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Es cierto que eso que ahora llamamos Derechos Humanos no es una pieza de
museo, objeto de un interés retrospectivo; por el contrario es un tema actual
presente en el discurso jurídico y político de nuestro tiempo, que requiere
nuestro interés teórico y que indudablemente repercute en el desarrollo de
nuestra vida práctica. El desarrollo de los Derechos Humanos, como concepto
y como praxis, no ha acabado y dependerá de nosotros su continuidad y la
forma que adquiera en el devenir histórico.
Pero es cierto también, que los derechos humanos se han consolidado como
un dispositivo de poder que desde el discurso político predominante y la
práctica de hoy, reproduce y sostiene las ideas y supuestos que la tradición
teórica, jurídica y política le ha asignado. Por ello, es substancial reconocer la
raíz histórica de su consagración para así mismo poder definir una nueva
alternativa, en la cual se posesione a los derechos humanos en el terreno de la
verdadera universalidad.
Los derechos humanos, y su primera versión como derechos del hombre, tal
como se conciben en el orden político y jurídico en occidente, tienen como
antecedente inmediato la noción de los derechos naturales en la versión que de
los mismos hace el iusnaturalismo racionalista. Con la aparición de la
modernidad1, la reflexión sobre el poder absoluto encontró un fundamento
específico para configurar un nuevo orden político: la idea de que el hombre es
portador de derechos naturales.
2
HINKELAMMERT, Franz. “La Inversión de los Derechos Humanos: el caso de John Locke”
[en línea]. Revista Pasos. Sep-Oct 1999 n° 85. http://www.dei-
cr.org/uploaded/content/publicacione/1061370034.pdf [consulta: 1 de diciembre de 2008].
LOS DERECHOS HUMANOS COMO DISPOSITIVO DE PODER.
Quise empezar este acápite con la cita al texto del profesor Grosfoguel, por que
en ella se sintetiza todo argumento para validar la tesis de que los derechos del
hombre convertidos después de la Segunda Guerra Mundial en derechos
humanos, constituyen un dispositivo de poder propio del liberalismo y del
neoliberalismo, que como lo ha mencionado el profesor Atilio Borón, en varias
de sus conferencias, no son más sino el ropaje de un cuerpo: el capitalismo.
3
GROSFOGUEL, Ramón. “La descolonización de la economía política y los estudios
postcoloniales: Transmodernidad, pensamiento fronterizo y colonialidad global” [en línea].
Revista Tabula Rasa. 2006 n°4. http://www.revistatabularasa.org/numero_cuatro/grosfoguel.pdf
[consulta: 24 de abril de 2009].
Michel Foucault, en entrevista titulada “El Juego de Michel Foucault”4, explica el
concepto de dispositivo de poder, otorgándole tres características definitorias.
Para el objeto de este trabajo sólo se hará referencia a la primera de ellas, en
tanto contiene las dos restantes. Foucault expone allí, que un dispositivo de
poder es “un conjunto decididamente heterogéneo, que comprende discursos,
instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes,
medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas,
morales, filantrópicas; en resumen: los elementos del dispositivo pertenecen
tanto a lo dicho como a lo no dicho. El dispositivo es la red que puede
establecerse entre estos elementos”.
Los derechos humanos, son esa red dentro del sistema de dominación hoy
existente. Los derechos humanos en nuestro siglo, junto con la democracia,
son los caballos de batalla que legitiman el proyecto imperial de las
intervenciones militares; pero igualmente han sido la base de la retórica de la
modernidad que habla de salvar al otro de sus propios barbarismos como una
misión que desde la divinidad fue encomendada al hombre blanco, propietario,
y europeo. Ese mismo hombre, que ha sido a través de la historia de los
derechos humanos, el único sujeto al que se le han garantizado efectivamente.
4
“El Juego de Michel Foucault”. Entrevista realizada por Alain Grosrichard [en línea].
www.ricardobur.com.ar/biblioteca/El%20juego%20de%20Michel%20Foucault.doc [consulta: 28
de mayo de 2009].
5
Véase información en: http://www.ohchr.org/SP/HRBodies/Pages/HumanRightsBodies.aspx
6
Se hace referencia al marco convencional de protección general de los derechos humanos, es
decir: La Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Pacto de Derechos Civiles y
Políticos, y el Pacto de Derechos Económicos y Sociales.
