovado para una misión renovada subraya el carácter central de la misión de la Compañía
en cualquier estructura y procedimiento, y en cualquier instancia de gobierno. Las tres
características esenciales del gobierno actual en la Compañía son el discernimiento, la
colaboración y el trabajo en red. Por eso es tan importante que sean creados, a todos los niveles
de organización de la Compañía, los medios y condiciones de posibilidad que ayuden a
desarrollar estas tres características. El decreto hace al P. General, y a quienes trabajan con él
en Roma, seis recomendaciones; dos a las Conferencias de Superiores Mayores; tres a los
Superiores Mayores de Provincias y Regiones, y dos a los Superiores Locales.
Por otra parte, la Congregación encargó tres asuntos importantes al P. General: la
renovación de la organización y estructura de las Casas Interprovinciales de Roma (Domus
Interprovinciales Romanæ); la promoción, dentro de la Compañía y sus ministerios, de una
consistente cultura de protección y salvaguarda de menores; y, una revisión de las Fórmulas
de la Congregación General, la Congregación Provincial, la Congregación de Procuradores y
de la Congregación para elegir un Vicario General.
Finalmente, la CG 36 modificó las Normas Complementarias 362 y 396 para lograr
una mayor precisión en el lenguaje y para clarificar su práctica; añadió además notas
explicativas a los números [701] y [704] de las Constituciones, para adecuarlos al Código de
Derecho Canónico vigente.

10.- Testigos de Amistad y Reconciliación


El último decreto asumido por la Congregación General consistió en una carta y una
oración por los jesuitas que viven en zonas de guerra y conflicto. John Dardis (HIB), Jean-
Baptiste Ganza Gasanana (RWB) y Dany Younès (PRO) formaron parte de una comisión
especial que elaboró el texto con los sentimientos y deseos de la Congregación General, que
anhelaba expresar su solidaridad con todos los que dan testimonio del Príncipe de la Paz en
lugares altamente conflictivos.

11.- Conclusión de la Congregación General 36


El 11 de noviembre, los miembros de la Congregación decidieron que sus trabajos
llegarían a su fin al día siguiente. Se dio comienzo entonces, en clima de oración, a una
evaluación de la Congregación en su conjunto. Una reflexión por Asistencias, en grupos
14
PROEMIO HISTÓRICO

pequeños y personal – hábilmente organizada por Pablo José Alonso Vicente (ESP), Mark A.
Ravizza CFN) y Antonio F. Moreno (PHI) - ayudó a todos a agradecer las bendiciones recibidas
a lo largo de los dos últimos años y a formular sugerencias sobre posibles mejoras que se
podrían introducir en futuras Congregaciones.
Aunque cualquier miembro podría haber presentado intercesiones pidiendo a la
Congregación que introdujeran cambios estimados necesarios en los decretos, nadie lo hizo.
En consecuencia, y tras el tiempo de la oración matinal, que fue más prolongado en esta última
mañana, la Congregación determinó que el P. General y los Asistentes ad providentiam podían
firmar las actas finales de la Congregación. Así mismo, la Congregación determinó que el P.
General podía introducir las correcciones que estimara necesarias “según la mente de la
Congregación y con el voto deliberativo de aquellos padres de la Curia General que tienen
derecho a la Congregación por razón del cargo” (FCG 140 §4, 2°). A continuación el P. General
y el P. Torres dieron las gracias a los miembros de la Congregación y a todos aquellos cuyas
oraciones y cuyo trabajo habían ayudado de diversos modos a su buen desarrollo. Finalmente,
los miembros dieron por terminado su trabajo y votaron levantar definitivamente la sesión,
entonando el Te Deum en acción de gracias por tantas bendiciones recibidas.
Los miembros de la Congregación, los jesuitas de Roma y numerosos amigos de la
Compañía de Jesús se reunieron en la iglesia de San Ignacio a las 16:00 para celebrar una
Eucaristía de acción de gracias y cantar juntos el Te Deum. El P. General en su homilía insistió
en la necesidad del discernimiento en solidaridad con los demás, especialmente con los pobres,
mientras la Compañía discurre por el mundo para para proclamar el Evangelio. Textos en latín,
italiano, español, inglés, polaco, portugués, rumano, japonés, francés, cingalés y árabe, junto
con rituales congoleños e indios, hicieron visible en esta Eucaristía la universalidad de la
Iglesia. A continuación, se celebró una recepción en la Universidad Gregoriana.
Concluyó así la trigésima sexta Congregación General de la Compañía de Jesús el 12
de noviembre de 2016, al término de 35 días de trabajo.

(Original: inglés)

15
DECRETOS

17
DECRETO 1:
COMPAÑEROS EN UNA MISIÓN DE RECONCILIACIÓN Y DE JUSTICIA

Decreto 1
Compañeros en una misión
de Reconciliación y de Justicia
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo,
y nos encomendó el ministerio de la reconciliación. (2 Cor., 5:18)

1. La Compañía de Jesús ha deseado siempre conocer y seguir la voluntad de Dios


sobre ella. Esta Congregación General toma sobre sí una vez más esta tarea. Lo hace desde el
corazón de la Iglesia, pero con los ojos puestos en la humanidad, “que hasta ahora está
gimiendo con dolores de parto” 1. Por una parte contemplamos la vibración de la juventud que
busca una vida mejor, el gozo de muchos ante la belleza de la creación y las múltiples formas
en las que muchos ponen sus propias cualidades al servicio de los demás. Sin embargo, también
vemos que nuestro mundo enfrenta hoy múltiples carencias y desafíos. En nuestras mentes
permanecen las imágenes de poblaciones humilladas, golpeadas por la violencia, excluidas de
la sociedad y marginadas. La tierra soporta el peso del daño que le hemos causado los seres
humanos. Nuestra misma esperanza está bajo amenaza y su lugar han venido a ocuparlo el
miedo y la rabia.
2. El Papa Francisco nos recuerda que “no hay dos crisis separadas, una ambiental y
otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental” 2. Esta crisis única, que subyace
tanto a la crisis social como a la ambiental, tiene su origen en el modo como los seres humanos
usamos - y abusamos - de la población y las riquezas de la tierra. Es una crisis con profundas
raíces espirituales; mina la esperanza y el gozo que Dios proclama y ofrece en el Evangelio, y
afecta también a la Iglesia y a la Compañía de Jesús.
3. Pero si contemplamos la realidad con los ojos de la fe, con la visión a la que nos ha
habituado la Contemplación para alcanzar amor 3, advertimos que Dios actúa en el mundo.
Reconocemos las huellas del trabajo de Dios, del gran ministerio de reconciliación que Dios
ha comenzado en Cristo, y que se realiza en el Reino de justicia, paz e integridad de la creación.
La CG 35 se hizo consciente de esta misión 4. La carta sobre la reconciliación del P. General
Adolfo Nicolás 5 y el magisterio del Papa Francisco 6 han dado a esta visión una mayor
profundidad, otorgando a la fe, a la justicia y a la solidaridad con los pobres y los excluidos, la
categoría de elementos centrales en nuestra misión de reconciliación. Más que preguntarnos
qué debemos hacer, queremos comprender el modo como Dios nos invita - junto a muchas
otras personas de buena voluntad - a participar en esta gran empresa. Solos, nos reconocemos
pequeños, débiles y pecadores. Sin embargo, con el salmista suplicamos, “muéstranos Señor
tu misericordia, y danos tu salvación” 7. Por ello, nos invade, no obstante, la alegría al

1
Romanos 8, 22.
2
Laudato si’, 139
3
EE.EE. [236].
4
Cf. GC 35, D. 3, “Desafíos para nuestra misión hoy”. Con estas palabras la CG 35 ampliaba el mensaje
de la CG 32, D. 4, n. 2. “La misión de la Compañía de Jesús hoy es el servicio de la fe, del que la
promoción de la justicia constituye una exigencia absoluta, en cuanto forma parte de la reconciliación de
los hombres exigida por la reconciliación de ellos mismos con Dios”.
5
P Adolfo Nicolás, “Respuesta a las cartas Ex Officio de 2014,” Acta Romana Societatis Iesu Vol. XXV
(2014): 1039-1045.
6
Cf. Evangelii Gaudium, 226-230, 239-258 y Misericordiae Vultus.
7
Salmo 85,8
19
DECRETO 1:
COMPAÑEROS EN UNA MISIÓN DE RECONCILIACIÓN Y DE JUSTICIA

reconocernos pecadores que, por la misericordia de Dios, somos llamados a ser compañeros de
Jesús y “colaboradores de Dios” 8.
4. No somos los primeros en buscar luz para conocer a qué nos llama Dios. La historia
de los primeros compañeros en Venecia 9 representa una imagen poderosa y un paso importante
en la formación de la Compañía. Los compañeros vieron en aquella ocasión cómo se frustraban
sus planes de marchar a Tierra Santa. Esto les llevó a discernir más profundamente lo que el
Señor quería de ellos. ¿A dónde los estaba guiando el Espíritu? A medida que discernían cómo
dar nueva orientación a su vida, se reafirmaban más en lo que ya habían experimentado como
fuente de vida: compartir una vida en común como amigos en el Señor; estar muy cercanos a
los pobres; predicar con gozo el Evangelio.
5. Eran sacerdotes a la vez instruidos y pobres. Para los primeros compañeros, vida y
misión, radicadas en una comunidad de discernimiento, estaban profundamente
interrelacionadas. Nosotros, jesuitas de hoy - sacerdotes, hermanos y miembros en formación
- que compartimos la misma misión, estamos llamados a un estilo de vida semejante. Porque
nos mueve el amor a Cristo, cuando reflexionamos y oramos sobre cada uno de estos elementos,
experimentamos la íntima unidad que existe entre vida, misión y comunidad de discernimiento.
6. Esta Congregación General encuentra consolación y gozo al retornar a estas raíces,
en una visión integral de quiénes somos, así como al reconocer que son muchos los que, como
nosotros, son llamados a trabajar con Cristo. Volvamos, pues, ahora a nuestras raíces: primero
a la comunidad de discernimiento, posteriormente a nuestra vida de fe, y por fin a la misión
que brota de ambas. También la vida en pobreza y la cercanía a los pobres de los Primeros
Compañeros en Venecia tienen que marcar nuestras vidas 10. Aquella pobreza que genera
creatividad y nos protege de lo que limita nuestra disponibilidad para responder a la llamada
de Dios. Una pobreza que nos mueve continuamente a reflexionar sobre cómo podemos vivir
más simplemente con menos. En nuestra oración suplicamos poder entrar cada vez más
hondamente en aquella gran tradición mística que nos legaron nuestros Primeros Padres, que
supone siempre una gracia, pero siempre también un desafío. En último término, pedimos con
insistencia la gracia de saber cómo podemos tomar parte en el gran ministerio de la
reconciliación, sabiendo que, como nos recuerda el Papa Francisco, nuestra respuesta quedará
siempre incompleta 11.

Una comunidad de discernimiento con horizontes abiertos


7. Durante su estancia en Venecia los compañeros no se mantuvieron siempre juntos;
se dispersaban para atender a diferentes tareas. No obstante, en esta etapa vivieron la
experiencia de formar un único grupo y de permanecer unidos en el seguimiento de Cristo, aun
teniendo actividades muy diversas. También nosotros, jesuitas de hoy, nos entregamos a formas
de apostolado variadas, que con frecuencia exigen especialización y consumen mucha energía,
pero si olvidamos que somos un cuerpo, unidos en y con Cristo 12, perdemos nuestra identidad
como jesuitas y la capacidad de dar testimonio del Evangelio. Más que nuestras competencias
y habilidades, lo que da testimonio de la Buena Noticia es la unión entre nosotros y con Cristo.
8. Cada uno de nosotros, entonces, debería desear constantemente que nuestro propio
trabajo apostólico se desarrolle, sea estimulado y ayudado a dar fruto gracias al apoyo y aliento

8
1 Corintios 3,9
9
Autobiografía 93-95
10
NC, 143, 159-160. La pobreza es para nosotros madre (Constituciones, 287) y muro (Constituciones,
553).
11
Entrevista al Papa Francisco, Civiltà Cattolica 2013 III: 449-477.
12
Constituciones, 813.
20
DECRETO 1:
COMPAÑEROS EN UNA MISIÓN DE RECONCILIACIÓN Y DE JUSTICIA

de sus hermanos. La misión la recibimos siempre de Dios en la Iglesia, a través de los


Superiores Mayores y Superiores Locales, en la práctica de la obediencia en la Compañía, que
incluye nuestro discernimiento personal 13. Cuando la misión no recibe el apoyo del cuerpo de
la Compañía corre el peligro de languidecer. En estos tiempos de individualismo y
competitividad, es necesario hacer presente que la comunidad juega un papel muy especial, al
ser lugar privilegiado de discernimiento apostólico.
9. La comunidad es el espacio concreto en el que vivimos como amigos en el Señor.
Esta vida en común está siempre al servicio de la misión, pero dado que la unión fraterna
proclama el Evangelio, es misión en sí misma14.
10. En nuestra vida de comunidad debemos crear espacios para el encuentro y el
compartir. Así propiciaremos que la comunidad se convierta en un espacio de verdad, alegría,
creatividad, perdón, y de búsqueda de la voluntad de Dios. De este modo la comunidad puede
llegar a ser lugar de discernimiento.
11. El discernimiento comunitario requiere que cada uno de nosotros desarrolle algunas
cualidades y actitudes básicas: disponibilidad, movilidad, humildad y libertad, habilidad para
acompañar a otros, paciencia y voluntad para escuchar respetuosamente y para que podamos
expresar la verdad uno al otro.
12. Un instrumento esencial que debe animar el discernimiento comunitario es la
conversación espiritual. Por conversación espiritual entendemos un intercambio caracterizado
tanto por la escucha activa y receptiva, como por la expresión de aquello que nos toca más
hondamente; ella intenta tomar en consideración los movimientos espirituales, individuales y
comunitarios, con el fin de elegir el camino de la consolación que fortifica la fe, la esperanza
y la caridad. La conversación espiritual crea un ambiente de confianza y de apertura en nosotros
y en los demás. No debemos privarnos de este tipo de conversación en comunidad, ni en las
otras situaciones en las cuales se debe tomar una decisión en la Compañía.
13. En este mundo nuestro, que conoce tanta división, pedimos a Dios que ayude a
nuestras comunidades a ser verdaderos “hogares” para el Reino de Dios. Nos sentimos
llamados a superar lo que nos separa. La sencillez de vida y un corazón abierto ayudan a que
nos preocupemos unos por otros. Es más, vivir juntos como amigos en el Señor nutre nuestra
vocación y puede animar a otros a entrar en la Compañía.
14. Es claro que la actitud de escucha del Espíritu en nuestras relaciones debe incluir a
los compañeros de trabajo. No pocas veces ellos nos enseñan esa apertura al Espíritu. Su
palabra y su entrega enriquecen con frecuencia algunos discernimientos que conciernen a la
misión.
15. Resulta vital subrayar la constante importancia que los Primeros Compañeros daban
a la cercanía real a los pobres. Los pobres nos obligan a volver sin cesar a lo que es esencial en
el Evangelio, a lo que en realidad da vida, a reconocer que mucho de lo que tenemos no es más
que una carga. El Papa Francisco nos recuerda que estamos llamados a descubrir a Cristo en
los pobres, a prestarles nuestra voz en sus causas, pero también a ser sus amigos, a escucharlos,
a interpretarlos y a recoger la misteriosa sabiduría que Dios quiere comunicarnos a través de
ellos 15. Esta actitud va contra corriente de lo que es normal en el mundo, en el que, como dice

13
CG 35, D. 4
14
GG 35, D. 2, n. 19 y D. 3, n. 41 y P. Peter-Hans Kolvenbach, “Sobre la vida de comunidad”, nn. 2
and 10, Acta Romana Societatis Iesu, Vol. XXII (1998): 279-280, 288. Cf. NC, 314-330
15
Cf. Evangelii Gaudium, n. 198.
21
DECRETO 1:
COMPAÑEROS EN UNA MISIÓN DE RECONCILIACIÓN Y DE JUSTICIA

Qohelet, “la sabiduría del pobre se desprecia y nadie hace caso de sus consejos” 16. Junto a los
pobres podemos aprender lo que significan esperanza y valentía.
16. En nuestras comunidades y ministerios escuchamos la llamada a redescubrir la
hospitalidad para con los extranjeros, los jóvenes, los pobres y los que padecen persecución.
El mismo Cristo es maestro de esta hospitalidad.

Hombres de ardiente pasión por el Evangelio.


17. Nuestros Primeros Padres fueron capaces de discernir juntos la llamada que como
grupo Dios les dirigía, porque habían tenido experiencia de la gracia de Cristo que les hacía
libres. El Papa Francisco nos urge a pedir con insistencia esa consolación que Cristo está
deseando darnos 17. La reconciliación con Dios es primero, y sobre todo, una llamada a la
profunda conversión, de cada jesuita, y de todos juntos.
18. Una pregunta que confronta hoy a la Compañía es por qué los Ejercicios no nos
cambian tan profundamente como podríamos esperar. ¿Qué aspectos de nuestra vida, nuestro
trabajo o nuestro estilo de vida están impidiendo que permitamos que la gratuita misericordia
de Dios nos transforme? Esta Congregación está seriamente convencida de que Dios está
llamando a la Compañía en su conjunto a una renovación espiritual. Ignacio insta a cada jesuita
a que “procure tener ante los ojos mientras viva, primero a Dios” 18. Por eso los medios que nos
unen directamente con Dios han de ser estimados y puestos en práctica más que nunca: los
Ejercicios Espirituales, la oración diaria, la Eucaristía y el Sacramento de la Reconciliación, la
dirección espiritual y el Examen 19. Tenemos que hacer nuestros aún más profundamente, el
don de los Ejercicios, que compartimos con tantas personas, especialmente con la familia
ignaciana 20, y las Constituciones que son el alma de nuestra Compañía. En un mundo que
pierde el sentido de Dios, nosotros debemos buscar una más profunda unión con Cristo en los
misterios de su vida. A través de los Ejercicios, nos apropiamos del estilo de Jesús, de sus
sentimientos y de sus opciones.
19. En el corazón de la espiritualidad ignaciana se da un encuentro transformador con
la Misericordia de Dios en Cristo que nos mueve a una generosa respuesta personal. La
experiencia de la misericordia con la que Dios mira nuestras debilidades y nuestro pecado nos
hace humildes y nos llena de gratitud, ayudándonos a convertirnos en ministros de misericordia
para con todos 21. Inflamados en la misericordia de Cristo, podremos comunicarla a los que
encontremos en el camino. Esta experiencia fundante de la misericordia de Dios ha sido
siempre fuente de aquella audacia apostólica que la Compañía ha portado como marca, y que
es nuestro deber preservar.
20. “Misericordia”, nos recuerda el Papa Francisco “no significa algo abstracto sino un
estilo de vida que consiste en gestos concretos más que en meras palabras” 22. Para nosotros
jesuitas, la compasión es acción y una acción discernida en común. Más aún, sabemos bien que
no existe auténtica familiaridad con Dios si no permitimos que tanto la compasión como la
acción nos lleven al encuentro con el Cristo que se revela en los rostros doloridos y vulnerables
de la gente, y, naturalmente, en los sufrimientos de la creación 23.

16
Eclesiastés 9,16.
17
Alocución del Papa Francisco a la GC 36, 24 de octubre de 2016.
18
Fórmula del Instituto (1550), 1.
19
Constituciones, 813.
20
CG 35, D 5, n. 29.
21
Alocución del Papa Francisco a la CG 36, 24 de octubre de 2016.
22
Alocución del Papa Francisco a la CG 36, 24 de octubre de 2016.
23
Cf. Mateo, 25, 31-46.
22
DECRETO 1:
COMPAÑEROS EN UNA MISIÓN DE RECONCILIACIÓN Y DE JUSTICIA

En misión con Cristo el Reconciliador


21. Como preparación para la Congregación General 36, el P. Adolfo Nicolás invitó a
la Compañía a iniciar un proceso de búsqueda para escuchar “la llamada del Rey Eterno, y
discernir las tres llamadas más importantes que el Señor dirige hoy a toda la Compañía” 24.
Nuestras Provincias y Regiones respondieron a esta invitación a través de sus Congregaciones
Provinciales y Regionales. Con frecuencia y con fuerza fue emergiendo la llamada a participar
en la obra de reconciliación que Dios está realizando en nuestro mundo herido. Lo que la CG
35 había localizado como las tres dimensiones de esta labor de reconciliación 25, es decir, la
reconciliación con Dios, la de unos con otros y la de los seres humanos con la creación, ha
adquirido nueva urgencia. Esta reconciliación es siempre obra de la justicia; una justicia
discernida y formulada por las comunidades y contextos locales. En el centro de la obra de la
reconciliación de Dios se encuentra la cruz de Cristo y también nuestra participación en ella.
Esta misión puede conducir al conflicto y a la muerte, como lo hemos testimoniado en la vida
de muchos de nuestros hermanos. Aunque hablamos de tres formas de reconciliación, en
realidad, las tres son una única acción de Dios, interrelacionada e inseparable.

1ª Llamada: la Reconciliación con Dios


22. Al acogerla, la reconciliación con Dios nos enraíza en la gratitud y nos abre a la
alegría. El Papa Francisco escribe, “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera
de los que se encuentran con Jesús. (…) Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría” 26.
Anunciar y compartir el Evangelio sigue siendo para la Compañía la razón de su existencia y
su misión: que Jesucristo sea conocido, que sea correspondido en su amor, y que el amor de
Cristo sea fuente de vida para todos. Él sigue siendo la fuente de gozo y esperanza que
ofrecemos a los demás. Por eso la Compañía debe responder de manera más decisiva a la
llamada de la Iglesia a una nueva evangelización, poniendo un énfasis especial en el servicio a
y con los jóvenes y las familias.
23. Una contribución especial que los jesuitas y la familia ignaciana ofrecen a la Iglesia
y a su misión de evangelización es la espiritualidad ignaciana, que facilita la experiencia de
Dios y en consecuencia puede ayudar considerablemente en los procesos de conversión
personal y comunitaria. El Papa Francisco afirma una y otra vez que el discernimiento debe
desempeñar un papel muy especial en la familia, entre los jóvenes, en la promoción vocacional
y en la formación del clero 27. La vida cristiana se hace cada vez más personal a través del
discernimiento.
24. La proclamación del Evangelio se hace en contextos muy diferentes: a) en muchas
culturas la secularización es un desafío de primer orden que exige creatividad, especialmente
para atraer e iniciar a las generaciones jóvenes en la fe cristiana; b) en un mundo cada vez más
plural, el diálogo interreligioso, en sus múltiples formas, sigue siendo una necesidad, no
siempre fácil y con el riesgo de incomprensiones; c) en muchas partes del mundo la Compañía
es llamada a responder al reto de fieles que abandonan la Iglesia en búsqueda de sentido para
sus vidas y de espiritualidad; d) con el fin de ayudar a muchos a profundizar en su comprensión
del Evangelio en los diferentes contextos culturales, con sus problemas y sus esperanzas, los
jesuitas debemos seguir dando importancia a los estudios teológicos y escriturísticos; estos

24
P. Adolfo Nicolás, “Convocatoria de la Congregación General 36,” Acta Romana Societatis Iesu,
Volumen XXV (2014): 1098.
25
CG 35, D. 3
26
Evangelii Gaudium, 1
27
Cf. Amoris Laetitia, 296-306.
23
DECRETO 1:
COMPAÑEROS EN UNA MISIÓN DE RECONCILIACIÓN Y DE JUSTICIA

estudios deben asumir el acompañamiento de los pueblos, desde lo más profundo de sus
tradiciones espirituales.