7
PAPACCINI, Angelo. Filosofía y Derechos Humanos. Editorial Dikinson, Cali: Universidad del
Valle, 2003, p. 41.
ser considerada como el documento gracias al cual la humanidad dispone de
un lenguaje común que permite un entendimiento mínimo entre pueblos y
personas culturalmente distintos, pero animados por la misma fe en algunos
valores básicos comunes. Los derechos humanos aparecen como una fuente
de enunciación de carácter moral en la que todos creen, pero que al estilo más
propio de la moral cristiana se funda en entelequias intangibles para la gran
mayoría; los derechos humanos se han convertido en un artículo laico de fe,
aunque los fundamentos metafísicos de esa fe no estén claramente definidos.
8
Entre 2004 y 2009, se han adherido a la OTAN nueve (9) Estados más: Bulgaria, Eslovaquia,
Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Croacia y Albania.
9
KUUS, Merje. “Paz, Amor y OTAN”: La construcción imperial de discurso en Europa central”
[en línea]. 2008. http://www.vientosur.info/documentos/OTAN.pdf [consulta: 30 de mayo de
2009].
Y en relación a la ciencia como garante de los derechos humanos, que mejor
muestra que una serie de nuevas declaraciones en las cuales se consagra la
relación inquebrantable entre ciencia y derechos humanos. La investigación
bioética, la utilización del progreso científico y tecnológico en interés de la paz y
en beneficio de la humanidad, los datos genéticos humanos, la ciencia forense,
inter alia, ya son tema incluidos en el amplio escenario de instrumentos
originados en el seno de la ONU. En todas ellos se asume la relación entre
ciencia y derechos humanos como un problema ético suscitado por los rápidos
adelantos de la ciencia y de sus aplicaciones tecnológicas, las cuales ahora
deberán examinarse teniendo en cuenta el respeto universal y la observancia
de los derechos humanos y las libertades fundamentales.
Si nos detenemos a mirar cada uno de los ejes sobre los cuales se sustentan
hoy el orden global encontraremos los derechos humanos como esa red que
vincula todos los elementos heterogéneos del capitalismo globalizado, del
sistema-mundo Europeo/Euro-norteamericano moderno/colonial
capitalista/patriarcal. Son la ideología de ese sistema, una “ideología que
considera que hay una sola posibilidad en el mundo: la sumisión económica al
mercado y la sumisión política a la democracia representativa. En este marco,
el hombre que tiene derechos es el hombre que tiene esta doble sumisión. O
bien, el hombre que tiene derechos es una simple víctima. Tiene que despertar
piedad. Tenemos que verlo sufrir y morir en televisión y entonces se dirá que
va a tener derecho a recibir la ayuda humanitaria de Occidente rico. En otra
época las damas de la aristocracia y la burguesía iban a visitar a sus pobres.
En la actualidad, los occidentales ricos mandan por avión su ayuda a los
pobres del planeta. Se han convertido en las damas de la burguesía y la
aristocracia a escala planetaria. Las damas iban a su parroquia y ellos van al
sur”10.
10
BADIOU, Alan. “La ética y la cuestión de los derechos humano” ” [en línea]. Revista
Acontecimiento, 2000 n° 19-20.
http://www.grupoacontecimiento.com.ar/index.php?option=com_docman&Itemid=35 [consulta:
28 de mayo de 2009].
EL PROPIETARIO: LA “REVOLUCIÓN GLORIOSA” DE JOHN LOCKE.
Teoría que casi un siglo después sería la fuente originaria de los ideales
revolucionarios franceses de 1789, y la base inspiradora de la Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la cual aparecería en todas las
primeras constituciones republicanas. Por tanto, el pensamiento político de
John Locke y con él el de la burguesía estaría presente en la conformación de
cada uno de los Estados Modernos.
Marx, nos dice, “registremos, ante todo, el hecho de que los llamados derechos
humanos, los droits de l´homme, a diferencia de los droits du citoyen, no son
otra cosa que los derechos del miembro de la sociedad civil, es decir los
derechos del hombre egoísta, del hombre que vive al margen del hombre y de
la comunidad”12. Nos habla, claramente, del hombre burgués, el cual se
distingue por ser parte de la clase de los capitalistas, los propietarios de los
medios de producción social13.