2ª Llamada: la Reconciliación de la humanidad


25. A lo largo de nuestra preparación para esta Congregación, como cuerpo universal
con una misión universal 28, hemos escuchado relatos sobre las escandalosas formas de
sufrimiento e injusticia que padecen millones de hermanos y hermanas nuestros. Al reflexionar
sobre todo ello escuchamos a Cristo que nos convoca de nuevo a realizar un servicio de justicia
y de paz, sirviendo a los pobres y excluidos, y ayudando a construir la paz. Desde muchas
Provincias y Regiones, entre las diversas formas de sufrimiento, tres aparecen con mayor
consistencia:
a) [26.] Los desplazamientos de población (refugiados, migrantes y desplazados
internos). Ante las actitudes de hostilidad hacia estas personas, nuestra fe invita a
la Compañía a promover dondequiera que sea, una más generosa cultura de la
hospitalidad. La Congregación reconoce la necesidad de promover una articulación
internacional de nuestro servicio a los migrantes y refugiados, encontrando formas
de colaboración con el SJR.
b) [27.] Las injusticias y desigualdades que viven los pueblos marginados: Junto a un
enorme crecimiento de la riqueza y el poder en el mundo, se da un enorme y
continuo crecimiento de la desigualdad. Los modelos de desarrollo dominantes hoy
día dejan a millones de personas, especialmente a jóvenes y a personas vulnerables,
sin oportunidades para integrarse en la sociedad. Los pueblos y las comunidades
indígenas, como son los dalits y los tribales de Asia Meridional, representan un caso
paradigmático de este tipo de grupos. En muchas partes del mundo son las mujeres
las que viven esta injusticia de modo particular. Estamos llamados a apoyar a estas
comunidades en sus luchas, reconociendo que tenemos mucho que aprender de sus
valores y su valentía. La defensa y promoción de los derechos humanos y de una
ecología integral constituyen un horizonte ético que compartimos con muchas
personas de buena voluntad, que buscan también responder a esta llamada.
c) [28.] El fundamentalismo, la intolerancia y los conflictos étnico-religioso-políticos,
son fuente de violencia: En muchas sociedades se da un creciente nivel de conflicto
y polarización, que frecuentemente origina una violencia que resulta tanto más
escandolosa, en cuanto encuentra justificación en convicciones religiosas
deformadas. En estas situaciones, los jesuitas, junto con todos aquellos que buscan
el bien común, están llamados a contribuir, desde su tradición religioso-espiritual,
a la construcción de la paz a nivel local y global.

3ª Llamada: la Reconciliación con la creación


29. El Papa Francisco ha subrayado la conexión fundamental que existe entre la crisis
ambiental y la crisis social que vivimos actualmente 29. La pobreza, la exclusión social y la
marginación tienen conexión con la degradación del ambiente. No se trata de crisis
independientes sino de una única crisis que es síntoma de algo mucho más profundo: el modo
equivocado como están organizadas nuestras sociedades y nuestras economías. El sistema
económico actual, con su enfoque depredador descarta tanto los recursos naturales como las
personas 30. Por esta razón el Papa Francisco insiste en que la única solución adecuada es una
solución radical. La orientación del desarrollo debe ser cambiada para que éste sea sostenible.

28
CG 35, D. 2, n. 20.
29
Laudato si’, 139.
30
“Por una economía global justa: construir sociedades sostenibles e inclusivas” Promotio Iustitiae 121.
24
DECRETO 1:
COMPAÑEROS EN UNA MISIÓN DE RECONCILIACIÓN Y DE JUSTICIA

Los jesuitas estamos llamados a prestar ayuda en la sanación de un mundo herido 31,
promoviendo una nueva forma de producción y de consumo que coloque la creación en el
centro.

30. El desafío polifacético de ocuparse de nuestro hogar común, exige de la Compañía


una respuesta también polifacética. Comencemos por cambiar nuestro estilo de vida personal
y comunitario, adoptando un proceder que sea coherente con nuestro deseo de reconciliación
con la creación. Tenemos que acompañar y permanecer cercanos a los más vulnerables.
Nuestros teólogos, filósofos y otros intelectuales y expertos deben contribuir a hacer un análisis
riguroso de las raíces y soluciones de la crisis. El compromiso de la Compañía con regiones
como la Amazonía y la Cuenca del Congo, esenciales reservas ambientales para el futuro de la
humanidad, debe ser apoyado. Hemos de gestionar nuestras inversiones económicas de modo
responsable. Y no podemos olvidar celebrar la creación, dando gracias por “tanto bien
recibido” 32.

Hacia una renovación de nuestra vida apostólica.


31. Todos nuestros ministerios deben buscar construir puentes, para promover la paz 33.
Para lograrlo tenemos que alcanzar una comprensión más profunda del misterio del mal en el
mundo y del poder transformador de la misericordiosa mirada de Dios que trabaja por hacer de
la humanidad una familia reconciliada y en paz. Con Cristo, estamos llamados a estar cercanos
a toda la humanidad crucificada. Junto a los pobres podemos contribuir a crear una familia
humana a través de la lucha por la justicia. Quienes tienen cubiertas todas las necesidades y
viven lejos de la pobreza también necesitan el mensaje de esperanza y reconciliación, que los
libera del miedo a los migrantes y los refugiados, a los excluidos y a los que son diferentes,
para abrirse a la hospitalidad y a la paz con los enemigos.
32. La Congregación hace una llamada a toda la Compañía a renovar nuestra vida
apostólica tomando como base la esperanza. Necesitamos, más que nunca, ser portadores de
un mensaje de esperanza que nazca de la consolación de habernos encontrado con el Señor
Resucitado. Esta renovación centrada en la esperanza se refiere a todos nuestros apostolados.
33. No queremos proponer una esperanza simplista o superficial. Por el contrario,
nuestro aporte, como insistió siempre el P. Adolfo Nicolás, tiene que distinguirse por su
profundidad: una profundidad en la interiorización, y “una profundidad en la reflexión que nos
permita comprender la realidad con más hondura y ser más eficaces en el servicio” 34. Para
conseguirlo es necesario que los jesuitas en formación reciban una preparación intelectual
sólida y encuentren ayuda para crecer en integración personal.
34. Nuestras obras educativas a todos los niveles, y nuestros centros de comunicación
e investigación social, tienen que ser una ayuda para la formación de hombres y mujeres
comprometidos con la reconciliación, que sean capaces de superar los obstáculos que a ella se
oponen y proponer soluciones. El apostolado intelectual debe ser fortalecido para ayudar a
transformar nuestras culturas y nuestras sociedades.
35. Dada la magnitud y la interconexión de los problemas que enfrentamos es
importante apoyar e impulsar una creciente colaboración entre los jesuitas y entre las obras de

31
“Sanar un mundo herido” Promotio Iustitiae 106.
32
Ejercicios Espirituales, [233].
33
Fórmula del Instituto (1550), 1: “Y también manifiéstese preparado para reconciliar a los
desavenidos”.
34
Padre Adolfo Nicolás, “Carta sobre la formación académica de los nuestros”, Acta Romana Societatis
Iesu, Vol.XXV (2014): 933.
25
DECRETO 1:
COMPAÑEROS EN UNA MISIÓN DE RECONCILIACIÓN Y DE JUSTICIA

la Compañía por medio de redes. Las redes internacionales e inter-sectoriales son una
oportunidad para reforzar nuestra identidad, pues nos hacen compartir recursos y compromisos
a nivel local, para así servir juntos a una misión universal.
36. La colaboración con otros es la única manera que tiene la Compañía de realizar la
misión que se le ha encomendado. Esta asociación en la misión incluye a aquellos que profesan
como nosotros la fe cristiana, a los que pertenecen a religiones diferentes y a mujeres y hombres
de buena voluntad que, como nosotros, desean colaborar en la obra reconciliadora de Cristo.
En palabras del P. General Arturo Sosa, los jesuitas “están llamados a la misión de Jesucristo,
que no nos pertenece en exclusiva, sino que compartimos con muchos hombres y mujeres
consagrados al servicio de los demás” 35.
37. En todo lo que hacemos deseamos seguir al Papa Francisco, que nos urge a
promover dinámicas de transformación personal y social. “Se trata de privilegiar las acciones
que generan dinamismos nuevos en la sociedad” 36. El discernimiento orante debería ser nuestro
modo habitual de acercarnos a la realidad, cuando queremos transformarla.
38. Conscientes de la urgencia del momento presente y de la necesidad de implicar a
toda la Compañía y sus obras en la respuesta a estas llamadas, la Congregación pide al P.
General que, trabajando en estrecha unión con las Conferencias y las Provincias, defina con
claridad objetivos y directrices para nuestra vida apostólica actual.

Conclusión
39. Desde Venecia, Ignacio y sus compañeros se trasladaron a Roma, para dar forma
allí al cuerpo apostólico de la Compañía y desarrollar una extraordinaria actividad misionera.
Lo hicieron bajo el Romano Pontífice, que confirmó su carisma. Esta Congregación General
ha experimentado, de forma semejante, la gracia de ser confirmada, apoyada y enviada por el
Papa Francisco. El Santo Padre ha subrayado que no podemos conformarnos con el statu quo
de nuestros ministerios. Nos ha impulsado una vez más al magis, a “ese plus” que llevó “a
Ignacio a iniciar procesos, a acompañarlos y a evaluar su real incidencia en la vida de las
personas” 37.
40. En la fe, sabemos que, a pesar de las dificultades y problemas de nuestro tiempo,
Dios no cesa de trabajar por la salvación de todos los pueblos y aun de toda la creación.
Creemos que Dios continúa su obra de “reconciliar el mundo consigo en Cristo” 38. Escuchamos
la urgente llamada a unirnos al Señor en la atención a los más necesitados y a extender la
misericordia de Dios allá donde la injusticia, el sufrimiento y la desesperación parecen
desbaratar el plan divino. Pedimos el valor y la libertad de tener “la audacia de lo
‘improbable’”, en nuestra respuesta a la llamada de Dios “con la humildad de quien sabe que,
en este servicio en el que los seres humanos comprometemos toda nuestra energía, ‘todo
depende de Dios’” 39. “Mirad, ¡éste es el tiempo favorable, éste el día de salvación!” 40.

(Original: inglés)

35
Homilía del Padre General Arturo Sosa, 15 de octubre de 2016
36
Evangelii Gaudium, 223.
37
Alocución del Papa Francisco a la CG 36, 24 de octubre de 2016. Cf. Evangelii Gaudium 223: “Darle
prioridad al tiempo es ocuparse de iniciar procesos más que de poseer espacios”.
38
2 Corintios 5, 19.
39
Homilía del P. Bruno Cadoré, O.P. en la Misa de apertura de la CG 36.
40
2 Corintios 6, 2
26
DECRETO 2: UN GOBIERNO RENOVADO PARA UNA MISIÓN RENOVADA

Decreto 2
Un gobierno renovado para una misión renovada
Introducción
1. La misión apostólica está en el mismo corazón de la Compañía. Desde sus primeros
días, el discernimiento ha guiado el desarrollo del gobierno para un mejor servicio y apoyo a
la misión de la Compañía, la Missio Dei. El gobierno, en la Compañía, es personal, espiritual
y apostólico. Cada Congregación General es fuente de inspiración que guía el desarrollo del
gobierno en apoyo de la misión, según vayan cambiando las circunstancias, y la atención a las
personas comprometidas en esa misión del modo más apropiado a los tiempos.
2. La CG 35 formuló recomendaciones útiles para orientar el gobierno de la Compañía,
de las cuales muchas han sido implementadas. Al revisar los avances realizados, la CG 36
señala varios aspectos que necesitan más atención y clarificación. En primer lugar, la CG 36
desea fomentar importantes rasgos de nuestro modo de proceder que son relevantes hoy. En
segundo lugar, la Congregación reconoce las vías de renovación que se han emprendido en el
gobierno de la Compañía, a diversos niveles, desde la CG 35. En tercer lugar, la CG 36 formula
clarificaciones y recomendaciones para el continuo discernimiento apostólico y planificación.

Modos de proceder apropiados para nuestro tiempo


3. El discernimiento, la colaboración y el trabajo en red ofrecen tres importantes
perspectivas en nuestro actual modo de proceder. Dado que la Compañía de Jesús es un “cuerpo
internacional y multicultural” en un complejo “mundo fragmentado y dividido” 1, la atención a
estas perspectivas ayuda a perfilar el gobierno, haciéndolo más flexible y apostólicamente más
efectivo.
4. Discernimiento: este precioso don de Ignacio es parte integral de nuestra vida
personal y de nuestra vida apostólica como cuerpo. Comienza con la contemplación de Dios
que trabaja en nuestro mundo y nos permite sacar más fruto al unir nuestros esfuerzos a los
designios de Dios. El discernimiento es “lo que nos enraíza en la Iglesia, en la que el Espíritu
actúa y reparte su diversidad de carismas para el bien común” 2. Según nuestro modo de
proceder, el discernimiento es el fundamento para la toma de decisiones de toda autoridad
legítima. En la preparación de esta Congregación hemos tenido una experiencia de
discernimiento que comenzó en las Provincias y Regiones y nos ayudó a identificar los desafíos
más importantes de nuestra misión hoy, y nuestras respuestas a la Buena Nueva de Jesús 3. Este
proceso de discernimiento ofrece la base espiritual que hace posible nuestra planificación
apostólica.
5. Dada la magnitud y complejidad de los contemporáneos desafíos que se plantean a
nuestra misión, y la disminución de los números de nuestra mínima Compañía, el
discernimiento es más esencial que nunca para la eficacia apostólica 4. El discernimiento
consistente y participativo es el modo de asegurar que la continua planificación apostolica –
incluyendo ejecución, seguimiento y evaluación – sea parte integrante de todo ministerio de la
Compañía. Conociendo la crisis de autoridad en la cultura contemporánea (familia, educación,

1
CG 35, D. 3, n. 43.
2
Papa Francisco. Discurso a la CG36, 24 de octubre de 2016.
3
Cfr. P. Adolfo Nicolás. CG 36, la llamada del Rey Eternal: una meditación (2015/15: 3 de octubre de
2015).
4
Cfr. P. Adolfo Nicolás. “CP70. De statu S.J.” Acta romana Societatis Iesu XXV, 2 (2012) p. 535.
27
DECRETO 2: UN GOBIERNO RENOVADO PARA UNA MISIÓN RENOVADA

política, religión), la práctica del discernimiento es un don que podemos ofrecer a otros. Si
vivimos el discernimiento podremos transmitir su práctica a los demás. Cuando se comparte,
en espíritu de discernimiento, se llega a una perspectiva común. Formar colaboradores para la
misión significa, en primer lugar, que nosotros estemos formados para el discernimiento.
6. Colaboración: la CG 35 declaró que “la colaboración en la misión… expresa nuestra
verdadera identidad como miembros de la Iglesia, la complementariedad de nuestras diversas
vocaciones a la santidad, nuestra mutua responsabilidad por la misión de Cristo, nuestro deseo
de unirnos a las personas de buena voluntad en el servicio de la familia humana y la llegada
del Reino de Dios”5. La CG 34 había pedido ya que “Todos los colaboradores en la obra
deberían ejercer la corresponsabilidad y comprometerse en el proceso de discernimiento y toma
de decisiones compartida, cuando sea oportuno”6. La CG 36 reconoce el papel decisivo de
quienes colaboran en la vitalidad de la misión actual de la Compañía y expresa su gratitud a
todos cuantos contribuyen y desempeñan papeles significativos en el servicio de sus obras y
ministerios. Nuestra misión se hace más profunda y nuestro servicio se hace más amplio a
través de la colaboración entre todas las personas con las que trabajamos, especialmente
aquellas inspiradas por la espiritualidad ignaciana.
7. Aun constatando avances notables en la colaboración a lo largo y ancho de la
Compañía, reconocemos que siguen existiendo obstáculos. Algunos pueden venir de nuestra
falta de imaginación y valentía; otros pueden originarse en inhibiciones impuestas por los
contextos sociales o incluso en prácticas habituales del clero local. Una dificultad especial
podría provenir de la falta de una genuina colaboración entre jesuitas - individuos,
instituciones, comunidades, Provincias o Conferencias. Necesitamos un discernimiento
inclusivo y una continua planificación y evaluación de nuestros esfuerzos para superar los
obstáculos y para que se normalice la participación de los colaboradores en la misión, en los
diversos niveles de actividad apostólica y en el gobierno de la Compañía. Es importante así
mismo discernir a qué proyectos, iniciativas o actividades, emprendidas por otros, podríamos
ofrecer nuestro apoyo, sea éste humano, técnico, intelectual o económico.
8. Trabajo en red: la colaboración lleva naturalmente a la cooperación a través de las
redes. Las nuevas tecnologías de la comunicación crean formas de organización que hacen más
fácil la colaboración. Hacen posible que se movilicen aquellos recursos humanos y materiales
que sostienen la misión y logran superar las fronteras nacionales y los límites de Provincias y
Regiones. El trabajo en red, que tan frecuentemente se menciona en los documentos de nuestras
recientes Congregaciones Generales, se construye cuando se comparte una misma visión y
presupone una cultura de la generosidad, abierta a la colaboración con otros y el deseo de
celebrar sus logros. Las redes dependen también de personas que sean capaces de aportar su
visión y su liderazgo para una misión en colaboración. El trabajo en red, cuando está bien
concebido, establece un sano equilibrio entre la autoridad y la iniciativa local. Fortalece las
posibilidades de cada lugar concreto y fomenta una sana subsidiariedad, asegurando al mismo
tiempo que la misión adquiera un sentido unitario desde una autoridad central. Logra que la
voz de cada lugar se haga oír con más prontitud y rapidez.
9. Los órganos de gobierno de la Compañía ya están favoreciendo el establecimiento
de redes. Dependiendo de su alcance y escala, son los Provinciales, las Conferencias o la Curia
General los que facilitan, fomentan, acompañan y evalúan las redes internacionales e
intersectoriales. En las redes de la Compañía se entrecruzan la creatividad y la iniciativa
propias del trabajo en red, con la autoridad que confía la misión. Las redes logran unir la
dimensión “horizontal” con la “vertical” de nuestras obras y nuestro gobierno. El trabajo en

5
CG 35, D. 6, n. 30.
6
CG 34, D. 14, n. 13.
28
DECRETO 2: UN GOBIERNO RENOVADO PARA UNA MISIÓN RENOVADA

red refleja también el actual movimiento hacia una mayor sinodalidad que promovió el
Vaticano II.

Revisión de los pasos dados desde la CG 35


10. El Decreto 5 de la CG35, “Gobierno al servicio de la misión universal”, expresó el
deseo de que el Superior General hiciera un seguimiento inmediato de algunos asuntos. Este
deseo se concretó en directrices, recomendaciones y sugerencias precisas. Las directrices
incluyeron la entera revisión de las Fórmulas para las Congregaciones General, Provincial y de
Procuradores, y la instrucción de efectuar una revisión completa del gobierno central. Las
recomendaciones pidieron el establecimiento de instrumentos aptos para promover un buen
gobierno por medio de la evaluación regular de los superiores y de las instituciones apostólicas;
el desarrollo de una estrategia para mejorar la comunicación interna y externa de la Compañía;
y, una reflexión sobre las estructuras provinciales y regionales con vistas a adaptarlas a las
realidades actuales.
Las sugerencias que debían seguirse incluyeron la petición de buscar formas para que
los recursos económicos pudieran ser más equitativamente desplegados para la solidaridad en
el servicio a una misión internacional. Otra petición fue poner en marcha en la Compañía
programas para la formación en el liderazgo.
11. Cada uno de estos encargos recibió importante atención; se dedicaron tiempo y
recursos a estas temáticas y es patente un sustancial progreso. La CG 36 expresa su profunda
gratitud al P. Adolfo Nicolás y a todos los que tomaron parte con su esfuerzo en estas
realizaciones.
12. Esta Congregación quiere señalar tres temáticas que requieren ulterior reflexión e
intervención:
a. La Compañía debe seguir mejorando sus procesos de discernimiento,
haciéndolos cada vez más coherentes, es decir, más capaces de identificar y
responder a los desafíos a nivel global, en un modo que integre los niveles de
gobierno local, provincial, de conferencia y central. La Compañía debe seguir
desarrollando caminos, a cada nivel, para implementar, monitorear y evaluar los
resultados de las decisiones tomadas.
b. La amplitud y profundidad de nuestros procesos de planificación y revisión (por
ejemplo, del gobierno central y de las estructuras de las Conferencias) necesitan
una mayor atención y desarrollo.
c. Algunas de las peticiones del Decreto 5 de la CG 35 (por ejemplo, la
comunicación, el compartir los recursos económicos o el desarrollo del
liderazgo) han encontrado respuesta, pero todavía son tareas en curso que
requieren atención.
13. Al reflexionar sobre estas realidades desde la perspectiva del discernimiento, de la
colaboración y del trabajo en red, la CG 36 formula las siguientes recomendaciones:

29
DECRETO 2: UN GOBIERNO RENOVADO PARA UNA MISIÓN RENOVADA

Recomendaciones
Al Padre General y al gobierno central
14. La CG 36 pide al P. General que revise el proceso - iniciado por la CG 34 7 y
proseguido por el P. Peter-Hans Kolvenbach 8 - de evaluar cómo se llevan adelante nuestras
actuales preferencias apostólicas y que proponga, si fuere oportuno, otras nuevas. El
discernimiento de tales preferencias debería contar con la más amplia participación posible de
toda la Compañía, así como de quienes están involucrados con nosotros en nuestra misión. Con
tal fin, como lo indica la CG 35 9, el P. General y el Consejo deben establecer procedimientos
para evaluar los complejos y largos procesos de planificación apostólica a todos los niveles y
promover el uso continuo del discernimiento y de la planificación.
15. La CG 36 insta al P. General a que lleve a término la revisión integral del gobierno
central de la Compañía, pedida por la CG 35 10 e iniciada por el P. Adolfo Nicolás. En particular,
esta revisión debería situar varios elementos de gobierno en su relación con el P. General, su
Consejo, los Asistentes Regionales, los Secretarios Sectoriales, los Presidentes de
Conferencias, los Superiores Mayores y los Superiores locales, concretando las competencias
de cada uno, la complementariedad de sus roles en el servicio de la misión de la Compañía y
en su relación con la persona y gobierno del Padre General. Dicho proceso debe incluir la
elaboración de una estrategia de comunicación, tal como indicaba el Decreto 5 11. Para esta
revisión, en línea con lo que proponía la CG 35, se anima al P. General a que “haga uso del
mejor asesoramiento profesional disponible dentro y fuera de la Compañía” 12.
16. La CG 36 pide al P. General que estudie el gobierno de las redes de la Compañía y
otros tipos de obras que sobrepasan la extensión de una Provincia o una Conferencia. Así como
se ha promovido el trabajo en red para potenciar la colaboración dentro y fuera de la
Compañía 13, es necesario reflexionar sobre cómo y desde qué nivel puede la Compañía ejercer
su gobierno sobre las redes jesuíticas. Del mismo modo, la Compañía debería desarrollar
modelos de gobierno apropiados para aquellas obras que tienen carácter global en su misión y
servicio.
17. La CG 36 pide al P. General que revise y evalúe los procesos de reestructuración
de Provincias y Regiones ya acometidos, de modo que pueda aplicar lo aprendido a otros
procesos de reconfiguración presentes y futuros.
18. La CG 36 afirma que, teniendo en cuenta nuestro compromiso con la pobreza,
diversas estrategias financieras, oportunidades e implicaciones deben tomarse en consideración
en la planificación apostólica y en la toma de decisiones a todos los niveles de gobierno en la
Compañía. El Ecónomo y otras personas cualificadas y competentes deben prestar su ayuda en
dicho proceso. En este contexto, la CG 36 pide al P. General que realice la revisión de los
Estatutos de la pobreza religiosa en la Compañía de Jesús y de la Instrucción sobre la

7
CG 34, D. 21, n. 28.
8
Cfr. P.-H. KOLVENBACH, S. I., “Souhaits de Noël et de Nouvel An : Nos préférences apostoliques” (1
de enero de 2003), AR 23,1 (2003) 31-36.
9
CG 35, D. 3, n. 40.
10
CG 35, D. 5, nn. 9-14.
11
CG 35, D. 5, n. 13.
12
CG 35, D. 5, n. 14.
13
CG 34, D. 21, nn. 13-14 y CG 35, D. 6, n. 29.
30
DECRETO 2: UN GOBIERNO RENOVADO PARA UNA MISIÓN RENOVADA

administración de bienes, prestando particular atención al uso de los contemporáneos


instrumentos financieros y a las normas sobre las fuentes y usos del Fondo Común.
19. La CG 36 solicita al P. General que continúe los pasos dados por el P. Adolfo
Nicolás para promover una mayor solidaridad de recursos humanos, institucionales y
económicos en la Compañía, con el fin de lograr una mayor eficacia apostólica.
Específicamente, la Congregación le pide que:
a. Prosiga y lleve a su cumplimiento el proceso de Solidaridad en la Formación.
b. Revise los objeticos y el funcionamiento del FACSI para promover más
eficazmente la misión universal de la Compañía al servicio de quienes sufren
mayor necesidad.
A las Conferencias de Superiores Mayores
20. La CG 36 pide que las seis Conferencias, descritas por la CG 35 como “una
iniciativa significativa en la estructura de gobierno de la Compañía” 14, realicen un estudio sobre
su modo de proceder, usando las indicaciones del Decreto 5 de la CG 35 15 como base para una
autoevaluación; estas autoevaluaciones deberán ser revisadas por el P. General. Reconociendo
lo que les diferencia por su historia, contexto y estilos en la toma de decisiones, tal
autoevaluación deberá conseguir, por lo menos, los siguientes cuatro resultados:
a. Mayor coherencia entre los estatutos de las Conferencias, especialmente en
aspectos como la naturaleza vinculante de los acuerdos y la autoridad del
Presidente en la toma de decisiones en relación con la corresponsabilidad de los
Superiores Mayores 16.
b. Un proceso de continuo discernimiento apostólico y planificación en la
Conferencia, que incluya al Presidente en la planificación apostólica de las
Provincias y Regiones, y en el facilitar la preparación de jesuitas para
apostolados internacionales.
c. La clarificación de su capacidad para poseer recursos para la formación y para
propósitos apostólicos.
d. Un esbozo de cómo pueden colaborar los Presidentes con el P. General en el
discernimiento y animación de la misión universal de la Compañía, y de cómo
extender el horizonte de la toma de decisiones más allá de los confines de las
Provincias y Conferencias.
21. La CG 36 insta a las Conferencias a revisar la implementación de las “Orientaciones
para las relaciones entre el Superior y el Director de Obra” 17. A este propósito se debe tener en
cuenta el creciente número de directores laicos en las obras de la Compañía, y adaptar las
“Orientaciones” conforme lo exija la realidad de cada Conferencia. También deben evaluar el
grado de aplicación del Decreto 6 de la CG 35 18 en lo que respecta a la colaboración con otros,
y desarrollar y valorar estrategias para promover esta colaboración en la Conferencia. El
reducido número de jesuitas, la proliferación de iniciativas apostólicas de la Compañía, la cada
vez más activa y bienvenida participación de colaboradores, como el creciente rol de la

14
CG 35, D. 5, n. 14
15
CG 35, D. 5, nn. 17-23.
16
CG 35, D. 5, n. 20 c.
17
Acta romana Societatis Iesu XXII, 3 (1998) pp. 383-391.
18
CG 35, D. 6, n. 29.
31
DECRETO 2: UN GOBIERNO RENOVADO PARA UNA MISIÓN RENOVADA

participación laical en la Iglesia requiere una mayor reflexión y acción en lo que toca a la
colaboración. El Padre General debe estar informado sobre las estrategias que se siguen, y
aprobar la actualización de las “Orientaciones”.
Al gobierno provincial y regional
22. La CG 36 pide a los Superiores Mayores para asegurar que el discernimiento y la
planificación apostólica en sus Provincias o Regiones esté en consonancia con las preferencias
apostólicas de la Compañía y con el discernimiento y la planificación apostólica de la
Conferencia a la que pertenecen, de modo que las preferencias de misión que establece la
Compañía universal se tengan en cuenta en las obras de sus Provincias y Regiones 19. El
discernimiento y las decisiones que toman los Superiores Mayores sobre las obras de su
Provincia o Región, deben tener en cuenta el influjo que ejercen sobre la flexibilidad y
movilidad necesarias para la misión universal de la Compañía, especialmente dentro de sus
Conferencias. Un compromiso de este tipo da más capacidad al P. General para llevar adelante
la misión global, y refuerza la corresponsabilidad de los Superiores Mayores en el servicio de
la misión universal de la Compañía.
23. La CG 36 insta a los Superiores Mayores a promover entre los jesuitas a nivel local
la integración de vida y misión, en el contexto de la disminución del número de jesuitas, del
aumento del compromiso de otras personas y del crecimiento de la vitalidad apostólica. Los
Superiores Mayores deben insistir en la formación de jesuitas que sean capaces de crecer en
esta cambiante realidad. También se anima a los Superiores Mayores a crear y apoyar
dinámicas que cimienten la unión entre jesuitas, fortalezcan la relación entre éstos y
colaboradores, fomenten la animación apostólica y promuevan iniciativas de colaboración
intersectorial. Estas iniciativas podrían incluir reuniones de Superiores de una misma ciudad o
zona, redes o plataformas apostólicas, comisiones de ministerios u otras estructuras de
acompañamiento mutuo. A la vez, la CG 36 hace un llamamiento a los Superiores Mayores
para apoyar los procesos que generan libertad para dejar obras que ya no son sostenibles o
esenciales para nuestra misión, y para clarificar las relaciones jurídicas que existen con obras
que han pasado a ser más de carácter ignaciano que jesuita. 20
24. La CG 36 pide a los Superiores Mayores que aseguren que la primera
responsabilidad de un Superior local es animar la comunidad de jesuitas que se la ha confiado 21.
Para implementar apropiadamente la NC 351 22 es clave proporcionar una adecuada formación
a los Superiores locales y darles una carga de actividades apostólicas manejable.
Al gobierno local
25. La CG 35 declaró que “el buen hacer del Superior local es esencial para que la
comunidad jesuita tenga vitalidad apostólica” 23. El liderazgo apostólico del Superior local está
condicionado hoy por la importancia que se dé a la promoción del discernimiento, la
colaboración y el trabajo en red. La CG 36 insta a los Superiores locales a que ejerzan su
servicio a las comunidades desde esas tres perspectivas, de modo que éstas se promuevan a
todos los niveles de la misión: local, provincial, de conferencia y universal.
26. La CG 36 invita a los Superiores y Directores de obra, así como a todos los jesuitas
y colaboradores en la misión, a promover profundos hábitos de oración y discernimiento como
19
CG 35, D. 5, n. 20, c.3.
20
CG 35, D. 5, n. 20, c.3.
21
Cfr. Norma complementaria 351.
22
CG 35, D. 5, n. 38.
23
Cf. CG 35, D. 5, n. 33.
32
DECRETO 2: UN GOBIERNO RENOVADO PARA UNA MISIÓN RENOVADA

preludio y acompañamiento de la planificación continua, como a fortalecer las relaciones


interpersonales y la colaboración en la implementación de los planes. Todo esto implica
fomentar un espíritu de disponibilidad y confianza entre nosotros y con todos aquellos que
sirven a la Missio Dei.Conclusión: volver a imaginar y buscar el bien
mayor y más universal
27. Si nuestro gobierno es capaz de inspirar la renovación de nuestro servicio a la
misión, con mayor discernimiento, colaboración y trabajo en red, la gracia de Dios puede
ponernos más cerca de su cumplimiento.
28. El Papa Francisco nos recordó que nuestro “modo de proceder” es un proceso, un
camino. “Me gusta tanto esta manera de ver de Ignacio a las cosas en devenir, haciéndose” 24.
Sacamos provecho, indicaba el Papa Francisco, de “unir tensiones” 25 como contemplación y
acción, fe y justicia, carisma e institución, comunidad y misión. Somos peregrinos. Nuestro
camino implica afrontar las tensiones creativas que conlleva la diversidad de personas y obras
en la Compañía. Para buscar el progreso en el seguimiento del Señor, la Compañía debe
constantemente volver a imaginar y discernir cómo nuestras estructuras de gobierno pueden
servir mejor, a la misión que nos ha sido confiada.

(Original: inglés)

24
Papa Francisco, Alocución a la GC 36
25
Ibíd.
33
DECRETO 2: UN GOBIERNO RENOVADO PARA UNA MISIÓN RENOVADA

Apéndice: recomendaciones y resultados clave del Decreto 5 de la CG 35


Este apéndice no lo abarca todo; es simplemente una evaluación concisa de las
peticiones hechas por la CG 35 al gobierno ordinario. Quiere mostrar la importancia de la
rendición de cuentas y de la evaluación.
Fórmulas (nn. 2-6): se ha realizado una revisión integral de las Fórmulas de la
Congregación General, de la Congregación Provincial y de la Congregación de Procuradores.
Se deberá hacer una ulterior revisión de las Fórmulas en el curso de un año a contar desde fin
de la CG 36.
Revisión integral del gobierno central (nn. 7-11): esta revisión se llevó a cabo con
bastantes resultados concretos: descripciones de los puestos de trabajo de los miembros del
equipo de la Curia, una estructura de comités para planificación apostólica y consulta, así como
Secretariados para el servicio de la Fe y la Colaboración. La falta de un proceso de evaluación
y las actuales inquietudes acerca del discernimiento apostólico en el gobierno central sugieren
aspectos que requieren una continua atención.
Eficacia y equidad económica (n. 12): se han puesto ya en marcha procesos que
prometen resultados significativos.
Estrategia para la comunicación (n. 13): se han conseguido considerables mejoras en
la comunicación interna del gobierno; en un campo que cambia constantemente, se requiere
continuo discernimiento para lograr una comunicación más eficaz con un mundo más amplio.
Herramientas para la evaluación (n. 15): se ha actualizado la Practica Quædam; se han
desarrollado nuevas herramientas para revisar la implementación y la rendición de cuentas; se
están usando ya nuevas evaluaciones para los últimos votos.
Conferencias (nn. 17-23): la CG 35 proporcionó una revisión completa de la estructura,
del papel del Presidente de Conferencia y de los procesos de toma de decisión en esta dimensión
del gobierno de la Compañía, todavía en vías de desarrollo. El n. 18 c. 2 pidió a las Conferencias
adaptar sus Estatutos a la luz de la CG 35, tarea que se ha llevado a término. Sin embargo, las
preocupaciones sobre las Conferencias puestas de manifiesto en la CG 36 sugieren la necesidad
de continuar la reflexión sobre ellas y su evaluación.
Estructuras Provinciales (nn. 24-28): En el n. 26, la CG 35 encargó a una comisión
reflexionar sobre las Provincias y sus estructuras, con el fin de dar pautas para la creación,
reconfiguración y supresión de Provincias y Regiones. El trabajo de la comisión ha logrado un
avance significativo en el cambio de las estructuras de las Provincias y Regiones en todo el
mundo.
Obras apostólicas (n. 29): se han desarrollado herramientas para evaluar las
instituciones apostólicas en función de su contribución a la misión.
Formación para el liderazgo (nn. 30-32): se han dado notables pasos adelante mediante
programas iniciados por las Conferencias para jesuitas y colaboradores laicos.
Superiores locales (nn.33-39): estos párrafos enuncian principios, desafíos y
recomendaciones para el liderazgo local. Las cartas ex officio y otras fuentes sugieren que,
debido a otras responsabilidades, muchos Superiores locales encuentran dificultades para hacer
de la animación de la comunidad local su primera responsabilidad (38).
Superiores y Directores de obra (nn. 40-42): la relación entre el Superior y el Director
de obra(s) puede ser un punto neurálgico, especialmente ahí donde todavía no es común el
liderazgo laico en las obras de la Compañía. El n. 40 ordenó la adaptación de las Orientaciones
para la relación entre el Superior y el Director de obra al contexto local y en diálogo con el
Superior Mayor.

34
OTROS DOCUMENTOS

35
OTROS DOCUMENTOS

Testigos de amistad y reconciliación


Mensaje orante para aquellos jesuitas
que trabajan en zonas de guerra y conflicto

“Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,


Padre compasivo y Dios de todo consuelo, que nos consuela
en cualquier tribulación, para que nosotros, en virtud del
consuelo que recibimos de Dios, podamos consolar a los
que pasan cualquier tribulación. … Nuestra esperanza
acerca de vosotros es firme, pues sabemos que como
compartís nuestros sufrimientos, así compartiréis nuestro
consuelo”.
(2 Cor. 1, 3-4, 7)
Desde la última Congregación General, no dejamos de contemplar desgarradoras
situaciones de conflicto en diversas partes del mundo. La triste letanía incluye Siria y Sudán
del Sur, Colombia y la Región del los Grandes Lagos en África, la República Centro Africana,
Afganistán, Ucrania, Irak y muchos otros lugares. La pérdida de vidas humanas, así como el
desplazamiento masivo de personas, ha provocado una situación devastadora de alcance
mundial, que afecta especialmente a los que se encuentran trabajando en las fronteras. Con
profundo afecto y solidaridad a nuestros compañeros jesuitas que viven y trabajan en
situaciones de violencia y de guerra les dirigimos este mensaje.

Queridos compañeros y amigos en el Señor,


Los jesuitas congregados en la CG 36 deseamos enviar un mensaje de apoyo a nuestros
hermanos, que trabajan en las fronteras de la guerra y la violencia, codo con codo con otros
valientes compañeros entregados al mismo empeño apostólico. Sabemos que arriesgan sus
vidas a diario para conquistar, con humildad y sin desmayo, la paz y la reconciliación tan
anheladas por Jesucristo y que hoy parecen imposibles. Desde aquí agradecemos el amor y el
apoyo que reciben de sus familias y de tantos amigos que les ofrecen día a día su aliento y su
ayuda.
Llegue también nuestro saludo y gratitud, a través de nuestros compañeros jesuitas, a
los hombres y mujeres del Servicio Jesuita para los Refugiados (SJR) y a todos los que con
ellos llevan adelante nuestra misión en aquellas Provincias y Regiones donde los conflictos son
más intensos y difíciles. Sin su contribución, nuestra misión se vería gravemente empobrecida.
Sabemos hasta qué punto, compartiendo los mismos peligros, las mismas amenazas y
violencias, se han estrechado entre todos fuertes vínculos de amistad, de oración y de
solidaridad.
Comprendemos bien que, repartidos en lugares distantes de este mundo, en ocasiones
se sientan olvidados y al margen de lo que suscita el interés de los medios de comunicación.
Por eso nuestro mensaje desea enviar a todos y cada uno nuestro recuerdo y nuestra oración, y
quiere pedir a toda la Compañía que haga otro tanto. Les sabemos firmes en las fronteras más
difíciles, reconociendo en los que sufren el rostro de Jesús, siempre fiel, amigo y compañero.

37
OTROS DOCUMENTOS

Levantamos el corazón a Dios para agradecerle el testimonio de amistad y esperanza


que constituyen para nosotros. Nos llena de gratitud saber que de las personas a cuyo servicio
trabajan les llueven innumerables bendiciones, que significan una gran riqueza también para la
Compañía. No están solos; forman parte de este cuerpo apostólico nuestro cuyo único consuelo
es ser puestos con el Hijo en sus sufrimientos y en su gloria. Su “oblación de mayor estima” 1
hace más fuerte y eficaz a la Compañía en todo el mundo.
Reciban nuestro agradecimiento, amigos nuestros en el Señor, porque su consagración
a la misión de Cristo, les lleva a aceptar la pobreza con Cristo pobre, y no pocas veces la
humillación con Cristo humillado. Hacen suyas, sin duda, las palabras de San Pablo:
¿Quién nos separará del amor de Cristo?, ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la
persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada? … Pero en todo esto
salimos de sobra vencedores gracias a aquel que nos amó. (Rom 8: 35, 37)
Son muchas las cosas que les ha dado la formación de la Compañía. Les ha preparado
para luchas difíciles y les ha hecho capaces de saber extraer lo mejor de cada situación. Pueden
afrontar confiadamente dificultades y peligros, aunque siendo muy conscientes de que esas
dificultades y esos peligros erosionan su espiritualidad y liman su afectividad. Por eso, en esas
fronteras tan amenazadas donde trabajan, son de importancia tan fundamental el
discernimiento, el cuidar unos de otros y la solidaridad. Todavía, cuando les invada la
impotencia al contemplar continuamente historias de dignidad herida, o cuando la falta de
sentido mine su interior, tienen como recurso hacer memoria de Jesucristo, víctima de esa
misma impotencia pero con su esperanza puesta en el Padre. Él será su sostén. Él, que les
llamó un día, permanece fiel y trabaja para hacer nuevas todas las cosas.
Hermanos, la Compañía de Jesús es una Compañía de amor y de comunión de mentes
y corazones 2, por eso llevamos sus nombres grabados en nuestro corazón. Somos un grupo de
amigos en el Señor. Deseamos tener noticias suyas, saber de sus esperanzas y sus frustraciones,
discernir juntos la mejor forma de hacer real nuestra solidaridad. Queremos también hacer
llegar hasta cada uno de ustedes noticias nuestras para que sepan de nuestros triunfos y nuestros
fracasos y así les sea posible alegrarse con nosotros, sufrir y orar con nosotros 3.
También nosotros nos sentimos muchas veces impotentes ante las mil complejas causas
de las guerras y la violencia. Son causas que parecen estar, y están casi siempre, absolutamente
fuera de nuestro control. Pero sean las que sean esas razones, los que las padecen acaban siendo
siempre los más pobres de los pobres. Elevemos unidos nuestro grito de protesta contra la
injusticia y el sufrimiento de tantos inocentes.

Testimonio radical en todos los continentes


Aprovechamos esta ocasión para hacer pública mención del humilde testimonio de los
que han dado la vida en acto de servicio. La lista 4 no puede olvidar a Frans van der Lugt, jesuita
sacerdote holandés que trabajaba en Siria y fue asesinado en Homs el año 2014; a los Jesuitas

1
Ejercicios Espirituales [97]
1. 2
“… y también por me parecer que Compañía de Jesús quiere dizir Compañía de amor y conformidad de ánimos
…” Francisco Javier, carta a Ignacio (12 de enero de 1549) § 5 (MHSI, Carta 70, p. 8).
2. 3
“Después en Malaca me dieron muchas cartas de Roma y de Portugal, con las quales tanta consolatión recebí
y recibo [todas las vezes que las leo,] y son tantas las vezes que las leío, que me parece que estoí yo allá, o
vosotros, charíssimos Hermanos, acá do yo estoí, y si no corporalmente, saltem in spíritu.” Francisco Javier,
carta a sus compañeros de Europa (10 de noviembre de 1545) § 2 (MHSI MX I, Carta 52, p. 300)
4
Una lista completa de los asesinados desde 1974 se puede encontrar en Promotio Iustitiae 117
38
OTROS DOCUMENTOS

y sus dos colaboradoras de El Salvador en 1989; y, más recientemente, tantos otros en


diferentes continentes. Es el testimonio del poder del Evangelio, de la bella y dolorosa
fragilidad de la existencia humana, de la entrega al servicio de la amistad, y de que es necesario
confesar, incluso con la muerte, que el sufrimiento, el riesgo y la valentía forman parte de
nuestra vida como jesuitas y de nuestra vocación cristiana.
Recordamos a Paolo Dall’Oglio, sacerdote jesuita italiano, secuestrado en Siria en julio
de 2013, y aún en paradero desconocido; pedimos a Dios que pueda regresar a estar con
nosotros y con su familia. Damos gracias a Dios por la liberación de Prem Kumar, sacerdote
jesuita de la India, secuestrado en Afganistán y retenido durante 8 meses.

Conversión de mentes y corazones


Sólo el Espíritu de Dios es capaz de cambiar las actitudes que engendran y alimentan
el conflicto. Por eso la Congregación invita a los jesuitas de todo el mundo a la oración. A que
pidan la conversión de la mente y el corazón, tanto en la oración personal como en la
celebración de la Eucaristía, y que inviten a otros a que también lo hagan. Invitamos además a
todas las Provincias a que luchen por la paz con los medios que estén a su alcance: redes
sociales, centros sociales, instituciones educativas, parroquias o publicaciones. Recordamos
por último las palabras del Papa Paulo VI: “Si deseamos la paz, trabajemos por la justicia” 5.
Esas palabras nos recuerdan que cuando trabajamos por la justicia en el mundo, estamos
tomando parte en la lucha por la paz.

Una misión en el corazón de nuestra vocación de jesuitas.


La lucha por la justicia, por la paz y por la reconciliación, nos remiten a las raíces de la
Compañía expresadas en la Formula del Instituto. La Congregación General ha insistido en
ello, considerando que hoy es algo tan relevante - y urgente - como lo era cuando nuestros
Primeros Compañeros fundaban la Compañía de Jesús. Esta presencia en la frontera de la
guerra y la paz, es misión que nos toca a todos como jesuitas: novicios, escolares, hermanos,
sacerdotes. Es propia de los que trabajan en un ministerio activo y de los que, ya retirados, se
encuentran en nuestras enfermerías. Nos atañe, ya trabajemos en una parroquia o enseñemos
en una facultad de teología, en un colegio, en un centro de espiritualidad o en cualquier otro
ministerio. Es una misión que nos llama a una vida de comunidad más intensa, a sanar nuestras
heridas y a una verdadera conversión, conscientes de que, en última instancia, la raíz de los
conflictos está en un corazón humano internamente dividido.