11
Este será el texto de John Locke, que de manera exclusiva define el abordaje del presente
escrito.
12
MARX, Karl. “Sobre la cuestión Judía” : Escritos de Juventud, México: FCE, 1982, p. 478.
13
MARX, Karl. Manifiesto Comunista, Buenos Aires : Nuestra América, 2006.
Locke define la propiedad privada como un derecho natural tan primitivo como
el derecho a la vida, a la libertad, a la salud y a la integridad, y de esta forma le
otorga tal carácter que deja por descontada la posibilidad de que el Estado
interfiera en ese derecho natural de la propiedad privada.
Locke construye, además, el acuerdo común humano que va más allá de toda
sociedad y de todo pacto. Es el acuerdo sobre el uso del dinero y la propiedad
privada, del que se sigue el derecho de la acumulación ilimitada de la tierra, tan
propio en el desarrollo histórico de ese sistema-mundo Europeo/Euro-
norteamericano moderno/colonial capitalista/patriarcal del que hemos hablado
hasta aquí. Locke, en el párrafo 50 de su segundo Tratado sobre el Gobierno
Civil, nos dice:
14
NOVACK, George. “Democracia y revolución”, México: Fontamara, 1996, P. 119. Citado en:
VÁRNAGY, Tomás. “El pensamiento político de John Locke y el surgimiento del liberalismo” [en
línea]. http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/moderna/cap2.pdf [consulta: 28 de mayo de
2009].
Todo esto responde a las preguntas que nos hacíamos al final del acápite
anterior, lo cual nos lleva a responder tal como lo menciona Marx, que quien
conquistó finalmente la hegemonía exclusiva del poder político en el Estado
representativo moderno fue la burguesía. El gobierno del Estado moderno así
se constituyó como una junta que administra los negocios comunes de toda la
clase burguesa15; y en ese mismo orden el sujeto que quedó en el centro de la
elaboración positiva y efectiva de los derechos humanos, y en su etapa primera
como derechos del hombre es el burgués: hombre, blanco, y especialmente
propietario; que además de ser el sujeto que inspira las primeras declaraciones
de derechos, va a consolidarse como el históricamente llamado a definir los
derechos de los otros no incluidos.
Ahora bien ¿Cuál es la nueva forma de ese hombre burgués privilegiado por
Locke y por las primeras declaraciones de derechos? ¿Cuál es el propietario
hoy, el definidor de quien es y quien no es sujeto de derechos? ¿Cuál es la
nueva forma que adquieren en el neoliberalismo los derechos humanos como
dispositivo de poder?
Para hablar de ese nuevo sujeto, considero que la forma más sintética de
definirlo es adoptando el concepto de “burguesía imperial” que se encuentra
desarrollando el profesor Atilio Borón en sus últimos escritos para definir el
entrelazamiento producido entre las clases dominantes de las principales
metrópolis capitalistas y la forma en que unificaron su estrategia de dominación
global.
15
MARX, Karl. Manifiesto Comunista, op cit., p.26.
16
BORON, Atilio. “De la guerra infinita a la crisis infinita” [en línea]. Ponencia presentada al XI
Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, La
Habana, Cuba, 2-6 Marzo, 2009. http://www.atilioboron.com/search?q=guerra+infinita [consulta:
Abril de 2009].
creado por el capitalismo, arropado bajo el traje neoliberal, sigue reproduciendo
ese pacto sobre el uso del dinero y la propiedad privada, del que se sigue el
derecho de la acumulación ilimitada de la tierra.
Hasta aquí pareciera, que no se ha hecho más sino una crítica a los derechos
humanos. Sin embargo el análisis crítico no recae sobre los derechos humanos
como tal, sino sobre el sistema global que los ha hecho suyos históricamente
para seguir privilegiando su proyecto de dominación.
Y en esta lucha la bandera orientadora serán todos los derechos humanos para
todos los humanos y humanas; así se construirá un nuevo discurso de los
derechos humanos que los valide como acto político, como producto de las
luchas sociales y que los encamine hacia una verdadera universalización.