El Señor Resucitado trae esperanza, sanación y consuelo


Nuestros corazones pueden estar divididos, pero “Dios es más grande que nuestros
corazones” 6. El Espíritu de Dios actúa en este mundo nuestro. El Espíritu de Jesús Resucitado,
que puede cambiar las situaciones que parecen más desesperadas, puede sanar y traer nueva
vida donde la necesidad lo reclama. Sabemos que nuestra fe puede superar cualquier oscuridad,
que nuestra esperanza puede construir puentes y que nuestro amor puede sanar; pero somos
conscientes de que no hay soluciones fáciles. Se hacen presentes a menudo con crudeza en
nuestras vidas la cruz del Viernes Santo y el silencio expectante del Sábado Santo. Por eso
necesitamos que salga a nuestro encuentro el Señor Resucitado como Consolador y como
Amigo. Y nuestro deseo es extender esta amistad a todos los que se ven afectados y
atormentados por los conflictos, sin olvidar a los que consideramos nuestros enemigos. No

5
Paulo VI. Mensaje para la celebración del Día de la Paz, 1º de enero de 1972, AAS 63 (1971), 868.
6
I Juan 3: 20.
39
OTROS DOCUMENTOS

tenemos más armas que las de nuestra amistad. Ella es la defensa contra la dinámica de la
violencia. La amistad nos reúne como amigos en el Señor y nos llama a amar y a servir en toda
ocasión, unidos a tantos amigos con los que colaboramos, celebramos y proclamamos el
Evangelio. Aun en los momentos en que afrontamos grandes desafíos y aparentes derrotas,
seguimos soñando con ayudar a recrear un mundo diferente, porque hemos conocido “a Aquel
que tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir
o pensar” 7. Por eso nos mantenemos firmes, “calzados los pies con el celo por el Evangelio de
la paz” 8.

Corazones inflamados – Predicar la Buena Noticia donde existe mayor necesidad.


El trabajo en las fronteras no se hace sin riesgo de la propia vida. Llevándolo a la
práctica hacen ustedes actual algo que pertenece al corazón de nuestra vocación de jesuitas:
aquel deseo, que vivieron con tanta creatividad y pasión Francisco Javier y los primeros
compañeros, de ir y predicar la Buena Noticia allí donde los riesgos y las necesidades fuesen
mayores.
Al escribir este mensaje, nos sentimos unidos a todos en el manantial de nuestra
vocación. Nuestro corazón se inflama con el mismo fuego que el Señor vino a traer a la tierra 9
y esto nos llena de consuelo. Al sentir la compasión que a todos ustedes les afecta, también
nosotros nos sentimos movidos a una compasión que se traduce en el fuerte propósito de
cambiar la dolorosa realidad que dan a conocer a diario los medios de comunicación.
Compartimos su anhelo de lograr la reconciliación que desea Cristo y que nuestro mundo
necesita con urgencia. Nos ponemos a los pies de la Cruz, como lo hacen ustedes, y buscando
cómo mejor amar y servir, cómo trabajar mejor por el cambio, cómo ser mejores transmisores
del Espíritu del Señor en este mundo herido. Desde estos hondos y grandes deseos,
reconociendo humildemente nuestra limitación y conscientes de nuestra pequeñez en esta
mínima Compañía, hacemos la siguiente oración:

Señor, Dios nuestro,


Venimos ante Ti para orar por nuestros hermanos que te sirven
en las fronteras de la violencia y de la guerra.
Ponemos bajo tu protección a nuestros compañeros que trabajan
en Siria y Sudán del Sur, en Colombia y en la Región de los
Grandes Lagos de África, en la República Centro Africana, en
Ucrania, Irak y muchos otros lugares. Junto con tantos
compañeros de misión, comparten las consecuencias de la guerra
y de la violencia con millones de mujeres, hombres y niños.
Concédeles tu consuelo. Sé para ellos su fuerza.
Tú, que eres el Padre de la Paz, trae la paz a nuestro mundo. Haz
que crezca en los corazones de quienes deciden los destinos del
mundo. Permite que la paz llegue a todos los habitantes del
mundo, sean del credo que sean. Haz que tu amor sirva de guía
al mundo.

7
Efesios 3: 20.
8
Efesios 6: 15.
9
Lucas 12: 49, 20.
40
OTROS DOCUMENTOS

Recordamos por fin a los que han sido heridos o asesinados


mientras servían a su misión en zonas de guerra. Ellos portan en
sus cuerpos las marcas de la pasión que anima a la Compañía.
Que los que están vivos entre nosotros encuentren consuelo en el
pan partido en la Eucaristía y que los que ya nos han dejado,
disfruten de la luz de tu rostro en el Reino de tu paz.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo. Amen.
María, Reina de la Paz y Madre de la Compañía, ruega por
nosotros.

(Original: inglés)

41
OTROS DOCUMENTOS

Asuntos confiados al Padre General


CASAS INTERPROVINCIALES DE ROMA

La CG 36 recomienda que el Padre General estudie los asuntos relacionados con la


renovación de la organización y estructura de gobierno de la DIR (Domus Interprovinciales
Romanae), en diálogo con la Comisión Permanente Interprovincial y los miembros de la DIR.

PROTECCIÓN Y SEGURIDAD DE MENORES

La CG 36 pide al Padre General que, junto con los Superiores Mayores y las
Conferencias, continúe trabajando sobre la forma de promover, dentro de las comunidades y
ministerios de la Compañía, una cultura coherente de protección y seguridad de los menores,
en consonancia con las sugerencias de la Congregación en cuanto a formación, vida
comunitaria, ministerios y gobierno.

REVISION DE LAS FORMULAS

La Congregación General encarga y autoriza al Padre General para llevar a cabo una
revisión de las Fórmulas, aprobar su revisión y comunicar a la Compañía las Fórmulas
revisadas, después de consultar a los Superiores Mayores y de recibir la aprobación del Consejo
General por voto deliberativo. Esta revisión debe estar completada dentro del año siguiente al
término de la CG 36.

(Original: inglés)

43
OTROS DOCUMENTOS

Modificaciones de Constituciones 701 y 704


1. La Congregación General 36 modifica Const [701] como sigue:
“Cuando no se hiciese así la elección, tendráse la forma siguiente. Primeramente cada
uno de por sí hará oración, [C] y sin hablar con otro alguno, delante de su Criador y Señor se
determinará por las informaciones que tiene, y escribirá en un papel la persona que elige por
Prepósito General, y fírmelo de su nombre. Y para esto se dé término a lo más de una hora.
Después se junten todos en sus asientos; y el Vicario [D] con un Secretario, que para este efecto
se escoja entre los profesos, y otro que asista, levantándose proteste no querer admitir a ninguno
que no deba, ni excluir tampoco. [E] Y dé a todos absolución general de todas censuras para
tal efecto de la canónica elección. 1 Y después, invocada la gracia del Espíritu Santo…”

2. La Congregación General 36 modifica Const [704] como sigue:


“E. Absuelve de todas censuras, que no hubiese incurrido por faltas concernientes
a esta elección”. 2

(Original: inglés)

1
Derogado por la CG XXXVI (porque las censuras, en el Código de derecho canónico del 1983 y en
el Código de cánones de las Iglesias orientales del 1990, ya no afectan al derecho de elegir).
2
Derogado por la CG XXXVI (porque las censuras, en el Código de derecho canónico del 1983 y en
el Código de cánones de las Iglesias orientales del 1990, ya no afectan al derecho de elegir).
45
OTROS DOCUMENTOS

Revisión de la Norma Complementaria 362


La CG36 modifica la Norma Complementaria 362 como sigue:
362 § 1 Aunque el Prepósito General es elegido para toda su vida y no para un
tiempo determinado1, puede en conciencia, según derecho, renunciar a su cargo por una
causa justa y proporcionada2 que lo haga definitivamente no apto para las tareas propias del
mismo3.
§ 2 Si el Prepósito General juzgase oportuno renunciar a su cargo, bien sea
espontáneamente, después de haber oído a los Asistentes ad providentiam, bien porque
éstos se lo hayan indicado, pedirá en secreto el voto de los Asistentes ad providentiam, de
los otros Consejeros Generales, y de los Superiores Mayores de toda la Compañía sobre la
suficiente justeza y proporcionalidad de las causas. Estos votos serán leídos ante los
Asistentes ad providentiam y el Secretario de la Compañía. Si la mayoría juzga que debe
ser convocada la Congregación General para proveer acerca del gobierno supremo de la
Compañía, el Prepósito General debe convocarla4.
§3. Si la mayoría no juzgase así, el Prepósito General tiene libertad para hacer lo que
en conciencia, según nuestro Instituto, le parezca más oportuno.
§ 4 Reunida la Congregación General para tratar de otros asuntos, puede el Prepósito
General, por causa justa y proporcionada5 que le haga definitivamente no apto para las tareas
propias del mismo, y oídos los Asistentes ad providentiam, proponer a la misma su renuncia.
§5. La renuncia al cargo hecha por el Prepósito General no produce efecto si no es
admitida por la Compañía en Congregación General6.

(Original: inglés)
1
Cf. P.IX c.1 [719].
2
Cf. CIC 187-189; Cf. CCEO 967-971.
3
Coll. D. 260 § 1 (CG. XXXI d. 41 n.2 §1).
4
Coll. D. 260 § 4 (CG. XXXI d. 41 n.2 §4).
5
Cf. CIC 187-189; Cf. CCEO 967-971.
6
Coll. D. 260 § 5 (CG. XXXI d. 41 n.2 §5).

47
OTROS DOCUMENTOS

Revisión de la Norma Complementaria 396

El nº 396 de las Normas Complementarias se modifica así:

El Prepósito General convoque cada seis años, más o menos, a partir de la última
Congregación General, una reunión de todos los Superiores Mayores para tratar sobre el estado,
problemas e iniciativas de la Compañía universal y la colaboración supraprovincial e
internacional.

(Original: inglés)

49
DOCUMENTACIÓN
COMPLEMENTARIA

51
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Discurso del Santo Padre Francisco


a los miembros de la 36ª Congregación General
de la Compañía de Jesús

Aula de la Congregación General


Curia General de la Compañía de Jesús
Lunes, 24 de octubre de 2016

Nota del editor: Se ofrece el texto pronunciado por el Santo Padre. Al texto
preparado se han añadido (en cursiva y entre corchetes [ ]) las palabras
pronunciadas espontáneamente en la Aula.

Queridos hermanos y amigos en el Señor, [Buenos días]:


Al rezar pensando qué les diría, recordé con particular emoción las palabras finales que
nos dijo el Beato Pablo VI al comenzar nuestra Congregación General XXXII: “Così, così,
fratelli e figli. Avanti, in Nomine Domini. Camminiamo insieme, liberi, obbedienti, uniti
nell'amore di Cristo, per la maggior gloria di Dio” 1.
También San Juan Pablo II y Benedicto XVI nos han animado a “caminar de una
manera digna de la vocación a la que hemos sido llamados (Ef 4, 1)” 2 y a “proseguir por el
camino de la misión con plena fidelidad a vuestro carisma originario, en el contexto eclesial y
social característico de este inicio de milenio. Como os han dicho en varias ocasiones mis
antecesores, la Iglesia os necesita, cuenta con vosotros y sigue confiando en vosotros, de modo
especial para llegar a los lugares físicos y espirituales a los que otros no llegan o les resulta
difícil hacerlo” 3. Caminar juntos -libres y obedientes- caminar yendo a las periferias donde
otros no llegan, “bajo la mirada de Jesús y mirando el horizonte que es la Gloria de Dios
siempre mayor, el que nos sorprende siempre” 4. El jesuita está llamado para “discurrir -como
dice Ignacio- y hacer vida en cualquiera parte del mundo donde se espera más servicio de Dios
y ayuda de las ánimas" (Co 304). Es que: “Para la Compañía, todo el mundo le ha de ser casa”,
decía Nadal 5.
Ignacio le escribía a Borja, a propósito de una crítica de los jesuitas llamados
“angélicos” (Oviedo y Onfroy), [una historia linda] porque decían que la Compañía no estaba
bien instituida y que había que instituirla más en espíritu: el espíritu que los guía -decía Ignacio-

1
PABLO VI, Discorso in occasione della 32ª Congregazione Generale della Compagnia di Gesù. 3 de
diciembre de 1974. [“Así, así sea, hermanos e hijos. Adelante, in nomine Domini. Caminemos juntos, libres,
obedientes, unidos en el amor de Cristo, para la mayor gloria de Dios”. (Congregación General XXXII de la
Compañía de Jesús, Madrid, 1975). (Nota del editor)]
2
JUAN PABLO II, Discurso a los participantes en la 33ª Congregación General de la Compañía de
Jesús. 2 de septiembre de 1983.
3
BENEDICTO XVI, Discurso a los participantes en la 35ª Congregación General de la Compañía de
Jesús. 21 de febrero de 2008.
4
FRANCISCO, Homilía en la Iglesia del Gesù. 3 de enero de 2014.
5
MNadal V 364-365.
53
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

“ignora el estado de las cosas de la Compañía, que están in fieri, fuera de lo necesario (y)
substancial” 6. Me gusta tanto esta manera de ver de Ignacio a las cosas en devenir, haciéndose,
fuera de lo substancial. Porque saca a la Compañía de todas las parálisis y la libra de tantas
veleidades.
La Fórmula del Instituto es lo “necesario y substancial” que debemos tener todos los
días ante los ojos, después de mirar a Dios nuestro Señor: “El modo de ser del Instituto, que es
camino hacia Él”. Lo fue para los primeros compañeros, y previeron que lo fuera “para los que
nos sigan por este camino”. Así, tanto la pobreza, como la obediencia, o el hecho de no estar
obligados a cosas como rezar en coro, no son ni exigencias ni privilegios, sino ayudas que
hacen a la movilidad de la Compañía, al estar disponibles “para correr por la vía de Cristo
Nuestro Señor. (Co 582) teniendo, gracias al voto de obediencia al Papa, una “más cierta
dirección del Espíritu Santo” (Fórmula Instituto 3). En la Fórmula está la intuición de Ignacio,
y su sustancialidad es lo que permite que las Constituciones hagan hincapié en tener siempre
en cuenta “los lugares, tiempos y personas”, y que todas las reglas sean ayudas -tanto cuanto-
para cosas concretas.
El caminar, para Ignacio, no es un mero ir y andar, sino que se traduce en algo
cualitativo: es aprovechamiento y progreso, es ir adelante, es hacer algo en favor de los otros.
Así lo expresan las dos Fórmulas del Instituto aprobadas por Paulo III (1540) y Julio III (1550),
cuando centran la ocupación de la Compañía en la fe -en su defensa y propagación- y en la vida
y doctrina de las personas. Aquí Ignacio y los primeros compañeros usan la palabra
aprovechamiento (ad profectum 7, cfr. Fil 1, 12 y 25), que es la que da el criterio práctico de
discernimiento propio de nuestra espiritualidad, [lo que más aprovecha].
El aprovechamiento no es individualista, es común: “El fin de esta Compañía es, no
solamente atender a la salvación y perfección de las ánimas propias con la gracia divina, mas
con la misma, intensamente procurar de ayudar a la salvación y perfección de las de los
prójimos” (Ex 1,2). Y, si para algún lado se inclinaba la balanza en el corazón de Ignacio, era
hacia la ayuda de los prójimos; tanto es así, que se enojaba si le decían que la razón de que
alguno se quedara en la Compañía era “para que así salvara su ánima. Ignacio no quería gente
que, siendo buena para sí, no se hallara en ella aptitud para el servicio del prójimo” (Aicardo I
punto 10 pág. 41).
El aprovechamiento es en todo. La fórmula de Ignacio expresa una tensión: “no
solamente… sino…”; y este esquema mental de unir tensiones -la salvación y perfección
propia, y la salvación y perfección del prójimo- desde el ámbito superior de la Gracia, es propio
de la Compañía. [Esquema que se va repitiendo siempre: esquema mental de unir tensiones.]
La armonización de ésta y de todas las tensiones (contemplación y acción, fe y justicia, carisma
e institución, comunidad y misión…) no se da mediante formulaciones abstractas, sino que se
logra a lo largo del tiempo mediante eso que Fabro llamaba “nuestro modo de proceder” 8.
Caminando y “progresando” en el seguimiento del Señor, la Compañía va armonizando las
tensiones que contienen y producen, inevitablemente, la diversidad de gente que convoca y las
misiones que recibe.

6
IGNACIO DE LOYOLA, Carta 51, A Francisco de Borja, julio de 1549, 17 N. 9. Cfr. M. A. FIORITO
y A. SWINNEN, “La Fórmula del Instituto de la Compañía de Jesús (introducción y versión castellana)”,
Stromata, julio-diciembre 1977-nº 3/4, 259-260.
7
“Ad profectum animarum in vita et doctrina Christiana” in Monumenta Ignatiana, Constitutiones T. I
(MHSI), Roma, 1934, 26 y 376; cfr. Constituzioni della Compagnia di Gesù annotate dalla CG 34 e Norme
complementari, Roma, ADP, 1995, 32-33.
8
Cfr. MF. 50, 69, 111, 114, etc.
54
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

El aprovechamiento no es elitista. En la Fórmula, Ignacio procede describiendo medios


para aprovechar más universalmente, que son propiamente sacerdotales. Pero notemos que las
obras de misericordia se dan por descontadas, ¡¡¡la Fórmula dice “sin que eso sea óbice” para
la misericordia!!! Las obras de misericordia -el cuidado de los enfermos en las hospederías, la
limosna mendigada y repartida, la enseñanza a los pequeños, el sufrir con paciencia las
molestias… - eran el medio vital en el que Ignacio y los primeros compañeros se movían y
existían, su pan cotidiano: ¡cuidaban que todo lo demás no fuera óbice!
El aprovechamiento, por fin, es “lo que más aprovecha”. Se trata del “magis”, de ese
plus, que lleva a Ignacio a iniciar procesos, a acompañarlos y a evaluar su real incidencia en la
vida de las personas, ya sea en cuestiones de fe, de justicia o de misericordia y caridad. [Esto
de iniciar procesos estaría en contra de estar ocupando espacios. La Compañía inicia procesos
y deja espacios. Es importante, porque otros religiosos ocupan espacios, los monasterios, pero
la Compañía inicia procesos]. El “magis” es el fuego, el fervor en acción, que sacude
dormideras. Nuestros santos lo han encarnado siempre. Decían de San Alberto Hurtado que era
“un dardo agudo que se clava en las carnes dormidas de la Iglesia”. Y esto contra esa tentación
que Pablo VI llamaba “spiritus vertiginis”, y De Lubac, “mundanidad espiritual”. Tentación
que no es, en primer lugar, moral, sino espiritual, y que nos distrae de lo esencial: que es ser
aprovechables, dejar huella, incidir en la historia, especialmente en la vida de los más
pequeños. “La Compañía es Fervor” decía Nadal 9. Para reavivar el fervor en la misión de
aprovechar a las personas en su vida y doctrina, deseo concretar estas reflexiones en tres puntos
que, dado que la Compañía está en los lugares de misión en que tiene que estar, hacen más bien
a nuestro modo de proceder. Tienen que ver con la alegría, con la Cruz y con la Iglesia, nuestra
Madre; y miran a dar un paso adelante quitando los impedimentos que el enemigo de natura
humana nos pone cuando vamos, en el servicio de Dios, de bien en mejor subiendo.
1.- Pedir [intensamente] la consolación
Siempre se puede dar un paso adelante en el pedir insistentemente la consolación. En
las dos Exhortaciones Apostólicas y en Laudato si’ he querido insistir en la alegría. Ignacio, en
los Ejercicios, nos hace contemplar a sus amigos “el oficio de consolar”, como propio de Cristo
Resucitado (EE 224). Es oficio propio de la Compañía consolar al pueblo fiel y ayudar con el
discernimiento a que el enemigo de natura humana no nos robe la alegría: la alegría de
evangelizar, la alegría de la familia, la alegría de la Iglesia, la alegría de la creación… Que no
nos la robe, ni por desesperanza ante la magnitud de los males del mundo y los malentendidos
entre los que quieren hacer el bien, ni nos la reemplace con las alegrías fatuas que están siempre
al alcance de la mano en cualquier comercio.
Este “servicio de la alegría y de la consolación espiritual” arraiga en la oración. Consiste
en animarnos y animar a todos a “pedir insistentemente la consolación a Dios”. Ignacio lo
formula de modo negativo en la 6º regla de primera semana, cuando dice que “mucho
aprovecha el intenso mudarse contra la misma desolación” instando en la oración (EE 321).
Aprovecha, porque “en la desolación somos muy para poco” (EE 324). Practicar y enseñar esta
oración de pedir y suplicar la consolación, es el principal servicio a la alegría. Si alguno no se
cree digno (cosa muy común en la práctica), al menos insista en pedir esta consolación por
amor al mensaje, ya que la alegría es constitutiva del mensaje evangélico, y pídala también por
amor a los demás, a su familia y al mundo. Una buena noticia no se puede dar con cara triste.
La alegría no es un plus decorativo, es índice claro de la gracia: indica que el amor está activo,
operante, presente. Por eso, el buscarla no debe confundirse con buscar “un efecto especial”,
que nuestra época sabe producir para consumo, sino que se la busca en su índice existencial
que es la “durabilidad”: Ignacio abre los ojos y se despierta al discernimiento de los espíritus

9
Cfr. MNadal V, 310.
55
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

al descubrir esta distinta valencia entre alegrías duraderas y alegrías pasajeras (Autobiog. 8).
El tiempo será lo que le da la clave para reconocer la acción del Espíritu. [Una de las
expresiones de la alegría profunda es el sentido del humor. Y creo que es una gracia de Dios
que tenemos. A mi entender la actitud humana más cercana a la gracia divina es el sentido del
humor].
En los Ejercicios, el “progreso” en la vida espiritual se da en la consolación: es el “ir de
bien en mejor subiendo” y también “todo aumento de fe, esperanza y caridad y toda leticia
interna (EE 316). Este servicio de la alegría fue lo que llevó a los primeros compañeros a decidir
no disolver, sino instituir la compañía que se brindaban y compartían espontáneamente, y cuya
característica era la alegría que les daba rezar juntos, salir a misionar juntos y volver a reunirse,
a imitación de la vida que llevaban el Señor y sus apóstoles. Esta alegría del anuncio explícito
del Evangelio -mediante la predicación de la fe y la práctica de la justicia y la misericordia- es
lo que lleva a la Compañía a salir a todas las periferias. El jesuita es un servidor de la alegría
del evangelio, tanto cuando trabaja artesanalmente conversando y dando los ejercicios
espirituales a una sola persona, ayudándola a encontrar ese “lugar interior de dónde le viene la
fuerza del Espíritu que lo guía, lo libera y lo renueva” 10, como cuando trabaja estructuralmente
organizando obras de formación, de misericordia, de reflexión, que son expansión institucional
de ese punto de inflexión donde se da el quiebre de la voluntad propia y entra a actuar el
Espíritu. Bien decía M[ichel de] Certeau: los Ejercicios son “el método apostólico por
excelencia”, ya que posibilitan el “retomo al corazón, principio de una docilidad al Espíritu
que despierta e impulsa al ejercitante a una fidelidad personal a Dios” 11.
2.- Dejarnos conmover por el Señor puesto en Cruz
Siempre se puede dar un paso más en el dejarnos conmover por el Señor puesto en cruz,
por Él en persona y por Él presente en tantos hermanos nuestros que sufren - ¡la gran mayoría
de la humanidad! El Padre Arrupe decía que allí donde hay un dolor, allí está la Compañía [o
al menos, tiene que estar].
El Jubileo de la Misericordia es un tiempo oportuno para reflexionar sobre los servicios
de la misericordia. Lo digo en plural, porque la misericordia no es una palabra abstracta, sino
un estilo de vida que antepone a la palabra los gestos concretos que tocan la carne del prójimo
y se institucionalizan en obras de misericordia. Para los que hacemos los Ejercicios, esta gracia
por la que Jesús nos manda que nos asemejemos al Padre (cfr. Lc 6, 36), comienza con ese
coloquio de misericordia que es la expansión del coloquio con el Señor puesto en cruz por mis
pecados. Todo el segundo ejercicio es un coloquio lleno de sentimientos de vergüenza,
confusión, dolor y lágrimas agradecidas, viendo quién soy yo -disminuyéndome- y quién es
Dios -engrandeciéndolo-, “que me ha dado vida hasta ahora”, quién es Jesús, colgado en la
cruz por mí (EE 61 y anteriores). El modo como Ignacio vive y formula su experiencia de la
misericordia es de mucho provecho personal y apostólico, y requiere una aguda y sostenida
experiencia de discernimiento. Decía nuestro padre a Borja: “Yo, para mí me persuado, que
antes y después soy todo impedimento; y de esto siento mayor contentamiento y gozo espiritual
en el Señor nuestro, por no poder atribuir a mí cosa alguna que buena parezca” 12. Ignacio vive,
pues de la pura misericordia de Dios hasta en las cosas más pequeñas de su vida y de su persona.
Y sentía que, cuanto más impedimento él ponía, con más bondad lo trataba el Señor: “Tanta
era la misericordia del Signore, e tanta la copia della soavita e dolcezza della grazia sua con
esso lui, che quante egli piu desiderava d’essere in questo modo gastigato, tanto piu benigno
era Iddio e con abbondanza maggiore spargeva sopra di lui i tesori della su infinita liberalita.

10
PIERRE FAVRE, Mémorial, Paris, Desclée, 1959; cfr. Introduction de M. de CERTEAU, pág. 74.
11
Ibíd. 76.
12
IGNACIO DE LOYOLA, Carta 26 a Francisco de Borja, fines de 1545.
56
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Laonde diceva, che egli credeva no vi essere nel mondo uomo, i cui queste due cose insieme,
tanto come in lui, concorressero; la prima mancare tanto a Dio e l’altra il ricevere tante e cosi
continue grazie dalla sua mano” 13. [Lo tomé en italiano porque no lo encontré en castellano].
Al formular Ignacio su experiencia de la misericordia en estos términos comparativos -
cuanto más sentía faltar al Señor, más se extendía Él en darle su gracia- libera la fuerza
vivificante de la misericordia que nosotros, muchas veces, diluimos con formulaciones
abstractas y condiciones legalistas. El Señor que nos mira con misericordia y nos elige, nos
envía a hacer llegar, con toda su eficacia, esa misma misericordia a los más pobres, a los
pecadores, a los sobrantes y crucificados del mundo actual que sufren la injusticia y la
violencia. Sólo si experimentamos esta fuerza sanadora en lo vivo de nuestras propias llagas
[llagas con nombres y apellidos], como personas y como cuerpo, perderemos el miedo a
dejamos conmover por la inmensidad del sufrimiento de nuestros hermanos, y nos lanzaremos
a caminar pacientemente con nuestros pueblos, aprendiendo de ellos el modo mejor de
ayudarlos y servirlos (Cfr. CG 32, d. 4 n. 50).
3.- Hacer el bien de buen espíritu, sintiendo con la Iglesia
Siempre se puede dar un paso adelante en hacer el bien de buen espíritu, sintiendo con
la Iglesia, como dice Ignacio. Es también propio de la Compañía el servicio del discernimiento
del modo como hacemos las cosas. Fabro lo formulaba pidiendo la gracia de “todo el bien que
pudiese realizar, pensar u organizar, se haga por el buen espíritu y no por el malo” 14. Esta gracia
de discernir, que no basta con pensar, hacer u organizar el bien, sino que hay que hacerlo de
buen espíritu, es lo que nos enraíza en la Iglesia, en la que el Espíritu actúa y reparte su
diversidad de carismas para el bien común. Fabro decía que, en muchas cosas, los que querían
reformar a la Iglesia tenían razón, pero que Dios no la quería corregir con sus modos [que ellos
proponían].
Es propio de la Compañía hacer las cosas sintiendo con la Iglesia. Hacer esto sin perder
la paz y con alegría, dados los pecados que vemos, tanto en nosotros como personas, como en
las estructuras que hemos creado, implica cargar la Cruz, experimentar la pobreza y las
humillaciones, ámbito en el que Ignacio nos anima a elegir entre soportarlas pacientemente o
desearlas 15. Allí donde la contradicción era más candente, Ignacio daba ejemplo de recogerse
en sí mismo, antes de hablar o actuar, para obrar de buen espíritu. Las reglas para sentir con la
Iglesia, no las leemos como instrucciones precisas sobre puntos controvertidos (alguno podría
resultar extemporáneo), sino ejemplos donde Ignacio invitaba en su tiempo a “hacer contra” al
espíritu anti-eclesial, inclinándose total y decididamente del lado de nuestra Madre, la Iglesia,
no para justificar una posición discutible, sino para abrir lugar a que el Espíritu actuara a su
tiempo.
El servicio del buen espíritu y del discernimiento nos hace ser hombres de Iglesia -no
clericalistas, sino eclesiales-, hombres “para los demás”, sin cosa propia que aísle, sino con
todo lo nuestro propio puesto en comunión y al servicio.

13
P. RIBADENEIRA, Vida di S. Ignazio di Loiola, Roma, La Civiltà Cattolica, 1863, 336. [(…) era tanta
la misericordia del Señor y la muchedumbre de la suavidad y dulzura de su gracia para con él, que cuanto más él
faltaba, y más deseaba ser él castigado de esa manera, tanto era el Señor más benigno, y con mayor abundancia
derramaba sobre él los tesoros de su infinita liberalidad. Y así decía, que creía que no había hombre en el mundo,
en quien concurriesen estas dos cosas juntas, tanto como en él. La primera, faltar tanto a Dios, y la otra, el recibir
tantas y tan continuas mercedes de su mano. (P. RIBADENEIRA, Vida de San Ignacio de Loyola, fundador de la
religión de la Compañía de Jesús, Barcelona, 1863, pág. 532-533.) (Nota del editor)]
14
PIERRE FAVRE, Mémorial cit. Nº 51.
15
Cfr. IGNACIO DE LOYOLA, Directorio Autógrafo 23.
57
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

No caminamos ni solos ni cómodos, caminamos con “un corazón que no se acomoda,


que no se cierra en sí mismo, sino que late al ritmo de un camino que se realiza junto a todo el
pueblo fiel de Dios” 16. Caminamos haciéndonos todo a todos con tal de ayudar a alguno.
Este despojo hace que la Compañía tenga y pueda tener siempre más el rostro, el acento
y el modo de todos los pueblos, de cada cultura, metiéndose en todos ellos, en lo propio del
corazón de cada pueblo, para hacer allí Iglesia con cada uno, inculturando el evangelio y
evangelizando cada cultura.
Le pedimos a Nuestra Señora de la Strada, en un coloquio filial o como de un siervo
con su Señora, que interceda por nosotros ante el “Padre de las misericordias y Dios de toda
consolación” (2 Cor 1, 3), para que nos ponga siempre nuevamente con su Hijo, con Jesús, que
carga y nos invita a cargar con Él la cruz del mundo. Confiamos a Ella nuestro “modo de
proceder”, para que sea eclesial, inculturado, pobre, servicial, libre de toda ambición mundana.
Le pedimos a nuestra Madre que encamine y acompañe a cada jesuita junto con la porción del
pueblo fiel de Dios al que ha sido enviado, por estos caminos de la consolación, de la
compasión y del discernimiento.

(Original: español)

16
FRANCISCO, Homilía en la Iglesia del Gesù, 3 de enero de 2014.
58
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

“Tener coraje y audacia profética”


Diálogo del Papa Francisco
con los jesuitas reunidos en la Congregación General XXXVI

El 24 de octubre de 2016 el Papa Francisco tuvo un encuentro con los jesuitas reunidos
en su Congregación General 36. Algunos minutos antes de las 9 am llegó a bordo de un
sencillo coche. Después de saludar al Padre General y a los otros que estaban esperándolo,
se dirigió al Aula de la Congregación, en la que fue recibido con un largo aplauso. Allí tuvo un
discurso. Tras una pausa, se abrió un espacio de diálogo franco y cordial con los miembros
de la Congregación, que le hicieron diversas preguntas espontáneas. El Papa no quiso que
fueran seleccionadas antes ni tampoco quiso conocerlas primero. Dio vida así a un encuentro
muy familiar que duró cerca de una hora y media. Al final, Francisco quiso saludar uno por
uno a todos los presentes. A continuación reproducimos las preguntas y respuestas. En el
aula, por sentido práctico, las preguntas se hicieron en grupos de tres. El texto que sigue
reproduce las respuestas del Pontífice en su integridad y, para comodidad de la lectura, separa
las preguntas, que han sido reproducidas de manera esencial. El texto mantiene el tono y el
significado de la conversación oral.

***

Santo Padre, Usted es un ejemplo viviente de audacia profética. Cómo hace para
comunicarla con tanta eficacia? ¿Cómo podemos hacerlo también nosotros?
El coraje no es solamente hacer ruido, sino saber hacerlo bien. Hace falta saber cuándo
hay que hacerlo y cómo hay que hacerlo. Y también antes que nada se debe discernir si se debe
hacer ruido o no. El coraje es constitutivo de toda acción apostólica. Y hoy hace falta más que
nunca tener coraje y audacia profética. Es necesaria una parresía aggiornada, la audacia
profética de no tener miedo 1. Es notable que esta haya sido la primera cosa que dijo san Juan
Pablo II cuando fue elegido papa: “No tengan miedo”. Recordó todos los problemas de los
países del este y la audacia le llevó a enfrentarlos todos.
¿Cuál es la audacia profética que se nos pide hoy? Sobre esto hay que hacer un
discernimiento y preguntarse dónde se debe encauzar esa audacia profética. Es una actitud que
nace del magis 2. Y el magis es parresía. El magis se funda sobre el Dios siempre Mayor. Y
entonces, mirando a ese Dios siempre Mayor, el discernimiento se profundiza y busca los
lugares donde encauzar la audacia. Creo que este es el trabajo de Uds. en esta
Congregación: discernir “dónde” tiene que encauzarse el magis, la audacia profética, la
parresía.
A veces, la audacia profética se une con la diplomacia, con un trabajo de

1
Parresía es una palabra griega frecuente en el texto griego del Nuevo Testamento. Indica el coraje y la
sinceridad del testimonio. Es una palabra muy usada en la tradición cristiana, sobre todo a los comienzos, incluso
como contraria a la hipocresía.
2
El magis (el más, lo más grande) en la tradición ignaciana viene de la célebre máxima “ad maiorem Dei
gloriam” (a la mayor gloria de Dios) y sintetiza un fuerte impulso espiritual. El obrar del jesuita se caracteriza por
este magis, tensión viva que nos recuerda cómo siempre es posible dar un paso adelante respecto a donde hemos
llegado, porque nuestro caminar está en consonancia con una manifestación siempre más explícita de la gloria de
Dios. Con el discernimiento de espíritus aprendemos a reconocer el bien que habita en cada situación y a elegir lo
que conduce al bien mayor.
59
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

convencimiento y al mismo tiempo con signos fuertes. Por ejemplo, la audacia profética está
llamada a combatir una corrupción muy difundida en algunos países, como es la de buscar la
reforma de la Constitución para permanecer en el poder, cuando terminan los períodos
constitucionales de un mandato. Creo que la Compañía, en su trabajo de enseñanza y de
sensibilización social, tiene que hacer un buen trabajo de audacia para convencer a todos de
que un País no puede crecer si no se respetan los fundamentos legales que el País mismo se
ha dado para la propia gobernabilidad futura.

Santo Padre, el modo en el que los colonizadores trataron a los pueblos indígenas ha
sido un problema serio. La apropiación de la tierra por parte de los colonizadores ha sido
un hecho grave cuyas repercusiones se sienten hoy. ¿Qué piensa al respecto?
En primer lugar, es necesario decir que hoy tenemos más conciencia de lo que significa
la riqueza de los pueblos indígenas, justo en la época en que, tanto política como culturalmente,
se los quiere anular siempre más, a través de la globalización concebida como una “esfera”,
una globalización donde todo se uniformiza. Entonces hoy, nuestra profecía, nuestra
conciencia, tiene que ir por el lado de la inculturación. Y nuestra figura de globalización no
tiene que ser la esfera, sino el poliedro. Me gusta la figura geométrica del poliedro porque es
una, pero tiene caras diferentes. Expresa cómo la unidad se hace conservando las identidades
de los pueblos, de las personas, de las culturas. Esa es la riqueza que hoy tendríamos que dar
al proceso de globalización, porque si no es uniformante y destructivo.
En el proceso de globalización uniformante y destructor entra la destrucción de las
culturas indígenas, que son en cambio lo que hay que recuperar. Y hay que recuperarlas con
la hermenéutica correcta, que nos facilita esta tarea. Una hermenéutica que no es la misma
que había en la época de la colonia. La hermenéutica de aquella época era la de buscar la
conversión de los pueblos, la de ensanchar la Iglesia…, y por lo tanto se anulaban las
independencias indígenas. Era una hermenéutica de tipo centralista, donde el imperio que
dominaba era el que de alguna manera imponía su fe y su cultura. Es comprensible que se
pensara así en aquella época, pero hoy es necesaria una hermenéutica radicalmente diferente.
Tenemos que interpretar las cosas de otra manera: valorando a cada pueblo, su cultura, su
lengua. Nos tiene que ayudar este proceso de inculturación, que fue cobrando cada vez mayor
importancia a partir del Vaticano II.
De todos modos, quiero hacer referencia a conatos de inculturación que hubo en los
primeros tiempos de las misiones. Tentativas que nacen de una experiencia como la de Pablo
con los “gentiles”. El Espíritu Santo le inculcó muy claro cómo había que inculturar el
Evangelio en los pueblos gentiles. La misma cosa se repite en la época de la expansión
misionera. Pensemos, por ejemplo, en la experiencia de Mateo Ricci y de Roberto de Nobili 3.
Fueron pioneros, pero una concepción hegemónica del centralismo romano frenó esa
experiencia, la detuvo. Impidió un diálogo en el que las culturas se respetaran. Y esto ocurrió
porque se interpretaban con una hermenéutica religiosa lo que eran costumbres sociales. El
respeto a los muertos, por ejemplo, se confundía con una idolatría. Aquí, las hermenéuticas
juegan un papel central. En este momento creo que es importante, con esta mayor conciencia que
tenemos respecto de los pueblos indígenas, apoyar la expresión, la cultura de cada uno de
ellos… y la misma evangelización, que toca también a la liturgia y llega hasta las expresiones
de culto. Y la Congregación para el culto divino acepta esto.

3
Los jesuitas Mateo Ricci (1552-1610) y Roberto de Nobili (1577-1656) fueron verdaderos pioneros.
Misione- ros en China y en India, respectivamente, buscaron adecuar el anuncio del Evangelio a la cultura y a los
cultos locales. Pero esto causó preocupación en algunos y en la Iglesia se alzaron voces contrarias al espíritu de
estos comportamientos, como si fueran una contaminación del mensaje cristiano.
60
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Termino con un recuerdo que toca a la moral. Cuando era estudiante de teología se me
encargó ser bibliotecario. Revisando un texto mexicano de 1700 más o menos, sobre moral,
hecho con preguntas y respuestas, encontré que una de las preguntas era: “Si es pecado mortal
la unión sexual entre el español y la indígena”. Y la respuesta del moralista me hizo reír: “La
materia es grave, por lo tanto es pecado grave según la materia, pero dado que la consecuencia
de esto traería un cristiano más para agrandar el reino de Dios, no es tan grave como si fuera
en Europa”.

En su discurso nos ha propuesto claramente una moral que se funda en el


discernimiento. ¿Cómo nos sugiere avanzar en el campo moral en torno a esta dinámica de
discernimiento de las situaciones morales? Me parece que no es posible detenerse en una
interpretación de aplicación subsuntiva de la norma que se limita a ver las situaciones
particulares como casos de la norma general.
El discernimiento es el elemento clave: la capacidad de discernimiento. Y estoy notando
precisamente la carencia de discernimiento en la formación de los sacerdotes. Corremos el
riesgo de habituarnos al “blanco o negro” y a lo que es legal. Estamos bastante cerrados, en
general, al discernimiento. Una cosa es clara: hoy en una cierta cantidad de seminarios ha
vuelto a reinstaurarse una rigidez que no es cercana a un discernimiento de las situaciones. Y
eso es peligroso, porque nos puede llevar a una concepción de la moral que tiene un sentido
casuístico. Con diferentes formulaciones, se estaría siempre en esa misma línea. Yo le tengo
mucho miedo a esto.
Eso ya lo dije en una reunión con los jesuitas de Cracovia, durante la Jornada Mundial
de la Juventud. Allí los jesuitas me preguntaron qué creía que podía hacer la Compañía y
respondí que una tarea importante de la Compañía era la de formar a los seminaristas y
sacerdotes en el discernimiento.
Nuestra generación, quizás los más jóvenes no, pero mi generación y alguna de las
sucesivas también, fuimos educados en una escolástica decadente. Estudiábamos con un
manual la teología y también la filosofía. Era una escolástica decadente. Para explicar el
“continuo metafísico”, por ejemplo, -me causa risa cada vez que me acuerdo-, nos enseñaban
la teoría de los “puncta inflata” 4. Cuando la gran Escolástica empezó a perder vuelo, sobrevino
esa escolástica decadente con la cual han estudiado al menos mi generación y otras.
Ha sido esa escolástica decadente la que provocó la actitud casuística. Y, es curioso: la
materia “sacramento de la penitencia”, en la facultad de teología, en general -no en todos lados-
la daban profesores de moral sacramental. Todo el ámbito moral se restringía al “se puede”,
“no se puede”, “hasta aquí sí y hasta aquí no”. En un examen de “audiendas”, un compañero
mío, a quien le hicieron una pregunta muy intrincada, con mucha sencillez dijo: “Pero Padre,
por favor, eso no se da en la realidad! Y el examinador respondió: “Pero está en los libros”.
Era una moral muy extraña al discernimiento. En aquella época estaba el “cuco”, el
fantasma de la moral de la situación… Creo que Bernard Häring 5 fue el primero que empezó a
buscar un nuevo camino para hacer reflorecer la teología moral. Obviamente en nuestros días
la teología moral ha hecho muchos progresos en sus reflexiones y en su madurez; ya no es más
una “casuística”.

4
El Papa hace referencia a teorías y debates de los inicios del 1600 en los que estaban implicados también
jesuitas como Rodrigo de Arriaga.
5
Bernard Häring (1922-1998) religioso redentorista, fue un teólogo moralista alemán y uno de los
fundadores de la “Academia Alfonsiana”. Su obra tuvo un influjo significativo en la preparación y en el desarrollo
del Concilio Vaticano II.
61
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

En el campo moral hay que avanzar sin caer en el situacionalismo; pero por otro lado
hay que hacer surgir la gran riqueza contenida en la dimensión del discernimiento; lo cual es
propio de la gran escolástica. Cuando uno lee a Tomás o a san Buenaventura, se da cuenta de
que ellos afirman que el principio general vale para todos, pero - lo dicen explícitamente-, a
medida que se baja a los particulares la cuestión se diversifica y se dan muchos matices sin que
por eso cambie el principio. Ese método escolástico tiene su validez. Es el método moral que
usó el “Catecismo de la Iglesia Católica”. Y es el método que se utilizó en la última exhortación
apostólica Amoris Laetitia, después del discernimiento hecho por toda la Iglesia a través de los
dos Sínodos. La moral usada en Amoris Laetitia es tomista, pero del gran santo Tomás, no del
autor de los “puncta inflata”.
Es evidente que en el campo moral hay que proceder con rigor científico, y con amor a
la Iglesia y discernimiento. Hay ciertos puntos de la moral sobre los cuales solo en la oración
se puede tener la luz suficiente para poder seguir reflexionando teológicamente. Y en esto, me
permito repetirlo, y lo digo para toda la teología, se debe hacer “teología de rodillas”. No se
puede hacer teología sin oración. Esto es un punto clave. Y se tiene que hacer así.

En torno a la Compañía hay muchas leyendas: positivas, de los que nos quieren bien,
y una leyenda un poco negra por parte de quien no nos quiere. A Ud. que nos quiere y nos
conoce bien quiero preguntarle: ¿a qué cosas tendríamos que prestarle atención?
Para mí es un poco difícil responder, porque es necesario ver de dónde vienen las críticas.
Es un poco difícil porque, en mi situación y en el ambiente en que me muevo, las críticas a la
Compañía tienen prevalentemente un sabor de tipo restauracionista. O sea: son críticas que
sueñan una restauración, la de una Compañía que quizás ilusionó en un tiempo, porque ese era
su tiempo, pero que ya no ilusiona porque no es este el tiempo de Dios para la Compañía. Creo
que este tipo de argumentación es el que está detrás. Pero la Compañía en este punto a lo que
tiene que serle fiel es a lo que el Espíritu le dice.
Las críticas también dependen de quién las hace. Yo creo que a veces, hasta el más
malintencionado, puede hacer una crítica que me ayude. Creo que hay que escucharlas todas y
discernirlas. Y no cerrar la puerta a ninguna crítica, porque corremos el riesgo de habituarnos
a cerrar puertas. Y eso no es bueno. Después de un discernimiento se puede decir: esta crítica
no tiene ningún fundamento y descartarla. Pero tenemos que someter todo lo que vamos oyendo
de críticas a un discernimiento, yo diría, cotidiano, casero, pero siempre con buena voluntad,
con apertura de corazón y delante del Señor.

Vivimos en un mundo caracterizado por las polarizaciones políticas y religiosas. Ud. de


hecho ha vivido experiencias de signo diverso en su vida, como provincial y arzobispo de
Buenos Aires. A partir de su experiencia, ¿qué nos sugiere para afrontar estas situaciones de
polarización, especialmente cuando en ellas están involucrados hermanos nuestros?
Creo que la política en general, la gran política, se ha degradado cada vez más en la
pequeña política. No solo en la política partidista dentro de cada país, sino en las políticas
sectoriales dentro de un mismo continente. A este tema específico quise responder -porque se
me pidió- con los tres discursos sobre Europa, los dos de Estrasburgo y el del Premio
“Carlomagno”. Los Obispos franceses acaban de sacar una comunicación sobre la política que
retoma o sigue una de hace unos quince o veinte años atrás, “Réhabiliter la politique” que
era muy importante. Aquella declaración hizo época: dio fuerza a la política, a la política como
trabajo artesanal para construir la unidad de los pueblos y la unidad de un pueblo en todas las
diversidades que hay dentro de ellos. En general, la opinión que escucho es que los políticos
están de capa caída. Faltan esos grandes políticos que eran capaces de jugarse en serio por sus
ideales y no le tenían miedo al diálogo ni a la pelea, sino que iban adelante, con inteligencia
62
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

y con el carisma propio de la política. La política es una de las formas más altas de la caridad.
La gran política. Y en eso creo que las polarizaciones no ayudan. Por el contrario, lo que
ayuda en la política es el diálogo.

¿Cuál es su experiencia con los hermanos en la Compañía, en cuanto a su rol y a


cómo se pueden atraer vocaciones de hermanos a la Compañía?
Mi experiencia con los hermanos ha sido siempre muy positiva. Los hermanos con que
me tocó convivir, en mi tiempo de estudiante, eran hombre de mucha sabiduría. Tenían una
sabiduría distinta a la de los escolares o de la de los sacerdotes. Incluso ahora, hermanos con
muchos estudios y que tienen puestos de dirigencia en las instituciones, tienen un “no sé qué”
de distinto a los sacerdotes. Y creo que esto hay que conservarlo. Esa sabiduría, ese algo
sapiencial que da el ser hermano.
Es más, a mí me impresionaba en los hermanos mayores que conocí, el olfato que
tenían, cuando decían, por ejemplo: “Mírelo mucho a aquel padre, me parece que necesita
especial ayuda…”. Los hermanos que conocí a menudo tenían una discreción muy grande. ¡Y
ayudaban! El hermano se daba cuenta antes que otros compañeros de comunidad de lo que
pasaba. No sé cómo expresarlo, creo que hay aquí una gracia específica y hay que buscar
cuál es la voluntad de Dios sobre el hermano en este momento y también hay que buscar cómo
expresar esto.

Me gustaría oírle decir cuándo se cumplirá la profecía de Isaías: “De sus espadas se
construirán arados…”. En mi continente, África, tenemos ya medios suficientes para matar
diez veces a cada uno de nosotros.
Trabajar por la paz es urgente. Dije, hace más de un año y medio, que estamos en la
tercera guerra mundial, a pedacitos. Ahora los pedacitos se están juntando cada vez más.
Estamos en guerra. No hay que ser ingenuos. El mundo está en guerra y las consecuencias las
pagan algunos países. Pensemos en Medio Oriente, en África: allí se da una situación de
continuas guerras. Guerras que se derivan de toda una historia de colonización y explotación.
Es cierto que hay países que tienen su independencia, pero muchas veces el país que les dio la
independencia se reservó el subsuelo para sí. África sigue siendo un objetivo de la explotación
por las riquezas que tiene. Incluso por parte de países que antes ni pensaban en este
continente. A África siempre se la mira desde la óptica de la explotación. Y claramente esto
provoca guerras.
Además, en algunos países se agrega el problema de la ideologización, que provoca
fracturas mayores. Creo que trabajar por la paz en esta coyuntura, además de ser una de las
bienaventuranzas, es prioritario. Cuándo llegará la paz… No sé si llegará antes de la venida del
Hijo del Hombre, pero sí sé, en cambio, que tenemos que trabajar por la paz lo más posible, ya
sea través de la política, a través de la convivencia y de tantas otras formas. Se puede. Se puede.
Con las actitudes cristianas que el Señor nos marca en el Evangelio, se puede hacer mucho, y
se hace mucho y se va adelante. A veces esto se paga a precios muy caros en la propia vida.
Pero se va delante de todas maneras. El martirio forma parte de nuestra vocación.

¿Nos podemos salvar solos? ¿Qué relación hay entre salvación comunitaria y salvación
personal?
Nadie se salva solo. Creo que este principio hay que mantenerlo muy claro: la salvación
es para el pueblo de Dios. Nadie se salva solo. El que pretende salvarse solo, a través de un
camino propio de cumplimiento, termina en ese adjetivo que Jesús usa tantas veces: hipócrita.
Termina en la hipocresía. Salvarse solo, pretender salvarse solo, en el sentido elitista de la
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DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

palabra, es una hipocresía. El Señor vino a salvar a todos.

¿Está bien estudiar teología en un contexto de vida real?


Mi consejo es que todo lo que los jóvenes estudian y experimentan en su contacto con
diversos contextos, sea sometido también a un discernimiento personal y comunitario y sea
llevado a la oración. Debe haber estudio académico, contacto con realidades, no solo periféricas
sino también limítrofes en la periferia, oración y discernimiento personal y comunitario. Si una
comunidad de estudiantes se hace todo esto, yo me quedo tranquilo. Cuando falta alguna de
esas cosas, me empiezo a preocupar. Si falta estudio, entonces se pueden decir tonterías o
idealizar a veces situaciones de modo simplista. Si falta contexto real y objetivo, acompañado
por quien conoce el ambiente, se pueden dar idealismos tontos. Si falta oración y
discernimiento, evidentemente podemos ser muy buenos sociólogos o politólogos, pero no
tendremos la audacia evangélica y la cruz evangélica que debemos llevar, como dije al principio.

La Compañía, después de la CG 35, ha recorrido un camino en la comprensión de


los retos medioambientales. Hemos recibido con alegría “Laudato si’”. Sentimos que el
Papa nos ha abierto puertas para el diálogo con instituciones. ¿Qué podemos hacer para
continuar sintiéndonos implicados en este tema?
Laudato si’ es una encíclica en la que han trabajado muchos, y a los científicos que
trabajaron se les pidió que dijeran las cosas bien fundadas y no simples hipótesis. Mucha gente
trabajó en la encíclica; mi trabajo, en efecto, fue el de dar las orientaciones, dar alguna que otra
corrección y después elaborar la redacción final, esto sí, con mi estilo y retomando algunas
cosas. Y creo que hay que seguir trabajando, a través de movimientos, académicamente y
también política- mente. De hecho, es evidente que el mundo está sufriendo, no solo por el
recalentamiento sino por el mal uso de las cosas y porque la naturaleza es maltratada.
Hay que tener en cuenta también, en la interpretación de Laudato si’, que no es una
“encíclica verde”. Es una encíclica social. Parte de la realidad de este momento, que es
ecológica, pero es una encíclica social. Es evidente que los que sufren las consecuencias son los
más pobres, los que son descartados. Es una encíclica que confronta esta cultura del descarte
de las personas. Es necesario trabajar mucho la parte social de la encíclica, porque los teólogos
que trabajaron en ella se preocuparon mucho en ver cuánta repercusión social tienen los
hechos ecológicos. Ayuda mucho que se la vea como una encíclica social.

¿Desea el Papa Francisco una Compañía pobre para los pobres? ¿Qué consejo nos
da para caminar en esa dirección?
Creo que en este punto de la pobreza San Ignacio nos ha superado en grande. Cuando
leemos cómo concebía la pobreza y el voto que hace emitir de no cambiar la pobreza a no ser
para estrecharla más…, tenemos que reflexionar. Lo de San Ignacio no es solamente una actitud
ascética, como sería la de pellizcarme para que me duela más, sino que es un amor a la
pobreza como estilo de vida, como camino de salvación, camino eclesial, Porque para él, y
estas son dos palabras claves que usa, la pobreza es madre y muro. La pobreza engendra, es
madre, engendra vida espiritual, vida de santidad, vida apostólica. Y es muro, defiende. Cuán-
tos desastres eclesiales empezaron por falta de pobreza, incluso fuera de la Compañía, me re-
fiero a toda la Iglesia en general. Cuántos escándalos de los que lamentablemente me tengo
que enterar, por el lugar en que me encuentro, nacen del dinero. Creo que San Ignacio tuvo una
intuición muy grande. En la visión ignaciana de la pobreza tenemos una fuente de inspiración
para ayudarnos.
El clericalismo, que es uno de los males más serios que tiene la Iglesia, se aparta de la
64
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

pobreza. El clericalismo es rico. Y si no es rico en dinero, es rico en soberbia. Pero es rico: hay
en él un apego a la posesión. No se deja engendrar por la madre pobreza, no se deja custodiar
por el muro pobreza. El clericalismo es una de las formas de riqueza más graves que se sufre
hoy día en la Iglesia. Al menos en algunos lugares de la Iglesia. Hasta en las experiencias más
cotidianas. Una Iglesia pobre para los pobres es la del Evangelio, la del sermón de la montaña
del Evangelio de Mateo y la del sermón de la llanura del Evangelio de Lucas, como también
del “protocolo” según el cual seremos juzgados: Mateo 25. Creo que sobre esto el Evangelio
es muy claro y es necesario caminar en esta dirección. Pero yo insistiría también sobre el hecho
de que sería lindo que la Compañía pudiera ayudar a profundizar la visión de Ignacio sobre la
pobreza, porque yo creo que es una visión para toda la Iglesia. Algo que nos puede ayudar a
todos.

Ud. habló muy bien de la importancia que tiene la consolación. Al reflexionar al final
de cada día, ¿qué cosas le dan consuelo, y qué cosas le quitan el consuelo?
Estoy hablando en familia, así que puedo decirlo: yo más bien soy pesimista, ¡siempre!
No digo que sea depresivo, porque no es verdad. Pero sí que siempre tiendo a mirar la parte
que no funcionó. Así que para mí la consolación es el mejor antidepresivo que he encontrado.
La encuentro cuando me pongo delante del Señor, y dejo que El manifieste lo que ha hecho
durante el día. Cuando al final del día me percato de que soy conducido, cuando me percato
que pese a mis resistencias, hubo una conducción ahí, como una ola que me llevó adelante: eso
me consuela. Es como sentir: “Él está aquí”. Con respecto a mi pontificado me consuela sentir
interiormente: “Está bien. No fue una convergencia de votos los que me metieron en esta baile
sino que está Él metido allí”. Esto me consuela mucho. Y cuando noto las veces en que han
ganado mis resistencias, eso me pone mal y me lleva a pedir perdón. Es bastante frecuente
esto… Y me hace bien. Darse cuenta de que, como dice San Ignacio, uno es “todo
impedimento”, reconocer que uno tiene sus resistencias y que todos los días las ejercita y que a
veces las vence y a veces no. Esta experiencia a uno lo mantiene en su lugar, quietito. Esto
ayuda. Esta es mi experiencia personal, en los términos más simples posibles.

La exhortación “Evangelii gaudium” es muy inspiradora y nos anima a conversar más


sobre el tema de la evangelización. ¿Qué quiere decir con las últimas palabras, en las que
exhorta a continuar el debate?
Uno de los peligros de los escritos del Papa es que crean un poco de entusiasmo pero
después llegan otros y los precedentes se archivan. Por eso pienso que es importante ese seguir
trabajando, esa indicación final en que se auspicia que se hagan reuniones y se profundice el
mensaje de Evangelii Gaudium: porque en ella se encuentra todo un modo de encarar diversos
problemas eclesiales y la evangelización misma de la vida cristiana. Creo que te refieres a una
exhortación que está al final y que proviene del documento de Aparecida. En ese pasaje hemos
querido recurrir a Evangelii Nuntiandi, que sigue teniendo la más fresca actualidad, la misma
que tenía cuando salió, y que para mí sigue siendo el documento pastoral más importante
escrito después del Vaticano II. Sin embargo, no se la menciona, no se cita. Y bien, puede ocurrir
lo mismo con Evangelii Gaudium. Hace unos días leía que haría falta retomar de Evangelii
Gaudium el punto sobre la homilía, porque pasó en silencio. Allí se encuentra algo que la
Iglesia tiene que corregir en su predicación y que, además, la despoja de un aspecto clericalista.
Creo que la Evangelii Gaudium tiene que ser profundizada, debe ser trabajada en grupos de
laicos, de sacerdotes, en los seminarios, porque es el aire evangelizador que la Iglesia quiere
tener hoy. En eso hay que seguir adelante. No es algo terminado, como si dijéramos “pasó,
ahora viene Laudato si’. Y luego, pasó, ahora está Amoris Laetitia…”. De ninguna manera. Les
recomiendo Evangelii Gaudium que es un marco. No es original, en esto quiero ser muy claro.
Pone juntas Evangelii Nuntiandi y el documento de Aparecida. Si bien vino después del Sínodo
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DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

sobre la Evangelización, la fuerza de Evangelii Gaudium fue retomar esos dos documentos y
refrescarlos para volverlos a ofrecer en un plato nuevo. Evangelii Gaudium es el marco
apostólico de la Iglesia de hoy.

La Iglesia experimenta una caída de vocaciones, sobre todo en lugares en los que se
ha sido reticentes en promover las vocaciones locales
A mí me ha pasado en Buenos Aires, como Obispo, que curas muy buenos, más de una
vez, charlando decían: “En la parroquia tengo un laico que ‘vale oro’. Y me lo pintaban como
un laico de primera. Y luego me decían: “¿Qué le parece si lo hacemos diácono”? Este es el
problema: al laico que vale, lo hacemos diácono. Lo clericalizamos. En una carta que
recientemente envié al cardenal Ouellet, escribía que en América Latina, la única cosa que más o
menos se salvó del clericalismo es la piedad popular. Porque, como la piedad popular es una
de esas cosas “de la gente” en la que los curas no creían, los laicos fueron creativos. Quizás
haya sido necesario corregir algunas cosas, pero la piedad popular se salvó porque los curas no
se metieron. El clericalismo no deja crecer, no deja crecer la fuerza del bautismo. La gracia y la
fuerza evangelizadora de la expresión misionera la tiene la gracia del Bautismo. Y el
clericalismo disciplina mal esta gracia y da lugar a dependencias, que tienen a veces a pueblos
enteros en un estado de inmadurez muy grande. Me acuerdo de las peleas que hubo cuando,
siendo yo estudiante de teología o cura joven, aparecieron las comunidades eclesiales de base.
¿Por qué? Porque allí los laicos empezaron a tener un protagonismo un poco fuerte y los
primeros que se sentían inseguros eran algunos curas. Estoy generalizando demasiado, pero lo
hago a propósito: si caricaturizo el problema es porque el problema del clericalismo es muy
serio.
Con respecto a las vocaciones locales digo que la disminución vocacional se tratará en
el próximo Sínodo. Creo que las vocaciones existen, simplemente hay que saber cómo se las
propone y cómo se las atiende. Si el cura siempre está apurado, si está metido en mil cosas
administrativas, si no nos convencemos de que la dirección espiritual es un carisma no clerical
sino laical (que también puede desarrollar el cura), y si no metemos y convocamos a los laicos
en el discernimiento vocacional, es evidente que no vamos a tener vocaciones.
Los jóvenes necesitan ser escuchados; y los jóvenes cansan. Vienen siempre con las
mismas cosas y hay que escucharlos. Y claro, para eso hay que tener paciencia, estar sentados
y escuchar. Y también creatividad: para ponerlos a trabajar en cosas. Hoy, las “reuniones” de
siempre ya no tienen mucho sentido, no son fecundas. Hay que lanzar a los jóvenes a actividades
de tipo misionero, catequético, o de tipo social, eso hace mucho bien.
Una vez llegué a una parroquia de la periferia, en una Villa Miseria. El cura me había
dicho que estaba construyendo un salón de encuentros. Y como este cura también daba clases
en la universidad estatal, como ayudante de cátedra, había suscitado en chicos y chicas
entusiasmo y deseo de participar. Cuando yo les vi era un sábado y estaban trabajando de
albañiles: el ingeniero que dirigía todo era judío, una de las chicas era atea y el otro no sé qué
cosa, pero estaban unidos en un trabajo común. Eso va creando la pregunta: ¿Puedo hacer algo
yo por los demás y con los demás? A los jóvenes hay que ponerlos a trabajar y escucharlos.
Son las dos cosas que yo diría.
No promover vocaciones locales es un suicidio, es directamente esterilizar a una Iglesia,
la Iglesia es madre. No promover las vocaciones es una ligadura de trompas eclesial. Es no
dejar que esa madre tenga sus hijos. Y eso es grave.

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DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

La digitalización es el rasgo típico de esta época moderna. Crea velocidad, tensión,


crisis. ¿Cuál es su impacto en la sociedad de hoy? ¿Cómo hacer para tener velocidad y
profundidad?
Los holandeses, hace treinta años o más, inventaron una palabra: “rapidación”. Es decir,
la progresión geométrica en términos de velocidad; y es esta “rapidación” la que transforma el
mundo digital en una posible amenaza. No hablo aquí de sus aspectos positivos porque los
conocemos todos. Destaco, también el problema de la liquidez, que puede anular lo concreto.
Me contaba alguien hace un tiempo de un obispo europeo que fue a ver a un amigo empresario.
Este le mostró cómo en diez minutos hacía una operación que daba cierta ganancia. Desde los
Ángeles vendió ganado a Hong Kong y en pocos minutos tuvo una ganancia que le fue
inmediatamente acreditada. La liquidez de la economía, la liquidez del trabajo: todo esto
provoca desocupación. Y el mundo líquido. Se siente un reclamo, un grito de “volver”, aunque
no me gusta la palabra porque es medio nostálgica. ¡Volver es el título de un tango argentino!
Existe el deseo de recuperar la dimensión concreta del trabajo. En Italia el 40% de los jóvenes
de 25 años para abajo, están desocupados; en España el 50%; en Croacia el 47%. Es una
señal de alarma que muestra esta liquidez que crea desocupación.
Agradezco las preguntas y la fluidez, y perdón si se me fue un poco la lengua.

***

El P. Arturo Sosa S. I., Prepósito General de la Compañía de Jesús, al final del diálogo
saludó al Papa con estas palabras: “Santo Padre, al fin de estas dos sesiones, en nombre de
todos los compañeros reunidos en la 36ª Congregación General, quiero agradecerle de
corazón su fraterna presencia entre nosotros y sus jugosos aportes... ¡gracias a Dios porque
se le fue la lengua! Gracias por su aporte a nuestro discernimiento.
Agradecemos habernos confirmado la invitación a vivir a fondo nuestro carisma,
caminando junto a la Iglesia y a tantos hombres y mujeres de buena voluntad, movidos por
la compasión, empeñados en consolar reconciliando, sensibles a discernir los signos de los
tiempos.
Caminar sin ceder a la tentación de quedarnos en alguno de los muchos recodos bonitos
que encontramos por el camino. Caminar movidos por la libertad de los hijos de Dios que nos
hace disponibles a ser enviados a cualquier parte, al encuentro de la humanidad sufriente,
siguiendo la dinámica de la encarnación del Señor Jesús, aliviando a tantos hermanos y
hermanas, como Él, puestos en cruz.
Caminaremos juntos, según el modo nuestro de proceder, sin disolver las tensiones
entre fe y justicia, diálogo y reconciliación, contemplación y acción… Camino que nos lleva al
encuentro profundo con la riqueza humana expresada en la variedad cultural. Seguiremos
nuestros esfuerzos de inculturación para poder anunciar mejor el evangelio y para que
resplandezca el rostro intercultural de nuestro Padre común.
Seguiremos fielmente su consejo de unirnos a su oración incesante para recibir la
consolación que haga de cada jesuita, y de todos los hombres y mujeres que compartimos la
misión de Cristo, servidores de la Alegre Noticia del Evangelio.
Con el corazón agradecido queremos ahora saludarlo personalmente.

(Original: italiano)

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DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Palabras de agradecimiento
al P. Adolfo Nicolás, S.J.
Querido Padre Adolfo:
Me han encargado que le dirija, en nombre de la Congregación General, y en cierto
modo de la entera Compañía de Jesús, unas palabras de agradecimiento, con ocasión del final
de su servicio como Prepósito General, tras haber sido aceptada su renuncia.
Se trata de una tarea que la Compañía le confió hace más de ocho años, el 19 de enero
de 2008, en esta misma Aula, con una elección de amplísima mayoría, que dejó satisfechos a
todos los participantes en la Congregación General 35, convencidos de que, al poner en sus
manos la guía de nuestra Compañía, habían hecho una elección acertada.
Hoy, cuando volvemos la vista a estos años transcurridos en los que usted ha sido
nuestro Padre General, damos gracias al Señor por tanto bien que en ellos ha brotado para
nosotros, para la Compañía de Jesús extendida por el mundo, para la Iglesia, y para todas
aquellas personas a las que se dirige nuestro servicio.
Gracias por su estilo personal. Todos los que le han conocido y han tenido contacto
con usted hablan de su cordialidad, de su espontaneidad y su sencillez de trato, de su
accesibilidad y su relación amigable con todos, ya fueran personas humildes o de alto rango.
Aquellos que han convivido a lo largo de estos años con usted en la Curia han quedado
impresionados por su mirada siempre sonriente, por su buen humor; no recuerdan haber visto
jamás en usted una expresión distante, sombría, tensa o, menos aún, irritada.
Su participación cordial en los encuentros que ha podido tener con las comunidades
le ha procurado el afecto y la familiaridad, la apertura y la confianza de todos los compañeros
jesuitas a lo largo y ancho del mundo. Todos han recibido aliento para su trabajo apostólico.
Ha sido usted un superior reconocido con simpatía y al que se ha experimentado cercano y
fraterno. Podemos decir, por qué no, que ha sido un superior amado.
Gracias por su capacidad para dar inspiración a nuestra vida religiosa y a nuestro
compromiso con la misión.
Nos ha recordado usted continuamente el horizonte universal de nuestra misión, más
allá de los estrechos límites regionales, nacionales o de las Provincias; y, nos ha invitado a
practicar una espiritualidad profunda, a evitar los peligros de la mediocridad y la
superficialidad. “Universalidad” y “profundidad” son dos conceptos que le hemos sentido
pronunciar con frecuencia y que no olvidaremos. Nos ha exhortado a no ser jesuitas
“distraídos”, sino a “sentir y gustar las cosas internamente”; a llegar hasta el centro de los
problemas, de los desafíos apostólicos de nuestro tiempo, haciendo uso de la inteligencia, del
estudio y del corazón y, así, mirar al mundo con los ojos de Dios, sabiendo compartir las
alegrías y las angustias, los interrogantes de nuestros hermanos y hermanas, acompañándoles
en la búsqueda y el descubrimiento de los signos de la presencia y de la voluntad de Dios, o de
los movimientos del Espíritu que se ocultan bajo la corteza de la superficie, de la apariencia
exterior de este mundo globalizado y frenético, marcado por la cultura digital.
Usted nos ha dado ejemplo de una sabiduría serena, expresada en homilías llenas de
imágenes y de propuestas para una reflexión profunda, de invitaciones a ser coherentes en
nuestra vida religiosa y a hacer concreta nuestra conversión cotidiana. Homilías que nacían de
su rica experiencia espiritual y de su vida apostólica, en las que no raramente se escuchaba el
eco de su misión en el inmenso horizonte de Asia.

69
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Estas características personales y este modo suyo de ser, en manera alguna dejan en
segundo plano su gran compromiso con la acción de gobierno, conforme a las expectativas que
la Compañía había manifestado durante la Congregación 35. En estos años, bajo su guía y con
su impulso, ha tenido lugar un gran trabajo de reestructuración de las Provincias en diversas
partes del mundo; con insistencia ha invitado a los Superiores Mayores a tener visión de futuro
y a discernir sobre el número, quizá demasiado elevado, de obras y ministerios existentes en el
territorio de su competencia; ha animado a las Conferencias de Provinciales y a sus Presidentes
a preocuparse en dar respuesta a aquellos retos que van más allá de los límites provinciales o
regionales.
La Curia general ha sido un banco de pruebas sumamente dinámico y creativo donde
se han experimentado nuevos modos de servir a la Compañía Universal. No ha sido el suyo un
estilo de gobierno individualista y centralizador, sino que ha tenido la habilidad de saber dejarse
ayudar, de implicar a sus más directos colaboradores en un trabajo común y corresponsable, en
equipo. Ha recurrido de modo frecuente y eficaz a grupos de trabajo y a comisiones, cuando
era preciso afrontar problemas complejos, constituir, reorganizar o promover los Secretariados
y los grupos que trataron del ecumenismo y el diálogo interreligioso, o la educación secundaria
y superior…
Se han reorganizado también el Archivo y el Instituto Histórico. La reestructuración
de los espacios de trabajo los ha hecho más acogedores y funcionales. Los edificios de la Curia
y de Via dei Penitenzieri han sido sometidos a completa renovación y la misma Aula en que
nos encontramos supone un digno coronamiento para todo este trabajo, llevado a cabo por su
equipo de gobierno.
Ha tenido a bien recordarnos que el apostolado intelectual debe seguir siendo una de
las características del servicio de la Compañía a la Iglesia y al mundo, y ha impulsado
eficazmente el compromiso contraído por toda nuestra Orden de mantener las instituciones y
las misiones que la Santa Sede le tiene confiadas en Roma, en bien de la Iglesia Universal.
Ha promovido usted entre nosotros la que podríamos llamar “cultura de la
responsabilidad”. La lengua inglesa gusta mucho de la palabra “accountability”: rendir cuentas,
responder de las tareas y la confianza que se ha depositado en cada uno. Vale esto para toda
responsabilidad, bien sea de apostolado o de gobierno.
En particular ha logrado usted que la Compañía haya llegado a estar bien pertrechada
para afrontar los casos graves en los que ha sido necesario intervenir o se ha visto necesario
hacerlo, como por ejemplo en el terreno de los abusos con menores, donde también nosotros,
como toda la comunidad eclesial, hemos tenido que recorrer un doloroso camino de respuesta
a los crímenes cometidos, camino de conversión y de purificación. Queda aún trecho por
recorrer si hemos de estar en primera línea en lo que toca a la prevención y protección de
menores, pero no cabe duda que se ha realizado ya un largo recorrido.
Hay también algunos otros aspectos de su actuación al frente de la Compañía que no
podemos olvidar.
Ha sido grande su esfuerzo y muchos sus viajes, primero para conocer la Compañía
universal, en particular aquellos lugares de los que tenía menos noticia antes de su elección;
después, para estar cercano y hacerse presente, para animar, participar y conocer todo de forma
más profunda. Ha escrito muchas cartas, ha pronunciado muchos discursos y tenido muchas
conversaciones, ha mantenido innumerables entrevistas en escucha disponible y atenta.
En las innumerables provincias que ha visitado - casi todas - y en los encuentros en
que ha participado, ha sido acogido siempre con gozo y gratitud, como fuente de inspiración y
consejo, tanto por jesuitas como por colaboradores y amigos nuestros. Se ha entregado siempre
sin reservas al servicio de la Compañía universal, y lo ha hecho generosamente y con alegría.
70
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

No se pertenecía, sino que pertenecía al Señor y a su Compañía: en concreto – en los últimos


ocho años – nos ha pertenecido a nosotros. Por ello todos le quedamos agradecidos.
Con ocasión de la Congregación de Procuradores, que se tenía por primera vez en
África, en Nairobi, el año 2012, se esforzó, con su amplia relación sobre el Estado de la
Compañía, por ofrecernos una lectura objetiva y profunda de los aspectos positivos, y también
de los negativos, de nuestra situación, y así facilitarnos un obligado examen de conciencia. No
hemos olvidado aquella aguda descripción de tres tipos de jesuitas: los plenamente disponibles
para la misión, los que trabajan bien, pero no poseen la libertad que pide el magis ignaciano, y
los que desgraciadamente viven “una gran carencia de libertad”. Aquella relación constituye
todavía hoy un documento precioso y nos ha ayudado a prepararnos para esta Congregación
General que llega ahora a su fase decisiva.
Tampoco podemos olvidar la inteligencia con la que, el año 2014, supo aprovechar la
celebración del segundo centenario del restablecimiento de la Compañía, para reavivar en
nosotros el sentido de nuestra extraordinaria historia y de las responsabilidades que de esa
historia se derivan, la conciencia y la auto-comprensión común de nuestra identidad y de
nuestra misión.
Además, su guía alentadora e inspiradora ha sido asimismo muy apreciada más allá
de los límites de la Compañía de Jesús. Fue por un tiempo Vicepresidente y luego Presidente
de la Unión de Superiores Generales. La vida religiosa masculina, y también la femenina, han
sabido estimar y han disfrutado de su servicio. Los Papas nos han recordado más de una vez
que nunca nos haremos plenamente conscientes de que la Compañía ha jugado siempre un
papel de responsabilidad para con la vida religiosa apostólica en la Iglesia. Usted ha
representado una personificación de esta responsabilidad. No por casualidad le eligieron los
Superiores Mayores como representante suyo en los sínodos de estos años. Allí sus
intervenciones se hicieron notar por su libertad de espíritu, por su originalidad, su valentía y
amplitud de miras, pues manifestaban su amplia experiencia, su conocimiento de culturas y
situaciones de la Iglesia muy diversas, además de la necesidad de una renovación de la teología
de la misión. Tenemos buenas razones para pensar que el apoyo que recibió el Papa Francisco
para renovar la metodología del Sínodo se debe en parte a usted; no en vano, en los dos últimos
Sínodos dedicados a la familia, fue llamado a formar parte de la Comisión que trabajó, haciendo
un gran esfuerzo de síntesis, en la redacción de la relación final.
El General nos guía, pero también nos representa en las relaciones con las altas
instancias de la Iglesia y de su gobierno universal. Usted ha puesto mucho empeño, en primera
persona, por garantizar una relación buena y constructiva con los distintos Dicasterios de la
Curia Romana, visitando a sus más altos representantes con regularidad. Los jesuitas han
sentido que estaban en buenas manos cuando usted se hacía cargo de sus problemas, y saben
que usted ha sabido ponerse de su parte, con claridad y decisión, asumiendo su defensa cuando
ello era justo y necesario. Se han sentido guiados con tranquila seguridad desde su actitud de
servicio no servil, en el espíritu de un leal y adulto sentire cum Ecclesia, según el deseo de San
Ignacio y el estilo de nuestra Compañía.
Finalmente ha sido usted el primer General que se ha encontrado en la situación - para
la gran mayoría de nosotros ciertamente inesperada y difícilmente imaginable - de asistir a la
elección de un Papa jesuita; un jesuita que antes de ser Obispo y Cardenal había sido Provincial,
y había tomado parte, en esta misma Aula, en dos Congregaciones Generales, y que ahora
hemos visto asomarse al balcón de San Pedro vestido de blanco. Situación históricamente
inédita, y sobre cuyas implicaciones tendremos ocasión de reflexionar en el curso de esta
Congregación. Pero ahora se trata de darle las gracias a usted. Y se las damos de corazón porque
ha sabido, por su parte, establecer desde el principio con el Papa Francisco una comunicación
directa y cordial, de la cual la Compañía entera ha comenzado pronto a beneficiarse. Lo ha
71
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

hecho con su característica y discreta sencillez, que ha evitado a la Compañía y a todos nosotros
cualquier tipo de embarazo por la novedad de la situación. La Compañía de Jesús ha seguido
poniéndose, como siempre, a disposición del Papa para ser enviada en misión, a la vez que
sentía con él, en tantos aspectos, esa sintonía espiritual que se deriva naturalmente de una
común identidad y espiritualidad religiosa, y que engendraba también, posteriormente, un
mayor afecto y el deseo de servir al Vicario de Cristo para el bien de la Iglesia y la humanidad.
Vivir la misión en una Iglesia y con una Iglesia “en salida”, es decir, llamada a
anunciar a Jesús y a servir en las fronteras y las periferias, sintiéndose en camino con el pueblo
de Dios, en solidaridad con los pobres y con todos los que sufren, buscando y reconociendo a
Dios presente y operante en todas las cosas hasta los confines del mundo y en las profundidades
de la historia… Evangelii gaudium, el gozo de anunciar el Evangelio; tal es la misión de la
Iglesia y de la Compañía en la Iglesia y en el mundo.
Querido Padre Adolfo, usted ha experimentado en su vida esta alegría a la que nos
invita nuestro hermano el Vicario de Cristo. Da prueba de ello su serena sabiduría. Gracias por
habernos guiado y acompañado hasta este día, y en este espíritu, como Cuerpo de la Compañía
de Jesús.
Gracias y buen camino. Que el Señor siga acompañándole siempre. También le
acompañará nuestra oración.

Roma, 3 de octubre de 2016


P. Federico Lombardi, S.J.

(Original: italiano)

72
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Homilía
P. Bruno Cadoré, O.P.

Iglesia del Gesù, Roma


2 de octubre de 2016

Lecturas: Hab 1, 2-3 ; 2, 2-4 ; Sal 94 ; 2 Tm 1, 6-8.13-14 ; Lc 17, 5-10

¡Señor, aumenta en nosotros la fe!


Esta insistente petición al Señor es la más bella oración que se pueda imaginar para
«abrir» la celebración de vuestra Congregación General. En el Evangelio que acaba de ser
proclamado, Jesús destaca dos razones por las que dicha oración es tan apropiada. La fe es
necesaria – aunque sea tan modesta en apariencia como un grano de mostaza – porque se trata
de arriesgarse a intentar lo improbable: «podríais decir a este árbol: arráncate de aquí y
plántate en el mar, y os obedecería». Más aún, la fe es necesaria porque se trata de comprender
que, aunque intentemos lo increíble, debemos arriesgarnos a decir: «somos siervos inútiles:
sólo hemos cumplido nuestro deber». Una asamblea como la vuestra, enraizada en una
tradición de evangelización tan rica, y llena de tantas experiencias de unos y de otros, se
desarrollará sin duda entre el deber de llamar continuamente a la Compañía a intentar la audacia
de lo «improbable», y la voluntad evangélica de hacerlo con la humildad de aquellos que saben
que, en este servicio donde el ser humano pone toda su energía, «todo depende de Dios».
Pero ¿es posible para nosotros tener esa audacia de lo improbable, esa audacia del
Evangelio, la audacia de vuestro fundador Ignacio que establece su Compañía, pequeña como
un grano de mostaza, en un tiempo de crisis, de necesidad de fraternidad y frente a desafíos
inmensos? Me parece que es la pregunta que atormenta al profeta Habacuc: «¿Hasta cuándo,
Señor, pediré auxilio sin que me escuches? ¿Hasta cuándo te gritaré: ¡Violencia!, sin que me
salves?». Muchos de ustedes podrían enunciar las maldiciones del profeta que explican la
fuerza con la que interpela a su Dios. Hoy todavía el mundo está desfigurado por aquellos que
acumulan lo que no les pertenece, por aquellos que persiguen antes que nada sus propios
intereses, construyen un mundo sobre la sangre de muchos olvidados que son manipulados,
inventan continuamente nuevos ídolos. Violencias, que desfiguran el rostro de lo humano en
las personas, las sociedades y los pueblos. Lo más improbable, en este contexto, tal vez no sea
derrocar con nuestras manos humanas y dentro de los límites de nuestra inteligencia y de
nuestras capacidades, tales violencias para poner el mundo un poco más al derecho. Es
necesario, por supuesto, arriesgarse a buscar el modo de remendar lo que está roto. Pero la
verdadera audacia de lo improbable ¿no consiste en hacer oír, en medio de ese trabajo de
«remiendo», la voz de Aquel que, contra viento y marea, conduce a su pueblo y le da la fuerza
de vivir por medio de su fidelidad? Que el Señor os conceda la gracia, a lo largo de vuestras
reflexiones y discernimiento, de dejaros guiar, de dejaros engendrar, por la audacia de dar a
entender por medio de vuestro compromiso, vuestras palabras, vuestras solidaridades, la voz
siempre inesperada de Aquel que espera el mundo, que vence la muerte y establece la vida,
Aquel a quien vosotros buscáis darle la mayor gloria.
Lejos de ser ingenua, esta audacia es realista. El apóstol Pablo, en su segunda carta a
Timoteo, nos ayuda a comprender la razón. Es una audacia realista, en primer lugar, porque se
apoya sobre un primer don: «Reaviva el don gratuito de Dios», invitación que hace eco a otras
formuladas por el Apóstol « Servid al Señor con celo incansable y fervor de Espíritu, » (Rm
73
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

12, 11). «No apaguéis el Espíritu» (1Te 5, 19), «No lo contristéis» (Ef 4, 29). Probablemente
la principal tarea de una Congregación, como la que iniciáis hoy, consiste en buscar la audacia
de lo improbable en la fidelidad a la obra del Espíritu. Encontrar la fuerza y la creatividad de
la fidelidad en el soplo que nos llega del Espíritu y que nos conduce al encuentro y a la escucha
del otro, que abre en el corazón del hombre el manantial de la compasión, que consolide la
alianza indefectible con aquellos que nos han sido confiados. Pero la audacia de lo improbable
es realista, también, porque busca continuamente estar al unísono con Aquel de quien Pablo,
soportando sus sufrimientos, fue hecho heraldo, apóstol y doctor, Jesucristo, el Salvador, que
hizo lo improbable cuando destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio
del Evangelio (2Tm 1, 9-12). La audacia de la evangelización está orientada hacia el rostro del
Salvador, cuya voz busca hacer oír y cuyo misterio busca intuir. El misterio de esa voz es que
ella tiene como única pretensión la de afirmar que, en el afrontar humildemente el absurdo, la
vida dada puede abrir en este mundo el camino de un nuevo nacimiento a la vida.
Aumenta nuestra fe, pedían los apóstoles. Pero, ¿cómo surge esta súplica en ellos?
¿Cómo responderemos en nuestro tiempo a la necesidad urgente de vivir como hombres de fe,
contemplativos en acción, hombres cuya vida será realmente entregada por los demás?
Recordaréis que, en el Evangelio de Lucas, el pasaje que hoy hemos escuchado es la
continuación de una enseñanza de Jesús sobre la vida entre los hermanos. Es inevitable que
surjan escándalos, y debéis estar atentos para no llevar al pecado a uno sólo de estos pequeños.
A continuación, está la enseñanza sobre el perdón ininterrumpido concedido al hermano, una
vez, siete veces… Y ¡ahí aparece la súplica de los apóstoles! En el fondo, siempre es lo mismo:
como el Reino, lo improbable nunca está lejos de ti. Sí, por supuesto, es la búsqueda apasionada
de abrir en este mundo caminos para la sabiduría, caminos donde la palabra y los proyectos
humanos cobren sentido intentando construir un mundo hospitalario para el hombre. Pero
aquello que puede dar un fuego interior a esta búsqueda apasionada es la experiencia concreta,
a veces banal y con frecuencia difícil, del perdón. Es experiencia de sobreponerse a la ofensa
para dar, de nuevo, sin condiciones, la vida en abundancia. Esa experiencia que lleva a
descubrir que uno tiene en sí mismo una vida mucho más fuerte, mucho más bella, que la que
uno creía poseer, una vida que encuentra su verdad plena cuando se desprende de sí misma
para ofrecerse al otro. Experiencia de vida fraterna, cuyo testimonio es tan importante hoy.
Creo que no es gratuito si en el Evangelio de hoy, Jesús continúa con la evocación del simple
servidor. ¿De qué es exactamente servidor? De una mesa, mesa de pecadores, mesa de acogida
de todos donde están invitados ciegos y cojos, fariseos y publicanos, adúlteros y hombres de
bien. Ignacio, vuestro fundador, hacía esta oración: «Señor Jesús, enséñanos a ser generosos,
a amarte como lo mereces, a dar sin medida, a combatir sin temor a las heridas, a trabajar sin
buscar reposo, a gastarme sin esperar otra recompensa que el saber que estamos haciendo tu
Santa Voluntad» ¿No es esta una invitación, hoy todavía, a ponernos al servicio de esa mesa?
Mesa de Emaús, donde el simple servidor aprende su oficio dejándose guiar por su
primer compañero, Jesucristo, el Salvador.
¡Señor, aumenta nuestra fe!

(Original: francés)

74
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Homilía
P. James E. Grummer, S.J.

Misa del Espíritu Santo


Iglesia de Santo Spirito in Sassia, Roma
14 de octubre de 2016

Lecturas: 1 Cor 12: 3b-7, 12-13 ; Jn 20:19-23

San Ignacio no dejó casi nada escrito sobre el Espíritu Santo, si exceptuamos sus
apuntes personales durante la deliberación sobre la pobreza. Quizás le movía la prudencia, si
tenemos en cuenta que no faltaban entre sus contemporáneos quienes pensaban que su modo
de hablar y de actuar respiraba el aire de los alumbrados. De nuestras clases de historia en el
noviciado recordamos que éstos eran considerados herejes al pretender que poseían canales
directos para comunicarse con el Espíritu Santo y recibir revelaciones directas de su parte.
Juzgado por las apariencias, San Ignacio, a tenor de lo que él mismo escribe en 1545 al rey de
Portugal, había sido indagado por varios Inquisidores en al menos 8 procesos y había pasado
64 días en prisión, por sospecha de herejía.
Precisamente por ser tan escasas las referencias al Espíritu Santo que hace Ignacio en
sus escritos, las pocas citas que encontramos resultan de mayor valor. En los Ejercicios
Espirituales se refiere directamente al Espíritu Santo seis veces, y cinco de ellas son citas de la
Sagrada Escritura que aparecen en los puntos que se añaden al final como ayuda para meditar
los misterios de la vida de Cristo nuestro Señor. Uno de estos pasajes ofrece puntos para orar
sobre el pasaje del Evangelio que acabamos de escuchar. Permítanme citarles esta mañana el
número 304, porque en los tres puntos que propone Ignacio podemos encontrar un poderoso
lente de aumento que nos permite contemplar al Espíritu Santo, cuya ayuda imploramos en esta
Eucaristía.
(1) “los discípulos estaban congregados (por el miedo a los judíos)”, (2) “se les
aparesció Jesús estando las puertas cerradas, y estando en medio dellos dice: ‘Paz con
vosotros’”, y (3) “les da el Spíritu Sancto diciéndoles: ‘Recebid el Spíritu Sancto; a aquellos
que perdonáredes los peccados, les serán perdonados’”. Se puede ver que el movimiento que
propone Ignacio en estos tres puntos es bastante sencillo: es el itinerario que va del miedo a la
alegría, del don a la misión; el itinerario a recorrer por cada jesuita y cada Congregación
General.
Se puede decir que lo que vamos a hacer hoy y en los próximos días está rodeado de un
cierto temor. Quizás tememos pasar el resto de nuestras vidas reunidos en pequeños grupos de
discusión o ¡sentados en el aula con nuestros auriculares! Seriamente hablando, puede ser que
los inquietantes desafíos descritos en el informe De Statu nos hayan colmado de temor;
problemas del corazón humano, de la Compañía de Jesús, de la Iglesia y del mundo de hoy,
pueden intimidarnos. Tal vez temamos pedir a uno de nosotros que asuma sobre sí el cargo de
General en representación de los demás, o quizás nos atemorice lo que el nuevo General pueda
decirnos sobre nuestro nuevo destino.
Sin embargo, nuestros miedos son tan numerosos como infecundos. Más substancial es
la alegría que acompaña a toda experiencia del Señor Resucitado, capaz de disipar cualquier
miedo que podamos sentir. Cuántas veces, en la vida y en el trabajo, hemos experimentado al
Señor Resucitado con sus manos heridas y su costado abierto, en el último de nuestros
75
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

hermanos y hermanas o en el espíritu quebrantado de nuestros amigos y compañeros en el


Señor. La semana pasada tuvimos la gozosa experiencia del Señor Crucificado y Resucitado,
comunicándonos unos con otros, al reflexionar y orar juntos, como al encontrarnos con
antiguos amigos o hacer amigos nuevos en el Señor. A pesar de nuestros miedos, o quizá
precisamente por ellos, Jesús sabe llenarnos de alegría.
El gozo es solo uno de los dones que recibimos del Señor Resucitado. La semana pasada
hemos recibido el gran regalo de reconocer la acción del Espíritu en la Compañía, en la Iglesia
y en el mundo, en cada corazón humano. Hemos ahondado nuestro aprecio del don que supone
la pertenencia a un grupo entregado a luchar bajo el estandarte de la Cruz. La Contemplación
para alcanzar amor nos pide que pensemos en todos los bienes que hemos recibido, para
ponerlos luego al servicio de Aquel que nos los entrega con el deseo de sanar y bendecir este
mundo caído. ¡Tantos dones, como incesante flujo de las fuentes de la Plaza de San Pedro!
Como si no bastasen los dones de la creación, la redención y la santificación, el
Evangelio nos habla del gran don del Espíritu Santo y del don de la reconciliación que tiene
especial significación para una orden religiosa sacerdotal como la nuestra. Estemos o no
ordenados, por el bautismo y la profesión religiosa somos agentes del Dios de la Misericordia;
según la Fórmula del Instituto “preparados para reconciliar a los desavenidos”. En este Año de
la Misericordia, el Evangelio que acabamos de leer adquiere especial relevancia al recordarnos
el deber de colaborar con el Dios que sale en búsqueda de la oveja perdida; que barre hasta el
último rincón de la casa para encontrar la moneda oculta; que no cesa jamás de poner sandalias
en nuestros pies, ropa en nuestras espaldas y anillos en nuestras manos.
Nuestra misión esta mañana es elegir un General. Nos encerraremos en la habitación de
arriba, no por miedo, sino para escuchar atentamente el rumor del Espíritu. No tenemos miedo.
Creemos con convicción que el Espíritu guía la votación y por eso, según el n.84 de la Fórmula,
“el elegido no puede rechazar la elección”. Nuestra misión consiste en escuchar atentamente,
pero a la vez en confiar en que, aun en el caso de que yo necesitase baterías para mi audífono
espiritual, puedo estar tranquilo, porque el Espíritu sabrá encontrar, a través de este grupo de
hermanos, la persona que Él ha elegido. Confiemos en que Jesús nos va a dar su Espíritu, por
más bloqueados que podamos sentirnos.
En realidad tengo serias dudas de que haya sido la prudencia la que haya impedido a
Ignacio referirse al Espíritu Santo. Por cierto, la Inquisición jamás le intimidó, y se sentía lleno
de consolación en lo que llamaríamos momentos de Tercera Semana. Escribiendo al rey de
Portugal sobre los procesos de la Inquisición, decía: “por cuanta potencia y riquezas
temporales hay debajo del cielo, yo no quisiera que todo lo dicho no fuera pasado por mí, con
deseo que mucho más delante pasara, a mayor gloria de su divina Magestad”.
Pienso que Ignacio habló tan poco del Espíritu Santo porque no quería que sus palabras
distrajesen a los que estaban en dudas y a los Inquisidores de las verdades del Espíritu; quería
que experimentasen el gozo, los dones, y la misión que de Él provienen. El silencio de Ignacio
deja espacio para que cada uno contemple y experimente la acción del Espíritu. Que al celebrar
esta mañana la Eucaristía en este altar, el Espíritu llene nuestro silencio con el gozo y los dones
necesarios para afrontar nuestra misión en el día de hoy, que es elegir a quien el Señor ha
designado.

(Original: inglés)

76
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Homilía
P. Arturo Sosa, S.J.
Misa de Acción de gracias
Iglesia del Gesù, Roma
15 de octubre de 2016
Lecturas: Eclo 39 : 6-10 (gr) ; Rom 15 : 2-7 ; 16, 17-18. 25-27 ; Mc 13: 33-37

Hace pocos días, en esta misma iglesia del Gesù, donde reposan los restos de San
Ignacio y de Pedro Arrupe, el P. Bruno Cadoré nos invitó a tener la audacia de lo improbable
como actitud propia de las personas que buscan testimoniar su fe en el complejo contexto actual
de la humanidad. Nos instaba a dejar atrás el miedo y a remar mar a dentro como actitud
necesaria para ser al mismo tiempo creativos y fieles durante la Congregación General.

Ciertamente, la audacia que necesitamos para ser servidores de la misión de Cristo Jesús
sólo puede brotar de la fe. Por eso nuestra mirada se dirige en primer lugar a Dios, porque uno
solo es vuestro Padre, el del cielo, como nos recuerda el texto del Evangelio que acabamos de
escuchar. Y como nos recuerda la Formula del Instituto, en el n.1: “Procure (el jesuita) tener
ante los ojos mientras viva, primero a Dios, y luego el modo de ser de su Instituto”. Más aún,
queremos poner todo nuestro corazón en sintonía con el Padre Misericordioso, con el Dios que
es solo Amor, el Principio y Fundamento nuestro. El corazón de cada uno de nosotros y también
el corazón del cuerpo de la Compañía.

Si nuestra fe es como la de María, madre de Jesús y madre de la Compañía de Jesús,


nuestra audacia puede ir aún más allá y buscar no solo lo improbable, sino lo imposible, porqué
para Dios nada es imposible, como proclama el arcángel Gabriel en la escena de la Anunciación
(Lc 1,37). Es la misma fe de la Santa de Ávila, Santa Teresa de Jesús, cuya memoria celebramos
hoy. Ella también, sin miedo, confió en el Señor para emprender lo improbable y lo imposible.

Pidamos, pues, al Señor esta fe, para que podamos hacer nuestras, como Compañía de
Jesús, las palabras de María al responder a la extraordinaria llamada recibida: he aquí la sierva
del Señor, hágase en mí según tu palabra. Como Ignacio y los primeros compañeros, como
tantos hermanos nuestros que han militado y militan bajo el estandarte de la cruz, sirviendo
sólo al Señor y a su Iglesia, queremos también nosotros contribuir a cuanto hoy parece
imposible: una humanidad reconciliada en la justicia, que vive en paz en una casa común bien
cuidada, donde hay lugar para todos, porque todos nos reconocemos hermanos y hermanas,
hijos e hijas del mismo y único Padre.

Por eso nos reafirmamos en la convicción que tenía San Ignacio al escribir las
Constituciones: Porque la Compañía, que no se ha instituido con medios humanos, no puede
conservarse ni aumentar con ellos, sino con la mano omnipotente de Cristo Dios y Señor
Nuestro, es menester en Él solo poner la esperanza (Cons. 812).

Con la esperanza puesta en Dios y sólo en Él, la Congregación General continuará con
sus deliberaciones y contribuirá a la responsabilidad del buen gobierno y conservación y
aumento de todo el cuerpo de la Compañía (Cons. 719).

Conservar y desarrollar el cuerpo de la Compañía está estrechamente relacionado con


la profundidad de la vida espiritual de cada uno de sus miembros y de las comunidades en las
77
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

que compartimos la vida y misión con los compañeros. Al mismo tiempo es necesaria una
extraordinaria profundidad intelectual para pensar creativamente los diversos modos con los
que nuestro servicio a la misión de Cristo Jesús puede ser más eficaz, conforme a la tensión
creativa del magis ignaciano. Pensar para entender en profundidad el momento de la historia
humana que vivimos y para contribuir a la búsqueda de alternativas que intenten superar la
pobreza, la desigualdad, la opresión. Pensar para no dejar de proponer las preguntas pertinentes
a la teología y para profundizar la comprensión de la fe, que pedimos al Señor aumente en
nosotros.

No estamos solos. Como compañeros de Jesús queremos también nosotros seguir el


camino de la encarnación, haciéndonos semejantes a los seres humanos que sufren las
consecuencias de la injusticia. La Compañía de Jesús podrá desarrollarse en colaboración con
otros, sólo si se vuelve mínima Compañía colaboradora. Atención a las trampas del lenguaje.
Queremos aumentar la colaboración, no solo buscar a otros para que colaboren con nosotros,
con nuestras obras, porque no queremos perder el prestigio de la posición de quien tiene la
última palabra. Queremos colaborar generosamente con otros, dentro y fuera de la Iglesia, con
la conciencia que surge de la experiencia de Dios, de estar llamados a la misión de Cristo, que
no nos pertenece en exclusividad, sino que compartimos con muchos hombres y mujeres
consagrados al servicio de los demás.

En nuestro camino hacia una mayor colaboración, con la gracia de Dios, vamos a
encontrar siempre nuevos compañeros que hagan crecer el número, siempre mínimo por grande
que sea, de colaboradores, invitados con otros a formar parte de este cuerpo. No hay ninguna
duda acerca de la necesidad de aumentar nuestra oración y nuestro trabajo por las vocaciones
a la Compañía y de continuar el complejo compromiso de ofrecerles una formación que haga
de ellos verdaderos jesuitas, miembros de este cuerpo multicultural llamado a testimoniar la
riqueza de la interculturalidad como rostro de la humanidad, creada a imagen y semejanza de
Dios.

Apliquémonos, pues, el día de hoy, las palabras del apóstol Pablo: el Dios de la
perseverancia y de la consolación os conceda tener unos con otros los mismos sentimientos a
ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz glorifiquen a Dios, Padre
de nuestro Señor Jesucristo (Rom 15, 5-6).

(Original: italiano)

78
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Homilía
P. Arturo Sosa, S.J.
Misa de Clausura de la Congregación General 36
Iglesia de Sant’Ignazio, Roma
12 de noviembre de 2016
Lecturas : 1 Jn 4, 7-16 ; Sal 144 ; Mc 16,15-20

Al final de una fuerte experiencia de discernimiento suele aparecer en nosotros un


sentimiento de vértigo frente a lo que va a venir después. Sentimos la dificultad de dar vida a
la elección realizada, de convertirnos al modo de proceder que exprese la decisión que hemos
tomado siguiendo el soplo del Espíritu Santo.
Los Ejercicios Espirituales de san Ignacio presentan como transición a la vida cotidiana
la “contemplación para alcanzar amor”. Una contemplación en la que resuena con fuerza la
primera carta del apóstol san Juan que acabamos de escuchar. Dios quiere darse a conocer
como Aquel que es Amor. Por eso se hace presente en la humanidad enviando a su Hijo, gesto
de amor que nos da vida, la única vida verdadera a la que nosotros aspiramos. Dios Padre pone
en práctica las dos observaciones que nos hace san Ignacio al comienzo de la contemplación:
“el amor se debe poner más en las obras que en las palabras” y “el amor consiste en
comunicación de las dos partes”, en la que cada uno da todo lo que tiene y es. El Señor se ha
entregado totalmente, hasta la muerte en cruz, y está con nosotros todos los días hasta el fin del
mundo, porque nos ha dado su Espíritu. San Ignacio nos invita a pedir el reconocimiento de
tanto bien recibido como motor para que también nosotros nos entreguemos enteramente para
en todo amar y servir a su divina Majestad.
Esta es la frase que ha guiado nuestras sesiones en el aula de la Congregación. Cristo
en cruz ha estado presente en nuestras tareas para llevar nuestro discernimiento más allá de
nuestros razonamientos, de nuestros gustos o malestares, para llegar a la consolación que
proviene de estar en sintonía con la voluntad del Padre. Jesús, en la víspera de su pasión, se
acercó al monte los Olivos y luchaba en su oración incluso hasta sudar “como gotas espesas de
sangre” para aceptar las consecuencias de su misión, bastante alejadas de lo que le gustaba o
con las que pudiera estar de acuerdo. Nosotros también nos quedamos impactados por los
testimonios de nuestros hermanos en situaciones de guerra y así, nos sentimos empujados por
el amor para decir juntos: “Tomad, Señor, y recibid, toda mi libertad, mi memoria, mi
entendimiento, y toda mi voluntad. Todo mi haber y mi poseer; Vos me lo disteis; a Vos, Señor,
lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que
esta me basta”.
También en esta Congregación General hemos vivido de nuevo esta experiencia del
amor de Dios que se hace presente de modos tan distintos en nuestra vida personal y en nuestro
cuerpo de compañeros de Jesús. Una vez más nos ha sorprendido la abundancia, la variedad y
la profundidad de sus dones. Todo lo que hemos experimentado ha sido gracia, don gratuito y
sorprendente.
El proceso de discernimiento de la Compañía reunida en Congregación General nos
pone ante el reto de convertirnos en ministros de la reconciliación en un mundo que no se ha
detenido durante nuestras deliberaciones. Las heridas de las guerras siguen ahondándose, los
flujos de refugiados crecen, los sufrimientos de los migrantes nos golpean cada vez más, el
Mediterráneo se ha tragado decenas de personas en estas semanas que nosotros hemos pasado
79
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

juntos. Las desigualdades entre los pueblos y dentro de las naciones son el signo del mundo
que desprecia a la humanidad. La política, ese “arte” de negociar para poner el bien común por
encima de los intereses particulares sigue debilitándose ante nuestros ojos. Los intereses
particulares, de hecho, enmascarados bajo capa de nacionalismos, eligen gobernantes y toman
decisiones que detienen los procesos de integración y el actuar como ciudadanos del mundo.
La política no consigue convertirse en el modo humano de tomar decisiones razonables cuando
renuncia a invocar la imposición de los poderosos. El deseo profundo de las madres y de los
niños de todos los rincones del mundo de poder vivir una vida en paz, con relaciones fundadas
en la justicia, parece alejarse en medio de conflictos y guerras por motivos opuestos al amor
que nos puede hacer vivir.
Nuestro discernimiento nos lleva a ver este mundo con los ojos de los pobres y a
colaborar con ellos para hacer crecer la vida verdadera. Nos invita a ir a las periferias y a
intentar comprender cómo afrontar globalmente la totalidad de la crisis que impide las
condiciones mínimas de vida a la mayoría de la humanidad y pone en riesgo la vida sobre el
planeta Tierra, para abrir espacio a la Buena Nueva. Nuestro apostolado es, por lo tanto,
necesariamente intelectual. Los ojos misericordiosos que hemos adquirido al identificarnos con
Cristo en cruz nos permiten afrontar la comprensión de todo lo que oprime a los hombres y
mujeres de nuestro mundo. Los signos que acompañan nuestro anuncio del Evangelio son los
que corresponden a expulsar los demonios de las falsas comprensiones de la realidad. Por eso
aprendemos lenguas nuevas para comprender la vida de los distintos pueblos y para compartir
la Buena Nueva de la salvación para todos. Si abrimos nuestro corazón a la acción del Espíritu
Santo y nuestras mentes a la verdad del amor de Dios no beberemos el veneno de las ideologías
que justifican la opresión, la violencia entre los seres humanos y la explotación irracional de
las reservas naturales. Nuestra fe en Cristo muerto y resucitado nos permitirá contribuir, con
tantos otros hombres y mujeres de buena voluntad, a imponer las manos sobre este mundo
enfermo y colaborar en su curación.
Vayamos, pues, a predicar el Evangelio por todas partes, consolados por la experiencia
del amor de Dios que nos ha puesto juntos como compañeros de Jesús. Como a los primeros
Padres, el Señor nos ha sido propicio en Roma, y nos envía a todos los lugares del mundo y a
todas las culturas humanas. Vayamos confiados porque Él trabaja a nuestro lado y confirma
con signos inéditos nuestra vida y misión.

(Original: italiano)

80
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

CG 36: Lista de los participantes


Apellido, Nombre Título Procedencia Conferencia
Afiawari, Chukwuyenum A. Elector ANW JES
Afulo, Joseph O. Provincial AOR JES
Almeida, Miguel Nuno de Elector POR EUR
Alonso Vicente, Pablo José Elector ESP EUR
Alvarado López, Rolando E. Provincial CAM PAL
Álvarez de los Mozos, Francisco Javier Elector ESP EUR
Amalraj, Paramasivam Stanislaus Provincial AND JCS
Assouad, Victor Elector PRO EUR
Barrero Díaz, Joaquín Consejero General CUR EUR
Béré, Paul Elector AOC JES
Biron, Jean-Marc Provincial GLC JCU
Bisson, J. Peter Provincial CDA JCU
Bresciani, Ivan Elector SVN EUR
Bürgler, Bernhard Elector ASR EUR
Calderón Schmidt, Gustavo Elector ECU PAL
Cancino Franklin, Alejandro Patricio Elector MEX PAL
Cariou-Charton, Sylvain Elector GAL EUR
Casalone, Carlo Elector ITA EUR
Castro Fones, Pablo Elector CHL PAL
Cecero, John J. Provincial UNE JCU
Cela Carvajal, Jorge Presidente Conferencia PAL PAL
Chimhanda, Chiedza Provincial ZIM JES
Chirveches Pinaya, Osvaldo A. Provincial BOL PAL
Chiti, Peter Leonard Elector ZAM JES
Chong, Che-chon John Provincial KOR CAP
Chow Sau-yan, Stephen Elector CHN CAP
Ciancimino, David S. Elector UNE JCU
Collins, David J. Elector MAR JCU
Consolmagno, Guy J. Elector JCU JCU
Corcoran, Anthony J. Elector RUS EUR
Correa Jaramillo, Carlos Eduardo Provincial COL PAL
Correia, José Manuel Frazão Provincial POR EUR
Costa, António Virgílio Oliveira e Elector ZIM JES
Costantino, Joseph S. Elector UNE JCU
Côté, Gabriel Elector GLC JCU
Cribb, Ian Elector CAP CAP
Cruzado Silveri, Miguel Gabriel Consejero General CUR PAL
Curtin, Stephen Elector ASL CAP
Cutinha, Jerome Elector JAM JCS
Dardis, John Presidente Conferencia EUR EUR
Dartmann, Stefan Elector GER EUR
D'Cruz, Wendell Elector BOM JCS
D'Cunha, Vernon Provincial BOM JCS
de Roux Rengifo, Francisco José Elector COL PAL

81
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Apellido, Nombre Título Procedencia Conferencia


Del Campo Simonetti, Cristián Provincial CHL PAL
Devadoss Mudiappasamy, Elector MDU JCS
Díaz Marcos, Cipriano Elector ESP EUR
D'Mello, Joseph A. Elector KAR JCS
Dobbelstein, Thierry Elector BML EUR
D'Souza, Lisbert Consejero General CUR JCS
D'Souza, Stanislaus Jerome Provincial KAR JCS
Dubovský, Peter Elector SVK EUR
Dumortier, François-Xavier Elector GAL EUR
Echarte Oñate, Ignacio Oficial mayor CUR EUR
Edema, James Elector JES JES
Eidt, João Renato Provincial BRA PAL
Etxeberria Sagastume, Juan José Elector ESP EUR
Fernandes, George Provincial JAM JCS
Fernandes, Stanislaus Elector PUN JCS
Fernández Dávalos, David de Jesús Elector MEX PAL
Francis Xavier Periyanayagam, Elector MDU JCS
Freire Yánez, Gilberto Provincial ECU PAL
Friedrich, Ryszard Elector PMA EUR
Ganza Gasanana, Jean-Baptiste Elector RWB JES
Garanzini, Michael J. Miembro (FCG7) CUR JCU
García Jimenez, José Ignacio Elector ESP EUR
Gartland, James G. Elector CDT JCU
Geisinger, Robert J. Elector CDT JCU
Gonsalves, Francis Elector GUJ JCS
Greene, Thomas P. Elector UCS JCU
Grenet, Jean-Yves Provincial GAL EUR
Grieu, Etienne Elector GAL EUR
Grummer, James E. Consejero General CUR JCU
Guiney, John K. Elector HIB EUR
Hernandez, Jean-Paul Elector ITA EUR
Herry Priyono, Bernardinus Elector IDO CAP
Heru Prakosa, Yoannes Berchmans Elector IDO CAP
Howard, Damian Elector BRI EUR
Huang, Daniel Patrick L. Consejero General CUR CAP
Hurtado Durán, Manuel Gilberto Elector BOL PAL
Hussey, Robert M. Provincial MAR JCU
Iznardo Almiñana, Francisco Elector CAM PAL
Janin, Franck Provincial BML EUR
Jebamalai Irudayaraj L., Elector MDU JCS
Jeerakassery, Sebastian J. Elector DEL JCS
Jeyaraj, Veluswamy Provincial CCU JCS
Kajiyama, Yoshio Provincial JPN CAP
Keller, Herbert B. Elector MAR JCU
Kerhuel, Antoine Consejero General CUR EUR
Kesicki, Timothy P. Presidente Conferencia JCU JCU

82
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Apellido, Nombre Título Procedencia Conferencia


Kiechle, Stefan Provincial GER EUR
Kolacz, Jakub Provincial PME EUR
Kot, Tomasz Consejero General CUR EUR
Kowalczyk, Dariusz Elector PMA EUR
Kujur, Joseph Marianus Provincial RAN JCS
Kurien, Francis Provincial HAZ JCS
Kyungu Musenge, Rigobert Elector ACE JES
Lado Tonlieu, Ludovic Elector AOC JES
Lamanna, Thomas J. Elector ORE JCU
Lawler, Thomas A. Provincial WIS JCU
Layden, Thomas Provincial HIB EUR
Lee Hua, John Provincial CHN CAP
Lenk, Martin Elector ANT PAL
Lewis, Michael Presidente Conferencia JES JES
Lobo, John Wilfred Elector DAR JCS
Lombardi, Federico Consejero General CUR EUR
Loua, Zaoro Hyacinthe Provincial AOC JES
Lozuk, Anto Elector CRO EUR
Luna Pastore, Alberto Cristóbal Elector PAR PAL
Magadia, José Cecilio Consejero General CUR CAP
Magaña Aviña, José Francisco Provincial MEX PAL
Magro, Patrick Elector MAL EUR
Malvaux, Benoît Oficial mayor CUR EUR
Mangai, Varghese Poulose Elector CCU JCS
Manickam, Irudayaraj Elector GUJ JCS
Manwelo, Paulin Elector ACE JES
Marcouiller, Douglas W. Consejero General CUR JCU
Maruthukunnel, Jose Jacob Elector KER JCS
Masawe, Fratern Consejero General CUR JES
Mascarenhas, Agnelo Elector GOA JCS
Matarazzo, Gianfranco Provincial ITA EUR
McCarthy, John W. Elector CDA JCU
McClain, J. Thomas Oficial mayor CUR JCU
McCoy, Brian Provincial ASL CAP
McFarland, Michael C. Elector UNE JCU
Mercier, Ronald A. Provincial UCS JCU
Mesa Baquero, José Alberto Miembro (FCG7) CUR PAL
Migacz, Andrzej Elector PME EUR
Minaku Lukoli, José Provincial ACE JES
Minj, Francis Elector RAN JCS
Minj, Kalyanus Provincial MAP JCS
Minj, Santosh Elector HAZ JCS
Morante Buchhammer, Juan Carlos Provincial PER PAL
Moreno, Antonio F. Provincial PHI CAP
Morgalla, Stanislaw Elector PME EUR
Mumba, Emmanuel Provincial ZAM JES

83
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Apellido, Nombre Título Procedencia Conferencia


Mutholil, George Provincial KER JCS
Nebres, Bienvenido F. Elector PHI CAP
Ngo, Chi Van Elector CFN JCU
Nguyên Hai Tính, Francis Xavier Elector VIE CAP
Nicolás, Adolfo P. General CUR CAP
Odiaka, Jude O. Provincial ANW JES
Oh, In-don Francisco Elector KOR CAP
O'Keefe, Joseph M. Elector UNE JCU
Oliveira, Pedro Rubens Ferreira de Elector BRA PAL
Orobator, Agbonkhianmeghe Emmanuel Elector AOR JES
Ortmann, Tomasz Provincial PMA EUR
Palacio Larrauri, Alfonso Carlos Elector BRA PAL
Pallippalakatt, Varghese Provincial DUM JCS
Pandikattu, Kuruvilla Elector DUM JCS
Parmar, Francis Provincial GUJ JCS
Pathirana, Angelo Sujeeva Elector SRI JCS
Pattery, George Presidente Conferencia JCS JCS
Paul, Claudio Elector BRA PAL
Paulson, Brian G. Provincial CDT JCU
Peraza Celis, Arturo Ernesto Provincial VEN PAL
Perekkatt, Varkey Provincial DEL JCS
Pham, Hung T. Elector UCS JCU
Pham Thanh Liêm, Joseph Provincial VIE CAP
Power, Stephen Elector EUR EUR
Preston, Dermot Provincial BRI EUR
Pudota Rayappa John Susai Raj, Elector AND JCS
Puig Puig, Llorenç Elector ESP EUR
Rabeson, Solofonirina Jocelyn Elector MDG JES
Raj, Susai Elector PAT JCS
Ramos, Eudson Elector PAL PAL
Ranaivoarson, (Pierre André) Provincial MDG JES
Raper, Mark Presidente Conferencia CAP CAP
Rasiah, Jeyaraj Provincial SRI JCS
Ratsimbazafy, Fulgence Elector MDG JES
Ravizza, Mark A. Elector CFN JCU
Ribeiro, Elton Vitoriano Elector BRA PAL
Roca Alcázar, Fernando Elector PER PAL
Rocha, Rosario Provincial GOA JCS
Rodríguez Tamayo, Gabriel Ignacio Consejero General CUR PAL
Ruiz Pérez, Francisco José Provincial ESP EUR
Rutishauser, Christian Michael Elector HEL EUR
Sakuma, Tsutomu Elector JPN CAP
San Juan, Karel S. Elector PHI CAP
Sansare, Bhausaheb Provincial PUN JCS
Santarosa, Scott R. Provincial ORE JCU
Sarmento, Joaquim Francisco da Silva Elector ETR CAP

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DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA

Apellido, Nombre Título Procedencia Conferencia


Sarralde Delgado, Luis Javier Elector COL PAL
Sebasti L. , Raj Provincial MDU JCS
Siebner, Johannes Elector GER EUR
Smolich, Thomas H. Miembro (FCG7) CUR JCU
Sosa Abascal, Arturo Marcelino Consejero General CUR PAL
Spadaro, Antonio Elector ITA EUR
Standaert, Nicolas Elector BSE EUR
Stegman, Thomas D. Elector WIS JCU
Stuchly, Josef Elector BOH EUR
Sugiyo Pitoyo, Agustinus Elector IDO CAP
Sunu Hardiyanta, Petrus Provincial IDO CAP
Susaimanickam, Arul Elector KHM JCS
Talos, Marius Elector ROM EUR
Tigga, Boniface Elector PAT JCS
Tigga, Ranjit Elector MAP JCS
Tilve, Alejandro Provincial ARU PAL
Torres Santos, Luis Orlando Elector UCS JCU
Tshering, Kinley Joseph Provincial DAR JCS
Tustonjic, Ante Provincial CRO EUR
Uher, Rudolf Provincial SVK EUR
Vadassery, Jose J. Provincial PAT JCS
van Drunen, Theo Elector NER EUR
Vaz, Dionysius Elector KAR JCS
Vaz, Thomas Elector JCS JCS
Velasco, Luis Rafael Elector ARU PAL
Veramendi Espinoza, Johnny José Elector VEN PAL
Verschueren, Johan Provincial BSE EUR
Vidal González, Javier Provincial ANT PAL
Vitkus, Gintaras Elector LIT EUR
Vizi, Elemér Elector HUN EUR
Weiler, Michael F. Provincial CFN JCU
Xess, Ajit Kumar Elector RAN JCS
Younès, Dany Provincial PRO EUR

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